Tema 1

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TEMA 1 CARACTERÍSTICAS DE LAS ACCIONES TUTORIALES EN FORMACIÓN PROFESIONAL PARA EL EMPLEO.

1. PLAN TUTORIAL: ESTRATEGIAS Y ESTILOS DE TUTORÍA Y ORIENTACIÓN SEGÚN MODALIDAD DE FORMACIÓN. Una de las acciones indispensables en los procesos de enseñanza y aprendizaje es la interacción didáctica mediada, entendida esta, como la acción que se ejerce recíprocamente entre el docente y los estudiantes, o entre ellos mismos, a través de medios de comunicación, cuya finalidad es la de propiciar la construcción de aprendizajes significativos. Este tipo de interacción implica la realización de determinadas actividades por parte del docente que conocemos como autorización del aprendizaje. (DEFINICIÓN)

La interacción didáctica en la enseñanza presencial se lleva a cabo en el aula y la comunicación interpersonal se caracteriza por ser cara a cara. En cambio, en la educación a distancia se efectúa en espacios y tiempos diferentes con apoyo de diversos medios de comunicación.

La figura del formador tanto a nivel presencial como en distancia o en una fórmula mixta la denominaremos,

por

tanto,

Tutor.

Otros

autores

la

consideran

como

consejeros,

acompañantes, mentores, facilitadores, etc, pero lo importante es el rol que se atribuye en los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

La palabra tutor significa persona que asiste, que está al lado de alguien. Dados sus conocimientos sobre algún tema puede aconsejar o ilustrar a la persona que forma.

En términos generales podemos decir que un tutor en el ámbito educativo, es un especialista que ayuda, acompaña o guía a los estudiantes con la intención de que construyan sus propios conocimientos.


La función principal de un docente en la educación a distancia es la Tutoría. Acción que lleva a cabo el docente experto en los contenidos de una materia. Se centra principalmente en que el estudiante alcance los objetivos de aprendizaje, a través de las actividades y evaluación de los conocimientos adquiridos durante el estudio de un curso, semestre, trimestre, etc. Por lo tanto, el estudiante tendrá tantos asesores como asignaturas integren el plan de estudios.

El tutor es quien acompaña al estudiante en su proceso de aprendizaje, facilitándole estrategias que le permitan adquirir habilidades y competencias para aprender mejor. (DEFINICIÓN) Este último generalmente es psicólogo, psicopedagogo o profesar quien acompaña al estudiante durante todo su trayecto educativo, y su función principal es estimular el desarrollo de las capacidades del estudiante y enriquecer su práctica educativa. Con su acompañamiento el estudiante puede detectar y aprovechar sus potencialidades, desarrollar su capacidad crítica e innovadora y mejorar su desempeño académico para aplicarlo en su vida cotidiana. En esta función tutorial no se incluyen sólo las cuestiones relacionadas con los contenidos de las diferentes asignaturas, sino también en las de orientación didáctica, cuestiones técnicas y en muchos casos, en situaciones personales (psicológicas).

Llamaremos tutoría al conjunto de acciones educativas que realiza el docente-asesor, utilizando diversos medios de comunicación. Centrando su atención y acción en el alumnado para apoyarlo en su desarrollo académico, profesional y personal, durante su permanencia en una acción formativa. (DEFINICIÓN)

La tutoría puede verse desde diferentes aspectos como: metodología, técnica, proceso, estrategia, etc., pero su principal finalidad es ayudar y reforzar el proceso de aprendizaje y garantizar el seguimiento de cada alumno. Constituye un espacio de educación en el que se atienden las características particulares, individuales o de grupo. La interacción didáctica a través de medios de comunicación, tiene como objetivo entre otras cosas, disminuir la sensación de aislamiento y soledad que se presenta en algunos alumnos.

En la tutoría el alumnado deposita en el docente, su confianza, intimidad, deseos, anhelos, aciertos y errores. Las características ideales del tutor suponen una persona íntegra, cabal, incapaz de utilizar esas confidencias y conocimientos tan personales, en detrimento del mismo o de un tercero.


El desarrollo de la tutoría asegura que la educación sea verdaderamente integral y personalizada y no reducida a una simple instrucción. Además tiene sentido porque está centrada en el alumnado, no en los problemas o tareas, es decir, en el proceso de desarrollo personal, tanto en lo afectivo como en lo académico. Se procura que el grupo aprenda en un ambiente de confianza, ser escuchados, atendidos y orientados en los diferentes aspectos de su vida personal, mediante la promoción de espacios de interacción social y de comunicación personalizada.

En resumen, la función principal de la tutoría es ayudar y reforzar el proceso de aprendizaje y autodidactismo en el alumnado, nunca como una acción transmisora de información que lleve a relaciones de dependencia, sino en propiciar todos los recursos y asistencia personalizada que faciliten el aprendizaje autónomo.

De manera concreta la tutoría se centra en:

Atender los aspectos del desarrollo, maduración personal y académica. Así como el proceso de aprendizaje del alumnado, tanto de manera individual como grupal.

Orientar de manera continua al alumno sobre su proceso de aprendizaje.

Dirigir y dar seguimiento a la construcción de conocimientos del alumnado.

Apoyar en aspectos cognitivos y afectivos durante el proceso de aprendizaje, para que el alumno se sienta acompañado.

Desarrollar en los alumnos la capacidad crítica y creadora.

Fomentar su rendimiento académico.


Perfeccionar su evolución social y personal.

Estimular las potencialidades para el aprendizaje y el desempeño profesional, tanto de

los tutores como de los estudiantes.

Elevar la calidad del proceso formativo en el ámbito de la construcción de valores, actitudes y hábitos positivos.

Promover el desarrollo de habilidades intelectuales en los alumnos, mediante la utilización de estrategias de atención personalizada.

TIPOS DE TUTORÍAS Si un formador a distancia piensa utilizar la tutoría para apoyar su práctica docente, es importante que conozca los diferentes tipos que existen. Dependiendo de la situación en la que se encuentre, podrá seleccionar la que más se adecue a sus necesidades y a las de sus alumnos. La presentación de las distintas modalidades de la asesoría se han clasificado en: individual y grupal; presencial y distancia y esta última, de acuerdo al medio de comunicación que se utiliza para la interacción didáctica entre el alumnado y el tutor o entre ellos mismos (alumno-alumno).

Tutoría individual. La tutoría individual se caracteriza por la atención personalizada que proporciona el docenteasesor a un estudiante para establecer una interacción didáctica. Esta puede ser cara a cara o a distancia.

Esta tutoría se sugiere debe ser expedita y oportuna. En ella se establecen relaciones de confianza para reforzar la autoestima y seguridad personal del alumnado. Significa una magnífica oportunidad para propiciar la capacidad de pensar por sí mismo y encontrar soluciones a los problemas o dificultades que se le presenten durante el aprendizaje.


En este tipo de tutorías es muy importante tener cuidado en la forma de cómo se conduce el tutor, puesto que las actitudes negativas pueden afectar la interacción y el avance del alumnado. Tenemos como ejemplos: actitudes negativas, autoritarismo, actitudes paternalistas o punitivas, hablar demasiado, no saber escuchar al alumnado en el momento que lo necesita, etc. Esto provoca o refuerza en el alumno actitudes de sumisión, pasividad y dependencia. Este tipo de asesoría pone a prueba las actitudes y las habilidades humanas y psicopedagógicas del tutor.

Tutoría grupal. En la tutoría grupal, como su nombre indica, el tutor interactúa con un grupo de alumnos, puede realizarse de manera presencial o a distancia. Requiere de planificación previa, donde se establecen fechas de reunión (presencial o virtual), horario y temas a discutir.

Este tipo de tutoría exige que el tutor cuente con determinados conocimientos y habilidades sobre la dinámica y dirección de grupos, manejo de recursos didácticos y medios de comunicación. Además promueve la formación de actitudes sociales en los alumnos, tales como liderazgo, la exposición en público, atención a los demás, habilidades de discusión, trabajo colaborativo, entre otros.

La tutoría grupal también presenta una buena oportunidad para generar espacios de aprendizaje, ya sean presenciales o virtuales, con pequeños grupos, cuya intención principal es que los alumnos generen su propia autogestión de asesoría, es decir, que entre ellos mismos resuelvan los problemas o dificultades que se les presenten. Se encamina a que los alumnos acudan al tutor únicamente si el grupo n puede resolver el problema o duda que están enfrentando.

Tutoría presencial. La tutoría presencial es aquella que se realiza cara a cara entre el alumno o alumnos y el tutor, en el mismo espacio físico y mismo tiempo. Estas tutorías pueden llevarse a cabo a solicitud del estudiante o se establecen días y horarios para aclarar dudas o comentar sobre los


contenidos de las materias, materiales didácticos impresos o multimedia, realización de actividades, etc.

Esta tutoría puede realizarse de manera individual o grupal, cuyos objetivos principales son: •

Orientar a los alumnos para superar dudas u otras inquietudes derivadas del aprendizaje y de los materiales didácticos.

Motivar y reforzar el estudio independiente.

Propiciar y motivar el trabajo colaborativo.

Apoyar el trabajo, discusiones, análisis de casos u otras experiencias del grupo.

Intercambiar experiencias entre los alumnos o entre ellos y el tutor.

Mantener situaciones de comunicación interpersonal afectiva entre el alumnado y el tutor.

Dar seguimiento en la realización de ejercicios, actividades de aprendizaje, solución de problemas. Propiciar que los alumnos pongan en práctica los conocimientos adquiridos.

Apoyar y reforzar los temas o contenidos estudiados con materiales multimedia, conferencias, entrevistas con especialistas, etc.

Verificar que los materiales tanto escritos, como audiovisuales sean comprensibles, precisos, concretos y atractivos.


Promover actividades orientadas a la formación integral (humanística, cultural, recreativa, etc.).

La tutoría presencial, como cualquier estrategia educativa, tiene sus ventajas y limitaciones. Ventajas: •

Dada la inmediatez en la respuesta permite que se vuelva dinámica y flexible, a diferencia de la que se realiza a distancia.

Facilita y agiliza la emisión de información, así como las relaciones sociales.

Permite un “feedback” o apoyo inmediato.

Es fundamental para propiciar aprendizajes que requieren de la adquisición de habilidades y destrezas psicomotoras.

Le permite al asesor tener mayor seguridad y objetividad en los procesos de evaluación, ya que los estudiantes se encuentran en el mismo espacio y tiempo.

Facilita y asegura el aprendizaje de los diferentes tipos de conocimientos: conceptuales, procedimentales y actitudinales (sociales y afectivos)

Promueve la adquisición de los diferentes tipos de aprendizajes: significativos, por recepción y por descubrimiento.

Limitaciones:


Propicia que el tutor “imparta clases” como en el sistema presencial tradicional. Es decir, que exponga sus temas y que los alumnos únicamente escuchen o participen ocasionalmente

Requiere que el tutor domine diversas habilidades pedagógicas como dinámicas y técnicas de grupo; técnicas de entrevista grupal; manejo de diversos recursos de aprendizaje, uso de medios telemáticos, entre otras.

Los alumnos pueden asociar la tutoría con la evaluación, ya que son ellos los que tienen que llevar sus dudas a la sesión, y el tutor sólo dará respuesta a estas.

Si los alumnos son tímidos y no se establece la asesoría como obligatoria, es muy posible que prefieran no utilizarla para no ser expuestos ante los demás.

Tutoría a distancia. La asesoría a distancia está dirigida a los alumnos que participan de acciones online o semipresenciales. Las herramientas telemáticas son el medio o recurso para desarrollar la tutoría (como el correo electrónico) y facilitan la interacción didáctica entre el tutor y el allumno.

La tutoría didáctica a distancia es la acción que realiza el tutor con los alumnos en diferentes espacios. También puede ser en tiempo real o diferido, por medio de diferentes servicios de internet: del foro de discusión o correo electrónico, teléfono, videoconferencia, etc.

A continuación presentamos algunos tipos de tutorías, de acuerdo al medio de comunicación que utilizan. Incluimos tres tipos de tutorías a distancia: la epistolar, es decir, a través del correo postal o electrónico, la telefónica y la telemática a través de chat.

Tutoría escrita por correspondencia (Epistolar)


En este tipo de tutoría se establece el contacto personal a través de la palabra escrita, es decir, por medio de una carta o documento escrito ya sea por parte del alumno o del tutor. Esta puede ser a través del correo postal o, fundamentalmente, electrónico.

La tutoría por correo postal es bastante antigua, es considerada como la más utilizada desde hace varias décadas, ya que no requiere de tecnologías y técnicas sofisticadas. Permite la atención individualizada y personal con expresiones que dan confianza y familiaridad entre el estudiante y el asesor. Con el uso del correo electrónico este tipo de asesoría se ha vuelto más rápida y efectiva. Quedando obsoleta la de correo postal.

Su eficacia radica en el buen uso que haga el tutor de este medio. Con este tipo de tutoría el alumnado puede recibir información acerca de los resultados que ha obtenido; respuestas aclaratorias a dudas y dificultades técnicas, identificadas durante el estudio. También la tutoría epistolar puede ayudar sobre cómo estudiar, cómo acercarse a los contenidos o fuentes de consulta, aspectos administrativos u organizacionales del programa o sistema de educación a distancia. Desde luego esta tutoría también es empleada para aconsejar al estudiante en temas estrictamente personales que, de alguna manera, pueden afectar su rendimiento académico.

Los objetivos principales de la tutoría por correo electrónico son: •

Superar casi todas las distancias para llegar de manera personal a cada alumno.

Mantener contacto permanente con el alumno.

Contribuye a que el alumno desarrolle habilidades para comunicarse a través de la palabra escrita.

Además con este tipo de tutorías se puede realizar las siguientes acciones: •

Enviar una carta o mensaje (individual o a un grupo de alumnos) para la presentación del tutor, bienvenida al curso o módulo, proporcionar información y orientaciones sobre la forma como se va a trabajar.


Para establecer calendario y horario de tutorías de apoyo, ya sean presenciales o virtuales, a través de chat o videoconferencia, para tratar aspectos generales.

Notificar de alguna modificación en la programación o en el desarrollo curricular de la materia o curso.

Informar sobre las fechas de entrega de los trabajos obligatorios.

Enviar circulares, boletines, informaciones de la institución, etc., para promover el sentido de pertenencia. Con esto se pretende reducir la deserción y el sentimiento de aislamiento y soledad.

También este tipo de asesorías tiene sus ventajas y limitaciones. Ventajas: •

La atención que se proporciona es de manera individual. Algunas personas que reciben este tipo de asesorías se siente importantes y reconocidas.

La interacción didáctica queda registrada, tanto la del tutor como la del alumnado. Esto facilita que se pueda hacer seguimiento del mismo y apreciar el desarrollo gradual de su proceso formativo y éste pueda volver sobre las instrucciones que le envía el tutor.

Posibilita la comparación entre instrucciones y resultados, los cuales se convierten en criterios de evaluación permanente, permitiendo con ello, que el alumno juzgue su propio avance.

Aunque en muchas ocasiones se dice que la comunicación escrita es “fría”, la manera como el tutor realice su acción docente (la tutoría) se verá reflejada en el acercamiento o aislamiento del alumnado. Esta puede volverla afectiva, calurosa y motivar a los


alumnos a que expresen sus inquietudes y expectativas con espontaneidad y seguridad.

Además de las orientaciones producidas o creadas por el tutor, se puede adjuntar información, como conferencias escritas, audio, video, etc.

Cuando los alumnos se han organizado en comunidades virtuales de aprendizaje, la tutoría escrita puede también orientarse al grupo.

Limitaciones: •

Requiere que el tutor posea habilidades para comunicarse por escrito, de manera concreta, clara y precisa, sin olvidar el aspecto afectivo para motivar al alumno.

El tutor puede a veces no responder inmediatamente a las demandas de sus alumnos, provocando con ello ansiedad y desconcierto.

El alumno requiere de habilidades y técnicas para comunicarse por escrito y recibir la tutoría de la misma manera.

En caso de correo postal, las distancias y la ineficiencia del sistema de correos provoca que haya demora en la respuesta y, en ocasiones, la pérdida o robo de los materiales.

Como se puede ver son más las ventajas que las limitaciones de este tipo de tutoría. Posiblemente esto justifique que sea la más utilizada en los sistemas de educación a distancia.

Tutoría telefónica Este tipo de tutoría a distancia utiliza el teléfono para establecer la interacción didáctica entre el tutor y el alumno. El teléfono es una tecnología que corresponde a la segunda generación de la


educación a distancia. Permite un contacto auditivo personal en el mismo instante en que se establece la comunicación, sin importar la distancia geográfica.

A través del teléfono se pueden hacer consultas de diferentes temas, de carácter temático, de contenido didáctico o personal.

Este tipo de asesoría puede solicitarla cuando considere que requiere de alguna información, naturalmente ajustándose a los horarios establecidos para las tutorías telefónicas. También hay que considerar el costo de la llamada, puesto que a veces resulta imposible incluirlo en los gastos subvencionados del curso incluyendo una línea gratuita para el alumnado.

Existen muchas personas que prefieren este tipo de tutorías, puesto que desean escuchar la voz de su tutor, esto les provoca seguridad y satisfacción al ser atendidos.

La tutoría telefónica puede ser grupal o personal y tiene las siguientes características: •

La personal se refiere a la conversación telefónica que todos utilizamos, es decir, persona a persona, cuya intención es guiar el aprendizaje.

También puede ser el tutor con un grupo de alumnos reunidos en un aula, oficina u otro sitio de estudio, a través de un teléfono con manos libres, en donde todos escuchan las indicaciones del tutor, y este a su vez, escucha las participaciones de sus alumnos.

Algunas instituciones educativas cuentan con sistemas muy sofisticados, por los cuales el tutor establece comunicación con varios alumnos desde varios teléfonos (tipo audioconferencia)

De la misma manera que los otros tipos de tutoría, la telefónica presenta algunas ventajas y limitaciones. Ventajas:


La comunicación se establece de manera inmediata.

La interacción didáctica es personalizada.

Se resuelven las dudas e inquietudes, casi siempre en el mismo instante que se plantean.

El alumno siente que el tutor le está prestando atención e importancia.

Fomenta la relación personal entre tutor y alumnado.

Ayuda a superar las dificultades de comunicación que se pueden presentar, cuando se hace cara a cara o en grupo.

Es un buen vehículo para que la institución dé seguimiento a los alumnos, sobre todo aquellos que se encuentran rezagados o que se han mantenido distantes.

Los costos de tutoría se reducen, puesto que es más barata una llamada telefónica que una clase presencial

Es una excelente ayuda cuando el alumno se encuentra en un lugar muy alejado, enfermo o con cualquier otro impedimento para viajar a la institución, para recibir la tutoría.

Limitaciones: •

Hay problemas técnicos que a veces se presentan en los teléfonos y que impiden o frustran la comunicación.

El valor de la llamada puede ser costoso se trata de una comunicación entre ciudades alejadas y no se controla el tiempo.

Crea alguna restricción emocional al no poder hablar con libertad y amplitud.

Hay temas y otros aspectos difíciles de explicar por teléfono.

Exige habilidades tanto del tutor como del alumno para expresarse a través de la palabra hablada.

Existen zonas o regiones donde los teléfonos son escasos o no existen.

No se puede lograr la comunicación siempre que se quiere ya que las instituciones, el tutor y las empresas de teléfonos tienen horarios para las tutorías ya establecidos


Tutoría a través de chat. Las tutorías a través de chat cada vez son más comunes, puesto que requiere de diversas habilidades por parte del tutor y de los alumnos. Se debe evitar que se utilice el chat más como entretenimiento que como un recurso de comunicación para establecer una interacción didáctica con su tutor y compañeros de curso.

Este tipo de tutoría tiene elementos de la tutoría epistolar y la telefónica, puesto que a través de la palabra escrita se establece la interacción didáctica, pero igual que por teléfono la respuesta es inmediata.

Para desarrollar esta tutoría es necesario que el tutor domine las siguientes habilidades: •

Manejo de la herramienta, conocimiento y utilización del chat.

Habilidad para escribir en el teclado, de manera rápida y precisa.

Habilidad para expresarse a través de la palabra escrita de manera correcta.

Poseer la capacidad de síntesis.

Capacidad para el manejo de grupos.

Este tipo de tutorías también hay que planearlas con antelación, es decir, establecer calendario y horarios de sesiones, además de incluir algún tema y objetivo específico de discusión. Puede ser individual o grupal. En caso de que se realice de manera grupal, se recomienda la participación máxima de ocho estudiantes, aunque la realidad implica muchos más y hay que adaptarse.

Este tipo de tutoría a través de chat tiene las siguientes ventajas y limitaciones. Ventajas:

La interacción se lleva a cabo de manera inmediata

El diálogo que se establece es personalizado.


Las dudas e inquietudes se resuelven en el mismo instante que se plantean

En caso de ser una sesión de chat con un solo alumno, este siente que el tutor,

únicamente le está prestando atención a él y a nadie más. •

En caso de ser una sesión grupal, todos pueden conocer los puntos de vista de sus compañeros sobre un mismo tema, duda o evaluación.

Fomenta la relación personal entre tutor y alumnado.

Se pueden superar algunos problemas de comunicación que se presentan en las tutorías presenciales, como la timidez y la inseguridad.

Es una excelente ayuda cuando el alumno requiere de una respuesta inmediata y se encuentra en un lugar alejado.

Limitaciones: •

El desconocimiento del manejo del chat puede provocar frustración y rechazo a la tecnología.

Debido a que no se recomiendan grandes textos, el alumno se siente restringido para presentar ampliamente sus dudas e ideas.

Existen temas difíciles de explicar a través del texto.

Exige habilidades tecnológicas y de redacción, tanto del tutor como del alumnado.

No siempre se coincide en tiempo, puesto que debemos tomar en cuenta los husos horarios, para establecer la comunicación.

Otros tipos de tutorías son las que utilizan los foros de discusión, la videoconferencia…

Para profundizar más: www.unesco.org/education/pdf/53_21.pdf.

La tutoría es una estrategia de gran utilidad, puesto que nos permite interactuar con el alumnado sin importar el tiempo y el espacio. Es necesario que los alumnos y los tutores se capaciten en el uso de las tecnologías de la información y comunicación, ya que esto abre las


fronteras del conocimiento y permite interactuar con personas que se encuentren en diferentes puntos del planeta. Esto enriquece el bagaje.

Una buena acción tutorial debe cumplir con los siguientes factores y características: -Factor 1. Se refiere a la función de la acción tutorial que facilita la integración del alumno en el grupo clase.

-Factor 2. Se refiere a la función de la acción tutorial que contribuye a la personalización de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

-Factor 3. Se refiere a la función tutorial que coordina los procesos de evaluación de los alumnos.

-Factor 4. Se refiere a la función tutorial que favorece los procesos de maduración vocacional y de orientación académica y profesional.

-Factor 5. Se refiere a la función tutorial que desarrolla y aplica técnicas de trabajo intelectual.

-Factor 6. Se refiere a la función tutorial que fomenta el desarrollo de actitudes participativas y solidarias.

-Factor 7. Se refiere a la función tutorial de adquirir y consolidar las habilidades personales y sociales.

-Factor 8. Se refiere a la función tutorial de contribuir al establecimiento de relaciones fluidas.


-Factor 9. Se refiere a la función de programar líneas comunes de acción con los diversos tutores y formadores.

-Factor 10. Se refiere a la función tutorial que coordina las respuestas a las dificultades de aprendizaje de los alumnos.

-Característica 1. Se refiere a la característica de la acción tutorial: “debe ser funcional”, es decir, que en la tutoría se aprenden cosas útiles y se pueden poner en práctica en casos concretos.

-Característica 2. Se refiere a la característica de la acción tutorial “debe ser cercana”, es decir, lo que se aprende en la tutoría está en relación con las cosas que se ven cada día y ayudan a resolver problemas muy cercanos.

-Característica3. Se refiere a la característica de la acción tutorial “debe ser interesante”, es decir, se tratan temas relacionados con intereses e inquietudes de los alumnos, concretos y poco teóricos y aplicaciones prácticas para la vida diaria.

-Característica 4. Se refiere a la característica de la acción tutorial “debe ser divertida”, es decir, es amena en los contenidos tratados.

-Característica 5. Se refiere a la característica de la acción tutorial “debe ser interactiva”, es decir, se busca el interés y la participación de los alumnos.

-Característica 6. Se refiere a la característica de la acción tutorial “debe estar adaptada a las nuevas tecnologías”, es decir, se utiliza material audiovisual, ordenadores y medios informáticos.


-Característica 7. Se refiere a la característica de la acción tutorial “debe ser dinámica”, es decir, promueve el debate y el diálogo, utiliza técnicas de grupo y se fomenta la participación de todos los alumnos.

-Característica 8. Se refiere a la característica de la acción tutorial “debe ser innovadora”, es decir, se realizan evaluaciones iniciales para ver los temas que se tratarán en tutoría, se tratan temas de actualidad y novedosos.

-Característica 9. Se refiere a la característica de la acción tutorial “debe ser socioeducativa”, es decir, promueve el voluntariado y las acciones de ayudas sociales y comunitarias.

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE AUTÓNOMO El reto de cultivar habilidades en los alumnos para dirigir su propio aprendizaje, y que tomen mayor conciencia de su forma de aprender y los factores que pueden incidir en este proceso, para que puedan lograr la mejora continua de su aprendizaje, en suma, sepan aprender a aprender que no es nada fácil. Sin embargo, si defendemos un concepto de formación que debe acompañarnos a lo largo de toda la vida, se hace imprescindible.

Definiremos la esencia de aprender por uno mismo y cómo el papel del formador, lejos de estar ausente, es un gran activo que dinamiza, acompaña, orienta y guía al alumnado hacia los objetivos marcados.

Dotar a las personas de unas estrategias que les permitan aprender de forma autónoma, tratándose de un alumnado adulto se convierte en una de las funciones prioritarias de cualquier profesional de la Formación Profesional para el Empleo.

CONCEPTOS CLAVE PARA EL APRENDIZAJE AUTÓNOMO.


El aprendizaje autónomo es un proceso en el cual las personas asumen la iniciativa, con o sin la ayuda de otras, en el diagnóstico de sus necesidades de aprendizaje, la formulación de sus objetivos, la identificación de los recursos necesarios para aprender, la elección y aplicación de las estrategias adecuadas y la evaluación de los resultados de su aprendizaje.

Para llevar a cabo este tipo de aprendizaje son necesarios unos requisitos previos:

-Disposición: una motivación intrínseca por aprender a superar las dificultades. Cuando uno reconoce que lo que va a hacer es importante, no se escatiman esfuerzos. Debe ser además una persona creativa y capaz de elaborar su propio conocimiento, habilidades del todo necesarias para conseguir su objetivo con éxito.

-Responsabilidad personal: tener voluntad y ganas, saber cómo aprender para llevar el proceso a la práctica de la mejor forma posible.

-Claridad en sus objetivos: tener las expectativas bien definidas y bien claras para saber exactamente hacia donde ir y cómo llegar.

-Conocer sus propios estilos de aprendizaje: tener claro cómo aprendemos mejor y que estrategias nos funcionan es indispensable para aprender de forma autónoma.

-Emplear diversos medios como revistas, libros, entrevistas, TICs…, la variedad de recursos favorece el aprendizaje y la motivación siempre que se parta de una adecuada selección de los mismos.

El alumnado debe tener unas estrategias de aprendizaje adecuadas, es decir, ha de “aprender a aprender”. Esto implica plantear estilos de aprendizaje no basados en las clases magistrales, sino en métodos más activos y cooperativos, en los que el papel del docente se basa más en la tutoría y el seguimiento continuado que en la transmisión de conocimiento.


“Aprender a aprender” supone:

Saber por qué es importante aprender de forma autónoma y plantearnos una actitud positiva al respecto.

Comprender nuestra capacidad de aprendizaje.

Ser capaces de definir nuestros objetivos y metas.

Organizar y utilizar nuestro tiempo de forma correcta.

Aprender de forma significativa.

Utilizar todos los recursos disponibles a nuestro alcance, incluidas las TICS.

Las consecuencias de este tipo de aprendizaje implican una actitud positiva por parte del profesorado y del alumnado, y más trabajo y esfuerzo para ambos. Este aumento de trabajo queda, no obstante, justificado por las ventajas que proporciona y que podríamos resumir en:

Aumento de la motivación, al ser partícipe del propio proceso de aprendizaje.

Se adquiere mayor seguridad.

Se favorece la reflexión y el pensamiento crítico.


Se desarrollan competencias genéricas aplicables a otros ámbitos de la vida (buscar, organizar, analizar…)

Se favorece la responsabilidad y “autorregulación”.

Se refuerza la relación docente-alumnado por su función orientadora.

APRENDIZAJE AUTÓNOMA Y FORMACIÓN ONLINE. En la actualidad los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan al desafío de utilizar las tecnologías de la información y la comunicación para proveer a sus alumnos con las herramientas y conocimientos necesarios que se requieren en el siglo XXI. En 1998, el Informe Mundial sobre la Educación de la UNESCO “los docentes y la enseñanza en un mundo en mutación” describió el impacto de las TICs en los métodos convencionales de enseñanza y de aprendizaje, augurando también la transformación del proceso de enseñanza-aprendizaje y la forma en que docentes y alumnos acceden al conocimiento y la información.

Al respecto, la UNESCO en 2004 señala que en el área educativa, los objetivos estratégicos apuntan a mejorar la calidad de la educación por medio de la diversificación de contenidos y métodos, promover la experimentación, la innovación, la difusión y el uso compartido de información y de buenas prácticas, la formación de comunidades de aprendizaje y estimular un diálogo fluido sobre las políticas a seguir. Con la llegada de las tecnologías, el énfasis de la profesión docente está cambiando desde un enfoque centrado en el profesor que se basa en prácticas alrededor de la pizarra y el discurso, basado en clases magistrales, hacia una formación centrada principalmente en el alumno dentro de un entorno interactivo de aprendizaje.

Las TICs han abierto nuevas posibilidades para la enseñanza y el aprendizaje, aportando diferentes recursos y soportes que facilitan el acceso a la formación para todas aquellas personas que por diversos motivos no pueden acceder a una metodología de enseñanza de forma presencial. Hoy en día, todo sucede más rápido, no disponemos de tiempo para nada, queremos hacer más y más cosas. Además de nuestro trabajo, queremos estudiar, hacer


deporte, estar con los amigos, la familia, etc. Esto nos lleva a que en muchas ocasiones tengamos que recurrir a estudiar por nuestra cuenta a distancia, apareciendo de este modo una de las modalidades de aprendizaje autónomo como solución a la situación actual de aumento de la demanda social de educación. Queremos y debemos estar preparados, pero no disponemos de tiempo, ni para asistir a clase, ni en algunas ocasiones, para los desplazamientos. Otro elemento importante que impulsa al aprendizaje autónomo es que la población está dispersa geográficamente y no todos residimos en una localidad o zona donde podamos asistir a clases del tema que nos interesa. La evolución de los aspectos técnicos, económicos, sociales y laborales también afectan al mundo de la formación, no sólo por la necesidad de reciclaje de los profesionales que necesitan incorporar estos cambios a su vida laboral, sino también por la aplicación de las nuevas tecnologías multimedia y de entornos virtuales para la transmisión de esta formación.

El e-learning es el vehículo de transmisión que proporcionará este nuevo proceso de formación. La informática ha revolucionado el mundo de la formación a distancia convirtiéndose en un instrumento pedagógico y, a través del uso del ordenador y de las telecomunicaciones, se ha desarrollado una nueva modalidad de “asistir a clase”.

Las ventajas del aprendizaje autónomo a través de las tecnologías de la información son:

Diversificación de la oferta de formación.

Mayor accesibilidad para todos los ciudadanos.

Costes más bajos

No hay desplazamientos

Flexibilidad de organización para el alumno.


Posibilidad de alternar estudio y trabajo.

Algunos inconvenientes son: •

No todos los alumnos saben planificarse adecuadamente.

El feedback entre los participantes es más difícil.

La interacción con otros alumnos es más complicada.

Puede haber más abandonos.

Se necesita conocimientos previos de informática.

La Comunidad Europea, los países, instituciones y empresas han hecho una fuerte apuesta en este campo. Para ello, las instituciones y centros educativos deben desarrollar vías de integración de las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de formación. Pero si la utilización de estas nuevas tecnologías es importante, no lo es menos los procesos de aprendizaje que se han de aplicar. Se ha de integrar las estrategias de aprendizaje autónomo en la formación a distancia para la consecución de los objetivos formativos.

Conociendo las características de este sistema de aprendizaje, es importante elaborar la estructura del programa, los contenidos y los materiales para conseguir el mayor rendimiento y participación de los alumnos. Y si las estrategias a utilizar son fundamentales, no menos importante es la función del docente-tutor.


LA FIGURA DEL TUTOR PRESENCIAL Y EN LÍNEA. La docencia bajo aprendizaje autónomo, obviamente no es directa, como en la enseñanza tradicional, lo que le confiere una serie de peculiaridades si la comparamos con la modalidad presencial tradicional; esto determina que el docente se transforma en una figura más parecida a un tutor. La función docente se centra fundamentalmente en una serie de tareas que pueden resumirse en dar respuesta a un objetivo claro: motivar y potenciar el aprendizaje independiente y autónomo de un adulto. Por otra parte, y debido a los requerimientos de esta modalidad, el docente, debe coordinarse con la aportación de otros profesionales como los expertos en el puesto de trabajo, planificadores, diseñadores de materiales, pedagogos, evaluadores, etc, para que el estudiante tenga las oportunidades necesarias para abordar con éxito su proceso de aprendizaje.

Los materiales de autoformación, en este caso cumplen la función de poner a disposición de los alumnos los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales necesarios para cada curso. En sí, el material didáctico cumple la función de transmisión de la ciencia, la técnica y la cultura en “estado puro”. Queda entonces destinado al papel del formador/tutor la tarea de motivar, fomentar el sentido crítico en el estudiante y la posibilidad de aplicar los conocimientos adquiridos. Para ello el formador/tutor debe orientar y ayudar básicamente.

FUNCIONES Y RELACIONES CON EL ALUMNADO. El profesor o formador es el responsable del proceso una vez que los materiales didácticos han sido diseñados. En líneas generales el docente debe marcar el nivel de exigencia que se reclame al alumnado, en función de los objetivos que se persiguen. A nivel operativo, el docente debe planificar su trabajo de manera que pueda anticiparse a los problemas o necesidades del alumno, teniendo en cuenta todos los condicionantes conocidos para esta modalidad de formación. Por otra parte las nuevas tecnologías de la información y la comunicación cobran mucha utilidad para la docencia, ya que permiten el contacto y la comunicación de manera más ágil


entre docente y estudiante. Por ello es conveniente familiarizarse con el uso de este tipo de tecnologías que pueden facilitar mucho la labor docente.

Según Schlosser y Anderson (1993) las nuevas habilidades que debe dominar un tutor deben ser las siguientes: •

Entender la naturaleza y filosofía del aprendizaje autónomo.

Identificar las características de los alumnos que aprenden físicamente separados del docente.

Idear y desarrollar cursos interactivos adaptados a las nuevas tecnologías.

Adaptar las estrategias de enseñanza al modo de entrega en las modalidades no presenciales.

Organizar los recursos instruccionales en un formato apropiado para el estudio independiente.

Formarse y practicar en el uso de nuevas tecnologías.

Implicarse en la organización, planificación colaborativa y toma de decisiones en las acciones formativas aportando sugerencias como experto.

Evaluar los logros de los distintos estudiantes, sus actitudes y percepciones.

La población adulta presenta en mayor medida características diferenciales, cada individuo representa un cúmulo de circunstancias y motivaciones distintas, con lo que los programas


autoformativos han de responder a este hecho en su concepción. Y el formador-tutor debe proporcionar el protagonismo en proceso de aprendizaje al alumnado, esto es, si de hecho la figura central del proceso es la persona que enseña en la formación convencional, el paradigma de autoformación pone un mayor énfasis en centrase en la figura de la persona que aprende, sobre todo a nivel de motivación intrínseca como factor determinante para el éxito de este tipo de programas.

La medida de contraste de este tipo de formación, es la eficacia alcanzada con respecto a la práctica laboral. En los programas autoformativos, el elemento práctico no es siempre posible desarrollarlo a través del programa, con lo que hay que recurrir al contexto de la práctica laboral para determinar su eficacia. Por lo que el docente-tutor procurará vincular los programas formativos necesariamente a la realidad laboral del individuo. Esta premisa determina el elemento contextual de la formación, que en este tipo de paradigma formativo no siempre está presente en el seguimiento del programa, al poder ser desarrollado en medios físicamente distintos del laboral y tiempos no necesariamente ligados al de la jornada de trabajo.

El formador como tal, a parte de ser conocedor de los principios didácticos y teorías del aprendizaje adulto, debe saber seleccionar los contenidos de los cursos, organizarlos de forma coherente, teniendo siempre presente la consecución de los objetivos que el alumno debe alcanzar. Si nos adentráramos en el mundo del aprendizaje autónomo y nos preguntaran si este tipo de aprendizaje se puede realizar sin formadores, más de una persona respondería a voz de pronto, que el papel del docente no es estrictamente necesario. Pero en el proceso de enseñanza y aprendizaje es importante que la figura docente exista y realice sus funciones de la forma que corresponda a cada tipo de formación. Ha de ir acompañando al alumnado, guiándole y motivándole, valorando sus logros y ayudándole a ver dónde puede mejorar. En definitiva, ha de estimular el aprendizaje de cada uno de los alumnos.

En el aprendizaje autónomo el papel del profesor cambia de ser un transmisor de información a ser el guía-orientador que ayuda al alumnado a construir su propio conocimiento. Su función es la de facilitar el aprendizaje, enseñando el utilizar los recursos y herramientas necesarias para la exploración y elaboración de nuevos conocimientos y destrezas, así como el crecimiento personal.


Según S. Goodlad, todo formador ha de tener en cuenta cuatro dimensiones básicas para que haya una interiorización del proceso de aprendizaje. Se ha de trabajar tanto la parte intelectual como la práctica, así como la personal y la social para que dicho proceso esté completo.

Por tanto, los tutores deben ser personas con gran capacidad de escucha, que sepan estimular la actitud crítica constructiva del alumnado y que sepan también ayudarle a plantear los problemas en base a datos objetivos y no a sentimientos, que sean buenos comunicadores, que se adapten con facilidad a los distintos alumnos y de mentalidad abierta para aceptar sugerencias.

Además de estas funciones, el docente que actúa como tutor en el aprendizaje autónomo ha de: •

Tener una actitud positiva hacia este tipo de aprendizaje.

Realizar un seguimiento tutorial continuado e intensivo.

Asumir que este tipo de actuación requiere más esfuerzo que las clases magistrales.

Que ha de motivar constantemente al alumnado.

Ha de acompañar constantemente al alumnado en el proceso, orientando la búsqueda del propio conocimiento.

Ha de proponer planes de trabajo claros y bien estructurados.

Ha de definir de antemano los niveles de exigencia.


Realizará un proceso de evaluación continuado.

Definirá previamente los sistemas de evaluación o productos finales.

Podemos concluir resumiendo las funciones básicas de formador-tutor del siguiente modo:

1. Como orientador: -

Aconseja y ayuda en la toma de decisiones.

-

Ayuda a canalizar situaciones novedosas para el alumnado.

-

Estimula la búsqueda de soluciones en las situaciones conflictivas.

2. Como preparador: -

Facilita al alumnado herramientas de trabajo para enfrentarse a diversas situaciones: utilización correcta de los recursos materiales.

-

Le ayuda a planificar su trabajo

-

Fomenta la creación de hábitos

-

Provoca en ellos el conocimiento y la reflexión sobre la acción

3. Como facilitador: -

Ayuda al alumnado a tener inferencias encaminadas a un conocimiento, a modificar concepciones erróneas, a descubrir los elementos que intervienen en la acción formativa.

-

Les ayuda a orientar teoría y práctica.

-

Les ayuda a integrar los nuevos conocimientos en los que ya tienen.

4. Como motivador: -

Mantiene en el alumnado el interés y el entusiasmo por la tarea que en cada momento realizan.


-

Suministra el feedback positivo que les ayude a forjar un equilibrado autoconcepto profesional y les refuerza en los momentos de decaimiento, al tiempo que también les aporta el feedback negativo que les permite modificar el comportamiento no aconsejable.

5. Como evaluador: -

Valora el proceso de trabajo y el “producto”.

-

Participa en la evaluación global de carácter formativo y sumativo.

-

Permite y fomenta la autoevaluación tanto del

proceso de trabajo como del

“producto” 6. Como promotor de investigación: -

Ayuda al alumnado a generar teoría de la práctica: método inductivo.

-

Les informa sobre procedimientos de reflexión-investigación activa.

-

Promueve en el alumnado la investigación en la búsqueda de soluciones.

-

Fomenta el trabajo en equipo que permite al alumno la toma de decisiones de forma participativa.

En las relaciones entre formadores y alumnos se ha de fomentar una comunicación fluida, con un feedback constante para poder detectar cualquier problema que surja con la suficiente antelación para buscar la solución adecuada. Debe crear un ambiente de responsabilidad y a su vez de confianza.

Se ha de conseguir que el alumnado tenga acceso fácil con sus tutores, que su relación sea distendida y agradable, eso sí, sabiendo estar cada uno en su lugar sin llegar al “amiguismo” que pueda perjudicar el proceso de aprendizaje.

Relación abierta pero sin perder el rol asignado. Se ha de poder conseguir un equilibrio de relaciones para poder crear un entorno social agradable y abierto a todos los participantes.


El tutor debe estar siempre abierto a las preguntas que se le formulen, encaminando y reconduciendo las situaciones a medida que vayan surgiendo, sin olvidar que su rol es el de experto/guía. Debe conocer las características individuales de cada alumno, diagnosticando sus necesidades de formación y también de relación. Es importante crear un clima motivador, así como una buena organización que permita atender a los distintos niveles, distintos ritmos y distintas personalidades de los alumnos. Se deben seguir los objetivos marcados atendiendo a las estrategias previstas pero adecuándolas a las circunstancias de cada momento.

En las tutorías no presenciales, para que el alumno se sienta atendido, hemos de tener en cuenta lo siguiente: a) Dar respuestas rápidas a las preguntas y a los ejercicios del alumnado, ya sea a través del correo o por cualquier otro medio. Es una buena forma de crear vínculos y de desarrollar y estimular la responsabilidad personal. b) Fomentar y equilibrar la participación. Pedir comentarios y opiniones. Animar a las personas menos participativas y controlar a los que lo son en exceso para que no sean siempre el centro de atención. c) Ser paciente si se le exige rapidez de respuesta aunque el alumnado no la ponga en práctica.

ACCIÓN TUTORIAL Y HABILIDADES TUTORIALES. La función tutorial destaca por una característica fundamental, la de “fomentar el desarrollo del estudio independiente”, de esta manera el rol del tutor es el de un orientador del aprendizaje del alumno aislado, entendido no como un orientador acerca de los contenidos del curso, sino para fomentar las técnicas y mecanismos de aprendizaje más eficaces para conseguir los objetivos de la formación. Muy a menudo el esfuerzo individual y aislado del estudiante no suele ser suficiente garantía para lograr los objetivos por lo que se necesita proveer al estudiante de los apoyos necesarios para superar los obstáculos. Robinson (1981) apunta una tipología de problemas comunes a cualquier curso bajo esta modalidad de formación: -

Los referentes a la falta de hábitos de estudio que dificultarán el aprendizaje independiente.


-

Los que tienen que ver con la propia distancia que repercutirá en esa sensación de soledad y de trato impersonal que pueden llevar al desánimo.

-

Los estrictamente académicos, propios de la misma dificultad de los estudios.

Las dos primeras tipologías de problemas pueden tener una posible solución a través de dispositivos de atención y apoyo al alumno. Así pueden facilitarse programas de adquisición de técnicas de estudio, en cuanto a la propia distancia, las nuevas tecnologías pueden jugar un papel clave, ya que permite mantener un contacto entre docente y estudiante, así como entre el estudiante y otros estudiantes.

En cuanto al tercer problema, el tutor debería tener conocimientos sobre las materias que se imparten en los cursos (no es necesario ser un experto “mundial” en la materia, es suficiente con prepararse con responsabilidad) y por otra parte las técnicas de tutoría más adecuadas para el desarrollo de la función tutorial.

La función tutorial, pues, no trata de transmitir más contenidos al estudiante, sino ayudarle a superar las dificultades que plantea la actividad del estudio. Esta es el objetivo fundamental de la tutoría en las modalidades no presenciales. Para ello, debe tratar de adecuar la actividad de estudio a las características individuales de cada estudiante, mediante un proceso organizado y sistemático de apoyo individual (cada estudiante requerirá de unas actividades de apoyo y orientación distintas en cada caso). La tutoría se convierte en un elemento de apoyo al proceso de enseñanza-aprendizaje de primera magnitud para el éxito de los programas de educación a distancia, ya que es la principal vía para proveer de retroalimentación al estudiante aislado. Al tutor se le pide que alimente la comunicación interpersonal con los estudiantes para apoyarle y guiarle durante su aprendizaje.

Las tareas básicas que un buen tutor debe desempeñar podrían resumirse en: •

Exponer temas a través de la clase magistral con buenos recursos de apoyo y fomentando la participación del alumnado.


Potenciar el sentimiento de pertenencia al grupo

Reforzar la motivación ante el aprendizaje a distancia

Restar ansiedad ante la presentación de trabajos o pruebas de evaluación

Otra forma de tutorizar un curso puede ser de manera grupal. Para que sean realmente eficaces, es necesario programar las tutorías grupales con mucha antelación eligiendo bien el momento y preparándola con gran minuciosidad. La frecuencia de estos contactos debe calcularse en función de las características del curso y el grupo, así como la disponibilidad de recursos para ello en la institución, ya que este tipo de actividades encarecen el sistema de educación a distancia.

MODALIDADES DE TUTORÍA: La tutoría presencial Los tutores no son para los alumnos la fuente de información, sino ayuda para el aprendizaje. La cara a cara nunca deberían convertir al tutor en el convencional profesor. a) La tutoría individual. Las finalidades de esta modalidad de tutoría presencial son: •

Motivar, estimular y orientar al alumno para que realice sus tareas, en tanto que estudiante, a partir de su realidad personal.

Atender al alumno en aquellos problemas personales que puedan tener incidencia en la marcha de sus estudios.


Aclarar las dudas de tipo académico derivadas del estudio en las distintas áreas de conocimiento.

Informar y orientar al alumno con vistas a su promoción escolar, profesional y humana.

b) La tutoría grupal Las utilidades que pueden darse a una tutoría grupal son numerosas aunque las más claras son las siguientes: •

Exponer temas a través de la clase magistral.

Potenciar el sentimiento de pertenencia al grupo

Reforzar la motivación ante el aprendizaje a distancia

Restar ansiedad ante la presentación de trabajos o pruebas de evaluación.

La tutoría a distancia a) El correo postal y electrónico. La comunicación postal o electrónica, que tiene lugar con numerosos motivos (resolución de dudas, envío de trabajos y exámenes, etc.) conviene cuidar especialmente la diligencia en la respuesta a los alumnos, especialmente en el caso de exámenes o calificaciones, en las cuales se debe justificar claramente al alumno, el por qué de las valoraciones otorgadas, así como recomendaciones para la mejora de los resultados. Igualmente habrá que cuidar tanto el fondo como la forma de los mensajes, utilizando un estilo sencillo y amistoso, procurando que el alumno perciba que se ha comprendido la dificultad o duda planteada. De igual manera hay que destacar los aspectos a mejorar y, sobre todo, reforzar los aspectos positivos de lo que ha hecho bien. De igual manera hay que vigilar siempre que se ha respondido a todas y cada una de las dudas que plantea. Son ocasiones acertadas para utilizar este medio de comunicación: presentación


al comienzo del curso, convocatoria a reuniones presenciales o virtuales (internet), modificaciones en la programación del curso, calendario y horarios de tutoría, fechas de entrega de trabajos y exámenes, circulares, etc.

b) La tutoría telefónica Las utilidades de la tutoría telefónica son innegables (inmediatez, agilidad, evita viajes, interactividad plena, etc) aunque su uso masivo encarece notablemente los programas de educación a distancia. Para el uso de la tutoría telefónica como recurso, resulta de gran interés utilizar un protocolo para el adecuado uso de este medio en el contexto de las tutorías, para su correcto aprovechamiento.

Además de utilizarlo como medio para la resolución rápida de dudas, puede ser utilizado por el tutor para comunicar cambios urgentes en la programación del curso. Estas consideraciones pueden ser útiles también para el uso de nuevas tecnologías como la videoconferencia o comunicación por voz vía internet. También es útil este medio para evitar “abandonos” a tiempo cuando detectemos que el nivel de participación e implicación empieza a decaer.

c) La tutoría por ordenador. Son las llamadas videoconferencias o teleconferencias. Es una comunicación sincrónica, a tiempo real y bidireccional. Pueden ser individuales o grupales.

SUPERVISIÓN Y SEGUIMIENTO DEL APRENDIZAJE TUTORIAL Como resumen a los capítulos expuestos se presenta una serie de estrategias de enseñanza para favorecer un mejor proceso de aprendizaje de las personas adultas que aprenden bajo autoformación. Se podrían resumir las actuaciones técnicas de un buen tutor o docente a distancia en: 1.Planificar y organizar cuidadosamente la información y contactos con los alumnos, de manera presencial o virtual. Estas tareas deben ser diseñadas con la suficiente antelación, y dar respuesta a las preguntas de qué, cómo y cuándo enseñar, sugerir, motivar, etc.


2.Motivar para iniciar y mantener el interés por aprender. Teniendo en cuenta que el alumno a distancia estudia porque desea hacerlo, bastará con mostrarle la utilidad de determinados procesos de aprendizaje: •

Evitar la ansiedad: sugerir tiempos y ritmos de estudio

Motivación de mantenimiento: dar retroalimentación al estudiante sobre sus progresos, llamadas telefónicas, dar ánimos, elogios, selección de tareas adecuadas a su nivel y graduar su dificultad, etc.

3.Explicitar los objetivos que se pretenden alcanzar con el curso. Haciéndolos ver claramente al estudiante para que los identifique con la resolución de algún problema o necesidad de carácter profesional, personal o social. Para ello habrá que partir necesariamente de su experiencia vital previa. Igualmente el estudiante debe tener claro qué va a conseguir una vez finalizado el curso.

4.Presentar contenidos significativos y funcionales. Basados en lo que el alumno ya conoce o ha experimentado. Los contenidos deben ser percibidos como útiles por el alumno. Hay que fomentar que el estudiante identifique con claridad los conceptos e ideas clave que queremos transmitir.

5.Fomentar la participación de los estudiantes. El adulto desarrolla un mejor aprendizaje cuando es el protagonista de su propio proceso de aprendizaje. El nivel alcanzado finalmente dependerá de la dedicación, esfuerzo y compromiso del estudiante, y esta es una de las misiones del tutor.

6.Activar respuestas y fomentar un aprendizaje activo e interactivo. Dicha activación se consigue mediante las sugerencias de cómo realizar el trabajo intelectual y cómo aplicar las técnicas de estudio más eficaces, así como la resolución de ejercicios propuestos. Es la mejor manera de “activar” el aprendizaje. A mayor nivel de interactividad entre tutor y alumno, mejores resultados se obtienen, para ello las tutorías son el mecanismo clave, apoyadas en los distintos medios de comunicación disponibles en el marco de cada programa de formación no presencial.


7.Incentivar la autoformación, sin descuidar los motivadores y apoyos al aprendizaje. En esta tarea, la motivación de mantenimiento es básica, y el tutor debe fomentar las capacidades de autodirección del aprendizaje del estudiante. No obstante, no se debe olvidar que el tutor ha de facilitar el autoaprendizaje y favorecer la aplicación y transferencia de los conocimientos, mediante comentarios, sugerencias, etc. Estas intervenciones del tutor deben resultar estimulantes, cuidar la claridad lingüística, el orden, la consistencia de la comunicación, la sencillez y un estilo personal y alentador. Igualmente para estimular el aprendizaje, no hay que olvidar el respeto a los ritmos y estilos de aprender de cada alumno.

8.Potenciar el trabajo colaborativo en grupos de aprendizaje. Hay que tener presentes las posibilidades que brindan las tutorías como actividad grupal tanto si son grupos presenciales como si son grupos virtuales (nuevas tecnologías). Socializar el aprendizaje es un recurso muy útil para implicar al estudiante en su tarea a través del contacto con otros alumnos para ello deben utilizarse todas las herramientas de comunicación disponibles.

9.Facilitar la retroalimentación. Es una fuente de refuerzo al estudiante fundamental para alcanzar unos buenos resultados en formación no presencial. Además del feedback ofrecido por los materiales de autoformación, el tutor debe cuidar los tiempos de respuesta al alumno, acercándose a la máxima inmediatez para mantener los niveles de motivación. Especialmente en el caso de las pruebas de evaluación, las respuestas deben ser clarificadoras y mantener un tono personal y motivador.

10.Reforzar el autoconcepto y respetar la diversidad del grupo. Teniendo en cuenta los temores de los adultos ante procesos formativos, hay que cuidar que en ningún momento se infravalore al estudiante por ningún factor (edad, nivel educativo, etc.) Los errores que comete el adulto afectan con más intensidad a su autoestima, lo que sin duda interferirá en el aprendizaje y la motivación. Por ello hay que guardar el máximo respeto al adulto en cuanto a sus peculiaridades y ritmos de aprendizaje.

11.Promover la transferibilidad de los aprendizajes. La transferibilidad para el alumno debe ser un proceso lógico y pausado, para que perciba que es consecuencia de los


conocimientos adquiridos. Al adulto le preocupa la capacidad de integrar las ideas nuevas con los conocimientos que ya posee. Por ello el tutor tendrá que proponer actividades prácticas a los alumnos para que mediante su realización pueda transferir y aplicar los conocimientos adquiridos. Si la información que el alumno está adquiriendo se opone a lo que él tiene por cierto, la transferencia es más lenta, al igual que en el caso los aprendizajes demasiado rápidos o complejos. Por ello el tutor ha de fomentar la transferencia positiva, evitando dichas interferencias, sugiriendo las posibilidades más claras de aplicar lo aprendido, facilitando la retención.

12.Evaluar formativamente el proceso. Este mecanismo proporciona al estudiante un instrumento para poder juzgar por el mismo su nivel de aprendizaje y en caso de ser necesario reconducir su esfuerzo. No hay que olvidar que los alumnos tienden a estudiar de acuerdo con la forma en que son evaluados. Los que tienen que ver con la propia distancia que repercutirá en esa sensación de soledad y de trato impersonal que pueden llevar al desánimo. Los estrictamente académicos, propios de la misma dificultad de los estudios.

PLAN Y TÉCNICAS DE ESTUDIO Es muy importante que en el aprendizaje autónomo el formador “enseñe a aprender”. Para ello se debe proporcionar al alumno el mayor número posible de técnicas de estudio que le ayuden a mejorar el rendimiento y le faciliten el aprendizaje de los nuevos conocimientos. Estas estrategias tienen que ir acorde a las necesidades específicas individuales. Hay que tener en cuenta los factores personales, las expectativas, los objetivos, el interés y las habilidades de cada uno. Por ejemplo si se ha observado que un alumno tiene mucho poder de concentración se le aconsejará que haga resúmenes y que subraye el texto, en cambio, si es muy visual, se le aconsejará cuadros sinópticos, diagramas y mapas mentales.

El método que se utilice a la hora de estudiar es de gran importancia para la asimilación y comprensión de los contenidos.


Para estudiar es fundamental el orden y una correcta gestión del tiempo, pero también es importante identificar los distractores externos (estímulos que nos llegan a través de los sentidos y nos apartan de la concentración) para poder neutralizarlos.

Algunos ejemplos de estos distractores son: •

Visuales: colores, movimientos, brillo, exceso o falta de iluminación, etc.

Auditivos: voces, música, ruidos.

Olfativos: aromas agradables, olores desagradables.

Táctiles: silla incómoda, vibraciones, etc.

Térmicos: temperaturas extremas, humedad, etc.

Gustativos: deseos de comer o tomar algo.

Cinestésicos: deseos de moverse, de acostarse, tensión muscular (son una mezcla de internos y externos)

Sociales: ganas de conversar, de ver a alguien, o bien ser molestado por alguien que interrumpe.

Las técnicas de estudio más habituales y por orden correlativo en el tiempo son: •

Prelectura (lectura rápida)


Notas al margen (anotaciones de algo que se cree importante)

Lectura comprensiva (poniendo los cinco sentidos para entender y comprender el texto

Subrayado (para realzar las ideas importantes

Resaltar las palabras clave

Esquema (ayuda a visualizar de forma jerárquica las ideas importantes)

Resumen

Memorización/interiorización.

Para poder desarrollar la memoria se pueden hacer ejercicios de observación, atención y concentración. También se pueden utilizar reglas nemotécnicas.

Es importante hacer frecuentes pausas mientras se lee o estudia, así es más fácil recordar lo que se va aprendiendo: esto ayudará a ir recordando y enlazando ideas. Es aconsejable repetir con las propias palabras el contenido de lo que se está leyendo o estudiando para estar seguro de dominarlo.


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