2 minute read

Políticos de profesión (trepas

30/11/2012 En las entradas anteriores traté sobre los dos extremos en los que podemos encontrar a un prototipo de político, en esta entrada les voy a presentar a otro no sólo no menos corriente, sino el predominante de la escena política: el trepa

Generalmente mediocres, este tipo de personajes son los que menudean entre la mal llamada clase política, parasitando, copiando, emulando e inventando méritos que realmente no poseen, ocupando falsos espacios ya representados por sus ‘legítimos dueños’. Carecen de una base ideológica sólida, suelen ser camaleónicos, inmaduros e incluso pretenciosos, alcanzando el grado de prepotentes cuando logran alcanzar ciertas cotas de Poder.

Advertisement

Suelen ser necios alejados de la realidad, mesiánicos por vocación religiosa y estrafalarios en sus ocurrencias teóricas, que muchas veces les lleva al paroxismo. Dentro de esta línea por citar algún ejemplo nos encontramos a Silvio Berlusconi. Los trepas, crecen a la sombra de los verdaderos líderes, se alimentan de su estela y aprovechan la menor oportunidad para ocupar su lugar, tejen marañas artificiosas que les permitan desbancar a todo aquel que se pone en su camino, difunden toda clase de rumores y medias verdades a diestra y siniestra, con el objetivo de encumbrarse en el Poder. Por poner un ejemplo de poca monta y de fácil comprensión el trepa está bien representado en el escenario de España, por la señora Rosa Díez. Cuando no pudo o no supo encaramarse en el PSOE, se inventó una serie de falsos argumentos y fundó un partido a su medida, que a la larga acabará integrando las filas del PP, dadas sus escasas diferencias afectivas e ideológicas.

Los partidos de masas carecen de criterios de selección de sus militantes

Dentro de la izquierda es donde mayor número de trepas y versiones del mismo se suelen dar, casos antinaturales, como el de José Bono y Francisco Vázquez llaman especialmente la

atención, pero el PSOE ha aportado el mejor ejemplo en la historia reciente de España con el famoso caso Roldán. Falso desde sus orígenes, carente de principios, carente de escrúpulos y de vergüenza, se permitió el lujo de alcanzar una de las cimas del Estado más delicadas y poderosas, sin que nadie se percatara ni pusiera el menor reparo. Si alguien de forma individual es capaz de tamaña proeza, imagínese el lector de que serán capaces los amos del mercado, los grupos financieros, el Capitalismo Salvaje, que todo lo devora. Esta entrada ha de ser corta, porque parafraseando a Maruja Torres, las nauseas no me permiten seguir escribiendo y los vómitos inundan mi teclado.