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Hace 39 años era asesinado Salvador Allende

11/09/2012 Una de las fechas más vergonzosa de la historia de la humanidad, es el 11 de Septiembre de 1973, cuando el ejército de Chile se alza en armas contra el gobierno legítimo de Salvados Allende y desata la más cruenta represión sobre el pueblo

A primera hora de esta mañana me llegaba un Twitter desde Colombia, para que no me olvidara de la fecha, a miles de kilómetros, miles de personas de todo el planeta recordamos con dolor esta afrenta histórica como dijo el mismo Salvador Allende.

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A los jóvenes les dejo el enlace de YouTube con su último discurso desde el palacio presidencial de La Moneda, donde moriría poco después defendiendo de pie y con dignidad el mandato que los chilenos le dieran en las urnas.

Http://www.youtube.com/watch?v=xZeEfXjTNu4 Salvador Allende, fue elegido democráticamente, al igual que Hugo Chávez, para presidir un país democrático con una propuesta socialista nunca escondida ni escamoteada. Las organizaciones populares respaldaron su gestión, mientras las organizaciones empresariales, los gremios profesionales y las multinacionales extranjeras boicoteaban al gobierno y organizaban la subversión fascista, que serviría de escusa al general Pinochet para desatar una carnicería y posterior represión, que conduciría al exilio a miles de jóvenes, a su desaparición, tortura y muerte, en una ola de barbarie, sed de venganza y sangre que sonrojarían al mundo. 39 años después, los trabajadores y los estudiantes de Chile, siguen reclamando una vida digna para su pueblo, de nada han servido las carnicerías fascistas, ni Pinochet, el pueblo chileno tal como anunciaba Salvador Allende en sus últimas palabras, ha vuelto a ocupar las alamedas, para exigir sus derechos. El fascismo es una fiera que se agazapa en la derecha y que de vez en cuando sale a saciar sus deseos de sangre del pueblo.

El fascismo no muere, se aletarga, debemos estar siempre alerta, los enemigos del progreso siempre están al acecho. Salvador Allende, vive... entre los jóvenes que gritan sus consignas en avenidas y alamedas de Chile, de Roma, de Madrid o de Oklahoma. A los fascistas, hay que recordarles que nuestros muertos gozan de buena salud.