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Arte

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Etimología

Etimología

Isometría digitalizada en planta

Isometría digitalizada desde esquina suroeste

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Foto aérea de Huaca Ventarrón al inicio de la excavación, foto de E. Herrán.

LOS RECINTOS CENTRALES

En el área central se evidencia una secuencia de tres templos en forma de recinto alrededor de un altar ceremonial de fuego, rodeados de plataformas progresivamente más grandes y con chimeneas progresivamente más pequeñas. Se deduce una actividad ritual en la que la presencia del fuego se transforma desde constante a episódica y una utilización de las plataformas públicas cada vez más visible y relevante.

El conjunto se orienta hacia el norte, pero los recorridos principales se desarrollan desde el sur y desde el oeste, incluso la relación con otros recintos escalonados y semi escalonados. Es posible que en épocas posteriores las plataformas hayan cubierto el conjunto ceremonial con una morfología más simplificada, que adquiere unas tipologías definitivas a finales de su ciclo.

La relación con el cerro Ventarrón en dirección norte-sur y con los complejos de Arenal determina un nudo central del conjunto desde muy lejos, sea por su elevación, que por la orientación abierta hacia el norte. Se trata de la primera referencia paisajística destinada a mantener un montículo reconocible.

A su vez el recinto circular y el cuadripartido, siempre pertenecientes a la fase del templo blanca y roja, aparecen como los precedente asociados a un criterio compositivo dual, en el que el superior, de morfología semi escalonada, parece surgir encima da una antigua plataforma transformándola exteriormente en una banqueta.

El templo inferior en cambio, dotado de una vasta chimenea y de un ingreso muy angosto, permite un uso muy restringido y limitado por sesión. La multiplicidad de edificios que rodean la plataforma principal hace también pensar un uso simultáneo y posiblemente jerárquico de los espacios.

El recinto escalonado

Las fases constructivas del sector meridional evidencian una interesante proliferación de cápsulas espaciales progresivas alrededor de las fases dos y tres. La fase dos aparece representada por el recinto escalonado y el recinto circular, que mantienen entre ellos una proporcionalidad medible. El recinto escalonado comprende un umbral vasto, similar y comparable a la edificación del umbral del templo de la chakana, en el que la dimensión del ingreso resulta muy ancha en comparación con el espacio interior que va conectando.

La medida de 3 metros constituye un módulo constante de la edificación del recinto y se repite en la banqueta del espacio escalonado frente al recinto. Como en la estructura de la chakana no se trata de un espacio mediado, sino de un recinto directamente conectado a su ingreso público. Por un lado este espacio separa las condiciones rituales y las define para unos individuos seleccionados, pero por el otro la vastedad del ingreso replica la abertura ancha y central del templo blanco y rojo de la misma fase.

La altura limitada de la estructura va asociada al contexto de una posible plataforma exterior, sobre la cual se definió la edificación. El umbral, aún ancho, no resulta muy alto y padece el peso de la masa mural que se levantaba sobre su ambiente vacío. Si se concibe un camino ritual que culmina en el ingreso del recinto, hasta dos personas pueden resultar enmarcadas por ese umbral y operar frente a la banqueta.

El recinto circular

Similar proporcionalmente, pero distinto en la configuración y en el uso, es el recinto circular situado en la extremidad sureña de la excavación. Un pequeño ingreso arqueado que no permite la deambulación recta obligaba a los usuarios de ese espacio a entrar de rodillas y a permanecer en un grupo reducido.

Al contrario del recinto escalonado, donde la apertura deja observar un lugar abierto al público, aquí el umbral angosto, la presencia de una chimenea y de una barrera detrás de la cual solo puede permanecer una persona dejan deducir la conformación de un espacio totalmente cerrado.

El uso interior de la chimenea, sobredimensionada en comparación al ambiente interior y de la barrera, deja imaginar que solo una persona a la vez pudiera quedarse en ese espacio, donde alguien detrás de la barrera y de la luz proyectada por la chimenea podía hablar o realizar música.

Se trata de un espacio ritual de descanso, que no permite recorrido alguno y en el que el tiempo de permanencia tiene una relación con el uso del fogón, capaz de calentar la temperatura del ambiente interior a niveles muy elevados. El recinto sigue siendo utilizado en su parte exterior durante las fases sucesivas, cuando se realizan pisos a una cota más elevada y dos muros tangentes exteriores que terminan por ser encapsulados por un nivel de piso final.

Los contrafuertes y las cápsulas exteriores

La superposición de la fase 3 del montículo central se repite también en el frente sur, donde la necesidad de sujetar mucha masa mural contribuye a la definición de contrafuertes cada vez más anchos. Se trata de la misma tecnología constructiva, que incluye macro puntales a sección poligonal y progresivamente compactadas, para que el montículo siga manteniendo una morfología unitaria desde la cumbre hacia la parte baja. No se observan restos muy visibles, porque se encuentran escondidos detrás de las cápsulas murales de las fases sucesivas, pero es posible identificar una tecnología constructiva idéntica a los contrafuertes ya identificados en la parte superior del montículo y establecer que este patrón se extiende hasta las partes terminales del sector. Arriba y delante de los contrafuertes se constituyen las cápsulas murales, que en por lo menos tres fases y muchas remodelaciones van sellando definitivamente el sitio.Una sucesión de tres órdenes de muros de contención del montículo, extendidos en dirección este-oeste se conecta con una trayectoria curvilínea hacia la dirección norte-sur.

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