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Juan Fernando Londoño

Juan Fernando Londoño Revolución cambio

@ natacarvajal_09 NATALIA ANDREA CARVAJAL RODRÍGUEZ

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“EL GRAN SUCESO DE LA SÉPTIMA PAPELETA”

Con esfuerzo y dedicación este movimiento estudiantil logró dar un empujón a la reforma de la

Constitución de 1886. Contando con la ayuda de miles de personas, Juan Fernando Londoño, se convierte en una ficha clave para fomentarlo. Nace en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, el 14 de junio de 1966 y se gradúa de profesional en comunicación social - periodismo en la Universidad de la Sabana y con una maestría en ciencia política en la Universidad de Los Andes, otra en Política Pública Internacional en Johns Hopkins de Washington y dos especializaciones, una en derecho constitucional y parlamentario, y otra en gestión pública e Instituciones administrativas.

Él se convirtió en un fiel seguidor del nuevo liberalismo y perteneció al equipo de trabajo de diferentes corrientes liberales en la presidencia de César Gaviria. Se desempeñó como viceministro del Interior hasta mayo de 2012 y anteriormente había trabajado como coordinador del Proyecto de Fortalecimiento Democrático del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) así lo asegura La Silla Vacía, en su artículo sobre él.

¿Cómo fue el antes del movimiento estudiantil?

Bueno en ese entonces prevalecía el narcotráfico y la violencia. Nos dimos cuenta de que estábamos fregados, apareció también el paramilitarismo y había muchas masacres… ya era hora de un cambio. Nos encontrábamos en un momento de gran desolación y un profundo sentimiento de desesperación por poder hacer algo. Pero hubo personajes que le dieron esperanza al país, por ejemplo, Luis Carlos Galán, fue una figura carismática y llamativa que recogía gran parte de la juventud de la época y se convirtió en la principal fe de muchos jóvenes. También, Oscar Ortiz y Hernando Herrera, entre otros, plantearon la idea de convocar una constituyente, sin embargo, en esa época el formalismo jurídico era la ideología dominante y no era fácil involucrar este movimiento revolucionario pues iba en contra de la constitución.

En apoyo de tanto activismo, el éxito del movimiento tuvo que ver con que dimos en el clavo para una solución a Colombia que fue apoyada por los sectores progresistas, entre esos, el expresidente Gaviria y su equipo, que supo entender que esta era la oportunidad para salir del atasco y atraso institucional en el

“Todo el movimiento fue muy bueno porque incluyó a todo el país y generó un gran hecho político en donde se logró una asamblea constitucional para reformar la constitución de 1991”.

que se encontraba el país y, por supuesto, que sin el apoyo de ellos no habríamos tenido el mismo impacto.

Parte de eso lo generaba el bipartidismo. Había mucho descontento con los auxilios parlamentarios, esta era de las principales causas que se hablaban en las reuniones. Uno de los leads más importantes era que se reformara la justicia y hubiese menos centralización.

Todo el movimiento fue muy bueno porque incluyó a todo el país y generó un gran hecho político en donde se logró una asamblea constitucional para reformar la constitución de 1991.

¿Cómo se conformó este movimiento?

El tema principal del movimiento era que no había líderes sino coordinadores que ayudaban a articular procesos. Recuerdo que conocí gente de Manizales y de la costa, en donde el trabajo conjunto de todos hizo que la idea de la séptima papeleta se consolidara y la gente se empezara a movilizar en este.

Fernando Carrillo junto con el ex magistrado Manuel José Cepeda, abogados destacados plantearon la idea de que se podía convocar un mecanismo de democracia para resolver el tema. Seguido a esto se dió pie para consolidar un grupo de Foto: Revista Semana reuniones donde hubo una mayor organización y lo encabezaron personas como Catalina Botero, Claudia López y muchos más que mantuvieron el activismo posterior a eso. Este activismo consistía en una red, un montón de gente que empieza a convocar para repartir actividades. Todos trabajábamos, por ejemplo, cuando me encontraba como viceministro me topaba con gente que me decía: hola, kiubo ¿se acuerda de mí? nosotros nos conocimos en la época del movimiento estudiantil.

¿Cuál fue la estrategia clave para el movimiento?

La clave fue hablar con la gente de los medios de comunicación que nos destacaron como actor político en el movimiento. Esto nos ayudó muchísimo, usted puede tener una buena idea pero si no hay eco pues no hay impacto, así que la radio y los periódicos fueron herramientas indispensables para lograrlo. A veces los movimientos sociales reman contra la corriente pero en este caso nosotros remábamos con la corriente. Nosotros estábamos muy legitimados socialmente porque le ofrecíamos al país una salida y solución al colapso parcial del Estado, que refiere a una situación de estancamiento y no era capaz de funcionar adecuadamente. Fue terrible la cantidad de masacres que había pero el objetivo se logró y se hizo la constitución.

¿Cómo tomó el congreso el proponer una nueva reforma?

El congreso estaba de acuerdo con la idea, el tema de los auxilios parlamentarios se convirtió en la bandera para que las personas apoyaran la convocatoria de la constituyente y la séptima papeleta. El movimiento estudiantil encajó en una sensación generalizada de atasco institucional y ofreció una alternativa al país por eso el movimiento fue apoyado, hubo congresistas que renunciaron para irse a la constituyente, por ejemplo, entre esos estuvo Horacio Serpa.

Uno de los grandes retos, éxitos y cambios revolucionarios de la época era que la corte suprema

Juan Fernando Londoño, importante periodista colombiano y ex integrante del movimiento estudiantl que transformó a Colombia a inicios de los 90.

avalara la idea de la séptima papeleta porque esta era muy conservadora e iban en contra de estos cambios, pero se logró que la asamblea. constitucional se convirtiera en la asamblea constituyente.

¿Hubo oposición? ¿quiénes eran esa oposición?

En realidad no, la oposición que había no era como tal que se opusiera al movimiento sino a los métodos. Mucha gente decía que no había que hacer una nueva constitución, que la constitución de 1886 había funcionado y no se requería una nueva. Pero nosotros sabíamos que este cambio era necesario para construir un país mejor así que hicimos mucho activismo, íbamos a visitar los periódicos, a la radio a conversar, a eventos en los barrios y así muchas actividades. Así fue como conocí a Sergio Ocampo Madrid, en su momento periodista político en El Tiempo.

¿Qué cree que hubiese ocurrido si este movimiento no se hubiera podido ejecutar?

Bueno, considero que un importante antecedente a resaltar en este tema fue que el gobierno de Virgilio Barco había presentado una iniciativa de reforma constitucional en contra de la corrupción y no fue aceptada. Esto demuestra que era muy difícil por la vía tradicional modificar las cosas. Así que si no se hubiese realizado este movimiento habríamos tenido un país con mayor número de muertes y aumento en la violencia, de todas formas, creo que al final habríamos tenido algo parecido, pero eso sí… después de mucho sufrimiento.

¿Cómo fue su experiencia en todo este proceso desde que empezó hasta que finiquitó?

Fue una de las mejores experiencias de mi vida, además de que sentíamos que estábamos haciendo historia y cambiando el país, abriendo la puerta a una nueva etapa de Colombia. Eso sí, había mucho trabajo. Recuerdo que hacíamos reuniones a todas horas, además, sumándole que no existía esta facilidad de la tecnología actual y todo era por reuniones para coordinarnos. Sin embargo, como éramos tantos, las cosas fluían y no dependíamos de algunos porque nunca faltó gente; al contrario, siempre hubo. TP

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