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TU BENDI
que quiere decirte

TENDENCIA
ESTILO CON TU&BENDI
TERAPIA
CON BENDIS:
¿Cómo te puede ayudar tu bendi?

que quiere decirte
TENDENCIA
ESTILO CON TU&BENDI
TERAPIA
CON BENDIS:
¿Cómo te puede ayudar tu bendi?
PROTAGONISTA DE LA PERROSA DE GUADALUPE MANUAL
REVISTA
NAHUM CARRILLO ROMERO
DiSEÑO
ERNESTO FIERRO
PORTADA
CABE BARRÓN
ACTOR DE LA PERROSA DE GUADALUPE
FOTOGRAFÍA
ANA ROMO “RETRATOS DE PELOS”
COLABORACIÓN
EDITORIAL
LIZ BARRÓN
Las mascotas ya no solo duermen en casa: duermen en el branding. En la última década, el sector pet ha dejado de ser un capricho de nicho para convertirse en uno de los motores de consumo más sólidos. Y las grandes marcas lo han entendido a la perfección: si el perro es parte de la familia, también merece formar parte del look.
El poder de la foto perfecta
Lujo a ras de suelo
Hermès, Gucci, Dolce & Gabbana… las mismas firmas que desfilan en París y Milán ahora presentan collares de cuero trabajados como cinturones icónicos, camas tapizadas con telas de alta costura y transportadoras que podrían robar cámara en una pasarela. No es solo producto, es narrativa: cada pieza habla el idioma de la marca y promete que el estilo de vida de su dueño también se refleje en su mascota.
�� Insight: El cliente de lujo quiere coheren cia estética en todo. Y “todo” incluye a su perro.
En redes sociales, el pet content es dinamita. Un pug en abrigo
Zara o un gato con collar Gucci se vuelven embajadores orgánicos, generando contenido que las marcas ni siquiera tienen que pagar. El dato lo confirma: publicaciones con mascotas generan hasta un 295% más de interacción que el contenido de moda convencional.global multiplica el valor percibido.
Branding de la correa al corazón
Más que vender un collar o una camita, se trata de extender el universo de marca. Ralph Lauren, por ejemplo, presenta su línea pet con la misma campaña, colores y códigos que viste a sus clientes humanos. El resultado: identidad reforzada, experiencia coherente y un cliente que siente que su mascota “pertenece” a su mundo.
�� Insight: Integrar la línea pet en la narrativa global multiplica el valor percibido.
El fast fashion no se
En el otro extremo de H&M o Mango lanzan colecciones cápsula para mascotas: suéteres de temporada, juguetes con estampados tendencia y accesorios listos para Instagram. Su estrategia es clara: democratizar la moda pet y subirse a la ola de consumo masivo con lanzamientos express según estación o evento (Navidad, San Valentín, invierno…).
�� Insight: En fast fashion, la clave es la rotación constante y la temporalidad.
Cuando el aire se vuelve fresco y los árboles se tiñen de tonos cálidos, empieza la temporada perfecta para viajar con la mejor compañía posible: la que nunca te deja solo, aunque tenga cuatro patas. El otoño tiene algo especial. Es la luz dorada que se filtra entre las ramas, el crujir de las hojas secas bajo tus pies —y las patas de tu perro—, el olor a leña encendida que se escapa de alguna chimenea cercana. Es una estación que invita a bajar el ritmo, a disfrutar los paisajes sin prisa y a crear momentos que se vuelven memorias eternas. Y hoy, viajar en otoño ya no es solo un placer para los humanos: es también un regalo para las mascotas, gracias a la creciente oferta de experiencias pet friendly que combina naturaleza, hospitalidad y estilo.
En destinos como Valle de Bravo, en el Estado de México, el paisaje se transforma en un lienzo de ocres, dorados y rojos. Aquí, hoteles boutique como El Santuario Resort & Spa no solo aceptan masco tas: las reciben con cama propia, tazones de diseño y un menú de snacks saludables.
Por la mañana, nada como recorrer los senderos hacia La Peña, donde la vista del lago se vuelve aún más espectacular en esta época. Y si eres de los que buscan una dosis de aventura, un paseo en kayak con tu perro equipado con chaleco salvavidas es una postal garantizada.
irresistible a café recién molido que se cuela por cada rincón. Algunos hoteles boutique como Casa Lum aceptan mascotas pequeñas, y muchas cafeterías y restaurantes cuentan con terrazas pet friendly. La experiencia se completa con excursiones a pueblos cercanos, donde la cultura, el paisaje y la hospitalidad se mezclan de forma única.
En el norte del país, la Sierra de Arteaga, en Coahuila, se viste de otoño con una gama de colores que parece pintada a mano. Aquí, las cabañas de Bosques de Monterreal reciben a huéspedes peludos con la misma calidez que a los humanos. Las caminatas por senderos cubiertos de hojas secas y las noches junto a la chimenea son la definición de escapada perfecta. Para los más activos, hay rutas de montaña y miradores donde la vista recompensa cada paso.
Más al norte, los viñedos de Querétaro viven su temporada más vibrante: la vendimia. Entre hileras de vides cargadas de uvas y mesas al aire libre, tu perro puede olfatear aromas nuevos mientras tú disfrutas una cata de vinos y quesos. Lugares como Finca Sala Vivé permiten que las mascotas acompañen a sus dueños en recorridos por jardines y terrazas, lo que convierte el plan en una experiencia compartida. Eso sí: al caer la tarde, el aire se enfría rápido; un suéter en tonos tierra para tu perro no es un lujo, es parte del plan.
Si buscas un destino con más historia y atmósfera bohemia, San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, ofrece calles empedradas, fachadas de colores intensos y ese aroma i
Viajar en otoño con tu mascota también es un ejercicio de planeación. No olvides empacar lo esencial: un suéter o impermeable para él, botitas protectoras para terrenos húmedos, una manta ligera para descansos y su snack bag con premios naturales. Y, por supuesto, la correa, porque aunque muchos destinos ofrecen espacios abiertos, la seguridad siempre es prioridad.
Más allá de la logística, lo que hace especial a estos viajes es la forma en que conectas con tu mascota. En cada parada, cada sendero y cada café al aire libre, tu perro comparte tu curiosidad por lo nuevo y tu disfrute por lo simple. Y si eres de los que documentan cada momento, las redes sociales estarán de tu lado: según estudios de marketing digital, las publicaciones de viajes con mascotas generan hasta un 350% más de interacción que las fotos de viajes convencionales. El otoño es fotogénico por sí mismo, pero con tu mascota como protagonista, se convierte en contenido irresistible Así que este año, deja que las hojas caigan, que el viento refresque tu rostro y que tu mascota marque el ritmo del viaje. Porque en otoño, más que llegar a un destino, se trata de disfrutar el camino… y de las huellas que ambos dejarán juntos.
Si tu perro pudiera enviarte mensajes de texto, probablemente tu celular estaría lleno de notificaciones como “ya volviste?”, “te extraño” o “vamos al parque”. Pero como no puede escribir ni hablar, se comunica con gestos, miradas y pequeños rituales que, si sabes leer, cuentan todo lo que siente. Aquí reunimos diez frases que tu perro querría decirte cada día… y que van mucho más allá de un simple ladrido.
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Eres mi mundo entero
No importa si tu día fue bueno o malo: para él, tu llegada a casa siempre es la mejor parte. Su cola moviéndose como un metrónomo acelerado es la prueba.
Soy tu familia
No le pidas comportarse como una persona, pero trátalo como un miembro más de tu círculo. Él te dará lo mismo: lealtad, compañía y amor incondicional.
Quiero que seas paciente
Un perro no nace sabiendo dónde ir al baño o cómo sentarse a la primera orden. Detrás de cada comportamiento hay aprendizaje, tiempo y constancia.
Entiendo más de lo que crees
Puede que no sepa lo que significa “hipoteca” o “reunión de Zoom”, pero capta el tono de tu voz y el lenguaje de tu cuerpo. Los perros interpretan nuestras emociones con una precisión casi mágica.
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Me gusta cuando me hablas Aunque no entienda cada palabra, la cadencia de tu voz lo calma. Algunos estudios muestran que hablarles con un tono suave reduce su estrés y fortalece el vínculo.
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Me preocupo por ti
Si alguna vez tu perro se queda mirándote fijamente, quieto y en silencio, no es raro: está leyendo si estás bien. Algunos incluso detectan cambios de salud o ánimo antes que tú mismo.
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Necesito moverme Por más cómodo que sea tu sillón, tu perro necesita ejercicio diario para mantenerse sano física y mentalmente. Un paseo no es solo actividad: es aventura, exploración y socialización.
En el mundo felino, el verdadero lujo no está en un collar con diamantes (aunque no se rechaza) sino en la forma de caminar, de mirar y de reclamar su lugar como si el sofá entero le perteneciera… porque, seamos sinceros, sí le pertenece. Este manual reúne los principios esenciales para que todo michi, desde el más callejero hasta el más aristocat, alcance ese nivel de sofisticación que hace suspirar a humanos y otros felinos por igual.
Capítulo 2: Elegir trono
Un gato sofisticado nunca irrumpe: desfila. La cola alta, los pasos suaves, la mirada directa… como si el pasillo fuera uNo se trata de dónde se sienta un gato, sino de dónde decide sentarse. Silla tapizada en terciopelo, cojín mullido junto a la ventana o directamente sobre la laptop encendida del humano.
Capítulo 4: El arte de entrar a una habitación
Un paladar exigente distingue entre comida premium y croquetas genéricas a un solo olfateo. El gato sofisticado sabe apreciar un snack liofilizado de salmón o un paté gourmet. Si no es digno de Instagram, no es digno de su plato.
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La Navidad llega como un perfume familiar: a canela, a luces encendidas y a risas que llenan la casa. Para nosotros es la época de abrazar, de reencontrarnos, de preparar ese banquete que solo ocurre una vez al año. Pero para tu mascota, es una temporada llena de estímulos nuevos, olores irresistibles y, si se lo permites, un sinfín de momentos para compartir. Imagina el árbol recién montado: las luces parpadean, las cintas se mueven con cada corriente de aire y el olor del pino inunda la sala. Tu perro se acerca curioso, olfatea cada esfera como si fueran tesoros escon didos; tu gato, en cambio, lo observa desde lejos, calculando el momento exacto para trepar como si fuera su jungla personal. En ambos casos, la Navidad es una aventura.
Los humanos nos reunimos alrededor de la mesa, pero las masco tas buscan su propio lugar en la celebración. Un rincón mullido cerca del calor, una manta que huela a hogar, una galleta especial hecha para ellos. No es cuestión de vestirlos con un suéter rojo —aunque admitamos que les queda irresistible— sino de hacerlos parte del ritual: dejar que huelan el envoltorio de los regalos, que acompañen en las caminatas de invierno, que reciban también ese pequeño obsequio envuelto en papel brillante. La música, las visitas, el bullicio… para algunos animales, todo eso puede ser abrumador. Y ahí está el equilibrio: celebrar sin olvidar que su bienestar es parte de la fiesta. Un espacio tranquilo donde puedan retirarse, agua fresca siempre a mano y, sobre todo, tu presencia. Porque para ellos, no hay regalo más grande que saber que sigues ahí, entre tantas luces y ruidos.
La magia navideña, esa que nos recuerda que el tiempo juntos es el verdadero lujo, también se refleja en sus ojos. No entienden de calendarios ni de fechas, pero sienten que algo especial ocurre cuando la casa se llena de aromas dulces y voces alegres. En esos días de invierno, los paseos se vuelven más lentos, las siestas más largas y las miradas más cómplices. Y así, mientras afuera cae la noche fría, tu mascota se acurruca a tu lado. Entre el crujir del papel de regalo y el tintinear de las copas, respira hondo, como si supiera que en ese instante todo está bien. Tal vez para ti la Navidad signifique luces y villancicos; para ellos, significa lo mismo que todos los días del año: tú.
Porque la Navidad, al final, es también un juego de pequeños rituales que ellos aprenden a reconocer. El sonido de las cajas que se abren, el aroma del pavo que se escapa desde la cocina, la alfombra nueva que llega para recibir a los invitados… todo se convierte en parte de su propio mapa de recuerdos. Tal vez no sepan qué es un regalo, pero reconocen el brillo en tu voz cuando les hablas, la risa que compartes con los demás y el cariño que les reservas incluso en medio de tantas distracciones.
Hay algo profundamente conmovedor en ver cómo las mascotas, con su lógica simple y su afecto constante, nos devuelven a lo esencial. No necesitan la foto perfecta para redes sociales ni el adorno más costoso; su felicidad cabe en un abrazo prolongado, en un paseo bajo las luces de la calle, en el calor de tu mano mientras la chimenea crepita. En una temporada en la que solemos obsesionarnos con lo que falta, ellos nos recuerdan que lo importante ya está aquí.
La rutina diaria suele ser un torbellino: alarmas, trabajo, tráfico, compromisos… y, entre todo eso, pocas veces nos detenemos a respirar. Es aquí donde las mascotas entran en escena con un poder silencioso: transformar nuestro bienestar de formas que muchas veces pasan desapercibidas. Desde un simple roce de su cabeza hasta un paseo por el parque, la convivencia con ellos activa beneficios físicos, mentales y emocionales que la ciencia empieza a documentar con entusiasmo.
Estudios recientes demuestran que acariciar a un perro o un gato reduce significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta la liberación de oxitocina, la llamada “hormona del amor”. Cada caricia, cada lamido, cada abrazo peludo funciona como una mini-terapia, capaz de calmar la ansiedad, disminuir la presión arterial y fomentar un sentimiento general de tranquilidad. Es un efecto inmediato que, sumado a la compañía constante, se convierte en un antídoto natural contra la tensión diaria.
Pero los beneficios no se quedan solo en lo físico. La presen cia de una mascota incentiva la actividad: caminar con tu perro varias veces al día o jugar con tu gato en casa mantiene el cuerpo en movimiento y, al mismo tiempo, fortalece el vínculo emocional. La rutina de cuidados —alimentación, limpieza, juego— también impone un ritmo que, sin darnos cuenta, estructura nuestros días y mejora la salud mental. Tener a alguien que dependa de ti ofrece propósito y reduce sentimientos de soledad o aislamiento, especialmente en épocas difíciles.
Las mascotas son maestros de la empatía. Su sensibilidad a nuestras emociones permite que actúen como espejos silenciosos: si estás triste, se acercan; si estás feliz, celebran contigo. En terapias asistidas con animales, esta conexión se vuelve explícita: pacientes que conviven con perros o gatos muestran avances en la recu peración de depresión, estrés postraumático y problemas de socialización. Incluso en entor nos hospitalarios, la interacción con mascotas reduce la percepción de dolor y hace que los procedimientos médicos sean menos intimi dantes.
Además, no podemos olvidar el impacto social. Sacar a pasear al perro o llevarlo a un parque genera encuentros inesperados, conversaciones casuales y vínculos comunita rios que amplían nuestra red de apoyo social. La mascota actúa como un catalizador natural de relaciones humanas, fomentando la cone xión con otras personas y fortaleciendo nuestro sentido de pertenencia.
La simple rutina de compartir espacios, momen tos de juego y siestas conjuntas refuerza la sensa ción de seguridad y estabilidad emocional. Incluso observar cómo tu gato se acomoda en tu regazo o cómo tu perro espera paciente la hora de la caminata diaria puede ser un recordatorio silencioso de que la vida tiene pequeños placeres que no requieren planifica ción ni grandes inversiones.vvvconvives con un animal,
perro espera paciente la hora de la caminata diaria puede ser un recordatorio silencioso de que la vida tiene pequeños placeres que no requieren planificación ni grandes inversiones.
Y más allá de lo emocional, la convivencia constante con animales desarrolla habilidades de responsabilidad y atención que impactan de manera positiva nuestra vida cotidiana. Aprender a interpretar sus señales, responder a sus necesidades y anticiparse a su comportamiento genera paciencia, empatía y una capacidad de observación que se traslada a nuestras relaciones humanas.
Al final del día, la terapia con patas no requiere citas, horarios ni inscripciones: solo requiere presencia, atención y cariño. Esa mirada que te sigue por la casa, esa cola que se mueve con entusiasmo al verte o ese ronroneo suave mientras te recuestas en el sofá son recordatorios de que el bienestar también puede llegar en silencio, sin palabras, y
A veces, la convivencia con nuestras mascotas parece un misterio sin resolver. Ellos llegan con patas, bigotes y una personalidad que desafía la lógica humana. Pero hay pequeños trucos, gestos sencillos y hábitos cotidianos que pueden hacer la vida más fácil y divertida tanto para ellos como para nosotros. Estos “pet hacks” no son solo soluciones prácticas: son maneras de fortalecer el vínculo y de convertir lo cotidiano en momentos de alegría compartida.
Desde la forma de organizar los juguetes hasta la manera de almacenar la comida, cada detalle puede marcar la diferencia. Por ejemplo, colocar los snacks en frascos transparentes no solo mantiene la frescura, sino que también permite que tu mascota vea y olfatee su recompensa, aumentando la expectativa y la emoción. Un simple cambio en la disposición de los juguetes puede transformar un rincón aburrido en un espacio interactivo que estimula la mente y el cuerpo.
La limpieza y la higiene también se vuelven más sencillas cuando aplicamos trucos inteligentes. Usar toallitas húmedas específicas para mascotas en las patas después de un paseo o un pequeño paño húmedo en las superficies donde tu gato suele descansar puede reducir notablemente la suciedad. Incluso los productos de organización, como cajas apilables o canastas designadas para ropa de cama, juguetes y accesorios, ayudan a mantener el hogar ordenado sin sacrificar el confort del animal.
Algunos hacks van más allá de la logística y tocan la emocionalidad. Un lugar exclusivo para dormir con una manta que huela a ti no solo lo mantiene cómodo, sino que también reduce ansiedad.
No podemos olvidar la tecnología: aplicaciones que registran paseos, recordatorios de vacunas y hasta cámaras que permiten interactuar a distancia son aliados invisibles que optimizan la convivencia. Así, incluso cuando no estás en casa, tu mascota percibe tu atención y se mantiene conectada contigo.
Al final, estos trucos sencillos son mucho más que soluciones rápidas: son herramientas para vivir con más armonía, para anticipar necesidades y, sobre todo, para disfrutar cada momento. Porque una mascota feliz y bien cuidada no solo vive mejor: transforma nuestra vida en algo más ligero, más alegre y más lleno de momentos inolvidables.
Si alguna vez has pensado que conoces todo sobre tu perro o gato, quizá sea hora de descubrir que el mundo animal esconde secretos fascinantes. Desde comportamientos que parecen extraños hasta habilidades insospechadas, las mascotas nunca dejan de sorprendernos.
Conocer estas curiosidades no solo nos hace mejores dueños, sino que nos permite admirar la inteligencia, sensibi lidad y creatividad de nues tros compañeros de vida.
Por ejemplo, ¿sabías que los gatos pueden emitir más de cien tipos de sonidos distintos? Cada maullido, ronro neo o bufido tiene un significado específico que ellos utilizan para comunicarse entre ellos y con nosotros. Los perros, por su parte, tienen un olfato tan potente que pueden detectar enfermedades, cambios hormonales e incluso emociones humanas a través del olor, algo que la ciencia continúa estudiando con asombro. Algu nas conductas que parecen caprichosas tienen explicaciones sorprendentes. ¿Por qué los gatos amasan con sus patas? Es un reflejo instintivo que recuerda la niñez y sirve para marcar territorio con sus glándulas olfativas. ¿Por qué los perros giran antes de acostarse? Esta costumbre ancestral proviene de tiempos en los que debían aplastar hierba o nieve para crear un lugar cómodo y seguro para descansar.
Más allá del comportamiento, hay curiosidades anatómicas y sensoriales igualmente fascinantes. Los gatos tienen pupilas que se adaptan con precisión a la luz y un oído capaz de detectar ultrasonidos que nosotros ni imaginamos. Los perros poseen un sistema de comunicación olfativa tan refinado que pueden rastrear rutas con una precisión que supera cualquier GPS. Cada pequeño detalle de su anatomía revela que fueron diseñados para interactuar con el mundo de maneras que apenas empezamos a compren-
Y no solo eso: la relación con humanos ha potenciado ciertas habilidades. Los perros entienden gestos, tonos de voz y expresiones faciales, mientras que los gatos desarrollan la capacidad de modular sus maullidos para captar nuestra atención. Lo que parecía un misterio o un comportamiento arbitrario es, en realidad, una forma de adaptación brillante que refuerza el vínculo con
Estas curiosidades nos recuerdan que la vida con mascotas es un aprendizaje constante. Cada mirada, cada gesto y cada comportamiento es un pequeño recordatorio de que compartimos la existencia con seres inteligentes, sensibles y profundamente conectados con nosotros. Y aunque no puedan hablarnos con palabras, cada acción es un mensaje que merece ser descifrado y celebrado.