La Vision Cuantica en la Oscuridad La óptica cuántica demuestra la existencia de mediciones libres de interacción: la detección de objetos sin luz –o cualquier otra cosa– que los golpeen. por Paul Kwiat, Harald Weinfurter y Anton Zeilinger
E
n la mitología griega, el héroe Perseo se enfrenta a la difícil tarea de luchar contra la temida Medusa. La bestia de pelo de serpiente es tan horrible que un simple vistazo de ella convierte inmediatamente a cualquier desafortunado observador en piedra. En una versión de la historia, Perseo evita este destino mediante el uso inteligente de su escudo para reflejar la imagen de Medusa a la criatura misma, convirtiéndola en piedra. Pero, ¿y si Perseo no tuviera una armadura bien pulida? Él
presumiblemente habría sido condenado. Si cerró los ojos, no habría podido encontrar su objetivo, y el vistazo más pequeño habría permitido que un poco de luz golpeando a Medusa se reflejara en su ojo; habiendo así "visto" al monstruo, habría terminado. En el mundo de la física, esta situación podría resumirse en una afirmación aparentemente inofensiva y casi obvia hecha en 1962 por el Nobel Dennis Gabor, quien inventó la holografía. Gabor afirmó, en esencia, que no se puede
hacer ninguna observación con menos de un fotón, la partícula básica o cuántica de luz, que golpea el objeto observado. Sin embargo, en los últimos años, los físicos en el campo cada vez más extraño de la óptica cuántica han aprendido que esta afirmación no solo está lejos de ser obvia, sino que, de hecho, es incorrecta. Porque ahora sabemos cómo determinar la presencia de un objeto esencialmente sin fotones que lo hayan tocado.