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inamiento Conf absoluto
¡Confinamiento absoluto! Gritan y vociferan los medios masivos de comunicación sin dejar espacio a la comprensión y el análisis.
¡Confinamiento absoluto! retumba en las mentes de cada uno de nosotros como el tic tac incesante del reloj que no avanza ni marca un horario distinto.
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¡Confinamiento absoluto! es la frase más sonada y la más dañina en aquellas mentes que no se soportan a sí mismas, esas que están acostumbradas al bullicio y la desconexión, esas que necesitan el abrazo del alcohol en las frías noches de esta urbe desolada.
¡Confinamiento absoluto! Replican y escupen los malos dirigentes que solo piensan en su seguridad. Dicen: no se preocupen, los vamos a ayudar pero la infinita realidad es que nunca lo harán.
¿Por qué no estás confinado? le gritan y señalan al humilde pero la decisión es aberrante, Entre morir del virus o de brutal hambre.
¡Confinamiento absoluto!
¡No, no y no!
Gritan los empresarios y la “gente de bien”.
¿Cómo se les ocurre?
Grita el ilusionado trabajador que piensa en la empresa, a la cual ha dedicado la mitad de su vida, y es ella y su patrón los que ahora le dan la espalda sin pensar en su valor, o por el contrario, lo esclavizan sin dejar que diga su objeción con la clásica amenaza que ya resuena a opresión:
¡Usted verá si quiere ser un desempleado más!
¡Confinamiento absoluto!
Es un grito de oportunidad para realizar lo que siempre has pospuesto, dicen ellos, a los que no les va a faltar nada, los que tienen todas las comodidades, los que sus familiares apoyan y comprenden; mientras otros desafortunados no saben qué hacer y se encuentran desesperados, o algunas indefensas, para las cuales su hogar es sinónimo del mal.
¡Confinamiento absoluto!
Un grito que para algunos invita al amar y para otros es un constante recordar de aquella soledad, para unos la desinhibición absoluta con el ser amado que acompaña su confinamiento, y para otros el llamado a esos vicios que son necesarios para olvidar esa tremenda soledad que carcome y desgarra el alma mortal.
¡Confinamiento absoluto!
Una dura y precisa demostración de lo que no es una amistad, esa que desaparece en el momento de ayudar y olvida al que ayuda sin cuestionar.
Una oda a la verdadera amistad, esa que no se puede comprar que nos alegra en estos duros momentos y nos alivia este duro confinamiento.