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La Terapia Asistida por Caballos: Un Enfoque en Expansión para la Salud Mental Juvenil
from Ed. 565
por Julie Mack, Southwest Michigan Second Wave
Este artículo son extractos del original y es parte de una serie de reportajes centrados en soluciones de Southwest Michigan Journalism Collaborative. El grupo, del cual New/Nueva Opinión hace parte, esta compuesto por 12 organizaciones regionales, está dedicado a fortalecer el periodismo local y a informar sobre respuestas exitosas a problemas sociales en el suroeste de Michigan. Esta historia ha sido financiada por la Solutions Journalism Network.
KALAMAZOO, MI —
La terapia asistida por caballos, en la que un terapeuta de salud mental capacitado utiliza caballos como parte de su tratamiento, está en auge en todo el país, especialmente en la era postCovid. Este enfoque es cada vez más relevante debido al aumento significativo en el número de niños diagnosticados con ansiedad, depresión o ambas condiciones.
Natasha Federinko, una terapeuta licenciada en Kalamazoo, ha trabajado con numerosos adolescentes que enfrentan diversas dificultades emocionales, desde el duelo por la pérdida de un ser querido hasta el trastorno de estrés postraumático. Para Federinko, el caballo se convierte en una herramienta invaluable para ayudar a estos jóvenes en crisis. “La terapia asistida por caballos no solo ayuda a construir autoestima y confianza, sino que también enseña habilidades de resolución de problemas y control de impulsos,” explica. Además, esta modalidad fomenta la conciencia emocional, lo que permite a los niños y adultos aprender a construir confianza y empatía.
Federinko comparte un ejemplo: “Hemos tenido niños que tienen dificultades en la escuela, como entrar en discusiones. Luego llegan y dicen: ‘Me enojé mucho con mi maestro’ o ‘me molestó cómo me miró un compañero’. Pero, tras trabajar con los caballos y practicar ejercicios de calma, pueden manejar esos sentimientos sin golpear o gritar. Cuando eso sucede, es una gran historia de éxito.”

El Cheff Therapeutic Riding Center en Augusta es uno de los lugares donde se implementa esta forma de terapia. Fundado en 1969 como el primer centro de equitación terapéutica en América del Norte, inicialmente se enfocaba en personas con discapacidades físicas, pero ha ampliado su programación para incluir pacientes con problemas de salud mental en los últimos años.
La terapia asistida por caballos puede adoptar diversas formas, desde sesiones individuales que incorporan técnicas tradicionales en un entorno más relajado, hasta programas grupales que abordan problemas como la ansiedad y la depresión. Federinko ha desarrollado programas como “Girlz in the Barn”, que ofrece un espacio seguro para que las adolescentes trabajen en sus emociones y habilidades sociales.
La terapia asistida por caballos no solo implica montar; también incluye el cuidado del caballo, como aseo y alimentación. Esto ayuda a los pacientes a establecer una conexión más profunda con los animales, lo que a su vez puede facilitar su proceso terapéutico. La combinación de interacción con los caballos y el ambiente natural del establo puede hacer que el proceso terapéutico sea menos intimidante, especialmente para aquellos que se resisten a la terapia tradicional.

Además, el impacto positivo de la terapia asistida por caballos está respaldado por investigaciones emergentes. Un estudio reciente encontró que un programa de seis semanas de esta terapia condujo a “mejoras estadísticamente significativas” en la regulación emocional y la autoestima en comparación con un grupo de control. Otro estudio, que incluyó a veteranos militares diagnosticados con PTSD, mostró que la terapia asistida por caballos podría ayudar a reconfigurar el cerebro para aquellos que sufren de este trastorno, evidenciando cambios neurológicos que se relacionaron con la reducción de síntomas.
Sin embargo, es importante reconocer que esta forma de terapia no es una solución única para todos los problemas de salud mental. Aunque puede ser un componente valioso de un plan de tratamiento más amplio, no reemplaza otros enfoques, como la medicación o la terapia convencional. Federinko advierte: “No va a ser un sustituto completo para otras formas de tratamiento de salud mental.”
Las desventajas de la terapia asistida por caballos incluyen su costo, que generalmente no está cubierto por seguros, limitando su accesibilidad. Por ejemplo, el programa “Girlz in the Barn” tiene un costo de $400 por una sesión de seis semanas, mientras que otros instructores pueden cobrar $50 por hora. Aunque Federinko puede facturar a los seguros para las lecciones de terapia asistida por caballos, esta solo cubre el costo de una visita tradicional a la oficina, lo que puede dificultar el acceso para algunas familias.
Además, la disponibilidad de instalaciones certificadas es limitada, lo que puede dificultar el acceso a quienes enfrentan problemas de transporte. También hay riesgos asociados, como caídas o accidentes, ya que trabajar con caballos puede ser peligroso. Otro aspecto a considerar es el impacto emocional que puede tener la pérdida de un caballo terapéutico, lo que puede llevar a una disminución temporal de la autoestima en los niños. Federinko incorpora este aspecto en su plan de tratamiento, utilizando la experiencia para enseñar a los jóvenes cómo manejar las transiciones y el duelo.
A pesar de estos desafíos, Federinko y otros profesionales creen firmemente que los beneficios de la terapia asistida por caballos superan sus inconvenientes. “Si podemos hacer que una persona avance un poco, vale la pena,” dice. “Digamos que la ansiedad de alguien es un 10 en una escala del uno al diez. Puede que no podamos reducirla a un dos, pero si la bajamos a un siete u ocho y pueden aplicar las habilidades que aprendieron en el establo a otros aspectos de su vida, eso es progreso. Esa es una historia de éxito.”