La distinción tan marcada que conocemos hoy entre magia, ciencia y religión es un fenómeno que empezó a tomar fuerza en lo que llamamos mundo occidental hacia finales del siglo XVIII. Estas divisiones influyeron en la percepción de la sociedad sobre lo racional e irracional, lo secular y lo divino, lo que era pertinente a la ciencia por un lado y a la religión por el otro. Además, se distinguió lo religioso de lo mágico (percibido como toda práctica pagana, supersticiosa e inexplicable), declarando movimientos alternativos a la institución religiosa oficial como una amenaza, como algo maligno que venía a envenenar a la sociedad. Plano de la fachada principal del Teatro Nacional y propuesta de ornamentación (Detalle), Lorenzo Durini Vasalli, circa 1897, Archivo del Teatro Nacional.
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Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX, diferentes corrientes de pensamiento como la Masonería, la Teosofía y el Espiritismo, formaron parte de la sociedad y la política costarricense. La presencia de estas corrientes provocó la crítica y respuesta inmediata por parte de la Iglesia Católica y muchos de sus adeptos. Esto trajo consigo diversas discusiones y tensiones, además de la proliferación de movimientos intelectuales y una pluralidad de pensamientos no solo en las altas esferas de la nación, sino también en sus artes. Artistas costarricenses y extranjeros radicados en el país estaban integrados a estos movimientos, y contribuyeron a los mismos de formas distintas, tanto en el ámbito artístico visual, como en el literario e intelectual. Además, de este tipo de líneas de pensamiento, derivaron ideas que formaron parte del sistema de creencias de algunos artistas costarricenses de mediados del siglo XX. Sistemas que llegaron a expresar en su obra plástica.
En gran medida, muchos de los movimientos o sistemas de creencias personales pretendían borrar dichas barreras, abogando por una búsqueda de la verdad y por un bien común, donde la ciencia y la religión no tenían por qué estar separadas si en todo caso el fin último era el mismo. En este sentido, parte de estos movimientos reivindican el carácter de lo mágico, abogando a una tradición, a un conocimiento primordial desarrollado por diversos medios y movimientos, entre los que elementos como lo esotérico, la magia natural, la astrología y la alquimia tenían cabida.
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La realización de retratos de figuras representativas y otros encargos específicos desde estas Sociedades, fueron parte de una producción que es significativo mencionar. Por otro lado, las obras de artistas que fueron a su vez miembros de dichas configuraciones, dejan ver la manera en que estos movimientos se mezclaron con temáticas puntuales del país. Ejemplo de ello es parte de lo producido por Francisco y Lorenzo Durini (1855-1905, 1856-1920), Aquiles Bigot (1822-1884), Alexander Bierig (1884-1963) o principalmente Tomás Povedano de Arcos (1847-1943) en relación con la Logia Masónica. Más adelante, Povedano también entró en vínculo con la Sociedad Teosófica, y contribuyó a la integración de una visión del pasado precolombino a un sistema filosófico y antropológico de carácter teosófico. Finalmente, figuras como Enrique Echandi (1866-1959) confirman la participación de artistas costarricenses en los círculos espiritistas desde una parte documental (en cuanto a evidencia empírica de fenómenos), hasta una gráfica y literaria, además de las posibles implicaciones del Espiritismo para lo que fueron las creencias y la imagen popular espiritual del país.
La exposición Configuraciones Espirituales: sistemas de creencias y corrientes intelectuales en el arte costarricense plantea la posibilidad de que diversos movimientos fueran un espacio fértil para la producción artística, así como también de diferentes inclinaciones de carácter político, internacional, institucional o, en todo caso, intelectual.
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Museo de Arte Costarricense es de vital importancia el revisar la producción artística del país desde diversas aristas, y esta exposición, es un acercamiento más a intentar comprender la compleja producción de muchos de los artistas que conforman la historia de arte en Costa Rica.
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La exhibición incluye también una sección enfocada en la influencia que estos movimientos tuvieron en otros artistas costarricenses y que no fueron necesariamente miembros de las diversas corrientes mencionadas. Dentro de esta línea, figuras como Manuel de la Cruz González (1909-1986) y Luisa González de Sáenz (1899-1982) son parte de los artistas que se incluyen, el primero a razón de su vínculo con ideas plásticas y filosóficas que tienen sus orígenes en la Teosofía; y la segunda por motivo de su temprano ligamen al Espiritismo, y por su interés en elaborar una obra plástica caracterizada por la expresión de un sistema de creencias referente al mundo espiritual. Además, Rafael Fernández (1935-2018) conocido como Rafa y Flora Sáenz de Langlois (1927) son figuras representativas de una vertiente en el arte costarricense, en cuanto a la usual práctica de servirse de una concepción en particular de lo Paramágico.el
A razón de los temas que se tratan en esta exhibición, se presentan a continuación definiciones generales tanto de la Masonería, la Teosofía y el Espiritismo, como del momento en que dichas corrientes se integran al panorama espiritual e intelectual del país
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El carácter iniciático de la institución distingue entre el iniciado y no iniciado, donde se aboga por un conocimiento y una serie de prácticas y rituales esotéricos, conocidos y revelados a aquellos que están a lo interno, dependiendo de su rango dentro del sistema integral que significa la masonería. Es una experiencia íntima, esotérica y fraternal. El componente del secreto, de un conocimiento escondido que ha de ser descifrado, es fundamental. Las condiciones necesarias para ser masón implican la creencia en el “Gran Arquitecto del Universo”; la creencia en la inmortalidad el alma; y la creencia en que es necesario trabajar por la mejora de la sociedad y el prójimo.
La Masonería está comprendida, por un lado, de aquellos que quisieron encontrar en el oficio medieval las bases para la creación de una nueva sociedad, y por el otro, por quienes hallaron en estos principios un terreno fértil para la especulación y el desarrollo de diversas ideas filosóficas y espirituales. Estas
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Masonería Sociedad fraternal de la que se tiene conocimiento a partir de las últimas décadas del siglo XVII. Está en parte basada en la Masonería operativa, que refiere al oficio de cantería (albañilería) tal y como se llega a conocer por documentos tardomedievales. Los así conocidos Old Charges (antiguos deberes), protocolos escritos por clérigos provenientes de las logias de los masones operativos, contenían prescripciones morales y una historia del oficio, en donde por ejemplo se vinculaba a los constructores de las catedrales con los de la Torre de Babel o el Templo de Salomón. Los masones contemporáneos se consideran parte de sus sucesores1.
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La fiesta de la cabeza , Tomás Povedano de Arcos, Óleo sobre tela, 137 x 188 cm, circa 1897, Colección del Banco Central de Costa Rica.
Sociedad que deriva sus enseñanzas y principios principalmente de los textos de la escritora de origen ruso, Helena P. Blavatsky (1831-1891)2. La primera
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corrientes no son necesariamente excluyentes entre sí, y ambas se sirven de un rico simbolismo, tanto lingüístico como visual. Es importante discernir que en un principio la Masonería no se propuso como una religión, y mucho menos como una institución antirreligiosa. Es una sociedad teísta, fraternal, cuyo fin está en la mejora del ser humano a partir de una serie de ideas respecto de lo humano, político, económico y cultural en un contexto en particular.
2 Una segunda generación teosófica llega a estar representada principalmente por Annie Besant (1847-1933), quien asume la presidencia en 1907.
Es en 1865 que se organiza de manera oficial la primera logia masónica centroamericana. Este fue el proyecto del presbítero católico Francisco Calvo (1819-1890), y tuvo el nombre de “Logia Caridad”, con ubicación en San José. La Masonería en el país funcionó como un espacio para la formación y desarrollo de redes políticas, intelectuales y sociales donde se seguían diversos principios liberales e ilustrados, todo con el fin de constituir un proyecto adecuado de desarrollo social y civil en la región. Hay que señalar también, que la Iglesia Católica, desde un principio, criticó sistemáticamente a la Masonería, definiendola como deísta, materialista y atea, la cual atentaba contra las costumbres costarricenses y, por lo tanto, contra la misma institución religiosa.
La Sociedad Teosófica
La primera logia centroamericana fue fundada en 1904, con sede en Costa Rica. Esta es la “Logia Virya”, instaurada por Tomás Povedano junto con José Monturiol y Walter J. Field. Povedano estaría a cargo de la Sociedad hasta 1927. Aparte de producir un espacio para la discusión y reflexión teórica y espiritual de acuerdo con los principios teosóficos, la Sociedad Teosófica costarricense se caracterizó por comprometerse a causas sociales de diversa índole, desde la educación y la caridad hasta la protección de animales, entre otras cosas. Además, al igual que la Masonería, muchas figuras alineadas con la Sociedad Teosófica formaron parte de la política pública del país.
Sociedad Teosófica se inaugura en el año 1875 en la ciudad de Nueva York. La Sociedad propone que la verdad o la sabiduría divina (theosophia) se puede encontrar en todas las religiones, por lo que todas las religiones deberían ser estudiadas en vez de condenadas o discriminadas. Existe una concepción emanantista de lo divino: todos somos parte de una progresión divina, y el hacernos daño implica un deterioro a nuestra conciencia como un solo ser. El ser humano por lo tanto, es concebido como un microcosmos, como una correspondencia y como un espejo con el macrocosmos.
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Blavatsky siempre estuvo interesada en unir los avances científicos con sus conocimientos de carácter esotérico. En 1878 inicia la movilización de la Sociedad a la India, concretándose en 1879. El coronel estadounidense Henry S. Olcott (1832-1907), presidente de la Sociedad, y la misma Blavatsky, empiezan a dar mayor valor a las filosofías hinduistas y budistas, considerando que estaban más cercanas a la sabiduría ancestral y divina.
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Equilibrio cósmico, Manuel de la Cruz González, Laca, 110.5 x 81 cm, 1965, Colección Museo de Arte Costarricense
Portada de la revista: Lo Maravilloso, Revista de psicología y dinamismo explicados, Madrid, 25 de julio, 1909.
El espiritismo es, en sí mismo, el aceptar la existencia del “más allá”, que dicho “más allá” se puede manifestar, y que podemos asumir una metodología “científica” para saber esto.
Espiritismo
Al inicio el Espiritismo se basó en dos principios: la creencia en que se puede establecer una comunicación con los espíritus y, que este fenómeno sucede de forma material, cuyos procedimientos para su estudio y para el establecimiento de contacto son científicos. En otras palabras, las ciencias son las que evidenciarán la posibilidad de comunicación y materialización de los espíritus3. Las implicaciones de esto para lo que entendían como planos material y espiritual, además de la noción de transcendencia y verdad divina o espiritual, fueron inmensos.
El Espiritismo nace en Nueva York hacia 1848 a partir de las comunicaciones que llegaron a tener las “hermanas Fox” (Kate, Margaret y Leah Fox) como principales impulsoras del
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5 Las formas en que los espíritus se comunicaban se empezaron a diversificar, desde escritura automática de un médium en trance, mediado por un espíritu; a pinturas hechas a través de médiums, todo esto hasta llegar a las famosas mesas y muebles que se movían o levitaban de acuerdo a los mensajes o las intenciones de los espíritus.
La peregrinación, Luisa González de Sáenz, Tinta sobre papel, 31 x 25 cm, s.f., Colección Museo de Arte Costarricense
4 Quienes tienen la sensibilidad para comunicarse con espíritus.
Espiritismo en el siglo XIX, después de afirmar ser testigos de una serie de fenómenos. Rápidamente empezaron a haber sesiones espiritistas, y nuevos “médiums”4 surgen a lo largo de los Estados Unidos. Hacia 1850 aparecieron en el mundo Sociedades o Círculos que investigarían dichos fenómenos5. En Francia estuvo vinculado con el Mesmerismo (magnetismo animal), nombrado después de los estudios de médico y filósofo alemán Franz Anton Mesmer (1734-1815). El máximo representante y de quien se derivaron varios postulados fue el escritor y filósofo francés Allan Kardec (18041869). Es principalmente con su texto El libro de los espíritus (1857) que el espiritismo se sistematiza.
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Esoterismo:Glosario
El desarrollo del término y su aplicación en diversas disciplinas, sociedades, pensadores y fuentes es sumamente variado. Por lo menos desde el punto de vista académico, la etiqueta es utilizada como constructo conceptual que comprende diversas corrientes filosóficas y espirituales a lo largo de la historia hasta nuestros días. En estudios religiosos permite referirse a ciertos tipos de configuraciones religiosas, asociadas comúnmente a la idea de lo secreto, donde hay un conocimiento en particular, vinculado a la salvación o iluminación, que está destinado solo a aquellos que han sido iniciados.
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Hermetismo y Hermeticismo: Dos términos unidos por la figura mítica de Hermes Trismegisto y los textos atribuidos a él, principalmente el Corpus Hermeticum y el Asclepio. El Hermeticismo refiere no solo a la tradición hermética de un conocimiento ancestral transmitido desde Oriente a través del platonismo, sino también a todo aquello referente a la astrología, alquimia y magia natural. El hermetismo alude
Los primeros vínculos entre la idea de un conocimiento secreto y lo esotérico lo encontramos en el Stromata, texto atribuido a Clemente de Alejandría (Siglo II-III). Es en realidad hacia las primeras décadas del siglo XIX que contamos con la palabra Esoterismo en cuanto tal, aparecida primeramente en francés (l’ésotérisme) en Histoire critique du gnosticisme et de son influence (1828) (Historia critica del gnosticismo y de su influencia), libro escrito por Jacques Matter (1791-1864). El término fue utilizado para referirse al esoterismo inherente al gnosticismo, relativo a la iniciación en diversos misterios en los que se sincretizaron enseñanzas cristianas, orientales, judías y griegas.
La presencia del Espiritismo en Costa Rica se conoce desde mediados de la década de 1870, donde se advierte la circulación de las publicaciones de Allan Kardec. En 1896 se fundó formalmente el primer grupo espiritista en Costa Rica: la “Sociedad Benefactora de Estudios Psicológicos”, la cual giró alrededor de la publicación del periódico espiritista y racionalista “El grano de arena” (1896). Anterior a este grupo, y con una identidad predominantemente espiritista, pero hoy en día sin mayor conocimiento de la misma, estaba la “Sociedad de Estudios Psíquicos”, fundada en 1892, entre cuyos integrantes contaban masones.
Ocultismo: El término proviene en realidad del siglo XIX, y fue un concepto general que refería a una serie de corrientes esotéricas que intentaban reconstruir el puente entre todos los saberes (científicos y divinos) a partir de la noción de un saber primigenio, una sabiduría verdadera, divina y original. La idea de fuerzas ocultas, o en una primera instancia cualidades ocultas de las cosas, tiene sus raíces en la filosofía natural aristotélica. En el Renacimiento se hablaba de propiedades ocultas en ciertos tipos de objetos y materiales, que permiten atraer influencias celestes, entre otras cosas. Es a su vez en estos momentos que surge la noción de una filosofía oculta. En el siglo XVIII, en parte debido a la Ilustración, se empezó a hablar más de fuerzas ocultas, separándose de la idea de lo que era una cualidad del objeto, y abogando por aquello que era producido de forma divina o misteriosa. Lo oculto significó lo inexplicable por la ciencia moderna, materialista y mecanicista. Se empieza entonces a argumentar en la existencia de una sola fuerza oculta, una sola energía vital, que permea el mundo, de lo que surgen teorías como el magnetismo animal, entre tantas otras.
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Mesmerismo: nombre que lleva las teorías de Franz Anton Mesmer sobre el magnetismo animal. Mesmer experimentó con magnetos para la medicina. De ahí empezó a desarrollar su teoría sobre cómo los imanes amplificaban y canalizaban un “fluido” proveniente de su propio cuerpo, el cual podía ser transferido al paciente. Esta idea llevó a una teoría general respecto de un fluido impalpable que se encuentra en el universo y conecta a los seres humanos con todo su entorno y con ellos mismos. Las enfermedades se deben a una mala circulación de dicho fluido.
a la perspectiva religiosa y filosófica procedente de la así llamada literatura Hermética. En el Corpus Hermeticum se propone, por ejemplo, la conexión fundamental entre Dios, el cosmos y el ser humano, apelando a la unidad del universo, a las nociones de macrocosmos y el microcosmos, y a sus innegables Paracorrespondencias.elsigloXVIII, las corrientes basadas en lo que se creía había sido obra de Hermes Trismegisto expandieron sus fuentes, utilizando diversos elementos que bajo la etiqueta de lo “Hermético” integraban la egiptomanía, la Kabbalah y la alquimia, entre otras cosas. Con tantos movimientos y tradiciones espirituales y filosóficas atribuidas a Hermes, el mítico personaje fue incluido en la historia de las religiones y en la historia esotérica de una verdad contenida y resguardada desde los inicios de los tiempos. Dicho constructo de lo hermético se integró a la masonería, la Sociedad Teosófica y el espiritismo.
Montaje: Olman Carvajal y Steven Rodríguez
Curaduría: María José Chavarría y Mauricio Oviedo Asistente de investigación: Ti any Fernández Museografía: María Lourdes Robert
Textos: María José Chavarría y Mauricio Oviedo Diseño grá co: Ti any Fernández Fotografía: Ti any Fernández pág: 1
Sobre esta publicación
Créditos de la exposición
Diseño grá co: Ti any Fernández Transporte: Manuel Soto
Mónica Araya págs: 2, 11 y 13 Gabriel González pág: 8 Setiembre 2022