
1 minute read
doce
“No recuerdo cuándo lo compré. Yo no cocino. No tengo dónde… qué bonito, y qué filoso. La verdad es que esto no está hecho para cocinar tampoco. Como ya no sé qué día es, ya ni sé de dónde aparecen muchas cosas de mi cuarto.
¿Qué podría hacer con él? A nadie le importo, ninguno de los que conocí están aquí, ni mi novia, ni mis amigos. En el fondo eso me da más tranquilidad. Un cuerpo más, un cuerpo más a la lista, o de pronto a ninguna lista.
Advertisement
Ya sé que nos buscan, antes era por lo que somos, ahora es por el riesgo de contagio. De algo me servirá, solo es cuestión de esperar…”