NOCHEPOLAR 55

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che viaje revoluciones

érase una vez

El Che

De tu querida presencia (*) Aquel viaje, el 1ro de su vida pública, traería hasta nuestras latitudes a un joven Ernesto Guevara de la Serna. Aquel viaje, se nos entrega dócil prueba que nos permite entonces la vanidosa exageración de concluir que hay algo de la Patagonia en la revolución del Che. POR JIMENA MASCARÓ

ILUSTRACIÓN DE DAMIÁN DE AMICIS

Aquí se queda la clara “El camino serpentea entre los cerros bajos que apenas señalan el comienzo de la gran cordillera y va bajando pronunciadamente hasta desembocar en el pueblo (..). Sobre la estrecha lengua de 500 metros de ancho por 35 kilómetros de largo que es el lago Lacar, con sus azules profundos y los verdes amarillentos de las laderas que allí mueren se tiende el pueblo, vencedor de todas las dificultades climáticas y de medios de transporte, el día que fue “descubierto” como lugar de turismo y quedara asegurada su subsistencia”.

Con estas palabras Ernesto Guevara haría saltar a la inmortalidad su viaje por la Patagonia. Comenzaba el 1952 y Guevara y Granado —y la Ponderosa (su moto viajera)—, llegaron hambrientos y cansados a San Martín de los Andes. El intendente del Parque Nacional Lanín que según el mismísimo revolucionario “es muy gaucho y muy preocupado por la conservación de la flora y la fauna” les brindó alojamiento en un galpón destinado a guardar el pasto para los animales. En “La Pastera” encontraron casa y comida. Casa, comida y a Don Pedro Olate:“que es un poema folclórico (…) Le

gusta la charla y el tintillo, y nos quería retener a toda costa. Dormimos allí. Al amanecer con una mochila de víveres salimos a conocer el lago Lácar (…). Ya en su primer día de descanso se toparían con este encantador personaje “un gordo de 140kg bien medido y una cara a prueba de balas” que los trató con mucha amabilidad, dándoles permiso para cocinar en su cuchitril. Los aventureros durmieron en la paja del galpón, abrigados y cómodos. Después de varios días de recorrer la zona reiniciaron el viaje con rumbo a Bariloche.

(Che Guevara, Notas de viaje. Enero 1952).

En 1952 Ernesto Guevara realizó con Alberto Granado el primero de sus dos viajes internacionales por América. Entre sus paradas, estuvo San Martín de los Andes. El intendente del Parque Nacional les brindó alojamiento en un galpón destinado a guardar el pasto para los animales. Tiempo después y por una iniciativa de los trabajadores del Parque Nacional y del sindicato Asociación Trabajadores del Estado (ATE) se dispuso hacer del galpón un espacio de homenaje al revolucionario argentino. La Pastera, así se denominó el museo que en la actualidad se ha transformado en un importante agente social de la Región.

NP55 JUNIO2013


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