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ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE EEUU EN RIESGO DE PERDER AYUDA ALIMENTARIA: UNA CRISIS OCULTA
from Ed. 542
Redacción
Durante la pandemia de COVID-19, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos tomó medidas para aliviar la situación de estudiantes universitarios necesitados a través del programa SNAP (Supplemental Nutrition Assistance Program), conocido comúnmente como cupones de alimentos. Sin embargo, con el fin de la emergencia de salud pública, miles de estudiantes podrían perder este vital apoyo.
Uno de estos estudiantes es Joseph Sais, quien, criado por su abuela, dependía tanto de los cupones de alimentos que llegó a considerar abandonar la universidad cuando se revocó su elegibilidad como beneficiario del programa SNAP. Aunque se le restableció la elegibilidad a principios de este año, Sais es parte de un grupo en gran parte oculto de estudiantes universitarios de tiempo completo que luchan contra la inseguridad alimentaria, una crisis que ha emergido de las sombras durante la pandemia.
Según Radha Muthiah, presidenta del Banco de Alimentos Capital Area, al menos el 30% de los estudiantes universitarios sufren de inseguridad alimentaria, una cifra preocupante que resalta la gravedad de la situación. Durante la pandemia, se relajaron los requisitos de elegibilidad del SNAP, permitiendo el ingreso de estudiantes que reciben ayuda financiera sin el apoyo familiar esperado y aquellos que califican para programas de trabajo y estudio simultáneos. No obstante, con el fin de la emergencia de salud pública, los estudiantes que ya recibían beneficios del SNAP debían recertificarse antes del 30 de junio para permanecer en el programa. La elegibilidad ampliada del SNAP solo durará un año más, y el programa volverá a las reglas previas a la pandemia en diferentes momentos durante el próximo año, según los cronogramas estatales individuales. MacGregor Obergfell, de la Association of Public and Land-grant Universities, alerta sobre la posibilidad de que miles de estudiantes pierdan el acceso a este programa en los próximos meses, lo que generaría una crisis en oleadas.
Bryce McKibben, director sénior de Políticas y Defensa del Centro Hope de la Universidad de Temple, señala que este cambio en las reglas del SNAP coincide con un aumento en la necesidad de seguridad alimentaria, exacerbado por la inflación. La evidencia anecdótica sugiere que el hambre entre los estudiantes universitarios está en aumento, lo que podría crear una presión adicional sobre las despensas de alimentos en los campus.
Aunque las despensas de alimentos en los campus han sido una respuesta a la inseguridad alimentaria durante la última década, la financiación limitada a través de donaciones ha restringido su tamaño y escala. Anticipándose a una nueva ola de necesidades a medida que los estudiantes son eliminados gradualmente de las listas del SNAP, estas despensas se están preparando para brindar apoyo adicional.
La experiencia de Jessalyn Morales, estudiante de tercer año en Lehman College en el Bronx, ilustra los desafíos burocráticos que enfrentan los estudiantes al solicitar beneficios del SNAP. Morales, quien pasó meses lidiando con solicitudes rechazadas antes de finalmente calificar, recuerda la difícil elección entre pagar el alquiler y comprar alimentos. Aunque ha logrado asegurar beneficios del SNAP, muchos estudiantes enfrentan barreras similares y deben enfrentar el estrés diario de la supervivencia.
La urgencia de abordar esta crisis se destaca en el llamado de MacGregor Obergfell para ayudar a estos estudiantes a permanecer y tener éxito en la universidad, señalando que las necesidades básicas deben ser atendidas antes de que los estudiantes puedan estar completamente presentes y activos en el aula. La mera supervivencia no debería ser el objetivo; los estudiantes universitarios necesitan apoyo continuo para prosperar y romper el ciclo de la pobreza generacional.
En un momento en que la conciencia sobre la inseguridad alimentaria entre los estudiantes universitarios está en aumento, es crucial que las instituciones educativas y los responsables de formular políticas tomen medidas para abordar esta crisis oculta y garantizar que ningún estudiante tenga que elegir entre sus estudios y la satisfacción de sus necesidades más básicas. Redacción con información de Los Ángeles Times.