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Brasil A pesar de que los nuevos contagios y fallecimientos se mantienen en niveles altos, la economía ha comenzado a recuperarse en una amplia gama de sectores y se espera que crezca un 2,6% en 2021 y un 2,2% en 2022. La actividad aún no alcanzará los niveles anteriores a la pandemia a finales de 2022. La inflación se mantendrá por debajo de la meta y la provisión abundante de liquidez, inclusive mediante una tasa de interés en mínimos históricos, apoyará la inversión. Las vulnerabilidades fiscales se han visto agravadas por las políticas que ha sido necesario adoptar como respuesta a la pandemia, al tiempo que ha aumentado la deuda pública. Si no se mantiene el reciente dinamismo de las reformas estructurales, se podría frenar la inversión y el crecimiento futuro. La fuerte respuesta adoptada en materia de política fiscal y monetaria ha logrado evitar una contracción económica más severa. Asimismo, la adopción de una prestación de emergencia temporal ha proporcionado apoyo a más de 67 millones de hogares de bajos ingresos y ha amortiguado el impacto en los ingresos de los hogares y en los niveles de pobreza. Como la recuperación llevará tiempo y es posible que parte del empleo perdido no vuelva a crearse, puede que sea necesario introducir mejoras de protección social claramente definidas. La reasignación de parte de los gastos corrientes y un aumento de la eficiencia del gasto permitirían financiar estas mejoras, reactivando al mismo tiempo el ajuste fiscal adoptado antes de la pandemia. Las reformas estructurales para fortalecer la competencia interna y externa y mejorar el entorno empresarial podrían incrementar la productividad, al tiempo que una mejora de la formación profesional permitiría que más personas aprovechen las nuevas oportunidades económicas. Se ha retirado la mayoría de las medidas de contención y los contagios se han estabilizado en niveles altos Después del primer caso de COVID-19 registrado a finales de febrero, los casos y las defunciones han ido aumentando rápidamente y Brasil se ha convertido en uno de los epicentros de la pandemia a nivel mundial. El sistema de salud se ha enfrentado a graves carencias, sobre todo en el sector público, del que dependen dos tercios de la población del país. Se han producido muchas defunciones en pacientes que estaban a la espera de ser admitidos en unidades de cuidados intensivos. Los nuevos contagios y las defunciones confirmadas por COVID-19 alcanzaron su máximo en agosto y han disminuido desde entonces, aunque siguen situándose en niveles elevados. Si bien el gobierno central no ha adoptado medidas de confinamiento obligatorio, los gobiernos estatales y municipales han mantenido cerrados muchos comercios y lugares públicos desde finales de marzo hasta julio. Estas restricciones han sido levantadas, con la excepción del cierre de muchas escuelas. Los centros educativos se están reabriendo caso por caso en todo el país, con importantes diferencias según la región, y es posible que algunos de ellos no vuelvan a abrir sus puertas durante el año escolar 2020.
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