Lágrimas del cielo / Jorge Ibar

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Jorge Edmundo Ibar Aguayo

Opalina Cartonera 3


Lágrimas del cielo Jorge Edmundo Ibar Aguayo Opalina Cartonera 2016 Diagramación a cargo de Juan Canales Diseño por Francisco Escobar Impreso en Valparaíso, Chile por Opalina Cartonera Primera edición

“Colección Ciudad de Los Sueños” Contacto autor: opalinacartonera@live.com Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercialSinDerivadas- 3.0 Unported Se permite la reproducción parcial o total de la obra sin fines de lucro y con autorización previa del autor

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PIENSO, QUE VIVÍ Después de millones de años, En estado de coma, dormido. Recién, que divertido, despierto. Cuido mi equilibrio, que aún conservo. Me pongo de pie, ya anciano. Y recuerdo a mi madre Teodosia. Justo en mi niñez, tomo su mano, que nunca he de soltar. Blancas manos, que tantas veces miré, volar, en el teclado, de marfil, en aquel piano, elevando sus sonidos al cielo. Soñé toda mi vida, hermosas cosas soñé. Si, viví, más allá, que acá. Por eso digo, divertido, despierto ahora, Justo, cuando tengo que partir. Pero, T eodosia, seguro, me esperará, en aquel jardín.

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PRISIONEROS DEL HOMBRE

Todo era hermoso, el ayer, donde en el bosque nací, donde en el bosque dormí. El rocío de la noche. Las estrellas y la luna. El ruido del río, de las vertientes. Los truenos, la lluvia y los relámpagos. El rugir del mar y las cascadas. El vibrar de las hojas, en los árboles, Azotados por el viento. El crujir del hielo al partirse, el sonido que emite la nieve. El sonido que emite el sol y la luna. El grave sonido, de la obscuridad Y el agudo sonido de la luz. Ojos en el bosque, por todos lados. Cabriolas de felicidad, en sus madrigueras. Conejos y liebres, reptiles y ranas Trinar de aves. Aullidos de lobos.

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De pronto, cuando apareció, un mono muy feo. Un mono con ropa, apareció. Que de todo, se adueñó. Perturbando, la tranquilidad del bosque. Caminos y carreteras construyó. Hizo jaulas para hombres, Jaulas para nosotros, los del bosque, fabricó. Quedamos prisioneros en zoológicos, Prisioneros en las casas y en los circos. Destruyendo los bosques y contaminando, Si contaminando, con su basura, los ríos, Los mares y el aire, sin límites, Contaminando, hasta el espacio infinito. Perdí mi libertad y nunca sabré, porqué. Ahora vivo en una jaula, miro tras los barrotes. Sin árboles, sin sol, sin estrellas, Sin luna, sin pastos frescos y espacio. Prisionero del hombre, yo soy.

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SE FELIZ Percibe en el tiempo, siempre alerta. Comprende el espacio que te rodea. Conquista tu vida, meditando, memorizando tu experiencia. Despertando y ampliando tu intuición. Conquista tus sueños. Saca de tu inconsciente, lo desconocido. Trae de lo profundo, meditaciones ocultas y enriquece tu vida, viviendo feliz. Aprende a vivir en paz. Conquista el amor y la felicidad. Regala a los que te rodean, Alegrías de tu espíritu. Tu alma, regala a todos.

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“TRISTEZA DE VIOLETA PARRA”

¿Cuántos días fríos se nublaron Violeta? Hermosa niña, nacida y envuelta en poemas. Pequeña millonaria de voluntad y carácter. Nada impide Violeta, tus progresos de libres gorjeos. Revoloteando y aprendiendo, entre grandes, necesidades. En tu experiencia pobre. Despierta tu genio creador, en melodiosos poemas. Canta y trabaja tu alma, entre costuras y bordados, Entre risas y llanto, nacen tejidos, arpilleras, Ponchos y figuras emergen, en madera, Cántaros de arcilla, figuras de alambre y ensueño, Convirtiendo tus manos, en espíritu, la materia. El amor que no te dieron, para otros brotó. Al vacío tus tonadas, el viento llevó y sentidas canciones el eco grabó, regalando al mundo, mensajes de amor. Frustrada, dolida, conquistas el mundo. Viviendo tus talentos, Violeta, frustrada y agitada, Discurres, revoloteas y emprendes. ¿Qué vida intranquila, dio tan buenos resultados, cruzando fronteras, que al mundo llegaron?, llevando la flor de tu nombre, Violeta.

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Llora el rocío nocturno, tu soledad y angustia, Con sentimientos dulces y amargos, Violeta, Como prisioneros atrapados por la injusticia. Mujer valiente, de pensamientos sociales, Interpretando en tu música, el alma de un pueblo, Cargado de necesidades, imposible de ocultar. Si tus canciones dicen tanto, Violeta, Tus silencios dicen más. El texto que calla, lo dice todo. Certera y ágil en tu pensar, Solitaria viajera, amiga universal. Marcando al fin, fríos y obscuros sentimientos, Pese a ellos, Violeta, te despides, Y cantas “Gracias a la Vida” Pero el manto de la noche, Violeta. Te cubre, entonando, “Casamiento de Negros”. Por fin descansas Violeta, Consuélate, hermosa y adulta niña, Violeta Parra, no en vano luchaste, Porque multitudes, heredarán tu canto.

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LA ROCA Volé por el espacio. Viajé candente y choqué. Muchas veces choqué. Era una roca inmensa. El tiempo me gastó y moldeo. Que viaje fantástico, luché No puedo expresar el vértigo. No logro explicar la emoción. Comprender el motivo, no puedo. ¿Qué me impulsó y a dónde iré? De pronto algo me atrae, Cambia mi rumbo y estrepitosamente, En un planeta poso. Al enfriar mi superficie, Veo la belleza de mi roca, Frente a un volcán.

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ENCONTRÉ LAS LENTES DE ALLENDE Encontré las lentes de Allende, En el Palacio, aún humeante. Las bombas, no los destruyeron y como un gran tesoro histórico, guardé. Tras los cristales, miré irreverente, Mis ojos y sus ojos, espantados, se encontraron. Sin poder comprender, que el odio y el amor, Entre humo, escombro, pólvora y sangre, morían. El proceso histórico de un hombre, terminó, arrastrado por sistemas de odios imperantes. A través de mis ojos, sus lentes, siguen mirando y han pasado ya, sin darnos cuenta, más de cuarenta años. Lentamente la calma y el amor triunfan sobre el odio, Pero el dolor de mis hijos, caídos, ya encontrados, me alivia. Tras los cristales miro y busco, a mis hijos, que no están, los busco con tanto amor y no están. ¿Dónde están? Uso las lentes y ellos me guían, Me impregnan de sabiduría, Su intelectual dueño murió, Por una noble causa, murió, Por hacer equilibrio justo, De un pueblo, abandonado a la suerte, En medio de sus riquezas.

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Tras los cristales, mis ojos ven, Que el sacrificio de un hombre, Que ha señalado el camino, nadie sigue su huella. Ahora, claro, comprendo, que si no usan, estas lentes, no podrán. No podrán ver, el hambre de los ancianos, no podrán ver, el hambre de los niños. Han quedado en mi, tantas cosas, Que quisiera decir Y “Desde Chile, Santuario de la Paz Universal”, gracias doy, por ver la realidad, a través de las lentes, de Salvador Allende.

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AUSENCIA Brazos de silencio pedían amor y esperaban, la belleza del alma, mirando asombrado, los copihues y su color hermoso y puro. Adornando el verdor de la selva, Con el rojo, mas, invadido de silencio. Los brazos de refugio, no llegaban y mi única compañía, eran los copihues. Aunque lejano estaba el premio, Feliz esperaba, la llegada, Envuelto en amor eterno, rojo de copihue mi corazón, en los bosques de Corel, brazos de silencio, pedían tu amor.

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DESDOBLAMIENTO Rechinaron mis pies por el sendero, Rozando, casi sin tocarlo, Como si mis pies, tuviesen ruedas. Viajé rápidamente, por lo alto, En la cordillera, que lucía hermosa. En horas de la tarde, impresionado y lleno de vértigo, casi volaba. No era yo, el del control, viajaba a gran velocidad, por fuerzas extrañas, dirigido. Mi cuerpo era conducido, por algo superior. Maravillado, no podía detener, No podía elegir mi destino, Allí iba apreciando, las tonalidades, Cambiantes, según el atardecer y la luz solar, la nieve y la roca desnuda. Todo era hermoso, de belleza salvaje. Pensé, he muerto y mi espíritu viaja. Creo que mi espíritu, se liberó de mi cuerpo. Pero aún así, mi capacidad de pensar, al parecer, no perdía el control, de mi ser. Al llegar a una curva, de la cordillera, seguí, en línea recta y muy asustado, quedé espantado, suspendido, en el espacio, 17


en pleno precipicio, y allí estaba. La impresión fue tal, que grité. Desesperado, hice un gran esfuerzo, Tomándome, del borde de la roca, en pleno abismo, muy agitado y asustado, casi sin aliento, desperté en mi cama. Creo que hice, un viaje astral. Anticipándome, porque, a los pocos días, viajando en bus, rumbo a Uruguay, crucé la cordillera, reconociendo los parajes, de mi viaje sueño. Admiro la maravillosa máquina, que Dios nos dio, Nuestro cerebro, viene sin instrucciones. Y tenemos que descubrir. “La Luz” .-Envía tus pensamientos al espacio, Cultiva, sin salir del silencio, lo que crees verdadero. Pienso, que los jardines, llenos de fragancia, envuelven la belleza. Los espejos del agua, reflejan y brillan, aún en la obscuridad, brillan.

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Cuando en las noches obscuras, no vemos, por las sombras. Todo brilla y huele igual. De pronto veo, algo sin explicaci贸n, Una luminosidad transparente. Poco a poco, casi, sin posarse, liviana, una imagen divina. Maravillosa mujer, de manto blanco, Llev贸 sus manos a m铆 Y calm贸 mis temores.

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TALLER Vaciando conocimientos del tiempo. Inteligencia sana, de un cerebro, altruista. Aquel hermoso taller de poesía, que despertó en mi, belleza espiritual. Feliz, sin resistencia, evoco. Recibo disciplina perfumada de flores. Que en los años, envuelta, dan juventud. Quizás energías y deseos de vivir. ¿Quién diría? Que en Rengo, mis sueños, cargando el peso liviano del saber, abren mi mente y vuelo por las estrellas, sin moverme de la biblioteca, me alejo de ella. Aullidos en la noche, me desvelan, viviendo bajo el agua, sin respirar. La luz crepuscular, activa, mi pensar. Medito contento, aquí en la plaza de Rengo. Vuelan las ideas y me alejan de la plaza. Diferentes mundos, construye, mi mente. El sueño viaja, en las páginas del libro. Mis manos limpias, con emoción, Giran las páginas. 20


Impresas en mi memoria, para siempre, Guardan recuerdos lindos, que necesito contar.-

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LA PAZ Resplandores de inteligencia, iluminan al mundo. Con curiosa ilusión, nos devuelve, la calma. Intelectuales y ciudadanos, despiertan, de su letargo. Y en grupos, reflexionando, una mirada dan, Luchando, para salir, de creencias heredadas, lastre, de una humanidad, buena, pero ignorante. La conciencia, recorre y corrige errores, Confusiones e ignorancias instaladas. Ahora, se teje, un mundo nuevo, para nuestros hijos. Y será, esta nuestra tierra, su tierra. Los aciertos, como hermosa base, se mantienen y a tiempo, llega la paz y el amor. Libres pensamientos, llegan al alma. Tan natural, como la primavera llega. Viendo germinar, nuevos frutos, de amor. Acontecimientos, en torno, a la Paz. Nuestra inteligencia, impregnada de flores, vertida toda, en justicia. Suave brisa de amor y sonidos de vida. Alegrías de niños, alegrías de madres. Cánticos en el espacio eterno, Que traen a la memoria, el calor familiar.

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En un sentimiento de felicidad. En un sentimiento de amor. Latidos de amor, felicidad y bienestar. Sentimientos de calma. ¿ Puedes tu, interpretarlos? ¿ Puedes tu, sentirlos? Llega a ti, una rama de olivo. Símbolo de la paz y sonidos de esperanza. La justicia y el amor, pilares de la paz, permitirán, encender las lámparas y su luz, indicarán, la esperanza permanente, de amor, al prójimo, tan necesario. Sin ese amor, no podemos, construir la Paz. El hombre, conquiste la paz, con sentimientos nobles, en su interior. Se refugien en su corazón, la tranquilidad. La felicidad, el amor, la justicia, la hermandad. La sabiduría atesore y comprenda el amor. Ropas blancas lucirán sus corazones y palmas en las manos, batirán alegres. Bebiendo en fuentes de cristalinas aguas. Un toque Santo, de Misión Sagrada. 23


Iluminado los rostros, llenos de amor. Su espíritu se funde hermoso, frente a Dios. El hombre en conocimiento puro de Paz, Que causa felicidad y hermosas semillas sembrará. El viento llevará, las semillas, hasta el último rincón

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NERUDA Y LOS RAYOS DEL SOL Calmo y reposado, nos lleva, a su niñez. Nos cuenta, que, a poco de nacer, muere su madre. Dice, nunca pude ver su rostro. Me llevaron al cementerio, la llamé y no contestó. Metidos en su mundo, vivimos su soledad. Escapando de las goteras de lluvia, de su hogar. Pero como Pablo, nació afortunado, aparece en su vida, como un hada, Doña Trinidad. Si, Doña Trinidad Candia Marverde. Su madrastra su nueva mamadre, bajo su sombra, se protegió. Y nos hace ver, la bondad de esa mujer, vestida de trapo oscuro, aquella, la del agua y la harina. Desgranando, los ásperos granos, de la pobreza. Con humildad nos muestra, los calzoncillos de su infancia. Cortados, de bolsas de harina, por aquellas tiernas manos. Y dice: “mientras que la vida, te hizo pan, allí te comimos”. La mamadre, cumplida su misión, al fin, Descansa ociosa, en su pequeño ataúd. Puede imaginarse, que un poema, de un niño, de siete años, marque el camino, de su futuro éxito, en la vida. 25


Los inviernos largos le transmiten ideas y su inteligencia, los encausa. Su escritura generosa, lleva su sensibilidad. En sus pensamientos, en los problemas sociales. Devolver al trabajador, su sacrificio. Del hombre sudoroso, aquel que trabaja, de sol a sol. Arrancando de sistemas de opresión, Se tejió, su formación social El exilio le enseñó, en culturas milenarias. Neruda trabajó duro, pero vivirá, como un señor. Trabajan tanto las multitudes, para que algunos, se liberen de la esclavitud. Buscaba la libertad, la puesta de sol, El nacer y el morir. Su compañera, su Matilde, Su todo, reunida en ella. Presagiando un final, Le escribe: aquí te dejo, lo que tuve y lo que no tuve. No quiero salir de tus brazos, que no nos separe la vida Y que se vaya al diablo, la muerte.

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Neruda, te mataron tantas veces Y como el gato, de siete vidas, aquí estás. ¿ Cómo borrar, tu recuerdo inmortal ? Sube a nacer conmigo, hermano. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Atraparte no podrán, en los laberintos de piedra, En las alturas de Macchu Picchu. Neruda y los rayos del sol, Te ocultarás protegido. En las caracolas del mar. Te preguntarás divertido, ¿Dónde estará la Guillermina ? Es tan corto el amor y es tan largo el olvido. La besé tantas veces, bajo el cielo infinito. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Y Neruda y los Rayos del sol, se esconderán, En la pequeña biblioteca, de mi casa.

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LA MUJER QUE NO CONOCÍ La veía todas las tardes. Venía por aquella calle. Y al pasar, sí, era tan hermosa. Tan hermosa, que, aquí quedaba, al desaparecer. Mi corazón presuroso, latía agitado. Temor tenía de hablarle. Que estupidez. Si lo hacía, la ilusión, posiblemente, desaparecía. Ella, quedaba en mi mente, todo el día. Protegida, como un valioso tesoro. Iluminando, mi vida vacía. Te veía, con nuestros hijos correr. Acariciando, con sus risas, la casa. Llenando de amor, el jardín. ¿Cuál será su nombre? Algún día, lo sabré. Jorge es el mío, susurré. En un sueño, la besé y ella me besó. Cobarde me dije, al despertar. Mañana, cuanto te amo, le diré.

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Esperé todo el día, pero no apareció. En un sueño fue mía. Se esfumó al despertar. De pronto un día, no le vi. De pronto un día, le perdí. ¿Dónde estás, magnífica mujer? Maravillosa mujer, que nunca conocí. Estarás, con tus hijos. Si, Que en los sueños, fueron nuestros.

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El Calor de tu cuerpo Llenó mi vida vacía, el calor de tu cuerpo. Mi corazón latía aceleradamente, junto a tu corazón. Tus labios, enloquecieron mi piel. Mis manos te estrechaban, protegiendo tu desnudez. Tus manos en mi espalda, clavando tus uñas, queriendo acariciar y destrozar. La suavidad de tu pelo, jugaba en mi cara. Tapando, tus hermosos ojos, con tu pelo, los besé. Hermosa mujer, de sueños no alcanzados. No descubiertos, por hombre alguno. ¿Merezco acaso tenerte? De pronto sonó el reloj despertador. Me encontré solo, como siempre, en mi cama. Mi pieza desordenada, se rió de mi. Me castigo. ¿Porqué compré? ese maldito reloj despertador. Que alternativa cruel. Tendré que comprar, otra muñeca. Son tan caras y que poco duran, con el trajín.

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Lo dije, por decir algo ¿Te interesaría saber de mí? Bueno, no te hagas problemas. Lo dije, por decir algo. A mí, me fascina tu nombre. Tu cara, tu cuerpo, la verdad, todo. Noto que no estás acá. Seguramente, tienes problemas. La vida agitada, nos distrae. ¿Sientes lo que siento yo? Si, no me refería al timbre. Bueno, lo importante, es que compartimos. Que lindo fue. ¿Te parece? Podemos vernos, las próximas vacaciones. Chao, fue un placer. La tenía, la tenía, soy un balazo, para las conquistas. Seguro que el próximo año, no se me escapa.

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Quiero llegar

Sentir el corazón pequeño, que late con ternura. Nadando en tu vientre, es vivir de nuevo. Donde no hay neblinas, ni viento. Donde sin estar allí, calienta el sol. Y el alimento, sin faltar jamás, tibio llega. Donde se escucha una voz melodiosa, que dice: te estamos esperando. Y una voz más gruesa, dice: Le llamaremos Luna, pero serás, nuestro sol. Que lindo, es sentir, que te quieren. No me conocen y ya me quieren. La verdad, yo no los conozco, pero, ya los quiero. ¿Por qué será? Tanta fortuna, tienen algunos. ¿Y porqué, tanta desdicha, otros? Me llamarán Luna, que hermoso. Si hasta el nombre eligieron. Creo que se quieren mucho Y muy unidos están.

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Me esperan y siento además, Una voz de niña, le dicen Amanda. Que ríe contenta y me besa. Desde allá, ilusionada, me espera. ¿ Porqué, tanta fiesta?, si tan solo , Soy una pequeña. Es tanto el Amor y tanta la dicha, que quiero llegar.

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TIEMPO INCOMPARABLE

Preciado milagro de la vida. Que continúa, después de morir. Viaje eterno, que jamás termina. Otra manera de vivir, es la muerte. Tan limpia y pura, que renueva nuestro ser. Es el tiempo, principal cómplice, de la vida. Nos movemos en un período tan corto. Es aquella ilusión presurosa del presente. Quedando solo cenizas y recuerdos, en el pasado. Nuestro transcurrir, siempre marcado. Primero, por estacas y sombras. Luego relojes de arena. Calendarios Mayas, Aztecas y Egipcios. Marcado también el tiempo, por civilizaciones, No conocidas, por el hombre moderno Civilizaciones llegadas del espacio, Que nos enseñaron a marcar el tiempo.

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El hombre viaja desde el vientre materno. Nace y su viaje continĂşa. En un proceso milagroso de crecimiento. El ritmo de la vida continĂşa. Sin detenerse jamĂĄs. El tiempo lleva un movimiento eterno. Es una oportunidad, de un instante. Para sentirlo, se requiere, de mucha sensibilidad.

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Índice

PIENSO, QUE VIVÍ

7

PRISIONEROS DEL HOMBRE

8

SE FELIZ

10

“TRISTEZA DE VIOLETA PARRA”

11

LA ROCA

13

ENCONTRÉ LAS LENTES DE ALLENDE

14

AUSENCIA

16

DESDOBLAMIENTO

17

TALLER

20

LA PAZ

22

NERUDA Y LOS RAYOS DEL SOL

25

LA MUJER QUE NO CONOCÍ

28

EL CALOR DE TU CUERPO

20

LO DIJE, POR DECIR ALGO

31

QUIERO LLEGAR

32

TENGO INCOMPARABLE

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Lágrimas del cielo Jorge Edmundo Ibar Aguayo se terminó de imprimir en el mes de mayo del 2016 en los talleres de editorial Opalina Cartonera

www.opalinacartonera.blogspot.com

Tiraje según demanda

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Los libros de la editorial opalina cartonera SON OBJETOS DE ARTE COMPLETAMENTE ARTESANALES - fabricados con nuestras patas delanteras todos hechos con dedicaci贸n, delicadeza y amor

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