3 minute read

HACIA DÓNDE VA EL DIRECTOR DE SISTEMAS

La Informaci N Es Como La Sangre Que

FLUYE POR MILES Y MILLONES DE CONDUCTOS EN UN CUERPO PARA DARLE VIDA “

ADRIÁN ETZAEL GONZÁLEZ REYNA

El que tiene la información tiene el poder”, lo leí en algún lugar hace tiempo. Creo que ahora más que nunca es completamente cierto, tanto en negocios como política y muchas actividades humanas. En nuestras empresas, el Director de Sistemas tiene nada más y nada menos la responsabilidad de darnos el poder para operar y competir eficientemente. No es un reto pequeño.

Cada día surgen nuevos desarrollos tecnológicos con nombres, formas e impactos difíciles de entender y pre- decir. Entre lo más nuevo está la Inteligencia Artificial, y alrededor de ella nombres como OpenAI, ChatGPT, Bard, chatbots, y miles de otros que se repiten obstinadamente en cuanto artículo tengamos la oportunidad de leer. Y nos aseguran que van a cambiar el mundo, que las máquinas cada vez están más cerca de reemplazar a los humanos de más actividades productivas. Los menos educados en el tema intentamos voltear para otro lado y convencernos de que sólo es una novedad, como tantas que hemos vivido antes. Pero no deja de preocuparnos el alboroto en las masas empresariales. O, ¿acaso no es lo mismo que cuando llegó el correo electrónico, y hoy no es más que una herramienta del trabajo diario?

Ya teníamos bastante por aprender con el marketing online, o con nuestra presencia virtual, pero ahora, le podemos hacer una pregunta a una computadora, cualquiera, y nos dará una respuesta precisa, clara e ins- tantánea. Esto nos genera confusión e inclusive algo de temor de finalmente ser reemplazados.

Y en medio de la confusión, ¿a quién podremos acudir? Claro, a nuestro fiel, confiable y experto asesor, nuestro director de sistemas. Él debe tener una respuesta que nos permita ir a dormir confiados de que esta ola no nos hundirá y sabremos aprovecharla para salir más fuertes que nosotros mismos y nuestra competencia.

Nuestro director, a quien en ocasiones también le llamamos CIO, o Chief Information Officer, es quien nos ayudó cuando supimos que las computadoras se debían conectar entre ellas, e inclusive a muchas otras, alrededor del mundo a través del Internet y a la famosa nube.

También nos guio por el complejo camino de pasar de usar hojas de papel, a hojas de cálculo en Excel, y posteriormente nos hizo aparecer en anuncios en Facebook, e hizo más fácil que nos encontraran en Google. Todo eso, aun cuando era novedoso, era hasta cierto grado similar a lo que hacíamos antes, nos dábamos a conocer por anuncios en periódicos, radio y hasta televisión. Y dependiendo de cómo lo hacíamos y cuánto gastábamos, era el número de prospectos que nos llamaban y preguntaban por los servicios.

Es verdad, también hemos visto como lo que parecía un tema netamente técnico de pronto se mezcló rápidamente con las áreas de marketing, ventas, operaciones, facturación, cobranza. Y ahora no es fácil entender dónde empieza y donde termina la labor de nuestro director de Sistemas. De pronto, ingenieros capacitados en escribir códigos de computadoras y conectar interminables cables entre las oficinas comienzan a hablar en términos mercadológicos, financieros y estratégicos.

Antes El Mundo Era M S Sencillo

Las áreas de sistemas se encargaban de que las compu tadoras funcionaran y se conectaran entre ellas, y que las impresoras no fallaran. Pero ¿ahora?, parece que el área de sistemas son los que tienen el poder en nuestra organización, y esto sólo logra abonar a nuestra con fusión.

El CIO ha pasado de ser un técnico capacitado en comprar, instalar y operar máquinas, a una auténtica herramienta estratégica de combate. Su difícil tarea es convertir este potencial en realidad ayudar al resto de la organización a entender qué es lo que puede y debe hacer.

La información es como la san gre que fluye por miles y millones de conductos en un cuerpo para darle vida. Siempre ha estado ahí, pero no siempre la podía mos ver, al menos no con la clari dad y rapidez que ahora tene mos. Hoy podemos saber en segundos el nombre, edad, sexo, localidad e in tereses de la persona que está llamándonos por te léfono. Y si tenemos un buen sistema de organización de datos de nuestros clientes, podemos predecir con precisión cuándo y qué nos van a comprar.

El área de sistemas e información ahora nos da una poderosa radiografía de lo que antes no veíamos y nos ayuda a tener una idea más clara de lo que podría pasar. O sea, pasamos del análisis histórico y lento de lo que ya ocurrió a la predicción precisa de lo que va a pasar.

La recomendación para nuestro director de Sistemas, o tal vez nuestra súplica, es que además de un alto nivel de paciencia, haga gala de su mejor capacidad en estar al día de las nuevas tecnologías innovadoras, que desarrolle una amplia capacidad para educarnos y guiarnos para entender cómo funcionan estas nuevas herramientas, que nos apoye para poder elegir y seleccionar las que mejor nos apoyan a desarrollar nuestras empresas en el tiempo por venir.

Será de mucha utilidad también que nos indique cómo recomienda no sólo tener nuestras computadoras, fijas y móviles, funcionando sin interrupciones, y cómo nos puede ayudar para evitar que perdamos nuestros archivos ya sea por un error nuestro, o porque alguien mal intencionado hackeó nuestros sistemas. Y, si es posible, nos muestre cómo mejorar nuestros procesos para que la sangre de la información no se detenga y fluya de manera inteligente para tomar decisiones críticas en el momento adecuado.

Sabemos qué puede ser mucho, pero tenemos confianza en que nuestro director de Sistemas lo puede hacer.

¡Éxito!