Post Festum Pestum / Abel Contreras S.

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Abel Contreras S.

Opalina Cartonera 3


POST FESTUM PESTUM Abel Contreras S. Opalina Cartonera 2016 Diagramación a cargo de Juan Canales Diseño por Francisco Escobar Impreso en Valparaíso, Chile por Opalina Cartonera Primera edición

“Colección Ciudad de Los Sueños” Contacto autor: contrerasabel2@gmail.com Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercialSinDerivadas- 3.0 Unported Se permite la reproducción parcial o total de la obra sin fines de lucro y con autorización previa del autor

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"ESTÁ MI ALMA HASTIADA DE MI VIDA; DARÉ LIBRE CURSO A MI QUEJA, HABLARÉ CON AMARGURA DE MI ALMA." «Aquel que soporta penalidades». (JOB. 10:1)

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1- ESPECULACIONES FRAGMENTARIAS. Preguntándome por la idea de “la dignificación del hastío”, intuyo de modo sorpresivo y luminoso que es posible, que lo que nos lacera, nos ofrece la sangre calurosa de lo que nos agita. Siendo tú en mí, la sustancia de mi todo, de mi personal universo de tonos purpura, dignificas cada día el hastío, apabullando sonoramente con belleza filosa la grotesca concentración de mis nervios, otorgándole la altura que solo la entrega sin reservas y la magmática torsión del corazón del amante embelesado pueden regalar. Cuando el hartazgo contiene la repulsión del mundo entero, la inequívoca sensación de apartar de nosotros lo más abyecto y ruin de la especie, eres tú quien renueva el aire necesario para jadear y morder (nos) en los cálidos besos de perro que indiferentes y sin pudor, vamos reventando la atmósfera del tedio a golpes de colmillos. ¡Eres mi más adorada excepción! Eres tú, quien posibilita todo esto……todo es por ti…. y para ti.

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MOVIMIENTOS ESTACIONALES

I Todos mis movimientos se amparan, sin ningún atisbo de recusación, en una certeza y una consecuencia inevitable. Somos seres para la muerte, finitos. Teniendo esto comprendido, ¿Cómo vivir sin una porción de angustia? El juego consiste en calibrar angustia y entender que es lo que realmente deseamos que nos proporcione la esquiva “X”, que de buscarla, se nos pasa la vida; “En esto se nos van los años, en esto se nos fue la bella alegría animal”. Me parece que un individuo que vive sin dosis de angustia, finalmente duerme. En base a la certeza de la finitud, y su angustioso corolario (elementos que posibilitan toda metafísica), es que me permito poder explicar de qué trata todo esto. II Comienzan por aparecer tibiamente los primeros rayos de luz en el mundo antiguo, la luz que nos permite des-velar lo que esta tras la oscuridad, es el comienzo del verano, el primer movimiento hacia el campo del conocimiento, la llama que Prometeo lleva consigo, es el fuego de la medida que anuncia nuestro despertar, lógos; “fuego eterno, que se enciende según medida, y se extingue según medida” (Fragmento 30, Heráclito) 10


III La primavera es voluptuosa. En ella tienen lugar las principales transformaciones de la naturaleza, se afinan los ciclos de nacimiento y generación, fuerza expansiva del bíos, alarde de belleza y alegría y puesta en marcha de los contrarios, del no-ser se pasa al ser, se recuperan los espacios, unos avanzan otros ceden, batalla estética y contemplación del movimiento. Lo de fuera. IV Nos percatamos de la entrada del otoño. No sin dudas, avanzamos entre días que pasan. Frágiles y repentinos rayos de luz aparecen entre el panorama gris que nubla y aturde la conciencia. La robusta inclinación del bíos de la primavera tiende al suelo. El optimismo comienza a marchitarse. Los colores se transforman, la opacidad se cuela en el espíritu. Aunque el árbol de Judas, florece en otoño. V El invierno representa turbulencia, movimiento extremo, confusión. ¿Es necesario estar siempre ubicado? Según Hopenhayn, perderse, no es desubicarse, tan solo descansar de la ubicación. Permitámonos perdernos y alejarnos de lo estático, lo fijo, lo invariable. Todo discurso que se cierra deviene un discurso totalitario, y ya sabemos de sobra a que nos referimos. Si la filosofía es un “entre”, la única posibilidad autentica de entenderla, es desubi11


cándose de un punto fijo. Seamos escurridizos, ágiles y también hábiles; la única respuesta, mi propuesta, es la de un “nomadismo especulativo”. Si la tendencia a la nihilidad es nuestro movimiento natural, primario y necesario, es también necesario así, que cualquier interpretación de la realidad escape a la inmovilidad que nos petrificaría. El transitar nómade es la única opción honesta y hábil para apropiarnos de lo que nos condiciona, pero a su vez, felizmente diré, nos destruye en cada escape. La diferencia estaría en el hecho de que la apropiación permite la integración del todo en el uno, re direccionando internamente el movimiento externo, integrándolo a su ser íntimo y disfrutándolo a su pleno goce soberano. Un sutil epicureísmo que me complace.

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EL CERDO Lo primero que debo reconocer son mis limitaciones. Me lanzo al Tártaro asumiendo mi condición de animal metafísico. Tenemos tres posibilidades: puedo sostener que soy un animal metafísico, que cuestiona, pregunta, medita sobre los sentidos de la existencia; luego está la posibilidad de explicar en qué consiste todo esto; lo otro es justificarlo, o bien, contemplarlo. Poseemos la certeza de lo inevitable de la muerte de nuestro ser y somos conscientes del dolor y sufrimiento que esta efímera existencia trae consigo. Así lo veía también Schopenhauer, quien al igual que quien escribe, encuentra en la combinación de estas certezas el impulso a la metafísica del animal-hombre: Siéntome arrojado a la vida, una vida llena interrogantes y preocupaciones del más amplio espectro; a un cerdo tras la deliciosa trufa se parece todo esto. Y como cerdo confío en mi nariz, sabiendo que lo que encontraré es una especie de tesoro, y aun desconociendo el sentido de la búsqueda, escarbo. Cual aquel cerdo son mis posibilidades y limitaciones. No veo muy bien, mis movimientos son lentos aunque pesados y firmes; ¿Quién dijo que soy un cerdo trufero? ¿Acaso más bien soy el simple animal de corral que devora todo lo que se le presenta? Instintivo al grado de no necesitar la vista, ya que solo con mi nariz puedo diferenciar la avena de la basura. ¿Adónde quiero llegar? Donde me sea posible en estos momentos. Creo estar en posición de expresarme metafísicamente, por lo demás es mi 13


derecho, soy de algún modo, su propietario. ¿Lo que resulte de esto? Dependerá exclusivamente de la sensibilidad del lector, siempre prejuicioso, de separar la arena del oro; y de si fui capaz de expresarme y darme a entender. ¿Cumplir las expectativas académicas es una razón poderosa? Ciertamente para unos lo es. Mas mis alas no están atiborradas de cera como las de Ícaro, mi intención es cruzar el océano. Me llevo un mensaje a mí mismo, desde mi condición de nómada especulativo: “<Porque yo soy del tamaño de lo que veo y no del tamaño de mi estatura> (Pessoa)

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ABUSO Lo primero, es sentirse encerrado. Lo segundo, es iluminar las cercas. Lo tercero, es esperar a sentirse de algún modo, extraño. Lo cuarto, es el enfado del mandril. Lo quinto, es el maltrato del de arriba. Lo sexto, es darse cuenta que mientras vas corriendo, el acantilado es inexistente. Lo séptimo…. ¡Es abuso!

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ANIMALIA

Cuando intentamos acercarnos a eso que las legiones llaman Dios, unos caminan como bueyes entre barro y nieve cordillerana: más firme pisan, más se hunden en el barro que enfría la voluntad. Los bueyes son amenazados por el arriero que picanea los lomos embarrados al grito de ¡ya llegaremos, ya llegaremos! Los bueyes no son de esos animales que desisten, pero el peso con que los han cargado, es demasiada responsabilidad para animales con ojos en los costados, no dispuestos a la caza, sino a identificar quien es el perseguidor. Otros, son las gallinas de corral; esas, las que van midiendo hora tras hora las alambradas para cerciorarse de que están dentro, no fuera, en el gélido viento de lo no visto y no medido. Aunque la intuición de las gallinas sobre la idea de que lo posible es lo que se encuentra a mano, no desean realmente salir de ahí, claro, hasta que el granjero vestido de negro viene a reclamar lo que le pertenece…ahí corren atolondradas, creyendo que es posible volar y alcanzar el amplio cielo, y dispuestas a la genuflexión requerida si el plan fracasa. Otras amplísimas cantidades, las hormigas (individualmente insignificantes en el todo natural, fuerza depredadora eficiente en grupo) capean la lluvia en sus hormigueros. Se abastecen comunitariamente dando el ejemplo, y poseen una distorsionada visión de su lugar en el mundo, solo realizan el trabajo 16


requerido sin la tediosa preocupación por la finalidad de la labor mecánicamente realizada y adquirida. Los otros, los repudiados ¡moscas!, posadas siempre en lo perecedero, en el fiemo que hace sus delicias. Aunque la vida de veinte días es suficiente. Los topos, en la absoluta oscuridad de sus palacios construidos en las antípodas de los demás animales, saben que no necesitan la vista para obtener lo que buscan. Yo, un canino solitario, raquítico de pensar y no comer, continuo ocupando mis sentidos para la búsqueda, aunque he fracasado, aúllo desesperanzado en un tibio acantilado.

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ABANDONADO El peculiar “Diccionario del Diablo” (Bierce) posee una entrada con la palabra “Abandonado”: s. adj. El que no tiene favores que otorgar. Desprovisto de fortuna. Amigo de la verdad y el sentido común.” Desventura que lo ha dejado encallado sin poder sostenerse en pie, arrastrando con todo, y todo, siguiéndolo al foso sin reflejo de la desesperanza. Los favores escasean, regalar una oportunidad son lujos que no permiten la benevolencia sin interés, cada cual responsable, cada cual mezquino; cada cual no queriendo ser parte de nada. Y el que sí lo desea, bueno, aplastado y paralitico se arrastra ante la indiferencia. ¿Y qué me dicen de la fortuna?, más bien, de su carencia? ¿A que le llamarían ustedes fortuna?, ¿dinero? ¿Un empleo satisfactorio? ¿Una exquisita compañía? ¿Al poseer tiempo libre? ¿A poder ver lo que los demás ignoran? ¿O acaso a un ascetismo vivificante? La fortuna es ilusoria. Es más, ¡carecer de fortuna es realmente vivir! La fortuna es el esmerado cuidado de la vida para con nosotros, siempre tramposa, cada cierto tiempo lanzando migajas de comida al aire para luego cortarnos el cuello sin tiempo de procesar lo que realmente ha sucedido. La fortuna es la más espectacular e insensible casualidad. “Amicus Plato, sed magis amica veritas” (Amigo de Platón, pero más amigo de la verdad). Atribuida a 18


Aristóteles. ¡Lastima! La verdad corre a pasos de paloma. Y respecto al sentido “común” es aconsejable lo que nos dice el loco de Turín: “Hay que apartar de nosotros el mal gusto de querer coincidir con muchos. Lo que puede ser común tiene siempre muy poco valor… Toda comunidad nos hace de alguna manera, en algún lugar, vulgares.” (Ecce Homo, 43 y 284)

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DIALOGO ENTRE UN SER TRICEREBRAL y LA DEVORACION DE MUNDOS.

Vamos, cuéntame, ¿Cuál es el dolor que padece tu corazón? ¿Qué es lo que en estos momentos hace que tus venas se hinchen y los pulsos sanguíneos bailen amargamente mientras hierven? ¿Qué es eso que tu mente crea y se rebela, infligiéndote pavor, mientras hundes tus uñas en la cien, torturándote por eso que te esclaviza? Asume valientemente lo que en esencia eres y ofrécele dignidad a tu existencia, apreciando la belleza de la desintegración. Excelsa manifestación! La ultima desintegración! El negro propio se arrastra ante tu paso, tu andar dramático es reverenciado por los tuyos! Dime ¿hasta qué punto es posible soportar la pesada carga del existir? ¿Qué pasara luego? Denuncia mi delito y explícame ¿por qué me castigas más allá del umbral del dolor? ¿Acaso aun no te has apercibido que la tierra es el infierno del cosmos? Y ten en cuenta que no es el peor de los mundos posibles, aun tu cerebro puede ser más tortuoso. Entonces explica el telón de fondo detrás de mis representaciones. Pides cosas imposibles! Tu lógica es aun rehén del orden, de la forma y la cuadratura, vete a vivir con los insectos y animales rastreros, que allí encontraras 20


cobijo y no te será necesario descubrir lo que por tu naturaleza no te es dado comprender. No será necesario visitar lo sórdido de la existencia, estando entre animales de peor estirpe, las luces fueron la estocada inicial del desmoronamiento civilizatorio, el conjunto de los animales hombre, la suma de la especie hizo que tu labor resultara innecesaria. ¿Innecesaria? ¿Qué sabes tú de lo necesario e innecesario? Solo saben corroer, ensuciar, extraer la última gota nerviosa de sus semejantes! El control, hundir las manos en la tierra y abarcar la porción completa, eso que llamáis poder, en tu especie es solo una entelequia patética de un mal entendido, y en eso han sido los más deshonestos de todos, el cinismo de la mentira es lo que los mueve, la ambición de lo efímero, la preocupación amarga del cuadrado, el espanto al desequilibrio los paraliza! Sí! Navego en la inmundicia, las infecciones merman mi alma cada día que despierto y soy consciente de la primera bocanada de aire que necesito para que mi cerebro actúe y mis dientes se fragmenten al apretarlos con la rabia de poner en movimiento la maquina e ir a luchar por rescatar un día más de existencia innecesaria, absurdo!! Es absurdo sostener una vida mientras caminamos por la cuerda estirada sobre el precipicio. A fin de cuentas el hábito hace de las suyas y nos ponemos en movimiento. ¿A cuál de los innumerables y detestables hábitos te refieres?

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Al hábito del sentido, mejor dicho a la esperanza de su existencia. Explícame ¿cómo es posible que un ciego emita juicios estéticos sobre el atardecer? ¿Cómo avanzar sin certezas? Es justo. ¿Con que certezas realmente contamos? En mi caso solo existen dos, que confluyen en la sentencia heracliteana “Panta rei”: la impotencia frente a la necesariedad de la muerte y su angustioso corolario; la expulsión de esta imperfecta artimaña hacia el todo posible que todo lo engulle y el rechinar de dientes en la exasperación de lo rutinario, que deviene en la densa tristeza del vivir. La paradoja se instala solemnemente: todo fluye, nada permanece, salvo una sola cosa, que todo fluye. Aunque mi palabra se genera en el momento en que el águila, que no cazaba moscas ya, terminó tragando lombrices y hiel antes de ser él mismo devorado. Pero creo saber lo que me diferencia de los demás. Además soy consiente partidario del Ecce Homo: “Hay que apartar de nosotros el mal gusto de querer coincidir con muchos. Lo que puede ser común tiene siempre poco valor… Toda comunidad nos hace de alguna manera, en algún lugar, vulgares.” Y no me acuses de cinismo, lo digo con plena creencia, el solo hecho de nuestra comunicación lo ampara. Te recuerdo que tu mente es un órgano sensitivo, que al igual que un ebrio, lanza manotadas al aire queriendo levantarse del suelo que es vuestro lugar y 22


fracasando en un perpetuo intento por buscar la estabilidad deseada; no fuerces lo único digno que posees para alcanzar el humo. Y además, no eres distinto a los demás, conozco perfectamente el paisaje de tus pensamientos y acciones, y no te encuentras por sobre lo regular, la misma materia te constituye, la misma ignorancia te empapa y la miseria es la cadencia que te moviliza. Razón de sobra tienes para demostrar mi naturaleza, mas no es eso lo que me define. Mi criterio me permite dejar tras de mí lo abyecto de mi naturaleza y rescatar la nobleza arrebatada. Me identifico plenamente con lo que me constituye, y no creo ser mejor que los demás, diferente sí, de una sensibilidad que me indica que vivo, que soy, que lo que está, se dio por algún medio; abrazo la diferencia como si abriera el pecho, pero no abrazo ninguna causa, mas así duele! Duele como no duele la palabra, pesa como el destino del mundo, desgarra como la concentración de los dolores! En las diferentes personalidades que pueblan “lo que hay” se dan singularidades de una gama espantosa! La asimetría lleva la ventaja y la sensibilidad es un extraño entre los extraños. Codicia y envidia se alternan como en el energético viaje de dos delfines libando la felicidad del movimiento. Me resulta licito pensar que vamos marchando casi a trote a la devastación completa, y lo más inquietante: no me inquieta! ¿Es acaso necesario el holocausto completo? Me parece incluso grato una renovación 23


violenta que de paso a formas más armónicas de organización, donde los ponzoñosos resabios del comando imperial se desgranen, como lluvia torrencial de los siglos que cantan penurias al abandono prematuro de la debilidad corregida de la civilización. Nihil Obstat; la Nada, Nadea. Es mejor hundirse en la “Sinfonía de una noche inquieta.”

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DERIVA Con finalidad o sin ella, los movimientos se dirigen, van. Pero ¿estos movimientos deberían dirigirme a algún sitio si niego toda linealidad o teleología? Los flujos que me representaron Heráclito, Nietzsche y Stirner, son un “tránsito en tensión” a un punto escurridizo (mí punto), en un total caos, del que mi punto equidista de todas las posibilidades; no en la medida de puntos referenciales ni aposentos sedentarios donde construir, sino, “la misma deriva es el modo de estar en el mundo.” Se necesita la fortaleza correspondiente al acto para proponerse un auto-boicot a mi conciencia huérfana, que me reclama en todo momento anclaje seguro. Si el movimiento es la residencia del todo, ¿Por qué mis movimientos no pueden ser mi todo potencial? Así, los supuestos puntos de llegada son solo ilusiones, espejismos del desierto todo, no estaciones ontológica ni epistémicamente definidas; son “las posibilidades” de la suma de instantes que hago míos. Solo se “es”, en el movimiento. Ser es transitar, vagar, discontinuidad del aspirar a ser un concluso. No hay suficiente tiempo para incrustarse en una ladera metafísica. Debemos de sabotear la tendencia a detenernos hasta el cesar del ser que es uno. Detenerse es una ilusión, el anclaje a su vez, un sesgo cognitivo en este contexto; apoderarme del extravío es mi llamado, soy 25


yo quien atiborra con cera los oídos de las sirenas; este es el acto mismo de sublevación, una revolución de lo cotidiano, guerrilla foquísta de la agonía en el campo de batalla de la guerra permanente y el panta rei. Me satisface mi propio rescate. Soy yo y mis percepciones. Toda referencia debe ser redirigida a mí. De todas maneras mis pretensiones y acciones entran en contacto con lo otro. Declaro inconsistentes las jerarquías. El caos las tiene en cuenta pero no las obedece ni legitima. Solo preciso de alianzas momentáneas, solo la parentalidad impuesta me exige un cese del fuego para alcanzar la ternura como acto de sabotaje en la crueldad del mundo. Los ismos y los anos son ideología que se cree tal, no siendo nada más que mascaras que desean ser personas autodeterminadas, serias, respetables y con principios. ¿Principios? Somos demasiado frágiles para sostener principios y ninguno surge espontaneo; pura superficie que corre en un torrente de ingenuidad de querer ser algo, una identidad que se nos quiere hacer-ser. Movimiento es simultaneidad, un dejar atrás mientras se cambia de posición. Acto y potencia afirman la movilidad. El arco esta siempre tensado, calibrando las libras de soporte según el momento, 26


dispuesto siempre a dar en el blanco del no-ser, la diana genuina, la realmente genuina. Todos los acontecimientos son fuerza potencial de disparo. Cada acontecimiento presenta una nueva direccionalidad no anticipada, por eso el movimiento es caótico, impredecible e indescifrable. Haz tu mismo una “lógica común” que sea descifrable semióticamente, pero cuidado, quizás no somos tan sagaces para develarla; tan solo la apreciamos por aquello que llamamos intuición. Lógica vulgar. Su límite es la obviedad, de ahí en adelante, son espejismos. La ontología debe de ser acrática porque así lo es su naturaleza. Hay que ser cínicos, ironizar, ladrar, escupir y maldecir. Todo esto remueve. La insolencia nos engrandece. La realidad está ahí, moviéndose demoniacamente, ciclónica. La deriva es el ojo del huracán que nos permite decir, cuando todo conspira por amordazarnos. ¡Guerra! Si estamos dispuestos a cubrirnos de explosivos, entonces que “el ser” sea dinamita pura, prendemos la mecha…corramos a la plaza, al mercado, a la multitud, que nadie se libere del poder de alcance de mi cuerpo dinamita. Y yo……a la deriva.

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PROLEPSIS Surge un miedo anticipado cuando se piensa y se tiene noción de que el pensamiento avanza a modo de eslabones de una cadena que terminara por enterrarse en la noche. El sol de la tarde es distinto al que se hace presente al despertar; cada vez se va cargando de más miedo y comienza a templarse, aunque tembloroso, el temperamento. El de mañana es más benevolente, aun no carga peso, solo acarrea posibilidades. El que me enfada es el de la tarde, el que se extingue como vela dejándome solo la esperma negra que deberé devorar por la larga noche. La hembra ya llama al sentido común, con la fría normalidad de lo cotidiano, anuncia la voz terrible de que la noche debe enseñorearse de la vida y que es preciso dormir, descansar. ¿Descansar? ¡No! Yo debo de disponerme a acorazarme para la tediosa batalla con la noche que hace conmigo a su antojo. A veces doy batalla, asesino y lloro cada plan que tuvo la intención de ser algo, pero me es imposible. Solo quedo en la tormentosa agonía de la disputa. Raíces afirman mi conciencia negándome el espacio de dar dignidad, aunque sea por una sola noche, a mis pensamientos agotados y sedientos de agua turbia. Anclo un pie fuera de la cama como quien hace gimnasia noctambula, me retiro de la habitación que encierra, más nunca puedo salir de mí y apuñalarme mil veces porque me odio, mil veces por que no resisto, mil veces por estar 28


equivocado, mil veces quedan clavados en mil frustraciones.

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2- EL CABALLO ACADEMICO

«Dulce introducción al caos»: Reverso Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas, Se paró el aguacero ahora somos flotando dos gotas, Agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor, Me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor. Volar...volar1 REVERSO. Me parece menester y de utilidad, la intención de presentar el reverso del movimiento antes de su anverso. ¿Con qué sentido?, por el simple hecho de la “Insolentia”. Sacudamos la lógica secuencial y por una vez, obsequiémonos un sutil empujoncito y apoyémonos, mientras podamos, en la inestabilidad de la función no adecuada y natural. Al fin y al cabo, el desequilibrio producirá sonido. "Perderse no es desubicarse, sino descansar de la ubicación".2

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Dulce introducción al caos, La ley innata, Extremoduro, DRO, Warner Music España, 2008. 2 Hopenhayn, Martín. Atajos para no llegar, Tajamar Ediciones, 2013, Santiago, Chile, pág. 12.

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Todos poseemos un “creer saber que” respecto al movimiento. Si Kant tiene razón, y las coordenadas espacio/temporales como intuiciones puras, son el marco general de percepción, el movimiento seria su vivificador ontológico. ¿Existe el movimiento?; pregunta qué eclosiono en un estimulante debate en la sociedad griega entre los pre-socráticos, Heráclito y Parménides, afinando el intelecto en un Polemós de una profundidad aun no completamente asimilada; de existir ¿Qué tipos de movimientos rigen los diversos seres naturales integrantes del cosmos?; el movimiento ¿necesariamente es teleológico?; ¿es posible que el caos se enseñoree de lo que por siglos creímos como “orden”? Claramente estas disquisiciones, vuelan fuera de nuestro desolado horizonte; frío, antinatural y corrosivamente deshonesto, hacia la desmesurada arrogancia de los réprobos de condición óntica, que exceden por mucho lo necesariamente sostenible. ¿Qué debemos tener por lo axial: explicar el movimiento, el cambio; o analizar la realidad que cambia? Además, ¿Qué posición ocupamos nosotros en todo esto? Estas preguntas iniciales abren paso al movimiento argumental de esta ensayo, que pretende ser, desde un posicionamiento completamente individual, (también diré insolente), la formulación de lo que para mí, como sujeto (en estos momentos diré “Cripto-académico”; no puedo despreciar lo recibido), siempre en movimiento, en acto y en potencia, pretende transformarse en un larguísimo tiempo, en una breve tesis de explicación metafísica 31


de corto alcance , como puede entenderse, por medio de una primera aproximación en modalidad de análisis de “restauración figurativa”, de un “intencionado sentido jovial”. Jovialidad y Sofía se atraen en filosofía. Creo que nada de lo que sigue orbita la ciencia, esta alegremente expiada de los pecados autoritarios y académicos de los “Aspirantes taimados a la dignidad de monstruos”. Comenzare por llamar la atención en una cuestión no menos importante; lo que me constituye como caso particular. Me parece que este tipo de ejercicios intelectuales deben reflejar la cristalización de conocimientos y herramientas que han sido aprehendidos y reflexionados en un espacio temporal que permite una afirmación sin condiciones de un “decir propio” que encuentra su validez en la plena aceptación del hecho subjetivo de materializar divagaciones de relativa importancia, de mera especulación estética en otros, y afrontar un “querer decir” vanidoso de la confrontación latente de nuestro ser creativo. Todo en mí es movimiento, y la metáfora del viaje posee la consistencia perfecta para explicar, acaso podamos realmente hacer aquello, la fluidez que todo lo embellece. ¿Quién es el ser que diariamente se mira al espejo como necesitando la confirmación de un instintivo creer ser quien se es y una no menos intrigante noción de que el tiempo se cuela por los poros intoxicándonos del perfume de la nada? 32


¿Con que certezas realmente contamos? En mi caso solo existen dos, que confluyen en la sentencia heracliteana “Panta rei”: la impotencia frente a la necesariedad de la muerte y su angustioso corolario; la expulsión de esta imperfecta artimaña hacia el todo posible que todo lo engulle y el rechinar de dientes en la exasperación de lo rutinario, que deviene en espesa tristeza del vivir. La paradoja se instala solemnemente: todo fluye, nada permanece, salvo una sola cosa, que todo fluye.

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COORDENADAS 1- La aparición del LOGOS, como herramienta interpretativa universal, que permite “un decir” racionalmente articulado. El constante devenir “panta rei”, fluir preternatural de lo natural/real; y el estado ontológico particular de lo que existe como “guerra permanente”; como Polemós, como disputa y lucha de contrarios, que involucra la totalidad de lo real. 2- El completo desenmascaramiento y la primera fisura de importancia en el Logos. La destrucción de las “ideas fijas”, “ídolos”, y el develamiento de la naturaleza de las construcciones metafísicas como paliativos de carácter óntico, que vienen a negar la vida y ocultar su verdadera naturaleza: el sinsentido del constante fluir y la inocente disposición del animal-hombre-enfermo de crear y reelaborar cobijos seguros al “horror vacui” que viene a ser la existencia. 3- El nihilismo como “la enfermedad patológica” a modo de diagnóstico de nuestra actual condición respecto a lo real y la necesidad de un nihilismo afirmativo, no ya centrado en la voluntad de poder y el súper-ultra-hombre Nietzscheano, sino uno que se <identifique con el caos y abrace la nada> como medio primario de autoafirmación en su individualidad irreductible, consumiéndose en la 34


dolorosa y autodestructiva devoración de la penetración epistémica, optando por un posicionamiento particular de enfrentar la existencia, en el que sea capaz de asumir su insoslayable asociación al todo y enfrentar las únicas certezas de la que actualmente dispone: 4- A) la finitud del hombre y la certeza de la muerte como intervalo Parmenídeo del ser al no-ser; B) La afirmación de la no permanencia (exceptuando la única permanencia: la de que todo cambia); y C) La tendencia necesaria y univoca hacia la nada.

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NIHIL OBSTAT ¿Existe eso del Nihilismo?, ¡existe como voluntad negativa!, la necesidad imparable de negar. Incluso, muchos nihilistas rusos sostenían que adherían al nihilismo sin la mancha teórica que lo clasifica; “instintivamente somos nihilistas porque nihilismo es negar, y eso nos basta”. Formidable fijación. “La guerra es padre y rey de todas las cosas” nos dice el oscuro; yo afirmo: padre, rey, señor y partera de un endemoniado crío, que adoptamos a sabiendas de que será nuestro martirio. Aclaremos ya, de que trata nuestro (mí) nihilismo, que viene siendo finalmente un tránsito, los dos pasos atrás necesarios para tomar impulso, en el momento de crisis, una espera que según sus densidades fija la forma, un estar-en, que se sabe potencia de, y que pretenderá ser. Mi nihilismo es heredero de la crisis, y padre de lo que viene; “Nadísmo”, corolario vital de la tragedia en modalidad griega, “Desasosiego existencial”,” incertidumbre natural.” ¿Puede adoptar una modalidad filosófica; un nihilismo filosófico?, ¿o acaso queda en la declaración urgente de un anarquismo preñado solo del deseo animal de devorar? Puede ser filosófica, en tanto muestre un tránsito, fugacidad y provisionalidad. Si se dice ya filosófica, creo que la aniquilamos. ¡No es filosófica!, es atendida filosóficamente. Un estado de ánimo transitorio en su fluir, cual naturaleza misma de los temperamentos; impredecibles, no-lineal, caótico es su estilo, inestable en su ser. 36


DEJAD QUE LOS NIÑOS ABRACEN LA NADA Si nos adentramos ya “filosóficamente” en el abordaje de nuestro nihilismo, debemos primero preguntarnos por las llamadas “ideas negativas” en las que comúnmente están prisioneros. Las ideas negativas existieron desde que el animal humano articuló una palabra, quiso hacerla suya, dotarla de sentido y verla reflejada con su correspondiente en lo real. Así, decimos conocimiento, debemos hacernos cargo de su polo negativo: el error. Que idea más anatematizada, cuando en realidad es la contracara del conocimiento; espejo malintencionado que nos muestra lo que no queremos ni deseamos ver. Ya sofistas y negadores de lo relativo se pronunciaban: “Según algunos sofistas es imposible el error, porque el juicio de cada ser humano, es siempre verdadero para él. Una de las metas de Sócrates y Platón fue demostrar la posibilidad del error; pues solo si es posible el error, es posible el auténtico conocimiento, en oposición a él.”3 La discusión prosigue. ¿Hacia dónde inclinarnos?, dependerá de cada temperamento. Protagorísmo postmoderno es lo que existe hoy, pináculo de la lucha contra el pensamiento único, así mismo embarcación sin velas. Asumamos que el error existe, y lo hay de diversas tendencias, pero convengamos que el error nunca es solamente particular. Lo importante está en el hecho de que el error es respecto a un área determinada de la realidad: 3

Wahl. Jean, Introducción a la filosofía, F.C.E., México, 2012, pág. 281.

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¿puede existir un error total?, a lo menos me imagino un error como un péndulo de Newton, rescatando trozos de certeza entre movimientos. Mal, desorden, nada, son las grandes ideas negativas. ¿Negativas? ¿En relación con cual positivo? Aquí nos importa la idea de orden-desorden, la nada y el no-ser como certeza de la finitud. Si nos declaramos nihilistas, ¿de qué tipo y temperamento lo somos?, si nos declaramos aspirantes a nihilistas, ¿qué tipo de “Nada” rellena nuestro “ismo”? La definición de Nada depende del temperamento, lo reitero. Grecia nos otorga los dos temperamentos; Nada como no-ser; Nada como negación. Parménides y Platón. El primero nos planteaba que la Nada es el “no-ser”, es más, el Eleata nos advierte que no es posible conocer ni expresar, y Platón insolente, admite la “existencia del no-ser”, como alteridad, de lo que es y de lo que no es. La teología negativa asocia a Dios con la Nada, en tanto superior a toda sustancia, y negación absoluta de todo; existiendo y siendo, niega. La filosofía moderna supo muy bien ocuparse de la nada, hasta alcanzar las elaboraciones de Hegel, Heidegger y Sartre. “Se ha alegado a veces (É. Gilson) que la idea de la Nada no se halla, ni puede hallarse, en la filosofía griega; se ha puesto de relieve (X. Zubiri) que la filosofía griega ha sido fundamentalmente <una filosofía desde el ser>, a diferencia de la filosofía cristiana, desde San Agustín a Hegel, que puede caracterizarse como <una filosofía desde la nada>. Pero aunque la idea de la Nada haya sido menos importante en la filosofía griega y, en todo caso, no 38


haya sido fundamento del pensar filosófico, ha sido cuando menos un problema.”4 Lo que deseo hacer hincapié, es el hecho de que, el pensar, es siempre el pensar contra el uno que piensa, por tanto, este movimiento de ascenso5 al conocimiento, como proceso auto-destructivo, nos permite, a partir de la Nada como negación de cualquier elemento categorial fijo y normativo, abrazar el nihilismo y el caos, para enfrentar lo real en tanto que devenir permanente. ¿Cómo? Por medio de la fijación del sujeto que conoce, bajo una nueva base o asentamiento (de temperamento también) de un pensar que se sepa auto-destructivo, una base de nihilización epistémica que no tema quedarse en tránsito y “Des-ubicada”. Caminando siempre arrastramos con nosotros el todo; sentados reposamos lo decible en un mirar que no observa más que de lo fijo se nos ofrece. La nihilización nos permite el “extravío”. El extraviado siempre busca, ¿acaso nos debe ser negativo?, sin dudas que no: “Perderse no es desubicarse, sino descansar de la ubicación.”6 ¿Tenemos tanto tiempo para descansar? Eso dependerá de lo que entendamos por nuestra finitud. Las posibilidades de afrontar el “acontecimiento de 4

Mora, Ferrater, Diccionario de filosofía, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, Tomo II, pág. 248. 5 Ascenso: no el sentido Platónico, del conocimiento como ascenso dialectico al mundo ideal y verdadero, más bien se trata, de un ascenso que siempre se mueve concéntricamente al suelo, en su proceso mismo de desintegración, siendo centrípeto y centrifugo según se ajuste al caso particular de lo que se trate. 6 Hopenhayn. Martín., Atajos para no llegar, Tajamar Ediciones, Santiago, 2013, pág. 12.

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acontecimientos”, la “posibilidad de todas las posibilidades”, marca el temperamento y el carácter que conferimos a la dotación de sentido de la existencia para la muerte. “La historia de la filosofía, entendida como la historia de la teoría del conocimiento, es la historia de la nihilización de lo material. El desarrollo de la epistemología demuestra como la conciencia de la imposibilidad de conocer el mundo en su totalidad va ejerciendo su tarea de establecer los límites de la posibilidad de conocimiento de la realidad. (…) Por un lado, pretende estar hablando de lo real de una forma objetivista y que, por otro lado, se ha quedado circunscrita a mera descripción, es decir, ha demostrado su absoluta incapacidad para hacer algo con ese conocimiento. Por eso, podemos afirmar que no existe un ámbito de la realidad que nos sea incognoscible puesto que <es la totalidad de lo real lo que nos resulta incognoscible>.”7 Idea platónica, representación, noúmeno Kantiano, voluntad Schopenhaueriana y tantos otros “ajustes y correspondencias” me parecen ya ficciones. Introducir las manos en las aspas de la existencia de lo real y no salir lastimado tiene su gracia cuando no es el objetivo parar las aspas. Por lo demás es imposible pararlo y fijarlo. Intentarlo es ocupar el lugar de Sísifo; a mí solo me basta que mis manos sangren. Penetrar el conocimiento, rajar los velos de la opinión común, romper periódicos y no dejar hablar a mi prójimo, trae consigo, siempre, amargura. 7

Morales. C., Sobre la necesidad de una nueva base nihilista para el pensamiento filosófico, BAJO PALABRA. Revista de filosofía. II Época, n° 5, 2010, pág. 32.

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Quizás lo único que puedo rescatar del conocimiento será ciertas leyes que la ciencia ha otorgado, que sirven para que el foso no se vea aún más profundo. Mientras tanto, la “Filosofía” no fijada, reconociendo el nomadismo especulativo y no el gregario y denso peso de sus siglos de creación, que en tanto son descubiertos aquietan la incertidumbre y de un soplido lanza las oscuras nubes de los “yo opino que”, “dicen que”, “parece que”, que ya resultan detestables, a leguas de distancia, abriéndose el cielo y el calor sofocándonos, rogando y danzando para que vuelvan las nubes. Los sistemas cerrados y completos, unitarios, no me satisfacen y los tiempos no me lo permiten. Mientras se ahonda en ellos en academias y recintos privados, los de fuera, los caóticos, permanecemos, atentos, al tránsito riguroso del fluir multidireccional, casi no encontrando el momento apropiado para entrar en el juego sin que la cuerda nos alcance. Y entre el devaneo de ir y no ir, bruxismo cerebral. La lógica, si bien necesaria, es un amargada vieja que golpea cabezas con su báculo formal; a la puerta de la academia aturde y despabila a iniciados y advenedizos como yo, más la esquivo en cuanto puedo. Su necesidad de rectificar “ad baculum” a quien se le ponga por delante me molesta, pero, en la casa de la filosofía, es la abuela que todos detestan pero su rango de autoridad es innegable, sus consejos acertados, pero como en todas las buenas familias, o alguno de los hijos se la lleva consigo entre la máscara de una mueca, o vamos en familia, bienintencionados siempre, a dejarla en un asilo. A 41


otros nos parece una marchita anciana progenitora, nada más. Lógica y ciencia, abuela y abuelo reticentes a recibir cuestionamientos, mantienen la casa con una escueta pensión institucional; más de ellos no nos aprovechamos. La cena se torna aburrida, dejamos la mesa y salimos a dar un paseo a ver si un aire refrescante nos aliviane los consejos que oímos a medias. La lucidez de Pessoa es inigualable: “Reteniendo de la ciencia solo aquel precepto central suyo, de que todo está sujeto a leyes fatales, contra las cuales no se reacciona independientemente, porque reaccionar es que ellas han hecho que reaccionásemos; y verificando cómo ese precepto se ajusta al otro, más antiguo, de la divina fatalidad de las cosas, abdicamos del esfuerzo como los débiles del entretenimiento de los atletas, y nos doblamos sobre el libro de las sensaciones con un gran escrúpulo de erudición sentida.”8 Abdicamos del esfuerzo; nihilizamos lo que aparece a nuestros sentidos para poder acceder de un modo honesto y digno, a lo que estemos en posibilidad de alcanzar como “conocimiento”. Una fracción me basta. Cuando abdicamos de lo que se debiese hacer, lo correcto, nos convertimos espontáneamente en artistas: nihilizar la realidad que se hace presente, es negarle su antiguo estatus ontológico y metafísico, dando lugar a lo no real, es decir, a la ficción. Digámoslo de un modo responsable, creamos o transmutamos “de algún modo”, en cierta densidad, en ficción, corriendo el peligro latente de formarnos un nuevo enmascaramiento. ¿Debe por ello de ser 8

Pessoa. F., El libro del desasosiego, Acantilado, Barcelona, 2010, pag.16.

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malo?, ¿si es nuestra ficción?, ¿demasiado relativistas?, ¿se es un embaucador cuando la ficción la sabemos tal y no nos ruborizamos a que nos apunten con el dedo declarándonos ilusos? Recordemos nuevamente que nuestra tesis es que negar y nihilizar las bases del conocimiento, es llevar todos los sistemas metafísicos al plano de la ficción. Negar es reducir a la nada la teleología de ciertas filosofías. ¿Pero, asumir la ficción no es de algún modo también, ontologizarla?, quizás sea así, pero es nuestra perspectiva y posición, nuestra propiedad en sentido Stirneriano, y hacemos de ella lo que se nos antoje, incluso, en la misma farsa con sentimos a gusto, destruyéndola y creándola, cuestión que me parece más digna que la de asumir cualquier sistema, adoptarlo como “ismo”, y solazarnos en la comodidad que la palabra de un “gigante” extraordinario, que si los hay, nos abrigue. Ficción y realidad se toman de la mano y puestas espalda tras espalda, se defienden de la falta de sentido. Huxley, atinadamente nos plantea: “Un escritor de ficción es un artista con cierta filosofía. Cierto, puede tratarse de un mal artista y su filosofía puede ser sosa; pero el hecho es que cierto arte y cierta filosofía son procesos esenciales de organización. La mente humana está dotada de tal modo que no puede soportar contemplar (desde nuestro punto de vista) los acontecimientos en gran parte insensatos cuyo flujo indiferenciado constituye nuestra experiencia inmediata. Exige sentido, significados, limites bien demarcados y distinciones. El arte y la filosofía han sido creados para proveer esta necesidad fundamental de la mente. Filósofos y 43


artistas toman un trozo de los fenómenos caóticos e irracionales y los moldean con deliberación en algo con significado; algo explicable y racional; algo que la realidad nunca tiene, un contorno definido, un principio y un final. (…) A partir de cierta idea de dignidad humana, finalmente se topan con que la realidad es, de un modo humillante, insensato e irracional. Reemplazan lo real por lo conveniente.”9 Me parece que la idea de nihilización ya se ha expresado. Nos queda repasar (ya asumida la nihilización de la metafísica, quedando por el momento solo en lo destructivo, no afirmando aun como enfrentaremos lo real, negándonos a la salida de nihilismo afirmativo de Nietzsche y el goce del propietario Stirneriano, y, teniendo claro que la aprehensión y pretensión de conocimiento por parte del animal hombre la naturaleza la excede y desborda rotundamente en el constante fluir de su desarrollo propio), brevemente como asumimos la finitud como certeza y nuestro modo de estar en el mundo con nuestras precarias herramientas de navegación. Sin duda, esto debe de llevarnos a alguna parte. Este preciso ensayo responde a una causa inmediata, que más allá de lo exigido desde el exterior y afirmado desde el interior, ya rescata un trocito de realidad y pretende movilizar cierta inestabilidad caótica en quien lo lea, aunque sea la más leve turbulencia que impulse un movimiento mental en un sujeto-otro al cual quedara en disposición, sea para destrozarlo, sea para la confusión, no del sujeto –otro en su “interior” 9

Huxley. Aldous., Si mi biblioteca ardiera esta noche. Ensayos sobre arte, música, literatura y otras drogas., Ed. Edhasa, Argentina, 2012, pag.89-91.

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esfera mental e intelectiva, sino la confusión de contrastar inmediatamente, en simultaneidad a su lectura, con el sujeto-otro, ahora creador, declarándolo según su grado, alienado, perturbado, angustiado, alterado, singular, una tuerca más del engranaje mal ajustado o cualquier otra sutil diadema que corone un cráneo que alguna vez quiso poseer vida e intento decir. Ya Albert Caraco aseguraba: “Tendemos a la muerte como la flecha al blanco, y no fallamos jamás, la muerte es nuestra única certeza y siempre sabemos que vamos a morir, no importa cuando, y no importa donde, no importa la manera. Pues la vida eterna es un sinsentido, la eternidad no es la vida. La muerte es el reposo al que aspiramos, vida y muerte están ligadas, aquellos que demandan otra cosa piden lo imposible, y no obtendrán más que humo como recompensa.”10 El saber la muerte y el significado de la vida están ligados. Todo depende del temperamento. Es hora de decir a que hago referencia con temperamento. ¿Acaso no es preferible hablar de “carácter”?. Me parece un reduccionismo psicológico que enfría la sangre. Prefiero el temperamento11 Hipocrático, la sangre, ese fluido íntimo, cinco litros que cargamos y que el mundo se empeña en vaciarlos tras cada puñalada que recibimos generalmente por la espalda. Hipócrates señalaba que el temperamento es la disposición del animal hombre para actuar de algún 10 11

Caraco. Albert, Breviario del caos, Editorial Sexto Piso, Madrid, 2006, pág. 9. Básicamente “disposición del sujeto”

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modo según la mezcla de los humores contenidos en esa vasija arcillosa que devino hombre. La mezcla se daba entre cuatro humores: la sangre, la flema, la bilis y la atrabilis (la bilis negra). Linfa, saliva, jugos intestinales y mocos circulando y dando temperamento. Para algunos puede resultar por lo menos vergonzoso estar constituidos de tan extrañas densidades. La cuestión es que, dependiendo de una delicada mezcla, del juego arbitrario de proporciones, de donde se desprenden cuatro tipos de temperamento, según la abundancia de alguno: sanguíneo, flemático, bilioso y atrabiliario (disposición melancólica). ¿No parece singular? Bueno, digamos que más allá de lo anecdótico, tiene una correspondencia artificiosa que resulta artísticamente estimulante. Fichte proponía que la filosofía que uno elige depende del tipo de persona que se es. Todos poseemos temperamentos y nos hacemos temperamentales, aunque lamentablemente, las dosis que del imprimimos a la vida, van menguando acorde pasan los años. Lo cierto es que sí, estamos hablando de “carácter”, pero me permito dar un término más concreto.12 Creo que todos los hombres tienen conciencia de que la muerte los visitara, la cuestión importante es saber que entendemos por muerte. En esto nos enfrentamos a un variopinto escenario de creencias y actitudes respecto a que será eso de la muerte. El caso más singular es la nota de despedida que un suicida elabora de entre la más absoluta turbación y a 12

Peter Sloterdijk posee un texto llamado “Temperamentos filosóficos. De Platón a Foucault”, Siruela, 2011.

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la vez determinación. Estos casos sacuden a todo sujeto como no lo hace ningún otro acto, frente al suicida somos solo una manada de perros presenciando ritualmente algo que no entendemos pero si sentimos. ¡Ahí si tenemos un temperamental!, eso es caos, imprevisibilidad completa13. ¿Qué nos da el derecho a creer que con la muerte se acaba la existencia?, ¿podemos concebir nuestra propia inexistencia? El cristiano, el religioso y el dualista no tienen problemas en ello, cada quien pinta su habitación como le place; el problema es para los que no somos religiosos, ni cristianos, ni dualistas. Es claro que no podemos concebir, desde nuestro más íntimo habitáculo mortal, lo que es estar carente de existencia en términos absolutos. Solo exteriormente nos representamos carentes de existencia, para lo que además es necesario pensarlo, y de hecho, estar conscientes, para representarlo. Para mí me basta con pensarme muerto en la imagen de mi cuerpo carente de toda actividad orgánica, intelectiva y volitiva. La actividad intelectiva se da en el cerebro, este se articula y retroalimente biológicamente con el sistema completo, lo que se traduce en vida, en existencia; falla en el sistema, sistema que colapsa, bulto nauseabundo que el resto niega, luego acepta, más tarde extraña, la nostalgia y el esquivo “existió un día un hombre….” Lo que también está claro, que nuestra certeza en la muerte completa siempre está acompañada de sangre y razón. La muerte es un 13

Recuerdo que existe un texto de Durkheim, “El suicidio”, en el momento más estúpidamente petulante de la nueva ciencia sociológica, que quiso encapsular el suicidio como respuesta a determinaciones que lo explican. Nuevamente la madre ciencia enfriando la sangre de su objeto.

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acomodador de trenes molesto. Es molesto que se acerque a pedirnos el boleto y que nos recuerde en cada estación que se acerca el fin del trayecto, para unos pocos placenteros, para la mayoría insoportable. Si viajamos en “El mejor de los trenes posibles”, bueno, no me pidan tanta imaginación. Unos sienten que abandonar el tren es un alivio, otros no quieren que se detenga, varios consultan periódicamente sus relojes, muchos solo saben que van arriba y que en cada estación algún vendedor calmara su hambre o su sed con las mercancías que ofrece. En todo caso la muerte siempre niega, suprime, y en ese acto es donde nos es permitido fluctuar. Claro, puede también ser neutral, qué duda cabe, pero no creo que se pueda sentir una apatía contundente frente a ella. La muerte será buena o mala, siempre en relación a una negación que suprime; será una buena muerte si suprime la agonía, el dolor, el sufrimiento y un sinfín de males; será mala para el afortunado que la aprecie. Imbéciles hay por montón, conformistas en igual medida, cobardes, ciegos y autocomplacientes, también están los suicidas, kamikazes, atolondrados militantes y despistadas ovejas. ¿Qué sería de un muerto que extrañase? El “panta rei” heracliteano seguirá moviéndose, los ríos seguirán fluyendo, el sol seguirá apareciendo, la población seguirá creciendo, los odios seguirán corrompiendo, el censo seguirá contando, la vida seguirá actuando. ¿Tanto nos duele? Aspirar al todo es un engaño, recuerden que el genio es maligno, no benévolo, fuimos un camello, luego un

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león, ¿volvemos a ser niños?, “Aquila non capit muscas”14, solo para ella tiene sentido elevarse y ver el vasto paisaje, y aun así, no puede abarcarlo todo. Cuando pensamos en el todo, sustrayendo los dolores y placeres de los instantes, la totalidad pierde sentido, la cavilación fallece y nuestra existencia es irrelevante. Nos queda pues, determinar cómo pasamos desde la nihilización del conocimiento, a la elaboración de nuestra postura, afinar la puntería y aclarar aguas respecto a lo medular de este ensayo; corroborar nuestras hipótesis, afirmar nuestra tesis y dejar descansar a quien nos susurra al oído todo esto.. No se trata aquí de que el titán Prometeo, que tanto ha padecido, haya perdido la cabeza, a lo menos la esperanza, se trata de una toma de conciencia. Su delito criminal no fue su intención primaria y rebelde, la criminalidad advino como consecuencia de depositar un tesoro en manos equivocadas. Los depositarios no poseen la sensibilidad necesaria para tratar con el cristal, no estuvieron, ni están conscientes de su belleza y fragilidad extrema. Pero no tenemos que olvidar, que los movimientos de nuestro titán son nuestro propio movimiento, compartimos una dualidad que sintoniza solo en la medida que juzguemos por separado nuestra potencia moral. Al ser, nuestros propios movimientos (hacia la penetración epistémica de la realidad), los de Prometeo, no escapamos a la trama. ¿Sobre qué escenario nos re-presentamos día a día?; es el escenario de la tragedia. Nuestra modalidad de 14

“El águila no caza moscas”.

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existencia será un desasosiego existencial como condición, que conoce y se destruye en medio de un Éter presente en el aire: nuestra existencia trágica. El desenlace trágico ¿es trágico?, No puede ser de otro modo. No escaparemos ni a la ira de Zeus, ni nuestro exilio al Cáucaso; tampoco dejaran de apretarnos las cadenas, y las águilas vendrán a su hora correspondiente a engolosinarse de nuestras viseras. Yo lo veo claro, Heracles no vendrá. Fijar un reposo en una síntesis que paralice el movimiento, es ir contra todo lo anteriormente pronunciado. La existencia trágica, tal cual la entendemos iniciados y profanos no puede detenerse. Goethe claramente nos advierte: “<Todo lo trágico estriba en una oposición irreconciliable. Tan pronto como se presenta o se hace posible una conciliación, desaparece lo trágico>”15 Aspirábamos a tanto, siendo tan poca cosa. No tengo claridad sobre el hecho de que hubiese existido otra situación. Fue esta la que se nos fue impuesta. Quizás mala cosa sea, en estos tiempos, traer individuos al mundo. ¡Qué dosis de cinismos somos capaces de crear y soportar!, sabemos perfectamente en que terminara todo esto, y no obedecemos la semiótica natural, que el día de hoy son signos más que identificables, donde ni el más estúpido de los animales hombres necesita interpretar. ¿Cómo podríamos pedir nuestra propia enajenación mental cuando no existe tutor? Terminaremos todos, igualmente aplastados. 15

Sófocles. Tragedias, Gredos, Madrid, 1982, pág. XIX.

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Debemos de ser más hábiles. La estrategia debe ser diferente. Si nos enfrentamos a la guerra permanente y total de la que nos advirtió Heráclito, debemos cambiar de estrategia, un nuevo arte de dirigir el solitario ejercito del uno contra todos. Existe un cuento/enseñanza muy ilustrativo respecto al cambio de estrategia; lleva por título “Escapar de la prisión mental”16; lo sintetizare lo más fielmente posible: “Un león fue capturado y llevado a una reserva. Ahí se encontró con otros leones que ya llevaban ahí bastante tiempo, incluso algunos toda su vida, nacidos en cautiverio. Este león no tarda en familiarizarse y adoptar las rutinas de los demás leones. Noto que los leones se dividían en grupos; unos eran los <socializantes>; otros eran los del <espectáculo>; había otro que eran los encargados de preservar la cultura y la historia de cuando los leones eran libres. Por allá un grupo de leones <religiosos>, otro grupo de <revolucionarios> que conspiraban contra sus captores u otros grupos. Existieron revueltas contra los vigilantes, pero luego venían otros, y así, se sucedían los días recluidos. Nuestro león noto a uno que se encontraba siempre solitario, incluso parecía siempre estar dormido, no pertenecía a ningún grupo, gozaba del respeto de unos, y del desprecio de otros. El recién legado se acerca y le pregunta: ¿Por qué no te unes a ningún grupo?, 16

Platicada por el director, actor y meditador austriaco Werner Ruzicka, quien escenifica diversas disquisiciones de orden filosófico y político, basado en lecturas de “grandes maestros” o rescates de la sabiduría popular. Texto de Gurdjieff.

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contesto el león: <esos pobres se preocupan de todo, menos de lo esencial>, ¿y qué es lo esencial?; <lo esencial es estudiar la cerca que nos encierra, para encontrar una manera de escapar>.” Del mismo tipo los hay animales hombres. La cerca mental es imperceptible; algunos la ven pero utilizan la estrategia inadecuada, otros igualmente la ven, pero se complacen en la seguridad que ella otorga. Para otros, ciegos, “los que duermen, igualmente hacedores del mundo” ni siquiera la notan, otros creen que están en libertad y que están delante de la cerca viendo desdichados a los que les contiene, cuando el error es de perspectiva espacial. ¿Nuestra estrategia?, la del león solitario y realista. ¿Nuestra cerca?, el orden metafísico que mandata a cada cosa a ocupar su lugar.

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HISTORIA DE UN ERROR. Nos dice Nietzsche en “El crepúsculo de los ídolos”, en el comienzo del capítulo “Como el <mundo verdadero> acabo convirtiéndose en fabula”: “Historia de un error 1. El mundo verdadero, asequible al sabio, al piadoso, al virtuoso, —él vive en ese mundo, es ese mundo. (La forma más antigua de la Idea, relativamente inteligente, simple, convincente. Transcripción de la tesis «yo, Platón, soy la verdad».) 2. El mundo verdadero, inasequible por ahora, pero prometido al sabio, al piadoso, al virtuoso («al pecador que hace penitencia»). (Progreso de la Idea: ésta se vuelve más sutil, más capciosa, más inaprensible, —se convierte en una mujer, se hace cristiana...) 3. El mundo verdadero, inasequible, indemostrable, imprometible, pero, ya en cuanto pensado, un consuelo, una obligación, un imperativo. (En el fondo, el viejo sol, pero visto a través de la niebla y el escepticismo; la Idea sublimizada, pálida, nórdica, königsberguense.) 4. El mundo verdadero — ¿inasequible? En todo caso, inalcanzado. Y en cuanto inalcanzado, también desconocido. Por consiguiente, tampoco consolador, redentor, obligante: ¿a qué podría obligarnos algo desconocido?... (Mañana gris. Primer bostezo de la razón. Canto del gallo del positivismo.) 5. El «mundo verdadero» una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni siquiera obliga, —una Idea que se ha vuelto inútil, superflua, por consiguiente una idea refutada: ¡eliminémosla! (Día claro; desayuno; retorno del bon sens [buen sentido] y de la jovialidad; rubor 53


avergonzado de Platón; ruido endiablado de todos los espíritus libres.) 6. Hemos eliminado el mundo verdadero: ¿qué mundo ha quedado?, ¿acaso el aparente?... ¡No!, ¡al eliminar el mundo verdadero hemos eliminado también el aparente! (Mediodía; instante de la sombra más corta; final del error más largo; punto culminante de la humanidad; INCIPIT ZARATHUTRA [comienza Zarathustra].)”. En este voluptuoso y aforístico párrafo, se sintetiza claramente el tránsito desde Platón, a la aparición de Zarathustra. Es un texto cargado de ironía, que está criticando en lo fundamental, la creación de una ontología de carácter estático, que se ha reformulado en cada estadio de la filosofía en diversas modalidades. Sócrates y Platón en un comienzo, en la escisión del mundo verdadero y el de las apariencias; luego el cristianismo, la idea se feminiza, se hace más sutil; luego Kant (el Konigsberguense y sus imperativos) y el producto nouménico; luego el positivismo y el cientificismo, también el proceso de secularización que atraviesa Europa; finalmente, la idea y el mundo verdadero refutados y abolidos, “mediodía, instante de la sombra más corta; final del error más largo; punto culminante de la humanidad.” En Nietzsche se presenta la idea de recuperar la antigua sabiduría, el verdadero “estar en el mundo desde y conscientes de nuestra condición”; la sabiduría del arte griego consiste en saber que la vida carece de sentido en sí misma. Resulta que semejante declamación no conviene a nuestros nervios cerebrales, más bien, tomárselo en serio, nos dejaría en un completo estado de desasosiego. Pero los 54


griegos tuvieron la capacidad, diríamos alquímica, de transformar esta, en una cosa bella: La tragedia griega. Esta poseería una doble función, tanto vital como estética. Los griegos crean la mitología no con el objeto de desligarse del problema o no asumirse a enfrentar la vida carente de sentido, sino que la enfrentan de modo artístico, estético, no anulándola, siendo el arte la única posibilidad de enfrentar la cruel idea de la muerte, la finitud, y el respirar el espeso aire del sinsentido. La gracia de esto, es que los griegos adoptarían una vía delicada y refinada de enfrentamiento, sabiéndola ficción, se soporta como una obra estética en sí misma. De aquí, dos de las ideas centrales del pensamiento de Nietzsche: 1) tanto la filosofía Socrático-Platónica y el cristianismo suponen un movimiento negativo, de negación de la vida, del pusilánime escape de la realidad, buscando ficciones que, a diferencia de los griegos, se toman no ya con un valor estético, sabiendo que se trata de una ficción, sino con un valor de “verdad”. 2) de ahí en adelante, el hombre construye, para enfrentarse a la vida, una moral contra-natural, en oposición directa con la espontaneidad y el fluir permanente que es la naturaleza de lo real, fuerza ciega, existencia violenta que no obedece ninguno de los intentos humanos de antropoformizar y aplicar sus parámetros a esta. Esto resulta un error y un fracaso. Esta es la “historia de un error”, el gran error metafísico de la cultura occidental.

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Índice

1- ESPECULACIONES FRAGMENTARIAS

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MOVIMIENTOS ESTACIONALES

10

EL CERDO

13

EL ABUSO

15

ANIMALIA

16

ABANDONADO

18

DIALOGO ENTRE UN SER TRICEREBRAL y LA DEVORACION DE MUNDOS

20

DERIVA

25

PROLEPSIS

28

2- EL CABALLO ACADEMICO << DULCE INTRODUCCIÓN AL CAOS >> : REVERSO

30

COORDENADAS

34

NIHIL OBSTAT

36

DEJAD QUE LOS NIÑOS ABRACEN LA NADA

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HISTORIA DE UN ERROR

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