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FERNANDO VILLALONA SIEMPRE QUISO SER PARTE DE SU MÚSICA
MARIVELL CONTRERAS
@MarivellC
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EDITORA DE ARTE & CULTURA
Cuando se habla de Fernando Villalona, El Mayimbe, estamos hablando de una de las figuras cimeras de la música popular dominicana. Un jefe que no manda, que lo que hace es encantar con su voz, su manera de ser siempre educado, cercano y empático con su público. Hablar de Fernando Villalona es también hablar de una de las grandes figuras del merengue de todos los tiempos, quien con su melodiosa voz, excepcionales canciones y singulares orquestaciones ha llenado por más de 50 años las almas de un país en todas las estaciones del alma dominicana.
En este tiempo, el artista ha demostrado su valía como guerrero que se ha puesto retos tan fuertes que parecen increíbles y que al culminar la batalla, los resultados mueven a admirar y respetar al espíritu especial de su protagonista.
Retos que desafían al tiempo y al orden general de las cosas. Es lo que impresiona de Fernando, que 37 años después de llenar el anfiteatro de Altos de Chavón, haya decidido volver, para celebrar oficialmente los 40 años de ese espacio maravilloso en donde han cantado grandes figuras del canto mundial: de Andrea Bocelli a Luis Miguel, de Charles Aznavour a Sting.
Fernando se puede dar el lujo de convocar, junto al veterano empresario Néstor Caro, al público intergeneracional que lo sigue, precisamente porque ha logrado hacer de su repertorio un lugar común donde sus canciones expresan nuestras distintas realidades emocionales, desde la historia de leyendas como Tatico Henríquez hasta el canto a Loma de Cabrera en el cual todos identificamos a la patria chica de la nostalgia:
Cuando pise tierra dominicana, donde nacen las canciones sentidas, es allá donde tengo mi familia por allá por la Loma de Cabrera…
Sin embargo, es también el representante más sentido de la dominicanidad por el mundo, quien durante años ha tenido como himno de su nostalgia Dominicano soy, el cual ha extendido su impacto a los dominicanos en su tierra, como un símbolo de orgullo e identidad.
Dominicano soy de mis raíces Yo no voy a olvidarme
Fernandito se puede dar el lujo de convocar, junto al empresario Néstor Caro, al público intergeneracional que lo sigue, porque ha logrado hacer de su repertorio un lugar común donde sus canciones siguen vigentes en el gusto de la gente.

Soy de una loma y lo llevo en la sangre Montecristeño Por la gracia de Dios.
Extrañamente, el Niño Mimado ha logrado que la identificación con su música tenga motivos mayores y extraordinarios, no necesariamente solo la parte amorosa y sentimental en términos de pareja, sino que aluden a la historia, la patria, las madres y temporadas emocionales difíciles como la Navidad. En uno de sus estadios en Estados Unidos, el muchacho de Loma de Cabrera, el cantante de la isla del Caribe compartida por dos países, dos lenguas y culturas distintas, sintió como nunca el peso de la inmigración y a su vez se descubrió parte algo más grande que RD. Ahí nació el po-
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que quizás hubiera perdido al músico que más éxitos ha hecho en mi carrera».
Arturo Sanquintín interviene: «Quiero destacar el trabajo que Fernando ha hecho, todo el éxito que ha tenido en la música, porque ha sido el artista que más ha aportado en ese sentido, porque ningún artista se preocupa por incursionar en la música, sino que le hagan la música y este canta, pero Fernando no. Fernando siempre quiso ser parte de su música».
Cuenta que «el artista expresaba sus sentimientos en cada uno de los músicos y de ahí era donde salían sus canciones y los grandes éxitos que hizo, porque él tiene algo que no todo el mundo tiene que es un sentimiento y un sentido común de la música, de lo que debe ser en la música. Es un tema muy profundo, pero yo lo he vivido».
«Te voy a decir una cosa, la única persona que no ha ido a una escuela de música a estudiar música que le dice a un trompeta eso está desafinado eso no es así… es Fernando», testimonia Arturo. Fernando corrobora: «Ésa nota no va, es esta la que va».
pular tema de su autoría en letra y música: América Latina.
Vamos a cantar, vamos a cantar
Vamos a bailar música latina (…)
Estoy reclamando que se una toda
La familia, para así buscar
Lo que hace falta en América latina…
Reúnanse o reunámonos…
Es que cada situación difícil que se le ha presentado, la ha convertido en una oportunidad de crecimiento, trabajo y creatividad, como pasó con las composiciones Corazón salvaje, Armonicemos y Solo tú.
En cada una de sus composiciones el artista más querido del país, deja plasmada la huella de su compromiso con la humanidad, por ejemplo en Armonicemos, expresa:
Hay que borrar diferencias
Y unidos armonizar
Ya que el sol sale para todos
Compartiendo el vivir
Codo a codo, paz y cordialidad.
Hermandad es lo que cuenta
No es cuestión de luchar
Que hace mal y nos desalienta
Yo por ti y tú por mi
Vamos a armonizar
Desde su paso por controvertido concurso en que no ganó el favor de los jueces, pero si ganó el favor del público, su entrada y deslumbrante participación en Los Hijos del Rey, acompañado por sus hermanos y como líder único de su orquesta ha tenido una carrera brillante en términos musicales y difícil en términos huma- nos. Saliendo, por la fortaleza de sus valores, siempre ganador. Con los ojos y el alma llenos de agua del masacre, con los sonidos de la frontera traducidos a su música, Fernandito, como le dicen sus seguidores, se ha movido musicalmente entre lo tradicional y lo innovador, incluyendo sonidos de Haití, Colombia, Venezuela, Aruba y Curazao en su característico merengue. Por muchos años, la música de la isla que se empezó a sentir muy pronto en la música de Fernando, se le atribuyó a tener en su orquesta a un músico de origen haitiano muy querido por los dominicanos llamado July Pie, quien lamentablemente falleció en julio de este año. Aunque es indudable la significación y aportes de July Pie, no se puede achacar todo el crédito de la aludida sonoridad solo a este hecho peculiar, ya que no se puede obviar lo guardado en la memoria fronteriza del artista, que se bañaba entre los lamentos de un río que fue bautizado con sangre y la interpretación melódica de muchas tristezas acumuladas en un género llamado compa.
A propósito de estas reflexiones, conversamos con Fernando y este añadió a su músico, el conguero Arturo Sanquintín para hablar acerca de esos colores tan particulares de la discografía de su orquesta en sus primeras producciones en solitario.
Fernando: Hay una equivocación ahí, Arturo es el único testigo que yo tengo hasta ahora, pregúntale a él como hicimos los cortes de muchas canciones, como yo me pasaba tiempo con cada uno de los músicos para lograr sonidos diferentes.
Arturo: Mira hubo un tiempo en que Fernando Villalona fue el artista que más dinero gastó en estudios de grabación, soy testigo como dice Fernando y por eso fue el gran éxito que tuvimos porque todo el mundo estaba pendiente y no como hoy en día que por eso el merengue se ha ido bocabajo, porque hoy la gente está pensando en el dinero que va a gastar, en el tiempo que va a tener que pagar, pero Fernando no pensaba en eso, en ese momento Fernando decía ‘quiero el estudio abierto para producir’. Cuenta Arturo que Fernando interactuaba «con cada uno de nosotros en el estudio de grabación para decir vamos a hacer una vaina y cómo la íbamos a hacer». El músico comentó que hace poco hizo una publicación defendiendo el género y resaltaba el aporte que Fernando ha hecho al merengue no ya sólo como cantante, sino como productor de muchas de las canciones que ha grabado.
«Nunca he sido un artista de ir al estudio simplemente a grabar mi voz», dice Fernando y Arturo Sanquintín reacciona reiterando que Fernando se gastó «unas millonadas» en estudios: «Pero no se perdió todo y se ganó mucho porque de ahí salió Feliz Cumbé».
«Feliz Cumbé fue música haitiana que Fernando y yo hicimos con la idea de Fernando, que me dijo: ‘Vamos a hacer lo que es un ritmo haitiano’, entonces el ritmo haitiano es tum tam tum tam pin pin una liga de tambora y conga. Y de ahí salió Feliz Cumbé tan tan tirin tum pirin cum pan».
En ese sentido, Arturo y Fernando trabajaron muy de cerca en la creación del famoso tema Cumbia dominicana: «Fuimos creadores de lo que fue un gran éxito; el merengue cumbia, que es la liga de merengue con la cumbia colombiana, que fue un parto total».

«Siempre me preocupé por esa parte. En esos tiempos 80, antes de los 90, producía todo lo que tenía que ver con mi música. Incluso Manuel [Tejada] y Bertico Sosa tuvieron problemas conmigo, porque yo les cambiaba las expresiones que ellos ponían, porque ellos estaban discutiendo como músicos la música mía. para ellos exponer sus cualidades discutían y yo decía no los músicos míos no son tan buenos, son buenos porque yo los ensayo mucho y les cambiaba cosas como yo sentía que debían ser».
Cita Con El Mayimbe
La cita es con él y Manuel Tejada en Altos de Chavón. Sábado 12, 8:30pm. Producción de Néstor Caro de BigPro
Dice Fernando que al maestro Manuel Tejada fue a quien menos alteraciones le hizo, en esos tiempos y que da gracias a Dios, porque eso hubiera podido dañar lo que vino después, «por-
MC: ¿Fernando qué te dio eso, de donde tú piensas que tú tienes eso?
Es que la música es el bien combinado sonido con el tiempo esa es la definición qué tiene en pocas palabras, pero hay acordes, por ejemplo el piano tiene siete notas pero a las siete notas y como 6 medios tono… Entonces, si tú te pones a analizar música latina: letra, arreglo, tono, canto, percusión, todo mío y ese tema es para estudiarlo pregúntale a Ramón Orlando si él no lo ha estudiado el arreglista me dijo yo no he oído eso en mi vida, pero me sonó bien y lo hice».
Fernando cuenta que duró un año y pico haciendo esa composición y confiesa que para Corazón salvaje hizo «como 25 estrofas al tema pero la composición musical eran diferentes al mismo tema, yo me salí hasta del mismo tono».
Arturo: Porque hubo un tiempo que Fernando, en sus tiempos de malabares, nunca perdió tiempo, sino que ganó tiempo. Él tenía un pianito y de ese instrumento salió eso que estamos hablando, canciones como Música latina y de ese pianito salió Corazón salvaje (tan tan tan tan tan… Hace onomatopeya de la entrada de la canción).
Da gusto ver con la autoridad que Fernando maneja su orquesta cotidianamente, con conocimiento de causa. Los músicos tienen que estar atentos a lo que dice su mano y con la sabiduría y la experiencia en todo él dirige la música y canta con genuino sentimiento y esta pasa por el oído de sus escuchas, directo al corazón. Es tal vez de ahí, de su capacidad de pasar lo que canta por su sensibilidad, de donde le viene la magia, al Mayimbe.