CAPÍTULO 12
D OMINIO *, S UMISIÓN E I GUALDAD EN LA E SCRITURA RICHARD M. DAVIDSON
U
no de los puntos básicos en la discusión sobre el papel de las mujeres en la Escritura concierne las cuestiones de dominio,1 sumisión e igualdad en las relaciones entre hombres y mujeres. Las respuestas a estas preguntas son fundamentales para determinar si las mujeres pueden o no ser ordenadas como ancianas y pastoras en la iglesia. En la comunidad cristiana evangélica de los Estados Unidos, el tema de dominio/ sumisión/igualdad está a la raíz de la disputa entre los dos grupos mayoritarios en el debate sobre la ordenación.1 El Council on Biblical Manhood and Womanhood (Concilio sobre la Masculinidad y la Femineidad Bíblicas),2 que representa a quienes se oponen a la ordenación de la mujer, en última instancia basa su argumento bíblico sobre la premisa que el plan divino en la creación afirmaba la igualdad de los sexos en lo espiritual, pero hacía distinción de roles debido al dominio del hombre sobre la mujer. Esta ordenanza de dominio masculino se habría reafirmado luego de la caída en Génesis 3, y sería valedera tanto en el hogar como en la iglesia, a través de toda la Escritura y hasta el día de hoy. Quienes sostienen esta posición son llamados “patriarcalistas”, “jerárquicos” o (su autodesignación preferida) “complementaristas”. El segundo grupo, Christians for Biblical Equality (Cristianos por la Igualdad Bíblica),3 que representa a los evangélicos que apoyan la ordenación de la mujer, argumenta que el plan divino en la Creación afirmaba la igualdad plena de los sexos sin ningún dominio masculino ni sumisión femenina. Se ve en Génesis 3 la descripción de la perversión del ideal divino, y luego el evangelio remueve esta “maldición” tanto en el hogar como en la iglesia. Quienes sostienen este punto de vista son llamados “cristianos feministas” o (su autodesignación preferida) “igualitarios”. También en la Iglesia Adventista están ampliamente representadas estas dos posiciones sobre la cuestión de dominio/sumisión/igualdad. En este capítulo mi argumento será que ambas posiciones mantienen elementos importantes de la enseñanza bíblica que deben ser tenidos en cuenta y, al mismo tiempo, que ambos grupos han pasado por alto o malinterpretado aspectos de los pasajes bíblicos relevantes. En nuestra discusión, prestaremos particular atención a los cruciales primeros capítulos de las Escrituras, Génesis 1-3, que han sido ampliamente reconocidos como de un carácter primordial y determinante para el papel bíblico de la mujer. Entonces trazaremos brevemente el modelo divino de dominio/sumisión/igualdad a través del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento y sacaremos conclusiones que repercuten en el tema de la participación de la mujer en el ministerio y de su ordenación al mismo. *N. de la T.: Usamos aquí esta palabra para resumir el concepto tomado de la Biblia que el hombre es cabeza de la mujer y como tal ejerce su autoridad. En inglés: headship. De aquí en más, dominio.
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