6 minute read

Tres cuentos cortos

Mariel Escobar López *

LOOKING FOR FREEDOM

Advertisement

♪Felt like the weight of the world was on my shoulders …I am looking for freedom, looking for freedom … ♪

—Apaga esa mierda o me pagas 500 pesos más ¿quieres podrirme los oídos? —No Yuli, solo es un soundtrack que bajé. — ¿Soundtrack? —Sí, tengo que elaborar un ensayo sobre la música en el cine. Escogí Django, de Quentín Tarantino. Esta canción es parte de la banda sonora. ¡Ya está! —Vale, ponte el condón y aguántale.

Carol era bebible, de ojos grandes, cintura estrecha, niña. Su pelo desastrosamente largo, boca inquisidora, de cuerpo alucinante. La conocí por Fausto y éste por alguien más. Prostituta de moda en mi universidad. Salía con los del último año. Yo cursaba el segundo. Decían que su familia pertenecía a las altas esferas políticas del país. Otros que provenían de la India. Le gustaba la llamaran Yuli. Nunca mencionó haber estudiado; sin embargo, se notaba instruida. No era como las otras, a veces alegre a veces triste… a veces… no sabías.

♪ … I am looking for freedom, looking for freedom … ♪

—¿En qué parte de la película se escucha la canción? —En el primer intento de escape del protagonista y su chica. —¿Escapan? —No.

* Egresada de la licenciatura en historia, Facultad de Humanidades

Unicach.

—Entonces no me gusta. Todos escapamos algún día. Es inevitable. Todos nos transformamos. Se quedó pensativa mordiendo la sábana, luego pregunté: — ¿Has pensado en dejar de…? —¿Ser puta? —interrumpió rápidamente— ¡Pinche pendejo! ¡Cabrón, ya te enamoraste!

En su mirada resaltaba una sentencia aniquiladora. Le expliqué que solo quería saber si había pensado en tener familia; ella respondió:

Sí, quiero tener un hijo. —¡Un hijo! —pregunté sorprendido: ¿cómo lo llamarías? —Luckas. —¿Y si fuera mujer? —Luckas. —No es nombre para una niña. — ¡Y qué importa, no soy madre para nadie!

Esa noche le confesé que la amaba y partiría a la universidad de Virginia para continuar mis estudios como cineasta. Le propuse ir conmigo. Si ella lo deseaba, tendríamos uno o más hijos. Dijo no, pero dijo más: — Soy una amante del sexo. Mis demonios, mis deseos de una creación y un pensamiento mórbido el cual va expirando lentamente. Como tu canción… así… soy una letra más.

Hoy, 20 años después de esa noche regresé, con ganas de verla, tocarla, beberla hasta quedar seco y, por qué no, amarla. Fui al club donde laboraba. Pregunté por ella y una de las chicas me dijo: —No. La Yuli hace tiempo se fue. Pobre, se volvió loca. Me mostró un diario de 3 años atrás.

Parecía saber que hoy o mañana, algún día lo leería, una suerte de mensaje.

MASACRE EN ROTAMDA

Señora De Zavala asesina a todos los empleados de la casa y al diputado José De Zavala le destripa los testículos. Después, se vuela los sesos. Hija única, sobreviviente. En la escena se encontró una nota que decía: Todos escapamos algún día: es inevitable, me transformé.

VANI

La invité al departamento, era la cuarta vez que salíamos. Vanessa baila como una niña sobre la cama. Su piel blanca, la tez inocente (de alguien que esconde secretos horribles) su estatura baja, el cabello largo y negro, su edad corta, hacen a Vanessa irresistible para mí.

En la última copa Vanessa sentada sobre mis piernas pregunta: —¿Si eres millonario puedes hacer lo que quieres? —La mayoría de las veces sí —contesté. —¿Puedes matar a alguien y no pasaría nada? —No sé, nunca lo he hecho.

Vanessa besa mis labios, toco sus muslos abiertos, su espalda, su blusa cae dejando al descubierto sus senos grandes, redondos de pezones rosados, mi lengua recorre cada espacio de ellos. No puedo evitar sentir un golpe en mi rostro, es la pequeña Vani quien ha comenzado a jugar.

Se levanta bruscamente para quitarse la falda, acostado en la cama la veo venir con los ojos muy abiertos y su boca jadeante, siento la humedad de su lengua recorrer mi miembro de arriaba a bajo dándole giros, finalmente una succión.

Ella siempre juega conmigo desde aquel martes en su cumpleaños. Ato sus brazos en medio de la recámara hasta ver una lágrima en mi dulce Vani, lo que me excita más, el juego comienza con dos primeros azotes, Vanessa grita: —¡Mátame! ¡Mátame millonario imbécil! Trato de matarla. Casi inconsciente recuesto a Vani en la cama, la veo tan fuera de sí, inocente, ahí es el momento en que cruza por mi mente ¡Mátala! Vanessa habla: — Quiero mi orgasmo ¡vamos, me toca!

Abro sus piernas, me dirijo hacia ella rígido y dispuesto a terminar con su vida mientras le sujeto del cuello para asfixiarla, veo cómo se extingue su presencia cada segundo, su cara roja, triste, su rostro tan agradablemente bello que cualquier persona querría ver sufrir.

Ahí queda Vanessaorgasmeada, muerta.

En el último soplo de aire que logro capturar caigo a su costado izquierdo, la observo hasta cerrar los ojos.

Ella duerme y despierta, yo nunca desperté… La dulce Vani jugará sola.

08-09-2123 / 5:00 AM. MEMORIAS

Mi nombre es Luckas y estos malditos converse me joden los pies, prefiero mis bloguers. Aunque el sueño me mata tengo que escribir ¡sí! no es broma, escribir mis experiencias día a día. En el pensamiento memo de mi mentor escribir es de mucha ayuda tanto como leer, a veces creo que le implantaron un zip como a los gatos domésticos para que sus aptitudes/actitud sean las más parecidas a los mininos del siglo pasado.

Pobre Mr. Kush ¡Para qué puta escribo si no hay libros! Ni uno, escritores menos –dice que para dejar un legado a las generaciones futuras y no permitir que la modernidad termine con la esencia humana– trágico; sepa qué quiso decir, hoy tomé ese instam, comienza a envilecerme. Romina habló sobre una tipa del siglo XX, una tal Virginia Woolf, no puse atención hasta que noté cómo su top lila le resaltaba el pezón izquierdo, esa mujer está para sodomizarla en ese pensamiento de Donatien Sade. Se dijo de todo, pero el grick que me metí estuvo pesado, lo poco que recuerdo es otro debate existencial sobre un alemán de apellido Schopenhauer, no sé, algo así. Mi cabeza me mata, pero Romina me genera placer.

Después del instam vino lo mejor, consumí mucho alcohol y el nuevo coctel del bar Nela. Mi novio Rafa me hablaba de su éxtasis intelectual entre tanto escritor de los siglos pasados, su pensamiento y crítica; yo pensaba en los pezones de Romina, lo dejé entre amigos y fui con Romina quien ya estaba ebria, una mujer no le teme a otra ni mucho menos se imagina que sodomizarla ronda su cabeza, ¡estúpida! La acompañé al baño, sin ser ella comencé a besarla.

La pendeja de Paty salió corriendo y dijo todo a Rafa, solo dije que el grick me estaba dañando, pero Rafa salió con una botella de coctel sonriéndome –es extraño, pero sé que he terminado con él– se fue y Romina vomitó durante 2 horas.

Regreso a casa jodida de tanto pendejismo ¿Quiénes eran los del siglo pasado? ¡No sé! ¡Carajo! Woolf tiene un aire lésbico que me excita, ese tal Schopenhauer casi seguro que consumió grick.

Antes de ir al instam leí un poema, Los bombarderos, de Sexton, del siglo XX, me sorprende saber qué éramos América, a veces creo que quizá ni existe mi ser en este momento, en fin.

Estos malditos Converse me joden los pies y tengo que dormir, en el colegio hablaré con Rafa, en la red buscaré música clásica –Iron Maiden– también buscaré otros desquiciados de siglos atrás.

This article is from: