Relatos cortos

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EL MILAGRO DEL AGUA Jazmina llegó a Gran Canaria junto a otros niños del campamento a quienes apenas conocía. Venía a pasar los meses estivales con una familia que se había brindado a acogerla en su hogar mientras se operaba y restablecía de un problema en la vista. Los nervios, que habían aparecido al dejar atrás a sus padres, se intensificaron a medida que el avión se acercaba a su destino. Las lágrimas, que raramente visitaban sus agostados ojos, estaban a punto de surcar su rostro, cuando la azafata se le acercó. Esta, acostumbrada a volar con niños que no solo dejan atrás a sus padres y la seguridad de su entorno, sino que se enfrentan a la incertidumbre y el miedo de encontrarse con una nueva familia, acarició el cabello de la muchacha y le dirigió una cálida sonrisa que la reconfortó. No obstante, cuando el piloto informó del inicio de la maniobra de aproximación al aeropuerto, el miedo volvió a hacer presa en ella. El terror que sentía en ese momento se le coló dentro, y una única y lenta lágrima dio inicio a un llanto hondo y silencioso. Jazmina, que salía del avión con la cabeza gacha para ocultar sus ojos enrojecidos, fue recibida por las gotas de una lluvia fina que consiguieron que alzara el rostro surcado, apenas unos instantes antes, por una infructuosa lágrima y que recorría, ahora, un agua fecunda que interpretó como una señal del cariño que recibiría en aquella isla.

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OJOS DE LIBERTAD Amina nació en

pleno julio,

una tarde en la que los vientos Harmattan

azotaban el campamento donde su familia vivía. Su madre Fatima, inquieta por el inminente nacimiento de su primer hijo, salió del refugio que le proporcionaba la jaima. Tras mirar el inmenso horizonte de arena que se brindaba a sus pies, dirigió sus pasos al cercano pozo que esos días abastecía al campamento. Fatima, cuyos sentidos se habían aguzado con el embarazo, presintió que algo no iba bien: una extraña calma se cernía alrededor y lo envolvía todo. Mientras desandaba sus pasos, sintió que el aire, hasta ese momento ardiente y seco, se volvía húmedo. Asustada, intentó aligerar su caminar para volver a la seguridad de su hogar, pues, sin lugar a dudas, se iba a desatar una de las extrañas tormentas eléctricas que raramente los visitaba en esa época del año. Estaba a punto de llegar a la tienda cuando el cielo descargó su furia sobre ella. La lluvia fue empapándola, y la melhfa se le pegó al cuerpo dificultando aún más sus pesados pasos. Madre y hermanas, que habían salido a su encuentro, la ayudaron a llegar a la jaima donde en breve se iba a poner de parto. Llegó al mundo, pues, Amina con el agua. Un agua traída por una tormenta breve pero intensa, que duró lo justo para ver nacer a aquella niña menuda, de pelusilla negra y ojos azules como el mar del que le llegará la libertad.

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LA PANTALLA DE LA ESPERANZA Plantado en mitad de la sala, Omar no aparta la mirada del panel que informa de las llegadas. El pequeño teme que, si sus ojos abandonan por un instante la línea que su padre le señaló y que indica el aterrizaje del avión que esperan, se perderá uno de los momentos más emocionantes de su corta vida. Omar conoce a sus abuelos por una desenfocada foto que su padre trajo consigo de Gambia cuando vino a la isla a estudiar, y que le permite tener entre sus manos cuando le cuenta historias de su lejano país y de la familia que aún vive allí. Si el niño cerrara los ojos en estos momentos, sería capaz de recordar todos los detalles de la manoseada foto que los abuelos se tomaron cuando acompañaron a su hijo a Banjul. Entonces podría correr y abrazarse a ellos tan pronto se abriera la puerta de salida de los pasajeros, sin miedo a equivocarse. Pero ¿qué pasará si cierra sus ojos y empieza a parpadear el tablero anunciando el aterrizaje? ¿Se perderá el momento preciso en que pisan tierra los abuelos? Omar se debate entre cerrar sus ojos o mantenerlos abiertos cuando unos niños, que no han parado de mirarlo desde su llegada, se colocan delante de él obstaculizándole la visión que de la pantalla tenía. Lágrimas de impotencia surcan su rostro cuando en la pantalla empieza el parpadeo que informa de la llegada del vuelo procedente de Banjul…

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