The Holy See: a face of another globalization
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cualquier cosa que pase en cualquier lugar del mundo puede ser conocida por el planeta entero en pocos minutos. Este fenómeno influye la mentalidad de las personas, su actitud y comportamiento. Por ello, es fundamental que no nos olvidemos de la importancia de la verdad, incluso si esta no es siempre fácil de decir o de buscar. La Iglesia tiene una actitud fundamentalmente positiva y esperanzadora delante de la globalización, desde el punto de vista de la comunicación. Debería proponerse una visión de la realidad que incluyera tanto una dimensión religiosa y espiritual, como el respeto hacia las diferentes culturas. De hecho, a través de la comunicación, las personas pueden defender la diversidad e identidad de todo el mundo, y hacer que todo el mundo entienda que esta riqueza cultural debería ser compartida por todo el mundo. Existe una necesidad de comunicarse para alcanzar la paz, para unir a las personas, para estimular un mutuo entendimiento, para promover el diálogo. Otro tema que se trata es el de la caridad y la esperanza: las comunicaciones cristianas deben insistir en dar buenas noticias que ayuden a la comunidad a difundir un mensaje de esperanza, aunque las malas noticias abunden siempre. A través de una comunicación basada en estos valores un mundo mejor es posible.