La Artisticidad de la Maestra Montessori

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La Artisticidad de la Maestra Montessori

PHYLLIS POTTISH-LEWIS


Publicado por Montessori360, LLC con autorización escrita de Phyllis Pottish-Lewis.

2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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Extendemos nuestro más sincero agradecimiento a: Tessie Schjetnan por contribuir con la traducción, y Julia Pérez S quien se desempeñó como editora. Su trabajo hizo posible contar con la versión en español de “La artisticidad de la maestra Montessori”.

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LA ARTISTICIDAD DE LA MAESTRA MONTESSORI

Para llegar a la meta de producir una obra maestra el artista debe contemplar una serie de principios que rigen su dominio artístico. Esto sin importar cuál sea su campo; las artes visuales, la danza, la música, la poesía, la literatura o el teatro. Considerando las particularidades del arte en cada campo que el artista se encuentra, este debe entender los elementos y principios básicos de su disciplina para tener éxito. Por lo tanto, un artista debe conocer y ser versado en los fundamentos que son parte de su área de interés, ya que estos guiarán su expresión y habilidad para lograr su meta de manera efectiva. Además de comprender y apreciar los principios que gobiernan su campo artístico, el artista deberá aplicarlos con debida frecuencia. Los principios que conforman cada una de las disciplinas artísticas se conocen comúnmente como el “lenguaje” de estas y el artista debe de entender, manifestar y transmitir ese lenguaje en su trabajo.

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El artista visual, por ejemplo, debe reconocer la relevancia e importancia de elementos como el color, la línea, la textura, el espacio, entre otros. Wassily Kandisnsky claramente lo expresó al afirmar: Solo hay un camino a seguir, y es el del análisis de los elementos básicos para finalmente llegar a una expresión gráfica adecuada. Posteriormente, esos elementos se ponen en juego al aplicar con habilidad los principios de diseño, lo que resulta en una “expresión gráfica” equilibrada, armónica e integrada. Los fundamentos que corresponden al mundo de la música incluyen un amplio espectro de cualidades: ritmo, forma, tono, dinámica, timbre, armonía y melodía. Estos, al ser combinados y empleados de manera efectiva, producen una pieza musical que, en palabras del artista Robert Genn, “expresa el sonido del universo mismo”. Estos fundamentos universales son el “lenguaje de la música”, el cual es presentado a todo aquel que se embarque en el estudio de la expresión y apreciación musical. En el siglo IV a.C., Platón, comenta sobre la importancia de comprender el lenguaje de la música, al enunciar: La formación musical es una herramienta más potente que cualquier otra, ya que el ritmo y la armonía encuentran su camino en los lugares secretos del alma, en los que se fijan poderosamente, impartiendo gracia y haciendo el alma agraciada de quien es correctamente educado o deshonrado del que es mal educado. Por lo tanto, resulta obvio que, para que uno pueda expresarse artísticamente de manera exitosa, debe conocer las palabras y la gramática del lenguaje de su disciplina, pues se trata de los pilares fundamentales e intrínsecos a la expresión artística que ha elegido. Así que el artista deberá emplearlos fielmente. Cuando comprendemos la construcción del individuo como un esfuerzo creativo, así como lo hizo la Dra. María Montessori al observar el crecimiento y desarrollo del niño, podremos ver su desarrollo bajo la misma luz de cualquier otra expresión artística que se ha elaborado al implementar los principios que la guían. A través de su gran poder de observación y su prodigiosa genialidad, la Dra. Montessori formuló principios rectores esenciales, los cuales, si el adulto sigue al pie de la letra, le servirán para asistir a la construcción del “La formación musical es una ser humano en desarrollo. Estos herramienta más potente que principios componen “el lenguaje del enfoque Montessori”. Cuando la maestra cualquier otra, ya que el ritmo los aplica de manera fiel y de acuerdo con y la armonía encuentran su los criterios identificados por Montessori, será vista no solo como quien contribuye camino en los lugares al desarrollo creativo del niño, sino también como una artista, quedando así secretos del alma.” unida a los elevados rangos de artífices que han contribuido a la humanidad a 2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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través de algún quehacer artístico. No hay duda de que se requiere maestría en el arte, así como trabajo duro, para sobresalir como maestra Montessori. La Dra. Montessori sabía muy bien que la preparación requerida del adulto es importante para anticipar el éxito en su trabajo creativo: Si queremos ser exitosas como maestras en este nuevo método educativo, debemos reconsiderar nuestra tarea y personalidad como maestras, y asumir la misión de mejorar las condiciones de la educación. Nuestra tarea principal no es aprender el método sino hacer disponible una nueva y mejor forma de vida para el niño; por lo tanto, es necesario que la maestra tenga una preparación interna.1 Aun cuando Montessori no describe metafóricamente a la maestra como un artista, sí se refirió al estado elevado de esta cuando trabaja asistiendo al niño en su desarrollo. Además, reconoció el esfuerzo hercúleo que se debe llevar a cabo antes de poderse considerar una maestra Montessori eficaz. Ella dijo: La maestra es, pues, la esperanza, el consuelo y la guía del niño que busca elevarse. Para poder realizar la tarea que le ha sido asignada, la maestra se encuentra en un lugar más elevado, un lugar en el que es realmente difícil estar. Es prudente que la maestra que desea emprender esta nueva tarea, la de llevar al niño a una vida superior, se dé cuenta de las dificultades que debe enfrentar. Algunas veces, la maestra de nuestras escuelas tiene éxito con mucha rapidez y facilidad; a menudo, tiene éxito a través de la práctica, únicamente después de la larga experiencia. Esto dependerá de la naturaleza de su espíritu. Puede necesitar un largo período de entrenamiento para cambiar su espíritu y darle otra forma. Esto viene a través de la práctica, del contacto con los niños y de la experiencia. Después de todo, la maestra necesita conocerse a sí misma.2 Las maestras de las que ella habla, quienes logran el éxito de manera fácil y rápida, como parte de su “preparación interna” sin duda han comprendido y aceptado en su totalidad los principios rectores que la Dra. Montessori identificó, los cuales guían al niño en su desarrollo, y los han implementado de manera eficiente. Además, una maestra así evidentemente confía, no sólo en las enseñanzas de la Dra. Montessori, sino también en el potencial de desarrollo del niño. Montessori enfatiza en está idea cuando dice: La maestra debe tener fe en que el niño se calmará, en que el niño es bueno y no malo, en que el niño un día hará cosas maravillosas. Si la maestra no tiene fe, debe hacer un esfuerzo y decirse “¡Sí, esta es la verdad y creo en ella!”3

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Montessori María, Creative Development in the Child: Volume II. 104. (Traducción del texto original) Ibid. 104-105. 3 Montessori Maria, Creative Development in the Child: Volume II. 112. (Traducción del texto original) 2

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Si la maestra no tiene fe en el niño y en los principios Montessori, así como una comprensión total de estos, estará condenada al fracaso en el objetivo de aplicarlos con artisticidad. También, si hay una falla o una desviación al implementar los principios prescritos para el desarrollo creativo del niño, la maestra Montessori fallará en su tarea y no logrará realizar una obra maestra. Esto es algo que ocurre cuando, por cualquier motivo, se ignoran los principios fundamentales en las expresiones artísticas.

Principios rectores Montessori

Para evitar tal dilema, subrayemos con claridad los principios generales y fundamentales de nuestro campo “artístico”, que dirigen la ayuda que debemos dar al niño de taller4 para favorecer su desarrollo. Con su sabiduría, Margaret Stephenson, lo ha expresado conclaridad: ¿Cuál era el papel del adulto en servicio del niño de acuerdo con la Dra. Montessori? ¿Cómo podemos asegurarnos que el niño es libre de operar como agente cósmico? Nuestra responsabilidad es tener presente que nuestro servicio es capacitar al niño para que él a su vez pueda servir. El concepto de servicio está presente en la Educación Cósmica y es lo que presentamos al niño en primaria. El adulto debe tomar en cuenta las tendencias humanas universales, las características psicológicas, los planos de desarrollo. Ella debe reconocer la importancia de la libertad dentro del ambiente, ya que la libertad en el ambiente preparado es lo que permite al individuo hacer uso de las tendencias humanas para conquistar el ambiente y abstraerlo. 4 4

Lecture on The Construction of Man. Montessori Institute of Milwaukee, Milwaukee, Wisconsin, 1991. (Traducción del texto original)

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Al analizar las palabras de Stephenson podemos discernir con facilidad los fundamentos que gobiernan nuestro ámbito artístico. Estos son los principios que hay que reconocer, aceptar y usar artísticamente en nuestro esfuerzo por ayudar al niño en su desarrollo creativo; los mismos que nos permitirán brindarle una auténtica experiencia Montessori, la cual dará como resultado un individuo que logre desarrollar su potencial: nuestra obra maestra, por así decirlo. Estos fundamentos son: -

las tendencias universales las características psicológicas de cada plano los planos de desarrollo la libertad que ofrece el ambiente preparado

Como maestras formadas, nos hemos encontrado ya con estas ideas fundamentales. Es importante comprenderlas y asegurarnos de que verdaderamente operan en nuestros ambientes preparados, ya que esto determinará nuestra habilidad artística como maestras Montessori. Debemos, por lo tanto, estar atentas a observar y analizar el funcionamiento de nuestro salón y asegurarnos que los niños puedan actuar y comportarse de manera independiente, de acuerdo con las tendencias humanas y características psicológicas pertenecientes al plano de desarrollo con el que estamos trabajando. Así, debemos asegurarnos de que nuestros niños tengan libertad de explorar, descubrir, imaginar, comunicar sus hallazgos e ideas a otros y trabajar continuamente con sus mentes y sus manos en los proyectos que han visualizado, sin la interferencia e intrusión de los adultos. Estas son las tendencias universales en acción y es a través de su operación que el niño realiza su construcción intelectual. Steven Pinker afirma que hay: … abundancia de pruebas y datos que hacían de la mente la actividad propia del cerebro.5

Cuando nuestros niños tienen la libertad de usar su cerebro y pensar, cuando involucran su intelecto en alguna tarea diseñada por ellos, podrán adquirir un sinfín de habilidades. Aprenderán a resolver problemas, buscar soluciones, usar el pensamiento lógico, tomar decisiones y eventualmente lograr su objetivo. Pinker reconoce que este proceso es crucial en el desarrollo del intelecto, dice: La inteligencia, por lo tanto, es aquella capacidad de alcanzar metas superando obstáculos mediante decisiones que se basan en reglas racionales (es decir, que obedecen a la verdad).6

Entonces, ¿cuál es el principio fundamental que debe guiar nuestro actuar en relación con el desarrollo creativo del niño? Se trata del ofrecimiento de la libertad en un ambientepreparado.

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Pinker Steven, Cómo funciona la mente. 95. Ibid. 92.

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La Dra. Montessori valientemente afirma lo anterior al decir: El hombre solo puede desarrollarse por medio de la libertad y de las experiencias sobre el ambiente.7

Ofrecer la libertad en balance con la responsabilidad es el principio más esencial que debe desarrollarse y el más difícil de dominar para las maestras. La habilidad para aplicar este principio de forma efectiva es lo que va a determinar la destreza artística de una maestra Montessori. Si no cuenta con la capacidad de ofrecer libertad a los niños y permitir la expresión de las tendencias y características psicológicas, la maestra Montessori no logrará la meta de ayudar al niño a llevar a cabo su desarrollo natural y creativo. El balance entre libertad y responsabilidad es delicado, y lograrlo de manera exitosa es el testimonio del arte de la maestra; sin embargo, frecuentemente esta habilidad se muestra difícil de alcanzar para la maestra Montessori. Toma muchos años perfeccionar esta capacidad y únicamente se puede dominar cuando la maestra aplica conscientemente su conocimiento sobre los principios Montessori con los niños con quienes trabaja. Si ofrecemos libertad sin expectativas ni responsabilidad, daremos autorización para que reine el caos en el salón. Cuando la libertad está restringida o limitada por algo más que el contrapeso de la responsabilidad, nos enfrentamos con una situación en la que los niños deben acatar lo que dicta la maestra, lo cual entorpece y sofoca el desarrollo creativo del niño. Ambos casos pueden contribuir a un comportamiento rebelde, desobediente y desviado en los niños. En cualquiera de estos casos no habremos tenido éxito para generar los resultados deseados y previstos por la Dra. Montessori. Así que, es preciso que la maestra Montessori evalúe de manera constante sus esfuerzos en el contexto de los preceptos formulados por la Dra. Montessori, aquellos que deben guiarla en su trabajo con los niños. Esta es una tarea interminable, incluso para las maestras experimentadas, pues sin una observación y atención constante de la forma en la que administra su salón, la maestra puede fácilmente, sin darse cuenta, crear malos hábitos, por lo que es importante estar atenta y no dormirse en sus laureles. Entonces, la maestra Montessori debe evaluar y reevaluar cualquier“buena idea” que tenga y piense que puede beneficiaral niño, y debe comparar esa “buena idea” con la ideaesencial de libertad y desarrollo de la independencia intelectual. Esto es crucial ya que con frecuencia las maestras, al buscar enriquecer su plan de estudios o el trabajo en el salón, diseñan sistemas, requisitos o 7

Montessori María, La mente absorbente del niño. 83.

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materiales que se contrapones a las ideas de Montessori de libertad y del cultivo de la independencia intelectual. Imponer trabajo, hacer dictados de ortografía, usar libros de ejercicios y programar clases extras para los niños, son solo algunas de las actividades que entran en la categoría de “buenas ideas”. No obstante, estos son enfoques de la educación tradicional y son completamente ajenos a los principios Montessori por lo que no tienen cabida en este “nuevo método educativo” de la Dra. Montessori. No importan los años de experiencia en el salón, siempre es conveniente revisar las palabras de Montessori, y al hacerlo retomar así las piezas de sabiduría que pudieron haber sido olvidadas o dejadas en el camino. Si nuestra intención es perfeccionar el arte de trabajar con niños debemos regresar a la fuente principal y buscar continuamente inspiración en sus palabras. Estas nos servirán de guía y nos recordarán de qué vamos y lo que queremos lograr, especialmente al ayudar al niño para que sea responsable e independiente, tanto física como intelectualmente. Sobre esto, otra cita de la Dra. Montessori: Si él va a ser un hombre, debe ser un individuo que trabaje y funcione por sí mismo. Motivemos al niño a trabajar. Este instintivamente lo hará en condiciones adecuadas. Es nuestro deber preparar un ambiente adecuado para el niño, ofrecerle condiciones para ejercitarse a partir de su propia experiencia, darle los medios para actuar y dejarlo que alcance su potencial natural. 8 El ambiente preparado con las condiciones adecuadas incluye el poder ofrecer a los niños libertad en balance con responsabilidad, de manera que las tendencias universales y las características psicológicas puedan expresarse libremente.

Características psicológicas del niño en el segundo plano Como todos sabemos, las características psicológicas que permitieron al niño del primer plano llevar a cabo su construcción como individuo ya no funcionarán en el segundo plano. En este plano, emergen nuevas características que permitirán al niño de taller llevar a cabo una nueva construcción que es la de un individuo dentro de la sociedad, por esto, es esencial que la maestra Montessori reconozca, comprenda y permita la plena expresión de estas características. La capacidad de hacerlo de manera efectiva muestra su comprensión de los principios rectores que la llevan a lograr su objetivo de asistir al niño en su desarrollo y revelarán su talento para implementar el enfoque Montessori. Como recordatorio, las características que emergen son: la imaginación, 8

Montessori Maria, Creative Development in the Child: Volume II. 112. (Traducción del texto original) 2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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la capacidad de razonar, el trabajar y aprender en grupo, el poder de realizar grandes trabajos y el desarrollo moral. Todo esto se puede ver en las técnicas que usamos las maestras de taller cuando damos una presentación. Las presentaciones de la maestra de taller deben abarcar todos los campos del conocimiento, pues lo que indica la Dra. Montessori es que al niño mayor debemos mostrarle el universo. Ella no puede saber qué tema o qué parte de ese tema despertará el interés del niño y lo impulsará a explorar y descubrir por sí mismo, por lo tanto, la maestra debe prepararse en todas las áreas. La Dra. Montessori reconoció que esta no es una tarea fácil, ya que es raro que una persona posea todo el conocimiento atribuido al “hombre del Renacimiento”, pero este es el que una maestra de taller debe poseer para poder presentar el universo. Al describir los esfuerzos que debe hacer una maestra para tener éxito en su tarea, la Dra. Montessori comenta: … la labor del educador no es nada fácil ni pequeña. Tiene que contar con una cantidad colosal de conocimiento para saciar el hambre mental del niño… Él mismo [el maestro] debe familiarizarse con cada materia y, así y todo, sólo habrá superado la capa mas superficial del problema. Pero no hay que desanimarlo, porque no le faltará ayuda ni un esquema de trabajo elaborado y probado científicamente. 9 Una maestra Montessori puede animarse al reconocer que no necesita saber todo sobre cada materia, sino que necesita contar con un “conocimiento razonable”. No se le pedirá que imparta absolutamente todo, de hecho, debe acotar lo que presenta, ya que esto forma parte del “plan científicamente creado y probado” que expone la Dra. Montessori. Sin embargo, es su responsabilidad aprender y saber lo suficiente para presentar y exponer a los niños a cada uno de los aspectos del universo y contar con el conocimiento para poder cumplir su responsabilidad de servir al niño. Este será otro indicador de su habilidad artística para asistir al niño en su construcción. Atrayendo a la imaginación y la razón Dado que los niños de taller aprenden en grupo, las presentaciones y lecciones se planean para darlas a grupos pequeños y no de manera individual. Se presentan de tal manera que se tome en cuenta tanto la imaginación como la razón, dos características psicológicas esenciales en taller. Esto implica que los conceptos de todas las áreas se deben presentar por medio de historias, demostraciones e impresiones atractivas a la imaginación. 9

La educación de las potencialidades humanas. 13. 2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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Además, una parte de las presentaciones es hacer preguntas con el propósito de provocar el razonamiento en los niños, algunas de las cuales se quedarán sin respuesta para estimular la curiosidad de los niños y llevarlos a buscar más por su propia mano. También, limitamos la información en las presentaciones para asegurarnos que los niños se sientan inspirados para buscar de manera independiente aquellos aspectos que, hasta el momento, no hemos respondido o son aún desconocidos. Esta es una estrategia utilizada no solo por los maestros Montessori de taller, sino también por aquellos del sistema tradicional que se preocupan por utilizar las mejores técnicas para mejorar el aprendizaje en los niños. Al estudiar estas técnicas, Alfie Kohn nos relata las respuestas que le dieron los estudiantes al preguntarles qué significa el aprendizaje: Creemos que explorar para encontrar la respuesta por nuestra cuenta, en lugar de que el maestro haga preguntas y dé las respuestas.10 Como podemos ver, se vuelve imprescindible que, al dar presentaciones a los niños, usemos siempre y de manera consistente las estrategias Montessori si queremos que ellos se desarrollen naturalmente. Una vez que hemos dado la presentación y se ha despertado el interés, los niños deberán decidir por ellos mismos cómo quieren explorar aquello que desconocen, la Dra. Montessori nos guía al decir: El niño requiere absoluta libertad de elección, y luego bastará con que repita las experiencias varias veces, y cada vez pondrá un interés más marcado y una mayor concentración para adquirir el conocimiento deseado. 11 De nuevo, las observaciones y comentarios de Alfie Kohn coinciden con las de María Montessori: Los estudiantes aprenden ávidamente y tienen mejores ideas cuando tienen laposibilidad de elegir qué preguntas explorar. De hecho, no nos debe sorprender, pues es un hecho predecible que todos somos más felices y efectivos cuando podemos decir algo sobre lo que estamos haciendo. Si, en cambio, nos dicen qué hacer (o en el casode la educación se nos quita cualquier oportunidad de tomar decisiones sobre nuestro aprendizaje), nuestro rendimiento tiende a disminuir, junto con el entusiasmo enlo que estamos haciendo. 12 Si nos detenemos a pensar ¿por qué debería un maestro determinar de manera unilateral todo esto [el tema de estudio] e imponerlo a los estudiantes? 13 10

The Schools Our Children Deserve. 158. (Traducción del texto original) La educación de las potencialidades humanas. 12. 12 The Schools Our Children Deserve. 150. (Traducción del texto original) 13 Ibíd. 151. 11

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Trabajo en grupo

Al terminar la presentación Montessori los niños deben permanecer hasta formular una idea sobre las posibilidades de trabajo y el grupo con el cual quieren hacerlo. Cuando los maestros, en vez de desalentar, fomentan en los niños el trabajo colaborativo, permiten que esta facultad innata se exprese y contribuya a su desarrollo natural de aprendizaje. En su libro, The Schools Our Children Deserve, Kohn comenta: … [los educadores deben] dar el paso de ayudar a los estudiantes a aprender junto con y de los otros. La conclusión es que los estudiantes generalmente aprenden mejor cuando aprenden juntos. 14 Así como sucedió con la Dra. Montessori, para muchos educadores se ha vuelto evidente que los niños deben tener la oportunidad de trabajar juntos para aprender unos de otros y saber cómo operar en conjunto. Es común que algunos niños prefieran trabajar solos, debido a que al hacerlo no deben tomar en consideración las ideas o preferencias de otros, sino solamente las suyas. Estos niños son los que más requieren oportunidades de trabajo colaborativo, ya 14

The Schools Our Children Deserve. 154. (Traducción del texto original) 2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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que, además de aprender el arte de ceder y ser considerados y responsables, recibirán los beneficios que se derivan en los niños que trabajan con niños. Entre educadores fuera del ámbito Montessori, los proyectos de trabajo colectivo realizados por los niños han sido reconocidos en el campo de la educación como la mejor manera para que ellos aprendan. Alfie Kohn comenta: Varios teóricos argumentan que el aprendizaje y su origen es un acto social más que solitario, algunos incluso sugieren que la misma idea de la inteligencia se aplica mejor a lo que sucede entre la gente que a lo que sucede en la cabeza de cada persona. 15 Entonces, el verdadero aprendizaje ocurre cuando los niños trabajan en grupo. Ellos son plenamente capaces de encargarse de su aprendizaje, sin la asesoría de un adulto. A través de las experiencias colectivas, los niños discuten, articulan sus ideas, diseñan, resuelven problemas, debaten, escuchan, aprenden a comprometerse y eventualmente a tomar decisiones. Kohn sabiamente dice: Los niños aprenden a tomar buenas decisiones al tomarlas, no al seguir instrucciones. Además, este modelo representa la importancia de tomar en serio a los niños, ponerlos en el centro y ayudar a generar el interés que alimenta la excelencia. 16

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The Schools Our Children Deserve. 153. (Traducción del texto original) Ibid. 151.

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Al hablar con Deborah Meir, quien con sus colegas fundó las prestigiosas escuelas Central Park East en la ciudad de Nueva York, Alfie Kohn comenta que la Sra. Meir se ha enfocado en lo que su grupo llama los cinco “hábitos mentales”. Estos son evidencia, punto de vista, conexión, suposición y relevancia; los cinco aspectos se alinean de manera muy similar con aquellos que los niños Montessori desarrollan cuando llevan a cabo el trabajo colaborativo. Kohn comenta: Para desarrollar estos hábitos mentales se debe pasar bastante tiempo conversando e, inevitablemente, en desacuerdo con otras personas. La premisa constructivista de que el aprendizaje se da a partir del conflicto encaja muy bien con la idea de que las mejores aulas son aquellas donde la gente discute mucho. Por supuesto, se discute de manera amigable y no de forma desagradable. 17 De nuevo, dependerá de la artisticidad de la maestra orquestar este proceso. Inicialmente, ella tendrá que dar, sin imponer, sugerencias sobre posibles actividades hasta que los niños se den cuenta de que tienen la libertad de usar su imaginación, inteligencia y razón de manera independiente para llevar a cabo las actividades siguientes. Al inicio, la maestra quizá deberá formar grupos de trabajo productivo, hasta que los niños se acostumbren y creen lazos con otros con quienes puedan elegir trabajar. Sin embargo, una vez que los niños deciden llevar a cabo un proyecto y proponen un grupo, deben tener la libertad de llevar a cabo esa elección si trabajan de manera armoniosa y provechosa. Además, cuando los niños tienen la libertad de trabajar en actividades diseñadas por ellos mismos y con compañeros con ideas afines, trabajarán sin parar y de manera constructiva. De nuevo, es algo que ya decía la Dra. Montessori: Cuando un niño tiene la libertad de trabajar en un ambiente preparado para él, cuando es libre de actuar, tiene la tendencia a organizar una serie de movimientos en torno a una idea, que constituye un objetivo definido: el trabajo. 18 Por lo tanto, es fundamental que la maestra Montessori utilice su talento y comprensión para motivar a los niños atrabajar en grupos. Promover este modo de trabajo es otro principio que con frecuencia se malinterpreta y requiere experiencia y atención para fomentarlo adecuadamente. Para esto, la maestra Montessori debe entender que el verdadero trabajo en grupo es aquel que resulta en una sola creación opieza final. El trabajo en grupo no es elque realizan dos niños sentados uno al lado del otro, cada uno haciendo su 17

The Schools Our Children Deserve. 141-142. (Traducción del texto original)

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Creative Development in the Child: Volume I, 60. (Traducción del texto original)

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propio proyecto, aun cuando trabajan un mismo tema. Este tipo de trabajo es individual y priva a los niños de taller de todos los beneficios y oportunidades necesarios para llevar a cabo su desarrollo social e intelectual. Así que, no podemos considerar que una maestra ha logrado promover el trabajo en grupo en su salón si solo unos cuantos niños realizan esfuerzos colectivos, mientras la mayoría lleva a cabo actividades individuales. Sin duda, otro aspecto que las maestras deben tener presente es que cuando los niños trabajan en grupo habrá ruido. Cuando trabajan en un proyecto, cada niño tendrá sus propias ideas por lo que podrán tener desacuerdos, naturalmente debatirán, discutirán y darán sus argumentos, lo que puede provocar que suba el volumen de voz en el salón. Debido a que este proceso colaborativo es lo que realmente permite que los niños aprendan y puedan desarrollar su potencial humano, el volumen elevado productivo se debe tolerar aun cuando provoque un salón aparentemente bullicioso. En ocasiones, las maestras que no comprenden este proceso y su importancia se preocupan porque el “nivel de ruido” en el salón es excesivo. No obstante, si uno se detiene a pensar, un salón animado y energético demuestra que los principios de la Dra. Montessori se están implementando con maestría artística. En este sentido, un salón que funciona perfectamente debe ser ruidoso. En palabras de Margaret Stephenson, “Debe haber un ‘zumbido’ de discusión y actividad productiva cuando los niños participan y colaboran en sus ocupaciones.” 19 Los salones Montessori de taller que son silenciosos demuestran que la maestra no ha comprendido la verdadera naturaleza del niño durante esta etapa y la manera en la que mejor aprende; debido a esto, no asisten a los niños en su construcción natural como seres humanos. Grandes trabajos Con un grupo de compañeros elegido personalmente y teniendo en mente una actividad proyectada, los niños estarán preparados para ejecutar sus grandes planes. Al permitirles trabajar con sus camaradas surgirán grandes ideas y grandes trabajos. Cuando la maestra confía en el desarrollo intelectual espontáneo del niño y tiene fe en los principios Montessori deberá sentirse tranquila de que los niños no solamente trabajarán al máximo de su capacidad, sino que incluso podrán crear algo glorioso que ni siquiera ella podría haber pronosticado. Esto es exactamente lo que se le reveló a la Dra. Montessori cuando observó el trabajo de los niños. La maestra comienza a ver que los niños hacen cosas que quizá son diferentes a lo que ella esperaba. Esta es una experiencia válida, una experiencia dirigida por la propia conciencia de la maestra. El progreso del niño no es resultado del mérito de la maestra, sino del desarrollo interior del niño. Posiblemente la maestra ya haya escuchado esta verdad e incluso la haya aprendido de memoria; sin embargo, es muy diferente haber escuchado hablar de ella como un fenómeno de que acontezca frente a sus ojos. 20 19

Lecture on Freedom and Responsibility. Montessori Institute of Milwaukee, Milwaukee, Wisconsin, 1991. (Traducción del texto original) 20 Creative Development in the Child: Volume II, 113. (Traducción del texto original) 2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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Pero nuestro trabajo no está terminado. El siguiente paso en el proceso es tan importante como el primero, sino es que más y, de nuevo, requiere del arte y la fe para que suceda. Es muy importante no interrumpir a los niños en su oportunidad de desarrollo creativo. Una vez que participan de manera laboriosa y constructiva en una actividad diseñada por ellos debemos protegerlos de cualquier interferencia. Este período de colaboración independiente es el que favorece más el desarrollo para el niño con mente social. Debido a que estos niños tienen la tendencia y la capacidad de visualizar, crear y diseñar grandes trabajos deben tener garantizado el tiempo ininterrumpido que sea necesario para que se manifieste otra característica psicológica de la etapa. Los niños requieren de tiempo para diseñar, formular, crear estrategias, evaluar, ejecutar y reevaluar sus planes. Este proceso creativo requiere tiempo y ese tiempo se debe proteger, pues las interrupciones causan miles de cortos circuitos en el proceso de desarrollo. La Dra. Montessori estaba consciente de la importancia de permitir a los niños trabajar constantemente en sus actividades, al escribir: Se ha revelado que el verdadero objetivo de todos los niños es la constancia en su trabajo y la espontaneidad de poder elegir la tarea a realizar, sin la indicación de la maestra.21 Con las mejores intenciones, pero sin una verdadera comprensión del proceso de desarrollo del niño, muy a menudo, las maestras Montessori permiten que el trabajo de los niños se interrumpa. Si les damos una verdadera libertad, deben poder llevar a cabo su labor durante el tiempo que requieran sin interrupciones. El proceso creativo requiere de tiempo y ese es precisamente el curso en el que se involucran los niños al trabajar en proyectos concebidos por ellos mismos. Reconocer y apreciar las fases creativas puede ayudar a las maestras Montessori en su papel de protectoras tenaces del período de trabajo del niño. La primera es la fase preparatoria, en donde los niños van a enfocarse en discutir y decidir el camino a seguir; después, deberán explorar, recopilar información, leer y hacer planes escritos hasta que finalmente deciden cuál es su mayor interés. La segunda fase, el período de incubación, es cuando las ideas iniciales son evaluadas, reevaluadas y se barajean para llegar a la mejor idea. Las ideas creativas no se pueden forzar. Debido a que los niños en un salón Montessori no deben estar limitados por horarios rígidos, se les da libertad de pensar y reflexionar sobre sus ideas y el periodo de incubación va de acuerdo con su horario natural.

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Educar para un nuevo mundo. 65. 2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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Sabiamente Alfie Kohn dice: Toma tiempo diseñar, preparar y llevar a cabo experimentos inteligentes que te digan lo que realmente quieres conocer. Aprender toma tiempo. 22 Después del periodo de incubación viene la fase de iluminación, en la que las piezas se unen para terminar el proyecto que visualizaron. Este es el momento en el que los niños trabajan incesantemente, desarrollando y refinando juntos sus planes hasta que estos cumplan con las ideas que se plantearon originalmente. La última fase es la de verificación, cuando el intelecto y el juicio completan el trabajo que comenzó con la imaginación. En este momento, los niños van a comparar su trabajo con lo que los inspiró; sus objetivos, sus resultados y sudesempeño. Los niños saben cuándo su trabajo es bueno y vale la pena y es a través de este proceso que ellos van a aprender a autoevaluarse y a conocer sus habilidades y su efectividad. Con frecuencia, los niños, después de estos trabajos, tendrán un sentido de satisfacción y se sentirán capaces, lo cual es un resultado deseado del trabajo constante y la concentración en una actividad. Si comprendemos que estas cuatro fases son vitales en el proceso de desarrollo del ser humano, podremos entender por qué no debemos nunca interrumpir a los niños cuando están trabajando de manera constructiva, productiva y positiva; ya que, al hacerlo, impedimos el desarrollo creativo del niño. Así que es imperativo que la maestra esté atenta y remueva todos los obstáculos que resulten ser una amenaza potencial en esta construcción. Dentro de estos obstáculos, las clases y maestros especiales se comprueban como uno de los impedimentos más serios para el desarrollo del aprendizaje, un aprendizaje que no debe estar limitado por horarios de clases o maestros externos. Además, interrumpir a los niños para que vayan a clases especiales coarta completamente la idea de otorgarles libertad. La libertad de trabajar sin cesar proporciona combustible a la pasión de los niños, esa pasión que se requiere para llevar un proyecto a su fin. Si quitamos la libertad, extinguimos la pasión y los niños perderán el interés en su tarea. Csikszentmihalyi coincide cuando sugiere que, sin una curiosidad ardiente, un interés vivo será poco probable la perseverancia suficiente para hacer una nueva contribución significativa. Además, él describe el estado al que uno puede entrar al estar trabajando de manera constante y sin interrupción: Esta experiencia óptima es lo que yo he llamado “flow”, porque muchos de los encuestados describieron la sensación de que las cosas iban bien como un estado de conciencia casi automático, sin esfuerzo, pero con mucha concentración. 23 22 23

The Schools Our Children Deserve, 60. (Traducción del texto original) Creativity – Flow and the Psychology of Discovery and Invention, 110. (Traducción del texto original) 2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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Cuando se interrumpe constantemente a los niños por una u otra razón, será raro que alcancen ese estado de “flow” de la forma en que lo describe Cskiszentmihalyi, o como lo hemos experimentado aquellos que hemos tenido el lujo de contar con el tiempo para realizar una tarea sin interferencia y hasta quedar satisfechos, saciados y realizados. Continúa: Una vez que se despierta la energía creativa, es necesario protegerla. Debemos erigir barreras contra las distracciones, cavar canales para que la energía pueda fluir de manera más libre, encontrar formas de escapar de las tentaciones e interrupciones externas. Si no lo hacemos, la entropía seguramente romperá la concentración que requiere la búsqueda de un interés. Luego, el pensamiento regresa a su estado básico: la condición vaga, desenfocada y constantemente distraída de la mente normal.24 La Dra. Montessori creía firmemente en que una vez el niño se involucrara en su actividad, no debería ser interrumpido por el adulto con buenas intenciones. Las interrupciones al trabajo constructivo del niño, consideró Montessori, son un impedimento para el desarrollo del niño. En el libro The Creative Development of the Child Volume II (sin traducción al español), así como en muchos otros, ella menciona reglas que la maestra debe obedecer y una de estas reglas es: Ella [la maestra] no debe interrumpir al niño que trabaja.25 Por eso, el aforismo Montessori “Proteger el periodo de trabajo del niño” Además, las interrupciones impiden que el niño desarrolle la ética de trabajo y que se dé su autoconstrucción. Ella dice: Es necesario trabajar, no de acuerdo con las instrucciones de otro individuo sino de acuerdo con las propias tendencias naturales.26 Para remarcar la idea de que la adopción de enfoques tradicionales donde los profesores y clases especiales son parte del programa y no parte del diseño de la doctora Montessori para nuestros niños, recordemos que ella dijo: … ésta [la maestra Montessori] tiene que partir de cero, liberándose de todos sus prejuicios pedagógicos.27 La Dra. Montessori observó que el interés genuino del niño nunca puede ser forzado, ya que este interés surge cuando los niños eligen libremente su trabajo. Cuando se les lleva a clases especiales, el adulto elige por el niño y la Dra. Montessori ha repetido una y otra vez que esto está mal.

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Creativity – Flow and the Psychology of Discovery and Invention, 110. (Traducción del texto original) Creative Development in the Child: Volume II, 307. (Traducción del texto original) 26 Creative Development in the Child: Volume I, 101. (Traducción del texto original) 27 Educar para un neuvo mundo, 72. 25

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Otro problema que surge cuando los grupos de niños son interrumpidos en su trabajo es cuando mandan a alguno de sus miembros a clases especiales y el grupo se perturba. A los niños no les gusta continuar sin que todos los miembros estén presentes para contribuir, por lo que la actividad se detiene y ya no es posible producir los grandes trabajos. Considerando las imprecaciones que surgen al establecer maestros y clases especiales, uno debe comprender y reconocer por qué la Dra. Montessori no fue partidaria de estos; por lo tanto, en la experiencia Montessori auténtica, no deben adoptarse estas prácticas. Libertad ofrecida de acuerdo con la responsabilidad En vez de elogiar o criticar a los niños, nuestro objetivo debe ser darles la oportunidad de evaluar por ellos mismos su responsabilidad, productividad y eficiencia. Es fundamental hacerlos conscientes de sus éxitos o falta de estos ya que, en el primer caso, servirá como estímulo positivo que promoverá más éxitos; mientras que, en el segundo caso, los niños podrán reconocer las áreas en las que deben mejorar y buscar los pasos para lograr sus metas. Si nosotros seguimos el enfoque Montessori y las recomendaciones que ella nos dio al implementar los sistemas diseñados para permitir que el niño se autoevalúe, lejos de juzgarlo, estaremos nuevamente demostrando la destreza y artisticidad de trabajar con el niño de taller. A través de este proceso, los niños podrán reconocer por ellos mismos qué tan responsables han sido en relación con la libertad que les ha sido otorgada. Los tres componentes de este sistema de evaluación fueron esbozados por primera vez en 1958 por Mario Montessori en el curso de formación de taller que dio en Londres, a los cuales la señora Stephenson llama “las tres piezas metafóricas de material”. Estos aspectos actúan en conjunto para para que el niño pueda evaluar su nivel de responsabilidad. Nuestro objetivo debe ser permitir que los niños se manejen solos y estas tres piezas de material van a proporcionar una estructura alrededor de la cual los niños pueden dirigirse y evaluarse de manera independiente. Estas tres piezas de “material metafórico” son el plan de estudios de la escuela pública, los diarios/bitácoras de trabajo y las reuniones periódicas con la maestra. Un salón Montessori de taller debe contar, de alguna manera, con el plan de estudios de la educación pública, ya que este es el programa que el niño tendría que aprender si acudiera a una escuela tradicional. Los niños y la maestra deben revisar este plan de estudios solo cuando sea necesario, no depender de él para guiar el trabajo de los niños ni insistir en que sea utilizado como una lista de registro en la que el niño vaya marcando los temas que ya ha trabajado. Usarlo de esta forma es un grave malentendido y un incumplimiento que limita el crecimiento intelectual del niño. En estos casos, la lista estaría dictando el aprendizaje, en vez de estar dando al niño la libertad de elegir los temas que desea investigar.

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La segunda pieza metafórica son los diarios de trabajo con los cuales los niños deben cumplir durante toda su estancia en taller. Los diarios parecen ser la pieza del “material metafórico” más incomprendida y la más difícil de implementar correctamente. Estas bitácoras o diarios de trabajo son la manera en la que el niño registra el trabajo que realiza durante el día. Aquí, él anota la fecha, la hora en la que inicia su trabajo, la actividad específica y la cantidad, así como el horario en el que concluye. Este registro le permite evaluar con precisión la cantidad de tiempo que ha usado en cada trabajo; en otras palabras, es un medio para darse cuenta de cuánto ha hecho y qué tan productivo ha sido. Así, podemos ver que, si esta herramienta se usa correctamente, el diario de trabajo se vuelve una herramienta muy efectiva para que ellos evalúen su actividad. Si los niños no llevan este registro y la maestra no les insiste y anima para que lo hagan, se les priva de una herramienta necesaria e indispensable para medir independientemente qué tan responsables han sido con la libertad que se les ha sido otorgada. Además, si los maestros ignoran o distorsionan el uso de estas libretas, demuestran que realmente no han entendido los mecanismos mediante los cuales los niños pueden autoevaluar su trabajo y efectividad.

Para conocer mejor cómo se usa el diario de trabajo podemos comentar las maneras en las que NO debe ser empleado. El diario no es un instrumento en el cual los niños registran sus reflexiones sobre el día o su trabajo, esta reflexión se da en colaboración con la maestra durante las reuniones individuales. Esta no es una libreta en la que los niños anotan cómo se sienten con su trabajo. Un diario de trabajo no es un instrumento en el cual los niños escriben una lista de lo que planean realizar durante el día; de hecho, si una maestra está implementando adecuadamente los principios de la Dra. Montessori, nunca debería crear una lista de este tipo. No es un lugar en el que se anota una lista de “cosas por hacer”, ni es un sistema que se usa solamente en Taller 1 para después, en Taller 2, convertirse en una lista de “cosas por hacer”. Sin el uso apropiado y correcto de esta segundo “material metafórico”, nos quedaremos sin un recurso válido, por medio del cual el niño pueda darse cuenta de manera independiente del manejo responsable de su tiempo. Así como la brocha es la herramienta del pintor, el diario de trabajo y su uso es una de las herramientas para implementar los principios de la Dra. Montessori y si no hacemos un uso adecuado de esta herramienta, el verdadero arte se negará a la persona que la maneja. 2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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El tercero y último “material metafórico” son las reuniones regulares que la maestra tiene con cada uno de los niños. Estas varían en frecuencia y tiempo dependiendo de la edad y capacidades de los niños. Es importante entender que en estas reuniones el niño y la maestra trabajan en conjunto para que el niño pueda evaluar y ver por sí mismo cuán responsable ha sido con la libertad que se le ha ofrecido. Cuando la maestra y el niño ven su diario y sus trabajos puedenreflexionar y evaluar juntos el nivel de productividad y calidad de los trabajos. Además, pueden planear juntos sobre futuras actividades y proyectos. Será durante estas reuniones quela maestra guíe el desarrollo del niño, al descubrir cuáles son las áreas que debe mejorar y enconjunto con el niño podrá planear las siguientes presentaciones, en este momento, la maestrapuede ofrecer el apoyo y la motivación que el niño necesite. Estas reuniones indicarán al niñoque la maestra está pendiente de su trabajo y progreso y que se preocupa por su avance, lo cual se evidencia en su esfuerzo por ayudarlo en su construcción. A partir del análisis de estos tres aspectos, de estos tres “materiales metafóricos”, podemos ver que, no solo son cruciales para implementar los principios Montessori con precisión, sino que trabajan en sincronía para permitir que el niño lleve a cabo de manera efectiva su desarrollo creativo. Implementar correctamente estos aspectos y permitir que las tendencias humanas y características psicológicas se expresen libremente, nos habla de la destreza y el talento con el que cuenta la maestra para lograr los resultados deseados en la construcción de un individuo capaz, completo y considerado, quien algún día reconocerá sus propios talentos y los ofrecerá como un regalo a la humanidad.

Conclusión La Dra. Montessori estaba en lo correcto al decir, “¡La tarea de la maestra no es pequeña ni fácil!” Para tener éxito en la vocación de ser una maestra Montessori de taller se requiere fe, confianza, trabajo arduo, autoevaluación, determinación, empeño y tenacidad. No todo el mundo lo logra y esto a veces se debe a que la maestra, sin darse cuenta, se desvía de los principios Montessori. Por esta razón, vale la pena reflexionar y estudiar repetidamente los principios que se nos presentan claramente al consultar y analizar las palabras de la Dra. Montessori cada vez que revisamos sus libros. Margaret Stephenson frecuentemente invitaba a las maestras a ejecutar el “Montessori de la Dra. Montessori”, en vez de recurrir a variaciones, ajustes y desviaciones que comprometen y surgen frecuentemente de manera insidiosa y errónea. Esta idea me viene a la mente cuando reflexiono sobre las palabras de la reconocida clavecinista polaca Wanda Landowska, quien le dijo a un compañero músico: “Bueno, tú tocas a Bach a tu manera, yo lo tocaré a su manera.” Pongamos atención a las palabras de la señora Stephenson y “toquemos” los principios de la Dra. Montessori a su modo, no al de nadie más. Cuando hagamos esto, podremos afirmar que realmente aplicamos con ingenio los principios de nuestra profesión y, al hacerlo, contribuimos a la creación de una obra maestra y al mismo tiempo perfeccionamos nuestra artisticidad como maestras Montessori. 2013, 2021 Phyllis Pottish-Lewis

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