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Para qué (no) sirve el Inai

Parafraseando a un conocido médico mexicano, podemos decir que el Inai sirve para lo que sirve, y no sirve para lo que no sirve. Y como puede ser que con esa afirmación no sea suficiente, lo explicaré con algunos ejemplos.

El Inai sirve para garantizar que tengamos acceso a la información pública, es decir, la que es generada y/o administrada por las organizaciones de gobierno, y todas las demás que operen con un presupuesto que proviene de nuestros impuestos.

Por ejemplo, sirve para que podamos saber cuánto ganan las personas que trabajan en el gobierno federal, y podamos verificar si cumplen con la ley que estipula que no deben de ganar más que el presidente de la República. De hecho, con esa información sabemos que el secretario de la Defensa Nacional gana más que el presidente.

También sirve para que conozcamos la manera en que se distribuye el presupuesto federal, para constatar si se están cumpliendo los fines de los programas sociales. Por ejemplo, con esa información sabemos que durante el actual sexenio se les han retirado apoyos gubernamentales a las familias más pobres, y se han incrementado los que reciben las más ricas.

El Inai también sirve para revisar si son válidos los criterios con los que las autoridades quieren restringir nuestro acceso a la información. Por ejemplo, le toca revisar si es válido que se reserve la información sobre la construcción del denominado tren maya, y corregir la decisión en su caso.

El Inai también sirve para obligar a que se entregue la información que permita verificar si el Estado mexicano está cumpliendo sus obligaciones en materia de derechos humanos, como hace poco que ordenó a la Secretaría de Relaciones Exteriores que entregara información sobre la contaminación de la cuenca del Lerma a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Para lo que no sirve el Inai es para que disminuya la percepción de corrupción entre la población. Por el contrario, está demostrado que cuanto mayor es la transparencia y el acceso a la información pública, mayor es la percepción de corrupción, porque la gente se da cuenta de lo que realmente pasa, y que muchas veces es (muy) diferente de lo que los funcionarios le cuentan.

De hecho, simplificando, el combate a la corrupción le corresponde a la Secretaría de la Función Pública, la prevención al sistema nacional anticorrupción, la documentación de los malos manejos de los recursos públicos a la Auditoría Superior de la Federación, la denuncia a la fiscalía anticorrupción y la sanción al Poder Judicial. Por sí solo, el Inai no sirve para evitar la corrupción, aunque sí puede ayudar a ponerla en evidencia, como cuando obliga a que se entregue la información en casos en los que se supone que ocurrió un acto de corrupción.

El Inai tampoco sirve para dar a conocer cuánto ganan y en qué gastan las empresas privadas y las personas que no tienen empleos de servicio público, salvo en el caso de lo que ganen por vender bienes o servicios a dependencias públicas. Al contrario, la obligación del Inai es evitar que esa información se difunda sin el consentimiento del titular de esa información, porque son datos personales, y su protección es un derecho humano.

Finalmente, el Inai nos sirve para que se nos entregue información y datos verificables sobre las afirmaciones mañaneras del presidente, un ejercicio que es muy importante, porque en asuntos de rendición de cuentas, la ciudadanía no está obligada a hacer acto de fe, sino que debe verificar lo que se le dice, así como preguntar sobre lo que no se le quiere informar. Y a usted, ¿para qué le puede servir el Inai?

Las Palabras Y Las Cosas

MTRO. JUAN LUIS H. GONZÁLEZ S. juanluishgonzalez@gmail.com

De caciques a caciques

Las instituciones juegan un papel fundamental en la vida pública: asignan recursos, definen políticas, generan incentivos y propician tanto opciones como restricciones a las personas y actores políticos y económicos de su entorno. Algunas funcionan mejor que otras, en la mayoría de las ocasiones esto se debe a la visión, destreza y liderazgo de quienes las tripulan.

Bajo esa perspectiva, la Universidad de Guadalajara, en la era de Raúl Padilla López, ocupó un espacio prominente en la construcción del modelo social que vivimos hasta hoy en la ciudad y el estado. La UdeG del Licenciado insidió –quizá como ninguna otra universidad pública estatal–en el diseño no solo de nuestra vida cultural, sino también en la construcción de buena parte de los escenarios políticos que se configuraron a lo largo de poco más de 30 años.

La Feria Internacional del Libro, la muestra de cine, los auditorios, teatros, foros y una vida cultural y artística muy activa contribuyeron, sin duda, a darle un rostro diferente a nuestras comunidades locales que, todavía a inicios de la década de 1990, debatían en la oscuridad las agendas que incomodaban el statu quo jalisquillo. Raúl Padilla López fue un líder moral o un cacique, ese no es el debate, lo importante es que a pesar de que supo sacar provecho personal de sus circunstancias, también tuvo la capacidad de leer los tiempos del mundo, del país y de la ciudad para crear y construir referentes que difícilmente se avizoraban en el panorama local y que perdurarán de forma diacrónica. Entre el político y el promo-

Raúl Padilla López fue un líder moral o un cacique, ese no es el debate, lo importante es que a pesar de que supo sacar provecho personal de sus circunstancias, también tuvo la capacidad de leer los tiempos y construir referentes tor cultural, sin duda, me quedo con el segundo. Pero, seamos honestos, el grueso de políticos, gobernantes y “líderes” que han ejercido influencia en los asuntos públicos de Jalisco han pasado a la historia sin pena ni gloria, aumentando considerablemente sus cuentas bancarias y dejando muy poco a la sociedad. En el caso de Raúl Padilla el saldo parece favorable, aportó mucho más de lo que “nos quitó”. Digamos que fue un cacicazgo muy productivo. Por otra parte, el Licenciado ejerció el poder en todos los sentidos y a todos los niveles, haciendo a un lado los frenos y contrapesos institucionales de la Universidad de Guadalajara; él “sugería” el funcionamiento general del sistema político de la casa de estudios, “opinaba” respecto a quiénes debían ocupar los cargos más importantes, “aconsejaba” cuáles eran los momentos idóneos para que la institución asumiera posturas críticas o llevara la guerra en paz; el Licenciado incidía en la vida interna de los gremios, en el comportamiento de la vida académica y las finanzas. Los rectores generales fueron, en muchas ocasiones, un simple brazo ejecutor de sus planes y proyectos.

Desde que asumió el cargo de rector, Raúl Padilla modeló la universidad, le imprimió su estilo y su visión y, luego de 30 años de funcionar bajo esa lógica, la segunda casa de estudios más importante del país comienza una transición que tendrá muchos costos, pero también beneficios.

Si bien Raúl Padilla transformó una comunidad estudiantil liderada por matones y gánsters en una de líderes de papel, sometidos a sus designios y convirtió una universidad sobre ideologizada en una comunidad plural, hoy parece que el gran reto es que esos frenos y contrapesos internos funcionen de verdad, que la universidad se respete a sí misma como institución diversa, plural y abierta, que las y los estudiantes se expresen con libertad en los órganos de representación y que los sindicatos de profesores y trabajadores actúen bajo su propia convicción.

El reto es enorme en todos los sentidos y, como siempre sucede en los procesos de cambio, no existe un perfil como el de Padilla en el aparato universitario. No hay un funcionario o político con su visión, su capacidad de control, su sagacidad para anticiparse a las coyunturas políticas y su arrojo. Su historia nos deja muy claro que en la vida y, sobre todo, en la política, hay de caciques a caciques.

¿Recuerdan la denuncia penal por despojo que presentaron las empresas Operadora Hotelera de Salamanca (OHS) y Hoteles Riviera Deluxe contra tres estudiantes de la Universidad de Guadalajara (UdeG) que participaron en la instalación de un campamento llamado Parque Resistencia Huentitán? Pues, ándenle, las escrituras públicas confirman que ese predio destinado a la inmobiliaria Iconia es propiedad ¡del Ayuntamiento de Guadalajara!

¿Recuerdan que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez aseguró que no tenía vela en el entierro y que se trata de un pleito entre particulares, entre los estudiantes y las empresas?, en realidad resultó falso porque el predio supuestamente despojado no era de las empresas, sino del Municipio. ¿A poco no tenía nada que ver quien fue alcalde tapatío, validó el traspaso de derechos irregular, es el mandamás de la Fiscalía que detuvo a los tres estudiantes de la UdeG, con la que ha estado en pleito? La mano negra se requeteasoma.

¿El gobierno de Alfaro celebrando que seis de cada 10 jaliscienses se sienten inseguros? Sí, celebró que seis de cada 10 se sientan inseguros en Jalisco. Esto es menos que siete y por eso casi destapan una botella de champaña. En un comunicado presumieron este nivel de percepción de inseguridad como el menor en los últimos años y destacaron su disque estrategia.

Decimos dizque porque siete de cada 10 jaliscienses que participaron en la Encuesta de Seguridad Pública Urbana dijeron ¿hay estrategia? Es decir, no la conocen ni se nota. Además, arriba de 95 por ciento dijo que Alfaro al frente de la atención de la seguridad no da confianza en lo más mínimo.

Nunca estuvo más encarnizada la disputa por El Cielo. La novedad de esta querella por la estación de transferencia provisional de basura que tiene Tonalá en el predio de nombre tan etéreo, contigua a un fraccionamiento tan pobre que su nombre también parece broma, Jauja, es que finalmente notificaron al alcalde Sergio Chávez de la suspensión definitiva que concedió a favor de un vecino la jueza primero de distrito.

Pero al alcalde no va a cerrar la estación porque colapsaría el sistema de recolección y disposición de basura del municipio de medio millón de habitantes.

Pero su interpretación también tiene, o parece tener, un soporte jurídico: los abogados municipales le han asegurado que en los 10 días de plazo que les da la ley para cumplir o inconformarse, demostrarán que dicha suspensión no procede. Veremos, pues, qué sucede. v v v

Ignoramos a qué santo tendrán que rezar los damnificados de las explosiones del 22 de abril de 1992, porque desde el gobierno estatal insisten que no los están perjudicando. Eso dicen. La cosa es que Enrique Ibarra Pedroza, secretario general de Gobierno, insistió que no estarán recibiendo menos recursos y que no es cierto que resulten afectados.

Peeeeeero lo que no han reconocido las autoridades estatales es que, haciendo cuentas, las víctimas de la tragedia sí recibirán menos de la mitad que el aumento del año pasado. Lo que pasa es que no quieren hablar con números en la mano, porque se les descubriría la mentira.

La segunda reforma a la Ley de Pensiones no llega a sumar acuerdos porque los trabajadores no quieren perder los beneficios obtenidos y acusan que sólo se está simulando que los consultaron, cuando no hay propuestas claras sobre los beneficios a obtener. Una propuesta del Colectivo Prodefensa es que quienes ganan más de 100 mil pesos mensuales no se jubilen, porque son los que han desfalcado al instituto. Y tienen razón, porque nadie debería estarles pagando esos sueldos, sobre todo cuando son cargos de elección popular. Ya ordeñaron mucho la ubre del erario y quieren seguirlo haciendo ad infinitum

JESSICA PILAR PÉREZ

jessipilar@gmail.com

Los sueños de Lemus

Apenas cumplió Pablo Lemus Navarro un año como alcalde de Guadalajara y ya presume sueños que no logró convertir en realidades en cuanto al Centro Histórico y los libros.

El año de Guadalajara, Capital Mundial del Libro ya se acabó. Este 22 de abril debe pasar la estafeta a la ciudad africana de Acra y aunque generó muchas expectativas, al final hubo muchos comentarios de que quedó a deber y para muestra algunos botones.

Para rendir su informe de actividades estuvo a inicios de la semana en la sede de la UNESCO en París, Francia, después de tomarse dos semanas de vacaciones, y ahí fue donde presumió un corredor literario que no existe y quedó en un sueño.

Con mucha seguridad expuso que los 2.6 kilómetros peatonales de Paseo Alcalde se convirtieron en un corredor literario y de arte urbano, según el audio compartido por la oficina de Comunicación Social para documentar este encuentro; un sitio donde la gente lee en las bancas, está lleno de librerías y de arte urbano.

“Decidimos hacer ahí un corredor literario de 2.6 kilómetros. Tú puedes caminar por, nosotros le llamamos Paseo Alcalde, a este espacio público (…) esto que pareciera un espacio hermoso, pero abandonado en donde no había personas, hoy luce pletórico, lleno de librerías, cafés, de arte urbano, la gente leyendo en el espacio público, jugando ajedrez, gozando de los monumentos históricos de nuestra ciudad, y esto se lo debemos en mucho a Guadalajara, Capital Mundial del Libro, por eso nuestro agradecimiento a la UNESCO”, afirmó durante el informe.

La realidad es que se trata de un corredor que fomenta la dinámica social, donde la gente lo recorre para ir de un lado a otro, ya sea de manera peatonal o con bicicleta, scooter o patines, pero está lejos de ser un corredor de lectura.

Presumió que hay 86 puntos wifi de acceso gratuito y en los cuales se pueden descargar 13 mil títulos de libros: sin embargo, no hubo la difusión adecuada para que la gente lo supiera. Las placas con la información han desaparecido y los 20 buzones literarios instalados para el intercambio de libros están vacíos. Fracasó.

En la práctica no funcionó el dejar un libro y llevarse otro porque actualmente sólo cuentan con folletos, libros de propaganda, panfletos o revistas de las que nadie quiere leer y sólo hacen bulto o están vacíos. Lo bueno es que aún existen y puede retomarse.

También destacó la instalación de bancas con forma de libro abierto, hechas de fibra de vidrio intervenidos por artistas tapatíos, las cuales son visibles y llaman la atención para tomarse la fotografía del recuerdo, pero resultan incómodas para permanecer mucho tiempo en ellas o para leer.

Habló de festivales, encuentros con escritores, talleres, conferencias, charlas, en total 2 mil 600 actividades que se desarrollaron tanto en el Centro Histórico como en universidades públicas y privadas, bibliotecas municipales, escuelas y algunos museos. Hubo muchos eventos, pero que pocos conocieron pese a tener una página web de consulta, la mayoría de la convocatoria respondió a un público cautivo.

A este evento le faltaron muchas cosas, quizás la más importante fue contagiar la emoción de ser la capital mundial de libro y ofrecer el evento gancho, ése del cual estaríamos todos hablando y presumiendo con fotografías en redes sociales, o del que nos lamentaríamos porque no haber asistido.

A este sueño le faltó pasión y amor para que todos hablaran de él, y se quedó en actividades dispersas que algunos recuerdan y otros no relacionan con este nombramiento, y con ciertos talleres que no terminaron siendo lo prometido.

Aquí sí hubo dinero, 100 millones de pesos, que no logró despertar el interés de la mayoría de los tapatíos.

Este sueño del corredor literario, lleno de librerías y con gente leyendo en las bancas lo sigo esperando, me sumo a que exista. Y por cierto, los jugadores de ajedrez están desde hace años ocupando el espacio público, antes lo hacían en las escaleras de la presidencia municipal y ahora ya tienen un lugar en Paseo Alcalde, pero ninguna otra atención.

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