METADATA LUCIANO GOIZUETA
DSC-0017 de la serie DSC, acrílico sobre tela,137 x 183 cm, 2015
Luciano Goizueta Février (1982) vive y trabaja en San José, Costa Rica. Su formación incluye estudios en arquitectura en el Instituto Tecnológico (ITCR) y artes gráficas en la Universidad de Costa Rica (UCR). Ha participado en muestras individuales y colectivas, tanto dentro como fuera del país entre el año 2004 y el 2018 en diversas galerías, museos y ferias de arte. Su obra ha sido exhibida en Buenos Aires, Bogotá, Nueva York, Miami, Washington, Los Angeles, San José, Ciudad Panamá, El Salvador, Santo Domingo, Ciudad de México, Ciudad Guatemala, Vancouver, Shanghai, Basilea, entre otros. Su obra se encuentra en colecciones como la de la Fundación Ortiz Gurdian, Museos del Banco Central de Costa Rica, Museo de Arte Costarricense, entre otras.
Fue galardonado con el primer premio y también Mención Honorífica en Valoarte, Colectiva de Arte Iberoamericano en Costa Rica, 2008 y con el Premio del Salón Nacional de las Artes Visuales 2017 en categoría obra tridimensional, otorgado por el Museo de Arte Costarricense.
METADATA La palabra metadato literalmente significa “sobre datos”, son datos que describen otros datos. Proviene del griego μετα: meta, 'después de, más allá de' y latín datum: dato, “lo que se da”. Si bien es cierto que los procesos de investigación curatorial permiten estudiar y generar relaciones en la producción de un artista, en este caso particular se quiso dar énfasis a la lógica de producción del artista para la construcción del guion expositivo. Goizueta es un artista que ha trabajado consistentemente a partir de series a lo largo de su carrera. Estas series, en su mayoría, se basan en la captura de imágenes donde la fotografía juega un papel fundamental. La yuxtaposición de imágenes no solamente de espacios distintos, sino también de momentos diferentes, ha ido generando capas múltiples, tanto visuales como simbólicas. Esta acumulación de referencias no funciona solo en relación a una
El diálogo entre lo micro y lo macro es una herramienta constante en su trabajo, así como la utilización de la fotografía como medio que permite la integración de nuevas imágenes. Estas relaciones no son necesariamente subjetivas, en muchos casos son mecanismos como una hora específica del día, o un registro en la memoria de archivo de una cámara digital, como en el caso de su serie DSC. El azar aquí está vinculado a sistemas de medición y organización. El artista, comenta que en relación a la utilización de los recursos fotográficos que: “La fotografía es parte esencial de mi pintura, casi que cada idea, cada objeto que pinto fue en algún momento una fotografía.
Debido a mi formación gráfica la fotografía tuvo un rol esencial en mis estudios académicos, así proyectos fotográficos fueron retomados en pintura años después. Casi me atrevería a decir que empecé a pintar en formato grande por las ganas que tenía de ver mis fotografías en grande, de ahí que mis primeras pinturas intentaran ser hiperrealistas. Luego que decidí dedicarme primordialmente a la pintura en año 2004, la fotografía pasó a ser un medio y no un fin.” Para esta exhibición se trabajó con diversas series, entre ellas Colmena que utiliza la urbe como temática central a partir de imágenes encontradas. En esta serie de pinturas el artista reflexiona sobre la condición humana a partir de un retrato de la ciudad moderna. Los fragmentos pictóricos de esta serie tratan de ser un reflejo industrialista y despersonalizado, tal y como lo fue el proyecto moderno. También se tomó en cuenta la serie Irrealismo, que intenta resaltar la naturaleza de lo “no-real” desde la cotidianidad. Aquí la luz es un elemento importante también, ya que permite un efecto intermedio entre lo figurativo y lo abstracto. La serie Desde adentro, busca desestabilizar y desfragmentar la estructura de ciudad moderna, una especie de retro-futurismo. La inserción del dibujo y de personajes de la cultura de masas se mezcla con la exploración de materiales y el procesamiento de imágenes. Para Goizueta, esta apela a la yuxtaposición de elementos y capas de información y permite crear realidades nuevas y contradictorias.
es aleatoria y aún con un trabajo pictórico metódico el resultado final es inesperado; usualmente piezas abstractas cuyo centro es un discurso sobre la pintura misma. Estas piezas sugieren relación con las imágenes del universo -como las supernovas- y las visiones tecnologizadas de imágenes microscópicas.” No solamente las series pictóricas se tomaron como base para esta exhibición, sino también su producción en ensambles y libros de dibujos. Estos objetos/cajas nacen del interés de coleccionar objetos, recortes, juguetes rotos, pero al mismo tiempo funcionan como una gran acumulación de referentes visuales que adquiere ahora una tercera dimensión. Estas piezas requieren un acercamiento directo del
espectador, una búsqueda de relación con su entorno y presentan una nueva manera de resemantizar las relaciones espaciales y objetuales. Al mismo tiempo, la introducción del dibujo, que el artista permea de espontaneidad o ejercicios autoimpuestos, se integra no solamente con su proceso de creación de sus obras pictóricas o tridimensionales, sino también en este caso, del espacio del museo como una ramificación del proceso de construcción de estas nuevas realidades. Metadata nos permite mirar esos “micromundos” y ser incluso parte de una de las múltiples posibilidades de construcción desde el ejercicio de la memoria y la representación.
Museo de Arte Costarricense Noviembre de 2018 Curaduría: María José Chavarría Zamora Diseño gráfico: Gabriel González Chavarría Fotografía: Luciano Goizueta Février Comunicación: Maricruz Gómez Barrantes Montaje: Olman Carvajal Ulloa, Jorge Marín Araya y demás personal del MAC Transporte: Manuel Soto Mora
Espacio dentro de espacio, ensamble, 30 x 30 x 30 cm, 2018
cantidad incontable de capturas fotográficas de espacios, objetos y personajes, sino también sus propias obras se convierten en materia prima para nuevas piezas a partir de la repetición o extracción de elementos. La repetición aparece en su trabajo como una especie de ouróborus, serpiente mitológica que muerde su propia cola. Esta imagen se asocia a la idea del eterno retorno, la cíclica repetición de acontecimientos dentro del tiempo. Dentro de esta visión cíclica y repetitiva del tiempo es posible la representación del renacimiento de las cosas ya que estas que no desaparecen, solo cambian eternamente1. Goizueta plantea esta especie de transformación dentro de su propia obra, donde no solamente es posible encontrar imágenes recurrentes, reconstruidas y recontextualizadas, sino también redimensionadas a partir de un juego con las escalas. El espacio como recurso es otra de las aristas desde las que se podría mirar la producción del artista. El manejo de diferentes dimensiones permite transformar de nuevo los elementos referenciales y generar nuevas posibilidades.
1 Eliade, Mircea, El mito del eterno retorno, Arquetipos y repetición, Emecé, Argentina,
2001, p.89.
La serie Lo que subyace recurre al cambio en la contextualización del objeto desde la edición de la imagen. Como el mismo artista señala: “Mi trabajo ha estado sujeto al estudio de la ciudad, el paso del tiempo y la decadencia o desfragmentación de la misma, "lo que subyace" vendría a ser los objetos o íconos relacionados con la misma. En este caso los automóviles, motocicletas, autobuses, camiones y maquinaria en general creada por el ser humano. Objetos que pasan desapercibidos y que poseen una información relevante sobre los lugares, personas como si fuesen portadores de historia más que objetos en sí. Así, intento visibilizarlos sacándolos de su contexto. Estos objetos sufren también el paso del tiempo; algo así como una mutación de su forma original, adaptándose a las demandas de sus propietarios o las inclemencias del tiempo y el abandono.” Por otro lado, en la serie Microcosmos se empieza a ver un patrón de trabajo marcado por una mirada en el residuo de la pintura y la misma acción de pintar. Para Goizueta es relación surge “a partir de una fotografía-detalle de la paleta con la que trabajo, magnifico sus dimensiones en pinturas de gran formato, un proceso de lo micro a lo macro. A pesar del control de lo retratado, la génesis de estas pinturas
Polaridad, acrílico sobre tela, 90 x 90 cm, 2015
Polaridad, ensamble, 17 x 17 x17 cm, 2015
Microcosmos V de la serie Microcosmos, acrílico sobre tela,140 x 320 cm, 2012