ALTER EGO P.2
Rodolfo Stanley (1950) es un artista que desde la década de los años setenta, ha trabajado de manera continua en el desarrollo de un lenguaje pictórico propio. Su carrera como diseñador publicitario y su acercamiento autodidacta a la pintura, han marcado su producción de manera significativa. Su trabajo se enmarca principalmente en la concepción de series temáticas, pero al mismo tiempo, mantiene intereses que se desarrollan de manera transtemporal a estas. Muchas de sus obras se construyen como una especie de collage de anotaciones y bocetos, de momentos y personajes traslapados. Son escenas captadas a través de visitas a espacios sin ser invitado, de recorridos y miradas de la vida cotidiana.
Primavera nocturna, 1989. Óleo, 77 x 76 cm, colección del artista. P.2
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La exposición Alter Ego hace referencia a esta especie de personaje desdoblado que es narrador y testigo, pero que a la vez es partícipe. Ubica al autor no solamente como un voyeur de muchas de estas escenas trasladadas al lienzo, sino también como un protagonista de su propia obra. En sus primeros años de dedicarse a la pintura, irrumpe de manera notable en el medio artístico costarricense. Consolida su trabajo con varias muestras colectivas e individuales tanto en el país como en el ámbito internacional desde Francia, Italia, España, Suiza, Alemania, Estados Unidos, Panamá, Venezuela, Colombia y Japón. Como señala el crítico y artista Guatemalteco Roberto Cabrera: “Su profesión original de diseñador gráfico lo coloca más allá de cualquier academicismo ochocentista que encontramos en algunos pintores nacionales de su generación, formados en las tradicionales escuelas de arte. Stanley utiliza todavía, es cierto, muchos elementos netamente “pictoristas” que vienen del realismo artesanal del siglo pasado, pero lo que es en su forma y manera de trasladar al lienzo los diferentes elementos de organización espacial, hay mucho de fotografía, de cine, de videofilms, de secuencia icónica como en las revistas ilustradas, las historietas, las fotonovelas, los “spots” publicitarios y toda la imaginación de los medios de comunicación social de hoy día”.1 1
“Y ahora solo pintor”, Periódico La Nación, Revista Viva, Sección B, 30 de noviembre, 1987.
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En sus primeras obras existe un marcado interés por la figura femenina, el acecho y la mirada erotizada. El mismo artista menciona influencias del expresionismo y del surrealismo en esta etapa. La naturaleza exótica y la presencia de frutas y felinos en sus lienzos, me mezclan con rituales sexuales a manera de metáforas. La soledad y la objetivación femenina llegan a ser una constante. En sus inicios, a nivel formal, es fundamental el manejo libre del color y de las tramas lineales. Stanley ha trabajado desde el grabado, el pastel, el óleo, pero va a ser el acrílico el que posteriormente marque las cualidades que caracterizan su obra. Desde los años ochenta trabaja de manera intermitente el tema de la máscara, indumentaria que retoma en sus obras más recientes introduciendo así la temática de las mascaradas populares. La máscara como tal, interesa al artista desde la capacidad de transformación, desde el juego que posibilita encarnar otros papeles o roles de los individuos en la sociedad. En los años noventas trabaja una serie que se aleja de los temas tratados anteriormente y esta se relaciona con el V Centenario de la Conquista. La serie llamada “Historia de las Indias”, presenta el tema de la conquista de América perfilado desde imágenes casi oníricas, con gran énfasis en el manejo del color. Aquí, animales fantásticos, a manera de centauros, representan la lucha entre dos mundos. P.5
A principios de los noventas inicia también su serie “Parques”, temática que continúa trabajando hasta la actualidad. Estos espacios permiten al autor dar rienda suelta a una gran cantidad de temas que se mezclan, como los son el humor, el erotismo y la fantasía. Estos son espacios donde se permiten ciertas licencias y hay cabida al entretenimiento. Hacia finales de los noventas empieza a trabajar la serie titulada “La noche”, con apoyo para la investigación de la Fundación ILPES (organismo que forma parte de la CEPAL, Comisión Económica para América Latina y el Caribe). Aquí se encuentran escenas captadas directamente en bares y prostíbulos que dejan ver otra cara de la sociedad costarricense. Estos son espacios donde el pudor queda de lado, para dar paso a la búsqueda del placer desde una cotidianidad separada de la esfera pública. Estos temas son retomados años después con su La Noche de la serie La Noche, 1998. Acrílico, 81 x 100 cm, colección del artista. P.6
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serie “Las niñas del Rey”, retratando de manera directa, en muchos casos, a personajes nocturnos y recurrentes de ciertos bares de la capital josefina. Siempre en relación con estos espacios nocturnos, su búsqueda se amplía hacia los salones de baile popular, pero especialmente, salones donde los ritmos del bolero o swing criollo se hacen presentes. Estos salones, asociados en algunos casos a ciertas esferas socioeconómicas, permiten reconocer el disfrute nocturno, donde la cadencia, el ritmo, el cortejo y la sensualidad son los protagonistas. De forma coherente con el estudio del movimiento del cuerpo, en especial del femenino, Stanley trabaja de manera más reciente el tema de la danza y el ballet. Las figuras de las bailarinas se mezclan con ambientes intimistas e imágenes traslapadas, creando nuevos escenarios fuera de los espacios teatrales por excelencia. Su inclinación por retratar las dinámicas populares desde diversos ángulos sociales, es retomadas en sus series “Comegüevos”, “Los de arriba” y sus últimos trabajos de la serie “Transeúntes”. Aquí es evidente no solamente el retrato antropológico, sino también, el de otros elementos distintivos como la presencia de las marcas de publicidad, tanto local como externa. La apropiación de estos logotipos hace referencia tanto a la marcada Delirio de la serie La danza, 1991. Acrílico, 77 x 67 cm, colección del artista. P.8
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influencia en Stanley de su trayectoria en el diseño publicitario, como a referencias que responden a un espacio y a una temporalidad específicas. El estudio de las costumbres populares y de cómo estas marcan el comportamiento de una sociedad, es un tema recurrente en la obra se Stanley. Desde los corridos de los transeúntes por la capital josefina, hasta las diferentes maneras de disfrutar unas vacaciones, son escenas que recuperan una serie de recursos y elementos de carácter documental y simbólico. Las calles de San José, las playas en Puntarenas, los salones de baile, se unen a marcas de cerveza, bolsas de supermercado y diseños de tatuajes que nos hablan de un momento histórico particular y de lugares que reconocemos. En su rescate por los espacios populares y de encuentro social, se mezcla también el alcance de la prensa local y los sucesos que han marcado las noticias de miles de costarricenses. En este sentido, la información que se difunde desde los medios de comunicación y los Transeúntes #4, 2019. Acrílico, 130 x 150 cm, colección del artista. P.10
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sucesos noticiosos que circulan, son enmarcados por el artista para visibilizar diferentes problemáticas sociales en el acontecer del país. Es de esta manera que dentro de su serie “Mi patria querida”, ciertos tópicos son retomados, muchas veces desde las mismas referencias fotográficas de la prensa, y trasladados a la pintura. La obra del artista Rodolfo Stanley ha ido transformándose al paso de los años, integrándose al medio artístico y coqueteando con las demandas del mercado. Su trabajo ha sido constante. Alter Ego nos permite movernos entre esas líneas de producción, entre las inquietudes y fantasías del artista. Nos permite también posicionarnos desde la mirada del otro, y a la vez, ser parte desde nuestra propia mirada.
Quo Vadis, 2019. Acrílico, 130 x 150 cm, colección del artista. P.12
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Créditos de la exposición Curaduría: María José Chavarría Zamora Textos: María José Chavarría Zamora y Vivian Solano Brenes Diseño gráfico: Gabriel González Chavarría Montaje: María Lourdes Robert Montes de Oca, Jorge Marín Araya y Olman Carvajal Ulloa
Sobre esta publicación Textos: María José Chavarría Zamora Fotografías: Archivo Rodolfo Stanley Diseño y diagramación: Gabriel González Chavarría Portada: Rodolfo Stanley. Chicharrón infartado (detalle), 2019, acrílico, 96 x 130 cm, colección del artista. P.15
Septiembre 2019
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