nario. Vestía con un traje completo —de buzo, claro— de lo que parecía ser plástico, con dos guantes y un par de enormes botas, contando por supuesto el casco… De tan sólo mencionarlo se me pone fría la espalda. Esa primera vez que lo miré, lo hice por un largo tiempo. Tanto, que la señora que atendía ese puesto me preguntó si me encontraba bien. Tranquilamente le dije que el traje me había cautivado. Ella me confesó que eso no la hacía sentir muy cómoda. Me dijo que a veces sentía que se movía, que la observaba. No lo dudé ni por un segundo. A veces sigo teniendo pesadillas en las que el buzo me persigue… Los monstruos viven en las paredes, ¿sabías…? No, tal vez no. ¿Has escuchado el crujir de una casa en la noche? Son ellos. Son los monstruos, aunque muchas veces lo atribuimos a que es normal y que en todas partes sucede. Viven de la oscuridad. Viven del miedo. Viven justo sobre tu cabeza e incluso al lado tuyo. Y, muchas veces, debajo de tu cama o dentro del armario. Se alimentan de tus peores miedos y toman forma de ellos, aunque algunos otros prefieren salir en su forma original, lo cual es mucho peor. Algunos monstruos suelen ser completamente blancos, con dedos enormes, sin ojos y con una extraña lengua partida a la mitad… Otros pueden tener largos cuernos en forma de espiral y estar llenos de pelo café oscuro, con unos ojos tan negros como la más profunda noche… Y también están las criaturas de la oscuridad: criaturas pequeñas y grises con ojos y dientes negros que salen a pasear en tu casa a altas horas de la noche, Galería nocturna • 115