Julio Rodríguez González: Diccionario de batallas de la Historia de Roma (753 a.C. – 476 d.C.) NISIBIS XI (hoy Nusaybin, Turquía) (252 d.C.) (Guerras contra los persas)
consiguieron represar el río que pasaba por la ciudad, el Mygdonius (el actual ÷arøar, en Turquía y Siria) y, soltando repentinamente sus aguas, consiguieron que parte de la muralla se derrumbara. Sin embargo no pudieron lanzar el asalto inmediatamente pues todo estaba demasiado inundado y decidieron esperar al día siguiente. El intervalo fue aprovechado por los cristianos de la ciudad, dirigidos por su obispo Jacob, para por un lado rezar, y por otro lado reparar la muralla. Al día siguiente las reparaciones habían conseguido que la muralla fuese de nuevo impracticable para un asalto de caballería. Fue en ese momento cuando, según los cronistas cristianos, el obispo Jacob, subido en lo alto de los muros, invocó a Dios para que, al igual que sucedió con Moisés en el Antiguo Egipto, cayera sobre los impíos persas su ira divina. El caso es que, según esos mismos cronistas, sobre los sitiadores se abalanzaron millones de mosquitos, que se dedicaron a meterse por las partes más delicadas (ojos, nariz, boca, etc.) no sólo de los soldados persas, sino también de sus animales (elefantes, caballos y otras bestias de carga), produciendo intensas molestias a los hombres y una estampida de dichos animales. Sapor entonces, lleno de furia y muy frustrado, dio por fracasada la operación y ordenó la retirada. El asedio duró poco más de dos meses (entre sesenta y tres y setenta días, según las fuentes). Según algunos autores, en ese plazo llegaron en su socorro las tropas del emperador Constancio II (Flavius Iulius Constantius), que habían partido desde Antioquía (hoy Antakya, Turquía), capital de la provincia de Syria I, lo que habría sido realmente lo que obligó al emperador persa a levantar el cerco. Sin embargo, los cronistas cristianos afirman que Constancio ni siquiera se había movido de Antioquía y que fue la intervención divina la que realmente salvó la ciudad.
Los persas del rey Sapor I atacaron de nuevo la provincia romana de Mesopotamia y pusieron asedio a su capital N. La ciudad, a pesar de que no contaba con más guarnición que la escolta del gobernador provincial, según A. Christensen resistió (probablemente los persas no se emplearon a fondo) y Sapor acabó por levantar el asedio. Sin embargo, M. Christol piensa que los persas lograron tomar la ciudad. BIBLIOGRAFÍA.- CHRISTENSEN (1939) p. 139; CHRISTOL (1997) p. 128.
NISIBIS XII (hoy Nusaybin, Turquía) (254 d.C.) (Guerras contra los persas) Nuevo ataque del rey persa Sapor I sobre territorio romano. En la provincia de Mesopotamia los persas pusieron asedio a N., su capital. La ciudad no tenía más guarnición regular que la escolta del gobernador romano, por lo que los persas tardaron poco en tomarla. Según M. Christol esta conquista tuvo lugar dos años antes. BIBLIOGRAFÍA.- CHRISTENSEN (1939) p. 132; DE REGIBUS (1939) p. 24; CHRISTOL (1997) p. 128.
NISIBIS XIII (hoy Nusaybin, Turquía) (262 d.C.) (Guerras contra los persas) Tras el hundimiento del poder romano en Oriente que siguió a la derrota y captura por los persas del rey Sapor I del emperador romano Valeriano (P. Licinius Valerianus) (cfr. Edessa IV), el príncipe Odenato (Septimius Odaenathus) de Palmyra (hoy Tadmur, Siria), salvó la situación para Roma, atacando con sus tropas a los persas precisamente cuando éstos creían que su victoria sobre Valeriano les dejaba el campo libre en el Oriente mediterráneo. El emperador Galieno (P. Licinius Egnatius Gallienus), hijo y corregente del cautivo, sabedor de que por el momento él no podía hacer nada contra los persas, confió a Odenato (con el título de dux romanorum [general de los romanos]) el mando de los restos del ejército romano en Oriente. Odenato los unió a su propio ejército palmireno, acrecentó sus efectivos con una leva en las provincias de Syria (Syria Coele y Syria Phoenicia) y atacó a los persas con la intención de reconquistar la provincia romana de Mesopotamia, perdida tras el desastre de Valeriano. Una de las primeras acciones del ejército romano-palmireno fue el asalto y conquista de la siempre disputada ciudad de N.
BIBLIOGRAFÍA.- Festo 27, 2; Eutr. X 10, 1; Oros. VII 29, 6; Teo. HR I 11-12; Mig. VII 3; Chr. Pas. 337; Jer. Crónica p. 234, 17-18; Fil. III 23; Anón. HSE 6-7; Jac. CSCO 9, p. 289; Teófanes p. 34, 33-5, 10; BAYNES (1924a) p. 57; PIGANIOL (1972) p. 84; LIGHTFOOT (1988) p. 109, 111; DODGEON y LIEU (1991) p. 165-171; BLOCKLEY (1992) p. 13; ZOSSO Y ZINGG (1994) p. 147; BLOCKLEY (1998b) p. 420-421; HUNT (1998a) p. 12; ISAAC (1998) p. 438; RODRÍGUEZ GONZÁLEZ (2001) (I) p. 70.
NISIBIS XV (hoy Nusaybin, Turquía) (346 d.C.) (Guerras contra los persas) Nuevo asedio por parte de los persas de la ciudad de N., capital de la provincia romana de Mesopotamia. Entre las fuerzas de la guarnición es posible que estuviera una vexillatio de la legión I Parthica. La ciudad resistió y los persas levantaron el cerco.
BIBLIOGRAFÍA.- S.H.A. Los dos Valerianos 4-2-4; S.H.A. Los dos Galienos 12, 1; S.H.A. Los Treinta Usurpadores 15, 3; Festo 23, 2; Zós. I 39, 1; Oros. VII 22, 12; Jord. Rom. 290; Zon. XII 23; PLRE I p. 638 (Odaenathus); ALFÖLDI (1939b) p. 174; CIZEK (1994) p. 77; BLÁZQUEZ (1999) p. 281; BALL (2000) p. 77; FREDIANI (2003) p. 512.
BIBLIOGRAFÍA.- Festo 27, 2; Eutr. X 10, 1; Jer. Crónica p. 236, 19 y 237, 2; Teófanes p. 38, 9-11; PIGANIOL (1972) p. 84; LIGHTFOOT (1988) p. 109, 111; DODGEON y LIEU (1991) p. 189, 192; BLOCKLEY (1992) p. 15-16; HUNT (1998a) p. 13; ISAAC (1998) p. 438; RODRÍGUEZ GONZÁLEZ (2001) (I) p. 70.
NISIBIS XIV (hoy Nusaybin, Turquía) (primavera de 338 d.C.) (Guerras contra los persas)
NISIBIS XVI (hoy Nusaybin, Turquía) (primavera-verano de 350 d.C.) (Guerras contra los persas)
El rey persa Sapor II atacó esta ciudad oriental del Imperio Romano, capital de la provincia romana de Mesopotamia, y al no poder tomarla por sorpresa la puso bajo asedio. Los persas contaban con abundante infantería, caballería y un nutrido cuerpo de elefantes. No sabemos el efectivo y la identidad de las tropas defensoras pero es posible que entre ellas hubiese una vexillatio de la legión I Parthica. Rápidamente los atacantes erigieron todo tipo de obras de asedio, incluidas altas torres de madera desde donde los arqueros persas hostigaban constantemente a los defensores romanos. Hacia el final del asedio, los persas
El rey persa Sapor II cruzó el río Tigris (el actual Tigris) a comienzos de la primavera de 350 d.C., invadiendo así territorio romano, y puso de nuevo asedio a N., capital de la provincia romana de Mesopotamia, defendida por una guarnición a las órdenes del hábil comes rei militaris (general) Lucillianus (futuro suegro del futuro emperador Joviano [Flavius Claudius Iovianus]). La ciudad estaba en una fuerte posición y bien fortificada. Es posible que entre las tropas defensoras hubiera una vexillatio de la legión I Parthica. Comenzado el cerco, los persas trataron de utilizar las aguas del río que pasaba junto a la ciudad, el Mygdonius
498