Invasión zombi I Por Bruno Campos
Había un hombre llamado Leo que estaba luchando por su vida en una invasión zombi. El barrio estaba hecho un caos, era muy peligroso salir, por la cantidad de zombis que había, pero Leo no se dejaba intimidar por nadie, se animaba a salir a explorar y a buscar gente con vida. Después del recorrido, al menos eran 5 personas y se fueron volviendo una familia. No tenía muchos recursos para sobrevivir y Leo tuvo que salir a buscarlos. En lo primero que pensó fue en buscar suministros de agua. Caminando por la calle infestada de zombis, encontró un
kiosco.
La
puerta
estaba
cerrada, pero la abrió con una barreta, se llevó los suministros posibles que encontró para más o menos unos días de comida y agua. Después, se atrincheró en el último piso de un edificio y a partir de ahí, empezó la aventura. Leo tenía 25 años, era de Argentina y vivía en la capital de Buenos Aires. Era arquitecto, así que sabía armar buenas barricadas para protegerse, pero eso no era suficiente para frenar a los zombis. Estos empezaron a subir muy rápido al edificio y a Leo se le ocurrió poner trampas para impedir la entrada. Cuando estaba asegurando el edificio, encontró a dos personas que estaban en el piso de abajo. Los invitó a su departamento. Las personas, como muestra de su gratitud, le ofrecieron ayuda para asegurar el edificio.