y son un excelente medio para evaluar el grado de cumplimiento de los compromisos asumidos en el campamento.
Si todavía no lo ha hecho, devuelva a los alumnos las cartas que ellos mismos se escribieron, para recordarles sus compromisos pos-campamento.
Al terminar el campamento, pida a los alumnos que redacten cartas dirigidas a sí mismos acerca de cómo Dios obró en su vida y cómo se proponen responder. Recoja las cartas selladas y devuélvalas al cabo de varias semanas. Estas notas serán mensajes de aliento personal para que perseveren en su devoción a Dios o encaminen sus pasos.
Durante las últimas semanas del verano, dedique parte del tiempo de la clase a testimonios personales de cómo los alumnos desean ser instrumentos de Dios en su lugar de estudio. Durante las primeras semanas del año lectivo, presente una estrategia misionera estudiantil. La evangelización personal quizá fue el desafío culminante del campamento; no estará de más reiterar su importancia. Es posible que el ministerio nacional de jóvenes publique material de apoyo con el fin de preparar a los estudiantes para el ministerio estudiantil.
T r a nsf ormar el entu s ia sm o en prá ctic a Es probable que los conferencistas en el campamento hayan motivado a los alumnos a desarrollar una fe más enérgica y activa. Esta es una preciosa oportunidad de concentrar la atención inmediata en prepararlos y alentarlos hacia expresiones prácticas de ministerio y servicio. Cuando los alumnos participan activamente del ministerio, su fe se renueva, y retienen mucho más de lo que aprenden. Invite a miembros del equipo de la iglesia —en especial al pastor— para informar a la clase sobre las oportunidades de servicio que los adolescentes tienen en la iglesia. En un trabajo cooperativo con el líder del equipo de jóvenes, coordine los proyectos de la clase con la promoción de ministerios durante el resto del verano. Procure que los alumnos asuman un papel más activo en las clases de escuela dominical y en las reuniones de jóvenes, sin olvidar que deben ser entrenados debidamente. Recuerde frecuentemente a los alumnos los cometidos y las responsabilidades de un líder.
T r a s la d a r
la e xpe r ienci a del c a mpamento al cent r o de e studio s
Si la resistencia espiritual de los alumnos no ha sido cabalmente puesta a prueba durante el verano, no cabe duda que «deberán rendir examen» durante el otoño. Si los alumnos están bien preparados, las semanas y meses por delante podrán incluso darles más vigor espiritual que el campamento de jóvenes.
Familiarícese y asesore a sus alumnos respecto a los derechos legales que tienen como cristianos en el plantel. Incentive la participación de ellos en un club o ministerio estudiantil. Ayúdelos a desarrollar e implementar una estrategia de oración para sus centros de estudios y hacia sus compañeros no creyentes. Considere diversas sugerencias con respecto a la evangelización personal y los proyectos académicos que reflejen una cosmovisión cristiana. Resalte la importancia de ser siempre amables y respetuosos en la manera de presentar los temas. Transmítales la importancia fundamental de cultivar el hábito del estudio bíblico personal y de la oración, y de depender del Espíritu Santo para tener siempre valor y poder espiritual.
E nt u s i a s ma r l o s con l a P a l ab r a Hay un lugar pleno de aventuras para todos los adolescentes, disponible en cualquier momento. Todo lo que necesitan está ahí. A pesar de ello, la mayoría no lo conoce muy bien. Aparentemente, muy pocos comparten las experiencias vividas en sus páginas. Este «lugar» es la Palabra de Dios. No debemos limitarnos a guiar a los adolescentes hacia ese lugar, sino asegurarnos de que aprendan cómo llegar por sus propios medios. Los líderes de jóvenes cristianos suponen con demasiada frecuencia que los alumnos ya cono-
DESARROLLO DEL MAESTRO
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