Gestionar el conocimiento: Estrategias de enseñanza y aprendizaje. Alfredo Gadino DE LA ESCUELA DE LA HOMOGENEIDAD A LA ESCUELA DE LA DIVERSIDAD La escuela de los años 30 o 40 era una institución llamada “clase media”. Una escuela individualista, informativa, que enseñaba mucho y reclamaba que se aprendiera mucho, una escuela que no reconocía a una élite más que por la calificación de trabajos de aula y que tampoco reconocía la necesidad de atender a los niños llamados discapacitados. El soporte psicológico era muy pobre, se privilegiaba la memorización. El vértice privilegiado del triangulo didáctico (conocimiento, alumno, docente) seguía siendo el contenido curricular. Cuando se requería actuar o emplear un procedimiento, el camino algorítmico eral e recorrido. La elaboración y empleo de un algoritmo supone que las situaciones que se van a enfrentar pueden reducirse a modelos ya conocidos, repetidos, regulados. La escuela de las primeras décadas del siglo XX, se trataba de transmitir los guiones para actuar, que los alumnos tenían que retener fielmente. Maestro que explica, alumno que entiende La evolución que experimentó la escuela fue de la escuela memorística a la escuela comprensiva. Hacia la década del 60 se inicia y se consolida un cambio importante en la función escolar, especialmente en las escuelas publicas, respondiendo al peso social y cultural. Ya no se alcanzaba con memorizar, se requería entender. Las planas caligráficas, las copias, la lectura mecánica, las largas cuentas, las composiciones se reemplazaron por trabajos de comprensión lectora, por problemas, por actividades de expresión oral. El mérito de la escuela después del medio siglo fue la preocupación por incorporar formas de razonamiento, lo que significó el respeto a la inteligencia infantil. Lo que caracteriza esta postura docente es un planteo que comienza por definir el punto de llegada, que corresponde al conocimiento de un contenido del programa escolar. Partiendo del objeto, el docente trataba de escalonar las dificultades proponiendo actividades secuenciadas, cada vez más complejas, hasta que el niño alcanzara la competencia buscada. Se trata de un proceso denominado “de arribaabajo”. Se inició un camino de búsquedas didácticas dirigidas a que el alumno común, dejara de repetir respuestas y pensara con “su cabeza”.