LA CONTRATACI ÓN DE OBRAS PI CTÓRI CAS E N T O L E DO , 1 6 5 0 - 1 7 2 5 Paula Revenga Domínguez Universidad de Alcalá
omo es bien sabido, en época moderna todo pintor reconocido como maestro podía abrir obrador, admitir aprendices y oficiales, y recibir encargos tanto públicos como privados. Mas el ejercicio de su labor profesional y su quehacer artístico no siempre respondieron a una mi s m a modalidad de acuerdo con el cliente, por lo que un aspecto importante a considerar respecto de la actividad de los artífices y sus modos de producción es cómo se can a l i z a r on los encargos, y cuáles fueron las formas y usos que im pe ra ron e n l a s re l a c i on es co n tr actu ales en tr e p i n t o r es y co m itentes. Desde el momento en que el trabajo de los artistas y sus creaciones han de entrar, en palabras de López-Amo, “como elemento de un c ontrato, fundamentando el derecho a una contraprestación” 1 , e l e s t udi o de l os distintos tip o s d e co n cier to s en tr e ar tíf ice y cliente, el análisis de contratos y obligaciones, y, en definitiva, el acercamiento al proceso de generación previo al surgimiento de la s obra s , re s ul t a funda m en tal a la h o r a d e d eter m in ar la m ay o r o menor independencia del artista, el grado en que su actividad puede considerarse v e r daderamente creadora o ceñida a las exigencias del comitent e , y los modos de obrar más usuales en una época. Es por ello por lo que, a continuación, v a m o s a examinar l a s f o rmas de contratación que rigieron los encargos de obras pictór icas en Toledo entre los años 1650 y 1725, atendiendo a las características, normas y peculiaridades que en las escrituras de concierto que hemos hallado se pueden observar.
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1
López-Amo y Marín (1948/1949), p.104.