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Selectividad emocional: ¿por qué somos tan exigentes a la hora de relacionarnos?
from Ed. 547
La selectividad emocional evoluciona a lo largo de la vida, desde una apertura total en la niñez y adolescencia hasta una mayor exigencia y conciencia en la adultez. Aceptar las pérdidas y beneficios asociados con esta selectividad es esencial para cultivar relaciones significativas y satisfactorias en todas las etapas de la vida.
La selectividad emocional es un fenómeno que atraviesa diferentes etapas en la vida de las personas, manifestándose de manera distinta en la niñez, adolescencia y adultez. Según el psicólogo Sebastián Girona, la apertura emocional es prácticamente total en la niñez y adolescencia, donde las relaciones se establecen con menos requisitos y se exploran nuevas conexiones constantemente. Sin embargo, durante la adultez, las aspiraciones y tolerancias cambian, lo que conlleva a una mayor selectividad en las relaciones interpersonales.
Niñez y Adolescencia: La Etapa de la Apertura Total
Durante la niñez y la adolescencia, la selectividad emocional parece no existir, ya que la apertura hacia nuevas personas es amplia.
En estas etapas, nos relacionamos con una variedad de individuos y los requisitos para establecer vínculos son mínimos. Es un período de descubrimiento y experimentación, donde la tolerancia hacia las diferencias es mayor y las amistades se forman con facilidad.
Adultez: Cambios en las Prioridades y Exigencias
En contraste, durante la adultez, las prioridades cambian y nos volvemos más exigentes en nuestras relaciones interpersonales. Con una mayor definición de nuestra personalidad, buscamos conectar con personas que compartan nuestros valores y estén en una etapa similar de la vida. La selectividad emocional se manifiesta tanto en las amistades como en los vínculos sexoafectivos y familiares.
La Importancia de Rellenar los Vínculos Emocionales
Sebastián Girona enfatiza la importancia de “rellenar” los títulos emocionales con acciones y gestos significativos. Esto implica que las relaciones emocionales deben sustentarse en experiencias compartidas y muestras de afecto continuas, en lugar de basarse únicamente en roles preestablecidos. Tanto los padres como los hijos deben esforzarse por mantener una conexión emocional activa, más allá de los lazos biológicos.
Pros y Contras de la Selectividad Emocional
La selectividad emocional ofrece beneficios como una mayor conciencia de nuestros vínculos y una calidad relacional mejorada. Al elegir cuidadosamente nuestras relaciones, buscamos conexiones más auténticas y satisfactorias, reduciendo las probabilidades de frustración. Sin embargo, esta selectividad también implica pérdidas, como el con los que no compartimos valores o intereses comunes.
Aceptar las Consecuencias de la Selectividad Emocional
Es fundamental estar emocional en la adultez, incluyendo la posibilidad de tener menos vínculos pero de mayor calidad. Esto puede implicar momentos de soledad y una reducción ñía, pero es el precio a pagar por relaciones más genuinas y satisfactorias. Evaluar los costos y beneficios de esta actitud es crucial para mantener un equilibrio emocional saludable.