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Machala, viernes 13 de enero del 2017

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El Voto de la Fuerza Pública

involucra a 12´500.000 perEl derecho al voto en la democracia ecuatoriana mo 19 de Febrero. El voto próxi el ar sufrag sonas empadronados expeditos para voto obligatorio – mayoritario toma matices para ser depositados en las urnas: adelante hasta los 65 años. El en edad de años 18 de en ciudadanos y ciudadanas los adultos mayores y los voto facultativo para personas de 16 años de edad, de casos especiales. embargo, genera expectaEl voto facultativo es de minorías electorales, sinPolicía Nacional -la fuerza y FF.AA como s grupo de tivas por el significado res suman 100 mil uniforpública del Estado- entre los dos grupos electoente van poniendo atención mados, cuyo efecto es el hecho que progresivam s frente al voto y crean a este derecho universal. Asumen responsabilidade sin que por ello se vuelvan necesidad de aportar con su intención electoral, a y peor en toma de decipúblic cosa la de os ipativ partic co deliberantes, tampo constitucional y Código siones, precisamente por la condicionada disposición de la Democracia. voto facultativo, el CNE y Para fortalecimiento democrático y del derecho alciones para reducir el auslos actores políticos están obligados a crear condi la población con facultad espeentismo de la población obligada a sufragar. Que siones cívicas y patrióticas; expre en cial o uniformada sea cada vez incluyente quede el voto en intención ni en ellos se deberá inculcar valores a fin que nolas urnas, pues, al hacerlo instien a direct n ipació intención por elegir sino partic de la democracia, ni acarrear tucionalmente no pierden valores de ser garantes y como efecto, gozar de cívico deber un con lir cump sino liderazgos políticos ral. electo al cultur la un derecho con fines a desarrollar

John Dunn Insúa

El espejismo

Un amigo comentaba –sabiamente– en las redes sociales que la campaña electoral tiene una duración de cuarenta y cinco días, en los cuales los gastos en medios de promoción y propaganda son estrictamente controlados. Si el territorio nacional está dividido en 24 provincias, eso les deja a los candidatos menos de dos días para visitar cada una de ellas. Por ello, los candidatos se ven obligados a planificar de manera precisa sus recorridos, dando prioridad a las provincias que cuentan con el mayor número de votantes. Y por ello se dan casos como el ocurrido en la ciudad de Tulcán, donde se invitó a todos los candidatos presidenciables a un debate y solamente dos se presentaron. Posiblemente, los demás no vieron ningún atractivo en debatir en una provincia con menos de doscientos mil habitantes, de los cuales menos de su tercera parte estaría en capacidad de sufragar. Paralelamente, la estructura electoral vigente mantiene un minucioso control sobre los gastos de campaña, permitiendo que los candidatos apenas pretendan posicionarse ante el electorado. Para compensar estas severas restricciones, muchos partidos políticos recurren a la desesperada maniobra de convertir en políticos estadistas a personajes de la farándula, que apenas saben atarse los cordones de los zapatos. Mientras tanto, aquellos personajes que realmente tienen la intención de hacer propuestas de campaña serias se ven obligados a hacerlo a cuentagotas. El estricto “control” que actualmente se lleva a cabo sobre los gastos de campaña se basan en la equivocada idea de que quien más dinero tiene posee más probabilidades

ALGO MÁS QUE PALABRAS Víctor Corcoba Herrero/ Escritor corcoba@telefonica.net

APUESTA POR UNA NUEVA CULTURA DEL VALOR SEGUNDA PARTE:

No podemos correr el riesgo de ser considerados como un producto más. Las poblaciones humanas han de tomar conciencia de que lo fundamental son los ciudada-

nos. Tenemos que escucharnos más, tener el valor de observarnos, de reconocernos parte de esta sociedad, tantas veces bochornosa y mísera. Al hacer oídos sordos, o per-

manecer en la ofuscación de no querer ver la realidad, lo que estamos desconociendo es el reclamo de la verdad moral. Lo decía hace unos días el director general de la Organización Internacional para las Migraciones William Lacy Swing: “En 2016 han sido más de cinco mil inmigrantes los que murieron tratando de alcanzar la seguridad en Europa”. Ahora nos llama a prestar especial atención a los 15.500 inmigrantes y solicitantes de asilo alojados en campamentos en las islas griegas, donde el invierno es inclemente, y

a los 6.000 refugiados sirios en asentamientos en Turquía que no cuentan con calefacción. La situación no es distinta en Serbia donde 7.500 personas están atrapadas sin nada que las proteja de las bajas temperaturas. Detrás de todos estos datos hay vidas latiendo, intentando sobrevivir, por lo que es imperativo que el mundo responda, con valentía, a los peligros expuestos por estas condiciones climáticas extremas con ayuda alimentaria, refugio y otros recursos a corto y largo plazo. La nueva cultura del valor, sin duda, tiene que cambiar de lenguajes y hablar más con el

de ganar la lid electoral. Si este argumento lógico –pero no válido– fuera cierto, Álvaro Noboa le habría ganado a Lucio Gutiérrez en las elecciones del 2002. Esta propuesta que supuestamente busca la equidad de oportunidades entre los candidatos omite una peligrosa verdad: la agrupación política más opcionada a ganar no es la que tiene más dinero, sino la que tiene más recursos. Bajo esas condiciones, quien esté en el Gobierno tiene la ventaja de hacer campaña en tercera persona y puede disfrazar de “informe a la nación” lo que en verdad es adoctrinamiento colectivo. En general, lo que se nos vende como una campaña electoral justa es un vago espejismo. No hay propuestas de gobierno, ni planteamientos políticos serios que vayan más allá de una página web escrita con errores ortográficos y una sintaxis horrenda. Las leyes que regulan la presente campaña electoral van de la mano de la vigente Ley de Comunicación, que –por su ambigüedad– puede acusar de ofensa a cualquier declaración. Es necesaria una contraparte que nos recuerde las libertades que alguna vez nos formaron como país. La activista Ayaan Hirsi Ali, reconocida mundialmente por su lucha contra la intolerancia religiosa y la mutilación femenina, declaró alguna vez: “La libertad de expresión es la piedra base para la libertad y para una sociedad libre. Y sí, eso incluye nuestro derecho a blasfemar y ofender”. Quizás ya sea hora de reclamar nuestro derecho a hablar ante la intolerancia política que nos encadena hoy. (O)

interior que con lo externo, siempre interesado. O sea, ser más auténtica. Para desgracia nuestra, multitud de personas viven hoy en conflicto permanente. Ahí está el drama de los refugiados que escapan de la guerra o de los emigrantes que perecen trágicamente. Millones de personas mueren cada día de miedo, inclusive aquellas que viven en lugares que, en otro momento, se consideraban seguros. Del mismo modo, las personas que se hallan en un espacio de bienestar y desarrollo, no alcanzan ni

su propio sosiego. Realmente, nos envuelve un neurálgico ambiente de preocupación y de incertidumbre, que nos angustia y nos deja sin esperanza. Deberíamos, pues, recapacitar por medio de otros cultivos más de encuentro entre unos y otros. Hasta que no nos escuchemos todos, hasta que no tengamos voz todos, difícilmente vamos a poder entrar en armonía. Tenemos que hacer posible el trabajar unidos, no para hacer negocio, sino para asistirnos mejor. Esto requiere, tal vez, menos políticas y más poética; ser más constructores que destructores.


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