Archipiélago 108

ISSN 1402-3357

EDITORIAL

108 COVID-19 PANDEMIA GLOBALIZADA ¿DE QUIÉN ES ESTA CRISIS? Nils Castro

LA CAJA DE PANDORA: LA ESPERANZA EN TIEMPOS DEL COVID-19 Gastón Cornejo Bascopé y Karina Lagdameo Santillan

LA REPATRIACIÓN DE MEXICANOS EN LA PANDEMIA DEL COVID-19

Maximiliano Reyes Zúñiga, Víctor Hugo Morales Meléndez, Armando López Trujillo

RELEYENDO DESDE EL PRESENTE EL CONCEPTO DE REVOLUCIÓN Abel Prieto

COLOMBIA: LAS VIVENCIAS DE LA GUERRA Patricia Galeana

60 AÑOS DE BRASILIA: MÉXICO PRESENTE DESDE ANTES DE SU INAUGURACIÓN José Ignacio Piña Rojas

LETRAS

Nicolas Balutet, Verónica García Rodríguez, Óscar Mendoza Sánchez, Óscar Orduña Sancho, Alicia Leonor, Gabriela Escobar Zapata, Jorge María Ruscalleda Bercedóniz

ERNESTO CARDENAL, ÓSCAR CHÁVEZ, GABRIEL RETES, IN MEMORIAM

ARTES PLÁSTICAS EL ARTISTA Y LA TÉCNICA

Jesús González Aguilar entrevista a Luis Caballero

$70.00 M.N.

Arnoldo Mora, Luis Rosas Oaxaca, Miguel Mora Witt, Julio Carrasco Bretón

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EDITORIAL

COVID-19: PANDEMIA GLOBALIZADA

Los daños en el medio ambiente que producen la industrialización sin control y los gases de efecto invernadero, los transgénicos en la agricultura y la fracturación hidráulica —el fracking— para la extracción de gas y petróleo del subsuelo, son muy cuantiosos. La biodiversidad se pierde a un ritmo acelerado, poniendo en jaque las posibilidades de la humanidad para adaptarse a las condiciones sociales, económicas y ecológicas que le plantea la realidad de nuestro tiempo, como son el crecimiento demográfico —más de siete mil millones de habitantes—, la urbanización acelerada —52% de la población mundial vive hacinada en ciudades— y el cambio climático, a lo que habría que agregar la desigualdad social y la pobreza que aqueja a un tercio de dicha población.

El capitalismo salvaje impone sus leyes. Y aquí están los resultados. La furia de la naturaleza se ha dejado sentir con fuerza inusitada a lo largo y ancho del globo terráqueo en los últimos años: terremotos, erupciones volcánicas, huracanes, tornados, tsunamis, inundaciones, sequías, incendios forestales y otros acontecimientos dramáticos han puesto a prueba al género humano. Las pérdidas de vidas y recursos naturales son inconmensurables, así como el impacto en la economía y en la moral de los pueblos. Y ahora estalla inesperadamente la pandemia del coronavirus, el COVID-19.

Es cierto, estos males se extienden a lo largo de la historia. Hablando de la etapa medieval, Bocaccio describe en el prólogo del Decamerón la terrible peste de 1348, a la que llama la “muerte negra”, misma que causó estragos en la población europea (se habla de que la mortandad alcanzó cerca del 60%). En la época moderna, es imposible olvidar la gripe española surgida en 1918, misma que causó alrededor de 50 millones de muertos en el mundo. Las palabras con que inicia Albert Camus su novela La peste, cuyo personaje principal es un médico, son sin duda de gran actualidad. En el caso de México, cabe recordar que la epidemia de viruela que trajeron los españoles diezmó a la población originaria, que no contaba con las defensas necesarias para controlar el virus, lo cual facilitó el triunfo de los conquistadores. Miguel León Portilla lo explica claramente en La visión de los vencidos.

Hoy en día la mayoría de los seres humanos sobrevivimos en una cuarentena que en muchos casos tiende a convertirse en una especie de estado de excepción, dadas las estrategias a las que varios estados nacionales están recurriendo para enfrentar un virus nacido en la ciudad china de Wuhan, que ha contagiado a millones de personas y arrebatado la vida a cientos de miles, en las más variadas latitudes. En estos primeros meses del año se han modificado significativamente comportamientos, pensamientos y sentimientos de la humanidad toda. La crisis global provocada por esta pandemia es evidente. Inédita. Cambios profundos se avizoran. En esta edición de Archipiélago recordamos a tres personajes comprometidos con las mejores causas de Nuestra América, que se marcharon al lugar de la utopía debido a ella: el teólogo y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, el cantautor mexicano Óscar Chávez y el cineasta mexicano Gabriel Retes.

El reconocimiento que debemos hacer al personal del sector salud ―médicos, enfermeras y auxiliares― que está asistiendo en nuestros días a todos aquellos contagiados por el COVID-19, nos hace recordar a los eminentes científicos que contribuyeron en su momento al combate de las epidemias y males que acosaban entonces a la humanidad, como Louis Pasteur en Francia, padre de la microbiología moderna y descubridor de la vacuna contra la rabia, entre otras cosas; y Carlos J. Finlay, médico cubano, quien descubrió el vector biológico para la erradicación de la fiebre amarilla transmitida por el mosquito Aedes aegypti, la cual cobraba innumerables vidas principalmente en las zonas tropicales, incluidas las de Nuestra América, como Panamá, en donde el canal interoceánico estaba en plena construcción en ese tiempo. Mención especial merecen los médicos cubanos de la brigada Henry Reeve, que están apoyando solidariamente a muchos países desde los inicios de la pandemia actual. Nuestro reconocimiento a todos ellos y a tantos otros científicos y médicos sin fronteras que han luchado a lo largo de la historia por proporcionar a los seres humanos los beneficios de la salud y el bienestar. En Archipiélago estamos conscientes de ello.

CVPR / junio 2020

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Número 108 / Año 27 / abril-junio 2020 CONCEPTO EDITORIAL Alonso Aguilar Monteverde in memoriam (México), Fernando Aínsa in memoriam (Uruguay), Ricardo Alegría in memoriam (Puerto Rico), Rodolfo Alonso (Argentina), Salvador Altamirano (México), Federico Álvarez in memoriam (México), Victor Arias (México), Manlio Argueta (El Salvador), Oscar Arze Quintanilla (Bolivia), Félix Báez-Jorge (México), José Luis Balcárcel (Guatemala), Rubén Bareiro in memoriam (Paraguay), Luis Ramiro Beltrán in memoriam (Bolivia), Javier Bolaños (Costa Rica), Guadi Calvo (Argentina), Tomás Calvo Buezas (España), Julio Carrasco (México), Susy Castor (Haití), Horacio Cerutti (Argentina), Jorge Cervantes (México), Javier Covarrubias (México), Alfonso Chase (Costa Rica), José Luis Dicenta (España), Theotonio dos Santos in memoriam (Brasil), Efraín Enríquez Gamón (Paraguay), Roberto Fernández Retamar in memoriam (Cuba), Carlos Flores Marini in memoriam (México), Laura Fuentes (Costa Rica), Patricia Galeana (México), Eduardo García Aguilar (Colombia), Felipe Garrido (México), Juan Hadatty in memoriam (Ecuador), Alberto Híjar (México), Saúl Ibargoyen in memoriam (Uruguay), Waldo Leyva (Cuba), Alirio Liscano (Venezuela), Jorge Mansilla (Bolivia), Pablo Maríñez (República Dominicana), Ricardo Melgar (Perú), Estela Morales (México), Gustavo Moré (República Dominicana), Agustín Navarro (México), María Salvadora Ortíz (Costa Rica), Vicente Quirarte (México), Eduardo Reyes Langagne (México), Roberto Reyes Mazzoni (Honduras), Angel Rodríguez Kauth (Argentina), Fernando Salinas in memoriam (Cuba), Vania Salles in memoriam (Brasil), Adalberto Santana (México), Alexandre Santos (Brasil), José Saramago in memoriam (Portugal), Roberto Segre in memoriam (Argentina), José Steinsleger (Argentina), Luis Toledo Sande (Cuba), Jorge Turner in memoriam (Panamá), Gustavo Vargas in memoriam (Colombia), Gustavo Vega Delgado (Ecuador), Carlos Véjar Pérez-Rubio (México), Gustavo Viniegra (México), Lauro Zavala (México) DIRECTOR GENERAL Carlos Véjar Pérez-Rubio EDICIÓN Sylvia Morales, Virginia Salvatierra y Yanna Hadatty DISEÑO Israel Barroso Salgado. Palabra en Vuelo, S.A. de C.V. ADMINISTRACIÓN Kaarina Véjar Amarillas PROMOCIÓN Bernardino Arana, Germán de la Vega, Jesús González Aguilar, Mario Casasús y Cristóbal León ASESOR JURÍDICO Guillermo de la Rosa ARCHIPIÉLAGO en red electrónica e-mail: elaleph@archipielago.com.mx web: www.revistas.unam.mx; www.archipielago.com.mx Corresponsales: Adriana Almada (Paraguay), Luis Bedoya (Costa Rica), René Capriles (Brasil), Juan David Cupeles (Puerto Rico), Milena Hadatty (Alemania), José Kameniecki (Argentina), Leo Lobos (Chile), Rubén López Rodrigué (Colombia), Floriano Martins (Brasil), Alfredo Mora Witt (Ecuador), Héctor Pablo Pereyra (EUA), Raul Pino-Ichazo (Bolivia), José Marcial Ramos Guedez (Venezuela), Efer Arocha, Liz Urdanivia-Wong y Mario Wong (Francia), Manuel Zárate (Panamá).

ARCHIPIÉLAGO. Revista Cultural de Nuestra América Revista publicada por Archipiélago A.C. Oficinas: Torre II de Humanidades, Piso 1, Cubículo 9, Ciudad Universitaria - UNAM, C.P. 04510, Ciudad de México. Tels.: (55) 5622 1904 / (55) 5277 8182 Todos los derechos reservados. Certificado de Licitud de Contenido No. 5512 otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 001949/94 otorgado por la Dirección General de Derechos de Autor.

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1 EDITORIAL

Covid-19: pandemia globalizada

4 PENSAMIENTO

¿De quién es esta crisis?

Nils Castro (Panamá) Releyendo desde el presente el concepto de Revolución Abel Prieto (Cuba) La repatriación de mexicanos en la pandemia del Covid-19: dos casos en América del Sur Maximiliano Reyes Zúñiga (México), Víctor Hugo Morales Meléndez (México), Armando López Trujillo (México) Pequeños animales abatidos Rafael Cuevas Molina (Guatemala-Costa Rica)

14 MEMORIA

Ernesto Cardenal en mi vida Arnoldo Mora (Costa Rica) Colombia: las vivencias de la guerra Patricia Galeana (México) 60 años de Brasilia: México presente desde antes de su inauguración José Ignacio Piña Rojas (México) El exilio cubano en transición: reflexiones para un debate Jorge Hernández Martínez (Cuba)

26 CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Comportamientos en las epidemias y la política de salud pública en Honduras Yesenia Martínez (Honduras) La caja de Pandora: la esperanza en tiempos del Covid-19 Gastón Cornejo Bascopé (Bolivia) y Karina Lagdameo Santillan (Filipinas)

31 LETRAS

Con ton y son. Un poema lorquiano escrito en Cuba Nicolas Balutet (Francia) Realidad y magia de la mujer en la escena latinoamericana Verónica García Rodríguez (México) Historias de la Legión: recuerdo Oscar Mendoza Sánchez (México) Nunca más volvió Oscar Orduña Sancho (México) Poesía latinoamericana Alicia Leonor (México), Gabriela Escobar Zapata (México), Jorge María Ruscalleda Bercedóniz (Puerto Rico)

44 HUMOR Así estamos Ajubel (Cuba)

Nuestra Portada. Adán Echeverría-García (México).

45 AUDIOVISUALIDAD

Recordando a Gabriel Retes… in memoriam Julio Carrasco Bretón (México) Portafolios Edward Weston (Estados Unidos / 1886-1958)

48 MÚSICA

Esta publicación, que constituye un instrumento importante de integración cultural latinoamericana cuenta con el respaldo de la representación de la UNESCO en México

Archipiélago es una coedición del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe - CIALC de la Universidad Nacional Autónoma de México Dr. Enrique Graue Wiechers Rector Dra. Guadalupe Valencia García Coordinadora de Humanidades Mtro. Rubén Ruiz Guerra Director del CIALC

Óscar Chávez: juglar de múltiples luchas Luis Rosas Oaxaca (México) Óscar Chávez nuestro Caifán mayor Miguel Mora Witt (Ecuador)

51 ARTES ESCÉNICAS

Teatro popular latinoamericano en Francia Alberto Mego (Perú)

54 TRADICIONES

66 ARTES PLÁSTICAS

La alimentación en los pueblos originarios Víctor Manuel Barceló R. (México)

El artista y la técnica Jesús González Aguilar (México) entrevista a Luis Caballero (Colombia)

56 AMERINDIA

70 SUMARIO/SUMÁRIO/ABSTRACT/SOMMAIRE

Indígenas como grupos de poder en México: reflexión crítica Lázaro Hilario Tuz Chi (México)

59 AFROAMÉRICA

Léon Gontran Damas: La antorcha Mirta Fernández Martínez (Cuba)

60 LATINOAMÉRICA

72 CONFINES LATINOAMERICANOS 73 CONVOCACIÓN LATINOAMERICANA 74 TEJIENDO LA RED 78 ARCHIPIÉLAGO EN LOS LIBROS

Enemiga: género y conflicto armado en el Perú Valeria Román Marroquín (Perú)

63 AMBIENTALIDAD

El valor detrás del “valor” de un edificio o sitio patrimonial Enrique Madia (Argentina) La Laguna Madre de Tamaulipas, joya de la naturaleza mexicana Adán Echeverría-García (México)

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PENSAMIENTO

¿DE QUIÉN ES ESTA CRISIS? Nils Castro

Aparte de las preocupaciones humanitarias, la pandemia de Covid‑19 ha generado abundante especulación sobre sus efectos críticos en la economía –mundial y local– y acerca del futuro post‑epidémico, imaginado de diversas maneras. Pero omitiendo dos hechos básicos. Uno, que la historia no la hacen los virus ni otros sobresaltos naturales, sino la gente. Otro, que la crisis de la economía en las grandes potencias capitalistas y en el sistema económico global ya andaba muy mal antes de la aparición de este coronavirus. Sólo faltaba un detonador capaz de precipitar una convulsión mayor que la de 2008, y sus consecuencias sociopolíticas.

No pocos previeron que el disparo inicial saldría de la crisis ambiental y climática. En 2019 el deshielo polar y los incendios californianos, amazónicos y australianos fueron alertas tempranas, pero fenómenos aislados. La pandemia que estaba por darse fue un exabrupto de rápida propagación mundial, que surgió de la misma canasta ambiental y que, además, golpeó en uno de los campos más damnificados por la fiebre privatizadora de los excesos neoliberales, el sector sanitario. No es honesto imputar a la eficacia de un virus lo que venía del fracaso previo de esa política económica. El Covid‑19 no causó esta crisis económica –que ya venía en camino– sino que la desnudó y aceleró. Ni el alivio de esta epidemia será la que luego defina las opciones de una “nueva normalidad”, sino la acción de las fuerzas sociales que compitan por controlarla.

Prever esas opciones demanda dos análisis, entre otros: el de la situación económica preexistente, en cuyo lomo ahora cabalga el desastre, y el del tipo y grado de globalización donde eso detonó. Ese tipo y grado ahora cambiarán, lo que también ocurrirá según cómo actúen las fuerzas implicadas. Hoy aquí comentaré sólo el segundo de esos dos aspectos.

La marea de especulaciones ha abarcado pocas relativas a la globalización. Varias aseguran que con esto ella ya pereció y que luego de la pandemia otra cosa reinará. A su modo, dan al virus un papel como el que Bernstein atribuía a unas leyes “objetivas” de la historia que nos traerían el socialismo sin necesidad de enfrascarnos en las batallas culturales, organizativas y políticas de la liberación 4

nacional ni de la lucha de clases. Bastaría persistir y esperar por vía parlamentaria. Lo que evidencia una frívola noción de lo que las globalizaciones han implicado.

Hace siglos, pero sobre todo con la expansión del capitalismo tras la revolución industrial del siglo XIX, vivimos en un mundo crecientemente interconectado, donde acciones y reacciones entrelazan una red de influencias recíprocas, de desiguales fortalezas y duraciones. Como parte de ese sistema mundial, Latinoamérica no escapa a los acontecimientos de los principales centros de poder, ni otras latitudes, puesto que inciden sobre las condiciones de nuestra evolución.

En la segunda mitad del siglo XX vimos impetuosos progresos de las técnicas de producción, los medios de transporte, el procesamiento de información y las telecomunicaciones, que impulsaron nuevas formas de gestión, modos y ámbitos del trabajo y vida diaria, así como un intenso auge del consumismo (y del crédito destinado a incentivarlo). Las interrelaciones de las empresas y entre países tomaron mayor rapidez, versatilidad y complementariedad. Esa profusa interconexión ya es parte ineludible de las condiciones en las que hoy toca desempeñarse, y un decisivo factor de poder para quienes la dominan. El proceso de formación de esa red mundial de interrelaciones es la mundialización o globalización, resultante de sucesivas revoluciones científico‑técnicas e industriales. Un concepto que suele ser amañado para encubrir al neoliberalismo, que no es otro fenómeno objetivo, sino una ideología introducida para subordinar los procesos de globalización a determinados intereses, en perjuicio de otros.

En el pasado otras innovaciones también transformaron las condiciones de vida en grandes zonas del planeta. Como los adelantos de las técnicas náuticas, que permitieron a los navegantes europeos darle la vuelta a África, así como arribar a Oriente y conquistar las Américas, conectando intereses, economías y culturas de varios continentes y sujetándolas a un sistema de dominación mundial. O más tarde, al introducir la máquina de vapor en la industria, la navegación y el ferrocarril, que en el siglo XIX transformaron las relaciones comerciales, la economía y la geopolítica mundiales, e hicieron de Gran Bretaña el mayor poder global.

Porque tales naves y rutas marinas estaban en manos de ciertos grupos y a su disposición, no al servicio de la humanidad. Esto es, no fue lo mismo participar del fenómeno como navegante portugués, colonizador español o comerciante holandés, que hacerlo como paria europeo, indígena avasallado o esclavo africano. Ni ahora como banquero neoyorquino, industrial alemán o gerente japonés, que como pequeño productor peruano, obrero brasileño, bracero mexicano o migrante colombiano.

Globalizadores y globalizados Pero ya sea en el siglo XVI, en el XIX o en el XXI, cuando un fenómeno planetario de ese peso impone sus reglas, es ineludible adaptarse a las circunstancias. Y las formas de hacerlo también son desiguales, pues cada proceso de mundialización engloba a quienes tienen el sartén por el mango y a los que toca freírse. Cada caso obliga a preguntarse quiénes son los globalizadores y quiénes los globalizados, y qué hace falta para mantener o cambiar los términos de su relación.

En ningún caso la respuesta puede reducirse a negar que la mundialización es un hecho o suponer que por sí sola ya agoniza. Nos parezca o no, ella está ahí, al margen de lo que opinemos. Como Nelson Mandela afirmó, cuando alguien “no acepta la globalización, es como decir que no acepto el invierno y por lo tanto no me voy a vestir para el frío”, puesto que “lo que hoy ocurre en el norte de Europa tiene efectos en nuestra región ese mismo día”, ya sea que nos guste o no.1 1

Discurso ante el Foro Internacional de la Mujer, el 30 de enero de 2003.

El camino latinoamericano no puede quedarse en denunciar al neoliberalismo y las inhumanas consecuencias de su aplicación Es cándido que ciertas izquierdas rechacen la globalización, como si nuestras quejas pudieran detenerla.

El quid de la cuestión es otro. Es discernir cómo enfrentar sus peores aspectos, y cómo aprovecharla a favor de las expectativas populares. Como añadió Mandela, es “claro que la globalización en este momento favorece a los ricos y poderosos. Tenemos que luchar contra eso. Tiene que favorecer a todos los seres humanos, sea en Europa o en África”.2 Fidel Castro reconoció la objetividad de la globalización, señaló cómo el neoliberalismo la distorsiona conforme al interés de las transnacionales, y subrayó la necesidad de rescatar el concepto para reenfocarlo según los fines de la liberación nacional y la solidaridad entre los países del Tercer Mundo. Denunció que “la globalización fue encerrada en la camisa de fuerza del neoliberalismo, y como tal tiende a globalizar no el desarrollo, sino la pobreza; no el respeto a la soberanía nacional de nuestros Estados, sino su violación; no la solidaridad entre los pueblos sino el sálvese quien pueda en medio de desigual competencia en el mercado”. Y precisó que es necesario comprender que estos fenómenos suceden a escala mundial y lo que eso implica, pues “la gente lucha contra el subdesarrollo, las enfermedades, el analfabetismo, pero […] tales problemas 2

Ídem.

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apropiación por las transnacionales. De esto se ocupa el neoliberalismo; mientras por un lado establece cómo operar la globalización, y alinear para ello los regímenes locales y organismos financieros internacionales, por el otro surte recursos ideológicos para alegarle a los globalizados de que esta alternativa es la única “científica”, y que su única opción es plegarse a su aplanadora.

En gran parte de Sudamérica, la implementación de las políticas neoliberales fue impuesta por regímenes de terrorismo de Estado y eliminación física de las izquierdas.

Luego, con la reinstalación pactada de democracias restringidas, el reinado del miedo se recicló como temor a la hiperinflación, al desempleo y la inseguridad social. El ambiente de escepticismo político dejado por el colapso soviético facilitó instalar al neoliberalismo como ideología dominante, para legitimar a los globalizadores y domesticara los globalizados.

[…] no tienen solución sobre bases nacionales, porque hoy más que nunca la dominación se lleva a cabo sobre bases globales: la llamada globalización neoliberal, apoyada en el poder del imperio y sus aliados”.3 Como sabemos, a finales del siglo XX, con la Tercera y Cuarta revoluciones científico‑técnicas, se han logrado extraordinarios adelantos científico‑técnicos, enormes ampliaciones del comercio mundial y un gran potencial de colaboraciones culturales. Eso debe continuar y crecer. El problema no está allí, sino en la insolidaria y excluyente subordinación neoliberal del proceso a los intereses plutocráticos. Lo que nos toca combatir no son las revoluciones científico‑técnicas ni sus innovaciones, sino el dominio neoliberal impuesto a la globalización.

Ese dominio, aparte de esquilmar el patrimonio de los pueblos, concentra en manos de una élite los beneficios más lucrativos de cada revolución científico‑técnica, con lo cual estorba o refrena el desarrollo de otras áreas del conocimiento y la producción, en perjuicio de su globalización. Hoy los privilegiados que controlan las relaciones de poder que hay tras esa política económica deben ser removidos, para liberar el desarrollo de las fuerzas productivas que da sentido a cada globalización, y para que sus frutos también beneficien al resto de la humanidad.

Al adelantarse en reconocer que la mundialización es un hecho, los globalizadores tomaron ventaja, anticipándose en prever cómo explotar ese fenómeno y en justificar su 3

Discurso en la Sesión Inaugural de la Cumbre Sur, el 12 de abril de 2000.

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Aunque la experiencia latinoamericana pronto evidenció los errores conceptuales y las atroces consecuencias sociales de la ideología neoliberal, del lado de los globalizados no bastan las protestas. Falta sistematizar una contrapropuesta convincentemente sustanciada en la teoría y eficaz en la práctica. No basta derrotar intelectualmente a los neoliberales; es indispensable oponerles un proyecto que asuma las nuevas condiciones globales según el interés de nuestras naciones y pueblos, y llevarlo a la contienda de modo eficaz. El camino latinoamericano no puede quedarse en denunciar al neoliberalismo y las inhumanas consecuencias de su aplicación. Ni menos en rechazar las medidas que Estados Unidos y los países ricos ahora reciclen para salvar a los banqueros a expensas de los ahorristas y los contribuyentes, como en 2008.

Todo eso reclama entender la globalización como un conglomerado de fuerzas contradictorias, frente al cual los latinoamericanos debemos erigir nuestras propias opciones, alineando los conocimientos, estrategias y acciones necesarias para conquistar la salida de esta crisis que mejor convenga a las expectativas de los globalizados.

Esto es, para globalizar la colaboración y la equidad entre las gentes, y rescatar las riquezas y progresos mundiales en bien de las naciones y pueblos hasta ahora esquilmados.

Nils Castro (Panamá, 1937). Catedrático, ensayista y diplomático panameño.

Fue asesor del general Omar Torrijos y de presidentes y cancilleres de su país. Es autor de estudios sobre ideología y cultura en América Latina, y en los últimos años se ha dedicado principalmente al análisis de la coyuntura política en los países del Hemisferio. Entre sus obras destacan Estructuralismo y marxismo (junto con Henri Lefebvre, Adolfo Sánchez Vázquez y Romano Luperini, 1970), Las izquierdas latinoamericanas: observaciones a una trayectoria (2005) y Las izquierdas latinoamericanas en tiempos de crear (2012). Su ensayo La brecha por llenar mereció en Cuba el Premio Pensar a Contracorriente. Fue embajador de Panamá en México.

RELEYENDO DESDE EL PRESENTE EL CONCEPTO DE REVOLUCIÓN Abel Prieto

Fidel no nos deja un catecismo ni una recopilación de consignas; sino una síntesis magistral de su pensamiento sobre qué es la Revolución, qué debe ser siempre, qué principios no puede abandonar. La describe en todas sus dimensiones; en toda su grandeza redentora, histórica, moral. Y habla igualmente de cómo deben ser los hombres y mujeres que la lleven adelante. “Hemos hecho una Revolución más grande que nosotros mismos”, dijo una vez. Y con aquella definición extraordinaria del 1 de mayo de 2000, nos coloca a los cubanos ante el desafío de hacernos dignos día a día de esa obra mayor.

Ignacio Ramonet afirma que hoy no estamos simplemente ante “una crisis sanitaria”, sino ante un “hecho social total”, que sacude relaciones sociales, instituciones y valores. Entretanto, Frei Betto se pregunta “¿Cómo será ‘el día después’ de esta pandemia? ¿Qué cambiará en nuestros países y en nuestras vidas?” Para Atilio Borón, el escenario pospandemia implica un reto para “todas las fuerzas anticapitalistas del planeta” y “una oportunidad que sería imperdonable desaprovechar”. Y recuerda una reunión de intelectuales de la Red en Defensa de la Humanidad, en 2012, donde Fidel los convocó a seguir luchando, aun en las condiciones más difíciles.

Ignacio, Betto y Atilio fueron amigos muy cercanos de Fidel. Estoy seguro de que, en medio de esta crisis, han pensado muy a menudo, como muchos otros, en él, y de qué modo hubiera evaluado lo que ocurre y lo que pudiera ocurrir en el futuro.

Lo primero que Fidel nos exigiría, para analizar este “hecho social total”, sería apartar las teorizaciones abstractas y armarnos de ese “sentido del momento histórico” que caracterizó a su mirada a la hora de descifrar circunstancias complejas y de tomar decisiones. En esta época de egoísmo desenfrenado, donde a la barbarie neoliberal se añade la pandemia, resuena con más vigor la apelación de Fidel a los revolucionarios: “desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo”. ¿Qué mejor caracterización puede hacerse de los médicos y enfermeros cubanos que enfrentan ahora mismo el coronavirus en más de 20 países?

Súmense otros reclamos de Fidel: capacidad para enfrentar la lucha “con audacia, inteligencia y realismo” y “cambiar todo lo que debe ser cambiado”; valentía para “desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional” y “defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio”, y una fe absoluta en “la fuerza de la verdad y las ideas”, en la unidad, en la independencia, en “nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo”.

Aparte de un grupo de pícaros e irresponsables, la mayoría de nuestro pueblo ha dado muestras sobradas de espíritu solidario, compromiso y disciplina en esta etapa de emergencia. Puede decirse que los preceptos enumerados por Fidel en su concepto de Revolución han venido arraigándose en las fibras más íntimas de gran parte de la sociedad cubana.

Fidel añadió: “no mentir jamás ni violar principios éticos”, una expresión de poderosa raíz martiana que contrasta con el paisaje político internacional, donde proliferan las mafias, los golpes bajos, la corrupción, el chantaje, la compraventa de almas y el uso de la crisis con fines electorales; donde habita una Reina con mayúscula: la Mentira.

La campaña del gobierno de los EE. UU., que intenta desacreditar la cooperación médica cubana, se basa en la calumnia, la impotencia y el rencor. Quizá ese encono obsesivo nace también de la comparación inevitable entre la imagen vergonzosa de una superpotencia que no ha sabido lidiar con la epidemia, que cometió torpezas de consecuencias trágicas para su población, y la pequeña Isla bloqueada y agredida que está dando lecciones de generosidad al mundo entero. Martí escribió en sus apuntes sobre “el odio del mezquino al generoso” y “del que envidia una superioridad de espíritu y una largueza de corazón que no posee”.

El concepto de Revolución realza la meta innegociable de lograr “igualdad y libertad plenas”, el derecho de “ser tratado como ser humano”, el deber de “tratar del mismo modo a los demás” y el proceso de “emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos”.

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La propaganda capitalista emplea hasta el cansancio las banderas de la libertad. Acusa al socialismo y a cualquier gobierno mínimamente progresista de autoritarismo y de reprimir “las libertades ciudadanas”. De la igualdad, por razones obvias, no se atreve a hablar. Hay una verdad irrebatible que Fidel reiteró una y otra vez en su prédica revolucionaria: no hay mayor enemigo de la libertad y la democracia auténticas que el capitalismo. Atribuirle a ese sistema una intrínseca naturaleza “democrática” y “liberadora” es una de las estafas más desvergonzadas de la industria hegemónica de dominación informativa y cultural.

Para Fidel, como para Martí, “sin cultura no hay libertad posible”. Una persona sumida en la ignorancia, incapaz de entender la lógica represiva y explotadora del sistema, es una víctima indefensa de la publicidad comercial que lo conduce a endeudarse para comprar lo que no necesita, a soñar con un estatus que le está vedado, a vivir de una frustración en otra y a culparse de su destino de “perdedor”. Ante los ojos gélidos del sistema no es propiamente un ser humano. Es apenas una cifra, un fantasma, una sombra. En el mejor de los casos, lo ve como consumidor; nunca como ciudadano. Cada cierto tiempo puede suceder que lo vea como votante, y despliega entonces sus instrumentos cada vez más sofisticados de manipulación electoral.

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Para Fidel, como para Martí, “sin cultura no hay libertad posible” La Revolución no acepta la filosofía neoliberal donde la población se divide en una minoría de privilegiados y una multitud de “desechables”. Ahora, con la pandemia, muchos médicos de países desarrollados se han visto obligados a escoger entre pacientes “salvables” e “insalvables”. Por eso tiene tanta vigencia la máxima fidelista de “ser tratado y tratar a los demás como seres humanos”. La vida y la salud de todos, sin excepción, son sagradas.

La obra educacional, científica y cultural de la Revolución, inclusiva y participativa, ha estimulado la creatividad de los cubanos y los ha preparado para ser capaces de alcanzar la emancipación y vencer definitivamente todo vestigio de colonialismo y dependencia.

Abel Prieto (Pinar del Río, 1950). Escritor, académico y político cubano.

Estudió Letras Hispánicas en la Universidad de La Habana, en donde fue también profesor de literatura. Fue director de la Editorial Letras Cubanas y presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Posteriormente, fue Ministro de Cultura (1997-2012) y es actualmente presidente de Casa de las Américas. Autor de diversos relatos, en 1999 publicó la novela El vuelo del gato.

LA REPATRIACIÓN DE MEXICANOS EN LA PANDEMIA DEL COVID 19 DOS CASOS EN AMÉRICA DEL SUR Maximiliano Reyes Zúñiga Subsecretario para América Latina y el Caribe, SRE, México Víctor Hugo Morales Meléndez Embajador de México en la República de Perú Armando López Trujillo Encargado de Negocios a.i. en la República Argentina

Han transcurrido más de 80 días desde que se registró el primer caso de COVID-19 en América Latina y el Caribe, región que hoy ocupa los titulares a nivel mundial al registrar al día 3 de septiembre de 2020, más del 45% de los casos confirmados recientes (un total acumulado de 13,596,877 según la Organización Mundial de la Salud).

Frente a esta pandemia de dimensiones inimaginables, la mayoría de los países de Centroamérica, Caribe y Sudamérica reaccionaron aplicando diversas políticas para aplanar la curva del coronavirus. Las medidas incluyeron el cierre total o parcial de las fronteras terrestres, aéreas y marítimas, toques de queda, aislamientos sociales preventivos o cuarentenas obligatorias. Dichas acciones, aunque bien intencionadas, trastocaron la vida de miles de personas que se encontraban fuera de sus países por un sinnúmero de razones.

De inmediato, la situación cobró alta visibilidad para los gobiernos, los cuales debieron actuar, sin dilación, en el diseño e implementación de estrategias y políticas eficientes para brindar la asistencia consular y de protección a sus nacionales varados, con el objetivo final de encontrar los medios que les permitieran regresar a casa. México no fue la excepción. Tan sólo al 19 de agosto, el Gobierno de la República ha gestionado la repatriación de 17,012 personas mexicanas o residentes en nuestro país varadas en distintos lugares del mundo, de las cuales más del 62% proceden de países de América Latina y el Caribe. Estamos hablando de 10,573 experiencias de vida únicas e irrepetibles que hoy se han reencontrado con sus familias y esperan, en sus hogares, la reincorporación a una nueva normalidad en tiempos del COVID-19.

La extraordinaria labor que ha hecho posible el retorno a casa de estas personas se debe, en primera instancia, a la entrega y voluntad de cientos de funcionarios que desde la Administración Pública sirven a la ciudadanía; así como a la solidaridad de las propias familias, aerolíneas

comerciales, empresas, universidades, asociaciones religiosas y de la sociedad civil, que de manera diligente y generosa contribuyeron en la planeación y realización de los vuelos de repatriación.

Es justamente este conjunto de voluntades y acciones los que dan rostro humano a las estadísticas, cada caso se traduce en una experiencia de vida que vale la pena compartir, no sólo como un recuerdo para quien recibe la ayuda, sino como una satisfacción personal para quienes lucharon por vencer todo tipo de adversidades, con recursos muy limitados, a fin de lograr finales felices para todos.

De ahí el interés de compartir dos casos emblemáticos de personas mexicanas varadas en Perú y Argentina, cuyas vidas estuvieron en riesgo y que hoy, tras superar la complejidad que representó concretar su retorno a México, continúan su vida rodeados de sus seres queridos.

Experiencias que además dejaron buenas prácticas en favor del trabajo consular, uno de los pilares de la política exterior de México. Si bien parte de ambas historias ya las hemos contado en las columnas Volveremos a abrazarnos (5 mayo 2020) y Rescate en Perú: una hazaña de fe (22 mayo 2020), publicadas en el periódico Milenio, queremos ahondarlas con mayor detenimiento.

Rescate en Perú El caso de Perú involucra a los esposos yucatecos Ethel Trujillo y Gabriel Rodríguez, quienes junto con más de 700 mexicanos fueron sorprendidos en plenas vacaciones por la declaratoria de emergencia nacional decretada por el Gobierno de Perú el 15 de marzo. Esta declaratoria restringía la movilidad de las personas y el cierre del espacio aéreo.

Ambos disfrutaban del otro gran polo civilizatorio del continente: Cusco, ubicado a 1,100 kilómetros de distancia de la capital Lima y a 3,400 metros sobre el nivel del mar, 9

que al mismo tiempo se convirtió en el epicentro de la pandemia, donde más de 500 mexicanos y otros miles de turistas extranjeros varados estaban desesperados por salir.

En las siguientes horas, las solicitudes de los turistas mexicanos, residentes permanentes y temporales saturaron las líneas telefónicas y redes sociales de nuestra Embajada en Lima y de la Cancillería en México, pidiendo ayuda para salir. Gracias a la oportuna gestión de nuestra Misión Diplomática ante las autoridades peruanas, seguida por otras acciones en capital, el gobierno de ese país flexibilizó, el 17 de marzo, el decreto inicial para autorizar vuelos especiales debidamente gestionados por las representaciones diplomáticas. El 18 y 19 de marzo, el Gobierno de México ya había concretado tres operaciones aéreas comerciales de repatriación desde Lima, constituyéndose en un referente para otras misiones diplomáticas.

Sin embargo, la operación inicial prevista para que estos tres aviones aterrizaran en el congestionado aeropuerto internacional cusqueño fue denegada por cuestiones operativas y las autoridades peruanas ofrecieron como alternativa Arequipa, a 500 kilómetros. A toda prisa hubo que tramitar los permisos terrestres, aéreos y contratar los autobuses sin tiempo siquiera para desplegar personal diplomático mexicano en dicho lugar, ubicado a 20 horas de camino entre Lima y Cusco. Finalmente, gracias al apoyo de las autoridades peruanas, fue posible la coordinación entre la Embajada y los más de 400 ciudadanos mexicanos para que abordaran a tiempo los autobuses que los llevarían a Arequipa.

A pesar del éxito de la movilización, entre los 400 mexicanos que serían repatriados se encontraban Ethel Trujillo y su esposo, de 76 años. Este último, durante el

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protocolo sanitario aplicado, dio positivo a la prueba del Covid-19 y tuvo que ser hospitalizado de urgencia.

Lamentablemente, el señor Rodríguez perdió la vida el 25 de marzo y la Sra. Ethel Trujillo quedó aislada en un hotel, que a su vez fue puesto en cuarentena mientras le hacían las pruebas respectivas a ella, a los empleados y huéspedes. Los resultados de la prueba dieron positivo para la Sra. Trujillo, lo que complicaba su salida inmediata, ya que ésta estaba sujeta a estrictas medidas “bioseguras.” Durante todo este difícil proceso, su familia en México fue puntualmente informada del desarrollo de la situación, a través de la Cancillería.

Por lo delicado y complejo del rescate de la Sra. Trujillo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, sensible a su condición médica, autorizó sin titubear el envío de un vuelo especial de la Fuerza Aérea Mexicana en ruta directa México-Cusco, coordinado con las autoridades peruanas, como única alternativa viable y humanitaria.

Adicionalmente, se debieron sortear dos complicaciones logísticas más: ajustar los tiempos y procedimientos requeridos para que la viuda pudiera llevar consigo la urna funeraria con los restos de su marido, una vez liberada por las autoridades sanitarias peruanas; y que la Sra. Trujillo cumpliera con los protocolos médicos necesarios para poder abandonar el hospital de Cusco, debidamente resguardada en una ambulancia especial que la trasladaría directamente hasta la pista donde el avión de la Fuerza Aérea Mexicana la aguardaba. Su situación de salud se complicaba no sólo por la manifestación de la enfermedad del COVID-19, sino por su condición de diabetes, lo que exigía contar con equipo médico especializado de soporte en el avión que la trasladaría de regreso a casa. Finalmente, y luego de tantos requerimientos e imprevistos, el 30 de marzo de 2020 un avión Gulfstream G-550, 3916, de

nuestra Fuerza Aérea, piloteado por el Capitán Armendáriz, despegó a las 14:38 horas de Cusco y previa escala técnica indispensable en Lima para reabastecimiento de combustible, aterrizaría seis horas después en Mérida, Yucatán, donde la señora Trujillo fue recibida por sus familiares y personal médico.

Esta azarosa odisea tuvo un final feliz gracias a la dupla de la destreza diplomática y humana. Hoy la Sra. Trujillo ha superado exitosamente la grave neumonía que padecía y se encuentra al lado de su familia esperando reincorporarse a la nueva normalidad en medio de esta pandemia.

Rescate en Argentina Por otra parte, el caso de Argentina involucra a la familia Chiappini, que el 1 de mayo retornó sana y salva en un vuelo charter desde Buenos Aires, junto con 245 mexicanos más, gracias al invaluable apoyo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y de las gestiones del Gobierno mexicano. Oriundos de la ciudad de Querétaro, don Eduardo Chiappini y su hija Fernanda llegaron el 11 de marzo a Epuyen, Provincia de Chubut, a visitar a su nueva familia, integrada por su hija mayor, su yerno y dos nietos, quienes desde hace ocho años radican en Argentina. Ubicada al pie de la cordillera de los Ándes, Epuyen es una localidad de dos mil habitantes, a siete mil 500 kilómetros de Querétaro y a mil 800 km de Buenos Aires, que para llegar en condiciones normales, como lo hicieron Don Eduardo y su hija, requiere toda una travesía desde México que incluye una conexión aérea a Bariloche y dos horas y media de carretera.

Lo que la familia Chiapinni no esperaba en ese idílico entorno de la Patagonia, rodeados por bosques, lagos y

montañas nevadas, es que ese mismo día la Organización Mundial de la Salud declarara el brote de coronavirus como una pandemia global, y menos que al día siguiente el Gobierno argentino declarara la emergencia sanitaria en todo el territorio nacional y un estricto “aislamiento preventivo y obligatorio”, con sanciones legales para quien lo incumpliera. Estas medidas trastocaron los planes del señor Chiapinni, quien sólo pretendía estar en Epuyen por 20 días. Tras la cancelación de los vuelos nacionales e internacionales y el cierre de todas las rutas terrestres, los Chiapinni quedaron absolutamente varados en el país austral. Don Eduardo, a sus 60 años de edad, sufre de insuficiencia renal, que requiere semanalmente de dos a tres tratamientos de hemodiálisis, los cuales redujo a una vez por semana para este viaje familiar de 20 días, aunque el tratamiento requería retomar su ritmo normal lo antes posible. En el contexto de la cuarentena obligatoria, recurrir al tratamiento requería permisos especiales para trasladarse a los centros de salud más cercanos y con el costo que cada hemodiálisis implicaba.

Con la incertidumbre a cuestas, los Chiappini contactaron a la Embajada de México el 23 de marzo a través de los teléfonos de emergencia, que en esas fechas estaban saturados. Su problema era doble: por un lado, requerían de los permisos para trasladar a Don Eduardo a sus vitales tratamientos y fondos para poder sufragarlos; y por el otro, necesitaban una alternativa para volver a México ante el recrudecimiento de las condiciones locales con el cambio estacional del verano al otoño patagónico.

Dada la urgencia de este caso, Eduardo y Fernanda fueron considerados inmediatamente por personal de nuestra Embajada para los primeros dos operativos de repatriación recíproca, operados por la Fuerza Aérea Mexicana (1 y 11

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de abril); sin embargo, el trayecto hacia Buenos Aires con los vuelos internos cancelados resultaba en un recorrido terrestre de más de 21 horas, que la condición médica del señor Chiappini no permitía.

A pesar del acompañamiento permanente y casi personalizado de la Embajada, el paso de los días minó el ánimo de Don Eduardo y su familia binacional. No sólo se le notaba afectado por la interrupción parcial de su tratamiento, sino que con el correr del calendario, la incertidumbre para poder salir de Epuyen y el progresivo recrudecimiento del clima, comenzaron a hacer mella. Por fortuna, tras quince días de gestiones de la Cancillería mexicana con la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se pudo confirmar que el viernes 30 llegaría a Buenos Aires un vuelo charter para la repatriación recíproca de jóvenes misioneros argentinos varados en México y en Centroamérica, llevando de regreso a nuestro país a sus jóvenes misioneros varados en Argentina, y en un gesto generoso y solidario, ésta ofreció los espacios vacantes en el trayecto México-Buenos Aires a personas con especial necesidad de retornar y que estuvieran registradas en la Embajada de México como casos prioritarios.

La bondad de la Iglesia mormona avivó la esperanza para la familia Chiappini; ya que en un espíritu de solidaridad de los mormones, ofrecieron a Eduardo y a Fernanda asientos en uno de los taxis aéreos contratados para el traslado de los misioneros mexicanos varados en Trelew y Neuquen, poblaciones del sur argentino, a Buenos Aires.

En una operación a contrarreloj debido a las restricciones para trasladarse de noche y a los numerosos permisos requeridos, a los pies de la cordillera de los Andes Don Eduardo se despidió de su hija mayor y de sus nietos, y emprendió con su hija menor un recorrido terrestre de ocho horas hasta el Aeropuerto de Trelew, donde se encontraron con Emilia, otra mexicana que llevaba varada semanas en la localidad de Puerto Madryn, en la costa atlántica. Al 12

abordar la pequeña aeronave, encontraron a más personas: misioneros mexicanos que venían de otras ciudades del sur, ubicadas literalmente al Fin del Mundo: Comodoro Rivadavia, Ushuaia, Río Grande y Río Gallegos. Todos esos rostros curiosos, cansados y nerviosos les fueron regalando miradas de aliento mientras se acomodaban para otro trayecto de tres horas que los separaban de Buenos Aires. Eran poco más de las tres de la tarde cuando el avión levantó el vuelo y sintieron la liviandad de sus cuerpos, cual metáfora de lo pequeños que somos todos y que se confirma al ver los mecanismos en movimiento durante una crisis.

El pequeño turbohélice Metroliner II aterrizó presuroso a las 19:30 horas en el aeropuerto de Ezeiza, donde los misioneros y connacionales esperaban con alegría y emoción a los últimos pasajeros: Don Eduardo y su hija, para dar inicio al abordaje del majestuoso y moderno Dreamliner que partió pasadas las 22 horas. Hoy, una mitad de los Chiappini descansa de este largo viaje en el corazón del Bajío mexicano, mientras que la otra espera paciente al otro lado del hemisferio un nuevo reencuentro.

La diplomacia más visible es aquella de los grandes tratados, visitas de Estado y el ceremonial que les rodea.

Sin embargo, la acción diplomático-consular mexicana de protección no ha dejado de refinarse, tanto o más, pulida y esmerada sobre todo por nuestra experiencia casi diaria dentro de Estados Unidos en particular. Es la que brilla en situaciones humanas críticas como las que hemos querido ilustrar, la que salva vidas. Por ello, el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores y su red de 24 embajadas y 5 consulados en América Latina y el Caribe, continuará brindando atención consular a los aproximadamente 2,500 connacionales que aún se encuentran varados en esta región, donde la pandemia no da tregua. No descansaremos en esta misión hasta verlos a todos regresar a casa.

PEQUEÑOS ANIMALES ABATIDOS Rafael Cuevas Molina

Tomo como referencia para encabezar estas reflexiones el sugestivo título de la obra de teatro del autor chileno Alejandro Sieveking, quien acaba de fallecer en Santiago de Chile hace unos pocos días, y que ganó el Premio Casa de las Américas en 1975. En ella se mezclan pasado, presente y futuro en un solo plano, en una época de confusión en la que se combinan los vaticinios fantasiosos sobre el futuro con el pesimismo de quienes se sienten acorralados en un presente que no entienden. Encerrados en una casa, como todos nosotros ahora, un destino que a ratos parece apocalíptico se cierne sobre los personajes quienes, como pequeños animales abatidos, se mueven en los límites de su estrecho horizonte tratando de interpretar los mensajes contradictorios que les llegan hasta su encierro.

Igual, como pequeños animales abatidos, nosotros, los encerrados, presos de la incertidumbre que domina cada vez más estos tiempos, tratamos de descifrar la criptografía de las voces que nos llegan desde afuera, y que intentan explicar o, cuando menos, darle sentido a lo inesperado que se presenta como catastrófico y amenazante. En la obra de Sieveking, la catástrofe que se avecina y se atisba es el golpe de Estado de 1973 en Chile, así como para nosotros la amenaza que se cierne es la muerte por contagio o, como ya vemos que sucede en tantas partes, el ostracismo y el desprecio colectivo, como si el pecho de los infectados llevara la letra escarlata que estigmatiza al pecador que debe ser cotidiana y constantemente repudiado. ¡Cuánto de nuestra pequeña humanidad queda al desnudo cuando se borra la pequeña capa con la que la civilización nos ha barnizado! La antropóloga Margaret Mead consideraba que el primer rasgo de civilización humana jamás encontrado en sus excavaciones no era ningún gran edificio enterrado, un Zigurat, una pirámide o alguna caverna decorada con antílopes prehistóricos, sino el hueso de un fémur humano que, habiéndose fracturado, se había logrado soldar, porque eso significaba que había habido alguien que cuidó al herido mientras estaba convaleciente, mostrando una solidaridad que no se presentaba en el reino animal. Ese escalón que nos diferencia en el reino animal es lo que se ha venido socavando, regular e intensamente, en estos años nefastos. La sociedad del sálvese quien pueda se ha terminado de entronizar entre nosotros. Los

rasgos de sociedad solidaria, que con enormes costos y esfuerzos se construyó en algunas esquinas del mundo se destruye sistemáticamente, y donde no logró concretarse, profundiza su crueldad.

En río revuelto, los avorazados de siempre apuestan por aumentar sus ganancias y dar una vuelta más al torniquete de la explotación. Venden como pócimas salvíficas recetas de más de lo mismo, y aprovechan el desconcierto para pasar a tambor batiente leyes y decretos que los dejen, luego del maremoto, situados en el mejor lugar de la colina. El capitalismo neoliberal levanta y hace ondear al viento los emblemas de lo anti civilizatorio, saca a relucir su casta depredadora, sólo interesa que la faja de producción del capital no se detenga y seguir triturando sin descanso las piedras del molino. En América Latina, la pandemia desnuda nuestro desamparo, la inoperancia de nuestros dirigentes políticos; su demagogia, su ignorancia y su cinismo. Hemos llegado a un borde en el que no se sabe qué puede pasar dentro de unos pocos meses.

Rafael Cuevas Molina (Guatemala, 1954). Profesor investigador guatemalteco del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Costa Rica; presidente de la Asociación por la Unidad de Nuestra América (AUNA-Costa Rica); escritor con ocho novelas publicadas; artista plástico con más de 15 exposiciones individuales. Ha publicado libros de ensayo sobre la cultura en Costa Rica, Guatemala y Centroamérica, el último con la Editorial Universidad Estatal a Distancia (EUNED) de Costa Rica: Buscando el futuro– crisis civilizatoria y posneoliberalismo en América Latina, junto a Andrés Mora, con quien publicó también en la misma editorial: Latifundio mediático y resistencias sociales en América Latina.

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MEMORIA

ERNESTO CARDENAL EN MI VIDA Arnoldo Mora Ernesto Cardenal, in memoriam

Todavía profundamente conmovido por el anuncio de la desaparición física ―porque su legado en múltiples campos, como la poesía, la política y la teología, le hace inmortal― no me puedo inhibir de pergeñar algunas experiencias personales que tuve con Ernesto Cardenal.

Primero lo conocí por sus poemas, no tanto escritos, sino convertidos en canciones de protesta, en una versión realizada por un cantautor colombiano, cuyo nombre se me escapa a la memoria; cuando escuché una versión cantada de sus SALMOS en una grabación en cinta, me conmoví hasta las lágrimas; a partir de entonces mi vida cambió, tuvo un nuevo sentido, cual es el de comprometerme, desde una perspectiva de los valores cristianos, en las luchas libertarias de los pueblos de Nuestra América. Poco después, Ernesto vendría a Costa Rica huyendo de la persecución del régimen somocista; Ernesto nunca había ocultado sus simpatías por el Frente Sandinista, por lo que su comunidad en la Isla de Solentiname, en represalia, fue destruida. Llevábamos a Ernesto a celebrar misa los domingos en los barrios del Sur de San José; en sus sermones decía que el Che Guevara era la versión del Evangelio en nuestro tiempo.

Así fue mi primer encuentro personal con Ernesto Cardenal.

Años más tarde, lo volvería a ver en Managua siendo Ernesto Ministro de Cultura luego del triunfo de la Revolución Sandinista; lo visité varias veces; sus concepciones sobre el papel del Estado en pro de todas las manifestaciones de la cultura popular me impresionaron mucho. Como dato concreto de esa época, recuerdo que un grupo de intelectuales de Nuestra América fuimos invitados por el gobierno de los nueve comandantes a expresar nuestra solidaridad con el pueblo de Nicaragua; me emocionó hondamente la noche en que Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y Ernesto Cardenal leyeron, bajo el oscuro y calmo cielo de una Managua amenazada por Reagan de invasión, un trozo de una de sus obras; era una original manera de responder con amor y belleza al odio de un emperador de pacotilla.

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Vi a Ernesto por última vez, ya anciano y meritoriamente reconocido como una celebridad mundial, en una de sus últimas visitas a Costa Rica. Ahora Ernesto Cardenal ha dado el salto a la eternidad; para ello no era necesario que muriera físicamente, pues siempre me sigo encontrando con él releyendo sus Salmos con la misma emoción con que los escuché por primera vez al son de una guitarra.

Ernesto Cardenal vivirá por siempre en mi corazón agradecido.

Escucha mis palabras oh Señor (Salmo 5) Ernesto Cardenal

Escucha mis palabras oh Señor Oye mis gemidos Escucha mi protesta Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores ni partidario de su política ni te influencia la propaganda ni estás en sociedad con el gángster.

No existe sinceridad en sus discursos ni en sus declaraciones de prensa

Sus escritorios están llenos de planes criminales y expedientes siniestros Pero tú me salvarás de sus planes Hablan con la boca de las ametralladoras sus lenguas relucientes son las bayonetas...

Castígalos oh Dios malogra su política confunde sus memorándums impide sus programas A la hora de la Sirena de Alarma tú estarás conmigo tú serás mi refugio el día de la Bomba Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas

tú lo bendices lo rodeas con tu amor como con tanques blindados.

Hablan de paz en sus discursos mientras aumentan su producción de guerra Hablan de paz en las Conferencias de Paz y en secreto se preparan para la guerra Sus radios mentirosos rugen toda la noche

Arnoldo Mora. Filósofo costarricense, profesor e investigador del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional (UNA) en Heredia, Costa Rica. Es autor de importantes obras en el campo de la filosofía y de la cultura universal. Fue Ministro de Cultura y Deportes de Costa Rica.

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COLOMBIA LAS VIVENCIAS DE LA GUERRA Patricia Galeana Los individuos y los pueblos solo tienen dos opciones ante las crisis, o sucumbir o salir fortalecidos.

Arnold Toynbee

Hace casi dos décadas fui invitada por la Embajada de México en Colombia a dar un curso en la Universidad del Externado sobre historia mexicana. Confieso que mi primera reacción fue preguntar si no había peligro por las guerrillas. Me respondieron que no, que los colombianos se habían acostumbrado a vivir con la guerra.

Fue así que conocí Bogotá y tuve la gran oportunidad de entablar amistad con don Germán Arciniegas, ilustre historiador colombiano, autor entre otras obras de América es otra cosa. Pude adentrarme en el conocimiento de la historia de Colombia, que había iniciado en mis cursos de doctorado en Estudios Latinoamericanos en la UNAM, con mi querido y admirado maestro, el doctor Leopoldo Zea. Cuando fui designada embajadora en Colombia por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador –el mayor honor que una ciudadana puede tener, representar a su país–, volví a releer a los grandes historiadores colombianos.

La vinculación entre México y Colombia ha sido estrecha a lo largo de toda su historia, desde su nacimiento a la vida independiente. Fueron los primeros que reconocieron mutuamente su independencia y firmaron un Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua.1 La carta que escribió Simón Bolívar para la firma del tratado en 1821 es emblemática, señala que mexicanos y colombianos nacimos asidos de las manos y unidos por el corazón, con un solo ser que nos hace hermanos.2 En aquellos años éramos vecinos; después “Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua entre México y Colombia con las ratificaciones y enmiendas del soberano Congreso Mexicano”, Bóveda de Tratados, Dirección General del Acervo Histórico Diplomático, Archivo Histórico Genaro Estrada, Secretaría de Relaciones Exteriores, México.

2 Documento 6398: “Carta oficial de Bolívar al General Agustín Iturbide, fechada en Rosario el 10 de octubre de 1821, en la cual le participa que envía a Miguel Santamaría como plenipotenciario cerca del gobierno de México con el fin de establecer relaciones entre Colombia y México”, Archivo del Libertador, Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Gobierno Bolivariano de Venezuela, consultado el 2 de marzo de 2020. Disponible en: http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/buscador/spip. php?article11025 1

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Centroamérica se separó de México y se fragmentaría, y Colombia perdería Panamá.

No obstante, la estrecha relación entre nuestros pueblos continuó. Prueba de ello es que el expresidente colombiano, José María Melo, vino a luchar al lado de los liberales juaristas en la Guerra de Reforma.

Melo murió a manos de los conservadores en Juncaná, municipio de La Trinitaria, en Chiapas. Ahí los mexicanos le levantaron un monumento.

Después, en 1865, con la República a punto de desaparecer, Colombia manifestó su apoyo a México. Los franceses se encontraban asolando al país para acabar con la resistencia republicana encabezada por Benito Juárez.

Querían consolidar al Imperio que habían establecido con Maximiliano de Habsburgo, y el apoyo de los conservadores y de la Iglesia. En esos momentos aciagos, en mayo de 1865, el Congreso colombiano declaró que el presidente Juárez merecía el “Bien de la América” por la defensa que hacía de la soberanía e independencia de su país. El Congreso decretó que su efigie debería estar expuesta en la Biblioteca Nacional, para servir de ejemplo a todas las generaciones de colombianos por venir. Al llegar a Colombia, fui a buscar la efigie del Benemérito a la Biblioteca Nacional y no la encontré, porque el Congreso decidió ponerla en su sede en el Capitolio.

En México triunfaron los liberales, en Colombia lo hicieron los conservadores. Esto significó que en nuestro país se estableció un Estado laico desde la segunda mitad del siglo XIX y en Colombia siguió existiendo la intolerancia religiosa, hasta la Constitución de 1991. Posteriormente, en México se estableció una dictadura de más de tres décadas que concentró el poder y la riqueza, multiplicando la pobreza endémica del país. Ello llevó al estallido de la primera Revolución Social del siglo XX. Ésta logró que se establecieran en la Constitución de 1917 los derechos laborales de los trabajadores del campo y de la ciudad, que se suprimieran los latifundios y se repartiera la tierra.

En Colombia no se dio una revolución social en el inicio del siglo XX, fue a partir del asesinato del líder Jorge

Eliezer Gaitán, en 1948, que iniciaron una serie de movimientos sociales armados. De entonces a la fecha, Colombia ha vivido en guerra. Hoy se encuentra en una coyuntura histórica para consolidar el proceso de paz.

Antes de trasladarme a Bogotá, lo primero que hice fue solicitar traer a la Embajada el magnífico Bolívar que había yo rescatado de la bodega del auditorio Alfonso García Robles, de Tlatelolco, y que tuve en mi oficina de la Aduana del Pulque, donde estaba la sede del Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos, que tuve el honor de dirigir. Este retrato al óleo de gran formato de Simón Bolívar, fue ejecutado por el gran pintor venezolano, Gabriel Bracho, alumno de David Alfaro Siqueiros y miembro del Partido Comunista. No he encontrado un Bolívar igual, ni en la Casa Nariño, sede de la presidencia de la República, ni en el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería. Consideré que una pintura de tal calidad debería ser expuesta en un lugar público, para que los colombianos la pudieran admirar.

El sitio idóneo era el Centro Cultural de México en Bogotá, que lleva el nombre de Gabriel García Márquez. El público colombiano cree que depende de su Ministerio de Cultura, aunque sea también la sede de la librería del Fondo de Cultura Económica.

Pues ahí, en la sala que lleva el nombre de una pintora colombiana, Débora Arango, y a la que se llega por el Paseo Macondo, expuse el gran Bolívar de Bracho. La exposición se hizo en el marco de las celebraciones del Bicentenario de la independencia de Colombia, en conmemoración de la Batalla de Boyacá, que permitió al Libertador tomar la ciudad de Bogotá.

Para acompañar al majestuoso retrato de Bolívar, se invitó al Museo Militar a exponer las pinturas sobre

las batallas del Libertador de América. Por ello, a la inauguración asistieron muchos militares. Al final de la inauguración, invitaron a Nancy Mosquera, cantante negra, a interpretar canciones colombianas. A capela, acompañada sólo de un tamborista, hizo unas interpretaciones sublimes. En particular una canción nos emocionó hasta las lágrimas, la artista nos explicó que se cantaba en la zona del Caribe, cuando se moría un niño, para despedirlo. Cuando terminó, me acerqué a felicitarla. Entonces, Nancy me explicó que había perdido a dos hijos, que se los había llevado la guerrilla, la traté de consolar por semejante tragedia, pero me respondió que ya había perdonado a los guerrilleros, no por ellos sino por ella misma, por su tranquilidad, para vivir en paz. Al oír el relato, un militar de alto rango que estaba escuchando, me dijo en voz baja: “yo no los he perdonado, perdí una pierna con sus minas antipersona y todavía no los puedo perdonar”. Me quedé atónita.

Tener contacto con las personas víctimas de la guerra fue para mí una vivencia estremecedora, nada se podía comparar, por más lecturas que había hecho sobre el tema, y después de haber visto la excepcional exposición fotográfica de Jesús Abad sobre la Guerra, que también me conmocionó profundamente. Sin embargo, nada puede ser más desgarrador que hablar directamente con las víctimas de la guerra, tenerlos enfrente y sentir su tragedia. Fue mi primer contacto personal con esa dolorosa realidad.

Escuchar las posiciones encontradas de los protagonistas de los hechos, me permitieron comprender mejor la realidad colombiana. Las diferentes posiciones frente al conflicto armado y el proceso de paz. Constatar que hay dos Colombias, una donde la sociedad se divide en seis estratos; la economía crece más que en ningún otro país 17

La vinculación entre México y Colombia ha sido estrecha a lo largo de toda su historia de la región al 3.3%; con centros comerciales donde se encuentran las mejores marcas del mundo y hay helados para las mascotas. La zona del estrato seis de Bogotá tiene bellísimos edificios de ladrillo rojo, que contrastan hermosamente con el verde de la vegetación, enmarcados por las bellas montañas de los Andes. Pero hay otra Colombia que ha estado en manos de las guerrillas, ahí no ha habido Estado, no hay carreteras, ni agua potable, ni escuelas, ni hospitales, tampoco catastro. Por otra parte, en la Colombia próspera subsisten los latifundios y las familias de prosapia, reciben el nombre de casas. La mayoría de la población se ha acostumbrado al modus vivendi de los diferentes estratos.

El pueblo colombiano se ha crecido en la lucha, son magníficos lectores, escriben muy bien, el nivel de sus universidades es alto, no sólo por sus resultados académicos, sino también por su costo. Están altamente politizados, son hiper críticos con sus gobernantes.

Sus noticieros tienen un humor cáustico, también son grandes comediantes. Gustan de la cultura mexicana.

Todos han visto las películas del cine de oro nacional, también a Chespirito y El chavo del ocho. Les gusta la comida mexicana y hay más grupos de mariachis que en Garibaldi. Así como a nosotros nos encanta bailar cumbia y vallenato en todas las fiestas, en los festejos colombianos no puede faltar un mariachi.

Tuve oportunidad de asistir a la entrega del original de una canción que le compuso José Alfredo Jiménez a Colombia. El documento fue entregado por su hijo al entonces canciller, Carlos Holmes Trujillo, y todo el auditorio cantó a coro todas las canciones de José Alfredo, se las sabían de memoria, incluido el Canciller.

A pesar de las diversas coyunturas políticas de nuestra historia, nuestros pueblos siguen teniendo un solo ser que los hace hermanos, no he conocido a un solo colombiano que no quiera a México. Deseo con todo el corazón que se consolide su proceso de paz, que todos puedan perdonar e integrar a las dos Colombias.

Patricia Galeana. Historiadora mexicana. Doctora en Estudios Latinoamericanos.

Investigadora y catedrática de la UNAM. Fue Directora General del Archivo Histórico Diplomático “Genaro Estrada” y del Instituto “Matías Romero” de Estudios Diplomáticos de la SRE, Presidenta de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales y actualmente es Presidenta de la Comisión de Historia del IPGH de la OEA. Autora de 15 libros, de 104 capítulos de libros, coordinadora de 326 obras y prologuista de 70 obras de historia política, diplomática y de género. Actualmente es Embajadora de México en Colombia.

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60 AÑOS DE BRASILIA

MÉXICO PRESENTE DESDE ANTES DE SU INAUGURACIÓN José Ignacio Piña Rojas

Este año se cumple el 60 aniversario de la inauguración de Brasilia el 21 de abril de 1960, motivo de conmemoración de una visión urbana audaz y testimonio de una aspiración innovadora. La Embajada de México en Brasil se ha unido con entusiasmo para participar en el programa de actividades que a lo largo del año evocarán la fundación de esta ciudad, especialmente para rememorar la visita del presidente Adolfo López Mateos, la primera de un jefe de Estado extranjero a la nueva capital, y el traslado a Brasilia de la propia Embajada de México en 1972.

A mediados del siglo XVIII surgió por primera vez la idea de trasladar la capital de Brasil al interior. La primera mención del nombre de Brasilia para la futura ciudad apareció en un folleto anónimo publicado en 1822. La primera Constitución de la República brasileña de 1891 estableció la región donde debería instalarse la futura capital; sin embargo, fue hasta 1956, con la elección del Presidente Juscelino Kubitschek, que se proyectó su construcción.

“Las imágenes de Gautherot capturaron el carácter monumental de los edificios, su aura futurista y las formas libres y leves de la arquitectura de Oscar Niemeyer”.

“Brasilia se tornó simultáneamente en monumento y símbolo nacional, categorías que hizo extensivas a Juscelino Kubitschek, garantizándole un lugar excepcional en la historia del país”.1 A pesar de las dificultades, Brasilia consolidó su función como capital de la República Federativa y se convirtió en un centro vital de la nación y en un referente internacional, luego fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987, al ser reconocida como uno de los proyectos arquitectónicos modernos más importantes del siglo XX. México fue testigo de esta monumental obra con la visita del presidente Adolfo López Mateos, en el marco de “la gira de buena voluntad por América del Sur”que llevó a cabo del 14 de enero al 4 de febrero de 1960, durante la cual visitó Venezuela, Brasil, Argentina, Chile y Perú. La 1 Lilia M. Schwarcz y Heloisa M. Starling, Brasil. Una biografía, Debate, México, 2016, p. 686.

gira “fue exitosa y culminó con la invitación formal para que México participara no sólo como país integrante, sino como miembro fundador de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC)”.2 En este contexto, el 21 de enero de 1960 el presidente López Mateos visitó Brasilia, convirtiéndose en el primer Jefe de Estado extranjero en hacerlo, aún antes de su inauguración. En esa ocasión, el mandatario mexicano conoció las obras en construcción, en especial la Plaza de los Tres Poderes. En palabras del presidente Kubitschek, la visita del presidente López Mateos simbolizó el deseo de una mayor aproximación entre los dos grandes pueblos hermanos.

La visita del presidente de México a Brasil “era importante porque ese país fue el único que recibió con restricciones las propuestas de la Operación Panamericana (OPA). En sus conversaciones, ambos mandatarios llegaron a un entendimiento”.3 Los presidentes López Mateos y Kubitschek suscribieron una declaración conjunta sobre política exterior en la que “reafirmaban la ‘fe en el régimen democrático y representativo’, la no – intervención, la necesidad de coordinar los esfuerzos para luchar contra la pobreza hemisférica y darle dinámica al desarrollo económico, incorporando a ese esfuerzo los postulados de la Operación Panamericana”.4 Al agradecer el ofrecimiento del Gobierno brasileño en la cesión de un terreno en Brasilia para la construcción de la Embajada de México, el presidente López Mateos declaró “magníficos sean ustedes, trabajadores brasileños, que con sus manos y con su valioso trabajo levantaron esta gran Ciudad”. A partir del 1º de septiembre de 1972, la Embajada de México en Brasil, ubicada hasta antes de esa fecha en Río de Janeiro, cambió su domicilio a: S.Q.S. 111, Bloco H, apartamento 402, Brasilia. La residencia del Embajador quedó instalada en: Shi Sul, QL ¼, lotes 19 y 20.

En 1974, durante la visita que realizó a Brasil el presidente Luis Echeverría Álvarez, encabezó la ceremonia de colocación de la primera piedra de la Embajada de México 2 “Diplomacia presidencial y la entrada de México en la ALALC”, Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 106, enero–abril de 2016, p. 252.

3 Francisco Iglesias, Breve historia contemporánea del Brasil, FCE, México, 1994, p.154.

4 Guillermo Palacios, “Brasil y México: sus relaciones 1822 – 1992”, Brasil y México: encuentros y desencuentros, IMR, SRE, México, 2005, pp. 71 – 72.

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Visita del presidente mexicano a Brasilia.

en Brasilia. Su inauguración ocurrió dos años después, el 12 de octubre de 1976. El entonces Embajador de México en Brasil, Víctor Alfonso Maldonado, informó que asistieron a dicha ceremonia el Ministro de Relaciones Exteriores, embajador Azeredo da Silveira, algunos ministros de Estado, miembros del cuerpo diplomático, funcionarios de gobierno y otras destacadas personalidades académicas, culturales, empresariales y sociales.

El proyecto y la obra de la Embajada de México se deben a tres reconocidos arquitectos mexicanos, Teodoro González de León, Abraham Zabludovsky y Francisco Serrano. “En la Embajada en Brasilia se exploró la ambigüedad entre interior y exterior, desde la pérgola resultante de un espacio porticado que abraza toda la construcción confinada por taludes perimetrales… Quizá nunca mejor que en este espacio integrado al paisaje se produjo un sincretismo entre modernidad internacional y herencia prehispánica”.5 En el sector de Embajadas del asa sul, la Embajada de México es uno de los edificios más emblemáticos y es considerado actualmente un ícono arquitectónico de esta capital brasileña. El inmueble se levanta en un espacio abierto para recibir a los mexicanos, brasileños y visitantes de todo el mundo, bajo las columnas que asemejan una gran puerta. La placa en su entrada expresa esa vocación: 5

Miquel Adriá, Francisco Serrano. Obra completa, Arquine, p. 23.

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“Embajada de México: construida para fomentar la amistad México - Brasileña”.

Son tres los edificios del complejo arquitectónico: la cancillería, la residencia oficial y el conjunto habitacional de siete pequeños departamentos, en un terreno de 2.5 hectáreas. La construcción se distingue por la simplicidad de sus formas y líneas, mientras recrea y abstrae imágenes que recuerdan a los taludes precolombinos.

“El motivo central del diseño de los tres edificios es el pórtico: en las casas de los funcionarios, bajo la forma de un patio; en la Residencia, como espacio semi – cubierto que alberga la piscina y las terrazas; y en la Cancillería, como un amplio espacio que sirve de entrada a vehículos, cuyo apoyo sugiere una puerta”.6 El diseño y los materiales del edificio se integran al paisaje brasiliense. El piso de ladrillo de barro rojo como la tierra del Planalto, el vidrio transparente desde donde se observa el Lago Paranoá, el concreto expuesto y áspero que rinde homenaje al esfuerzo empeñado para la construcción de la nueva ciudad.

El 16 de septiembre de 2019, en la sede de la Embajada, se inauguró el Espacio Cultural Alfonso Reyes, espacio que abre sus puertas a los mexicanos y a los brasileños para 6

Teodoro González de León, Obra completa, Arquine + Editorial RM, 2003, p. 126.

difundir permanentemente las expresiones de la cultura y el arte mexicanos, que son muy apreciados en Brasil.

“Nada puede sernos ajeno sino lo que ignoramos. La única manera de ser nacional consiste en ser generosamente universal, pues nunca la parte se entendió sin el todo”, escribió Reyes.

El trabajo conjunto y los sitios de encuentro entre México y Brasil proseguirán a través de sus grandes capitales. La Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) dispuso que la Ciudad de México, una de las capitales más antiguas del continente, y Brasilia, una ciudad de nuestra generación, sean la Capital Iberoamericana de las Culturas, en 2021 y 2022, respectivamente. Conjunción de

tiempos y punto de encuentro de dos ciudades latinoamericanas distintas, diversas, abiertas al mundo y a la cultura en su pluralidad y sus libertades.

José Ignacio Piña Rojas. Diplomático de carrera mexicano. Actual Embajador de México en Brasil. En el exterior ha sido titular de las Embajadas de México en Cuba, El Salvador, Panamá, Perú y República Dominicana, además de Representante Permanente Alterno ante los Organismos Internacionales en Viena, Austria. En la Secretaría de Relaciones Exteriores ha ocupado entre otros cargos, la titularidad de las Direcciones Generales del Servicio Exterior y de Personal, así como la de América Latina y el Caribe.

Archivo Fotográfico Excélsior. Sylvia Calatayud y Marcela Noguez “Brasília em Cartões Postais” Embajada de México en Brasil

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EL EXILIO CUBANO EN TRANSICIÓN REFLEXIONES PARA UN DEBATE Jorge Hernández Martínez

La migración es la resultante histórica de un proceso de prolongada presencia en la sociedad cubana, donde se conjugan factores políticos, económicos, sociales e ideológicos, con sus consiguientes condicionantes objetivas y subjetivas. En el caso cubano, ese proceso comienza a desarrollarse en el marco de la situación económica y las contradicciones políticas que caracterizaban la realidad de la Isla desde el siglo XIX, a partir de 1860, en la medida en que se agudizan los conflictos entre la sociedad colonial cubana y la metrópoli española. Una parte significativa de dicha migración, establecida en Estados Unidos, daría lugar a una comunidad exiliada, atendiendo a la situación política que obligó a figuras de relieve a establecerse en dicho país, y a la connotación patriótica de sus actividades allí, en función de la organización y apoyo al proceso independentista en la Isla. La dinámica migratoria proseguiría durante la primera mitad del siglo XX, en el seno de la sociedad neocolonial cubana y bajo el condicionamiento de la hegemonía y cercanía geográfica del Vecino del Norte. Así, a finales de la década de 1950, se calculaba que la población cubana en ese país alcanzaba aproximadamente entre 50 y 60 mil personas, muchas de las cuales buscaban allí horizontes económicos, en el mercado de la fuerza trabajo. Los cálculos establecidos por la historiografía fijan a fines de ese siglo una cifra aproximada de 25 mil cubanos en Estados Unidos, radicados fundamentalmente en regiones del sur y del noreste norteamericano.

Han transcurrido seis décadas desde que a partir del triunfo de la Revolución Cubana en 1959 se despliega una significativa migración que tiene como principal destino a Estados Unidos y a la ciudad de Miami, en el estado de Florida, si bien un gran número de cubanos se iría radicando también en otros centros urbanos de ese país, así como en España y Venezuela. Como denominador común, esos primeros migrantes salieron de la Isla en un marco de confrontación ante los profundos cambios que se estaban produciendo, que incluían la expropiación de tierras, negocios, industrias y la nacionalización de la economía nacional.

Tras ese éxodo inicial, tuvo lugar un proceso, prácticamente constante, que acrecienta de manera vertiginosa la conformación de comunidades o asentamientos de cubanos en dichos países, que se extendían a otras ciudades norteamericanas, como las de Hialeah, en el estado

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mencionado, Union City y West New York, en el de New Jersey, y las de Madrid y Valencia, respectivamente, en España y Venezuela. El resultado básico de ese drenaje migratorio, más allá de constituir un proceso demográfico, como movimiento internacional de personas, fue de carácter político. De cierta manera, se trataba de una migración forzosa, en la medida que las razones y motivaciones de los implicados implicaban la búsqueda de refugio, al ser enjuiciados unos por la legalidad revolucionaria, resentidos otros por la pérdida de propiedades, junto a familias atemorizadas por la orientación política radical que se prefiguraba aún antes de que oficialmente se declarara el carácter socialista de la revolución en 1961. Ese proceso ―desarrollado a través de un flujo migratorio sistemático, que comprendió fases de mayor intensidad, cual oleadas que en circunstancias de crisis llevaron consigo desplazamientos masivos significativos―, fue estimulado desde muy temprano por la política de Estados Unidos, al identificarse a la migración como una pieza funcional en el diseño y puesta en marcha de un proyecto subversivo enfilado contra la Revolución Cubana. Es en tal contexto que se ubica el surgimiento del exilio cubano contemporáneo, es decir, el que se configura como consecuencia de las transformaciones políticas que, bajo el liderazgo de Fidel Castro, se desatan en la Isla a partir del primero de enero de 1959. Considerado en la literatura sociológica y politológica especializada como el “exilio histórico”, se trata de un fenómeno cuya articulación data desde ese mismo año y comienzos del decenio de 1960, con el establecimiento en las mencionadas ciudades de grupos de migrantes o de comunidades de cubanos que en su mayoría procedían de la burguesía, la pequeña burguesía y otros sectores que fueron afectados por las nuevas leyes revolucionarias, junto a militares y en general, personal vinculado a las estructuras políticas y castrenses del gobierno dictatorial que encabezaba el presidente Fulgencio Batista.

El naciente exilio, por tanto, no era homogéneo. Desde el punto de vista de su composición social y clasista se conformó por segmentos diversos de la sociedad cubana, predominando los nombrados, pero abarcando también una amplia gama de individuos y familias completas, provenientes tanto de capas medias como de trabajadores, empleados en muchos casos en la esfera de los servicios y en labores domésticas, en cuyos mundos subjetivos se mezclaban diversos motivos: inseguridad, temor, rechazo y cierto contagio psicológico o reacción imitativa, ya que no pocos se marchaban del país siguiendo el ejemplo de patrones, amistades y vecinos, sin convicciones políticas

definidas. Los estereotipos y prejuicios existentes entonces sobre el comunismo y sus excesos estaban generalizados en el contexto social e ideológico de la sociedad cubana, como en muchas otras partes de América Latina, en las que las clases dominantes representadas por los gobiernos de turno los divulgaban e imponían a través de los aparatos ideológicos del Estado: instituciones educativas, culturales y formadoras de la opinión pública, como la televisión, la radio, unidas a productos del arte como el cine, las historietas gráficas y tiras cómicas. Quienes habían nutrido en la Isla las filas de las nacientes organizaciones opositoras contrarrevolucionarias, y terminado en prisión, neutralizados por los órganos de la seguridad estatal cubana, integrarían, al ser liberados, el núcleo del éxodo migratorio y serían componentes centrales en la estructuración del citado “exilio histórico”, creando agrupaciones políticas y medios de comunicación que organizaban o incentivaban actividades dirigidas a derrocar la Revolución y al retorno al país, algunas de ellas con una definida connotación terrorista, fijando una notoria cultura de intolerancia, un clima de presión psicológica en las comunidades de migrantes cubanos, que creaba o imponía un consenso frente al cual no cabía la discrepancia.

Así, la política gubernamental de Estados Unidos estableció, prácticamente desde el triunfo mismo de la Revolución Cubana, un esquema subversivo intervencionista que ha mantenido vigencia, adquiriendo relieves descollantes en determinadas etapas, como las de Eisenhower, Kennedy, Nixon, Reagan, W. Bush, Obama y Trump, tanto durante Administraciones demócratas como republicanas, liberales o conservadoras, entre variantes que han aplicado en unos casos el “poder duro” (bloqueo, asfixia económica, aislamiento diplomático internacional, actos terroristas, negación de visas), en otros el “blando” (influencia ideológica, robo de cerebros, intercambios académicos, culturales, deportivos, religiosos, relaciones pueblo a pueblo, otorgamiento de visas), apreciándose con frecuencia la combinación de ambos métodos. En ese esquema se identificó con precocidad la utilización de la migración como un instrumento subversivo, al incitar, por un lado, la salida ilegal de la Isla mediante la creación del Programa de Refugiados y la Ley de Ajuste Cubano, a comienzos de los años 60, como vía de desestabilización del proceso revolucionario, y al propiciar, por otro, el uso de las organizaciones del exilio para la realización de acciones de infiltración dentro de territorio cubano con el propósito de estructurar la contrarrevolución interna, llevando a cabo actos de sabotaje y atentados a los líderes revolucionarios.

En ese contexto, el accionar del exilio histórico se vio beneficiado con la imagen de no pocos exponentes relevantes de la intelectualidad cubana que pusieron sus nombres al servicio del sistema ideológico de propaganda que denigraba a la Revolución y condenaba, por cobardía o traición patriótica, a sus homólogos ―escritores y artistas― que decidieron quedarse en la Isla. Esta tendencia no fue

monolítica ni en todos los casos implicó una manipulación maniquea del gobierno estadounidense, pero contribuyó a cohesionar la ideología predominante en dicho exilio y a fomentar la intransigencia en las comunidades de cubanos emigrados. Figuras como las de Guillermo Cabrera Infante y Jesús Díaz, en diferentes tiempos, aportaron a esa historia.

A través del tiempo, tales organizaciones ganaron en membresía, visibilidad y papel político en la vida local en los asentamientos mayores de migrantes, como Miami, Hialeah, Union City, Valencia, Madrid, conformando una red contrarrevolucionaria subordinada a, o insertada en, la política exterior norteamericana, en la que sobresalían Alpha 66, Omega 7, el Movimiento 30 de Noviembre, los Comandos L, la Junta Patriótica Cubana, el Partido Socialdemócrata Cubano, la Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias en el Exilio (CORU), Recuperación Cubana en el Exilio (RECE), la Plataforma Democrática Cubana, Los Municipios de Cuba en el Exilio, Hermanos al Rescate y la Fundación Nacional CubanoAmericana (FNCA), entre las principales, con personajes destacados como Eloy Gutiérrez Menoyo, Andrés Nazario, Hubert Matos, Jorge Más Canosa, Jorge Más Santos, algunos de los cuales, como Mario y Lincoln Díaz Balart, Ileana Ross-Lehtinen, Robert (Bob) Menéndez, Marcos Rubio, Ted Cruz, en fechas relativamente recientes se ubican en estructuras legislativas y sobresalen en ámbitos políticos estaduales y nacionales, así como en círculos empresariales y financieros, con capacidad, además, de influencia económica. Como regla, mantuvieron la intención de incidir en la toma de decisiones con respecto a Cuba en las instancias del gobierno de Estados Unidos; la literatura académica y la prensa especializadas han sobrestimado con frecuencia ese alcance, afirmando incluso que la política estadounidense hacia la Revolución no se fabricaba en Washington, sino en Miami. La historia ha demostrado, sin embargo, en más de una ocasión, que ante circunstancias críticas en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba, en las que la FNCA y otras organizaciones presionaron para que se interrumpieran acuerdos entre los dos gobiernos encaminados a solucionar problemas de importancia (la pacificación en el Cono Sur africano en 1988, que implicaba el cese del apoyo militar norteamericano a Sudáfrica, la retirada de las tropas cubanas de Angola y la independencia de Namibia, y la firma del Acuerdo Migratorio para resolver la crisis migratoria de los balseros, en 1994), lo que prevaleció fue la raison d´ Etat norteamericana, es decir, los intereses permanentes de las élites de poder. En los ejemplos aludidos se concretaron procesos de diálogo y concertación jurídica, a contrapelo de las presiones del exilio, cuyas argumentaciones acusaban al gobierno de Estados Unidos de traición al exilio, al negociar con un ilegítimo cadáver político, las autoridades estatales cubanas. Como complemento del mapa político del exilio, de manera paralela al desarrollo de las organizaciones representativas de la ideología contrarrevolucionaria

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dominante, y con mucha menor fuerza y presencia, nacen también de modo paulatino otras, portadoras de voces alternativas desafiantes, como la Brigada Antonio Maceo, la Alianza de Trabajadores Cubanos y la Alianza Martiana, donde se hicieron conocidas figuras como la de Carlos Muñiz Varela, asesinado por grupos terroristas, Francisco Aruca y Andrés Gómez, manteniéndose este último muy activo, en constantes viajes entre Miami y La Habana.

La FNCA ha sido quizás, en ese contexto, la organización más conocida, que logró introducirse en el sistema político norteamericano, en los medios de Washington, como lobby o grupo de presión, con el apoyo de la Administración republicana de Ronald Reagan en la década de 1980; mantuvo su protagonismo más allá de la muerte de Más Canosa, dados los vínculos de amistad personal de su hijo, Jorge Más Santos, con los hijos de quién fuese el vicepresidente de Reagan durante ocho años, y luego presidente por un único mandato, el también republicano George H. Bush. En los años de 1990, ocupando la presidencia el demócrata William Clinton, las presiones del exilio cubano condicionaron notablemente la política de Estados Unidos hacia Cuba, al aprobarse la Ley Torricelli en 1992 y la Ley Helms-Burton en 1996, que reforzaron las regulaciones y restricciones establecidas por el bloqueo desde su nacimiento, al imprimirle un carácter extraterritorial, que agregan una verdadera persecución financiera transnacional a los intentos de Cuba por ampliar sus espacios y relaciones comerciales en Europa y otras latitudes. La FNCA renace bajo el doble gobierno de George W. Bush y la gubernatura en el estado de Florida de su hermano, Jeb Bush, ambos de la misma afiliación partidista que su padre. Sin embargo, la declinación institucional de la pujanza del exilio tradicional comienza a percibirse desde los inicios del presente siglo, a partir de la confluencia de diversos factores, cuyo rol se intensifica en las dos últimas décadas. En la actualidad, bajo el gobierno de Donald Trump, es notorio el papel de varias figuras de origen cubano que, fundamentalmente desde las filas del Partido Republicano y las instancias parlamentarias, están desempeñando una influencia decisiva en el enfoque de la hostil política hacia Cuba y en general, en la orientación de extrema derecha que distingue a la política de Estados Unidos hacia los procesos y gobiernos progresistas, emancipadores y antimperialistas en América Latina.

Algunas de ellas aspiraron por el mencionado partido, incluso, a la nominación presidencial. A partir de ahí, se ha tratado con atención el tema en no pocos medios intelectuales y periodísticos, considerándose que el exilio cubano ha adquirido una energía política renovada.

En rigor, esta última apreciación sobredimensiona la envergadura cualitativa de dicho exilio, basada en una percepción errónea, que magnifica el papel de determinados individuos (Marcos Rubio, Mauricio Claver-Carone, Lincoln y Mario Balart, Ted Cruz) que, si bien cuentan con

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respaldo partidista y gubernamental y han aprovechado de modo oportunista determinados espacios y ocupado posiciones institucionales, ello no es representativo de un exilio, como fenómeno sociológico, cuyo sujeto político se halla envejecido desde el punto de vista demográfico y generacional, con reducidas bases de sustentación social, con un discurso autoritario e intolerante que era típico del “exilio histórico”, que ha ido perdiendo resonancia y capacidad a nivel popular. Su proyección retórica se ha quedado como congelada, saturada de definiciones estáticas, anacrónicas, acompañadas de rigidez, dogmatismo e intransigencia, con un pobre activismo político efectivo. Lo que está sucediendo es una consolidación del proceso que venía caracterizando en los últimos decenios el cambio en ese exilio inicial. En resumen, desde los años 90 y hasta el presente, se ha ido modificando su naturaleza, transfigurándose de manera gradual aquel exilio en una comunidad de inmigrantes, primero, y en un grupo étnico, después. Así, se visualizan señales de nuevas tendencias. El exilio cubano se halla hoy en plena transición. La vida política de la emigración cubana durante la última década del siglo XX y las dos que han transcurrido en el actual, tanto en Estados Unidos como en España y Venezuela, principales sociedades anfitrionas, se caracteriza por un gran dinamismo, frustraciones, búsquedas, aperturas y cierres, moderación política, intereses en la relación con la Isla, por encima de su gobierno, junto a posturas de intolerancia y dogmatismo, ancladas en la tradición ideológica inicial del exilio histórico. Ello tiene lugar, desde luego, en estrecha relación con lo que ocurre en Cuba, en la medida que las diferentes percepciones que coexisten en la migración se construyen a partir de los procesos internos en la Isla. En este sentido, se aprecian distintas tendencias en el arco ideológico del llamado Miami cubano, epicentro de la migración cubana en su conjunto, sobre la base de la gravitación ideológica de los sectores de poder que allí aún predominan, cuyo control de los medios de comunicación impone su visión e intereses, a contrapelo de aspiraciones de crecientes segmentos de población cubana, que desde el extranjero se interesan en normalizar sus relaciones con su país de origen, a partir de intereses tanto familiares como económicos y políticos.

Los procesos son contradictorios. Por un lado, la sobrevivencia de la Revolución, en medio de enormes dificultades, ha fortalecido la convicción de los segmentos minoritarios del exilio histórico, acerca de que es necesario utilizar el estrangulamiento económico y la vía violenta como solución definitiva, en contubernio con un gobierno norteamericano como lo fueron ayer el de Reagan y W. Bush, como lo es hoy el de Trump. Por otro, la ya vieja experiencia de Europa del Este ha seguido alimentando las esperanzas de que con recetas similares se lograría la “transición” pacífica al capitalismo en Cuba. Esto ha sostenido proyectos que tratan de presionar internacionalmente a la Revolución a través de gobiernos y

partidos políticos en Europa y América Latina, al tiempo que estimulan la oposición supuestamente “civilizada, no violenta”, dentro de Cuba, que por cierto ha ido perdiendo dinamismo, legitimidad, credibilidad y membresía, sin capacidad alguna real de impulsar cambios políticos en el país. Ante la dinámica interna en la Isla, que incluye en medio de muchos e importantes apuros cierta reanimación económica relativa, reformas del trabajo por cuenta propia, una significativa reinserción internacional, la flexibilización de la política migratoria y hacia la emigración, y una definida capacidad de resistencia ante el hegemonismo estadounidense, se crean condiciones que favorecen la expectativa y las tendencias y organizaciones del mundo emigrado, que se distancian de las alternativas dogmáticas e intransigentes del exilio histórico, y promueven opciones desde la moderación y el respeto a las diferencias, comprometidas con la soberanía nacional. Exponentes de estas tendencias han incrementado y mantenido sus vínculos con Cuba durante los últimos años, y cuestionan la política de Trump, que limita o impide visitas y remesas, bajo la presión de exponentes del exilio cubano que le estimulan y acompañan.

A pesar de todo, las visitas a Cuba por parte de los emigrados se mantienen. Otro tanto sucede con el envío de remesas a los familiares en la Isla, que sortean obstáculos con gran capacidad imaginativa y burlan la legalidad norteamericana, asumiendo, claro está, riesgos legales. En Miami, como en otras áreas donde se concentran comunidades relevantes de cubanos en el exterior, pueden comprarse desde hace más de dos decenios los CDs de los más destacados músicos cubanos, no pocos de los cuales viajan a esa y a otras ciudades estadounidenses con reiteración, y DVDs con las películas más recientes facturadas en Cuba. Escritores, artistas y académicos emigrados o exiliados participan habitualmente en eventos culturales o científicos en la Isla. Los procesos que viven la migración y el exilio, en efecto, son complejos y contradictorios. Estas características se incrementan con la diversidad creciente que define al proceso migratorio en la actualidad, a partir de las constantes llegadas a Estados Unidos y otros países de personas de la Isla, muchas de ellas nacidas después de 1959, quienes se han socializado y educado bajo la influencia de la Revolución, y a pesar de lo que probablemente quisieran, no pueden escapar totalmente a ese condicionamiento objetivo. A ello se suma la presencia que van adquiriendo en la vida social, cultural y económica de lo que ya no sería un “exilio histórico” los jóvenes de segunda o tercera generación (hijos o nietos de los emigrados de los años 60, 70 y 80), que ya son adultos o al menos adolescentes, quienes no conocieron directamente la sociedad cubana, no la han visitado, sino que tienen una imagen legendaria de la Isla, a partir de las historias, recuerdos y vivencias de sus familiares. Estos jóvenes, por tanto, como en parte es el caso de los balseros y de los que llegan a Estados Unidos mediante el sorteo, no se proyectan,

en lo fundamental, con la obsesión ni el resentimiento hacia la Revolución de sus padres o abuelos. Y en el caso de aquellos que han dejado en Cuba, en fechas relativamente recientes, a familiares, les resulta imperioso mantener el contacto con el país de procedencia.

La situación más reciente de la migración cubana apunta hacia una nueva etapa, definida por contradicciones, en la que coexiste aún una cultura de intolerancia junto a voces alternativas y rechazos al exilio histórico, cuya expresión en términos sociológicos es decreciente y se aleja cada vez más de lo que fue. Sus transformaciones tienen como telón de fondo los procesos de cambios que se han venido analizando. Al examinar el momento político actual del exilio cubano, y al pensar en su evolución, habría que valorar una serie de factores que apuntan en su interrelación hacia dimensiones específicas que harán aún más compleja la cultura política de la migración en su conjunto y del exilio en particular, planteando interrogantes e hipótesis a su indagación y debate. Entre tales factores no pueden omitirse los siguientes: (a) el proceso demográfico, de cambios generacionales: el envejecimiento de la primera generación, que ha sido base social del exilio histórico y de algunos segmentos de la izquierda, junto al auge natural de la segunda generación; (b) el proceso de inserción, de integración social y cultural a la sociedad receptora, principalmente en Estados Unidos, o sea, la definitiva evolución del exilio hacia comunidad inmigrante y grupo étnico; (c) el proceso de transición específico en el enclave de Miami, por su significado central para la comunidad cubana y el exilio histórico, que allí se forjó; (d) la inyección de nuevos migrantes cubanos, con motivaciones y aspiraciones diferentes, así como con orientaciones ideológicas y compromisos políticos distintos; (e) los procesos que tengan lugar en Cuba, junto a la percepción sobre los mismos en el exterior.

Entretanto, la política de Estados Unidos hacia la Isla arrecia su agresividad y enrarece el clima bilateral, del cual la migración ha sido, durante mucho tiempo, rehén inevitable. En ese país radica la mayor parte de los cubanos que residen en el exterior, alcanzando una cifra cercana a los dos millones. Más allá de las raíces de la historia del proceso migratorio cubano posterior al triunfo de la Revolución, y del legado que llega a través de 60 años, los cambios operados y los que se encuentran en curso propician un contexto objetivo y subjetivo que condiciona, o más exactamente, determina, la transición sociodemográfica, política y cultural de lo que ha sido el exilio histórico cubano, en el marco de la tercera década del siglo en curso.

Jorge Hernández Martínez (1949). Sociólogo y politólogo cubano. Profesor e Investigador Titular del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU) y Presidente de la Cátedra “Nuestra América”, en la Universidad de La Habana.

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CIENCIA Y TECNOLOGÍA

COMPORTAMIENTOS EN LAS EPIDEMIAS Y LA POLÍTICA DE SALUD PÚBLICA EN HONDURAS A PROPÓSITO DEL COVID-19 Yesenia Martínez

Durante todo el siglo XIX el territorio hondureño se vio invadido por las epidemias de viruela y el colera morbus.

A ello le hicieron frente las autoridades municipales y departamentales, quienes se manifestaron mediante informes, peticiones y bandos enviados a las autoridades centrales o distribuidos en las comunidades afectadas. En estos documentos se solicitó la formación de Juntas de Sanidad, la limpieza de solares, se instruyó cómo debían construirse las sepulturas, el establecimiento de cordones sanitarios y la implementación de cuarentenas hasta por veinticinco días. La preocupación fue tal que se atendió particularmente las fronteras del sur tanto como las del Caribe hondureño.1 Hasta finales del siglo XIX, las disposiciones tomadas fueron por actores políticos. Igual sucedió durante la administración del presidente Luis Bográn (1883-1891), segundo gobierno de la Reforma Liberal. Con la diferencia que para este momento se emitieron normativas de carácter legal y jurídico, tales como El Reglamento de Gobierno y Policía de Puertos,2 y el Reglamento de Policía, ambos publicados en 1888.3 En estos instrumentos el Estado se comprometió a velar por la higiene, el ornato y el control social. Además, se incluía la atención en momentos de epidemias, la necesidad de fomentar la creación de Juntas de Sanidad en cada Puerto, y establecer cuarentenas de 24 horas a cinco días para naves de guerra. También de nuevo se recomendó la forma de los entierros, entre otras disposiciones.

Cf. Liberato Moncada, Jefe Político Intendente de la municipalidad de Tegucigalpa, “Viruela en Tegucigalpa”, 6 de octubre de 1830, Caja No. 4; Acuerdo del Supremo Gobierno, Ministerio General, “Cordón Sanitario”, Comayagua, 15 de julio de 1837, Caja No. 270, Expediente 000056; Francisco Portal, “Al Ministerio de Relaciones Interiores, Orocuina, 13 de enero de 1868, Caja No. 5; José Trinidad Cabañas, “Al Ministerio de Hacienda, aduana de Trujillo, 25 de febrero de 1868, Caja No.5; Pedro Fernández, Gobernador Político de Olancho al Ministerio de Relaciones Exteriores, Juticalpa, 13 de diciembre de 1867 y 5 de enero de 1868. Caja No. 4; Inocente Rodríguez, Gobernación Política de Santa Bárbara, 6 de enero de 1868, Caja No. 5. En ANH, Tegucigalpa. También en Víctor C. Cruz Reyes, “Epidemias del siglo XIX en Honduras”, Mesoamérica, Vol. 6, No. 10 (Guatemala, CIRMA, 1985), pp. 371-390.

2 Carlos Alvarado, Ministro de Guerra, “Reglamento de Gobierno y Policía de Puertos, entre 23 de diciembre de 1887 y septiembre de 1888”, La Gaceta, Tegucigalpa, 14 de septiembre de 1888, pp. 11-23. En Latin American Library, University Tulane, New Orleans, USA. También en Jorge Amaya, El que esté libre de pecado… Prostitución femenina y control social en Honduras durante la época liberal (1876-1950), (Tegucigalpa: Editorial Guaymuras, 2013), pp. 51-57.

3 República de Honduras, “Reglamento de Policía de 1888”, La Gaceta, Tegucigalpa, 28 de febrero de 1888, pp. 47-51. En https://tzibalnaah.unah.edu.hn/ 1

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Vale mencionar que en El Reglamento de Policía se mandó atender la higiene para los rastros, cementerios, hospitales y las epidemias. También se responsabilizó a la Policía Higiénica en hacer cumplir tal normativa, siempre y cuando se mantuviera en coordinación con la Facultad de Medicina de la Universidad Central. Además, por primera vez se mencionó el establecimiento de un conservatorio de vacuna, la propuesta de un registro de la estadística médica, y las disposiciones para colocar médicos en fábricas y cuarteles. Este instrumento tiene un contenido más ajustado a un código sanitario.

Si bien en ambas normativas hay una intención de reglamentar la higiene y atender las poblaciones en momentos de epidemias, éstas se dieron con contenidos legales y jurídicos, y amplia responsabilidad en la policía.

Quizá por no considerarse la participación de un colectivo de médicos o por la ausencia para el momento de un organismo de salubridad. Esto sólo se consideró hasta 1891, cuando se propagó la epidemia de viruela en las regiones del Caribe y el occidente de Honduras, ya para finalizar la administración de Bográn. En este momento las autoridades de gobierno encomendaron al decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Central que se elaboraran “las disposiciones relativas para combatir la epidemia…”.4 Esto estuvo al cuidado del doctor Miguel Paz Barahona, quien fue presidente de Honduras entre 1925 y 1929. Con la llegada de la fiebre amarilla entre los meses de mayo y agosto de 1905 sucedió otra situación.

Esta epidemia muy probable tuvo como origen el sur de Estados Unidos, afectó los puertos de Veracruz en México, Puerto Barrios en Guatemala, Puerto Cortés y otras poblaciones del departamento de Cortés en el Caribe hondureño. En esta ocasión le correspondió atender al gobierno de Manuel Bonilla (1903-1907). Sin embargo, éste mostró poco interés, y no sólo por dejar al descubierto la frágil y escasa infraestructura hospitalaria en la ciudad de San Pedro Sula, donde funcionaba el Hospital del Norte, institución que atendía las poblaciones afectadas, sino también por dejar a solas a las autoridades Crescencio Gómez, secretario de Gobernación, “Disposiciones relativas para combatir la epidemia de la Viruela por orden superior, impresas en marzo de 1891”, Tegucigalpa, Tipografía del Gobierno, marzo 1891. En APJEI, Jesús de Otoro, Departamento de Intibucá.

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Con la propagación de la epidemia del COVID 19, Honduras sigue con problemas semejantes municipales y a las Juntas de Sanidad. Bonilla no sólo evadió la responsabilidad presupuestaria para atender a las víctimas de 1905, para lo cual apenas alcanzaron los pocos recursos del Comité de Agua y de la Tesorería Municipal de San Pedro Sula,5 el pueblo caribeño más importante de esa región, sino que también actuó irresponsablemente. En plena propagación de la epidemia apenas recomendó que se organizara una Junta Nacional de Sanidad, sin éxito alguno. Y mientras cada día la población se contagiaba, Bonilla se dedicó a visitar a los inversionistas del banano en los departamentos de Cortés y Atlántida, con ellos al parecer tomó whisky y champagne6 mientras fallecían centenares de hombres y mujeres que residían en comunidades cercanas a la línea del Ferrocarril Nacional, en el departamento de Cortés.

Algo similar sucedió con la pandemia mundial de la Gripe de 1918. Esta afectó la población hondureña en la segunda y tercera oleada, entre los meses de octubre de 1918 y marzo de 1919. Por esta causa fallecieron centenares de hombres, mujeres y niños a nivel nacional, y particularmente en las comunidades cercanas a las líneas Ver AH-SPS, “Acta No. 22, Sesión de Corporación Municipal”, San Pedro Sula, 01 de junio de 1905, folio 429-430; Acta No. 23, del 15 de junio, folio 433; y Acta No. 31, del 13 de septiembre de 1905, folio 447-448.

6 Cf. Víctor Cáceres Lara, “Astillas de Historia. Presidente Manuel Bonilla visita Zona Norte de Honduras”, El Día, 31 de junio de 1960, Box 8. 653, Standard Fruit Company paper, Honduras, 1960, folder 38. Louisiana Research Collection, Universidad de Tulane, New Orleans, EE.UU. 5

del Ferrocarril Nacional y las que conectaban con los puertos del Caribe (Trujillo, Omoa y Puerto Cortés) y las comunidades donde se desarrollaba la actividad agro industrial, particularmente del cultivo del banano.7 Para esta década este producto no sólo logró colocarse en la mejor época de la renta aduanera en Honduras, sino también que entre 1912 y 1932 llevó a convertir a Honduras en el principal exportador a nivel mundial, con una producción que pasó de mil acres de tierra cultivada en 1914 a 87 mil en 1924.8 Con esta pandemia de 1918, de nuevo la geografía de la propagación de las epidemias recuperaba la misma ruta del contagio desde el periodo colonial, en el siglo XIX, e incluso con la fiebre amarilla de1905.9 En parte se debió a que los puertos coloniales y de principios del siglo XX con mayor actividad comercial que conectaban a Honduras con Guatemala, Belice, Cuba, México, Estados Unidos y Europa se encontraban en el Caribe, un espacio apropiado para la inmigración y el comercio. Al igual que en 1905, con la pandemia de gripe de 1918 y 1919 las autoridades sanitarias, y el mismo presidente, el médico Francisco Bertrand (1913-1919), se volvieron a desentender. Esto sucedió a pesar de pertenecer a una generación de profesionales de la medicina que se responsabilizaron por elaborar e implementar el código sanitario y su reglamentación desde 1910. Todos ellos, para el momento de la propagación de Los registros de defunciones por causa de la influenza o gripe de 1918-1919 se encuentran en los Libros de Defunciones www.familysearch.org entre los meses de octubre de 1918 a marzo de 1919.

8 Un acre equivale a 1.7 manzanas, lo que significa que la United Fruit Company pasó de producir 1,700 manzanas en 1914 a 147,000 manzanas en 1924.

9 Cf. Víctor Cruz Reyes, “Epidemias del siglo XIX en Honduras”, Mesoamérica, Vol. 6, No.10 (Guatemala: CIRMA, 1985, pp. 371-390; y Yesenia Martínez, “Epidemias, muertes y entierros en Honduras, en tiempos de la Viruela, la Fiebre Amarilla, la Gripe Española y el COVID 19, entre 1891 al 2020”, abril 2020. En https://www.latribuna. hn/2020/04/18/actores-discursos-y-comportamientos-en-contextos-de-las-epidemias-yla-politica-de-salud-publica-en-honduras-a-proposito-del-covid-19/ 7

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la gripe, se encontraban entretenidos en cómo lograr la presidencia de la república, apoyados en gran parte por los inversionistas del banano, incluso por Samuel Zemurray, futuro presidente de la United Fruit Company (UFCO). Tal fue el desentendimiento, que apenas mencionaron lo afectada que se había encontrado la ciudad de La Ceiba,10 sin enterarse que a causa de la epidemia había fallecido población en todo el territorio nacional. Sobre esta situación hicieron referencia las autoridades de salud de la UFCO, ellos reportaron que después de la malaria, fue la influenza la enfermedad que más afectó a los trabajadores de las divisiones de Cuba, Jamaica, Honduras y Guatemala, a tal grado que tuvieron que imponer cuarentenas y aislamientos.11 Actualmente, con la propagación de la epidemia del COVID 19 y en pleno siglo XXI, en Honduras seguimos con similares problemas. En este momento sigue siendo la región norte del país, y en particular el departamento de Cortés, la zona más afectada, con un 64 % de los casos contagiados y fallecidos.12 Esto tiene una razón histórica, sigue siendo el espacio de mayor actividad comercial, de exportación, ahora ya no tanto de entrada, sino de salida a las caravanas migratorias. A ello se suma la falta de Memoria del Secretario de Gobernación y Justicia presentada al Congreso Nacional, 1918-1919, Tegucigalpa, Tipografía Nacional, 1919, p. 8.

11 UFCO Medical Department, “Annual Report 1919”. Boston, Pres of GEO. H.ELLIS CO., 1920, p. 11.

12 Secretaría de Salud, “Informe del 23 de mayo de 2020”, Boletín COVID 19, Tegucigalpa, 23 de mayo de 2020.

infraestructura sanitaria y un plan de emergencia y condiciones, no sólo para atender la región Caribe, sino también la problemática a nivel nacional.

Hoy en día las similitudes persisten, aun con un siglo de diferencia. Ahora, aunque en un contexto del Estado neoliberal, no sólo existe un reducido presupuesto destinado a fortalecer el sistema de salud y la infraestructura hospitalaria pública, sino que estamos ante una total incertidumbre de falta de transparencia ante la imagen de un Estado fallido y salpicado por la corrupción y el narcotráfico internacional. Esto pareciera que no sucedía entre fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, pero sí está claro que el Estado sigue aliado a actores como la policía y los militares para atender las epidemias y el control de las enfermedades infecto contagiosas. Hoy, un siglo después, el Estado y el gremio médico no pueden conciliar para atender la magnitud del COVID 19.

Aquí es cuando la historia se vuelve cíclica, cuando en situaciones de epidemias o pandemias pareciera que actúan los mismos actores, más cuando se trata de una verdadera política pública sanitaria o un sistema de salud pública responsable de atender a la población vulnerable al contagio y los espacios de propagación de una pandemia.

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Yesenia Martínez (Honduras). Historiadora, docente e investigadora hondureña.

Trabaja en el Departamento de Historia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, y es estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales en el Colegio de Michoacán, México. yesymg@gmail.com

LA CAJA DE PANDORA

LA ESPERANZA EN TIEMPOS DEL COVID-19 Gastón Cornejo Bascopé

Glosa Al artículo de Karina Lagdameo Santillan, Manila, Filipinas, editado en Pressenza. Una humanista que envía un estupendo mensaje de cultura y mitología griega sublimados en contexto con la pandemia que padecemos y la esperanzada conclusión que esperamos llegue a nivel planetario, prontamente.

Cuando antaño los médicos recibíamos un Abdomen agudo, es decir un cuadro doloroso abdominal agudo, en el cerebro del galeno se abría un esquema diagnóstico de patologías múltiples, unas de tratamiento quirúrgico perentorio, otras de terapéutica médica suficiente. Frente a la diversidad de cuadros, hemorragias, perforaciones, peritonitis, traumas viscerales, obstrucciones, etc., disponíamos sólo de las manos abiertas sobre el abdomen, el fonendoscopio para escuchar el peristaltismo o el silencio pre mortal, la percusión, la observación clínica; la semiología francesa en su pericia y el pronóstico reservado o benigno trascendía de inmediato. Una punción abdominal nos aproximaba al diagnóstico así como una toma de temperatura axilar y rectal nos mostraba la presencia del foco inflamatorio. Actualmente, los médicos disponen de una ecografía, tomografía, resonancia magnética (de elevado costo) que clarifican la situación y por ende la toma de decisiones.

Bueno, antaño trasladábamos el pensamiento a la antigua Grecia y al Olimpo, donde moran las figuras solemnes de Hesíodo y repetíamos la sentencia: “el abdomen es una Caja de Pandora”; podía ser cualquier cosa y cuando en la duda abríamos la pared abdominal retirábamos los males a veces incurables, pero también salía la esperanza, la opción de ganar la maravillosa vida en bien de nuestros queridos enfermos. De eso se trata hoy; sin perder interés leamos el artículo recomendado a los profanos:

LA ESPERANZA

Karina Lagdameo Santillan

“Parece que una caja de Pandora de enfermedad y muerte ha sido abierta por el virus que ha estado causando estragos en todo el planeta. Pero, cuando todo está dicho y

hecho, ¿es esta última pandemia una bendición o una pesadilla? ¿Está la humanidad condenada a una caja de Pandora de males y maldades sin fin? ¿La esperanza que permanece encerrada es una maldición, una falsa esperanza? ¿O un regalo de los dioses que puede inspirarnos hacia una imagen optimista del futuro? Tal vez, la historia de Pandora, tal como se cuenta y se vuelve a contar, tenga pistas en el relato que pueden llevarnos a encontrar la esperanza incluso en los tiempos más sombríos. En la mitología griega, Pandora fue la primera mujer en la tierra, su nombre significa ‘La que lleva todos los regalos’. Su historia se cuenta en la Teogonía de Hesíodo. Prometeo roba el fuego de los cielos y lo concede como un beneficio para la humanidad. Esto enfurece a Zeus, rey de los dioses, que diseña un plan para castigar a Prometeo por haber robado el fuego divino. Zeus encarga a Hefesto, dios del fuego y patrono de los artesanos, que cree a una mujer, a la que los dioses le conceden sus mejores regalos. Hefesto la crea de arcilla, dándole una forma perfecta. Afrodita le da su feminidad, Atenea le enseña sus artesanías mientras que Hermes, bajo órdenes de Zeus, le enseña a ser terca y curiosa. Zeus entonces le da un pithos que literalmente se traduce como jarro (pero más tarde fue mal traducido por el humanista del Renacimiento, Erasmo, para significar caja), diciéndole que contiene regalos especiales de ellos. Pero no se le permite abrir la caja nunca. Hermes la lleva a Epimeteo, hermano de Prometeo, para ser su esposa. Prometeo había aconsejado a Epimeteo que no aceptara nada de los Dioses, pero cuando vio la belleza de Pandora, se enamoró de ella, haciendo caso omiso del consejo de su hermano. Pandora es incapaz de contener su curiosidad, y abre el frasco, liberando en el mundo las enfermedades, la muerte y todo tipo de desgracias y males, pero cierra la tapa antes de que la Esperanza pueda escapar. Según Hesíodo, Zeus quiso que la Esperanza se quedara dentro porque quería que los mortales sufrieran para entender que no debían desobedecer a sus dioses. Esta visión “pesimista”, de que la humanidad está “condenada” a sufrir todo tipo de males y desgracias porque la esperanza permanece encerrada, incapaz de salir, es compartida por el filósofo Friedrich Nietzsche. En Humano, demasiado humano, argumenta que ‘Zeus no quería que el hombre desperdiciara su vida, por mucho que le atormentaran los demás males, sino que siguiera dejándose atormentar una vez más. Con ese fin, le 29

en su colección de cien fábulas, Fabulae Centum, de 1563, aborda en un poema el origen de la esperanza como lo que queda de las ‘bendiciones universales’ que han escapado: ‘De todas las cosas buenas de las que carecen los mortales, sólo la Esperanza en el alma es la que permanece’. ¿Esperanza para siempre encerrada o una de las bendiciones restantes que vienen de los dioses? Sea cual sea la forma en que lo veamos, la esperanza permanece. ‘La esperanza, que ha servido como nuestra musa a través de los tiempos, aprisionada con todas las cosas aterradoras que han pasado y que podrían pasar, podría ser una fuerza formidable para el bien, formidable de hecho una vez sea desatada’.

“Tal vez, gracias a esta crisis, algunas de esas esperanzas ya están emergiendo de la caja de Pandora. Con todo lo que estamos experimentando hoy en día y al darnos cuenta de lo interconectados que estamos todos, está surgiendo esperanza en común. El acceso a los alimentos que nos nutren, que estén disponibles de manera más accesible.

Vivienda, educación, servicios básicos, buena atención médica para todos y no solo para unos pocos privilegiados que la pueden pagar. Un liderazgo que priorice las necesidades de las personas por encima de todas las demás cosas. Un futuro mejor para nuestros hijos. Un futuro seguro, libre de miedos y ansiedades a lo largo de la vida y el crecimiento. La caja de Pandora no tiene por qué permanecer cerrada. Hoy en día, lo que sale de ella es nuestra esperanza y nuestro trabajo.” da al hombre esperanza. En verdad, es el más grande de los males porque prolonga el tormento del hombre’. Pero en un importante abandono de Hesíodo, el poeta elegíaco griego del siglo VI a.C., Teágenes de Mágara, escribe: ‘La esperanza es el único dios gentil que queda en la humanidad; los otros se han ido y han partido al Olimpo.

La confianza, un dios poderoso se ha ido, el Temple ha abandonado a los hombres, y las Gracias, amigo mío, han abandonado la tierra. Los juramentos de los hombres ya no son de confianza, ni no lo es nadie que venere a los dioses inmortales; la raza de hombres piadosos ha perecido y los hombres ya no reconocen las reglas de conducta o los actos de piedad’. El poema implica que el jarro/caja también contenía bendiciones. Una vez cerrada la tapa, sólo queda la esperanza, ‘prometiendo que nos concederá a cada uno de nosotros las cosas buenas que se han perdido’.

“Durante el Renacimiento, dos influyentes escritores humanistas reformulan este mito. Andrea Alciato en su Emblema, 1534, muestra a la diosa Esperanza sentada en un jarro, diciendo: ‘Me quedé sola en casa cuando los males se agitaban por todas partes, como la venerada musa del viejo poeta [Hesíodo] te ha dicho’. El poeta neolatino Gabriele Faerno 30

Colofón Al formarnos médicos nos aproximamos obligatoriamente a las divinidades del Olimpo gracias a la teo-visión innata que nos conforma y que en los iniciados se aviva como brasa ardiente. Concluimos estudios jurando a Hipócrates, respetando a Asclepio, a Quirón, Zeus, Hermes, Mercurio, Apolo, Prometeo, a las Gracias; enamorados de la belleza de Afrodita, de la inteligencia de Atenea, de Baco y Cupido que nos consuelan, y toda esta teogonía nos acompaña en la senda llena de cruces de la vida médica.

Ahora se trata de mantener abierta la Caja de Pandora y lograr que la esperanza liberada, brille en nuestro cielo, en nuestro planeta hogar, Galia, la Madre Tierra. Que pasado el azote bacteriológico construido por mentes insanas, se renueve otra relación constructiva, fraternal, cuidadosa, ética y en términos de piedad se haga realidad la utopía de habitar una Nación Humana Universal, donde el amor y la paz sean presencia al infinito.

Gastón Cornejo Bascopé. Boliviano, médico cirujano egresado de la Universidad de Chile, escritor y político. Autor de varios libros. Fue Presidente de la Sociedad Boliviana de Cirugía y de la Sociedad de Escritores de Bolivia y senador de la república del Movimiento al Socialismo (MAS), por el departamento de Cochabamba.

LETRAS

CON TON Y SON UN POEMA LORQUIANO ESCRITO EN CUBA Nicolas Balutet

De marzo a junio de 1930, a invitación de la Sociedad Hispanocubana de Cultura, Federico García Lorca pasa tres meses en Cuba, donde vive algunos de los mejores días de su vida. Así lo escribe a sus padres: “Esta isla es un paraíso. Cuba. Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba”1. Durante su estancia, gracias al antropólogo Fernando Ortiz y a otros amigos, se familiariza con las raíces africanas de la cultura nacional, que le fascinan. Encuentra a algunos representantes del negrismo, como el joven poeta Nicolás Guillén, que publicará en abril Motivos de son; presencia una ceremonia de iniciación ñáñiga2 y, según el musicólogo Adolfo Salazar, dedica gran parte de sus noches a cantar en compañía de músicos negros en las playas de Marianao3.

Quizás sea el son lo que más impacta al poeta. De hecho, el único poema que escribe en Cuba y publica durante su estancia se inspira en esta tradición musical afrocubana, que no para de popularizarse en toda la isla gracias al desarrollo de la radio. “Son de negros en Cuba” aparece en el sumario del número 11 de la revista Musicalia (abrilmayo de 1930).

Dedicado a Fernando Ortiz, el poema emplea una de las principales características del son: un estribillo repetido constantemente. Se trata aquí del famoso pentasílabo “iré a Santiago”, que algunos críticos consideran como una reminiscencia de la canción “Viene de Panamá” de La dama boba de Lope de Vega4. Lorca escribe el texto antes de su visita a la ciudad de la provincia de Oriente, lugar de origen de esta música, adonde llega solo y casi secretamente el 1 de junio después de 12 horas en tren5 y no en carro negro, como sugiere el verso “en un coche de agua negra”, siendo “el agua” una referencia a los reflejos del barniz del vehículo. Tres temas afloran en la

Federico García Lorca, Epistolario completo. Crítica y estudios literarios, Madrid, Cátedra, 1997, p. 1168.

Luis Rafael Hernández, “Lorca en Cuba, Cuba en Lorca”, Hipertexto, n°5, 2007, p. 37.

3 Ibid., pp. 37-38.

4 Anke Birkenmaier, “La Habana, 1930: Lorca entre raza y cultura”, Revista de Antropología Social, n°17, 2008, p. 105; Andrés Soria Olmedo, “Cuba en un poema de Federico García Lorca”, Anales de la literatura española contemporánea, Volumen 38, n°1-2, 2013, pp. 450-451.

5 Luis Rafael Hernández, op. cit., p. 38.

1

2

composición: los recuerdos infantiles, el paisaje cubano y la música.

Antes de pisar el suelo de la isla a los 31 años, Lorca ya tenía una visión algo romántica del país. En efecto, “la rubia cabeza de Fonseca”, “la rosa de Romeo y Julieta” y el “mar de papel y plata de monedas” se refieren a los puros cubanos y, más precisamente, a los estuches de tabaco que el padre del futuro poeta recibía en Fuente Vaqueros. Los atractivos rizos y la barba pelirroja de Francisco Fonseca, el dueño de la marca tabaquera epónima, la escena de seducción entre los dos jóvenes de Verona presente en las cajas de otros habanos, las monedas de oro y el papel de aluminio plateado que adornan los paquetes, le proporcionaron al joven andaluz una primera imagen, algo refinada, del país.

Del “coral en la tiniebla”, alusión al color nocturno de la punta del cigarrillo en cada calada, se pasa a la luminosidad resplandeciente del día con la sinestesia “calor blanco”. En los versos lorquianos el paisaje cubano evoca el mar y las playas de arena, los platanales y la ligera brisa marina que mueve o hace cantar los cañaverales y los techos de las casas campesinas hechas de palmas. La isla arqueada y parecida a un lagarto verde o un “caimán” según el poeta se revela sobre todo como “un 31

arpa gigantesca formada por millones de troncos sonoros”6.

Las “semillas secas” contenidas en una maraca y las claves, palos pequeños que se golpean uno contra otro, completan la orquesta sonera en la que el ritmo es el elemento esencial.

“Son de negros en Cuba”, recogido después en la parte final del celebérrimo poemario Poeta en Nueva York, es una composición encantadora por su sencillez y, al mismo tiempo, su fuerza expresiva y musicalidad. Prueba de estas cualidades: casi 100 años después de su escritura, el poema sigue siendo uno de los más populares de Lorca e inspirando a algunos renombrados músicos del mundo hispánico, como Compay Segundo, Ana Belén o, hace dos años, el cantautor Miguel Poveda7. Aquí el poema:

Son de negros en Cuba Cuando llegue la luna llena, iré a Santiago de Cuba, iré a Santiago, en un coche de agua negra.

Iré a Santiago.

Cantarán los techos de palmera.

Iré a Santiago.

Cuando la palma quiere ser cigüeña, iré a Santiago.

Y cuando quiere ser medusa el plátano, Federico García Lorca así lo comentó a su amigo Juan Marinello para explicar el verso “arpa de troncos vivos”. Véase Juan Marinello, Lorca por Lorca, La Habana, Ediciones Huracán, 1971, p. 307.

7 Los tres artistas, entre otros muchos, incluyeron el poema en uno de sus discos: https://www.youtube.com/watch?v=1fyYCm8ku8w(Compay Segundo); https://www.youtube.com/watch?v=PFac5YCjsd4 (Ana Belén); https://www.youtube.com/watch?v=jExdjejKC94(Miguel Poveda).

6

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iré a Santiago.

Iré a Santiago con la rubia cabeza de Fonseca.

Iré a Santiago.

Y con la rosa de Romeo y Julieta iré a Santiago.

Mar de papel y plata de monedas.

Iré a Santiago. ¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!

Iré a Santiago. ¡Oh cintura caliente y gota de madera!

Iré a Santiago.

Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco.

Iré a Santiago.

Siempre he dicho que yo iría a Santiago en un coche de agua negra.

Iré a Santiago.

Brisa y alcohol en las ruedas, iré a Santiago.

Mi coral en la tiniebla, iré a Santiago.

El mar ahogado en la arena, iré a Santiago, calor blanco, fruta muerta, iré a Santiago. ¡Oh bovino frescor de cañaveras! ¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro!

Iré a Santiago.

Nicolás Balutet (Marmande, Francia, 1976). Escritor francés, catedrático de civilización y literatura hispanoamericanas en la Universidad Politécnica Hauts-de-France (Valenciennes, Francia). Entre sus libros sobresalen Poética de la hibridez en la literatura mexicana posmodernista (Madrid, Pliegos, 2014), Civilisation hispano-américaine (París, Armand Colin, 2017) y Figures de l’outsider en Amérique hispanique (París, L’Harmattan, 2019).

REALIDAD Y MAGIA

DE LA MUJER EN LA ESCENA LATINOAMERICANA Verónica García Rodríguez

No sólo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres: ellas son capaces de todos los entusiasmos, y los deseos de la gloria y de la libertad.1 Leona Vicario Cuando llega el olvido, es que ya se acabó la vida.

Elena Garro Parece que para las mujeres en la escena latinoamericana apenas se abriera el telón, no porque recién comenzaran a actuar —pues llevan mucho tiempo haciéndolo tras bambalinas—, sino porque apenas se comienza a ver y a hablar de ellas. Por lo que hablar de Elena Garro y su realismo mágico es hablar de las mujeres latinoamericanas que se vieron atrapadas entre la vanguardia y el boom que las ignoró; entre su pasión literaria y el amor, que no sólo las ignoró sino también, directa o indirectamente, las ocultó.

Es verdad que el siglo XX presenta como personaje principal de la historia —historias— a la mujer, pero a la mujer a secas, de forma genérica, sin nombres, lo que al final ha resultado, con el paso de los años, una forma de ocultar a muchas mujeres y, en consecuencia, de condenarlas al olvido.

Los movimientos insurgentes y las revoluciones a lo largo y ancho de nuestro continente son tan sólo una muestra del pasar anónimo de las mujeres. Qué sería de la independencia de Perú sin la participación de Micaela Bastidas (1745-1781), quien codirigió el movimiento independista más importante del siglo XVIII, conocido como la rebelión de Túpac Amaru, quien era su esposo.

Fue ahorcada en Cuzco en 1781, en compañía de su marido. Asimismo, la menos conocida Tomasa Condemayta, capitana de un heroico batallón de mujeres.

Qué sería de la Independencia de Bolivia sin Juana Azurduy (1780-1862), teniente coronel, condecorada por su heroica defensa de la hacienda del Villar (1816), con sólo treinta fusileros y en la que ella misma mató al jefe Palabras que Leona Vicario le dirigió Lucas Alamán cuando la acusó de seguir la causa independentista sólo por amor a su marido. Cf. Anna Macías, “Contra viento y marea: el movimiento feminista en México hasta 1940”. Colección libros Pueg, programa universitario de estudios de género, UNAM, México, 2002, p. 22.

1

realista; o de Venezuela sin Juana Ramírez, “La Avanzadora”, quien iba al frente abriendo paso a las tropas con su machete.

Qué habría sido de la Independencia Mexicana sin Gertrudis Bocanegra (1765-1817) y su red de comunicación en favor de los insurgentes; sin Leona Vicario (1789-1842), quien puso su fortuna a favor del movimiento y sirvió como correo para las tropas; sin doña Josefa Ortiz Girón (de Domínguez), “La Corregidora” (1768/73-1829), quien diera aviso a los insurgentes aun poniendo en riesgo su libertad, su vida y su amor, lo que adelantó el levantamiento armado de 1810.

Cien años después, el triunfo de la Revolución Mexicana se construye también sobre los hombros de las mujeres, nos hereda una Adelita que además de ser valiente era bonita, pero oculta su labor en combate, así como los nombres de las demás comandantes y estrategas revolucionarias, las mismas que se negó a recibir en Palacio Nacional el entonces nuevo presidente Francisco I. Madero y para las que sí se crea el Día de las Madres como estrategia para motivarlas —obligarlas— a volver a sus casas, a cumplir las labores “propias de su género”.

Pero, mientras por un lado se premiaba a la mujer que más hijos había tenido; por otro, las mujeres se organizaban para exigir sus derechos como ciudadanas, el derecho a votar y ser votadas. De ahí, el Primer Congreso Feminista realizado en 1916 en Yucatán, y que impacta a toda América Latina. Mujeres como Silvina Ocampo (1903), Elena Garro (1916) y años después, Rosario Castellanos (1932), fueron testigos del día en que las mujeres ejercieron por primera vez su voto en las urnas.

Mientras que la Revolución Cubana triunfaba con la participación de mujeres como Celia Sánchez, Vilma Espín y Haydée Santa María —fundadora de la Casa de las Américas—, quien participó en la toma del Cuartel Moncada, fue hecha prisionera con Melba Hernández, y por instrucciones de Fidel, aglutinó fuerzas en el exterior para hacer llegar armas al Movimiento 26 de julio (1959); en la radio mexicana se escuchaban las voces frescas de Angélica María, César Costa, Enrique Guzmán, Lola Beltrán; la pantalla grande estrenaba las últimas películas del Cine de Oro Mexicano; mientras por el mundo repicaba el nombre de Fidel y el Che, ya se preparaba el 33

atención que se le había dedicado, Cortázar se refiriese precisamente a “La casa de azúcar”, con las siguientes palabras: “raramente el tema de la posesión fantasmal de un vivo por un muerto, que creo conocer muy bien, ha sido presentado con tanta efectividad narrativa”.2 Aquí un fragmento de “Viaje Olvidado”: …cuando su madre la sentó sobre sus faldas en su cuarto de vestir y le dijo que los chicos no venían de París. Le habló de flores, le habló de pájaros; y todo eso se mezclaba a los secretos horribles de Germaine. Pero ella sostuvo desesperadamente que los chicos venían de París.

boom editorial que haría poner de nuevo los ojos de Europa en el hombre latinoamericano, pero esta vez reconociéndole no sólo un alma, sino la capacidad — posibilidad— de crear; reconocimiento del que una vez más la mujer latinoamericana quedó excluida.

Para esas fechas, Silvina Ocampo, Carilda Oliver y Elena Garro ya habían escrito parte de su obra, caminaban entre la élite literaria y participaban de las tertulias y de relaciones cercanas con quienes sí fueron llamados a ese movimiento. ¿Fue precisamente ese su pecado? ¿Acaso fue tan grande la sombra de Cortázar, Borges, Bioy Casáres, García Márquez y Octavio Paz, que no permitió que su luz brillara más allá de ellos?

Estas mujeres hablaban de erotismo, de la muerte, de la contradicción, de los pobres, sucios y olvidados. También experimentaron con el lenguaje y trastocaron la realidad con la fantasía en algunos casos antes y en otros al mismo tiempo que Borges y García Márquez. Pero, ¿por qué fueron olvidadas por tanto tiempo?

Por ejemplo, Silvina Ocampo, en su narrativa, profundiza en la condición irracional de niños, locos, mujeres e indios, que llevarán a la superficie los vicios y miserias humanas, la demencia que se sobrepone al orden establecido, descubriendo una extraña conjugación de belleza y horror.

Coincidió con Julio Cortázar no sólo en el uso de un lenguaje coloquial para atrapar al lector en la fantasía con que ambos trataban de envolverlo, sino también en la utilización de algunos temas. Por ello no es de extrañar que, al reivindicar la figura de la escritora frente a la escasa 34

Un momento después, cuando su madre dijo que iba a abrir la ventana y la abrió, el rostro de su madre había cambiado totalmente debajo del sombrero con plumas: era una señora que estaba de visita en su casa.

La ventana quedaba más cerrada que antes, y cuando dijo su madre que el sol estaba lindísimo, vio el cielo negro de la noche donde no cantaba un solo pájaro.3 Sin embargo, su matrimonio con Bioy Casares, y su amistad con Borges y Cortázar, la fueron dejando en un segundo plano, que no le correspondía y el tiempo lo ha rectificado.

Así es el caso de la cubana Carilda Oliver Labra, que si bien escribió más poesía que narrativa, su calidad literaria, su fuerza en el lenguaje, la han traído de vuelta. ¿Cuánto más tiempo se puede sostener un balón bajo el agua sin que sea impulsado hacia la superficie? Cuánto más podrían olvidarse los versos de poemas como: Me desordeno, amor, me desordeno cuando voy en tu boca, demorada; y casi sin por qué, casi por nada, te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno y con mi soledad desamparada; y acaso sin estar enamorada; me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada 2 Julio Cortázar, El estado actual de la narrativa en Hispanoamérica. Obra crítica, No.3, Argentina, 1976, p. 108.

3 Silvina Ocampo, Viaje Olvidado. Cuento, Buenos Aires, Argentina, 1937. Disponible en: http://navedeasterion.blogspot.mx/2012/02/viaje-olvidado-de-silvina-ocampo.html.

Fecha de consulta: 4 de junio de 2017.

arde en tu mano lúbrica y turbada como una mal promesa de veneno; y aunque quiero besarte arrodillada, cuando voy en tu boca, demorada, me desordeno, amor, me desordeno.4 Así Carilda, quien ya era Carilda antes del Boom, antes de la Revolución, fue ignorada al triunfo de ésta, fue ocultada y silenciada. Ni sus amigos, a quienes promovió y recibió en su casa de Matanzas tantas veces, y que la adularon y escribieron de su talento y belleza, se atrevieron a defenderla. No lo hizo Nicolás Guillén ni Rafael Alberti, que una vez pintara una paloma en su mano. …Alberti era un enredo de ternura, lo supe cuando me pidió la mano y en su palma dibujó con el bolígrafo: un marino, dos barquitos hundiéndose, cachalotes alegres.

Para la otra mano me dejó un ave. Le pregunté: esta es la paloma de la guerra, ¿verdad? Y respondió con rápido ingenio: Por supuesto, quien toca tu piel pierde la paz.5 Y qué decir de nuestra mexicana Elena Garro, que no sólo fue ignorada, sino perseguida y acusada de traición, que le llevó a un exilio de veinte años —quizá a la locura— y a un silencio que apenas hace un par de años comenzó a romperse. Cuando uno lee a Elena, podemos ver la presencia de una narrativa crítica del movimiento revolucionario mexicano, que nada pide a los cuentos de Rulfo, con personajes femeninos fuertes y que nos hablan de su propia condición de género.

Así como Silvina Ocampo en Argentina y Carilda Oliver en Cuba, Elena Garro juega con la realidad y el ensueño, que después llamarían realismo mágico y que adjudicarían a Gabriel García Márquez con Cien Años de Soledad.

Aunque en la actualidad numerosos autores señalan su novela Los recuerdos del porvenir (1963), escrita cuatro años antes que Cien años de soledad, como el inicio de este movimiento literario.

La historia de Silvina Ocampo, Carilda Oliver Labra o la de Elena Garro son parecidas a las de otras escritoras a las que el amor las lleva a ser compañeras, amigas, amantes, tal vez no cocineras o lavanderas, porque eso ya no se estila, pero sí traductoras, editoras, publicistas y hasta secretarias. Por supuesto, no aceptamos firmar con el apellido de él antecedido del prefijo “de” (porque no somos “de nadie”), pero curiosamente poco a poco Carilda Oliver, Calzada de Tirry, 81. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1987, p. 82.

5 Carilda Oliver, Con Tinta de ayer. Ediciones Capiro, Santa Clara, Cuba, 1997, pp. 5 y 6.

4

Elena Garro, Los recuerdos del porvenir, Joaquín Mortiz (Novelistas Contemporáneos), México, 1963, p. 73.

6

Elena Garro

dejamos de firmar, porque dejamos de publicar y al final terminamos perdiendo el nombre para ser “la esposa de”, eso sí esposas muy queridas por sus amigos y admiradores. ¿Ese será el destino de la escritora o artista que se enamora de un colega? ¿O deberá defender la posición heredada en la dinastía de las mujeres a costa de su propia felicidad?

Elena se adelanta y nos dice: “ (...) él sabía que el porvenir era un retroceder veloz hacia la muerte, y la muerte el estado perfecto, el momento precioso en que el hombre recupera su memoria”.6 Por fortuna, la gran novela de la mujer latinoamericana aún se está escribiendo, en forma de cuentos, poemas, teatro, pintura, música, educación, política, ciencia. La escena es amplia pero el tesón de las mujeres lo es más.

Por eso, muchos se extrañarán de ese literario realismo mágico o literal magia que tenemos para transformar la realidad, de la maternidad al teatro, de la cocina a la lectura, de preparar un lunch a escribir un libro, o de la decisión de caminar sola, aparentemente, y digo aparente, porque en realidad no estamos solas, nunca lo hemos estado ni lo estaremos, mientras podamos darnos la mano entre nosotras, y entre los hombres que buscan la verdad, para que nuestras voces, como las de Silvina, Carilda, Elena y las de muchas otras, no sean olvidadas.

Verónica García Rodríguez (Mérida, Yucatán, 1978). Escritora mexicana.

Licenciada en Educación Secundaria y Maestra en Cultura y Literatura Contemporánea de Hispanoamérica. Narradora, poeta y editora, con premios estatales y nacionales. Becaria del FONCA 2006 y 2016, autora del proyecto educativo Kanules del Mundo Maya, así como del libro de cuentos Vestido Rojo y sin tacones (2008) y Memorias de mujeres en prisión y otros relatos (2006), entre otros. Actualmente, es directora Editorial del Suplemento Infantil MUNDOS del periódico Por Esto!

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HISTORIAS DE LA LEGIÓN

RECUERDO

Oscar Mendoza Sánchez

Germania – 11 A.C. Mis ojos se abren. Lo primero que siento es una gélida sacudida. Estoy inmerso en agua caudalosa. Poco a poco la conciencia vuelve a mí y las imágenes borrosas que veo comienzan a tomar forma. A mí alrededor reina el Hades.

Mi cabeza palpita dolorosamente. Me incorporo pesadamente, chorreando agua del feroz arroyo al tiempo que el caos y los gritos en torno mío me sobresaltan.

Siento la adrenalina incendiar mi cuerpo como si fuera de paja seca. Giro en torno a mí para darme cuenta de la inmisericorde realidad: los bárbaros están sobre nosotros como feroces bestias. Los puedo ver por decenas luchando salvajemente contra mis compañeros, mientras cientos más surgen como escupidos de la oscuridad del bosque, ese bastardo amasijo verde y retorcido poblado por brujas.

Ahora lo entiendo todo. Seguramente la pesada roca de una honda me golpeó en tanto cruzábamos el cauce, caí del caballo y perdí el conocimiento por unos instantes. Poco a poco logro ver con mayor claridad. Mi montura me ha abandonado.

La batalla es encarnizada. La formación se ha roto a causa de la emboscada de estos salvajes de barbas largas y torsos pintados. Busco desesperadamente al centurión Demetrio, mas es imposible en el total desorden que se ha provocado.

Puede que ya esté muerto. Es tarde para cerrar filas y tratar de imponer orden. Sin la disciplina con la que acostumbramos vencer a estos perros estamos perdidos.

Trato de recordar los augurios del oráculo, mas nada me viene a la memoria.

Algo pasa zumbando agudamente junto a mi cabeza. Era una flecha. No hay tiempo para pensar en algo más, los salvajes siguen rompiendo las filas con ardiente rencor, bramando sus espantosos gritos de guerra. Dicen que eres afortunado si los llegas a escuchar dos veces en tu vida.

Veo a Marco Tulio salir del tumulto. Me grita algo. No llego a comprender lo que dice, pero la angustia y la tensión dominan su rostro. Ese mensaje sí que lo entiendo.

Las palabras sobran, no es necesario decir nada ya que los hechos hablan por sí solos.

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El casco me asfixia. Se me incrusta dolorosamente en la cabeza a causa del golpe que esa piedra me dio; sin embargo, me salvó la vida. Lo arranco presurosamente liberando la correa de cuero que se aferra a mi cuello y lo tiro casi con desesperación al agua que me llega a las rodillas. Al instante la fría brisa del viento me acaricia los cabellos empapados. Sin perder más tiempo estiro la mano.

Tomo un escudo de la legión arrastrado por la corriente del arroyo, lo levanto y me doy cuenta que un pálido brazo cercenado aún se mantiene sujeto a sus correas. Casi siento pena por el pobre infeliz. Desprendo el mutilado miembro que se hunde en las aguas como una roca. Es en ese momento en que me doy cuenta que el agua del río está teñida de rojo por la sangre de los muertos.

Un vigoroso chapoteo me hace girar con velocidad. Se acerca por mi derecha. Es un corpulento bárbaro de cabellos rojizos corriendo hacia mí levantando una burda pero enorme hacha de guerra. El tiempo parece alentarse y puedo ver su fiero rostro, pintado con imágenes grotescas, desfigurado por el odio hacia mí.

Un súbito e inesperado trance nubla mi cabeza. No sé por qué recuerdo a mi hija de cuatro años. La veo sonreír en un brillante campo de irises.

Levanto el escudo aferrándolo con fuerza. El salvaje descarga el hachazo y casi puedo sentir como el brazo se me separa del cuerpo, como el de aquel legionario muerto, pero el escudo resiste el potente impacto. Mi cuerpo reacciona automáticamente, casi instintivamente, y al momento estoy hundiendo la espada en el costado del bárbaro. Mi afilado gladius entra por su curtida carne, ofreciendo un poco de resistencia cuando atraviesa los huesos de las costillas, hasta que el filo de la hoja casi desaparece dentro del torso del salvaje. Su cuerpo se contrae en un doloroso estertor acompañado de ese quejido indescriptible que lanzan los moribundos.

Siento una tibia lluvia sobre mi antebrazo. Es sólo la sangre de mi enemigo. Ha brotado en cuanto he desprendido mi acero de un tirón. El hombre pierde el control y cae de rodillas en el agua soltando el hacha, cuando reacciono ya le estoy pegando en el rostro con la orilla del escudo. Algo cruje en el impacto y el bárbaro cae

Aprende a vivir y sabrás morir bien Confucio pesadamente al río con la cabeza partida y un globo ocular colgando de la misma.

Giro en redondo para evadir otro ataque. La lanza de un bárbaro de cabello rubio pasa rozándome el rostro. No sé cómo logro esquivar ese ataque, solo sé que actúo frenéticamente a causa de la desesperación. Nuestras miradas, azul la suya y verde la mía, se encuentran por algunos segundos. Él, ruda lanza en mano; yo, civilizado y ágil gladius en la mía.

Vuelvo a pensar en mi hija, jugando felizmente entre aquellos irises. Curiosamente no puedo recordar el color de sus ojos.

Sus labios se mueven rítmicamente. ¿Magia negra?

Aparto la lanza de mi adversario con el escudo y descargo un mandoble desde lo alto, dos palmos arriba de su codo.

Mi hoja corta músculo y hueso, salpicándome su sangre en el rostro, metiéndose en mis ojos y boca. Es caliente y amarga. Aún con mi visión nublada puedo ver al bárbaro trastabillar con el miembro ensangrentado colgando aún del hombro por un pedazo de tendón. El hombre lanza espantosos alaridos que se pierden en el clamor de la batalla, hasta que la punta de la jabalina de uno de nuestros legionarios aparece en medio de su pecho.

Observo al hombre vomitar sangre y caer de frente en las rojizas aguas.

A lo lejos Demetrio es atacado por la horda. Monta su corcel y acomete con fiereza, pero la de nuestros salvajes adversarios es equiparable o más demoniaca. Es una visión corta. Desaparece cuando un tumulto de bárbaros lo derriba del caballo y lo acuchilla en el suelo como a un puerco.

Puedo ver con claridad su tierna sonrisa, pero por más que lo intento no puedo recordar el color de los ojos de mi pequeña.

Los bárbaros continúan cerrando el círculo. A mí alrededor comienzan a apilarse los cuerpos ensangrentados de decenas de legionarios agonizantes y no menos de salvajes, todos teñidos de rojo. Contemplo los despojos de mis enemigos y les escupo. No hay tiempo de más, avanzan sobre mí aullando y blandiendo sus armas.

Un pesado impacto en el costado me derriba. Caigo al torrente sin aire en los pulmones. Tengo a un maldito perro germano sobre de mí. Puedo ver su enorme y pesada silueta turbia y ondulada a través de las aguas, las cuales

me apartan por un momento del infernal sonido de la batalla. Su rostro pareciera carecer de cuencas oculares.

Acaso los ojos de mi hija, quien tendrá cinco otoños después del solsticio de verano, sean de color miel, como los de su madre.

Mi atacante se inclina. Sé que se encuentra listo para descargar el golpe final, y con desesperación arrojo los dedos hacia él. Encuentro una grasosa coleta de su cabello.

Antes de que él pueda reaccionar tiro de ella con ferocidad, arrancándola de su cráneo, llevándome parte de su cuero cabelludo con ella. El bárbaro cae a mi lado en el agua.

Aprovecho ese segundo de libertad y me lanzo sobre él.

Intenta luchar, pero es tarde, me encaramo sobre él y elevando el escudo sobre mi cabeza lo descargo como una filosa navaja sobre su robusto cuello, tal y como nos enseñaron los instructores en el cuartel. El empellón es devastador y su grito ahogado. Su cuerpo se convulsiona mientras agita, aún más, el agua a su alrededor, mas yo no cedo y tenso todos los músculos de mi cuerpo sobre él para arrancarle la vida lo más rápidamente posible. En el forcejeo puedo sentir como el escudo se abre camino destrozándole la traquea, hasta que sus desesperados miembros caen inertes para sumergirse en la rojiza agua.

La cabeza me palpita cual si se me fuera a reventar. Me incorporo rápidamente rescatando el gladius de entre las aguas de aquellos rápidos. Ignoro en qué momento dejé de ver con claridad, ahora todo está sumergido en una espesa niebla roja.

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Tengo que escapar. La formación se ha roto y estamos siendo exterminados como corderos en un matadero. No saldremos vivos de aquí sin líder ni organización. Marte, ¿en dónde han quedado las ofrendas que te hicimos? Me llevo la mano al cuello para tocar el ámbar de mi amuleto.

Nada. Lo he perdido. Alguien roza mi hombro.

Instintivamente levanto mi hoja para golpear, para efectuar la mejor defensa en este pandemónium. Más sólo es Marco Tulio. Tiene el pecho lleno de sangre, mas en la premura y mi visión enturbiada por los ya no tan densos nubarrones escarlata no puedo distinguir si es suya o de sus enemigos. “¡Huyamos!” me grita al oído.

Avanzamos entre la despiadada carnicería. Casi puedo sentir las toscas armas de los bárbaros sobre nosotros. Mi viejo camarada no puede seguirme el paso. Vuelvo la vista hacia él y lo veo caminar temblorosamente, desprendiéndose las placas de su armadura salpicadas de sangre. Al apartarlas finalmente algo cae al agua como vomitado por su cuerpo. Son pedazos de su intestino. La impotencia me domina mientras lo veo intentando evitar que las entrañas broten de su cuerpo, pero es inevitable.

Sus ojos me miran buscando algún tipo de socorro. Los dioses me ayuden, nada puedo hacer. Al segundo siguiente mi amigo y compañero de toda la vida cae al agua, muerto.

Me siento enloquecer; el desamparo y el abandono se apoderan de mí.

Quizás, reflexiono haciendo un tremendo esfuerzo por rememorar, los ojos de mi hija sean verdes como los míos, ¿o grises como los de mi padre y los del ahora muerto Marco Tulio?

Quizás no debimos haber entrado jamás a esta tierra salvaje. Aún no sé bien por qué lo hicimos y pensarlo ahora no sirve de nada. Sólo sé que en esta tierra lejana, sobre este arroyo sin nombre, es donde voy a morir. Puedo entrever a más de una decena de germanos cerrando un lacerante círculo en torno a mí, gritando en una lengua aterradora. Las piernas me tiemblan, el corazón me late aceleradamente. Estoy en pánico. Mas en el fondo yo sabía que tarde o temprano esto podía pasar. La muerte nos llega a todos, sólo les pido a los dioses el valor para aceptarla y el honor para enfrentarla.

Mi mente está en blanco, o casi en blanco. Sin embargo, mi herido cuerpo se mueve casi involuntariamente.

Regresan las sombras rojas. Me rodean, apenas puedo percibir la realidad. ¿Será algún veneno en la flecha o los conjuros del germano con ojos de sangre? Pese a esto todavía puedo sentir mi gladius chocando contra sus burdas armas y mi enorme escudo golpeando sus sombríos cuerpos.

Mi hija juega y ríe entre esos irises que se mecen con la brisa. Juro que daría lo que fuera por acariciar una vez más sus delicados cabellos. Casi siento que puedo tocarlos.

Algo me golpea el hombro pesadamente. El dolor se expande por todo mi brazo con un cosquilleo frío. Creo que ha sido una maza de guerra. Ahora siento una punzada ardiente en mi costado. ¡Dioses, como quema en mi interior! Ni siquiera escucho mi propio grito cuando la mitad de aquella negra espada entra en mí. Jamás sentí un dolor así.

Una súbita silueta aparece de la nada. Prestidigitando con sus manos, ladra y ladra algo incomprensible que me desestabiliza y no puedo ignorar. Su mirada de gorgona busca la mía con imperante comando. Trato de evitarla, pero sucumbo a su mandato. Esos ojos de sangre me han congelado. ¿Un brujo aquí? Me parece tener frente a mí todas las miradas de todos los muertos por mis manos. Un resplandor rojizo surge de entre sus dedos y escucho que una flama surca el aire. ¿Estoy delirando? El golpe en el muslo acompañado de un terrible y agudo dolor es demasiado real para dudarlo. La miro. Es una flecha ― cuyas plumas negras como nubes de tormenta crepitan encendidas― atravesándome la pierna, anunciándome a esos execrables cerdos como la ofrenda de la hecatombe. ¿Entonces, así es como se siente el final?

Ahora lo recuerdo con perfecta claridad, aquellos maravillosos ojos llenos de cariñosa alegría y deslumbrante belleza.

Un ronco grito brota a mis espaldas. En un desesperado impulso, recupero el movimiento y me vuelvo lanzando un golpe. No alcanzo a ver a mi enemigo con claridad, pero siento como el filo de mi espada corta de tajo el rostro de un hombre barbado que cae a mis pies lanzando espantosos alaridos. Debo haberle despedazado ambos ojos y la nariz.

Oscar Mendoza Sánchez (Ciudad de México, 1978). Mexicano, licenciado en Diseño Gráfico, actualmente labora en la ciudad de Puebla. Desde temprana edad ama la lectura, disfrutando además las historias y leyendas de quien quisiera compartírselas. Su pasión por la historia, la fantasía y el terror lo han inspirado a elaborar proyectos personales plasmados en la escritura y la novela gráfica.

Algunos autores a los que ha seguido son Robert E. Howard, J.R.R. Tolkien, Santiago Posteguillo, Michael Moorcock, Ben Kane y Mike Mignola, entre otros. El cuento lo envió de Ottawa, Canadá, su amigo Gerardo Barajas Garrido.

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Me siento caer y cierro mis párpados. Me hundo rápidamente en las frías aguas del arroyo. Éstas me reciben con indiferencia y me abrazan de nuevo. Las salvajes siluetas me rodean con sus armas brillando intensamente.

La oscuridad ya está sobre mí.

Sí, verdes. Sus hermosos ojos eran verdes. Los de mi hija.

Policromáticos y llorosos los de esos niños a quienes yo dejé huérfanos.

NUNCA MÁS VOLVIÓ Oscar Orduña Sancho

Mire lo que son las cosas compadrito ―le decía don Carlos Salgado a su compadre Raúl Gómez―, esto que ahora le platico sucedió hará unos 16 años, cuando usted se fue dónde están los dólares. Fue exactamente el 9 de mayo de 1975, lo recuerdo bien porque en esa fecha su ahijada Ofelia cumplió sus primeros 15 años… ―Pare su carro compadrito. ¿Qué es eso de que sus primeros 15 años? ―Pues si compadre, porque hace poco los volvió a cumplir. Ya sabe cómo son las mujeres. ―No pues sí, está bien, prosiga compadrito.

Pues le decía que cumplió años mi querida hija, y aunque por la reciente muerte de su comadre Alfonsina no hicimos un pachangón, si dimos una pequeña fiestecita con sus compañeros de la escuela y algunos parientes.

Al día siguiente, después de hacer por la vida, nos afanamos en limpiar la casa. Ya sabe, había un montón de platos de comida, de botellas de refrescos a medio tomar o desparramadas en el piso. Eso sin tomar en cuenta compadre, que los muchachos no apuntan bien y se orinan fuera de la taza.

Y cuando más atareados estábamos, unos toquidos en la puerta que da a la calle nos sacaron de nuestro trajín. Su ahijada salió para ver de quién se trataba y cuando regresó me dijo: es un señor y una señora, preguntan por el patrón, y como acá papito, tú eres el único patrón, pues a ti te toca atenderlo.

Y quiera que no compadre, salí para a hacerme cargo del que tan tempranamente acudía a mi casa ―que también es suya compadre― aunque por la palabra patrón me dije “este no es de por acá”. Sigue limpiando hijita, ahorita los despacho, le dije a su ahijada.

Me encontré con una mujer que acunaba un pequeño bulto y con un hombre de rostro amarillento y melancólico, con

toda la pinta de campesino mal comido. Para qué soy bueno, les aventé un poco molesto ―prepotencia, dice mi hermano el poeta. El hombre, al ver que me acercaba, se quitó el sombrero y empezó a decir muy despacio: “Señor, buenos días le dé Dios”. Yo lo interrumpí con aire de superioridad, diciéndole: “Dígame lo que desee pues estoy ocupado”, pero para esto ya tenía yo la mano dentro de la bolsa buscando una moneda. ―Perdone la molestia señor ―dijo― el niño que carga la señora es nuestro hijo. Lo trajimos de nuestro pueblo para que lo operaran en el hospital y ya nos lo dieron, pero ahora no tenemos para el pago de regreso. Hemos perdido la vergüenza y andamos pidiendo para completar. ―De qué lo operaron, pregunté con sorna, pensando en caerles en una mentira.

Respondió: tenía el labio partido y el paladar hundido. Lo operaron del labio y del paladar. Lo harán de nuevo en cinco años. Muéstrales vieja, dijo en lengua mam, y la mujer descubrió una carita de niño en la que pude ver los puntos donde efectivamente se había practicado una intervención quirúrgica.

No sabe, compadre, cómo me sentí en el momento en que vi en la cara del niño la señal de la reciente operación. Me sentí como el más repugnante gusano, que digo, me sentí peor que el estiércol de vaca. Poco a poco retiré la mano de la bolsa del pantalón y le pregunté: ¿Y a dónde quieren ir?

A Huixtla señor, respondió. Nunca me di cuenta en qué momento su ahijada se acercó al grupo compadrito, enterándose de lo que habíamos hablado. Me percaté de su presencia cuando dijo: papito, ¿ya te fijaste que el nene se parece a mi hermanito muerto?

Ay compadre, ya sabe usted que tengo fama de broncudo, pero esas palabras me hicieron un nudo en la garganta. Un nudo ciego que por poquito me hace llorar.

Luego con una vocecita llena de ternura su ahijada añadió: Los llevamos papito, yo sé donde está la terminal para Huixtla. Está más allá de la bajada del mercado Sebastián Escobar. Yo solo dije: vamos, luego venimos a limpiar la casa.

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Y así, ellos tres, mi hija y yo, apretados en la carcacha, enfilamos rumbo a la terminal. Ya estando allí abrí mi boca chimuela y pregunté: ¿Y de aquí para dónde? Para Huixtla señor, luego a tomar otro carro que nos lleve para arriba.

Para arriba dónde, pregunté, pero ahora con un tono más suave. A Motozintla respondió, luego a El Porvenir. Y ya no habló más.

Cuando mencionó Motozintla, llegaron en tropel los recuerdos, entre ellos, el de que sus habitantes primero conocieron las avionetas que los carros, ya que, al estar enclavada en un gran cañada de la Sierra Madre al pie del imponente cerro Malé, era muy difícil llegar y salir por tierra. No sé ahora, pero allá por los años 1950-1960 toda la producción de café, que no era poca, salía por aire.

Motozintla. Tierra de ardillas. Malé, volcán de agua, dicen. ―¿Y en Motozintla hay carros para El Porvenir? — pregunté. ―No don, nos bajamos en el crucero, allí pasan carros de redilas que nos cobran barato, sólo que hay que esperar a que pasen y nos levanten ―respondió. ―Pero cómo se van a quedar en la carretera a pleno sol, el nene se puede enfermar ―dijo su ahijada, que desde que salimos de Tapachula cargaba al niño. Yo la vi y ella me vio y nos entendimos sin hablar. Si me das cinco pesos los llevo hasta el famoso crucero, dije con una alegría que

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hacía tiempo no sentía. Mi aire de perdona vidas había desaparecido. ―¿No se está burlando de nosotros don? ―De ninguna manera, respondí. Es más, si aceptan, yo invito los refrescos, ya sea en El Rosario o en Buenos Aires.

Mariano, que tal era su nombre, habló con su mujer en mam. Luego llegó la respuesta: ta bueno.

Y emprendimos de nuevo la marcha y empezamos a “subir para arriba”. Mientras lo hacíamos nadie habló. Sólo se escuchaba el ronroneo del motor de cuatro cilindros, y luego uno que otro bocinazo de algún conductor que de esa forma me apuraba o pedía que cuando menos le diera el paso. Finalmente, llegué a un punto en el que Mariano me dijo: ésta es la encrucijada. Allí nos quedamos don. En efecto, pintado en forma rústica, sobre una tabla podía leerse: Motozintla, junto a una flecha señalando para la derecha. Más abajo se encontraban las palabras: El Porvenir, con su consabida flecha para la izquierda.

Cuando llegamos al crucero, Mariano dijo: acá nos bajamos doncito y le habló a su mujer, que se aprestó para bajar. ―Esperen, dije, yo no veo carro para que los lleve.

―Ya no han de tardar en pasar ―dijo. ―Está bien, si aquí quieren bajarse, acá los dejo. ¿Y el camino a El Porvenir está bien? ―Sí señor, pasan muchos carros todo el día, mire, allá viene uno de Motozintla, y por acá el de El Porvenir. Acá están los diez pesos, que Dios se lo pague. ―Guarda tu dinero, sólo fue una broma ―dije, mientras escuchaba otra vez la dulce vocecita de mi hija diciendo: papi yo quiero conocer El Porvenir. Y yo, sin pensarlo mucho le contesté: yo también. ―Ya no se bajen, dije, iremos para allá, pues quiero conocerlo, sólo sé de él por referencias―. Así que me sentí capitán de barco y puse proa a El Porvenir.

Al principio todo fue miel sobre hojuelas, al principio, porque después no hubo ni hojuelas ni miel. La carretera mostraba unos cráteres tan abundantes que por esquivar uno caía en el otro. Primero me enfurecí con mi pasajero, pero luego me di cuenta de que él dijo su verdad al decir que el camino estaba bien. El tonto fui yo, pues él se refería al camino para los carros de redilas, no para los automóviles.

Esto no era carretera sino camino de carretas. En esta zona, en la que llueve profusa y constantemente, la carretera no estaba hecha con buenos materiales. Su pésima

construcción sólo fue aplaudida por los invitados del señor gobernador, quien una vez dijo: “Ésta es la mejor obra camionera de mi gobierno”. Lo que no dijo fue que estaba calculada para que durara los tres años que faltaban para que dejara el puesto.

Y así, con aquel bamboleo inesperado, avancé hasta llegar a un pintoresco pueblo escondido de aquella abrupta montaña, situada en el mero corazón de la Sierra Madre al que la carretera partió en dos, al pueblo no a la Sierra.

El reloj del carro me decía que eran las 12 hrs, es decir, que teníamos tres horas de haber partido de Tapachula.

Una espesa niebla nos dio la bienvenida, lo que para nosotros constituía algo asombroso. Los pocos transeúntes que se aventuraban a salir a la calle los veíamos como figuras fantasmales. Para mi hija y para mí aquél pueblo era otro mundo.

La familia formada por Mariano, su mujer y su pequeño hijo se quedaron bajo un cobertizo para resguardarse de la humedad del ambiente que anunciaba una próxima lluvia.

Enfrente se encontraba una plazoleta donde los domingos Mariano vendía los productos que cultivaba en la empinada parcela.

Antes de despedirnos, Mariano me contó que de ahí caminarían dos horas hasta llegar a otro pueblo llamado La Grandeza y de allí subirían por caminos de hormiga por la

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falda del volcán El Malé por casi una hora, hasta donde tenían su ranchito. ¿Ya le aburrí compadre? Porque si es así aquí le paro. ―Para nada compadre, está muy interesante su relato.

Pues le decía que de esto que le estoy contando ya pasaron como 15 años y su ahijadita ya cumplió 30, si es que vive, pues hará como cuatro años que abandonó el hogar para, según ella, conocer nuevo mundo. ―Ni modo compadrito, es la vida la que habla, y si…

Pérese compadre, el asunto no terminó allí. Yo siempre admiré de ella su carácter recio, su entereza. Sin embargo, su partida (a pesar de que fue con mi consentimiento) me dejó triste, y a eso añádale el dolor que desde hace tiempo cargo por la muerte de mi hijito y de su comadre Alfonsina. Que Dios los tenga en su gloria. ―Amén compadre.

Como usted bien lo sabe compadrito, con el paso del tiempo nos venimos pareciendo a los caballos viejos cuando ven una potranca: sólo nos queda el relincho y el pedo. Los recuerdos también se llenan de telarañas. De su ahijada tengo muchas fotos, pero ésta es mi preferida porque me recuerda cuando cumplió sus 15 años, y a la familia de Mariano, que parece un bonito sueño. Siempre había pensado que él ya se había olvidado, pero yo nunca lo hice. A todos los tengo en el cajón de los recuerdos de las sombras perdidas, como quien dice, en el olvido que no quiere uno olvidar.

Pero va usted a ver compadrito, que una media mañana me encontraba como las vacas, rumiando el pasado acompañado de mi infaltable cafecito, cuando en la puerta que da a la calle sonaron unos golpecitos, dados como no queriendo molestar. Pensé que era su ahijada que regresaba, me asomé y lo que vi fue a un joven de recia musculatura y piel quemada por el sol. En la mano izquierda sostenía un sombrero nuevo de palma, y a sus pies un costal de yute bien gordo por su contenido. Como ya está uno ciscado por tantos pedilones, me dije: a éste ahorita lo despacho.

Antes de que hablara le solté un no gracias, no quiero nada, otro día y me di la vuelta. De reojo vi que el joven no se movió, por lo que pensé que a lo mejor tenía sed y me regresé para ofrecerle agua, pero entonces fue él quien no me dejó hablar. Ay compadre, lo que me dijo, como dicen ahora los muchachos, me sacó de onda. ―¿Pues qué le dijo compadre? Sígale que el asunto se pone interesante.

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Pues cuando llegué a su lado y quedamos así de cerca me soltó, así de sopetón: ―¿Es usted Carlos Salgado?― Yo me le quedé viendo fijamente y le respondí: sí joven, soy ese que usted dice, ¿de dónde me conoce? ―No señor, yo no lo conozco más que de oídas. Mi papá y mi mamá platican mucho de usted y lo recuerdan con mucho cariño. ―¿Y quién es su papá si puedo saberlo? ―Mi papá es Mariano Tuxum, usted lo llevó de regreso al pueblo, junto con mi mamá y conmigo (que estaba recién operado del labio). Desde entonces mi papá y mi mamá quedaron muy agradecidos y siempre lo tienen presente en sus oraciones. Yo llevo el nombre de usted: soy Carlos Tuxum. Y continuó diciendo: ―Aprovechando que la escuela participa en una justa deportiva y yo soy el capitán del equipo, mi papá quiso mandarle estas granadillas, manzanitas y unos elotes bien tiernos, y para su hija esta mata de nacidizo para que nos recuerde cuando floree en el mes de abril. ―¿Y cómo diste con la casa? Yo nunca le dije a tu papá mi domicilio. ―Usted no, pero su hija anotó en una hoja de su cuaderno su nombre y dirección, y sacó de la bolsa de su camisa una bolsita de plástico transparente, donde podía verse una hoja de papel con letra de mi hija, o sea su ahijada compadrito. Por toda esa emoción del momento cometí el error de tenerlo parado sin invitarlo a pasar, y cuando lo hice, contestó que sería en otra oportunidad, ya que lo esperaban los amigos del equipo con los que había venido a no sé qué competencia escolar. ―Entonces déjame llevarte con ellos ―le dije. ―No gracias, están cerca, otra vez será, me dio mucho gusto conocerlo, dijo. Extendió su fuerte mano y se marchó con una sonrisa en los labios.

Sólo le vi su ancha espalda. Nunca más lo vi. Nunca más volvió.

Se fue como un suspiro, igual que su ahijada compadrito.

Se fueron definitivamente y ya sólo me quedó el recuerdo.

Así son las cosas.

Oscar Julio Orduña Sancho (Tapachula, Chiapas, 1930). Escritor mexicano.

A partir de 1963 y durante 30 años, escribió diariamente la sección “Mis cartas a Carlitos”, en el periódico El Orbe. En dicha sección abordó temas culturales, literarios e históricos de la región.

POESÍA LATINO AMERICANA En cada una de tus salvajes alboradas Alicia Leonor

atrápame con bríos, refúgiame en el túnel de tus sueños en la profunda raíz del almendro, en el rayo de luz.

Gózame como ese libro que atesoras.

Quiero estar en cada verso y al final, siempre al final saborear tus letras al viento del otoño que me desnuda.

Que mis harapos caigan como hojas de árbol, descorcha el erotismo acumulado, tatúa tus caricias en mi carne, tira piroclastos que enerven mis sentidos deja correr en mis entrañas la lava ardiente de tu sexo.

Balcón del aire

Jorge María Ruscalleda Bercedóniz

Vivir en el teclado de la ausencia, a metros de distancia del olvido, es casa sin solar, de forajido, escuela tutelar de penitencia.

Cantar en emoción de complacencia, en el balcón del aire construido, es un bosque sin árbol y sin nido, es corazón sin sangre y sin licencia.

Navegar en la huella de la cita, por senderos de sombras y de arenas, es latido apagado que transita.

Caminar por el túnel de las venas es surcar el silencio que se agita en tropel de fantasmas y de penas.

Epílogo

Gabriela Escobar Zapata

Todo tiene un fin, las ilusiones, las lujurias punzantes, los idilios, sustento de la hombría, y la bella edad.

Todo tiene un fin.

La vida vivida, el garbo, el donaire, la satisfacción de secreciones esparcidas en mil vientres.

Se extingue el otrora mancebo; tiene desdentada la sonrisa, la virilidad se ha despedido para no volver.

Envejeció al ritmo del tiempo, su luz se opaca entre sombras y ocaso.

Calla la noche, el pulso decrece, la conciencia se aletarga entre balbuceos que renacen en la comisura de los labios.

Vuelve al inicio, antes de que llegue el fin.

Alicia Leonor (Tamuín, S.L.P., 1968). Escritora mexicana, radicada en Matamoros, Tamaulipas, desde 1990. Licenciada en Administración de Empresas y Contaduría Pública. Poeta, narradora. Promotora de lectura. Asiste a los talleres del Ateneo Literario José Arrese desde 2014. Participa en el Taller de Apreciación Literaria del Instituto Regional de Bellas Artes de Matamoros.

Ha participado en diferentes recitales y festivales de escritores nacionales y del Valle de Texas U.S.A. Sus textos se incluyen en las Antologías “Tengo una soledad” (ALJA 2015); “Ciudad de palabras. Poemas para andar por las calles” (ALJA 2016); “Visión de un instante” (ALJA 2017); “Voces Unidas en Real de Potosí” (2019).

Jorge María Ruscalleda Bercedóniz (Aguadilla, 1944). Escritor puertorriqueño, doctorado en Letras por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es profesor de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla. Ha dedicado gran parte de su trabajo al estudio de la negritud en la literatura latinoamericana. Entre sus libros, cabe citar: La palabra exigente; Las voces consecuentes; Recuento general del negro en la poesía hispanoamericana y Luis Palés Matos en la hora del negrismo. El texto que aquí publicamos está tomado de su libro El negro en la poesía cubana (Editorial Mester, Aguadilla, Puerto Rico, 2001).

Gabriela Escobar Zapata (Cd. Valles, San Luis Potosí, 1968). Escritora mexicana, radicada en Matamoros. Escribe poesía y cuento. Licenciada en Educación Física. Audio literario: ¨La Familia¨, obra impresa ¨Pasiones Secretas de la Mediana edad¨; realiza cápsulas poéticas en radio, conductora del programa ¨Romance con Gaby Escobar¨. Participa en el Taller Literario del Instituto Regional de Bellas Artes de Matamoros.

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HUMOR

ASÍ ESTAMOS

Alberto Morales Ajubel (Sagua la Grande, 1956). Caricaturista cubano. Estudió artes plásticas en la ciudad de Santa Clara, en donde trabajó también como dibujante en el semanario Melaíto. En La Habana colaboró en el Dedeté. Ha obtenido numerosos premios nacionales e internacionales.

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AUDIOVISUALIDAD

RECORDANDO A GABRIEL RETES… IN MEMORIAM Julio Carrasco Bretón

El 20 de abril recibí la noticia del fallecimiento de Gabriel Retes mientras tomaba un café en mi estudio, confinado en Bretaña, Francia, debido al Coronavirus. La amarga sorpresa me provocó un salto en la memoria y obviamente en el tiempo de esa generación nuestra “sesenta y ochera”, de eventos y experiencias compartidas que se van perdiendo en el horizonte.

Era el inicio de la década de los 70 cuando formamos “Cine Teatro Tercer Mundo” con Gabriel Retes, Tina French, Jorge Santoyo, Diana Mariscal, Pollo Mariscal, Pilar Campesino, Fernando Balzareti, Abel Woolrich, entre otros participantes. Yo estaba de acuerdo con la concepción cinematográfica de Gabriel, realizar un cine comprometido con la justicia social, el combate a la corrupción, un cine que reflejara la realidad mexicana y latinoamericana, que contribuyera a formar una conciencia social y política en México, que exhibiera los grandes problemas generados por una sociedad clasista y volcada en la etapa del sistema capitalista de aquella época. El entusiasmo de Gabriel siempre estaba presente, de hecho él, que tenía ya la experiencia cinematográfica con el corto El Paletero, cuyo protagonista fue el espléndido actor Héctor Suárez, quien en el filme era un paletero con su carro de helados, inocente víctima de la policía, tal como sucede todavía. En aquella época yo quería entrar al CUEC (Centro de Estudios Cinematográficos de la UNAM, cuyo director era Manuel González Casanova), para lo cual me puse a estudiar cine por mi cuenta, viendo películas, leyendo revistas y libros; todo ello me creó una visión y conocimiento más profundo sobre el lenguaje cinematográfico. Desilusionado de no haber sido aceptado en el CUEC, seguí con la pintura y la poesía. Y cuando Retes me invita a que fundáramos una compañía que produjera cine y teatro crítico ―“Cine Teatro Tercer Mundo”― acepté de plácemes. Él dirigió el primer cortometraje, Los años duros, inspirado en la novela Los años difíciles, habiendo seleccionado los sets, el elenco compuesto por Ignacio Retes, Jorge Santoyo, el Flaco Ibañez, Eduardo Casab, Fernando y Juan Balzaretti, Tina French, Alejandro Tamayo, Evaristo Liceaga, en total 18 actores; también elaboró la lista de recursos materiales, lo cual incluía una planta de luz. Invitó a ser parte del equipo de producción a Héctor Mariscal, piloto aviador que por cierto sufrió un accidente cuando hubo un operativo aéreo

para rescatar la estrellada nave en la cual iba el “Slim de la época”, Carlos Trouyet.

Héctor Mariscal era mi suegro en aquel entonces (yo estaba casado con su hija Diana Mariscal) y nos prestó su planta de luz, pues iban a realizarse tomas nocturnas y del amanecer también, sobre todo éstas últimas nos dejaban congelados ante la espera del corte de la pizarra de acción.

Una anécdota que no se me olvida es cuando nosotros los guerrilleros le disparamos a un soldado y éste cae abatido y en el suelo seguía temblando en un largo estertor y todos, incluyendo Gabriel, estábamos paralizados ante la magnífica actuación, cuando el actor empieza a gritar: “¡quiten la corriente, me están quemando!”; lo que pasó es que en aquellos tiempos se usaban globos con tinta o sangre animal que estallaban al paso de una corriente para simular el brote de sangre ante el impacto balístico y al pobre actor se le quedó pegado a la piel y efectivamente le estaba quemando. Iniciamos la filmación en los parajes del bosque de Tlalpan bajo la dirección de Gabriel; otros compañeros y yo actuábamos como guerrilleros. Ahí fue donde me percaté de su visión y capacidad, no sólo en la dirección de la película, sino además su ojo clínico atrás de la cámara, como diría Gabriel Figueroa: “la fusión del ojo con la lente para descubrir lo visualmente inédito”.

Gabriel toda su vida fue hiperactivo. Me viene a la memoria que después de largas sesiones de rodaje en la noche, él y la actriz Tina French pasaban horas con la moviola (viejas máquinas portátiles para editar las películas), pasando y repasando la cinta para poder hacer una edición meticulosa, por decirlo así. Gabriel tenía un reloj biológico de sincronización de las imágenes con los movimientos o acciones desarrolladas en las escenas, capacidad que afinó con los años a través de toda su filmografía. Por ejemplo en El bulto o Excessbagage de 1992 (los derechos para ser reinterpretada fueron adquiridos por un cineasta norteamericano, cosa que nunca sucedió). La filmografía de Gabriel Retes se caracteriza por la renovación en el tratamiento y desarrollo de los temas candentes que siempre escogió para su rodaje, pero al mismo tiempo la fidelidad a su ideario político como creador en cada una, así como el sello distintivo en la implementación del ritmo en la secuencia de las escenas, ya sea que se tratara de Bienvenido-Welcome, o Chin chin el teporocho, del escritor tepiteño ya fallecido también, Armando Ramírez (esta película fue su primer

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largometraje de carácter comercial). O Nuevo mundo, que causó polémica para los feligreses de la virgen por el protagonista, que es un fraile, quien solicita a un indígena que pinte una virgen, filme que me hizo acordar del descubrimiento del muralista Jorge González Camarena (en Huejotzingo, Puebla, descubre una virgen de Guadalupe pintada por el autóctono Marco Cipactli. Y la comparó con la misma que está en la Villa de Guadalupe).

O Flores de papel, cinta que arremete contra las buenas costumbres de la mal llamada burguesía mexicana.

En las películas de Gabriel Retes actuaron Tina Romero, Diana Bracho, Aarón Hernán, Lucila Balzareti, Héctor Avila, Angel Aragón, de los que recuerdo al repasar, incluyendo al querido Abel Woolrich, ya fallecido, con quien jugábamos dominó. La filmografía de Gabriel Retes es muy vasta, en los 80 realiza Bandera rota, recuerdo la obra de teatro llevada a la pantalla, La ciudad al desnudo, entre una veintena de películas que siguieron hasta su última cinta, terminada completamente en el 2019. Es interesante señalar que Gabriel siempre tuvo una relación muy cercana, intelectual y políticamente, con sus padres, el gran actor y dramaturgo Ignacio Retes y Lucila Balzareti, crítica cinematográfica de una amplia cultura, que abrió brecha en ese medio dominado por la intelectualidad masculina. Rememoro las veces que fuimos invitados a comer al departamento de sus padres en la avenida Insurgentes sur, ellos vivían arriba de un restaurante que con los años se extendió como una cadena por México.

Ignacio Retes decía que hasta su departamento llegaba el olor de los pollos rostizados, pero que era más soportable que el olor a las hamburguesas americanas. Gabriel desde chico estuvo vinculado con el arte, la cultura, medio de transformación de la realidad. Y Lucila había tratado a Diego Rivera, incluso algunas de las películas de Gabriel partieron de guiones compartidos con su padre.

En relación a los realizadores que él admiraba en esa época eran Luis Buñuel, John Huston, Felipe Cazals, entre otros.

Una que otra noche discutíamos del cine mexicano, sin embargo yo estaba interesado por el cine de Ingmar Bergman, así que incursioné como director, habiendo elaborado un guión a partir del cuento “El Puente”, escrito por mi amiga íntima y suegra, la pintora Graciela Mariscal, rodaje que quedó inconcluso por falta de medios y otras razones. Gabriel continuó asiduamente en el cine, yo me concentré en la pintura después de ese descalabro, a la enseñanza en la UNAM y a filmar los movimientos sindicales independientes, particularmente el nacimiento del primer sindicato no blanco, no charro, no controlado por Fidel Velázquez, me refiero al sindicato del personal académico de la UNAM, el SPAUNAM, y el STEUNAM, primer sindicato de trabajadores y empleados de la UNAM. Por ese entonces Gabriel y yo nos perdimos la pista, aunque curiosamente nos enterábamos de lo que

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hacíamos por los amigos o la prensa. Hasta que hace dos décadas me habló desde Costa Rica, donde era agregado cultural; él estaba enterado que yo estaba en el Salón de la Plástica Mexicana del INBAL y quedamos de vernos en México, con la idea de que organizara un grupo de colegas para invitarlos a participar con su obra plástica en Costa Rica. Nos vimos en México en una de las vacaciones consulares, como si no hubiera pasado el tiempo.

Posteriormente, cuando retornó a vivir a México, nos volvimos a reunir, para entonces ya le habían hecho un homenaje en la Cineteca sobre su filmografía.

Hace tres años, en uno de mis viajes a México, me invitó al rodaje de su película La revolución y sus artistas, sobre el Dr. Atl (Gerardo Murillo) y el inicio del muralismo mexicano. Gabriel actuó en el papel del Dr. Atl; nuestro amigo Miguel Peraza hízo el papel de José Vasconcelos, Fernando Juvenal el de José Clemente Orozco, Jorge Santoyo el del pintor Montenegro y en el papel de Nahui Olin, Meritxell Galez, además de un nutrido elenco que reprodujo la vida cultural y política de México en aquel periodo contiguo al movimiento revolucionario y el surgimiento de un modelo de educación para el pueblo.

Retorné a París y en el siguiente viaje a México me invitó a ver la premiere de la película en su casa, en ese magnífico conjunto de edificios Art Decó en la avenida Revolución, cerca del cine Ermita; y luego a cenar en otra ocasión en compañía de René Avilés Fabila y su esposa, para mostrarles la película. La conversación de la cena giró alrededor de la personalidad de los muralistas y José Vasconcelos, por cierto éste fue el último largometraje realizado por Gabriel. En otro viaje que hice a México me invitó al teatro a ver la adaptación de la obra Trainspotting, de Irvin Welsh. Gabriel poseía esa doble virtud, la de la escenificación teatral y la cinematográfica, atributos que no tienen todos los directores de cine. Y ya señalábamos la línea ideológica de la temática tratada en todos sus largometrajes, lo cual lo ubica como el cineasta de nuestra generación más comprometido con la contribución a mostrar los hoyos negros de nuestra sociedad y confrontar a los espectadores con la realidad. Su concepción del cine no es de un arte para ser contemplado pasivamente, sino para ser reflexionado críticamente. Gabriel Retes, como todo creador, permanecerá vivo y vigente con el legado fílmico que nos dejó a varias generaciones.

Julio Carrasco Bretón (Ciudad de México, 1950). Mexicano, artista plástico.

Ingeniero químico, con estudios de maestría en Filosofía por la UNAM. Estudió pintura en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la misma universidad. Ha realizado 65 murales en México, Canadá, España, Cuba, Francia, Hungría, Colombia, Bulgaria y Ginebra. Participó en 60 exposiciones individuales y 160 exposiciones colectivas en 18 países. Es fundador de la Sociedad de Artistas Lúdicos y Presidente de la Sociedad de Muralistas por la Cultura Universal.

Tiene publicados dos libros de poesía: Raíces sembradas en nubes de luna y Fragmentos de un Poemario y uno de ensayos, El otro laberinto. Es miembro del Concepto Editorial de Archipiélago.

Portafolios

Edward Weston. Arcos. Ex convento de La Merced, ciudad de México, ca. 1926. Colección Anita Brenner.

Cortesía Susannah Glusker.

Edward Weston. Pirámide. México. ca. 1926. Archivo Anita Brenner. Cortesía Susannah Glusker.

Estas imágenes fueron tomadas de la revista Luna Córnea, Número 32, 2008.

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MÚSICA

ÓSCAR CHÁVEZ JUGLAR DE MÚLTIPLES LUCHAS

Luis Rosas Oaxaca

Lo conocí en mi infancia, llegó sigilosamente a mi casa y se dejó oír continuamente en sus canciones, me dejó impactado La Ixhuanteca, que habla de un enamorado, nostálgico y romántico; De ranchero a diputado, retrato del político y macho mexicano, no pensé en ese entonces que en realidad así son; A Salvador Allende, eran tiempos en que el socialismo era perseguido; Hasta siempre, con la remembranza de la lucha en Cuba; Lázaro Patricio, por su ritmo; Román Castillo, me dejó pensando eso de “tus hazañas son extrañas”; El charro Ponciano, por lo que deja pensar a cada escucha; La Niña de Guatemala, por su poesía y misterio; Genaro Vázquez, por el dolor que refleja esa pérdida… igual que hoy la de él. Era un álbum de LPs que se titulaba “Anatomía musical de Óscar Chávez” Así conocí a este trovador admirado y seguido por varias generaciones de mexicanos, latinoamericanos y de todo el mundo. Fue compositor de varios temas, el más conocido: Por ti. Autor de más de 100 discos de variada temática: romántica, poesía, tradicional, corrido, parodia, protesta.

Miércoles dos de febrero año del setenta y dos día de la Candelaria Genaro Vázquez murió.

Como tocan las campanas hay de duelo como tocan gritando a los cuatro vientos que hay balas que se equivocan.

Pueblecito de Acatlan tú que tanto los has querido Genaro no se halla muerto nada más se encuentra dormido.

Su sangre sigue enseñando entre todos los presentes Que la muerte no hace daño Cuando hay razones urgentes.

Jueves treinta de abril año del dos mil veinte Día del niño Óscar Chávez murió.

Como tocan las campanas Hay de duelo como tocan Gritando a los cuatro vientos Que hay virus que se equivocan.

Pueblecito de portales Tú que tanto lo has querido Óscar no haya muerto Nada más se encuentra dormido.

Su sangre sigue enseñando Entre todos los presentes Que la muerte no hace daño Cuando hay razones urgentes.

Estudió actuación en la Escuela Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes, fue actor-locutor-productor en Radio Universidad de la Universidad Nacional Autónoma de México; contrario a lo que se piensa y sabe, él estuvo poco en las peñas, como lo refirió en una de las últimas entrevistas; las peñas son lugares políticos de izquierda que entre otras actividades difunden cultura marginal. Actuó en cabaret político haciendo parodia de los funcionarios públicos.

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Era de admirar su congruencia ideológica, siempre mostró desdén por la fama, a pesar de que pudo haber accedido a ella.

Lo vi actuar en mi infancia en la película que más se recuerda que protagonizó, Los Caifanes, en un televisor de mi casa de aquel entonces en blanco y negro; la película es un cúmulo de curiosidades: el guión lo desarrolló Carlos Fuentes, casado en ese entonces con Rita Macedo, la madre de Julissa; Carlos Monsiváis tuvo una actuación secundaria haciendo el papel de Santa Claus, quien llega borracho a la taquería donde acontece el encuentro de dos grupos, la pareja adinerada y los rebeldes pandilleros, mostrando como eje la diferencia de clases de ese entonces. Me impactó la actuación del mazacote representado por Eduardo López y el capitán protagonizado por Sergio Jiménez. Después de una vida politizada no podía faltar su participación en la creación del Sindicato de Actores Independientes, por lo cual lo vetaron en muchos proyectos.

Vuela, vuela palomita vuela vuela entre las balas que el corazón de Genaro lo llevas entre las alas.

Vuela, vuela palomita sigue volando ligero que llevas entre tus alas a Genaro el guerrillero.

El río que viene y va nunca se calla la boca Genaro le dijo ayer mañana a ti te toca.

Vuela, vuela palomita Vuela, vuela entre los virus Que el corazón de Óscar lo llevas entre las alas.

Vuela, vuela palomita sigue volando ligero que llevas entre tus alas a Óscar el juglero.

El río que viene y va nunca se calla la boca, Óscar le dijo ayer mañana a ti te toca.

Su padre gustaba tocar la guitarra y cantar, creció escuchando viejas canciones; él a su vez toma esa afición, se hizo acompañar con el trío Los Morales. Toma la música para difundir el acontecer marginal del país, estuvo presente en incontables acontecimientos políticos, participó en el Movimiento del 68. Juglar que narró lo que en verdad sucedía mediante la canción de protesta, que fue perseguida por aquellos años, generando mayor aceptación, difusor de la lucha de Nicaragua, Cuba, Chile, Uruguay, España, El Salvador. Fue investigador, defensor y difusor de la música latinoamericana, “no soy etnólogo, ni musicólogo”, dijo humilde, “hay mucha gente en provincia talentosa”, comentó triste.

Vuela, vuela palomita sobre el pobre y contra el rico que el corazón de Genaro lo llevas dentro del pico.

El corazón de Genaro no es ni cobarde ni sucio nomas de oírlo latir late como late Lucio.

Esta guitarra que traigo no es mentirosa ni engaña nunca acabarán los versos a Genaro el de Guerrero.

Nunca acabarán los versos a Genaro el guerrillero.

Vuela, vuela palomita sobre el pobre y contra el rico, que el corazón de Óscar lo llevas dentro del pico.

El corazón de Óscar no es ni cobarde ni sucio, nomas de oírlo latir late como late Lucio.

Esta guitarra que traigo no es mentirosa ni engaña Nunca acabarán los versos a Óscar el de Portales.

Nunca acabarán los versos a Óscar el juglero.

Óscar Chávez Fernández (Ciudad de México, 20 de marzo de 1935 - 30 de abril de 2020). Hombre de izquierda, solidario hacia los marginados y perseguidos, estudioso y promotor de la música marginal, tuvo una vida músico-política en la que predominó la sátira, al final se burla también de la muerte, porque él seguirá por siempre presente en la memoria de Latinoamérica y el mundo entero con su canto.

Luis Rosas Oaxaca. (Ciudad de México, 1966). Mexicano, licenciado en Administración por la UNAM. Colaborador del periódico El Financiero y de Archipiélago.

Revista Cultural de Nuestra América. E mail: jadeoaxaca@yahoo.com.mx

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ÓSCAR CHÁVEZ NUESTRO CAIFÁN MAYOR Miguel Mora Witt

Óscar Chávez (Ciudad de México, marzo 1935-abril 2020) nos ha dejado terrenalmente. Su obra musical y su coherencia militante serán su legado para su querido y sufrido pueblo mexicano, ese que retratara tantas veces con sus obras integrales resumidas por el Sello Pentagrama de Modesto López: Cantos Ferrocarrileros, de donde nos apropiamos del tema No me condenes, con versos de Ramón López Velarde y otros cantos que establecen exilios, distancias, estaciones, amores en despedida; o los tiempos de guerra cretina y de paz inalcanzable que resumen su obra Chiapas (2000); o sus aportes internacionalistas como en las Canciones de la Guerra Civil y de la Resistencia españolas, como en Ya se fue el verano (el tururú) o Ay Carmela; o la soberbia presentación junto a Amparo Ochoa y Los Morales en Holanda y cuyo memorial lo escribiera el propio Óscar en 2002 en un verso dedicado a Amparo: Te acuerdas que se armó la zarabanda, cuando en tu corazón cantó un jilguero, con suave entonación y ardor ligero, como canta el amor cuando nos manda.

Ahí en el infinito, estará Óscar ahora juntando su voz rotunda a las de tantos cantores en vuelo, allí estarán para nosotros sus versiones bellas de Macondo o de La Niña de Guatemala, creación musical ésta última sobre los versos de José Martí. Lo recordaremos también por su aporte solidario para las grandes causas pregoneras de la unidad latinoamericana, cuando se unió en Coral Terrestre al Tercer Festival de la Nueva Canción Latinoamericana en Quito en 1984; su colaboración en la grabación de una de nuestras versiones de Cómo Será la Patria junto a Nahuel y Delfor Sombra, sus hermanos que han quedado en desamparo. Allí estará nuestro Caifán (así tildado por su laureada participación actoral en el papel de El Estilos en la famosa película Los Caifanes de 1967, dirigida por Juan Ibáñez). Gracias Óscar por tanto, nosotros nos quedamos Cantando en Dolor Mayor.

Miguel Mora Witt (Loja, 1953). Antropólogo y músico ecuatoriano, compositor y cantante, miembro del conjunto Grupo Pueblo Nuevo, de Ecuador. Fue director Metropolitano de Cultura de Quito.

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ARTES ESCÉNICAS

TEATRO POPULAR LATINOAMERICANO

EN FRANCIA

Alberto Mego La verdadera comedia no nos divierte, nos pone en la inquietante felicidad de tener que reírnos de la obscenidad de lo real.

Alain Badiou

En la profunda tradición teatral de los pueblos, la dramaturgia es una unidad de contrarios donde los cuerpos y las voces, al compás de instrumentos musicales, durante cultos del agua, de la tierra, de los santos y los diablos, se representa al aire libre delante de una colectividad que casi siempre se reconoce en los personajes que afirman con optimismo su gusto por la vida. Es el teatro popular. Aquí la ficción dramática es parte de una concepción y su peculiar lenguaje solo tiene sentido ante el público.

El año 2019 nos encontró en París haciendo teatro.

Creímos que en algunas de sus bellas plazas públicas, en sus enormes parques, podíamos encontrar esta histórica expresión en forma de teatros callejeros. Existen aquí muchas salas, muchos escenarios reconocidos, locales esplendorosos donde se ofrecen obras clásicas del teatro francés, o experimentales del teatro moderno, y ciertamente hay mucha actividad cultural en las calles, es decir, artes plásticas, música, danza, hip hop, que los jóvenes ofrecen en algunas plazas mientras se sostienen con el apoyo voluntario de los asistentes. No es frecuente, sin embargo, encontrarse con alguna tropa del teatro trashumante y callejero. Indudablemente, no es este el París de los 70 u 80 donde se percibían con nitidez las huellas de la revolución cultural que agitó a los jóvenes del mayo del 68, cuando reclamaban ¡la imaginación al poder!

Allí donde se realice, el teatro reproduce los mismos problemas para sus realizadores, las mismas satisfacciones para sus espectadores, porque como arte, como expresión cultural y área de la antropología, siempre tiene como finalidad transmitir concepto, emoción y sensualidad al público. Cuanto mejor si éste accede sin la ritualidad del teatro convencional, directamente, con facilidad, cuanto mejor si es al aire libre. De modo que en esta ciudad un conjunto de felices circunstancias propiciaron que pronto estuviéramos al frente de una troupe, el Teatro Todo

Terreno (TTT). Ahora, como a lo largo de la historia, la teatralidad nunca se ha detenido.

Con el generoso auspicio de Antonio Díaz Florián, gran actor peruano y director del Théâtre de L´Épée de Bois, durante un intervalo diario estuvimos dictando un taller y luego otro en La Salle aux Poutres (Aula de Las Vigas), bajo la arboleda del bosque de Vincennes, donde se ubica el local de esta importante agrupación teatral, en La Cartoucherie, donde además están instaladas otras grandes compañías, como el Théâtre du Soleil, Théâtre de la Tempête y Théâtre de l’Aquarium. Todas estas agrupaciones mantienen una influencia cabal en el ambiente cultural francés. A la convocatoria de nuestro taller llegaron actores y actrices francesas y latinoamericanos-as, con experiencia en grupos que exponían sus trabajos en espacios cerrados como auditorios y bares. La propuesta del Taller de Teatro Todo Terreno los desafiaba a actuar también en el más antiguo escenario: la calle.

El teatro isabelino y los de la modernidad sitúan a los actores frente a técnicas donde el subjetivismo, la vena dramática y la interpretación son el corazón de la actuación. Y siempre cobijados en la “cámara oscura”, tras la “cuarta pared” del auditorio convencional, apoyados por diversos recursos tecnológicos, bajo los cuales el actor a veces desaparece, o es parte de una dinámica empresarial.

A diferencia, nuestra propuesta se centra en el acontecimiento propiamente y en la acción teatral donde el actor debe cautelar la horizontalidad con el público y mostrar los hechos abiertamente, sin refugiarse bajo telones o camarines.

Nuestro teatro puede representarse en todo lugar, en un auditorio, como al aire libre. El teatro es el conjunto humano realizando una obra. No son los elementos complementarios los que definen su naturaleza. En ocasiones, incluso la limitan. Por eso consideramos prioritario el conocimiento y dominio del cuerpo, de la voz, del plan teatral o guión, y el rol que cumple la dirección en el equipo. Si van por separado, estas partes conducen al experimentalismo, al ensimismamiento o a la 51

más pobre vanidad. Es preciso entender el arte dramático como un engranaje colectivo donde todos cumplen un papel, donde se justifica únicamente lo que está en su lugar para que el mensaje sea contundente.

La poética y antigua historia de representar la realidad a través del teatro se renueva cuando los actores se entregan decididamente a este culto. No importa si son profesionales, aficionados o debutantes. La vocación por el teatro es también un cultivo y tiene distinta suerte en el desarrollo de sus seguidores. Por eso es tan importante transmitir una actitud constructiva, sobre todo con aquellos que se desafían a poner en marcha su sentido creativo en una obra, así como a actuar por primera vez.

El celo competitivo de muchos actores profesionales, hace tiempo los ha alejado de esta necesidad de encuentro integral con el público. El teatro no es una escuela del narcisismo. En el Taller de Teatro Todo Terreno (TTT) no somos dueños de nuestros roles, y como no siempre los horarios son coincidentes, siempre podemos ser reemplazados. “Todos somos necesarios y nadie es imprescindible”. Así, con aquellos y aquellas que persistieron después de dos talleres y algún malentendido, iniciamos el debate y posterior ensayo de una representación. Yolanda Rodríguez, una actriz francoespañola, participante en un taller que hace 37 años hicimos en el Museo de Arte de Lima y que bajo diversas formas en Francia había continuado en su labor teatral, asumió ser parte de la dirección del conjunto TTT. Conocíamos el trabajo de Jorge Díaz, notable dramaturgo chileno que tantas obras ha aportado al teatro latinoamericano. Su obra “Muero, luego existo”, después de algunos cambios discutidos en mesa, en nuestra versión fue traducida al francés y adaptada. La titulamos

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“Vampiros”. Aquí nos burlamos del vampirismo en que se ha convertido la vida en la gran vitrina del libre mercado.

Cuanto tienes, cuanto vales. Todo se compra, todo se vende. La posesión como baluarte. Un hombre solo tiene su sangre para vender, su cuerpo, sus órganos, pero en el mundo sensacional que ofertan los medios de comunicación, en la brevedad de la vida adversa que le ha tocado vivir, quizá pueda sacarle provecho siquiera a su cadáver. Cuanto más hondo hay que caer para entender que el paso siguiente es levantarse.

Con esta obra hemos recorrido un amplio sector de la metrópoli, actuando en plazas, parques, calles, bares, tout Paris. Sin embargo, fue clave nuestra participación en el Festival Les Portes D´Or del barrio de La Goutte D´Or en Barbès, distrito XVIII, una de las principales áreas populares de la ciudad. Con el aliento y la simpatía de asociaciones de trabajo comunal, como Les Enfants de la Goutte D´Or (EGDO), a cargo de Lydie Quentin, y La Tortue Voyageuse, con Sylvie Rubé, que hicieron las coordinaciones para nuestras actuaciones en este populoso barrio, adoptado después como centro del TTT. Como hemos dicho, durante el año 2019, nuestra actividad de difusión se concentró en la zona metropolitana. Después de muchos “preestrenos” en calles y plazas, estrenamos “Vampiros” en el bar concert L´Omadis del barrio de Barbès. Luego volvimos a los bares, y seguimos nuestra temporada itinerante. Presentamos la obra en la Place Saint-Michel, que tan importante significado tuviera en mayo 68, en el Parc Monceau, en el Jardin des Tuileries y el atrio de l´Eglise St. Bernard. Pero es en La Butte-auxCailles, centro de la insurrección ciudadana conocida como La Comuna, barrio de trabajadores y ahora de artistas y bohemios, donde por la adhesión del público nuestras presentaciones adquirieron mejor dominio

escénico y adecuado manejo. Las funciones que poco después hiciéramos en el festival anual de la Goutte D´Or fueron muy saludadas. Evidentemente, esta propuesta se nutre del ideario brechtiano, que pone en discusión todos los paradigmas del teatro y de la sociedad para contribuir al movimiento escénico y social. En esta perspectiva, nos ha enriquecido la experiencia del gran maestro latinoamericano Atahuallpa del Cioppo (Uruguay), el talento de Omar Grasso (Argentina), como también la inmensa labor del dramaturgo Augusto Boal (Brasil), a quienes tuvimos ocasión de conocer personalmente. En el Perú, reconocemos el valor de los aportes de dos grandes hombres de teatro: Víctor Zavala Cataño y Jorge Acuña Paredes. El primero, elevando el campo y el campesinado como escenario y protagonista del acontecer social; y el segundo, con su teatro urbano y descamisado, poniendo en relieve la vida del pueblo en calles y plazas. Ambos artistas, enormes servidores del público.

Porque en esta actividad colectiva, el propósito principal es encontrarse con el público para transmitirle emociones, conceptos y construir idearios humanísticos, cuanto mejor y más pertinente en la crisis generalizada del mundo contemporáneo que vivimos, donde pareciera que todo carece de sentido, donde cunden el nihilismo y la desesperanza, se impone la sobreexplotación y nos distrae la tecnología con sus grandes y pequeños artefactos que convierten nuestra conducta cotidiana en agonía y caos, deshumanizando, es decir, esterilizando de esta manera las relaciones sociales. En tiempos como estos, el teatro está llamado a estremecer al espectador, para despertarlo, para agitar su creatividad y convertirlo en un actuante de su propia existencia.

Sobre el espacio teatral y las herramientas que elegimos El arte escénico condiciona el espacio. No es el espacio el que condiciona el teatro. Por ello creemos que cualquier lugar es apto para la actuación. Desde los anfiteatros al aire libre, como en la idílica época de griegos y romanos, o en los atrios de las iglesias a la usanza medieval, o en los grandes auditorios que la revolución industrial puso en relieve como soporte principal, en el denominado teatro de cámara, y donde se han desarrollado las grandes contribuciones escénicas de nuestro tiempo. Pero el juego dramático puede desarrollarse también en los lugares más insospechados: en un parque, en una avenida transitada, en el metro. Es decir, en todo terreno, incluso los escenarios convencionales son aptos para el hecho teatral, como lo ha demostrado largamente la tradición popular, así en el Perú como en el mundo. Un taller todo terreno se esfuerza por reflejar la identidad del espectador a través de todos los recursos a la mano, aquellos que nos correspondan por tratar de contarle su propia historia, allí donde se

encuentre. Ningún lenguaje nos es ajeno, ningún estilo, todos los colores y armonías se compaginan a un arte escénico vivo que sirve a su colectividad. La ejercitación de la voz y el dominio corporal son fundamentales en nuestros conceptos técnicos. Por ello, realizamos constantes ejercicios destinados a fortalecer estas herramientas, explicando las bases materiales de la actuación. Sin embargo, la práctica de este taller demanda la mejor actitud para el trabajo grupal, el equilibrio interpersonal, el diálogo, la comunicación y el mutuo respeto. Y el estímulo de funciones intelectivas como la atención, la memoria, la concentración, y aquellas que resultan del pensamiento crítico, como la puntualidad, la responsabilidad, la constancia, el estudio y el sentido de compromiso con el público.

El Taller de Teatro Todo Terreno en París convocará un taller preparatorio para la continuación de nuestro montaje “Vampiros”, así como la próxima realización de una obra inspirada en el episodio de la historia denominado “La Comuna de Paris”. Con estas obras, debidamente ensayadas y presentadas, tenemos la finalidad de participar en el OFF del Festival d´ Avignon, el más antiguo y célebre de Francia y uno de los de mayor tradición y raigambre en Europa.

Alberto Mego (Lima, 1954). Dramaturgo, director y escritor peruano. En 2020 cumple cincuenta años haciendo teatro en el Perú. Por su labor escénica ha recibido reconocimientos de diversas instituciones culturales como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Municipalidad de Lima y la Asociación Nacional de Escritores y Artistas. Su propuesta escénica se ha desarrollado en espacios libres, siempre en comunicación con organizaciones populares, tanto en la ciudad capital como en el interior del país. En 1983 publicó su investigación “El Teatro Popular y de Aficionados en Lima (1970-1980)”.

Actualmente, es director del Atelier de Théâtre Tout Terrain en París. Email: amegope@yahoo.com

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TRADICIONES

LA ALIMENTACIÓN EN LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Víctor Manuel Barceló R.

El ser humano lleva un largo proceso de evolución, en que se realizan diversos cambios y circunstancias que van dando sentido más preciso a la vida gremial, fortaleciendo la identidad. Primero la recolección, caza y pesca fueron los mecanismos utilizados para conseguir la alimentación.

Largo tiempo esos agrupamientos dedicaron a la búsqueda de animales susceptibles de ser dominados para que sirvieran de alimento, así como de plantas suculentas que los paladares de aquellos momentos aceptarán en su ingesta.

Cuando el hombre descubrió el fuego, encontró las metodologías para plantar y cosechar alimentos vegetales, localizar y domesticar animales, aliñarlos para alimentarse, el salto tecnológico fue sustantivo. Unos antes que otros, empezaron a crear fórmulas de elaboración de sus alimentos. Al principio se tiraban al fuego y se comían, sin otros ingredientes. Las verduras apenas si se lavaban con las aguas de los cristalinos ríos y lagunas impolutas, libres aún de la acción descocada de la civilización moderna que infecta ríos, destruye lagunas, las azolva para desviar la corriente, construir una casa, un puente, a veces innecesario, terminando con la belleza y uso de fuentes de agua dulce, que cada vez escasean más en el planeta.

Larga es la evolución humana en el tema de la alimentación. Conforme se constituían en organizaciones mayores las sociedades ―tribus en su mayoría― mayor sofisticación se alcanzaba en la preparación de los alimentos. Influenciaron en ellos: el hábitat en que se desarrollaban, los criterios antropológicos, ideológicos, religiosos, políticos, las condiciones políticas y sociales en general.

En las fastuosas comelitonas que caracterizaron a los imperios de la antigüedad, se comían manjares simples: carnes de venado, pato, cisne, codorniz, alondra y cualesquiera otro animal de caza, preparados a las brasas y listos para comerse, generalmente acompañados con vino, cerveza y otras bebidas desarrolladas en la antigua Europa y las tierras aledañas de Asia. Pero en todas las regiones 54

todavía no “descubiertas” por la civilización occidental ocurría algo similar.

En América, el fondo de la alimentación se caracterizó por una fuerte religiosidad ―en los pueblos originarios― con alimentos populares que imitaban los ofrendados a los dioses e ingeridos por los sacerdotes. Así, al amaranto se le coloreaba con achiote u otras plantas que lo teñían de rojo, como si fuera sangre. Ese era uno de los alimentos más considerados en Mesoamérica, que tras la invasión conquista del imperio español fue prohibido, no sólo su ingesta, sino también su siembra y recolección, con lo que afectaron considerablemente el nivel alimentario de los pueblos y comunidades.

Empero, los pueblos continuaron sembrando este alimento, de manera oculta y utilizándolo en sus ofrendas a los dioses, dado que la religiosidad se mantuvo activa en dichas poblaciones, muy a pesar de la yuxtaposición cultural y religiosa llevada a cabo durante los trescientos años de vida colonial. En Sudamérica ocurrió algo parecido, las culturas nativas continuaron con sus costumbres, que aún ahora son parte de la riqueza cultural de Mesoamérica, la región incaica y todo el continente.

La Colonia española trajo a la Nueva España y todas sus posiciones logradas a sangre y fuego en el continente americano, sus animales domésticos y algunas frutas y legumbres, llevándose de nuestro entorno una cantidad creciente de frutas y verduras que reprodujo en aquellos lugares. Sobresale la papa, con su importante valor nutricio y muchos otros que solo se reproducen por acá, como la piña, el mango, el banano o plátano y otros, junto a hortalizas y verduras propias de nuestro medio, que nunca lograron el tamaño, color y sabor nativos, por lo que siguieron siendo llevados hacia la península ibérica y otros rumbos por los puertos de Cartagena, Veracruz y Acapulco.

Pero ese intercambio de animales domésticos, frutas y verduras, que enriquecieron en ambos lados las posibilidades de una alimentación rica y saludable, resulta en toda la región, con énfasis en Colombia, Ecuador,

Perú, México y Centroamérica, un elemento sustantivo de su rica y variada gastronomía, apreciada ampliamente en Latinoamérica, conocida y aceptada en muchos rumbos más de la madre-tierra.

El empeño de muchos años lleva a contar con restaurantes que ofrecen comida colombiana, mexicana o peruana, cada vez más cercana a los sabores y olores que inundan los restaurantes que en el territorio regional existen y que cada vez hay más en los países hermanos del Caribe. Aún en los que existen alimentos con influencia nativa de origen europeo ―Uruguay y Argentina― esta comida atrae por sus delicadas o intensas emanaciones, su sabor excepcional, incluso su picor, que bien medido, es un alentador de mayor ingesta, mejor sabor y creciente digestibilidad.

Mucho se escribe, desde hace tiempo, acerca de la gastronomía latinoamericana. No sólo nativos del solar patrio han lanzado sus dardos deliciosos para postular la genialidad de varios platillos de la región, fuertemente influenciada de la cocina asiática y de otros orígenes como: el ajiaco con pollo colombiano, tamales con molidos, el mondongo y otros; el ceviche peruano, el cuy, el rocoto relleno y el ají de gallina; los mixiotes de pollo; los moles mexicanos, que son la delicia culinaria del centro y sur del país; el pozole, de diversos colores como el mole, que se jerarquiza como un alimento completo, que ofrece proteínas, carbohidratos y grasas en las proporciones adecuadas para una palatabilidad de sabores y digestión saludable. Allí van, en una mixtura excepcional: verduras, frutas, semillas, aves (pollo, guajolote o pavo) y cerdo y muchos platillos más que se degustan desde el más modesto restaurante, paradero o fonda, hasta restaurantes de alta culinaria regional e internacional.

Empero hay un alimento que cubre muchos recovecos de la necesaria alimentación cotidiana, mismo que puede encontrarse en México, tanto en sus restaurantes sofisticados o populares, como en carretas y puestos por doquier. Allí los trabajadores, empleados, funcionarios, políticos y todo tipo de personas, degustan el taco, los tacos, en los que se amalgaman una serie de ingredientes que les hace un bocado excepcional.

El taco es el resumen de la alimentación popular. Se presenta con una tortilla de maíz redonda y caliente, en que se van incorporando, como en un rito, sus ingredientes: una embarrada de frijol refrito, a lo mejor aguacate en tiras, carne (res, cerdo, pollo) o pescado. Una salsa bien condimentada viene a darle lo profundo del sabor y habrá de comerse sobre un plato, un papel o servilleta, mediante una reverencia que a la vez que le consagra, evita la caída de ingredientes en manos, camisa, pantalón o demás prendas. Es una ricura imposible de olvidar.

Víctor Manuel Barceló R. (Tabasco, 1936). Mexicano. Maestro Normalista por la Escuela Nacional de Maestros, Licenciado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México y Maestro en Evaluación Educativa por el Colegio de Puebla. Fue gobernador interino del estado de Tabasco, en 1999.

Actualmente se desempeña como Embajador de México en el Uruguay y como representante permanente ante la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), cuya sede tiene 60 años en Montevideo.

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AMERINDIA

INDÍGENAS COMO GRUPOS DE PODER EN MÉXICO

REFLEXIÓN CRÍTICA Lázaro Hilario Tuz Chi

Las élites mexicanas han mantenido cierto arraigo generacional desde la Revolución de 1910, las cuales han mantenido el control económico y político de las masas sociales indígenas del país. Generalmente las élites se distinguen por estar focalizadas en sectores que controlan vastos espacios sociales, forman parte de los sistemas políticos y frecuentemente establecen los parámetros a seguir en la economía y la sociedad en sus lugares de origen. Tienen comúnmente un control económico de los espacios de mercado y pueden tener la capacidad de decisión en las situaciones políticas e injerencia en asuntos sociales.

En principio y para hacer un poco de historia, pasados casi cien años de la Revolución, aún no ha podido ser desestructurada de la mentalidad mexicana la conceptualización de aquellos “líderes y luchadores de la revolución” que se detentan como modernos caudillos, se les reconocen los favores “prestados” a la nación, y los hijos de los hijos de los revolucionarios a los que “sí les hizo justicia la revolución” aún continúan detentando el poder como si de una herencia generacional se tratase.

Durante la colonia, el sistema caciquil se estructuró en base al control de las masas sociales, principalmente al interior de los pueblos indígenas. Surgieron caciques contratados ex profeso, para mantener el control social de los pueblos, éstos comúnmente eran reconocidos por su liderazgo ante las masas, y si decimos que eran contratados para tal fin, era que realmente tenían un sueldo como “caciques de los pueblos” y sus funciones principalmente se centraban en la recaudación de tributos y pagos de encomienda, impartición de justicia en delitos menores y de acuerdo a su función obtenían beneficios adicionales como por ejemplo, la concesión de tierras para su beneficio o inclusive el cobro libre de tributos en especie a los 56

“indígenas” que se le asignaban, ocasionando serias cargas tributarias a los indígenas, ya que, además de pagar tributos a sus encomenderos, a los eclesiásticos y a las autoridades civiles españolas, en ocasiones también pagaban tributos a sus caciques.

Las reformas borbónicas del siglo XVIII reestructuraron todo este sistema, pero en los pueblos indígenas continuaron funcionando los caciques como ejecutores de leyes propias de los pueblos a través de los sistemas de cargos. Se establecieron cuerpos políticos que administraban los pueblos, cobraban los impuestos y regulaban la vida social y ritual de las poblaciones. (En estados como Chiapas o Oaxaca, por ejemplo, estos sistemas de cargo aún tienen vigencia y funcionan de una manera independiente).

A raíz del liberalismo y la independencia de México en el siglo XIX, muchas de las funciones de los caciques indígenas fueron relegándose a un segundo término (aunque muchos pueblos indígenas continuaron con su ancestral sistema político local), en el sentido de que al asignarse autoridades administrativas de ascendencia criolla o mestiza, los indígenas de muchos pueblos comenzaron a ser administrados por la autoridad civil, con estructuras políticas de origen español, los indígenas pasaron de ser “indios” a la condición de “ciudadanos”, los caciques funcionaron solamente como consejeros en asuntos agrarios sin ninguna o poca autoridad civil, pero se reconocía su liderazgo y capacidad de control de masas como líderes natos, se recurría a ellos frecuentemente para solucionar problemas territoriales y sus decisiones eran escuchadas, aunque no siempre fueron acatadas por las autoridades civiles.

Regresando al tema que nos ocupa, desde la Revolución ocurrida a principios del siglo XX, los caciques de los pueblos indígenas de México, han mantenido cierto

privilegio político por su condición de líderes natos; los caciques tienen la capacidad de disuadir o llamar a las masas a eventos de interés político, social e inclusive ritual. Muchos privilegios fueron concedidos a los caciques indígenas y a sus descendientes al finalizar la Revolución mexicana, como la dotación de tierras, asignación de sueldos como “líderes populares,” y reconocimientos como “héroes de la Revolución”, el valor agregado a su condición de líder comunitario.

A raíz del nacimiento del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en la segunda década del siglo XX, los caciques cerraron filas en torno al sistema que les mantuvo con privilegios al interior de sus pueblos. Surgen las instituciones agrarias que se apoyan en estos líderes para mantener la hegemonía y el poder político de los pueblos y quienes continúan con la función de controladores y líderes de masas populares indígenas, en este contexto ya se habla del término campesino; en relación al modelo socialista de campesinado, el indígena se vuelve ciudadano campesino.

Las luchas por reivindicar posiciones políticas al interior del partido único en el poder, llevarían a los líderes y caciques campesinos indígenas a reclamar puestos políticos que serían concesionados en relación a actuaciones revolucionarias o en su caso, a aportes concedidos al partido en el poder.

Con el surgimiento del Partido Revolucionario Institucional, (PRI). La figura conceptual de los caciques propiamente dichos comienza a decaer, ya que el término se modificaría dando lugar al término de “líder y luchador social”, más acorde si se consideraba que el término “cacique” venía a ser una ofensa en el sistema derrocado por la Revolución. El indigenismo mexicano resurgía como una solución a las exigencias de control de las masas indígenas y se reconocía la diversidad cultural del país a través de la creación del Instituto Nacional Indigenista (INI).

El surgimiento de una nueva figura política de apropiación de masas, en este caso, los “luchadores sociales” indígenas, indudablemente estaban generando una nueva élite política y social que aprovechó los privilegios concedidos por el sistema político imperante; se volvieron los promotores oficiales y detentaban el poder en los pueblos indígenas post revolucionarios conformando verdaderos sistemas de control, apoyados siempre por las instituciones gubernamentales y las confederaciones campesinas, que estaban surgiendo con el objetivo de demostrar el poder político y no perder privilegios obtenidos.

Las luchas de los “líderes y luchadores sociales” indígenas siempre se enfocaron en los asuntos agrarios y campesinos, llevaban la voz de los indígenas a los foros políticos y

utilizaban su condición de “clase” para obtener beneficios personales. De esa manera muchos líderes y luchadores sociales indígenas pasaron a ser actores y exigieron los “derechos” que como “líderes” les correspondían.

Tenemos conocimiento de que un buen número de ellos, aprovechándose de su condición de “luchadores sociales”, pudieron acceder a puestos de elección popular o en su caso exigir al sistema en turno la inserción de su progenie a puestos de trabajo en el gobierno. Así, se dieron casos en que estos mismos “líderes y luchadores sociales” pudieron beneficiarse con su condición de “clase”.

El término de clase utilizado en este breve ensayo es en relación a la posición de los líderes que exponían su condición indígena o representante de la clase social indígena, para obtener beneficios. No podemos generalizar en estos casos, ya que también se tienen antecedentes de “líderes y luchadores sociales” que contribuyeron a apoyar el desarrollo social de sus representados y que tenían una mentalidad más de orden social que de beneficio propio. Las élites indígenas representadas por estos “líderes y luchadores sociales” por tanto contribuyeron a mantener en el poder al sistema “revolucionario” durante muchas décadas.

Estructurando el futuro: la nueva élite indígena En nuestros constantes estudios documentados en México, podemos indicar que se está gestando una nueva élite indígena en México. No hablamos de la actuación de los mestizos en el poder, sino de los indígenas que consideran su origen étnico y que, a través del comercio y servicios, del turismo y profesiones diversas, comienzan a obtener espacios. A estos modernos “líderes y luchadores

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sociales”, los pueblos también les sirven como escaparates o campos de experimentación para exponer las ideas obtenidas en las aulas o en su caso, aplicarlas a la cotidianeidad, los pueblos los respetan y les dan su apoyo ya que reconocen su liderazgo y capacidad de gestión.

Suponemos que, resultado de esta obtención de conocimientos obtenidos en las aulas o en su caso, a quienes estudian una carrera, por ejemplo, inclusive del posicionamiento económico que les da el tener un negocio redituable en la población, en algunos casos se aprovechan estas condiciones y se convierten en los nuevos líderes indígenas, conformando una moderna élite. A partir de detentar posiciones políticas y económicas, los indígenas que han superado la pobreza gracias a los estudios, al comercio o su posicionamiento como empleados gubernamentales, o inclusive los hijos de éstos, en ocasiones aprovechan sus condiciones para exigir nuevos espacios de control social.

Si hasta antes del cambio de sistema político (del PRI al PAN) los “luchadores sociales y líderes campesinos” tenían poca o nula preparación escolar, ahora los modernos líderes indígenas pueden exponer y exigir los espacios políticos en relación a su posición profesional e inclusive económica. Aquella antigua élite de líderes indígenas natos de antaño, comienza a ser desplazada por sus descendientes o en ocasiones, por jóvenes indígenas que toman la batuta política en sus comunidades para refrendar su compromiso como representantes de los “indígenas pobres”, es decir, comienzan a ver la problemática social desde una perspectiva más crítica.

Podemos considerar que los modernos “luchadores sociales”, conformados por abogados, profesores, comerciantes indígenas, entre otros, son, por tanto, una nueva élite indígena que aboga por los más pobres, existe una conciencia social y un recurrente compromiso por los más necesitados.

Las familias indígenas de México que sostienen negocios redituables en sus pueblos, o provienen de padres profesionistas (profesores rurales, abogados indígenas, etc.), tienen posibilidades económicas para enviar a sus hijos a estudiar a las universidades para una mejor preparación. Por otra parte, también surgen líderes que, a través de trabajos constantes, becas de estudio, alternancia de trabajo y estudio, etc., han logrado obtener espacios políticos y sociales. Estas actuaciones y logros personales también se reconocen por los miembros del grupo originario y los convierten en líderes comunitarios, pasando a formar parte de la élite indígena que también puede exigir y aportar ideas y conocimientos, e inclusive logran convertirse en administradores, agentes municipales y autoridades de sus pueblos de origen, logrando obtener diputaciones locales y federales.

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No podemos negar que, por las dos partes, se pueda tender a la “latinización”, al conocer la otra realidad que le ofrece el mundo globalizado, pero en ocasiones eso también les permite comparar las condiciones sociales entre su pueblo de origen y las oportunidades de las ciudades y diferenciar entre una situación y otra. Suponemos que en muchos casos la “occidentalización” de las ideas y los comportamientos se vuelven una constante, se tiende a dejar las manifestaciones culturales y lingüísticas de los pueblos originarios para arroparse en una nueva modalidad social globalizada, desconociéndose el origen social y étnico. Aunque en otros, aún se generen ciertos cambios de comportamiento, más acorde con las circunstancias y los tiempos; se tiende a occidentalizar la rutina diaria, pero muchos de los elementos culturales aún permanecen.

Los nuevos grupos de poder en el siglo XXI ya tienen la capacidad de cambio cultural, su concepción de vivir en dos mundos y transitar hacia los cambios que la modernidad y la globalización les ofrecen, les hace también identificar y experimentar la capacidad de hacer frente a los modelos occidentalizados y acomodarlos a las exigencias indígenas.

Por tanto, podemos suponer que las modernas élites indígenas ―contrarias a aquellos caciques y “líderes y luchadores sociales” de antaño―, comienzan a demostrar su capacidad de organización y verdadero liderazgo para beneficio de sus pueblos. Considero en este caso que, dependiendo de las condiciones socioeconómicas en las que el individuo se desarrolla y obtiene la sensibilidad social, actuará en beneficio de su etnia o de la sociedad en general. Dependerá de los conocimientos obtenidos y de su capacidad de liderazgo el que pueda convertirse en verdadero “líder y luchador social”, que en este mundo cambiante y globalizado estamos aún a la espera de recurrir.

Quiérase o no, el indígena mexicano que ha alcanzado una posición social, económica y académica en este mundo competitivo y ha hecho valer sus conocimientos en beneficio de su sociedad, se convierte invariablemente en un “líder y luchador social indígena”, pero al mismo tiempo llevará consigo el honorable título de “nuevo grupo del poder indígena”.

Lázaro Hilario Tuz Chi (Yucatán, 1975). Académico e investigador mexicano, especializado en la cultura maya. Licenciado en Historia por la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán; Doctor en Antropología de Iberoamérica por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca, España. Tiene varios libros publicados, así como artículos en revistas de antropología e historia. Es actualmente profesor e investigador en la Universidad de Oriente, Valladolid, Yucatán.

AFROAMÉRICA AFROAMÉRICA MÉXICO, A.C.

La Tercera Raíz Luz María Martínez Montiel

Los buques negreros transportaron con los hombres, mujeres y niños africanos, sus dioses, creencias y tradiciones, que configuraron

Presidente

LA TERCERA RAÍZ DE AMÉRICA

LÉON GONTRAN DAMAS

LA ANTORCHA1 Mirta Fernández Martínez

Léon Gontran Damas, nació en 1912 en Cayena, en la Guayana francesa, enorme territorio continental vecino de Suriname y de Brasil, hoy Departamento de Ultramar de Francia y falleció en Washington, Estados Unidos, en 1978. Damas, uno de los padres fundadores del Movimiento de la Negritud, manifiesta el amor a su lugar natal en este poema: Déjenme en paz digo vuelvo a decir déjenme en paz con ese deseo que tengo de Ella Ella mi isla de rosa-Cayena2 Él quiso en el epitafio de su tumba en Cayena versos propios donde alude a la resina como el producto con el que se impregnan las antorchas para las veladas funerarias o festivas para iluminar al cuentero, narrador popular que transmite la palabra criolla de Guyana. Tradición oral formada por aportes africanos, amerindios y europeos. El poeta se reconoce como heredero de esa tradición en uno de sus poemas de Névralgies (Neuralgias) titulado “Desde hace poco”: Si desde

hace poco encuentro en tu lágrima angustiada el amargo sabor del agua de las sangres mezcladas de los TRES RÍOS es porque es mediodía para los dos (…) danzaré bajo el sol de pie en mi triple orgullo de sangre-mezclada 1 Texto tomado del libro Cantos de negritud, de Mirta Fernández Martínez, Editorial Arte y Literatura. La Habana, Cuba, 2011, pp. 87, 88.

2 Léon Gontran Damas, Névralgies, Présence Africaine, Paris, 1966, p. 97.

Esta tradición reviste características particulares gracias al cimarronaje secular que preservó lo africano y le permitió transculturarse en libertad con la palabra de los pueblos amerindios en las intricadas selvas de esta región del Caribe continental. La antorcha de resina alumbró el camino en la noche del cimarronaje y continúa en nuestros días iluminando la noche del hombre criollo, amerindio, negro o blanco.

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LATINOAMÉRICA

ENEMIGA

GÉNERO Y CONFLICTO ARMADO EN EL PERÚ Valeria Román Marroquín Ella me contaba pues: qué lindo, es lindo agarrar el arma, e irse así.

Varón, ganadero de 70 años La naturaleza de esa tristeza se hace patente al plantear la cuestión de con quién entra en empatía el historiador historicista. La respuesta es innegable que reza así: con el vencedor. Los respectivos dominadores son los herederos de todos los que han vencido una vez. La empatía con el vencedor resulta siempre ventajosa para los dominadores de cada momento.

Walter Benjamin

Creo válido el plantear las veces que sean necesarias esta pregunta: ¿qué significa la publicación de un libro como Género y Conflicto Armado en el Perú a 15 años del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR)? Y creo esto así, porque esta pregunta nos lleva irremediablemente a otra pregunta que nos obliga a enfrentarnos sin medias tintas a un terreno mucho más espinoso para nuestra historia reciente: ¿qué clase de batallas se han librado sobre la memoria? ¿Quiénes participan de estas batallas y qué es lo que se disputa exactamente? ¿Estamos hablando de recuperar dignidad, de hacer justicia, de comprender objetivamente el proceso armado que vivió el Perú entre los años ochenta y noventa? Desde la aprobación de la tendenciosa y ambigua Ley que tipifica el delito de Apología al Terrorismo, hasta la acusación de apología al terrorismo al Museo de Arte de Lima (MALI) por exhibir las tablas de Sarhua, la inestable situación de la dirección del Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM) a partir de la visita del congresista fujimorista Donayre y la censura de la exhibición Resistencia visual 1992, entre otras cosas que pueden venirnos a la mente al hacer un recuento; esta serie de episodios ponen en cuestión las libertades políticas que la democracia y el Estado de Derecho debieran asegurar, aquellas que hoy merman de forma notoria, tales como la libertad de expresión y pensamiento, y nos indican que estas batallas parten de las disputas políticas de distintos grupos de interés, porque controlar la narrativa de lo que sucedió en aquel periodo, 60

significa controlar la dinámica política que en los últimos años ha devenido de éste.

Pero más allá de señalar el discurso negacionista de las posiciones fujimoristas, el cual es ya harto conocido, en medio de las batallas por la memoria, es momento de señalar también los sesgos y límites de un sector dentro de los espacios académicos e intelectuales, que por un lado denuncia la manipulación de la memoria de las víctimas del Conflicto Armado Interno, y la negación de los crímenes de las Fuerzas Armadas y el Estado durante aquellos años, apelando a la verdad y la justicia, amparándose a lo resuelto por la CVR. Pero por otro lado, ese mismo sector contribuye a la campaña de caricaturización y manipulación e instrumentalización política que muchas veces, en tiempos de desesperación, el Estado ha emprendido del “Enemigo”: el senderista, el terrorista. Niegan toda posibilidad de un estudio objetivo sobre aquellos que participaron activamente en este proceso y se levantaron en armas, y con ello, mutilan un amplio campo de investigación necesaria con respecto a los movimientos armados en nuestro país, su historia, sus condiciones y las condiciones de quienes los constituyeron.

Y más allá de abordar o no cierto campo de investigación, es mutilar también parte de la historia de los pueblos y sus propias luchas, aceptando las formas que no atentan contra el modelo y se mantienen siempre al margen de lo institucional como las únicas válidas para la protesta, entre otras cosas. Por otro lado existe también por parte de grupos políticos, que han monopolizado y se han adueñado de la memoria de los ex miembros de diversos grupos subversivos, pretensiones de que su propio balance sobre lo ocurrido en el Conflicto Armado sea asumido acríticamente por los sectores democráticos y organizaciones populares, que en determinadas ocasiones han abierto espacios para discutir sobre la ya mencionada cuestión, saboteando y mermando aquella “libertad de expresión” que tanto defienden, en vez de practicar la siempre saludable crítica y autocrítica, y abriendo una lucha de ideas correspondiente, como es el notorio caso del MOVADEF. Es en este contexto que la publicación de Género y Conflicto Armado en el Perú se ubica: un libro que versa,

no sobre las mujeres que estuvieron involucradas como víctimas de la violencia del Conflicto Armado, o incluso, sobre las mujeres que participaron como dirigentes o activistas barriales, que las antologías y estudios sobre el feminismo en nuestro país siempre resaltan cuando se habla de organización femenina durante los años ochenta y noventa: precisamente, es sobre las mujeres que se enlistaron en las filas del MRTA y el PCP-SL y se levantaron en armas. Cada uno de los artículos que componen el conjunto de esta publicación, en su propia particularidad y su propio enfoque, es valioso en un contexto donde la apología es confundida ― convenientemente― con cualquier análisis o estudio que pretenda abordar a los grupos subversivos de manera objetiva, sin hacer de éstos una caricatura del “Enemigo” de la sociedad civil. Que cuestiona lo que los famosos senderólogos, e incluso la misma CVR, ha dicho sobre el PCP-SL, el MRTA y las organizaciones afines a éste sobre las mujeres subversivas. Habría que señalar, como cuestión fundamental, que el caso de la participación femenina dentro de las organizaciones subversivas se ha abordado como un tabú, incluso para las académicas dedicadas a estudiar los movimientos feministas. Así como señala Guiné en su artículo “Encrucijada de guerra en mujeres peruanas: Augusta La Torre y el Movimiento Femenino Popular” o Romero-Delgado en “Las «otras» olvidadas: apuntes sobre agencia y transgresión con nombre de mujer(es)”, las mujeres que se levantaron en armas son expuestas como ajenas a las demás propuestas y apuestas en los distintos espacios donde existía una organización femenina: se sostenía que el horizonte político de estas mujeres no estaba involucrado directamente con las mujeres, que aquellas mujeres eran dogmáticas, resentidas, irracionales, manipulables, entre otros calificativos que no es necesario reproducir. Al representar un modelo de feminidad atípico dentro de una sociedad sumamente machista, donde el apolitismo y la sumisión se conciben como “cualidades” inherentes de la naturaleza femenina, era evidente que estas mujeres fueran patologizadas, aduciendo que su alto nivel de politización, su entrega en el activismo que requería el trabajo partidario,y su disposición a asumir un proyecto político como la vía armada para conquistar el poder para los pueblos, así como su disposición a asumir un papel de dirección en éste mismo, era meramente producto de sus desviaciones. Estos sesgos son reproducidos constantemente dentro de los espacios académicos e intelectuales, que ― paradójicamente― a pesar de reconocer perfectamente que la aparición de grupos subversivos durante aquella época en particular y la amplia acogida que pueden recibir éstos está relacionada estrechamente a las crisis económicas y las medidas que los gobiernos suelen aplicar, pero que finalmente golpean constantemente a las clases populares, no reconocen que los motivos por los que un sector del pueblo puede levantarse son reales, y son más bien

aquellos “rencores” y “odios” a los que muchas veces se apelan, expresión de una situación que existe y que no se resuelve por la buena voluntad de los jefes de Estado y los burócratas de turno, sino más bien son situaciones que se dan porque son necesarias para que el ciclo del Capital siga su caótico ciclo de reproducción. En los diversos testimonios y fragmentos de entrevistas a ex militantes del PCP-SL (caso notorio es el trabajo historiográfico que realiza Antonio Zapata en su artículo “Elena Iparraguirre: la mirada de la número tres”, donde entrevista a la Camarada Miriam ―parte del Comité Permanente Histórico del PCP-SL junto a Abimael Guzmán y Augusta La Torre― y presenta de forma amena la historia de la formación de Sendero Luminoso y demás detalles de su trabajo de bases, su estrategia militar, entre otras cosas), del MRTA, e incluso de organizaciones armadas de Colombia y El Salvador, que encontramos a lo largo del libro, podemos recoger, más que una serie de factores en común que podríamos interpretar como determinantes, una serie de experiencias comunes que finalmente fueron comprendidas bajo un esquema de análisis propio de una línea política en particular. Además, podemos constatar el nivel de agencia política que aquellas mujeres gozaban dentro de las estructuras partidarias, donde la militancia se vuelve una especie de espacio de igualdad al momento de romper con la vida común que los estereotipos de género le imponen a la compañera política, y al ampliar los espacios de discusión y decisión donde las mujeres no eran excluidas de participar por ser mujeres, como bien se señala en el interesante artículo de Luisa Dietrich: “La «compañera política»: mujeres militantes y espacios de «agencia» en insurgencias latinoamericanas”.

Esto nos lleva a cuestionar la objetividad con la que se ha abordado la participación femenina en las organizaciones subversivas. Y este cuestionamiento no parte del deseo de justificar desde las canteras de la teoría los excesos, errores y crímenes que estas organizaciones pudieron haber cometido a lo largo del Conflicto Armado; más bien, es necesario criticar aquella noción de que nos encontramos en una sociedad desideologizada, y lo político más bien 61

representa la buena, neutral y moral administración de los recursos. Y que por tanto, la producción de conocimientos dentro de ésta también está libre de sesgos ideológicos, de intereses y orientaciones particulares. No postulamos que es imposible la objetividad dentro del trabajo intelectual, más sí señalamos que aquella dimensión debe ser cuestionada cuando omite o distorsiona ciertos personajes o episodios de los movimientos políticos, sobre todo si está relacionada estrechamente con respecto a la construcción de la memoria nacional y el imaginario político de las grandes mayorías. Claro ejemplo es el de uno de los organismos generados más conocidos del PCP-SL, el Movimiento Femenino Popular (MFP), el cual aglutinó a una cantidad considerable de mujeres que incluso no pertenecían al PCP-SL ni tenían una afinidad en particular con éste, y articuló ―ciertamente, con limitaciones― un movimiento de mujeres basado en la solidaridad de clase, identificando la opresión histórica de la mujer en la existencia de la sociedad de clases y la propiedad privada, con una justificación en el análisis marxista de la organización de las sociedades prehistóricas y las sociedades posteriores. Si bien puede ser cuestionado el embrionario planteamiento del MFP en sus documentos teóricos, ésta es una de las propuestas programáticas más importantes con respecto a los movimientos de mujeres en la historia de nuestro país, y por tanto, merece ser tomada en cuenta al momento de preguntarnos sobre las necesidades, el trabajo y la organización de las masas femeninas en torno a sus reivindicaciones.

Para problematizar esto, quisiera traer una idea que extraigo de Organizar el fracaso. Arte y política en la Carpeta Negra, de Mijail Mitrovic (2016), y que me parecería interesante explorar, no solo porque en Género y conflicto armado en el Perú hay dos artículos que se dedican al imaginario y producción artística relacionada específicamente con el PCP-SL ―en este caso, su producción literaria, con “Hildebrando Pérez Huarancca, Edith Lagos y Jovaldo. Textos de combate”, de Oscar Gilbonio, y su producción audiovisual con “Voces, memorias y realidades de las mujeres excombatientes en los documentales sobre el conflicto armado”, de Pablo Malek―, sino también porque hay un paralelo entre lo mencionado por Mitrovic y cierta idea que este libro en distintos momentos señala.

Es como si todo lo anterior, reducido a mera propaganda política, sencillamente no fuese digno de ser pensado, cuando el análisis del arte senderista obliga a que establezcamos nuevos criterios para pensar en qué sentido podría el arte hacerse político. Al mismo tiempo, se asume que la militancia de las mujeres que se levantaron en armas, sean emerretistas o senderistas, no merece ser tomada en serio por quienes nos dedicamos a estudiar y reivindicar los movimientos de liberación y emancipación

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femeninos, solo porque son parte de estas organizaciones subversivas; sin embargo, esa propuesta es una que ha calado mucho más hondo en el análisis y práctica política entre las grandes mayorías de mujeres, más que los asistencialismos de las ONGs, que desde su entrada al paí, han reemplazado gran parte de la organización popular y han acabado con los espacios de politización de las clases trabajadoras. Esta situación representa, evidentemente, una problematización ―si es que el movimiento de mujeres pretende seguir vigente para las mujeres más explotadas de nuestra sociedad― del carácter de los movimientos de mujeres, su relación con los movimientos estudiantiles, campesinos u obreros, su papel frente a la alta división de clases de la sociedad capitalista y las estrategias de concientización, elevación y movilización de mujeres por la transformación de la sociedad. Nos guste o no, el Movimiento Femenino Popular y las mujeres levantadas en armas también forman parte del relato de los movimientos de mujeres en nuestro país.

Finalmente, habría que mencionar que más allá de la importancia de esta publicación en relación a la historiografía de los movimientos feministas en el país, y de su centralidad para cuestionar las narrativas que han tomado un lugar hegemónico sobre las mujeres en el Conflicto Armado Interno, Género y Conflicto Armado en el Perú también se posiciona como una publicación que toma los ecos del pasado para problematizar el presente de los movimientos de mujeres y la militancia femenina en espacios mixtos de izquierda. En la práctica, es cierto que las mujeres involucradas en proyectos políticos que se fundamentaban a partir de la solidaridad de clase, poseían una agencia política tal que les permitía asumir lugares que tradicionalmente estaban ocupados por hombres; habría que cuestionar hasta qué punto dentro de estos espacios privaba la reproducción de relaciones patriarcales. Este es un cuestionamiento que resulta vigente para los movimientos de emancipación, que en la actualidad son encabezados por mujeres, cuestionando de por medio la lógica capitalista y patriarcal arraigada en las instituciones y en lo más profundo de la vida diaria de los sujetos. En ese sentido, también nos encontramos ante relatos que nos exigen comprender las relaciones entre género y clase más allá de un esquema dual para sumergirnos en su complejidad, y por tanto, comprender que la opresión por la cual las mujeres se levantan exige también una profunda transformación de nuestros espacios de militancia.

Valeria Román Marroquín (Arequipa, 1999). Peruana, estudiante de Filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Sus investigaciones se encuentran orientadas a la teoría feminista, en específico, los feminismos materialistas y la filosofía política. En la actualidad se dedica a organizar los círculos de lectura de mujeres, orientados al estudio del feminismo socialista, marxista y radical para la formación teórica de mujeres tanto en espacios universitarios como externos a estos. Ganadora del Premio Nacional de Poesía “José Watanabe Varas” 2017 por el poemario “Matrioska”, y el Premio Luces 2018, con la mención de “Mejor libro de poesía”.

AMBIENTALIDAD

EL VALOR DETRÁS DEL “VALOR” DE UN EDIFICIO O SITIO PATRIMONIAL Enrique Madia

Cuando hablamos del valor del patrimonio histórico construido, en cualquier país, en cualquier cultura, así como de su forma final definida con cualquier tipo de material de construcción (que incluye la mayoría de las veces el trabajo de un arquitecto reconocido), en relación con el “usuario” de dicho producto / artefacto, también tenemos que ver lo intangible o inmaterial que viene a través de la memoria... como parte de ese “artefacto”. Ello se simboliza con su significado en el inconsciente común de las personas y la interpretación de la memoria del individuo, su círculo familiar inmediato y la sociedad en general donde tuvo lugar tal recuerdo. Eso tiene un significado importante porque impactó su vida y su cultura, así como la identidad de un grupo social. Por lo tanto, el reconocimiento de un “artefacto patrimonial icónico” es producto del impacto en la memoria del individuo y la memoria colectiva de una sociedad que “acepta” el valor de dicha “representación material” (más allá de su forma material), como parte de la historia de su pasado cultural y socio-económico donde se realizó tal “construcción / artefacto”. Llevar un valor intangible (significado) a la condición material de ese “artefacto del patrimonio histórico”, que no es la belleza de la forma, la estructura, etc., sino todos los valores intangibles e intrínsecos que el artefacto tiene en el individuo que “siente” que le pertenecen como parte de su pasado.

Básicamente, el individuo de alguna manera a través de su memoria se ha apropiado del todo (material e intangible), para darle un significado que comparta con su memoria y con el otro individuo en su entorno social en la ciudad y / o la región a la que pertenece. Podemos decir que de alguna manera esa memoria comienza viajes que van más allá del mundo visible.

Aunque los “recuerdos y sus significados” en la misma cultura pueden tener opiniones y puntos de vista opuestos con respecto a tal “producto patrimonial...”, queda claro cómo lo intangible tiene un papel importante en la memoria del usuario (con su sociocultural equipaje) y cómo va a afectar la relación con el objeto. Por ejemplo, en nuestro ámbito de trabajo, estructuras históricas hechas en concreto, desde edificios hasta monumentos conmemorativos, siendo estos últimos quizás los que tienen mayor impacto en la memoria por el valor intangible que simbolizan y representan.

Como ejemplo, en Varsovia el Palacio de Cultura y Ciencia (1952-56, diseñado por Leonid Rudniew), fue un regalo de la Unión Soviética a Polonia. La gente tiene sentimientos muy fuertes con respecto a ese edificio, como un recordatorio de la ocupación comunista, y querían demoler el edificio muchas veces. También otra parte de los residentes de Varsovia lo dejó como un pasado que no fue feliz, pero fue aceptado como un ícono del patrimonio arquitectónico de la ciudad. Ambos sentimientos fuertes en posiciones opuestas a través del valor intangible del edificio / artefacto y el impacto en sus recuerdos y lo que simboliza.

La memoria en sí misma es un valor intangible y un sentimiento que define a una nación a través de las generaciones, con su cultura y tradiciones (todos los valores intangibles) que aún existen... el valor intangible del patrimonio... la memoria. Lo intangible en la memoria del pasado tiene la sensibilidad del momento que lo relaciona con el sentido de pertenencia. No hay futuro para una nación sin el ejercicio permanente de la memoria, sin ella no es posible construir ni proteger su identidad.

Enrique Madia. Arquitecto argentino. Miembro del Comité Internacional de Arquitectura y Patrimonio del Siglo XX de Icomos. Miembro del Docomomo Internacional y de la Sociedad de Historiadores de la Arquitectura. Ha desplegado actividades docentes en Argentina y USA. Jurado de Bienales Internacionales de Arquitectura. Artículos suyos han aparecido en publicaciones de Latinoamérica, USA, Europa y Medio Oriente. Consultor de Patrimonio Histórico, USA, Argentina, México, Guatemala y Costa Rica. Coautor “Patrimonio: Apuntes de Gestión”. Ha tenido trabajos profesionales en Argentina, USA, México, Belice, Kuwait, Jordania, Arabia Saudita y Dubai: aeropuertos, hoteles, conjuntos de viviendas multifamiliares, centros deportivos, oficinas, preservación histórica, etc. Residió varios años en Miami, EUA.

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LA LAGUNA MADRE DE TAMAULIPAS JOYA DE LA NATURALEZA MEXICANA Adán Echeverría-García

Llegué a vivir a Matamoros, Tamaulipas, México, en julio de 2018, luego de pasar tres años trabajando en Ensenada, Baja California. Después de acomodarme a mi nuevo trabajo en el Centro de Investigación en Sustentabilidad Energética y Ambiental de la Universidad Autónoma del Noreste, comencé a hacer mis primeras incursiones a la ribera del Río Bravo, para revisar la calidad del agua y aportar datos para el proyecto binacional (México-EEUU) denominado “Río Research Roundup”, y organizado por Rio Grande International Study Center, dedicados a monitorear los 3,034 km de dicho afluente de agua en ambos países. Esta actividad permitió que me contactaran para un proyecto similar, pero en la Laguna Madre, Tamaulipas, en el poblado de Las Higuerillas, perteneciente al municipio de Matamoros. En enero del 2019 comencé a asistir semanalmente a dicho sitio, y empecé a enamorarme del lugar. Fue amor a primera vista.

Para llegar a Las Higuerillas se tienen que recorrer poco más de 60 km. Sales de la ciudad de Matamoros rumbo a Ciudad Victoria, avanzas alrededor de cuatro kilómetros para encontrar un desvío a la izquierda que te llevará por carretera al Puerto de El Mezquital, justo hasta el poblado Las Higuerillas. Son 60 km de un paisaje que se disfruta, en una carretera de doble carril muy bien construida. En los postes del cableado eléctrico, a un costado de la carretera, puedes observar a las aves rapaces buscando entre las praderas su alimento. Praderas todas en las que se siembra sorgo, y que permiten disfrutar del cambio del paisaje de acuerdo al mes en el que te decidas a transitar por el sitio. Y dependiendo del horario puedes observar, a uno y otro costado de la carretera, aves acuáticas en las charcas que se forman, o ver atravesar la carretera a algún conejo, o una zorra gris, como tuve la fortuna de observar.

La Laguna Madre fue declarada Área Natural Protegida (ÁNP) para México, bajo administración federal, a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, y nombrada como Área de Protección de Flora y Fauna Laguna Madre y Delta del Río Bravo. Está localizada en Tamaulipas, y abarca parte de los municipios de Matamoros, San Fernando, Soto La Marina y Valle

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Hermoso. Cuenta con una superficie de 5,854 km2, es una de las reservas naturales costeras de mayor relevancia a nivel nacional por su ubicación en el límite de transición entre las regiones biogeográficas Neártica y Neotropical, por lo que cuenta con una biodiversidad privilegiada, que le confiere a la zona una condición de elevada riqueza biológica, permitiendo gran número de refugios y rutas migratorias de aves acuáticas.

En la Laguna Madre existen islotes, algunos de ellos habitados por pobladores que en gran parte se dedican a la pesca en la misma laguna. Al internarse en lancha por los diversos canales que se forman entre la costa norte de la laguna y los islotes, se puede observar en el hábitat acuático las extensas superficies de pastos marinos, los cuales sirven como trampas de sedimentos, estabilizando la columna de agua y mejorando su transparencia. Puede uno snorkear en dichas aguas poco profundas (alrededor de 30 a 70 cms.) y observar gran cantidad de moluscos que se desplazan entre la vegetación. Estas praderas de pastos marinos son una fuente de producción primaria, sirven de alimento para muchas especies de animales, siendo hábitat y refugio de larvas y juveniles de camarón y de diversos peces y moluscos; los pastos marinos evitan la erosión de los sedimentos, y ayudan con el reciclaje de nutrientes.

Esta dinámica del sistema lo vuelve susceptible de ser afectado por las actividades humanas, que se deben desarrollar cuidando la integridad de estos ecosistemas. De ellos depende la pesquería de especies como el camarón, del que en promedio se capturan cuatro mil toneladas anuales dentro de las lagunas costeras del estado de Tamaulipas. Además, cerca del 75% de los peces comerciales de México pasan algún período de su vida en lagunas costeras, como la Laguna Madre. El futuro de estas especies, su captura, mercado, y su posterior consumo, dependen de la conservación y equilibrio de su hábitat. Las especies que más capturan y consumen los pobladores de la Laguna Madre son: camarón (principalmente Farfantepenaeusaztecus), Lisa (Mugilcephalus), Sargo (Archosargusprobatocephalus) y cualquiera de las siguientes especies de trucha: blanca (Cynoscionarenarius), trucha pinta (Cynoscionnebulosus) o trucha plateada (Cynoscionnothus). Para el 2010, estudios señalaron que más de 2,500 embarcaciones menores realizan la pesca comercial en la Laguna Madre, pertenecientes a 26 organizaciones pesqueras. De la misma forma se reportó que la producción pesquera de Tamaulipas fue de más de 52 mil toneladas en promedio anual, con un valor superior a los 73 millones de dólares; sobresaliendo la cosecha de camarón de la especie Farfantepenaeusaztecus.

Desde mi llegada a El Mezquital, el sitio desde donde me embarco para navegar por la Laguna Madre, me ha sido de

vital importancia reconocer la dinámica de consumo de especies de importancia económica para los habitantes y pescadores de Las Higuerillas-Mezquital, y sus islotes aledaños, con el fin de detectar los impactos ambientales, sociales y económicos, los hábitos de consumo/pesca, como efectos de la interacción humano-naturaleza. En eso enfocamos nuestros esfuerzos de investigación, para sugerir medidas de precaución, mitigación, decisiones que ayuden a mantener el balance ecológico de los sistemas lagunares en Higuerillas-Mezquital. Sobre todo, ahora que se pretende desarrollar un Puerto de Altura que contempla el asentamiento de diferentes empresas dedicadas a atender las necesidades del personal de las plataformas petroleras que han comenzado la extracción de petróleo en el Polígono de Perdido, en aguas profundas del Golfo de México. Convirtiendo a El Mezquital en el sitio más cercano para atender dichas necesidades.

Con lo anterior podemos percatarnos de las diversas bondades que nos ofrece la Laguna Madre, Tamaulipas.

Un hermoso sitio para el turismo de bajo impacto que gusta de la aventura de conocer bellos lugares. Un gran banco de producción de especies marinas para el consumo humano. Un sitio cercano para atender las necesidades de la explotación petrolera en aguas profundas. El gobierno del estado de Tamaulipas, el gobierno municipal de Matamoros, así como la administración federal de la CONÁNP, deben poner mucha atención en considerar los tres valores del desarrollo sustentable: economía, sociedad y medio ambiente, para encarar el cuidado de los recursos naturales y paisajísticos de la Laguna Madre, permitiendo mejorar la calidad de vida de los lugareños, creando nuevas fuentes de empleo, sin lesionar la producción pesquera que se desarrolla desde hace varias décadas.

Hacerlo redundará en beneficio de todos, y permitirá que las generaciones futuras tengan la oportunidad de conocer las bellezas naturales que nosotros hemos tenido oportunidad de comentarles en esta ocasión.

Adán W. Echeverría-García. Doctor en Ciencias Marinas por el CinvestavUnidad Mérida. Biólogo. Maestro en Reproducción Animal. Investigador y responsable del Departamento de Sustentabilidad Ambiental del Centro de Investigación en Sustentabilidad Energética y Ambiental de la Universidad Autónoma del Noreste (CISEAN-UANE).

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ARTES PLÁSTICAS

EL ARTISTA Y LA TÉCNICA Jesús González Aguilar entrevista a Luis Caballero

A fines de los años 80 del pasado siglo yo hacía una maestría en Estética en la Universidad de Paris-VIII, en los suburbios de la capital francesa. Y un día nos solicitaron realizar un trabajo académico, el cual consistía en hacer una entrevista a un artista plástico; como premisa estaba un análisis crítico en torno al arte. Un amigo colombiano me propuso entrevistar a Luis Caballero, artista relevante que vivía en París desde diez años atrás.

Previa cita, llegamos al departamento-estudio del artista, relativamente cerca del centro de París. Eran las 10 de la mañana y Caballero nos recibió con extrema amabilidad, ya preparado para la tarea. De inmediato nos ofreció algo de beber. Yo le pregunté acerca de los museos de Europa y la remodelación de ellos, como el Louvre de París. Y quedé impactado con su bagaje cultural.

Acordamos una entrevista de diez preguntas, para lo que Caballero no puso ninguna condición; solamente, con humor negro y denso, me comentó que podía mantener el derecho de no contestar.

JGA: Bueno, ¿tú consideras que eres más dibujante que pintor?

LC: Sin dibujo no creo que haya pintura, mejor dicho, pintura y dibujo no se pueden separar.

JGA: ¿Por qué Caballero siempre pinta figura humana?

LC: ¿Y por qué no pintarla? Es el cuerpo lo que más me emociona, y pinto lo que me gusta y me emociona. Pero sí tengo otros temas. Te muestro más tarde, o lo puedes ver en los catálogos.

JGA: ¿Piensas que hay una oposición entre el arte figurativo y el arte abstracto?

LC: ¿Existe arte abstracto? No, es broma. La pintura corresponde al pensamiento del hombre, pero finalmente son trazos, líneas, claroscuros y colores que te atraen o te causan desagrado, las formas de hacerlo son muchas, estilos, épocas. Para mí Velázquez es un artista de todos los tiempos.

JGA: ¿Por qué Velázquez?

LC: Es uno de los grandes maestros en la pintura universal.

JGA: ¿Crees en el humanismo?

LC: La pintura y el arte, es el hombre. Y ahí está la ciencia y Descartes.

JGA: Además Santo Tomás también se contradijo.

JGA: ¿Y qué es la pintura?

LC: Bueno, pero la pintura debe y tiene que ser pintura.

LC: Mmm… Salud Jesús. Es una de las artes primeras de la humanidad, es el arte de la luz, evidentemente antes de la fotografía. Es contemplativa.

JGA: ¿El arte puede estar ligado a la moda o a algo muy pasajero?

JGA: ¿Es un lenguaje?

LC: Si lo ves como una transmisión emocional, sí creo.

Pero yo no creo en todo ese discurso muy intelectualizado, que busca teorizarlo todo. La pintura no necesita palabras.

LC: ¿Tú crees eso?

JGA: Yo pregunto.

LC: No lo creo, porque dejaría de ser arte. Si te refieres a las artes como el diseño, creo que son dos cosas diferentes.

JGA: ¿Tú crees que la pintura debe ser un arte social?

JGA: ¿Qué es la técnica en el arte?

LC: Eso depende que entiendes por social. Si quieres decir algo político, no creo en eso.

LC: Esa pregunta tiene trampa. En el arte siempre ha habido técnicas, pero eso no es todo.

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JGA: ¿Existe arte sin técnica?

LC: Eh… sí, en la locura.

JGA: (Confieso que en ese momento, me sacudió esa respuesta). ¿Te refieres al manicomio?

LC: Sí, o donde quiera que se encuentren. Y es que sólo lo hacen con los sentimientos y el impulso.

JGA: ¿Quisieras añadir algo más acerca del oficio de pintar?

LC: Sí, ¡pintar! Un saludo a México. Aquí en París conocí al pintor mexicano Francisco Toledo, muy taciturno el hombre.

JGA: Muchísimas gracias por todo, Luis Caballero.

LC: No, tranquilo Jesús Tonantzin, y suerte en tus estudios de arte.

Retomo la penúltima pregunta de mi cuestionario, y ahora a más de 20 años de distancia, creo que una de las grandes contradicciones de Luis Caballero era que, aún si tenía una técnica muy depurada, podía aceptar que ésta puede ser un elemento relativo y no el único en la pintura. El ver de cerca sus expresivas obras de grandes dimensiones fue para mí muy alentador, creo que ha contribuido en mi camino por el arte. Es complicado hablar de arte para un artista, creo que en general no somos muy certeros, y Caballero lo dice en alguna otra entrevista, palabras más palabras menos: el pintor no es el más apropiado para charlar de pintura, más bien, debe hacerla, si no sería literatura y no pintura.

Y a pesar de todo, la entrevista o la crónica pueden tener la frescura y el impacto de la historia cotidiana, es decir, el relato de lo vivido. Y este género toca lo periodístico, donde han navegado muchos artistas, desde Baudelaire, hasta el grabador mexicano J. G. Posada.

De Caballero aconsejamos dos libros que fueron publicados en Colombia. El primero de ellos editado por José Antonio Carbonell en 1996. Se trata de una edición muy cuidada

donde el propio artista hizo la selección de los cuadros para el libro. Y el segundo de ellos es una compilación de cartas de Caballero que hizo la pintora Beatriz González, amiga del artista bogotano. Se intitula Pobre de mí, no soy sino un triste pintor. Y es una editorial universitaria, UTADEO. Luis Caballero muere en Bogotá el año 1995.

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Jesús González Aguilar (Ciudad de México, 1954). Arquitecto mexicano, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es Doctor en Teoría del Arte-París VIII. Actualmente es profesor-investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Querétaro. Es miembro del Concepto Editorial de Archipiélago.

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SUMARIO

SUMÁRIO

¿DE QUIÉN ES ESTA CRISIS? Nils Castro, catedrático y diplomático panameño, reflexiona en este artículo sobre la especulación que la pandemia de Covid‑19 ha generado, tanto en la economía mundial como en la expectativa del futuro post‑epidémico. Las preocupaciones humanitarias omiten dos hechos básicos, según él: Uno, que la historia no la hacen los virus ni otros sobresaltos naturales, sino la gente. Y otro, que la crisis de la economía en las grandes potencias capitalistas y en el sistema económico global ya andaba muy mal antes de la aparición de este coronavirus, sólo faltaba un detonador para acelerarla.

DE QUEM E ESSA CRISE? Nils Castro, professor e diplomata panamenho, reflete neste artigo as especulações que a pandemia do Covid 19 gerou, tanto na economia mundial quanto na expectativa do futuro pós-epidêmico. As preocupações humanitárias omitem dois fatos básicos, de acordo com ele: Um, que a história não é feita por vírus ou outros choques naturais, mas por pessoas. E outro, que a crise da economia nas grandes potências capitalistas e no sistema econômico global já era muito ruim antes do surgimento desse coronavírus, bastava um detonador para acelerá-lo.

Carlos Véjar Pérez-Rubio

RELEYENDO DESDE EL PRESENTE EL CONCEPTO DE REVOLUCIÓN El pensamiento de Fidel sobre qué es la Revolución, qué debe ser siempre, qué principios no puede abandonar, es evocado en este artículo por el académico y político cubano Abel Prieto, actual presidente de Casa de las Américas. En esta época de egoísmo desenfrenado, nos dice, donde a la barbarie neoliberal se añade la pandemia, resuena la apelación de Fidel a los revolucionarios: “desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo”. ¿Qué mejor caracterización puede hacerse de los médicos y enfermeros cubanos que enfrentan ahora mismo el coronavirus en más de 20 países?

LA CAJA DE PANDORA: LA ESPERANZA EN TIEMPOS DEL COVID-19 El médico y escritor boliviano Gastón Cornejo Bascopé reflexiona en estas líneas sobre un artículo de Karina Lagdameo Santillan, humanista filipina que envía en su trabajo un mensaje de cultura y mitología griegas en contexto con la pandemia que padecemos y la esperanza de la conclusión que todos esperamos. Y recuerda que antaño los médicos solían trasladar el pensamiento a la antigua Grecia y al Olimpo, donde moran las figuras solemnes de Hesíodo, y repetían la sentencia: “el abdomen es una Caja de Pandora”. Y cuando retiraban los males de ahí también salía la esperanza.

LA REPATRIACIÓN DE MEXICANOS EN LA PANDEMIA DEL COVID-19 Un problema gestado con la pandemia en curso ha sido el de la repatriación de miles de personas que se encontraban fuera de sus países, cuyas vidas habían sido trastocadas. En este texto, el Subsecretario para América Latina y el Caribe de la SRE de México, Maximiliano Reyes Zúñiga, en coordinación con el Embajador de México en la República de Perú, Víctor Hugo Morales Meléndez, y el Encargado de Negocios a.i. en la República Argentina, Armando López Trujillo, explican dos casos emblemáticos de mexicanos varados en tales países, repatriados oportunamente.

ERNESTO CARDENAL EN MI VIDA El filósofo costarricense Arnoldo Mora le hace un sentido homenaje en este artículo al recién fallecido poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, remontándose a tiempos pasados, cuando el prócer nicaragüense llegó a Costa Rica huyendo de la persecución del régimen somocista, ya que nunca había ocultado sus simpatías por el Frente Sandinista, por lo que su comunidad en la Isla de Solentiname fue destruida. Años más tarde lo volvería a ver en Managua siendo Ministro de Cultura, después del triunfo de la Revolución Sandinista. Y escoge su Salmo 5 para ser publicado.

60 AÑOS DE BRASILIA: MÉXICO PRESENTE DESDE ANTES DE SU INAUGURACIÓN “Este año se cumple el 60 aniversario de la inauguración de Brasilia el 21 de abril de 1960, motivo de conmemoración de una visión urbana audaz y testimonio de una aspiración innovadora”, nos dice el actual embajador mexicano en Brasil, José Ignacio Piña Rojas. Y luego rememora la visita del presidente Adolfo López Mateos, la primera de un jefe de Estado extranjero a la nueva capital, así como el traslado a Brasilia de la Embajada de México en 1972, proyecto de tres reconocidos arquitectos mexicanos, Teodoro González de León, Abraham Zabludovsky y Francisco Serrano.

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Brenda López

REVENDO O PRESENTE SOBRE O CONCEITO DE REVOLUÇÃO O pensamento de Fidel sobre o que é a Revolução, o que sempre deve ser, que princípios não pode abandonar é evocado neste artigo pelo acadêmico e político cubano Abel Prieto, atual presidente da Casa de las Américas. Nesta era de egoísmo desenfreado, ele nos diz, onde a pandemia é adicionada à barbárie neoliberal, o apelo de Fidel aos revolucionários ressoa: “desinteresse, altruísmo, solidariedade e heroísmo”. Que melhor caracterização pode ser feita dos médicos e enfermeiras cubanos que atualmente enfrentam o coronavírus em mais de 20 países?

CAIXA DE PANDORA: ESPERANÇA NO TEMPO DE COVID-19 O médico e escritor boliviano Gastón Cornejo Bascopé reflete nessas linhas um artigo de Karina Lagdameo Santillan, humanista filipina que envia em seu trabalho uma mensagem da cultura e mitologia gregas no contexto da pandemia que estamos sofrendo e a esperança da conclusão que todos esperamos. E lembre-se que no passado os médicos costumavam transferir o pensamento para a Grécia antiga e o Olimpo, onde moram as figuras de Hesíodo, e repetiram a frase: “o abdômen é uma caixa de Pandora”. E quando eles removeram os males, a esperança também apareceu.

A REPATRIAÇÃO DE MEXICANOS NA PANDEMIA COVID-19 Um problema gerado com a pandemia em curso foi a repatriação de milhares de pessoas que estavam fora de seus países, cujas vidas foram viradas de cabeça para baixo. Neste texto, o Subsecretário para a América Latina e o Caribe do SRE do México, Maximiliano Reyes Zúñiga, em coordenação com o Embaixador do México na República do Peru, Víctor Hugo Morales Meléndez, e o Encarregado de Negócios a.i. na República Argentina, Armando López Trujillo, explica dois casos emblemáticos de mexicanos presos nesses países, repatriados em tempo hábil.

ERNESTO CARDINAL NA MINHA VIDA O filósofo costarriquenho Arnoldo Mora presta um sincero tributo neste artigo ao poeta e padre Ernesto Cardenal, falecido recentemente, voltando aos tempos passados, quando o herói nicaragüense chegou à Costa Rica fugindo da perseguição ao regime de Somoza, pois nunca havia escondido suas simpatias pela frente sandinista, para a qual sua comunidade na ilha de Solentiname foi destruída. Anos depois, ele o veria novamente em Manágua como Ministro da Cultura, após o triunfo da Revolução Sandinista. E escolha seu Salmo 5 para ser publicado.

60 ANOS DE BRASÍLIA: MÉXICO PRESENTE DESDE ANTES DE SUA INAUGURAÇÃO “Este ano marca o 60º aniversário da inauguração de Brasília em 21 de abril de 1960, um motivo para comemorar uma visão urbana audaciosa e testemunho de uma aspiração inovadora”, disse o atual embaixador mexicano no Brasil, José Ignacio Piña Rojas. E depois recorda a visita do presidente Adolfo López Mateos, o primeiro de um chefe de estado estrangeiro à nova capital, bem como a transferência para Brasília da embaixada do México em 1972, um projeto de três renomados arquitetos mexicanos, Teodoro González de León, Abraham Zabludovsky e Francisco Serrano.

SOMMAIRE

ABSTRACT

D’OU VIENT CETTE CRISE? Nils Castro, professeur et diplomate panaméen, mène une réflexion dans cet article sur la spéculation que la pandémie de la Covid 19 a provoquée, aussi bien dans l’économie mondiale que dans l’attente du futur post épidémique. Les préoccupations humanitaires oublient deux faits basiques, selon lui: l’un, que ce ne sont pas les virus qui font l’histoire ni d’autres chocs naturels, mais les gens. Et ensuite que la crise économique des grandes puissances capitalistes et du système économique global était déjà très grave avant l’apparition de ce coronavirus, il ne manquait qu’un détonateur pour l’accélérer.

WHOSE IS THIS CRISIS? Nils Castro, Panamanian diplomat and professor, reflects on the speculation that Covid-19 pandemic has generated, even in the world economy as in the post-epidemic future. The humanitarian worries omit two basic facts, according to him: One, history is not made by viruses or other natural startles, but by people. And on the other, economic crisis in the great capitalist powers was already very bad before coronavirus, it only needed a detonator to accelerate it.

Christiane Ramonbordes

RELISANT A PARTIR DU PRESENT LE CONCEPT DE REVOLUTION La pensée de Fidel sur ce qu’est la révolution qui doit continuer, quels principes elle ne peut abandonner, est évoquée dans cet article par l’universitaire et politicien cubain Abel Prieto, actuel président de la Casa de las Américas. A notre époque d’égoïsme effréné, nous dit-il, où la barbarie néolibérale s’ajoute à la pandémie, résonne l’appel de Fidel aux révolutionnaires “désintérêt, altruisme, solidarité et héroïsme”. Quelle meilleure définition peut-on donner des médecins et infirmiers cubains qui combattent en ce moment même le coronavirus dans plus de 20 pays?

LA BOITE DE PANDORE: L’ATTENTE AU TEMPS DE LA COVID 19 Le médecin et écrivain bolivien Gastón Cornejo Bascopé mème une réflexion sur un article de Karina Lagdameo Santillan, humaniste philippine qui envoie par son travail un message de culture et de mythologie grecques dans le contexte de la pandémie dont nous souffrons et l’attente de sa fin que nous espérons tous. Et elle rappelle qu’avant les médecins avaient l’habitude de déplacer la pensée vers la Grèce Antique et l’Olympe où demeurent les personnages solennels d’Hésiode, et répétaient la phrase: l’abdomen est une Boîte de Pandore. Et quand ils enlevaient les maux de cet endroit, l’espoir renaissait.

LE RAPATRIEMENT DE MEXICAINS PENDANT LA PANDEMIE DE LA COVID 19 L’un des problèmes causé par la pandémie en cours a été celui du rapatriement de milliers de personnes qui se trouvaient loin de leurs pays et leurs vies ont été bouleversées. Dans ce texte , le sous secrétaire d’état pour l’Amérique Latine et les Caraïbes du Secrétariat aux Relations Extérieures du Mexique, Maximiliano Reyes Zuñiga, en coordination avec l’Ambassadeur du Mexique au Pérou, Víctor Hugo Morales Meléndez et le chargé aux affaires internationales en Argentine, Armando López Trujillo, font état de deux cas emblématiques de mexicains bloqués dans ces pays, rapatriés à temps.

ERNESTO CARDENAL DANS MA VIE Le philosophe costaricien Arnoldo Mora rend un vibrant hommage dans cet article au poète et prêtre récemment décédé Ernesto Cardenal, remontant dans le passé quand le héros nicaraguayen est arrivé au Costa Rica fuyant la persécution du régime de Somoza, pour n’avoir jamais caché sa sympathie pour le Front Sandiniste, ce qui entraîna la destruction de sa communauté de l’Ile de Solentiname. Des années plus tard il le reverra à Managua, en tant que ministre de la culture, après le triomphe de la révolution sandiniste. Et il publie son Psaume numéro 5.

60 ANS DE BRASILIA: LE MEXIQUE PRESENT MEME AVANT SON INAUGURATION “Cette année se célèbre le 60ème anniversaire de l’inauguration de Brasilia le 21 avril 1960, motif de commémoration d’une vision urbaine audacieuse et témoignage d’une aspiration novatrice”, nous dit l’actuel ambassadeur mexicain au Brésil, José Ignacio Piña Rojas. Et il rappelle alors la visite du président Adolfo López Mateos, la première d’un chef d’état à la nouvelle capitale, ainsi que le transfert à Brasilia de l’ambassade du Mexique en 1972, projet de trois architectes mexicains reconnus, Teodoro González de León, Abraham Zabludovsky et Francisco Serrano.

Silvia Elguea Véjar y David Stea

REREADING FROM THE PRESENT CONCEPT OF REVOLUTION Fidel Castro’s thoughts about what revolution is, what it must always be, and what principles cannot be abandoned, is evoked in this article by Cuban academic and politician Abel Prieto, current president of Casa de las Américas. In this age of rampant selfishness, he lets us know where neoliberal barbarism adds to the pandemic, echoing the appeal from Fidel to the revolutionaries: “selflessness, altruism, solidarity and heroism”. What better characterization can be made of Cuban physicians and nurses who face the Coronavirus in more than 20 countries?

PANDORA’S BOX: HOPE IN TIMES OF COVID19 The Bolivian medical doctor and writer Gastón Cornejo Bascopé reflects in these lines about an article by Karina Lagdameo Santillan, a Philippine humanist who sends us in her work a message of Greek culture and mythology in connection with the pandemic we suffer and in hope of the conclusion we all wait for. We recall that in ancient time medical doctors used to base their work on the thoughts of Ancient Greeks and of Olympus, dwelling place of the solemn figures of Hesiod, and repeated the judgement: “an abdomen is a Pandora’s Box”. And when they abolished the evils, they believed, hope would emerge.

REPATRIATION OF MEXICANS IN THE COVID-19 PANDEMIC A problem created by the ongoing pandemic has been the repatriation of thousands of people who were found outside their countries, whose lives have been upset. In this text, the Undersecretary for Latin-America and the Caribbean for the SRE Mexico in the Republic of Perú, Victor Hugo Morales Meléndez, and the Officer of a.i Businesses in the Argentinean Republic, Armando López Trujillo, explain two emblematic cases of Mexicans stranded in such countries, but timely repatriated.

ERNESTO CARDENAL IN MY LIFE The Costa Rican philosopher Arnoldo Mora gives homage in this article to the deceased poet and priest Ernesto Cardenal, reaching back to time now past. The Nicaraguan hero arrived in Costa Rica running from the persecution of the Somocista Regime, since he had never hidden his sympathies for the Sandinista Front, the reason why his community in the Solentiname Island was destroyed. Years later Mora would meet him again in Managua when Cardenal was Culture Minister, after the triumph of the Sandinista Revolution. And he picked his “Salmo 5” to be published.

60 YEARS OF BRASILIA: MÉXICO WAS PRESENT BEFORE ITS INAGURATION “This year is the 60th anniversary of the inauguration of Brasilia on April 21st 1960, a reason for the commemoration of a bold urban vision, testimony to innovative aspiration”, according to the current Mexican ambassador to Brazil, José Ignacio Piña Rojas. And this then recalls the visit of President Adolfo López Mateos, the first foreign head of State to visit the new capital, and also recalls the transfer to Brasilia of the Embassy of Mexico in 1972, a project of three recognized Mexican architects, Teodoro González de León, Abraham Zabludovsky and Francisco Serrano.

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CONFINES LATINOAMERICANOS

Fotografías de Adrían Pineda.

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CONVOCACIÓN LATINOAMERICANA

V Conferencia Internacional

“POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO” Con todos y para el bien de todos Del 26 al 29 de enero del 2021 En La Habana, Cuba El Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional, auspiciado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), fue aprobado por la 32ª Conferencia General de esa Organización en el año 2003 y desde entonces ha contado con el acompañamiento del Sector de Ciencias Sociales y Humanas de esa Organización.

Suman casi veinte años los ya transcurridos desde la creación de este Proyecto, coordinado por la Oficina del Programa Martiano de Cuba, mostrando una visible capacidad de convocatoria en las múltiples acciones que tienen lugar en las diversas regiones y países, incluido el otorgamiento del Premio Internacional UNESCO/ José Martí, que se aproxima a su décima edición. Con su accionar se ha propiciado un gran movimiento internacional, dirigido a expandir el legado del Apóstol de la Independencia y Héroe Nacional cubano y favorecer al mismo tiempo la promoción de las prioridades de la UNESCO. En esta ocasión convocamos a la V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO (“Con todos y para el bien de todos”) a celebrarse en ocasión del 168 Aniversario del natalicio de José Martí, gran pensador universal de profundas convicciones humanistas, antimperialistas, éticas y de justicia social. Se abordarán en ella los más acuciantes problemas globales que afectan a la Humanidad en la época actual.

Esta Conferencia Internacional seguirá siendo una extensión de los debates del Congreso Mundial de Humanidades efectuado en agosto de 2017 en Lieja, Bélgica, auspiciado por la UNESCO y el Consejo Internacional para la Filosofía y la Ciencias Humanas. Los participantes recibirán diploma acreditativo con los correspondientes créditos académicos, según normas internacionales.

Mediante conferencias magistrales, intervenciones especiales, comisiones, paneles, un foro juvenil y otras modalidades de reflexión se desarrollarán una temática amplia y variada, como corresponde a un foro plural y multidisciplinario de esta naturaleza y magnitud. Los idiomas oficiales de la Conferencia serán: español, inglés y portugués, mientras que en plenaria también habrá traducción simultánea en francés y ruso.

Llamamos a todas las personas de buena voluntad, a los intelectuales progresistas, educadores, artistas, escritores, periodistas, luchadores sociales, dirigentes sindicales, de partidos políticos, de organizaciones femeninas, juveniles, campesinas, religiosas y científicas y organizaciones no gubernamentales movidas por principios de justicia y equidad.

Para conocer informaciones adicionales y establecer contactos con el Comité Organizador del evento, los interesados pueden establecer comunicación directa por los correos electrónicos: hpardo@cubarte.cult.cu y jmarti@cubarte.cult.cu Y también por los telefax (537) 833 9818 y/o (537) 836 4756; y por los teléfonos (537) 838 2233 / 838 2297 / 838 2298. O, directamente en la sede del Comité Organizador en Calle Calzada No. 803, entre 2 y 4, vedado, La Habana, Cuba. Código Postal 10400. Puede consultar, además, el sitio web de este foro: http://www. porelequilibriodelmundo.com

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Tengo otras propuestas, dígame si puedo enviárselas. Le he enviado a algunos amigos la revista con el artículo y se han puesto muy contentos, ya que esta revista que usted dirige tiene mucho prestigio académico. Un saludo de este amigo de siempre, José Antonio Soto La Habana, Cuba, 24 de enero 2020

Matamoros, Tamaulipas, México, 3 de enero 2020 Estimado Carlos Véjar: Ante todo para desearte que tengas un excelente inicio de año. Agradecerte por todas las oportunidades que me has brindado. Podrías decirme, o indicarme, en dónde puedo conseguir ejemplares de la revista. Creí poder en el Educal de acá de Matamoros, pero me dicen que ya no. Y quisiera ver si puedo encontrarla en alguna librería de CDMX para que, la semana próxima, que mi esposa estará por ahí, pueda hacerse de algún ejemplar. Saludos cordiales, Adán Echeverría García Ciudad de México, CDMX, 14 de enero 2020-07-28 Para Carlos Véjar: Hola, qué tal, mi nombre es María Cruz y el arquitecto Alejandro Isita me comentó que si podía enviarle a usted una semblanza mía. Él me contó que se encontraron y le dio un libro llamado Polen, que yo escribí y que él ilustró con sus dibujos. Le agradezco muchísimo su atención y le envío saludos afectuosos. Aquí le copio algunos datos míos.

María Cruz Le Havre, Francia, 17 de enero 2020 Estimado Carlos: Aquí le mando una reseña del libro colectivo Género y Conflicto Armado en el Perú que he co-dirigido y donde tengo un capítulo.

Se ha publicado la primera edición en 2018 y la segunda en 2019 en Lima, en La Plaza Editores, con la ayuda de mi grupo de investigación, el Groupe de Recherche Identités et Cultures (GRIC) en la Universidad Le Havre Normandie. Esta reseña ha sido escrita por Valeria Román Marroquín, estudiante de filosofia en San Marcos, Lima, a raíz de su presentación del libro en San Marcos. ¿Sería posible publicarla en Archipiélago?

Anouk Guiné Ciudad de México, CDMX, 21 de enero 2020 Hola, Carlos Véjar, muchas gracias por responder. Me alegra que algunos poemas míos y los dibujos de Alejandro salgan publicados en la revista.

Gracias también por haberme enviado el ejemplar electrónico, el contenido es muy bueno y me interesó mucho. No tenía esa información de Saúl Ibargoyen, que fue fundador de Archipiélago, qué agradable saberlo.

Extrañamos mucho a Saúl, que aparte de ser enorme poeta, fue el hombre más generoso, amigable, abierto. Con el tiempo, aparte de ser maestro, se volvió un amigo constante. Muchas gracias.

María Cruz Ciudad de México, CDMX, 21 de enero 2020 Estimado Dr. Carlos: Por este medio le solicito de la manera más atenta el costo de la renovación a la revista Archipiélago, así como los datos para el pago de la misma. Además quisiera saber si es posible iniciar la suscripción con el número 103, y hacerla por dos años para poder actualizar nuestra colección. Saludos, Félix F. Arenas Fuentes Santiago de Cuba, Cuba, 22 de enero 2020 Estimado Carlos Véjar, recibí la revista número 106 con mi artículo.

Necesito saber cuándo va a salir publicado lo que le envié de Juan Bosch.

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Estimado Carlos: Adjunto el artículo mío que te había comentado para su posible publicación en Archipiélago. Te adjunto además un artículo de una colega boliviana que me parece interesante sobre un ángulo específico de la dominación, por si decidieras incluirlo en algún número. Es autora de un libro, tiene artículos en libros colectivos y en revistas. Pertenece al mismo Grupo de Trabajo de CLACSO del que soy miembro y consiguió llegar a La Habana luego del golpe. Le he publicado en la revista Universidad de La Habana, que dirijo. Seguimos en contacto, un abrazo Jorge Hernández Martínez San José, Costa Rica, 30 de enero 2020 Saludos cordiales: Muchas gracias por la información, estoy muy contento de que la revista siga trabajando en la actualidad después de tantos años, cada vez más perfeccionada en su contenido. Estoy muy contento en saber que la producción académica de mi país ha sido parte de su interesante proceso editorial. Por este medio les envío mi propuesta de ensayo, el cual considero que podría publicarse en la sección de “Pensamiento” de su revista. Atentamente, José David Ramírez Medellín, Colombia, 18 de febrero 2020 Mi querido Carlos, ten un buen día. Te cuento que aun me falta el Archipiélago No. 101, por lo que te solicito encarecidamente me lo envíes. Va una colaboración. Saludo muy afectuoso, Rubén Darío López Rodrigué Ciudad de México, CDMX, 26 de febrero 2020 Estimado Dr. Carlos: Agradeceremos infinitamente su apoyo para la publicación en la revista Archipiélago de este artículo adjunto elaborado por el Embajador de México en Brasil, José Ignacio Piña, sobre la conmemoración del 60 aniversario de la Ciudad de Brasilia. El artículo incluye tres fotografías históricas. Muchas gracias y quedo atenta a sus comentarios. Saludos, Diana Bárbara Santos González Le Havre, Francia, 27 de febrero 2020 Estimado Carlos: Esperando que esté bien, aquí le mando un nuevo artículo, es del director de teatro peruano Alberto Mego. Su propuesta escénica se ha desarrollado en espacios libres, siempre en comunicación con organizaciones populares, tanto en la ciudad capital como en el interior del país. Actualmente, es director del Atelier de Théâtre Tout Terrain en París. Muy cordialmente, Anouk Guiné Buenos Aires, Argentina, 28 de febrero 2020 Hola querido Carlos, ¿cómo estás? Te envío adjunta esta nota sobre el poeta y cineasta argentino César González. Es un caso muy interesante, ya que nació en una Villa Miseria, estuvo preso desde muy chico y conoció la literatura en prisión y es un gran artista muy poco conocido. Espero que te guste la nota. Un abrazo fuerte, Santiago Alonso

Ottawa, Canadá, 6 de marzo 2020 Buenas tardes Carlos: Antes que nada, ¡qué bien se ve este número de Archipiélago! Muchas gracias por acceder a leer el cuento de este amigo mío. Te mando en este momento el cuento y más tarde su semblanza. Es sobre un legionario romano que muere en la expedición a Germania. Está bueno. Si se pudiera publicar, sería genial. Un abrazo y muchos saludos.

Gerardo Barajas Garrido Caracas, Venezuela, 6 de marzo de 2020

Carlos Véjar Pérez Rubio: Te agradezco el envío en PDF del N° 107 de la revista Archipiélago, el cual leeré con sumo interés. Asimismo, muchas gracias por la publicación del artículo “Cruz María Conopoy: décimas a lo divino y lo humano”, texto que divulgaré entre los amigos y colegas interesados en dicha temática, aquí en Venezuela. Especial reconocimiento a la profesora Ida Clemente, quien colaboró con el suscrito en la elaboración del ensayo y falleció hace varios años. Siempre a sus órdenes y éxitos en su labor como editor e intelectual, preocupado por investigar y divulgar las manifestaciones culturales de América Latina y el Caribe.

José Marcial Ramos Guédez Caracas, Venezuela, 7 de marzo 2020 Saludos amigo Carlos Véjar Perez Rubio. Trae una alegría inmensa saber que ya Archipiélago va por el número 107. Ha sido largo tu camino y de una manera u otra haz presentado el alma dolida y el espíritu de combate de América Latina. Ha sido como una luz constante y lo mejor, cada vez es más intensa tu revista Carlos. Saludos, Emilcen Rivero Buenos Aires, Argentina, 7 de marzo 2020 Querido amigo, gracias por el envío del 107. Advierto un trabajo de Germán Cáceres (hermano del poeta Carlos Penelas, con quien nos conocemos desde los inicios de los años 70). Me veo con ambos. Abrazo grande, y gracias de nuevo, José Antonio Cedrón Buenos Aires, Argentina, 8 de marzo 2020 Carlos: Impresionante el diseño de la tapa del 107 y –por lo que vi– el contenido actual y comprometido de los demás artículos. Espectacular la diagramación de mis tres microficciones. Muchas gracias. Abrazo, y espero el ejemplar para deleitarme con su lectura.

Germán Cáceres Querétaro, México, 10 de marzo 2020 Enviaré este correo del más reciente número de Archipiélago para que lo hagan conocer entre mis alumnos, tanto los de Música, como los de Danza y Teatro, ahora ya son licenciaturas o carreras separadas. Un poco como en Jalapa. Un abrazo, y saludos afectuosos del poeta arequipeño Alejandro Calderón.

Jesús González Aguilar

mis mejores deseos para esta hermosa labor cultural que vienes realizando desde hace años. Saludos afectuosos. Espero vernos pronto.

Edna Ochoa Bayamón, Puerto Rico, 16 de marzo 2020 Gracias, Carlos, por la atención tan generosa que me das. El jueves estuve en Humacao y pregunté por la revista pero parecía que no se había recibido. Fui a dar una conferencia sobre Hostos y el proceso de autoconocimiento que desemboca en sus proyectos de liberación social. Acá estamos casi en estado de sitio por eso del coronavirus. Todo cerrado y no se puede salir a nada si no es por alimentos o medicinas. Aprovecharé para leer. Abrazos, Marcos Reyes Dávila San José, Costa Rica, 16 de marzo 2020 Saludos Don Carlos: De verdad, les agradezco la publicación de mi trabajo y puedo decir con total agrado que quedó excelente la edición, tal y como siempre. Al igual que el promocional, se ve increíble. Si en algún momento la suben de manera online no duden en contarme. Así mismo, adjunto mi dirección. Sin más, atentamente, José David Ramírez Montevideo, Uruguay, 19 de marzo de 2020 Don Carlos, gracias por la inclusión de mi artículo en su prestigiada revista.

Sé lo que es mantener una publicación de ese talante, lo felicito. Ahora por la contingencia, estamos desarrollando comunicaciones entre los embajadores de manera virtual. Acabo de hablar con Galo, me pidió le exprese su afecto, al que me permito sumarme. Aprovecho para poner s su disposición una nota sobre la alimentación en la región. Espero sea de su interés. Con afecto.

Víctor Manuel Barceló R Madrid, España, 24 de marzo 2020 Amigo Carlos, espero que estén muy bien todos los miembros de la revista y tú. Por favor ayúdame a difundir esto. Y espero que disfrutes con su lectura, ya me contarás. Muchas gracias. Enriqueta de la Cruz ofrece su quinta novela publicada, Despertando a Lenin, gratis a los confinados por el coronavirus. Se puede acceder a través del siguiente enlace: http://bit. ly/2QqHylm . Un abrazo, Enriqueta de la Cruz Mérida, Yucatán, México, 26 de marzo 2020 Estimado doctor Carlos Véjar: Le envío tres ensayos para Archipiélago, uno de la amiga Verónica a quien usted conoce; otro, del doctor Lázaro Tuz Chi, académico amigo y colaborador de Disyuntivas; y otro, mío sobre algunas cuestiones recientes de Nuestra América, espero pueda considerarlos para publicarse. Acá en el Mayab, más allá de esta coyuntura, sigo organizando la Cátedra de Pensamiento Libre “Ernesto Che Guevara”, y otros espacios de reflexión latinoamericana, con el fin de aportar a la conciencia y emancipación definitiva de nuestros pueblos. Espero sus noticias y quedo al pendiente, siempre su amigo,

Tarija, Bolivia, 10 de marzo 2020

Cristóbal León Campos

Estimado Carlos, buenas noches. Te envío un poema mío que bien puede referirse al momento actual que vive mi patria. Si te parece se lo puede publicar lo antes posible en tu grande Archipiélago. Saludos afectuosos,

Matamoros, Tamaulipas, México, 28 de marzo 2020

Edmundo Torrejón Jurado Rio Grande Valley, Texas, USA, 15 de marzo 2020 Querido, Carlos: Qué grata sorpresa saber que “Carta abierta” aparecerá en Archipiélago, muchas gracias. Recibe un abrazo grande desde Texas y

Estimado Carlos, te envío este texto de un alumno. En él sincretiza, con gran agilidad, unas leyendas mayas y ficciona una batalla épica. Ojalá sea de interés para aparecer en la revista. Sería genial para su carrera literaria que va iniciando. Saludos, Adán Echeverría García

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ARCHIPIÉLAGO EN LOS LIBROS Kaarina Véjar Amarillas

Ricardo Melgar Bao y Perla Jaimes Navarro acaban de publicar el libro ESTEBAN PAVLETICH. Estaciones del exilio y Revolución mexicana, 1925-1930 (Secretaría de Cultura / Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 2019). Como se podrá apreciar a lo largo de su lectura, aunque el centro de atención es el exilio en México y la trayectoria literaria y política del internacionalista peruano Esteban Pavletich (1906-1981) durante los años que van de 1925 a 1930, el libro linda los bordes de una biografía colectiva. Este personaje bien puede ser ubicado en la categoría de intelectuales revolucionarios trashumantes de aquellos años.

Hermano Lobo (Pedagogía silvestre), es el más reciente poemario de Ulises Varsovia (Colección Verso y Color, Adarve, Madrid, 2018). En palabras del autor, se trata de un “manual pedagógico… dirigido a amantes de la naturaleza…

La idea era escribir un poemario dedicado a nuestra fauna amenazada, describiendo tanto su físico como sus costumbres y atributos de manera amena y hasta divertida.

Para ello, dediqué bastante tiempo a estudiar el prontuario de los ejemplares elegidos, de manera que el libro constituyera, al mismo tiempo, una especie de manual pedagógico limitado a sesenta y cuatro mamíferos, aves, insectos, reptiles y peces; de ahí el subtítulo. Elegí, entonces, dichas especies, la mayoría del hemisferio occidental pero también algunas de la América española, de la cual provengo, y me hice a la labor de entregar una imagen poética de cada una de ellas, destacando los aspectos más sobresalientes del citado prontuario. Espero haberlo logrado” La Colección Ojo Lector tiene el agrado de lanzar Por amor al crimen, del escritor argentino Germán Cáceres (Moglia ediciones, Argentina, 2020). La obra reúne cuentos policiales donde puede observarse que el violento ámbito de la maldad no es más que una aberración patológica de la vida cotidiana. Esta serie de delitos, que presenta Germán Cáceres, ofrece un variado paisaje social: ciertos vericuetos del medio cinematográfico, los robos que conducen al asesinato en un simple viaje en taxi o en un asalto a un comercio minorista; los intereses espurios que se mueven tras la fachada sublime de las bellas artes y un insólito mundo paralelo habitado por fantasmas que son capaces de matar a los vivos. El autor se nutre del espíritu de la novela negra que plasmaron escritores clásicos como Raymond Chandler, El narrador y ensayista mexicano Gonzalo Lizardo nos presenta su más reciente libro, El grafópata o el mal de la escritura, (Era, México, 2020), en el cual reúne una serie de ensayos en torno a la relación entre el arte y la vida a 78

partir de esa enfermedad benigna que en su opinión es la creación literaria. En esta colección de textos sobre literatura, música y cine, Lizardo comparte lo que ha aprovechado y aprendido de sus lecturas y relecturas de autores como Joyce, Borges y López Velarde; en la escucha de temas que van desde Cri-Cri hasta Brian Eno y Arvo Pärt; y lo visto en filmes de cineastas como Buñuel y Tarkovsky. El autor asegura que “El arte no está peleado con la vida, como mucha gente dice. Es lugar común decir que la realidad supera a la ficción, pero la ficción ordena la realidad, la predice, le da forma, la hace comprensible”.

Poemas de la cuarentena (F&G Editores, Guatemala, 2020), es la obra más reciente del escritor guatemalteco Miguel Ángel Sandoval, en la que nos presenta diferentes momentos de la actual cuarentena, diversa y distinta en cada país de América Latina, sin embargo, sus poemas parecieran estar situados en cualquier ciudad del continente. Los 48 poemas que componen la obra transitan por emociones y miradas al tejido de la desazón y el miedo, aunque incrementando el espíritu crítico frente a lo solidario. De la pandemia del Covid-19 y su muy agotada retórica de cada día, sin duda quedará un producto que dé testimonio y registre los siguientes hechos: la incertidumbre, las protestas de los gremios empresariales, el encierro interminable, la miseria, la mortandad y la reconstrucción de este apocalipsis.

Tortura: el crimen de Colima, (EUNA, Costa Rica, 2020) es la más reciente obra del escritor costarricense José León Sánchez. Se trata del primer libro que escribió el autor durante su período de encarcelamiento. La obra narra la historia de dos compañeros de celda acusados injustamente de un horrendo crimen que conmovió a Costa Rica, ocurrido en diciembre de 1951. La confesión de los acusados, según dictaminaría la Sala Tercera, a instancias del Lic. Houed Vega, años después, fue resultado de “graves vicios atentatorios del derecho de defensa, además de la presión de la opinión pública y de la deficiente actuación policial, destacándose la coacción física y moral”. José León Sánchez vuelve a cautivar el mundo de las letras y de los derechos humanos con la nueva puesta en circulación en el país de esta obra, publicada ahora con el sello EUNA. El poeta español Eloy Sánchez Rosillo nos presenta Luna de cuándo y dónde (EUNA, Costa Rica, 2020), realizada de contemplaciones y de reconocimientos. El mundo es una sucesión de retornos a los orígenes y de intuiciones del presente. Como en la mejor tradición de la poesía hispánica, nos dice que, aunque el tiempo transcurra, siempre hay señales de lo permanente en la vida humana.

La poesía misma se convierte, por ello, en un acto de persistencia y de salvación.

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