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La amenaza de Trump de revocar ciudadanías: ¿quiénes corren riesgo?
from Ed. 569
Redacción-New/Nueva Opinión
El presidente electo Donald Trump se prepara para regresar a la Casa Blanca en enero de 2025, y entre sus promesas más polémicas está la intensificación de los esfuerzos para desnaturalizar a inmigrantes. Stephen Miller, su principal asesor en temas de inmigración, ya ha adelantado que las revisiones de naturalizaciones serán una prioridad en esta nueva etapa.
“Iniciamos un nuevo proyecto de desnaturalización con Trump. En 2025, pueden esperar que se acelere,” escribió Miller en 2023. La declaración ha generado preocupación en las comunidades inmigrantes, especialmente entre los 8.1 millones de hispanos que se han naturalizado en los Estados Unidos.
Sin embargo, el proceso de desnaturalización es complejo y tiene límites legales bien definidos. Según expertos, es improbable que esta promesa derive en una desnaturalización masiva, pero es fundamental comprender cómo funciona este mecanismo y quiénes podrían estar en riesgo.
¿Qué es la desnaturalización?
La desnaturalización es el proceso mediante el cual el Gobierno revoca la ciudadanía de una persona naturalizada. Este procedimiento no se aplica a los ciudadanos nacidos en Estados Unidos, sino exclusivamente a quienes obtuvieron su ciudadanía a través del proceso de naturalización.
Desde 1906, la desnaturalización se ha utilizado en casos extremos, como crímenes de guerra, terrorismo o fraudes graves en la obtención de la ciudadanía. Durante la primera Administración de Trump (2017-2021), el enfoque hacia este proceso se intensificó.
Entre 2017 y 2020, el Departamento de Justicia duplicó el promedio anual de casos de desnaturalización, creando incluso una unidad especial para manejar exclusivamente estos procedimientos. Según CNN, entre 2008 y 2020 se presentaron 228 casos de desnaturalización, y casi la mitad ocurrieron bajo el mandato de Trump.
¿Quiénes pueden ser desnaturalizados?
De acuerdo con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), los motivos para la desnaturalización están claramente definidos:
1. Fraude o tergiversación en la solicitud de naturalización.
Mentir sobre antecedentes penales, matrimonios fraudulentos o información relevante que haya sido determinante para otorgar la ciudadanía.
2. Obtención ilegal de la ciudadanía.
Esto incluye no cumplir con los requisitos de residencia continua, presencia física o buen carácter moral al momento de la solicitud.
3. Afiliación a organizaciones subversivas.
Convertirse en miembro de grupos terroristas, totalitarios o comunistas dentro de los cinco años posteriores a la naturalización.
4. Baja deshonrosa en las Fuerzas Armadas.
Aplica si la ciudadanía fue obtenida mediante el servicio militar y la persona recibe una baja deshonrosa antes de completar cinco años de servicio honorable.
En una entrevista con Telemundo, Mario Lovo, abogado especializado en inmigración, explicó que estas causas están profundamente enraizadas en las leyes de inmigración y no son decisiones que el Gobierno pueda tomar de manera arbitraria. “Es bien difícil quitarle la ciudadanía a alguien actualmente. La realidad es que se hace a través de un proceso federal largo, tedioso y costoso,” afirmó Lovo.
¿Cómo funciona el proceso de desnaturalización?
La desnaturalización no ocurre en un entorno administrativo, sino en tribunales federales. Existen dos modalidades principales:
Desnaturalización civil: El Gobierno debe presentar pruebas claras, convincentes y con evidencia inequívoca de que la ciudadanía fue obtenida de manera fraudulenta o ilegal.
Desnaturalización penal: Se persigue cuando el fraude en la naturalización está vinculado a actividades delictivas, como terrorismo o crímenes de guerra. En este caso, se requiere demostrar culpabilidad “más allá de toda duda razonable.”
Según Lovo, el ciudadano afectado tiene derecho a defenderse en los tribunales. “Usted va armado con su defensa diciendo: ‘Soy ciudadano, ustedes me la dieron, y deben probar que no la merecía.’”
Además, el Gobierno enfrenta una alta carga de la prueba, especialmente desde un fallo de la Corte Suprema en 2017 que limita las desnaturalizaciones solo a casos donde el fraude haya sido determinante para obtener la ciudadanía.
El impacto en la comunidad inmigrante
A pesar de las declaraciones de Miller, los expertos coinciden en que la desnaturalización masiva prometida por Trump enfrenta barreras legales y logísticas significativas. Revisar millones de solicitudes de ciudadanía sería un proceso no solo inviable, sino extremadamente costoso.
Sin embargo, el discurso político detrás de estas promesas tiene un impacto directo en las comunidades inmigrantes. Organizaciones como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) han señalado que los esfuerzos de desnaturalización generan miedo entre los residentes permanentes legales, disuadiéndolos de solicitar la ciudadanía por temor a futuras represalias.
“Lo que antes era un momento de celebración ahora viene acompañado de un trasfondo de miedo y sospecha,” afirmó la ACLU en un comunicado.
¿Qué deben saber los ciudadanos naturalizados?
Aunque el temor es comprensible, los expertos recomiendan a los ciudadanos naturalizados mantener la calma y conocer sus derechos. Lovo enfatizó en su entrevista con Telemundo que las leyes protegen a los ciudadanos de intentos arbitrarios de desnaturalización. “Si usted no tiene nada que ocultar, puede estar tranquilo. La desnaturalización no es algo que ocurra de la noche a la mañana,” aseguró.
En última instancia, aunque el discurso político puede aumentar la incertidumbre, el marco legal vigente sigue ofreciendo fuertes salvaguardas. La desnaturalización, como herramienta legal, está reservada para casos extremos y debe cumplir con estrictos estándares de evidencia en tribunales.
Para los millones de ciudadanos naturalizados que ahora temen por su estatus, la clave es estar informado y, en caso de recibir una notificación del Gobierno, buscar asesoría legal inmediata.