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Semana 13. Relato natal

La perra “Mia”

La tarde se pinta de naranja, los gallos se despiden con su canto, el sol casi se oculta, Mia esta callada, pero no ausente. Yo regreso apresuradamente a casa después de un largo día de trabajo, Mia con sus ojos de águila, observa detenidamente mi llegada desde la terraza. Ladra y ladra para llamar mi atención.

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Llego a la terraza, al verme llegar, le digo ¡Ven! y se acerca con su limpia y profunda mirada para transmitirme su cariño puro y desinteresado, algo que solo ella y yo podemos entender. Cae la noche, la preocupación empieza ¿Qué travesuras hará Mia esta noche? Por el cansancio todos se van a descansar, caen rendidos como un bebé en un sueño profundo, mientras, la traviesa y curiosa Mia hace de las suyas. Casi amanece, el canto de los gallos se escucha. Iniciamos con una mañana radiante, sonriente y brillante, las calles de mi pueblo están completamente silenciosas. Lo que es evidente dejar de escuchar desde temprano son los ladridos de Mia, que anuncian lo ansiosa que está por salir a dar un recorrido por las calles. A los vecinos no les hace mucha gracia sus fuertes ladridos, ya que les retumba los oídos y les interrumpe el sueño. Me dispongo a cambiarme y salir con ella, pero - ¿Qué ha pasado aquí? Al parecer Mia hizo de las suyas. ¡Oh, nooo! Al parecer mordió un par de zapatos, se embarro de pintura, ya no se reconoce. Veo que tiene mucha energía, eso significa que necesita salir a caminar, correr según lo que necesite, para descargar toda la energía que tiene y sentirse libre como ave en algún lugar cercano, en algún prado, donde solo este ella y yo. Le asustan los ruidos de los carros.

Le pongo su cadena, salgo de la casa, ella con fuerza me jala, intento buscar un rumbo donde se pueda encontrar agua, mientras pienso se impacienta aún más así que mejor avanzo y avanzo, se ve que Mia estalla de alegría por salir a dar un paseo, a nuestro paso observamos, vacas, caballos, ovejas, a los que Mia le empieza a ladrar. Mas adelante se ve la gente trabajando en el campo. La gente se asombra al verla, piensan que su tamaño es enorme, otros tiemblan como una gelatina al ver sus enormes colmillos, les da miedo, piensan que en cualquier momento ese peludo se les va encima, pero, no, Mia únicamente está feliz, ella es tan dulce como la miel con las personas que conoce; pero es como un lobo feroz cuando alguien desconocido se me acerca. Para que, ella se quede calmada le tengo hablar suavemente y acariciar. Le encanta realizar actividades al aire libre, su pasión son las caminatas largas, se siente renacer entre la suave brisa de las montañas, con el cantar de los pájaros. Cuando ella escucha a lo lejos el murmullo del rio, sale como alma en pena, busca y busca hasta encontrar el agua, al encontrarlo se olvida de todo y se mete para refrescarse, al verse reflejada en el agua, trata de agarrar su reflejo con la boca, pero, se desvanece, lo persigue sin más, pero de nuevo lo pierde. Cuando se cansa de estar en el agua, corre y corre sobre el manto verde de la pradera. Regresamos a casa, espera con ansias su baño, para quedar muy guapa durante todo el día.

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Semana 14

UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ Facultad de Humanidades Profesorado de Enseñanza Media en Comunicación y Lenguaje Curso: Literatura Contemporánea

Catedrática: María Janeth Silva Cifuentes

Tema: Foro

Estudiante: María Olga Santiago Brito Carnet: 7067-21-16629 Fecha: 11 de octubre de 2021

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