} Fachada del museo Istambul Modern.
} Los puestos de comida callejeros están por toda la ciudad.
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también actividades que ningún visitante puede dejar de experimentar en esta ciudad para conocer el pulso del Estambul de hoy, donde junto con los bares más modernos y las galerías de arte contemporáneo se siguen conservando tradiciones milenarias. El Barrio del bazar, aledaño a la zona de Sultanhamed,dondeseconcentranlosedificios históricos más famosos de la ciudad, es el ideal para pasar un día a la turca. Una visita que puede comenzar en Eminuo, en la plaza junto a la Mezquita Nueva y el Mercado de las especias. Todos los ferries y el tranvía paran allí, y también se puede llegar cruzando el puente Gálata. Es unazonapopularybulliciosa.Enestazona se venden bocadillos de sardinas y pescado por 4 liras (2,5 dólares) exquisitos, una buena opción para tomar fuerzas. Más pequeño, pero también más barato y auténtico, el Bazar de las especias es conocidoporvenderproductosdealimentación y en concreto las especias que llegan de oriente y que convirtieron en su día a esta ciudad en el centro mundial de este comercio. Hoy sus pequeños comercios con pirámides de especias de colores vivos son una de las fotos más buscadas por los visitantes. 32 ❘ RUTASON
} Las Cisternas Basílicas.
Lospacksconpimientasvariadas,comino, azafrán y otros condimentos son un souvenir demandado y original para llevarse de vuelta. Y de ahí al Gran Bazar, donde se concentran 4400 comercios. Pero además todo el barrio cuenta con miles de comercios más, ya que todas las calles entre ambos bazares son prácticamente un centro comercial al aire libre en el que cualquier cosa se puede encontrar.
} Imagen típica del Bazar de las Especias.
Dedicar un tiempo a ver y comparar en varias tiendas es imprescindible, y no sólo porque sea la manera de conseguir el mejor precio, también para conocer la dinámica del regateo. Los precios para los turistas suelen estar muy inflados, por lo que si un producto interesa hay que responder con una contraoferta que sea la mitad del precio. También suele ser buena táctica no preguntar el coste de un producto para no mostrar demasiado interés y esperar a que el vendedor nos lo diga motu proprio. Aunque en otros lugares pueda ser una ofensa, en Estambul no lo es. Al contrario, los mercaderes esperan y disfrutan con el regateo. Telas,jabones,alfombras,especias,tés,joyería y artículos de cuero son algunos de los productos típicos del bazar. Hay que tener en cuenta que el sábado por la tarde y el domingo muchas tiendas cierran, por lo que la oferta es menor. Y tras comprar, regatear y callejear por el inmenso barrio del Bazar, una actividad tan divertida y como fatigosa, tomar un baño turco es una buena opción. Aunque hay muchos Hamman por la ciudad, justo al lado del Gran Bazar, frente a la columna de Cemberlitas que el emperador Constantino mandó construir cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del