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Antonio Pérez Henares 'CHANI'. Caveza de Vaca - Carlos Bustamante Burgos

Egar de Castilla-La Mancha

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Antonio Pérez Henares, Chani, es un afamado periodista y prolífico escritor, asiduo en diferentes medios de prensa, radio y televisión. Es de sobra conocido por todos, pero para algún despistado, decir que es castellano manchego y que es importante el dato de su nacimiento, porque la saga prehistórica que tiene titulada Nublares, parte precisamente de una de las dos cuevas que hay en Bujalaro (Guadalajara). Cuenta con una veintena de novelas y otras tantas de ensayo, de las cuales, algunas las ha escrito a cuatro manos con Carlos Malo; y con Antonio Franco tiene el ensayo titulado ‘Miguel de la Cuadra Salcedo, el último explorador’. Quiero señalar esta obra por la amistad que le unía con Miguel de la Cuadra y como curiosidad que yo desconocía ha publicado dos poemarios. Ha sido director de Tribuna y de varios medios del Promecal. ¿Es así verdad Antonio?

A.P.H.: Sí, he sido director durante mucho tiempo; y la verdad es que me estoy quitando del periodismo desde hace un año y pico, casi dos años, aunque sigo activamente en los medios de grupo Promecal, como La Tribuna de Talavera, grupo al que sigo ligado personal y profesionalmente. Lo cierto es que, ahora, estoy dedicado por completo a lo que quiero desde siempre, a la literatura.

C.B.: Tú siempre has sido un apasionado del medievo…

A.P.H.: Así es y así he tratado de recoger en mi literatura. Mi libro ‘El Rey pequeño’, un libro medieval sobre Alfonso VIII, vinculado a Atienza; y que fuera vencedor de la batalla de las Navas de Tolosa. En esta obra, una de las protagonistas es una juglaresa que aparece en la novela, Elisa; y que no se puede hablar de la organización territorial de España hoy sin conocer cómo se dividían los reinos cristianos en el siglo XIII. Por qué las gentes de a pie tuvieron un papel fundamental en el principio del fin del dominio musulmán de la península Ibérica. Todo ello en compañía de personajes inolvidables como Pedro el Pardo, el amigo del rey desde que eran sólo dos niños; su abuela Yosune, carácter y ternura a partes iguales; Elisa, la juglaresa; la noble Constanza… Me paro en la juglaresa Elisa porque la música medieval es muy importante y brillante, nada sombrío. El medievo no es para nada como nos lo enseñan en las películas, no era un tiempo triste y oscuro, era cálido y colorido —no tenían tele, pero vestían de colores—.

C.B.: Antonio es un gran tertuliano, podría contarnos cien mil cosas, sobre todo de la Edad Media, pero me gustaría que nos centráramos en los dos últimos títulos que son ‘Cabeza de Vaca’ y ‘Tiempo de hormigas’. La primera, y relacionándola con la

amistad que te unía a Miguel de la Cuadra Salcedo, creo que fue una persona primordial, alguien que influyó directa o indirectamente en el germen de esta novela. ¿Puedes contarnos como surge tu fascinación por Alvar Núñez Cabeza de Vaca?

A.P.H.: Yo lo que realmente le debo a Miguel lo resumo en una frase. Él me dijo una vez: «no se es español del todo, hasta que no se asume y se quiere como propia a Hispanoamérica». Y eso, a mí, se quedó para siempre grabado, grabado y asumido, interiorizado de tal manera que... A Cabeza de Vaca de alguna manera lo descubrí cuando hicimos la ruta Quetzal del año 2000; y siguiendo precisamente sus pasos. Yo venía aquel año del Camel Trophy, que había dado la vuelta al mundo. Me quedé sorprendido por EE.UU. y México, que ¿qué pintaba un tipo en Guadalajara, Guadalajara Méjico?; y con Miguel recorrí los pasos de Cabeza de Vaca. Escribí algo en un libro de viajes unos años después sobre la ruta Quetzal, pero se quedó ahí guardado en un cajón; y en cuanto tuve una oportunidad de hacer la novela de uno de tantos personajes desconocidos y admirables —que primero se ignoran, luego se desprecian y ahora siguiendo la pauta de unos tiempos imbéciles se intenta cancelar y no solo eso, sino que cortan la cabeza a su estatua—. Yo no he visto semejante estupidez en la historia de la humanidad como la que están viviendo los presuntamente progresistas y lo digo con una pena inmensa porque intentar juzgar a gente de hace quinientos años y condenarla previamente con los valores de hoy es la más supina demostración de una soberbia de los que no han hecho nada; y, en segundo lugar, de una estupidez que a mí lo que me da es minoría mental.

C.B.: Tienes dos amigos, Isabel San Sebastián y Juan Eslava Galán, que han calificado tu novela ‘Cabeza de Vaca’ como fascinante o excelente. Tú también te has confesado lector de ellos. ¿Qué tiene la novela histórica que engancha desde la primera página? ¿Y en tu caso desde la primera línea?

A.P.H.: Hace cuatro años fundé el grupo de novelistas de la historia que reúne a cuarenta escritores de mucha más importancia que yo. Efectivamente la novela histórica goza… Te voy a dar un dato: el 27% de las novelas que se venden en España es novela histórica, es lo más vendido; la siguiente es la novela negra con un 13%, ¿Por qué? Porque tiene un elemento esencial; la gente está harta de que se insulten a sus abuelos. Porque con esto —lo que hablábamos antes—, lo que se está haciendo es insultar a nuestros antepasados, a nuestra historia común. Se están insultando los hechos de nuestros propios abuelos, estamos repudiando nuestro pasado que es nuestro; por tanto, la gente está huyendo de nuestro pasado. La gente no está en eso. La gente quiere conocer la historia de España ¡Ojo! Y conocerla no significa estar

ANTONIO PÉREZ HENARES

CABEZA DE VACA

“Hace cuatro años fundé el grupo de novelistas de la historia que reúne a cuarenta escritores de mucha más importancia que yo. La novela histórica goza de buena salud”.

hablando todo el rato de las glorias imperiales, no, conocerla es intentar comprenderla y sobre todo, eso: no degradarla, pero creo que el problema es la absoluta ignorancia. Juan Eslava Galán está considerado el padre de la novela histórica española, con En busca del unicornio, galardonado con el Planeta del año ochenta y siete, tiene una eficacia narrativa increíble y sus obras, sobre todo con sus últimas obras relacionadas con el Camino de Santiago está teniendo un éxito formidable.

C.B.: Nos gustaría que la gente se acercase a tu novela ‘Cabeza de Vaca’. En la primera parte aparecen las Islas Canarias y más concretamente, por ser noticia relevante de actualidad, la Isla de la Palma. El abuelo de Alvar Núñez que fue quien conquistó las Canarias para los reyes católicos. Encontramos en esta parte del libro a dos personajes: uno de ellos es Beatriz de Bobadilla, que se la relacionaba con Colón; y hay otro personaje que es Trifón. Una es un personaje real y el otro es un personaje de ficción. ¿Puedes hablarnos de estos personajes?

A.P.H.: Beatríz de Bobadilla era la señora de La Gomera, era la señora más guapa que existía. Era la sobrina de la íntima amiga de la reina Isabel y la más guapísima de la Corte: Ella tuvo el novio más guay de la Corte también, nada menos que el gran maestre de la orden de Santiago, pero una flecha le entró por un ojo y se le llevó por delante. La guapa, estando en el campamento cristiano montado delante de Granada, poco antes de la conquista, intimó con Cristóbal Colón —y lo cuenta un italiano, Cuneo, que iba de viaje con Colón; y narra que en el segundo viaje a América, cuando Colón llega a la Gomera manda a sus hombres que engalanen los barcos y que lancen salvas desde los barcos porque Colón bebía los vientos por aquella señora.

Carlos Bustamante

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