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CULTURA
con los pioneros: José Manuel Calderón, Rafael Encarnación, Inocencio Cruz, Luis Segura, Mélida Rodríguez y Bernardo Ortíz. El seguimiento, con Ramón Cordero, Edilio Paredes, Eladio Romero Santos, Blas Durán, Leonardo Paniagua, Marino Pérez, Juan Bautista. El despegue, con Luis Vargas, Anthony Santos y Raulín Rodríguez. El aporte de Luis Días, Sonia Silvestre, Manuel Tejada, Juan Luis Guerra y Víctor Víctor. Los que llegaron cuando el terreno estaba abonado: Joe Veras, Yoskar Sarante, Frank Reyes, Luis Miguel del Amargue, El Chaval, Andy Andy, Zacarías Ferreira. y finalmente, los milenials, Aventura, Romeo Santos y Prince Royce.
Los antecedentes de la música urbana serían distintos y aunque no distantes de la sombrilla del caribe español. El reinado económico y cultural del imperio norteamericano -que había dejado su impronta desde la primera ocupación al país en el 1916 y su reafirmación tras la segunda intervención en 1965-, traspasó los límites de la frontera idiomática a través de su cine que ya no era ranchero ni bolero, a lo que se suman los cambios sociales, culturales y económicos que resultaron de la migración dominicana hacia su espacio, convirtió en cotidiano su quehacer y su cultura empezó a penetrar la nuestra.
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Así, fuimos sustituyendo la ranchera a caballo de las películas en blanco y negro mexicanas por las full colors de Elvis Presley y poco a poco llegaron los Jackson 5, Gloria Gaynor, Donna Summer, Tina Turner, Michael Jackson y Ma- donna a los que se fueron integrando Snoop Dog, 50 Cent, Puff Daddy y Eminen y sin darnos cuenta ya estábamos preparados para algo más. Nuestras migraciones llevaron en sus maletas la nostalgia de sus pueblos natales, también sus ídolos de la bachata en discos sencillos, Lp´s -vinilos- y cassettes, para traer de vuelta -la mayoría a través de sus hijos-, los sonidos de su otra vida en otro idioma tiempos de música disco, rap y R&B.
La información sobre el underground norteamericano con su peso marginal y contestatario de Tupac y los primeros forjadores de esta música del ghetto de los afroamericanos, encontró sentido en los “dominicanyorks” quienes también se sentían víctimas de esa sociedad que invisibilizaba, los renegaba y entregaba a su suerte.
Aún así, nos seguimos yendo para el norte. Ya en los años 80´s, en cada pueblo o barrio, alguien tenía un primo en Nueva York, que traía en sus maletas algo más que tenis y en su pecho algo más intenso que el brillo de sus cadenas.
Lo propio pasaba con Puerto Rico, isla vecina, en cuyo trayecto hay una historia larga de cruces de viajes en yola naufragados, pero también la que escribieron los que llegaron y se asentaron y se dejaron influir o influyeron en la gastronomía y la música de ese país y del nuestro.
Recordamos que los boricuas, fueron los primeros en traer con su presencia el rap al país.
En los 90´s, vinieron Vico C, Yvy Queen, Lisa M y también vino desde Panamá El General, la cabeza más visible de esa música que inició en los tiempos gloriosos del canal, con los inmigrantes jamaiquinos que empezaron a hacer su reggae -como el de Bob Marley, pero más tropical y en español- que terminó pariendo un hijo de todas las músicas del caribe bautizado como regguetón.
Víctor Víctor, con una impronta artística admirable, le dio a la bachata una identidad particular, en la que siempre predominó una lírica depurada y un ritmo sin estridencias.
Uno de los principales líderes líderes de la música urbana dominicana, El Lápiz Conciente, en entrevista nos reafirma lo antes dicho al asumir que:

A mí lo artístico me nace por Vico C, en el 1993, cuando yo tenía 10 años, compré un cassette que se titulaba “Explosión”, ahí fue mi encuentro con el rap. Las primeras manifestaciones de música las hice en el año 1996, cuando tenía 13 años de edad que conocí un grupo que le llamaban “The Warriors”. Siempre he sido -independientemente de que tuve una formación académica aceptable-, un autodidacta, y, Vico C mandaba mucho a uno al diccionario. Los términos que utilizaba en sus canciones eran prácticamente desconocidos para un joven como yo, que apenas estaba cursando el primero de bachillerato, pero que siempre tenía esa necesidad de aprender más y de sobresalir delante de los demás compañeros al utilizar términos que ellos desconocían, que yo los aprendía a través del rap. Eso fue lo que me hizo profundizar más en la música.
En el caso de Villano Sam, otro de los jóvenes destacados en el mundo de la música urbana, sus inicios, por la misma época, vino directo de Estados Unidos y en inglés:
Yo sentí la música en el 94, cuando tenía aproximadamente 14 años, cuando compré un VHS y una TV y me puse a grabar videos y me volví loco en esa música. Me gustó muchísimo el Hip Hop americano de Dr. Dre, Tupac Shakur y Biggie (Notorius Big) que fueron los artistas que me influenciaron, porque me gustó la música y la forma en que se cantaba. Era algo nuevo para mí. Ese Rap de Estados Unidos, me influenció tanto y no solo el rap porque yo también escuchaba rock, country music, country hip.
