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La primera vez que hablamos con Parcels nos interrumpió el ruido del mundo exterior en forma de camión de la basura. La segunda, se grabó con un juego de luces y sombras en su apartamento en Berlín y las metáforas sobre su carrera surgieron de manera espontánea. Ahora llega el turno de “Loved” (Virgin/Universal, 25), el tercer disco de los australianos y ya os hacemos spoiler: Suena más Parcels que nunca.
PATRICK HETHERINGTON, cantante, teclista y guitarrista de la formación, saluda al otro lado de la pantalla, rodeado de trajes de aire retro a su izquierda y un sinfín de instrumentos a la derecha. Esta es una declaración de intenciones nada intencionada, pero cargada de simbolismo. “Loved” ha sido grabado a caballo entre Berlín, Byron Bay, Sydney, Oaxaca y México City, algo diametralmente opuesto a lo que fue “Day/Night” (21). “La grabación ha sido muy lenta”, confiesa Hetherington desde Berlín y prosigue: “Entre medias también íbamos dando conciertos, así que ha sido un proceso raro. Empezamos a grabarlo en Berlín, luego dos de nosotros nos quedamos un tiempo en Australia y ahí empezamos a sacar cosas y al final las últimas sesiones con toda la banda fueron en Sydney. En dos semanas allí surgió lo que sería el setenta o el ochenta por ciento del disco. Si lo llegamos a saber, ¡nos juntamos antes y así no hubiéramos tardado un año y medio!”, asegura entre risas. La “eficiencia” no forma parte de la ecuación de este “Loved”, sino más bien la urgencia de tener espacio y tiempo “para conectar con lo que necesitábamos”. ¿Y de qué se trataba? “Decidir la dirección musical del disco. Somos tres los que escribimos las canciones y nos gustan tantos estilos distintos, tantos géneros, que ha sido el reto más grande”.
EL TÍTULO DEL DISCO, con tintes mesiánicos y post-new wave, vuelve a los orígenes del quinteto: melodías discretamente infecciosas (“Tobeloved”, “Yougotmefee -
3ling”), armonías vocales suaves como el terciopelo de sus trajes (“Sorry”, “Leaveyourlove”) letras coreables y coreadas sin espacios en sus títulos (“Thinkaboutit”, “Leaves”), orgánicas y cercanas, pero con una vueltita de tuerca más. Las pretensiones no vienen en forma de disco doble con aspiraciones algo forzadas de banda sonora, aunque incorporan todo el bagaje sónico que supuso ese “Day/Night”. Como decíamos al principio, Parcels han vuelto y lo han hecho siendo más Parcels que nunca.
“ODIO PUBLICAR NUEVOS DISCOS”, confiesa el cantante y añade: “Estaría feliz componiendo música y que se quedara ahí. Es mía, que nadie la escuche, no la quiero ni grabar”, reconoce con una media sonrisa. Empieza a sonar como el protagonista de “Alta Fidelidad” de Nick Hornby. Si escuchamos las letras con atención de “Loved”, también podríamos añadir la célebre frase de “¿Escucho canciones pop porque estoy triste o estoy triste porque escucho canciones pop?”. “No la había oído nunca. ¡Me encanta!” responde Hetherington, ahora sí, con una amplia sonrisa. “Escribimos las canciones de manera individual, aislada, y por eso son tirando a tristes, pero cuando nos juntamos todos te contagias de la positividad del grupo, de estar con
tus amigos. Es algo catártico. Es como una terapia: Canciones tristes con un giro vitalista, marca de la casa. Un disco de alegría, de joy, entendido como gozo, pero también como acto de honestidad. Decían que su segundo trabajo era el más libre hasta el momento, sin estar sujeto a ningún tipo de filtros. ¿Son Parcels de los que reniegan de los discos anteriores? “Ahora escucho ‘Day/ Night’ y veo que soy una persona distinta, pero también que se empapa de distintos lugares. Con espacio y tiempo entiendo qué significa cada álbum para mí. Es verdad que fue un disco muy libre a su manera, que nos permitió experimentar muchísimo más, en un proceso más profundo y llevar nuestros límites más allá”. ¿Tenías algo que probar después del aclamado debut? “No lo sé, es una mezcla compleja. Ahora hemos canalizado la energía de banda en directo, unida, que fluye de manera natural, sin pensarlo demasiado. Si bien es cierto que nos aburrimos muy fácilmente, así que para que todo siga siendo emocionante necesitamos cambiar y experimentar”. Aunque eso pueda significar perder a parte del público… “Nuestro debut tenía un aura de funk y disco, por tanto para el siguiente queríamos probar otras cosas, así con suerte nuestro público esperará cambios con cada nuevo trabajo y nos acompañará en este viaje”, relata el cantante.
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“Para que todo siga siendo emocionante necesitamos cambiar y experimentar”
CUANDO PARCELS PUBLICARON su debut homónimo en 2018 –ylostítulosdelascancionessinespaciosporquesehabíarotolabarraespaciadoradesuordenador– buena parte del público que los auspició venía hambrienta de ese sonido revival nostálgico de electrónica disco funk. Su historia está ligada a la realeza sonora, es decir, a Daft Punk y a una generación que vibraba al son de Jungle, L’Impératrice, Laurel, Leisure o Neil Frances. ¿Sigue existiendo ese apetito por parte de la gente en 2025? “La gente conecta con esa nostalgia sonora por la manera en la que nosotros también saltamos de género en género. Pero desde hace unos años es imposible predecir el consumo o qué gustará a tu público. El mainstream ya no existe. No hay una sola cosa, sino múltiples direcciones y
eso es desquiciante porque no sabes qué les gustará y esa incertidumbre a la vez es altamente liberadora. Así que nos hemos pasado al otro lado y disfrutamos de una libertad total porque no tenemos ni idea de lo que gustará. Aunque sí que siento que el público busca la autenticidad. En un momento en el que todo son filtros y redes e inteligencias artificiales, la gente quiere algo real, sentir la humanidad. ¡Tras una semana de comer comida basura, te mueres por una manzana!”, comenta el cantante con una amplia sonrisa. “Loved” es tu plato preferido, el que te hacía tu abuela cuando te quedabas con ella entre semana, cargado de amor, con un punto consentido y de mimo, lleno de sabores naturales. En resumen, eso es así porque Parcels siguen siendo cinco amigos australianos que cambiaron temporalmente el sol de Byron Bay por el cemento de Berlín y consiguieron fusionar ambos mundos en un proyecto atemporal, liviano y contagioso. Y “Loved”, sus nuevas flamantes once canciones; eufóricas a momentos, satinadas de decadencia de piano bar, de días mejores a otros, llena de armonías vocales preciosistas, arreglos vitalista y las ganas de querer formar parte de su universo retro.
marta terrasa
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Hace apenas unos meses, nuestra sección La Playlist cayó en mis manos. Se trata de una lista de canciones relacionadas bajo un paraguas común. Puede ser por un tema concreto alrededor del que giran sus letras o puede ser por cualquier otro motivo. Mi lista recogía diez versiones de hits urbanos recientes que han sido grabadas por bandas de indie, pop o incluso metal. Algunas carreras de los artistas que se encargaban de reinventar estos temas han incrementado su cantidad de oyentes y seguidores a partir de entonces, pero creo que ha llegado el momento de decir basta. Cuando Cariño publicaron su relectura del “Llorando en la limo” en 2018, que una banda independiente se atreviera con una canción de C. Tangana fue toda una sorpresa. Incluso lo fue cuando, al año siguiente, Ginebras lanzaban su visión del “Con altura” de Rosalía, J. Balvin y El Guincho. Suponían una muestra de apertura de miras, de dejar claro que, como artistas, tanto Cariño como Ginebras tenían una perspectiva muy actual no solamente de la música de guitarras, sino también de lo que rompía en las listas de música urbana. También supuso una sorpresa importante que una banda de metal moderno como Bolu2 Death se atreviese a reinventar –con excelentes resultados, dicho sea de paso– ese “Piensa en tu mirá” de Rosalía que cargaron de electricidad. Pero creo que ha llegado el momento de decir basta en el sentido de que el “experimento” ha perdido ya la gracia. La ha perdido tanto si se utiliza para con la intención de ampliar público como si se quiere acercar ambas escenas. Por los pelos han entrado en mi buche las adaptaciones de “DtMF” de Bad Bunny en manos de Capros y la de “Si Antes Te Hubiera Conocido” de Karol G a cargo de Anabel Lee. Primero porque ambas me parecen divertidas y porque ambas han sido grabadas después de que el público de ambos grupos les reclamase que las trasladasen al estudio. A partir de ahora, creo que los artistas deberían intentar nuevas ideas, acudir a otro tipo de canciones. Como soy más viejo que todos los implicados, puedo recordar aquellos años en los que todas las bandas de punk pop o punk rock se dedicaban a grabar simpáticas versiones de temas de los ochenta. Al principio tuvo su gracia, claro está, pero al final acabó por convertirse en algo tan habitual que los aficionados acabamos por cansarnos, por decir aquello de “¿otra versión acelerada? No por favor”. Entiendo que, de primeras, la idea tiene todo el sentido, pero la reiteración acaba por restarle valor a lo que se está haciendo. joan s luna
The Hives para siempre. Con su nuevo disco, los suecos van a por todas y, ataviados con coronas y grandes capas, toman su papel como realeza del punk. “The Hives Forever Forever The Hives” (PIAS, 25) es grandilocuente, exagerado y más The Hives que nunca, con canciones que, como ellos mismos describen, suenan a clásicos aunque estén recién salidas del horno. Hablamos con su vocalista Pelle Almqvist.
texto Montse Galeano
foto Dean Bradshaw
Es la primera vez que os proponéis crear un verdadero disco de estadio. ¿Qué hay detrás de esa ambición y cómo influyó el haber girado con bandas como The Rolling Stones o AC/DC en vuestro enfoque en el estudio?
Después de haber girado con bandas como The Rolling Stones y AC/DC, empezamos a imaginar cómo sería un show al estilo Hives en ese tipo de escenarios gigantes. Pero, curiosamente, el resultado final fue más punk de lo que habíamos previsto. En este formato más grande, te das cuenta de que tienes que tocar un poco más despacio, con arreglos más definidos, para que todo el público pueda seguirte. Y al final, cuando llegó el momento de mezclar, todos nos enamoramos del sonido crudo de las mezclas en bruto. Transmitían una energía tan auténtica que nadie quiso retocarlas. Lo que se escucha en el disco son precisamente esas mezclas originales, sin pulir.
Como decías, este disco suena muy crudo y con mucha garra. ¿Grabar con Mike D y Pelle Gunnerfeldt provocó una colisión creativa que generó algo inesperado?
Hemos trabajado con Pelle durante muchos años, así que le conocemos muy bien. Está detrás de muchas de nuestras grabaciones favoritas. Era una elección natural. Queríamos grabar en Suecia porque llevábamos mucho tiempo de gira. Pero eso nos parecía demasiado normal, así que sumamos a Mike
D para romper un poco esa dinámica. Lo elegimos porque Beastie Boys hacían la música más cool que conocemos.
¿Cómo capturáis esa energía tan explosiva en un mundo tan editado, tan de estudio, con toda la conversación actual sobre inteligencia artificial y producción electrónica?
Es muy simple: no usamos nada de eso. Lo nuestro es ser una banda de rock que suena bien tocando en una sala. Existe esa teoría de Malcolm Gladwell que dice que necesitas diez mil horas para dominar algo… Pues nosotros llevamos más de treinta mil horas tocando juntos. Ensayamos mucho, grabamos rápido y apenas editamos. Lo que se escucha es cómo sonamos de verdad. Y desde luego, nada de inteligencia artificial. Me parece lo peor que le puede pasar a la música. La música es comunicación. Yo toco para que el público entienda algo de mí, y luego eso se comparte entre ellos. Ese es el problema de toda esta discusión sobre la IA. La música no es un problema que haya que resolver, el arte es humanidad. No quiero una pintura casi como un Botticelli hecha por una IA. Quiero la original, con todos sus errores. Hacer arte con inteligencia artificial me parece una de las peores ideas que existen. Ver una película sin humanos no tiene ningún sentido para mí: precisamente quiero ver personas, sentirme reflejado en ellas.
Nunca habéis hecho un set nostálgico tocando un disco entero. Incluso parecéis estar un poco en contra de la nostalgia.
“
“Hemos cambiado la cultura, aunque sea solo un poco. Eso ya nos hace eternos”
¿Por qué este nuevo disco es tan crucial para vuestra música y vuestro ethos como artistas?
Porque no queremos sentir que ya lo hemos hecho todo. Igual que con la inteligencia artificial, no queremos limitarnos a repetir lo que ya ha funcionado o lo que la gente espera. Queremos seguir haciendo cosas que nos emocionen de verdad, lo suficiente como para mantenernos en marcha. Hay tanto buen rock ahí fuera que, si vas a hacer un disco nuevo, tiene que estar a la altura, aportar algo real. Y cuando lo logras y te sientes orgulloso, lo único que quieres es que el mundo lo escuche. No nos interesa salir de gira solo para tocar lo de siempre. Cuando giramos con AC/DC o The Rolling Stones, por ejemplo, solo metían una canción nueva en el repertorio, todo lo demás eran clásicos. Nosotros no somos tan grandes como ellos, pero justo por eso podemos permitirnos tocar la mitad del nuevo disco en directo.
Hablemos del sonido del disco. “Enough is Enough” está llena de rabia, sarcasmo y un estilo sin concesiones. ¿De dónde sale esa energía tan explosiva y qué supuso liberar todo eso en la letra?
Tuve que pelear mucho por esa canción. Esa línea inicial de “Everyone’s a little fucking
bitch” no gustó a todos en la banda. Pero la defendí, y me alegro porque es la que más reacciones provoca. Quería decir algo absolutamente escandaloso. Es muy catártico tocarla. Llevo gritando con el rock desde que era niño. Y gritar te libera de la rabia, así no tienes que usarla para pegar a nadie.
Pero también hay canciones que son una auténtica celebración de levantarse desde abajo, como “Hooray, Hooray”. No sé si esta canción es una resurrección metafórica de algo o si también sirve para crear un contraste con la rabia que hay en el disco. Sí, hay cosas esperanzadoras también. Y algo de humor. “The Hives Forever, Forever The Hives” es básicamente una celebración de nosotros mismos. Creo que tiene un poco de todo en la letra: “Si estás en el infierno, sigue adelante”.
También me quedó marcada la frase de “Legalize Living” en la que criticáis la excesiva regulación y la conformidad. ¿Nace de una frustración real o es una crítica más amplia a la vida moderna? Ambas cosas. Llevamos ya bastante tiempo viviendo, y en ese camino hemos pasado por muchas frustraciones y visto las cosas desde
distintos ángulos. Al final, todo el mundo se agrupa en pequeños colectivos con sus propias reglas, y eso no ayuda a construir una sociedad abierta. “Legalize Living” es nuestro grito de guerra para defender que cada uno puede vivir como quiera, tomar elementos de distintos grupos y forjar su propio camino. Pero claro, eso conlleva críticas. Nosotros empezamos una banda punk precisamente para hacer lo que quisiéramos, y luego descubrimos que el punk también tenía un montón de reglas. Así que dijimos: “Somos una banda de rock and roll”... y se acabaron las normas. Es curioso, y creo que muchas canciones del disco hablan justamente de eso.
Tenéis fans por todo el mundo. ¿Cómo ha influido esa fanbase global en vuestra visión de lo que puede o debe ser el rock? En los conciertos han influido mucho. Cada público es diferente. Pero musicalmente, ya llevamos bastante tiempo y ahora la mayor parte de nuestras influencias somos nosotros mismos.
Afirmáis que The Hives son “la primera banda en cruzar las puertas del cielo hacia la eternidad”. ¿Qué significa ese legado eterno para ti?
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Dondequiera que voy, escucho cosas que me recuerdan a nosotros. Cuando empezamos, no existía nada parecido. Hemos cambiado la cultura, aunque sea solo un poco. Eso ya nos hace eternos. Incluso si dejáramos de tocar hoy, seguiría viendo y oyendo nuestra influencia por todas partes. Quizá esté loco, pero creo que es así.
Mirando atrás, ¿qué momento de vuestra carrera todavía te deja con la boca abierta?
Hay tantos... Es como preguntar cuál fue el mejor café de mi vida. Han sido treinta años de momentos increíbles. Pero la sensación de tocar juntos siempre ha sido la misma desde el principio. Todo cambia, pero eso no. Saber que vamos a salir al escenario, sorprender al público y terminar con ellos enamorados del show... Esa sensación es única. Por eso seguimos. m g Más
Suede regresan con “Antidepressants” (BMG, 25), un imponente disco en el que la propia esencia del grupo vira hacia una oscurecida veta post-punk, en el que es ya su quinto álbum desde que volvieran a la vida para protagonizar una sólida resurrección.
texto Raúl Julián
LA CITA VÍA TELEMÁTICA
tiene lugar a finales del mes de junio, cuando aún quedan dos meses y medio para que “Antidepressants”, el décimo disco de estudio de Suede y quinto ya desde que la banda volviera a la vida tras una disolución que duró siete años, vea la luz oficialmente. El encargado de responder a nuestras preguntas es un encantador Richard Oakes, guitarrista encargado de sustituir en su momento a Bernard Butler y que ha ido aumentando progresivamente sus labores como co-compositor en Suede. La charla comienza con Oakes comentando que tiende a resfriarse en época estival. “Me estoy haciendo mayor, eso es lo que pasa”, remacha entre risas y justo antes de pasar a analizar en profundidad el nuevo trabajo de Suede.
SI “AUTOFICTION” (22) fue un álbum de querencia punk, el presente “Antidepressants” es un álbum influenciado por el post-punk. “Es una especie de evolución. El punto de partida para ambos álbumes fue bastante diferente, porque en ‘Autofiction’ queríamos que fluyera ese sentimiento general que implica estar con una banda en un local de ensayo y que quedó bastante bien plasmado en la grabación. Luego vimos la forma en la que esas canciones quedaron traducidas en directo y cómo los espectadores reaccionaron ante ellas y aquello derivó casi en una adicción, una especie de adrenalina que no habíamos sentido en mucho tiempo. Ese fue el punto de partida para ‘Antidepressants’: Contar con esa energía y esa verticalidad desde el mismo momento en el que empezamos a escribirlo. Normalmente la composición es bastante cerebral, pero en este álbum fue bastante física”. No deja de resultar llamativo que la banda esté haciendo, justo ahora y tras más de treinta
“La desconexión social ha inspirado todo lo que hemos hecho”
años de carrera, esta clase de discos empapados en cierta agresividad y oscuridad. Quizá sea esta, y no otra, la forma en la que suena la madurez creativa de Suede. “Creo que sí. Hemos intentado muchas cosas diferentes en nuestra carrera, algunas con éxito y otras con menos éxito. En 2010, cuando nos reunimos para ese primer concierto benéfico que se suponía que era un paréntesis, encontramos una reacción increíble y nos hizo recordar cuál era el principal motivo por el que queríamos estar en una banda: tocar en directo. Eso fue lo que nos motivó a la hora de empezar a hacer más discos. Ahora somos una muy buena banda en directo y en este momento lo más importante consiste en cómo las canciones son llevadas al directo. Por eso sonamos así”.
EL QUINTETO HA TRABAJADO de nuevo con Ed Buller como productor y, juntos, han conseguido que la obra luzca directa, con sonido realista y nada sobreproducido. “Siempre hay conversaciones acerca de intentar hacerlo en directo, pero es un poco un cliché porque al final empleas demasiado tiempo en ese viaje. Con Suede,
y especialmente si tienes a alguien como Neil y yo escribiendo la música, siempre terminas profundizando mucho en la materia. Pero me alegra escucharte decir que no suena sobreproducido y que se vea como un conjunto de canciones focalizadas. Era la intención”. Joy Division, The Cult, The Cure, The Chameleons. Son nombres que vienen a la cabeza escuchando “Antidepressants” y que parecen haber funcionado como inspiración. “Artistas como esos siempre flotan en nuestras cabezas cuando comenzamos con el proceso de escribir. Especialmente el minimalismo de ese tipo de música, de los primeros The Cure y de Joy Division, siempre me ha inspirado. ¿Cómo lograron hacer algo así? ¿Cómo crearon un mundo entero con estos sonidos oscuros? Para serte sincero, te diré que he estado obsesionado con eso desde que tenía trece años [risas]. No sé cómo lo hicieron, pero seguiré intentando averiguarlo”. Suede es una de esas bandas que, al margen del pulso latente en cada uno de sus álbumes, suman una esencia creativa innegociable. Una especie de denominador común que puede encontrarse en los diez discos de estudio firmados hasta la fecha por los londinenses. “El nuevo álbum se llama ‘Antidepressants’, pero la línea subterránea es ‘Broken Music For Broken People’ [‘Música rota para gente rota’], que es otro título que Brett barajó para el álbum. Ed Buller señaló que eso era, básicamente, una descripción de todo el catálogo de Suede. Siempre hay cosas que te rompen y te hacen sentir desasociado y desconectado del mundo. No han sido las mismas desde los años noventa hasta ahora y hoy en día son las redes sociales las que pueden romper a la gente, pero en el fondo es lo mismo. Persiste el mismo sentimiento de desconexión. ¿Dónde encuentras tu lugar en el mundo? Eso es lo que ha inspirado todo lo que hemos hecho. Hay una línea subterránea que une todo, aunque la música haya sido muy diferente a lo largo de ella. Por supuesto, eso viene del elemento lírico de Brett. Creo que esa parte de la existencia es la que más le inspira cuando escribe. Y creo que eso es algo que todo el mundo entiende y, probablemente, ha sentido en algún momento de su vida. No hay nadie que nunca se haya sentido desconectado o roto”. r.j.
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La francesa ataca de nuevo con “You Heartbreaker You” (Fiction/Virgin, 25), su disco más crudo y primario. Lo ha elaborado de nuevo en estrecha colaboración con su cómplice artístico Johnny Hostile.
SU SOBRESALIENTE DEBUT en solitario de 2020 se dio de bruces con el desastre pandémico. Después llegaron su notable colaboración con Bobby Gillespie “Utopian Ashes” (Sony, 21) y sucesivas apariciones como actriz en películas del nivel de “Anatomía de una caída”, donde ha mostrado unas tablas que remiten a la tradición familiar
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y conectan con sus orígenes creativos. La cantante de Savages –insiste por activa y pasiva en que no hay planes para resucitar la banda– está en el hotel UMusic de Madrid para promocionar su nuevo trabajo. En él se interna sin complejos en el terreno del rock más agresivo, a un paso del metal industrial, o dentro de sus márgenes. Encantadora como siempre, no hay mayor contraste entre la oscuridad visceral de la música que propone y el cálido entusiasmo que le pone a sus entrevistas. Como debe ser. ¿De dónde salió la rabia catártica que alimenta este álbum? “Pues no lo sé. Si lo supiera, iría a ese lugar con más frecuencia [risas]. El disco lo hicimos enteramente yo y Johnny Hostile en nuestro estudio. Creo que cuando trabajamos juntos tenemos la tendencia, no sé si siem-
pre, pero sí esta vez, de ser muy radicales, bastante extremos. Y no sé cómo explicarlo, era el momento de gritar. Durante años me sentí rota por muchas cosas que habían pasado en mi vida”. Además, “me da la impresión de que el mundo se está quebrando, pero al mismo tiempo siento que hay esperanza, y la conexión tiene que venir de un grito liberador primario y alegre: ahí lo tienes [se ríe de la referencia a la banda de Gillespie]. Cuando giramos con Queens Of The Stone Age en Estados Unidos, les conocí. Estaban inspirando mucho a grupos más jóvenes. Me sentí conectada con el público y la energía que me llegaba tenía todo el sentido”.
MÁS ALLÁ DE ESTA AGRESIVIDAD rockera, una vez dentro de su estudio, Jehnny y su aliado artístico se pusieron una regla: “Borrar lo que nos aburriera. Teníamos que ser muy duros el uno con el otro. Y no siempre fue fácil. Aunque la grabación fue muy placentera. Pero es verdad que hicimos el disco con la idea de tocarlo en vivo, y no fue el caso con ‘To Love Is To Live’. ‘To Love Is To Live’ fue muy colaborativo, y de manera intencional dejamos de pensar en el directo. Éste es más como un puñetazo en la cara. Es como cuando coges a un amigo por los hombros y le sacudes para despertarle”. El título, “You Heartbreaker You”, deja la puerta abierta a interpretaciones. Jehnny vuelve a hacer-
“En el estudio nos pusimos una regla: borrar lo que nos aburriera”
se preguntas sobre el lado oscuro e inquietante de las relaciones humanas. “Supongo que viene de la idea de que haces daño a las personas que quieres más, algo que está en la letra de ‘Broken Rib’. Es una pregunta alrededor del amor y la violencia, supongo. Y no tengo respuestas. No las sé. ¿Has visto la portada? Es una foto que me sacó Johnny mientras hacíamos el disco. Y resulta que es la primera. Grabamos e hicimos fotos a la vez, en paralelo. Queríamos tener la imagen al mismo tiempo que la música. Los vídeos los hemos dirigido nosotros. Todo lo hemos hecho los dos, básicamente. Pensamos que la fotografía era genial porque tiene cierta pureza. A veces no pensar en las cosas te lleva a los mejores resultados”.
EL ARTE DEL DISCO se lo sugirió ver en Londres un coche con una capa fina de cemento sobre la que alguien había grabado una sentencia primitiva y violenta. Al parecer es una práctica relativamente habitual por allí. “Me recordó a las pinturas
Teclista de la banda argentina Bersuit Vergarabat, sobre Juan Subirá ha recaído la tarea de seleccionar cinco canciones que considera esenciales en su trayectoria.
l Barcelona 10 septiembre. Apolo l Ibiza 11 septiembre. Las Dalias l Palma de Mallorca 12 septiembre. Es Gremi l Madrid 13 septiembre. Teatro Barceló l Valencia 15 septiembre. Moon l Málaga 16 septiembre. La Trinchera l Sevilla 17 septiembre. Malandar l Las Palmas de Gran Canaria 19 septiembre. Canarias en Vivo l Tenerife 20 septiembre. Aguere Cultural
rupestres. Luego descubrí que hay todo un catálogo online de gente con pintadas así en el coche. Así que el tipo se tiene que ir a trabajar con una mujer y ‘Cabrón’ escrito en su coche… Me pareció realmente violento, regresivo, casi prehistórico. Le pedí a un amigo que hiciera lo mismo con mi coche, y luego Brian Roettinger, el diseñador, tuvo la idea de ponerlo en la portada. Para mí resumía realmente bien esta idea de qué hacemos con el amor”.
JEHNNY NO HA TENIDO PROBLEMAS de ego a la hora de enterrar su voz entre las guitarras incendiarias de su socio creativo, y se ha inspirado en el magisterio de Mike Patton (Faith No More) a la hora de pasar del susurro al grito desgarrado. Los años han templado su negativa a emparentarse con cualquier grupo del pasado, algo que en su momento llevó a Savages a negarse a telonear a Ninch Inch Nails. Josh Homme se las arregló para convencerlas, y desde entonces los dos mantienen una relación estrecha. “Me ha abierto las puertas de su
casa en Los Angeles y siempre me ha escuchado y dado consejos. Era responsable del nuevo management que tenía Savages entonces y el mío de ahora, que es también el suyo. Nos ayudó y apoyó. Es uno de los rockeros que creen que las mujeres son líderes en el mundo del rock, y lo cree de veras”.
LA FRANCESA AFIRMA DISFRUTAR “muchísimo” de una faceta como actriz de cine que empezó a explorar a raíz del parón del directo. Lo que iba a ser un divertimento puntual ha pasado a convertirse en algo serio. “Quiero seguir con ello. Sinceramente, también ha sido una fuente de ingresos. Se paga bien, y trabajas con muy buena gente. Es otra forma de ser creativa, y es de donde vengo. Mi padre era director de teatro y yo estudié arte dramático. Ahí empecé antes de meterme a fondo con la música”. j.c. peña
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1 La bolsa (“Hijos Del Culo”, 2000)
Nadie sabe qué hay en la bolsa, pero todos la quieren ver. Todos la quieren tener. La bolsa va de mano en mano y se pierde, no es de nadie, es de todos. Pero siempre hay algún vivillo que se las ingenia para esconderla y atesorarla.
2Yo tomo (“Libertinaje”, 1988)
Esta canción es una oda a las complicaciones de la vida cotidiana, al cansancio en la pareja, al tedio y la repetición infinita de las secuencias. En este ámbito, el personaje decide evadirse de alguna forma, pero siempre vuelve al amor.
3Se viene (“Libertinaje”, 1988)
Describe un momento político y social de la Argentina, como una olla a presión a punto de reventar, de estallar. Lamen tablemente, han pasado treinta años y todo indica que la historia va a repetirse.
4Señor Cobranza (“Libertinaje”, 1988)
Una persona cualquiera se encuentra en su casa bajo la pesadumbre de un panorama económico agobiante, no encuentra ninguna salida y no quiere dádivas de ninguna clase. A su vez puede ver con claridad que nadie lo representa y el sistema lo oprime.
5Un pacto (“De La Cabeza Con Ber-
“Del caos suelen salir las mejores armonías”
Han pasado casi veinte años desde que cinco artistas se uniesen e hiciesen de la fiesta y el desparpajo una razón de ser a ritmo de funk, rumba, flamenco e incluso rock. Ahora vuelven con “El que quiera dormir que se compre una colchoneta” (El Volcán Música, 25), un disco que recupera su espíritu garrapatero y lo planta en el momento actual.
MIRA QUE HAY CASUALIDADES, pero que a Kiko Veneno, El Canijo de Jerez, Muchachito, Tomasito y Diego “El Ratón” les toque viajar en un vagón del silencio, rumbo a Madrid, para presentar su nuevo disco, suena al inicio de un chiste de sobremesa. “Nosotros callados, cuando hemos renegado de eso toda la vida… Todo el mundo ahí con un rosario en la mano, rezando”, suelta El Canijo. “Para cuando Kiko se subió en Sevilla, ya nos habían regañado varias veces. Son cosas que pasan desapercibidas, pero tienen su connotación poética. Es maravilloso. Y más cuando el disco se llama ‘El que quiera dormir que se compre una colchoneta’”, remata Diego. La escena parece escrita por Berlanga, el chiste se cuenta solo. Del G-5 se pueden decir muchas cosas, pero no precisamente que sean un grupo silencioso. “Ya te digo yo que esto es una encrucijada que nos han hecho. Lo único que sabíamos era que iba a haber instrumentos. Nosotros vamos con los
compadres, con el buen rollo, con nuestra nube encima”, añade El Canijo, mientras Tomasito y Kiko se parten de risa.
HAN PASADO DIECINUEVE AÑOS desde “Tucaratupapi” (06), aquel disco que saltaba palos y etiquetas a base de funk, rumba, flamenco y rock con olor a papas con choco. Casi dos décadas después, esta “formación fantasma”, como apunta Kiko, se manifiesta con nuevo trabajo, publicado por El Volcán Música. Suena igual de deslenguado y sureño, pero más afilado, más libre. Como si el tiempo no hubiera pasado, pero también como si, en el fondo, el tiempo les hubiera dado la razón. “Del caos suelen salir las mejores armonías”. Un trabajo que, en resumen, mantiene ese espíritu garrapatero del que siempre ha hecho gala. “Seguimos siendo los mismos. Es el mundo el que ha cambiado”. Lo cierto es que tienen razón. Si el primer álbum se grabó en plena juerga en unos estudios de Jerez, este se ha cocinado cincuenta kilómetros más al sur, en Chicla-
na, en la Casa del Jerman. Otro campo base del caos reconvertido en un laboratorio de ideas. “Fuimos allí y usurpamos su casa”, confiesa uno. “Estaba loco para que nos fuéramos”, añade otro. “Luis Pelayo, el auténtico dueño, que sale en todos los videoclips, nos dejó la casa para componer y grabar. No pidió dinero: solo salir en los vídeos. Una extorsión en toda regla”, bromea El Ratón. De ese encierro gaditano han salido temas como “Sancti Petri Boulevard” o “El Porro”. “Nos gusta mucho el sur, Cádiz, sus playas, su cielo…”, dice Tomasito.
“EL QUE QUIERA DORMIR que se compre una colchoneta” incluye once nuevas canciones inéditas en las que “las letras crecen, se expanden, se actualizan. Están vivas”. Y por eso, inevitablemente, se asoman también a lo social. “Aparte del humor, hay cabeza”, dice El Ratón. “Cuando Napoleón conquistó toda España, no tuvo cojones de entrar en Cádiz. Fue el único sitio libre del asedio francés. Cádiz es bravo”. Además de las referencias sonoras más clásicas, el disco también suena a carnaval. Bebe del sonido murguero, del ácido de las comparsas, de la sátira de las chirigotas. “Somos más de chirigotas”, reconocen. “Kiko siempre dice: ‘Si quieres ver una letra bien escrita, ve a ver una chirigota. Es un texto que pueden cantar un montón de tíos a la vez, y lo entiendes todo’”, explica Muchachito. “Y borrachos”, suelta Kiko. “Veinte tíos borrachos, a veinte metros, y tú entendiendo lo que están cantando. Eso es arte”. “Y eso es Cádiz”, remata Muchachito. Aunque parezca que todo es
jarana, detrás del jaleo hay estructura. Una simbiosis que también incluye a viejos amigos como Juan Ramón Caramés y Pepe Begines, presentes en las dos canciones mencionadas anteriormente. Y, sobre todo, a “Teto” (Rafael Fontaiña), que ha puesto ritmo a casi todo el álbum. “Ha tocado cosas que nosotros no sabemos hacer”, explica Muchachito. “Yo, por ejemplo, estoy más alejado de los ritmos de Jerez, de la bulería, y más cerca del rockabilly. Nos vamos buscando. Al final, el G-5 va de eso: de buscarse”. Y esa búsqueda también se nota en directo. “Que para nosotros son esenciales”, recalca Tomasito. De hecho, fueron precisamente los conciertos los que terminaron de empujar este nuevo encuentro: primero en un homenaje a Camarón en San Fernando, luego en las Noches del Botánico, en Madrid. Ahora, con disco nuevo bajo el brazo, la gira ha pasado ya por Barcelona, Madrid, Valencia, Cartagena y Mallorca. “Nos están corrompiendo con jamón”, rematan.
ENTRE BROMAS, tangentes y reverencias, asoma también Javier Krahe, y el espíritu de sus letras. “Yo lo conocí por El Ratón”, recuerda El Canijo. “’La Mandrágora’ (81) es de los mejores discos que se han hecho en este país. El Don Quijote de la música”, dice Kiko. Pero es Diego El Ratón quien se guarda la mejor historia. “Una vez coincidimos con él en Zahara de los Atunes. Él tenía casa allí. Acabábamos de comer y nos lo cruzamos por la calle. Nos acercamos a saludarlo: ‘Javier Krahe, eres un monstruo, flipamos contigo’. Y va el Canijo y le suelta: ‘Esta noche tocamos en el chiringuito, ¿te vienes?’. Y Krahe, con esa guasa suya, contesta: ‘¿Vais a poner la música muy fuerte?’. ‘Hombre, a tope’, le responde el Canijo. Y él, tan tranquilo: ‘Lo digo para ponerme del lado de África’”. “Tenía la mezcla justa: calle, cabeza y cultura”, zanja Diego. “Pero lo nuestro, al menos en las letras, es otra cosa. Lo nuestro es el sarao”. Y entre influencias y amistades, también se cuela la Pandilla Voladora, aquel otro grupo de vengadores formado por varios de nuestros protagonistas más Albert Pla y Lichis. “Pero eso fue un encuentro”, aclaran. “Allí cada uno llevaba sus canciones. G-5 es un grupo. Aquí hay discos, hay identidad y jamón”, nos explican. “Apunta eso: ‘Qué bueno está este jamón que nos acaban de traer’”. Lo apunto. Porque al final, G-5 va de eso: de un sarao con retranca, cervezas y amigos. Y a veces, algunas canciones. Un grupo que hace lo que le da la gana. Y, además, lo hace bien. Y si hay que volver diecinueve años después, se vuelve. Con más jaleo. Con más arte. Y, sí, con más jamón para compartir como iguales. víctor terrazas
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l Zaragoza 05 septiembre. Vive Latino España
l Las Palmas de Gran Canaria 19-21 septiembre.
LPA
l Jaén 18 octubre. Oleosónica Festival.
Mondo Sonoro número 231 septiembre de 2015
Fue portada:
Le dedicamos nuestra portada a un disco de pop electrónico al que no le faltaban precisamente buenas canciones. Hablamos de “Every Open Eye” de Chvrches, un álbum construido a partir de potenciales hits de baile y dominado por la desazón juvenil encarnada en su vocalista, Lauren Mayberry.
Charlamos con:
Wolf Alice, Major Lazer, Beach House, Foals, Yo La Tengo, The Waterboys, Warren Ellis, Niño de Elche, The Bohicas, Xoel López, Health, Richard Hawley, Seward, Autumn Comets, Beauty Brain, Bearoid, Mirrors For Psychic Warfare y John Lydon, entre otros.
Lo que nos contaban:
“Cuando era joven me cabreaba bastante ver a Sting haciendo reggae” (John Lydon)
“Creo que no he conocido nunca a un rockero que trabaje más duro que nosotros” (Diplo de Major Lazer)
“The Cure o Depeche Mode hicieron grandes discos llenos de potenciales singles” (Lauren Mayberry de Chvrches)
“Más que una recompensa, nuestro éxito me parece la consecuencia justa del trabajo. Ha sido un éxito muy espontáneo” (Joel Amey de Wolf Alice)
Fue disco del mes:
“B’lieve I’m Goin’ Down” de Kurt Vile, con una puntuación de ocho sobre diez
También destacamos:
“Currents” de Tame Impala, “Los Pobres” de PXXR GVNG, “Music Complete” de New Order, “Poison Season” de Destroyer, “The Most Lamentable Tragedy” de Titus Andronicus y “Fuerza de gravedad absoluta” de Siesta! MS
Ante la insaciable voracidad del capitalismo y el auge del neofascismo, Medalla proponen un afilado disco de heavy metal bañado en satanismo combativo. Se titula “Música Máquina” (Estudio Mazmorra, 25) y rompe con el pasado digamos indie rock del cuarteto. Hablamos de todo esto con Eric Sueiro y Josep Peris, cantanteguitarra y bajista de la banda respectivamente.
LOS BARCELONESES Medalla mantienen un muy meritorio ritmo: cinco largos en ocho años. “Siempre digo que lo de King Gizzard no me parece ninguna proeza. Si mi único trabajo fuera hacer música…”, asegura desafiante Sueiro. Cuando hablamos, poca broma, los de Melbourne llevan ya veientisiete discos de estudio en apenas quince años. Peris asiente con solemnidad: “Me lo creo, Sueiro es una máquina de crear canciones; seguro que tiene un sexto disco escondido en una carpeta de Google Drive”. Sea como sea, su último trabajo hasta la fecha es “Música Máquina”, un disco de heavy metal con actitud punk y puntería pop que supone otro importante giro en su carrera. Y digo otro porque la banda que completan el batería Marc López y el guitarrista Joan Morera siempre se ha caracterizado por sus ganas de estirar la cuerda de su creatividad para ver hasta dónde podían llegar. Así, después de su álbum más heterogéneo hasta la fecha, “Arista Rota” (21), y un disco conceptual alrededor de la pérdida, el oscuro y sentido “Duelo” (23), el cuarteto ha decidido entregarse a uno de sus géneros favoritos: el heavy metal. “Acabábamos de grabar ‘Duelo’ y cuando volvimos a quedar para ensayar, estábamos hablando y Peris dijo que molaría hacer un EP metalero”, recuerda Sueiro, que se vino arriba y planteó hacer un disco entero. Así surgió la idea de “Música Máquina”, cuyo llamativo título “hace referencia a la contundencia de las canciones y al mismo tiempo pretende ser un grito de urgencia”, explica Sueiro. “Este disco nació también de las ganas de hacer música para enfrentarse a esta máquina llamada capitalismo que lo devora todo y no deja nada a su paso”, añade el cantante y letrista, quien carga con su rabiosa prosa contra la religión como dogma incuestionable, contra el culto al trabajo que esconde explotación (“para
sorpresa de nadie seguimos siendo pobres”) y contra el fascismo (“el racismo se blanquea, la homofobia es su bandera”).
MEDALLA ERA ESA BANDA que quería cubrir el espacio imaginario entre Judas Priest y El Columpio Asesino, o al menos eso decían. Ahora se arriman más a los primeros, la banda encabezada por Rob Halford, y el movimiento se antoja natural, para nada estrambótico. “Sentía que quería volver al punto de partida, a enfrentarnos a un disco como si se tratase de un álbum debut. Hacer las canciones lo más directas posibles y que pusieran al oyente a prueba, que sonasen con mucha garra y no te dejasen bajar la guardia”, cuenta el cantante de una banda con ganas de seguir explorando esta nueva
senda. “El heavy metal siempre ha sido una parte esencial de Medalla —continúa— y creo que abrazarlo ha sido una de las cosas más honestas que hemos hecho hasta ahora como banda”. Para Peris, el menos heavy de la banda, este giro supuso un interesante “reto” en lo estrictamente instrumental. “Me encanta haber hecho esto y, de hecho, el otro día en la furgoneta escuchábamos el disco de pe a pa, en silencio, alucinando. Lo he disfrutado muchísimo”, comenta un bajista (y trompetista) encantado con las ampollas que pueden levantar las letras irónicamente satánicas del disco entre los intolerantes y los nostálgicos. “Ahora mismo no sé qué haría Satán, pero la peña está haciendo cosas bastante más chungas”, se pregunta con sarcasmo.
“Abrazar el heavy metal ha sido una de las cosas más honestas que hemos hecho como banda”
CON UN NUEVO BAJO para afinaciones más graves, un doble pedal y nuevas pastillas, los chicos de Medalla volvieron a encerrarse en el estudio Maik Maier de Barcelona con Sergio Pérez (Svper), una pieza clave en su discografía. “Hemos grabado con los mismos amplificadores Fender Hot Rod, no hemos utilizado ningún Marshall ni un Mesa Boogie”, aclara Sueiro, que quería huir de la típica producción metalera y mantener la esencia ‘medallera’ en todo momento. Cuando no vives de la música, bromean, “te puedes permitir toda esta valentía”. Tampoco tienen que rendir cuentas a ninguna discográfica. “Música Máquina” es su segundo largo autoeditado desde Estudio Mazmorra, su sello DIY, y aseguran que ya no hay vuelta atrás. “Hubo algún momento de crisis, porque autoeditarse comporta mucho estrés, pero tomé perspectiva y comprendí que lo que me quemaría por dentro sería estar trabajando dos años en un disco y regalarlo a un sello que no lo tratase con el cariño que pensamos que merece. Nos ha pasado. Y a todo el mundo le pasa eso. Quiero decir, lo raro es que encuentres alguien que esté contento con su sello”.
CON “MÚSICA MÁQUINA” se abre un nuevo horizonte para el cuarteto, encajado casi a la fuerza en la llamada “nueva escena indie de guitarras”, la generación de bandas surgida entre el debut de Carolina Durante y la irrupción de Alcalá Norte. “Siento que terminamos un poco en el indie por descarte. Nosotros siempre hemos tenido influencias que difieren de esa escena en concreto. Yo he crecido escuchando Black Sabbath, Judas Priest, Iron Maiden, Barón Rojo, Lujuria, Saratoga, Metallica o Thin Lizzy, por mencionar algunas bandas que me siguen influenciando y moviendo las entrañas aún a día de hoy; y creo que con este disco nos estamos abriendo a un nuevo público y a un nuevo circuito de salas y festivales a los que quizá antes no teníamos acceso precisamente por las etiquetas de las escenas musicales. Ahora mismo nos veo tocando más en un Barcelona Rock Fest que en otro tipo de festivales, la verdad”. luis benavides
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l Santa Coloma de Gramenet 06 septiembre. Sintonitzza
l Madrid 07 noviembre. Clamores
l Daimiel 08 noviembre. La Casa Con Ruedas
l Barcelona 15 noviembre. Laut (Curtcircuit)
l Valladolid 28 noviembre. Desierto Rojo
l Salamanca 29 noviembre. La Chica de Ayer
“’The Boatman’s Call’ [Nick Cave] me abrió los ojos sobre cómo una banda de rock puede tener la fuerza del rock, pero también la inmensidad de una orquesta”
Troy Van Leeuwen de Queens Of The Stone Age en Rockzonemag
“Mis padres me apoyaron al doscientos por ciento desde el principio. Se enorgullecen muchísimo porque saben la cantidad de trabajo que hay detrás”
Carlos Ares en Muzikalia
“Si existe Kate Bush, y existe Björk, entonces existe otra forma posible de hacer pop. No podría hacer lo que hago si no hubiera una tradición detrás de la que pudiera aprender y beber”
Rosalía en Elle
“TUVE UNA EPIFANÍA
“Es un honor para mí que Hidrogenesse estén ahora produciendo el disco y que estén tan involucrados desde que grabé ‘El destello’ con ellos. Hay una conexión ahí”
Martin en Jenesaispop
VIENDO A GREEN DAY. SENTÍ QUE ESE TIPO, ESA
PEQUEÑA LEYENDA LLAMADA BILLIE JOE, ES COMO YO. TIENE COMO CINCUENTA AÑOS Y TODAVÍA SE LE VE GENIAL”
Amy Taylor, de Amyl And The Sniffers en Russh
Si comparamos la portada del cuarto disco de Wolf Alice, “The Clearing” (RCA/Sony, 25), con las tres anteriores veremos a una banda que ha ganado mucho en confianza y no tiene miedo de ser más ambiciosa. Mientras Ellie Rowsell se lleva el foco a medio camino entre una estrella del rock y una diva pop, Wolf Alice no tienen miedo en reconocer que son ambiciosos y que su paso a una multinacional, tras tres discos con Dirty Hit, no es una casualidad, sino toda una declaración de intenciones sobre sus ganas de comerse el mundo.
texto Sergio Ariza
ME REÚNO con ellos después de verles la noche anterior en un concierto exclusivo en el Teatro Barceló de Madrid en el que se puede sentir esa nueva confianza y seguridad en toda la banda, Rowsell a la voz, Joff Oddie, a la guitarra, Theo Ellis, al bajo, y Joel Amey, a la batería. Les pregunto si sienten esa seguridad en sí mismos y si piensan que están sonando mejor que nunca, a lo que Ellis me admite que aún están en proceso de rodaje. “La verdad es que llevábamos tanto tiempo parados sin tocar que no me acordaba de lo increíble que es hacerlo, es como que te vuelves a dar cuenta de lo importante que es tocar en directo en nuestras vidas, de lo bien que nos hace sentir”. Luego decido preguntarles si creen que ese salto a una multinacional podría ser visto en algún sector como que están buscando el éxito a toda costa y se revuelven un poco, aunque Oddie reconoce que: “A veces, cuesta admitir que una banda pueda ser ambiciosa, pero nosotros lo somos. Esta es una gran oportunidad de llegar a más gente, y la hemos cogido. Nos han pasado cosas maravillosas a lo largo de nuestra carrera y esta es una de ellas. Es un privilegio que nos permite seguir aspirando a más”.
UNA DE LAS INFLUENCIAS de este disco parece haber sido el documental “Get Back” de The Beatles y esa especie de vuelta a tocar como un grupo, sin tanta utilización del estudio, algo que me reconocen totalmente. “En este disco nos hemos tenido que centrar más porque cuando quitas varias cosas, para buscar un sonido más desnudo, como los pedales de distorsión y otras cosas, te das cuenta que tocar sencillo es muy difícil. Yo creo que este disco me ha hecho un mejor músico”, me comenta el guitarrista de la banda. Precisamente la guitarra de Oddie deja de estar tan presente en el disco, sustituida por el piano y, sobre todo, por la voz de Rowsell, verdadero foco principal de este “The Clearing”. Sobre todo ello se pronuncia la propia cantante. “En este disco no queríamos ese muro de sonido con guitarras. Lo que nos lleva de vuelta a lo que hablábamos de ‘Get Back’, que cada instrumento tenga su propio espacio no esas guitarras creando un muro de sonido que es como si se comiera lo demás”. Algo que también admite el guitarrista. “Es muy fácil meter capas y capas de guitarra, con pedales distorsionados y ruidosos, pero ponerte en la situación de que eres solo uno más en un contexto más amplio, ese es un desafío mucho mayor”. Y es que, para dar forma a “The Clearing”, Wolf Alice han tomado
como principal inspiración el sonido pop de los setenta, cuando bandas como Fleetwood Mac dominaban las listas. “Más que de un artista o banda en particular, hablamos de ese sonido pop característico de los setenta, que iba muy a favor de las canciones. Todo puesto al servicio de la canción. Para hablar de referencias específicas deberíamos ir canción a canción”, apunta Rowsell al respecto. “Yo creo que lo que pasa es que las bandas tenemos acceso a una gran tecnología y a muchas herramientas y eso, al final, puede afectar a la composición de las canciones y a los arreglos, así que con este disco quisimos dar un paso atrás y dejarlo en algo muy esquemático, tocando cosas más acústicas”, completa Ellis.
EN ESTE NUEVO ACERCAMIENTO, el piano toma una nueva dimensión. “Creo que cada vez me gusta más el piano. Cada vez compongo más canciones con él, así que luego no quiero quitarlo y queda bien junto a la guitarra”, me comenta Rowsell al respecto, quien además se ha encargado de los pianos del disco junto al productor, el renombrado Greg Kurstin, quien también ha echado una mano en el proceso compositivo. “Es un pianista con mucha práctica y que se sabe toda la teoría. Puedes sacar mucho partido de todos sus conocimientos, de sus progresiones de acordes. Le presentábamos una canción y nos decía ‘¿Sabéis que después de ese acorde podéis utilizar este otro?’. Y la verdad es que el resultado quedaba alucinante. Así que era algo brillante. Hay que ponerlo, escribir con él ha sido muy colaborativo”.
A ESAS NUEVAS INFLUENCIAS de las que hablábamos unas líneas atrás, debemos sumar también la de la banda inglesa de folk rock Pentangle. “Ha sido claramente una de las influencias del disco”, comenta Amey, el batería, poniéndome un ejemplo concreto, el de su actuación en un programa de televisión de 1972 interpretando “Wedding Dress”. Esa influencia se puede apreciar sobre todo en “White Horses”, aunque en esa misma canción también respire otra influencia que ya se había dejado notar con anterioridad en la música de Wolf Alice, el krautrock. “Si te gustan Can, hay una especie de ritmo pre-motorik ahí. Es una canción un poco bailable y
“Cada vez tenemos menos prejuicios... Antes la gente era mucho más de ‘Yo solamente escucho punk’”
todo, algo que creo que también tenía el krautrock. Pero a nosotros ya nos había influido con anterioridad el krautrock, como podía apreciarse en ‘Giant Peach’ [de su álbum “My Love Is Cool” de 2015]”, sentencia Oddie. De la canción, también sorprende que Joel Amey sea el cantante principal, aunque Rowsell también añada una gran segunda voz. Me intereso por saber si siempre estuvo pensado así o surgió mientras preparaban el disco. “Tenía una demo que llegó al final de la época en la que estábamos componiendo para ‘The Clearing’. Estaba influido por otras canciones del disco, así que se la pasé a la banda. Ellie escribió la letra y todo el mundo aportó. Al principio, en la demo, era solamente yo cantando, pero en cuanto Ellie añadió su voz se convirtió en algo mucho más potente”.
UNA DE LAS MEJORES CANCIONES del disco es “The Sofa”, de la que intuyo que va a ser el siguiente sencillo de la banda, cosa que me confirman. “Premio. Va a ser el segundo single”. Les comento que me ha llamado la atención esa referencia a quedarse atascados en Seven Sisters, en el norte de Londres, la zona de la que proceden. Como cuando Pulp me hablaron de lo importante que era para ellos ser una banda del norte del país. “Es interesante que digas eso, porque creo que todo el mundo tiene un hogar. Y nosotros, en la banda, estamos conectados por nuestra pertenencia a ese lugar. Solíamos beber por el norte de Londres, puesto que nuestras casas estaban allí. Es como lo que decías con Pulp y Sheffield. No creo que sigan viviendo en Sheffield ahora, pero tus raíces están ahí”.
LA INFLUENCIA DEL SOFT ROCK de los setenta también se constata en “Just Two Girls”, algo con lo que están de acuerdo.
Así nos ponemos a hablar de esos tiempos –por ejemplo los años noventa– en los que había más recelos sobre lo que te gustaba o lo que decías que te gustaba. “Personalmente, cada vez tengo menos prejuicios, pero creo que, en general, también las bandas y artistas más jóvenes por el streaming y todo eso. Antes la gente era mucho más de ‘Yo solamente escucho punk’”, comenta Rowsell. Oddie comparte también esa opinión y pone como ejemplo a Turnstile, la banda de hardcore con la que han compartido cartel en festivales como Primavera Sound o Glastonbury. “Mira por ejemplo a una banda como Turnstile. Vienen de la escena hardcore, pero están abiertos a muchas otras cosas mientras que antes la etiqueta ‘hardcore’ era mucho más reductiva”. Aprovechando que les hayan citado, les pregunto por quiénes piensan que son las mejores bandas de rock de la actualidad y salen nombres como Turnstile, Big Thief, Fontaines D.C. o The Lemon Twigs, en los que todos los miembros de Wolf Alice parecen ponerse
de acuerdo. Amey considera que “lo que están haciendo The Lemon Twigs es una maravilla. Lo que consiguen en el estudio es increíble”. Oddie, por su parte, cree que “son una de las mejores bandas que he visto en directo”, mientras que Rowsell concluye “Su ‘Everything Harmony’ (23) es increíble”.
A PESAR DE LAS INFLUENCIAS POP, en “The Clearing” sigue habiendo lugar para el rock. Es más, a propósito del sencillo de presentación, “Bloom Baby Bloom”, Ellie Rowsell sacó a colación la influencia de Axl Rose de Guns N’Roses a la hora de cantar. Eso me lleva a preguntarle por sus vocalistas de referencia cuando empezó a cantar. “No estoy muy segura, pero recuerdo perfectamente cuando descubrí a Jeff Buckley con su disco ‘Grace’ (94). Era música rock, o eso creo [risas], pero su voz sonaba como si cantara desde la iglesia, desde el coro de la iglesia. Tenía una fuerza increíble. Así que podríamos decir que él fue mi primera gran referencia”. Lo que
es evidente es que ella nunca había estado más cómoda en su papel de frontwoman. Ha llegado incluso a nombrar como modelos a estrellas pop no convencionales como Charli XCX o Caroline Polachek, así que quiero saber qué es lo que le atrae de ellas. “No sé muy bien cómo explicarlo, pero escuchándolas no siento que tengan veintiún años, en plan ‘mi juventud se ha escapado para no volver’. Las escucho y pienso ‘Perfecto, solamente estoy comenzando’. Además, son fantásticas”.
POR ÚLTIMO, mientras se acercan para comunicarme que nuestro tiempo se acaba y aprovechando que estamos hablando ya de otros artistas, decido preguntarles por cuáles son en su opinión los discos más importantes del cuarto de siglo XXI que llevamos consumido. Su curiosidad se despierta, aunque no hay tiempo para pensárselo mucho. “Nos tienes que dar tiempo para contestar bien a eso, que no se nos olvide ninguno [risas]”, comenta Amey. En cambio, Oddie no puede resistirse a
nombrar su favorito de estos veinticinco años. “Bueno, si estamos hablando de discos de este siglo, uno que tiene que estar seguro es ‘Is This It’ [The Strokes, 2001]. Es un disco impecable de principio a fin. Ese álbum cambió la escena”. El comentario lleva a que Ellis se anime también con el suyo. “De la misma época te diría ‘Aha Shake Heartbreak’ [Kings Of Leon, 2005]. Es otro disco perfecto”. Para ese momento Ellie Rowsell ya está saludando al siguiente periodista que ha entrado en la sala. Hasta en eso se nota esa ambición de la que hablaban al principio y el fichaje de la banda por Sony: Tienen una jornada maratoniana de entrevistas desde por la mañana hasta la tarde, y parecen totalmente dispuestos a enfrentarse a ello con una sonrisa en la boca, buenos modales británicos y la convicción de que este es su momento y piensan aprovecharlo.
s.a.
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Derby Motoreta’s Burrito Kachimba
Giorgio Poi
l Granada 22 septiembre., Lemon Rock l Madrid 23 septiembre. Wagon
l A Coruña 25 septiembre, Playa Club l Barcelona 26 septiembre, La [2] de Apolo l Valencia 27 septiembre, Visor Fest
La rareza Varshons (2009)
La banda capitaneada por Evan Dando –satélite innegociable en torno al que ha orbitado siempre el grupo de Boston–, fue una de las imbatibles del indie-pop norteamericano (con ecos de powerpop, new wave y country-rock) de los noventa, acumulando como activos ese olfato infalible para estribillos pegadizos de Dando, su seductora interpretación vocal y un evidente atractivo físico redondeando la jugada.
El imprescindible
Come On Feel
The Lemonheads (1993)
La difícil decisión de señalar el mejor disco de The Lemonheads ha oscilado con frecuencia entre “It’s a Shame About Ray” (92) y “Come On Feel The Lemonheads” (93), publicados ambos con una diferencia de poco más de un año y en plena evidencia del excepcional momento de forma que vivían por entonces Evan Dando y los suyos. Una formación aquí completada por Nic Dalton y David
Ryan, además de Juliana Hatfield aportando voces. “Come On Feel The Lemonheads” no es sino una retahíla escandalosa de singles en potencia, entre los que se incluyen clásicos como “It’s About Time”, “Into Your Arms”, la querencia country de “Big Gay Heart”, “I’ll Do It Anyway” o “The Great Big No”, luciendo con orgullo un indie-pop marca de la casa (y de la época) absolutamente irresistible. Un disco de brillo cegador a través de sus múltiples gemas, en las que la mezcla entreverada de preciosos medios tiempos y latigazos eléctricos propulsan la identidad de la referencia y, de paso, un ritmo impagable. Imposible no claudicar ante lo que viene siendo un diez redondo. Además, en esta gira interpretarán el álbum completo de principio a fin.
Lo que en cualquier otra banda o artista sería, sin duda, una rareza dentro de su discografía, en el caso de The Lemonheads se imponía como paso lógico y poco menos que obligado. Y es que Evan Dando siempre ha sido fanático de hacer suyas canciones ajenas de muy diferentes pelajes, llevando a su terreno con habilidad fuera de toda duda piezas ajenas que terminan sometidas bajo su bonito y reconocible yugo artístico (valga como muestra aquel acelerado “Mrs. Robinson” de Simon & Gartfunkel). “Varshons” (09) fue el primero de esos volúmenes –el segundo llegaría diez años después–, en el que el de Boston homogeneizó, al amparo de su propio trazo (y casi hasta materializar un disco propiamente de The Lemonheads), temas de Tim Hardin, Leonard Cohen, Wire, Townes Van Zandt, su héroe Gram Parsons, July o incluso el “Beautiful” de Christina Aguilera.
La decepción
Hate Your Friends (1987)
Antes de que Evan Dando señalase el camino definitivo de The Lemonheads (el mismo por el que siempre serán recordados), la banda publicó un puñado de discos de indisimuladas influencias punk y escandaloso aroma juvenil, seguramente mientras las hormonas hacían lo suyo. El primero de ellos, de hecho, vio la luz en 1987, cuando Dando sumaba solo veinte años de edad. Aun alejado del desastre (en realidad, la obra tiene su gracia y es solvente dentro de sus parámetros), lo cierto es que “Hate Your Friends” (87) tenía escasas cualidades con las que destacar en una escena tan poblada como era la del punk norteamericano de finales de los ochenta. Una primera piedra de toque con la que la banda se desfogó a placer y que debe entenderse como tal, pero alejada de las virtudes que comenzarían a exhibir a partir de “Lovey” (90), álbum de transición entre los dos principales universos musicales de The Lemonheads. raúl julián
La dupla formada por JeanPhilippe Freu y Patrice Carrié, es decir <<rinôçérôse>>, regresó el año pasado con “Psychôanalysis” (YEEESS, 24), un disco marcado sin disimulo con la impronta de los de Montpellier.
HAN PASADO SIETE AÑOS desde que viera la luz “Angels & Demons” (17), el que hasta ahora era último disco de <<rinôçérôse>>.
Demasiado para un proyecto que ha estado presente desde finales de los noventa, facturando un electro pop con igual preferencia por la música de club que por el funk, en una mezcolanza que, en la práctica, resulta de lo más vistosa y atractiva. “La vida, los otros trabajos que tenemos y el descanso obligado que el grupo necesitaba” son los
motivos que Jean-Philippe Freu ofrece para justificar ese prolongado periodo de barbecho. En cualquier caso, la espera terminó hace unos meses con la publicación de “Psychôanalysis” “Queríamos un álbum que nos devolviese a las raíces de aquello que nos inspiró cuando empezamos a mediados de los noventa: el progressive house británico... pero teniendo en cuenta que pop y funk también están presentes en este álbum”. Efectivamente, el dúo francés mantiene su sonido habitual, sin trampa ni cartón y con la vista puesta en la pista de baile. Lo que viene siendo un talante artístico bien definido. “Para nosotros es fundamental tener una potente identidad musical que el público pueda percibir de inmediato. Y estamos orgullosos de oírte decir que ‘Psychôanalysis’ suena cien por cien <<rinôçérôse>>”.
TAL Y COMO SUELE SER HABITUAL en sus álbumes, este trabajo también resulta generoso en colaboraciones. “Benjamin
“Es fundamental tener una identidad que el público pueda percibir de inmediato”
RR Tom Smith (Editors, Smith & Burrows) publicará su primer álbum en solitario el 5 de diciembre. “Life Is For Living” será un disco acústico y calmado que nos muestra otra faceta del frontman de Editors. Ya puedes escuchar el tema titular y “Lights Of New York City”.
RR Muere en accidente de tráfico Brent Hinds, miembro fundador de Mastodon, cuando su Harley Davidson colisionó contra un todoterreno que no respetó un
Es difícil explicar lo que supuso Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio en los primeros noventa, cuando se forjaba el rock mestizo a base de fusionar la herencia de The Clash con los sonidos que formaban parte de la tradición cultural de cada uno.
AHORA LA BANDA MEXICANA nos visita en plena celebración de su cuarenta aniversario. En concreto los podremos disfrutar
el próximo 6 de septiembre dentro del Vive Latino de Zaragoza y hemos querido charlar con Roco, el carismático vocalista del grupo, que hace un llamado a los más jóvenes a que vayan a disfrutar de su música. “Somos una banda profundamente mexicana, pero al mismo tiempo totalmente rockera, con la actitud y la energía del punk, pero también con la presencia profunda de nuestra tercera raíz, que es África en América. De toda la presencia africana en México, de toda nuestra presencia indígena que es nuestra raíz fundamental”. Por si no parece motivo suficiente, Roco completa el razonamien-
ceda el paso. Hinds, de cincuenta y un años de edad, había abandonado Mastodon el pasado mes de marzo de mutuo acuerdo con los restantes miembros.
RR Se adelanta el estreno en cines de “Hasta que me quede sin voz”, el documental sobre Leiva. El trabajo colectivo de Mario, Lucas y Sepia llegará a las pantallas el 17 de octubre, aunque antes pasará por el Festival de San Sebastián. Posteriormente llegará a Movistar+
to diciendo: “Se van a encontrar con una propuesta que suena como una jam imposible de James Brown con Pérez Prado y con Fela Kuti como invitado. Vengan a ver a un grupo que se deja el alma en una gran celebración de paz y baile”.
MALDITA VECINDAD es una banda que, a lo largo de cuatro décadas, ha pasado por muchas vivencias, no siempre agradables. “Nos tocó tener éxito muy chavos, viajar por todo el mundo. Y creo que eso estuvo bien porque a todos nos agarró todavía con mucha fuerza y con mucha posibilidad de crecer. Pero a la vez creo que la industria de la música provoca algo muy fuerte en los músicos y es su infantilización. El rock siempre ha estado relacionado con la rebeldía y todo esto. El
RR Paz Lenchantin (ex Pixies, Zwan y componente de A Perfect Circle) ha compartido “Hang Tough”, primer adelanto del que será álbum debut en solitario. En el disco la secundan compañeros como Josh Freese o Troy Van Leeuwen.
RR Will Anderson y sus Hotline TNT han decidido eliminar toda su música de Spotify, siguiendo los pasos de King Gizzard & The Lizard Wizard, Godspeed You! Black Emperor y otros. La causa son las inversiones en tecnología militar de su CEO Daniel Ek.
Diamond [Stardust] canta en nuestro single ‘Awake’. Es un representante emblemático del movimiento French touch, ya que canta en el hit mundial ‘The Music Sounds Better With You’, compuesta con Alan Braxe y Thomas Bangalter. También contamos con nuestros cantantes históricos Bnaan y Jessie Chaton. Jessie Chaton que cantó el tema ‘Bitch’ en nuestro disco ‘Schyzophonia’ (05) está en ‘Addiction’, y Bnaan estuvo en el single ‘Cubicle’ y ahora hace lo propio en ‘Sunny Disposition’. Izzy Lindqwister también canta en ‘Psychoanalysis’ y esperamos tenerla sobre el escenario”. Hay un elemento determinante en la gestión de la presente obra, y no es otro que la separación sentimental de Jean-Philippe Freu y Patrice Carrié, que ahora continúan sus caminos exclusivamente como pareja artística. “Patou y yo no vivimos juntos desde nuestro divorcio. Nos llevó un tiempo encontrar la manera de volver a trabajar juntos. Ella fue la principal impulsora de la recuperación del proceso creativo. Instalamos un estudio móvil en casas que alquilábamos en el campo, en el sur y centro de Francia, y allí
hicimos residencias artísticas durante las que nos sumergimos en el trabajo de composición con Vincent Leibovitz. Funcionó de inmediato. Fue entonces cuando me di cuenta de que <<rinôçérôse>> íbamos a despegar de nuevo. Nuestra inspiración fue el propio retorno, el hecho en sí de empezar de nuevo”. A pesar de la ruptura, ambos siguen apostando por canciones hedonistas, animosas y coloridas, de ahí que proceda abordar el tema de los siempre entretenidísimos conciertos de <<rinôçérôse>>. “Tras el lanzamiento del álbum, los conciertos son ahora nuestra principal preocupación. ¿Cómo serán? ¿Vendrá la gente? Ese es justo nuestro nuevo reto”. raúl julián
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“Somos una banda profundamente mexicana”
rockero es el rebelde que está con todas las chavas, que se mete todas las drogas, que hace todas las tonterías del mundo. Entonces, siento que una de las grandes cosas con las que tienes que lidiar es cómo aprender a crecer y a madurar. Por eso creo que a nosotros lo que más nos pegó como banda, fue exactamente eso, que algunos de nuestros integrantes siguieron viviendo como si tuvieran veinte años y eso es muy triste, porque empiezas a tener hijos, empiezas a crecer y algunos de tus compañeros se siguen comportando como si tuvieran dieciocho años. Cuando tienes esa edad puede meterte todo lo que tengas, pero cuando ya tienes cuarenta años es distinto. Entonces empieza todo eso, las adicciones, las enfermedades, la inmadurez de poder valorar lo que haces,
RR Judeline continúa dando pasos adelante en su carrera. En este caso se trata de una colaboración con el músico y productor Sega Bodega en la canción “Piki”. Podrás verla en concierto en Sevilla (4 septiembre), Madrid (5 septiembre), Tenerife (6 septiembre) y Barcelona (3 octubre).
RR El próximo 28 de octubre llegará a cines –en pases limitados– “M”, película-documental sobre la gira “Memento Mori” de Depeche Mode, dirigida por Fernando Frías (“Ya no estoy aquí”). MS
ni valorarte a ti ni a los que te rodean… Yo creo que ese ha sido el gran problema”. Y es que la muerte de Eulalio Cervantes “Sax”, el carismático saxofonista de la banda, todavía ejerce una alargada sombra sobre la actualidad de una de las bandas que mejor ha encarnado lo que significa el rock mestizo. Un género que, en palabras del propio Roco, plantó “la semillera de que diferentes comunidades dejáramos de copiar la música gringa, dejáramos de hacer géneros establecidos como el punk, el heavy metal, el blues, y comenzáramos a bucear en nuestra propia tradición de corazón para crear nuestra propia voz y nuestra propia música”. don disturbios
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“Por Ahora Para Siempre” (Sony, 25) es el soplo de aire fresco que Joseluis nos trae en un mundo en constante repetición y en el que demuestra estar a la altura de los referentes contemporáneos del folk nacional, a pesar de su “Miedo de un país”.
EL CANTAUTOR se nos descubre a través de su primer trabajo y no solamente como músico, sino también como escritor. Pintando paisajes sonoros con letras que huyen de lo trillado y de los caminos habituales. Su música respira y bebe de España, pero no de la que conocemos, sino de la que tenemos delante todavía por descubrir. De ahí que cada canción del disco sea “un intento de volver a hacerlo, de buscar y encontrar el amor, que venga, vuelva o que se vaya. Lo que tienen en común todas estas canciones es un momento vital de estar mucho tiempo solo y no querer estarlo y volver a relacionarme con el amor y con el juego del amor, que no es lo mismo. La música me quita más fuerza de la que me da y muchas canciones son una manera de cerrar algo en mi vida o, a veces, de abrir
un país
un camino y preguntarme qué quiero hacer con mi vida. Por ejemplo, en ‘Alguien con mi nombre’ hablo de que quiero tener un hijo, pero luego en ‘Miedo de un país’ me pregunto qué pasaría si todo lo que quiero se hiciera realidad, si estaría a la altura o no”.
SUS LETRAS EMPIEZAN siempre como un reto. “De decir ‘Hostia, creo que estaría guay decir esto en una canción’. Siempre empiezo las canciones desde el gancho de las cosas guays que creo que están guapas de decir. Creo que mis letras tienen un componente sorpresa de decir ciertas cosas que no entran en el diccionario de las canciones y de los géneros. Intento huir de las metáforas que están super manidas. Eso siempre lo he tenido claro. Por ejemplo ‘Arderé con no-sé-qué’… Pues no lo voy a usar nunca. Al final digo lo mismo que todo el mundo y estoy hablando del amor y de mí, pero intento buscar la manera en la que solamente podría decirlo yo”. Lo que cuenta, además, entra como una puñalada. “Siempre voy a un sentimiento concreto. Con las historias puedes empatizar o no, pero con un sentimiento aislado puedes simpatizar más y es más fácil que te identifiques. Creo que hay mucha gente que puede abrazar mi intimidad y compartirla, que no la sienta como mía, sino como suya”.
“La música me quita más fuerza de la que me da”
EN SU DESNUDO emocional demuestra garra, pero necesita decir adiós a muchas cosas para llegar a ese punto. “La canción ‘Como el Sol’ para mí es como un cierre. Unas disculpas a todo para poder empezar habiendo elegido el amor, el compromiso y ser mejor persona. Es darte cuenta de tu propia naturaleza y de que a lo mejor, siendo como tú eres, los cosas están bien para ti, pero no para otras personas a las que puedes hacer daño. Es como la cara B de ‘Guapo’, que es chulería y valentía para hacer ciertas cosas”. Sin embargo, Joseluis prefiere dejar las interpretaciones abiertas para que su público piense al respecto. “Cada persona se monta su parra con las canciones, por eso no me gusta explicarlas. Hay una frase de León Benavente que me gusta mucho. No me la aplico a mí porque mis canciones no son tan buenas, pero que dice ‘¿Pero qué queréis saber sobre las canciones? Si están bien hechas no hacen falta explicaciones’. Esa máxima me encanta, y de hecho yo no quiero saber tanto de la gente, ni de qué va algo en concreto. Me da igual. De hecho, creo que saber más lo mata un poco. En el pop, las canciones trascienden realmente por las narrativas que van asociadas a quien las hace. En mi caso, de momento, no me apetece que sea así”. martín corral
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Los de Carolina del Norte recuperan el vigor y la inspiración con “Songs In The Key Of Yikes” (Merge/Popstock!, 25), quizá su mejor trabajo desde que regresaran a la palestra hace tres lustros con “Majesty Shredding” (Merge, 10).
NO ES QUE LA BANDA liderada por Mac McCaughan desde finales de los ochenta haya entregado nunca material defectuoso, pero la entrada de la batería Laura King en lugar del clásico Jon Wurster –quien dejó el grupo de forma amistosa– ha agitado la coctelera de un modo que a veces beneficia a formaciones con tanto recorrido. “Creo que han pasado varias cosas distintas. Las canciones son un poco sobre ver qué tal está todo el mundo tras la pandemia y después del regreso de nuestro fascista aspirante a dictador aquí en los Estados Unidos. Viendo lo que hace todo el mundo para sobrevivir. Musicalmente, creo que una de las cosas que impulsa el disco es que tenemos nueva batería. Ya no es nueva, pero es el primer álbum en el que ha tocado. Hemos girado con Laura King por España, por Japón, por todo el mundo. Y ha sido un subidón hacer un disco con ella, no sólo porque es una batería genial, sino porque tiene una energía especial que yo
sabía que iba a impulsar estas canciones”, explica el propio Mac en agradable conversación telemática. McCaughan admite que tampoco hay que hacer una fiesta cuando alguien como Jon Wurster se va de tu grupo, pero que un músico nuevo “aporta una energía fresca. Creo que cuando llevas tiempo tocando con alguien, como nos pasaba a nosotros con Jon, tienes una química determinada y compones canciones alrededor de esa química, porque sabes lo que todo el mundo va a hacer en una determinada situación, y lo que funciona mejor. Hacer una canción con alguien nuevo es divertido porque es un poco impredecible. Le da al disco una sacudida extra”. Para un grupo que ha hecho del vigor eléctrico su bandera, esto es esencial. “Creo que sacamos mucha inspiración de las giras que hicimos en estos últimos dos años. Cuando metimos a Laura en el grupo pensamos: ‘OK, aquí hay alguien a quien le encanta tocar’. Tiene una muy buena actitud, quiere tocar y girar. Para que se metiera en el grupo necesitábamos montar conciertos, e hicimos varios shows por el aniversario de ‘Foolish’ (94). Y tocándolos nos sentimos como un grupo otra vez, pero con una energía renovada. Eso fue lo que nos dio la inspiración para hacer estas canciones. ‘Wild Loneliness’ (22) fue un disco muy específico, porque lo hicimos en casa durante los confinamientos, y tuvo que ser un poco más acústico. Otra cosa de éste es que es un poco una reacción a ‘Wild Loneliness’. Tiene esa libertad de volver a hacer un
disco de rock”. A estas alturas de la película, el guitarrista y cantante, que también hace discos en solitario, sigue persiguiendo esa quimera razonable que es la melodía perfecta. ¿Qué es lo que tiene una canción redonda? “Si supiera la respuesta, quizá me fuera más fácil hacer grandes canciones [risas]. Todas serían geniales. Tengo la impresión de que son un par de cosas: tiene que haber algo memorable, de modo que una vez la escuchas, quieres volver a hacerlo porque se te queda en la cabeza. Memorable, pero no irritante como una melodía pastelera. Te tiene que sorprender un poco de algún modo. Que digas: ‘Cómo me gusta eso, quiero volver a escucharlo’. Y creo que debe tener una energía que te permita saber que el artista está comprometido con lo que hace, que no suene a algo vago o hecho con prisas. Esto puede pasar en una canción muy tranquila o en una muy ruidosa. Una de las cosas más difíciles es que parezca que se ha hecho sin esfuerzo”. La guinda es ponerle un elemento un poco extraño que te haga prestar la atención. “Recuerdo cuando empecé a escuchar a Dinosaur Jr. Sus canciones podían tener una intro que no tenía nada que ver con el resto, pero de algún modo tenía sentido. Siempre he apreciado los detalles extraños que te hagan preguntarte de qué forma se les ha ocurrido algo así”.
EL MÚSICO ASUME que Superchunk han hecho discos más expansivos, pero que se siente atraído instintivamente por la idea
“El modelo del streaming ha devaluado la música”
de ir al grano. Esto se traslada también al sonido natural al que siguen rendidos desde sus grabaciones con Steve Albini o Brian Paulson. “Me parece que este disco es el más directo que hemos hecho en bastante tiempo”. Más allá de arreglos puntuales y efectos clásicos, en el sonido de Superchunk nunca ha habido espacio para los artificios. “Siempre hemos querido sonar como un grupo tocando en el local. Ese enfoque naturalista lo hemos tomado de la gente con la que hemos currado. Todos los productores y técnicos con los que hemos trabajado han reconocido que somos un buen grupo, y que tenemos que sonar así. No queremos juntar las cosas en un ordenador o algo parecido”. No es de extrañar que el responsable del sello Merge suspire cuando le preguntamos por la IA y el streaming, amenazas ominosas para los que no están dispuestos a dejar atrás sus convicciones de la vieja escuela. “Internet tiene tantas cosas malas que no sé ni por dónde empezar… Quizá la más insidiosa en este momento sea la Inteligencia Artificial. Es difícil saber qué hacer en este momento más allá de no usarla. Pero tengo la impresión de que nos enfrentamos a una ola que se va a llevar todo por delante. El modelo del streaming ha devaluado la música”. Para compensar esta realidad, nos emplaza a apoyar a los grupos como se ha hecho desde hace décadas: comprando discos en los conciertos, las tiendas independientes y Bandcamp. No hay otro secreto. j.c. peña
Casi un cuarto de siglo después, la discografía de Pulp vuelve a sumar otro pico muy alto con “More” (Rough Trade/Popstock!; 25), nuevo puerto de embarque imprescindible para todos los que llevábamos tiempo soñando, (y temiendo, por qué negarlo), una reunión que bien da para una reevaluación de la trayectoria del grupo más contrastado y brillante de su generación en materia pop. Repasemos su discografía de mejor a peor disco.
texto Marcos Gendre
Different Class (1995)
La joya del Britpop, si es que un trabajo tan irónico acerca de la misma esencia de tal movimiento se puede encuadrar en dicho grupo. Difícil cuando un himno como “Common People” está articulado sobre una base kraut deudora de Harmonia o con la épica sci-fi de “F.E.E.L.I.N.G.C.A.L.L.E.D.L.O.V.E.”. También con “Sorted for E’s & Wizz”, recreación de la bajona madchesteriana el día después del colocón. Esta terna de cortes conforma la columna vertebral de una obra apoteósica en su recontextualización sónica y narrativa de la esencia glam, ya comenzada en “His ‘n’ Hers”, su trabajo del año anterior. No hay ni un momento entre estas doce canciones que baje del cum laude. Pop maximalista pero elegante, experimental pero popular. Un crisol de luchas internas que triunfaron dentro de un discurso donde la mordacidad de Jarvis Cocker alcanza momentos grabados a cal y fuego en la memoria popular. Seguramente, el disco POP más fascinante de estas tres últimas décadas. Poca broma.
“ Seguramente "Different Class" sea el disco POP más fascinante de estas tres últimas décadas
Tras haber alcanzado la gloria con “Different Class”, la nueva misión discográfica de Pulp fue sepultar el optimismo Britpop, ya herido de muerte con la muerte de Lady Di y la publicación de “OK Computer” en 1997. Y lo hicieron mediante una demostración de genio turbio, tremendamente desasosegante desde la misma portada. Entre sus surcos, asoma una lección de pop cinemático, sintetizado en los ocho minutos que dura la titular del álbum, en la que la intensidad alcanza niveles que harían palidecer cualquier acto de épica breliana. De nuevo, vuelven a clavar la docena de canciones que arranca con la sublime desesperación encapsulada en “The Fear”, punta de lanza de un trabajo del cual hasta las caras B y descartes darían para otro álbum mayúsculo.
We Love Life (2001)
Tras haber saldado cuentas con ese monstruo llamado Britpop, llegó el momento de cumplir un sueño: plasmar la evidente influencia barroca de Scott Walker con el susodicho a la producción. El resultado final no deja de ganar con los años, en su álbum más incomprendido en su momento. Ellos tampoco lo ponían fácil con benditas excentricidades en los que suenan como la versión glam de Can, tal que en “Weeds II (The Origin of the Species)” o en la propia atmósfera crepuscular de, cómo no, halo walkeriano con la que empapan cada poro de un disco de sensibilidad extrema. Uno donde los singles tatareables de antaño han dejado paso a un nivel de reflexión y meditación pop ajeno a las necesidades del estrellato. Seguramente, su mejor disco dentro de veinte años, cuando vuelva a ser reevaluado.
His ‘n’ Hers (1994)
Antes de llegar al éxtasis artístico con “Different Class”, llegó “His ‘n’ Hers”, trabajo en el que se constituyen los pilares de su reinvención como formación glam sci-fi, en la que son capaces de integrar motorik, kosmische alemana, T.Rex, Sonic Youth y al previamente citado Scott Walker dentro de un Frankenstein fluido de piezas que no sólo deslumbran por su sonido exuberante, brutalmente orgánico, sino también por articular singles perfectos como “Babies”, “Do Your Remember the First Time?” o “Lipgloss”, además de otras muestras de genio como “Pink Glove” o “David’s Last Summer”, en la que formulan la antítesis pop de la dialéctica spoken-word rock de Lou Reed para rematar lo que fue su primer clásico incontestable.
More (2025)
Veinticuatro años de espera, ahí es nada. Pero lo que demuestra el retorno del grupo más heterodoxo y fascinante de la era Britpop es que su fórmula sigue funcionando tan bien, o mejor, en nuestros tiempos de devaluación pop tal como se entendía en los años noventa. Arropados por la voluptuosa producción de James Ford, “More” es un trabajo tan vigoroso como melancólico, con un Cocker en plena forma, acentuando los modismos más reconocibles de su personalidad vocal, en un disco donde el melodrama que recorre “Tina” convive a la perfección con el disco barroco “Got to Have Love” o con la sensación de que “Grown Ups” es una prima-lejana glam del “Subculture” de New Order. Al mismo tiempo, suman nuevas gemas a su, ya de por sí, monumental botín de hechizos en su sobresaliente esfuerzo por esconder tibias marcas de lifting.
Freaks (1987)
¿Te imaginas cómo podría sonar un cruce imposible entre Calvin Johnson, Jacques Brel y The Doors? Siempre guiados por el órgano-faro de un fichaje clave en la evolución del grupo como Candida Doyle, “Freaks” rezuma aroma a flor extraña, a verso
libre que, aunque encuadrado dentro del weird pop, sigue sus propias reglas a través de canciones donde la intensidad de sus años dorados aún era un simple espejismo corroborado en arreones de visceralidad pasional como en “Fairground”. Dicho corte es el arranque de un álbum que, con los años, se ha constituido como una isla en su discografía, difícil de testar en su posterior difuminación del gen naif dentro de su cuaderno de bitácora, pero magnético por temas a reevaluar como “Master Of Universe” o “I Want You”, dentro de una colección en la que se hace difícil desechar algo.
Aunque ya se palpe cierta evolución estilística hacia una pátina weird pop deudora de los tristemente ignorados reyes del cabaret-pop británico The Band Of Holy Joy, aún no se atisba el crecimiento espectacular que van a dar en los siguientes años por medio de primeras muestras de genio como los singles “O.U.” o “Razzmatazz”, incluidos en “Intro. The Gift Recordings” (1993), recopilatorio de la época puente entre los primeros Pulp y los conocidos masivamente. De todos modos, aquí podemos encontrar indicios de lo que en el futuro serán cumbres de su renovado ADN como “Pink Glove” o “She’s A Lady”. Sonoridades synth gestionadas con ritmos y giros que remiten a la personalidad intransferible de Cocker a la hora de saltarse los límites melódicos de la patente pop, pero ya dando muestras de grandeza en cortes como “My Legendary Girlfriend”. It (1983)
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Dentro de las múltiples metamorfosis vividas por Pulp, su primer álbum se muestra como su versión más “normal”. Antes de girar en todas las direcciones imaginables estilísticas, aquí nos encontramos con un trabajo asequible y con candor indie-folk. Uno que, aunque (muy) lejos de lo que serán a partir de los años noventa, ya presenta delicatessen como “My Lighthouse”, pero sobre todo “Boats And Trains”, de atmósfera enigmática, realmente, emotiva, con la que no dan pistas de, por dónde irán los próximos tiros, pero sí de una sensibilidad que hacía prever que, precisamente, en su propia indefinición se estaba gestando algo que los diferenciaba del resto del pelotón indie británico. m.g.
ROCK / Las británicas Rhian Teasdale y Hester Chambers vivieron ese éxito instantáneo reservado a pocas bandas. Su celebrado primer álbum las llevó a vivir dentro de una gira interminable que, por fortuna, no ha acabado con ellas, pero las ha cambiado. Más grupo que nunca junto a sus compañeros, las amigas procedentes de la diminuta isla de Wight han endurecido sonido y estética. El núcleo duro siguen siendo ellas, pero los tres músicos que las acompañan han aportado un músculo que define parcialmente esta secuela que combina lo primario con la sofisticación. Sin embargo, no nos engañemos por el aspecto amenazador de Rhian y los singles iniciales: “Moisturizer” profundiza en la dulzura melódica marca de la casa en buena parte de
los cortes. La nueva propuesta del dúo son doce canciones concebidas como otras tantas tomas sobre el amor, y cuyo sonido es igualmente variado. Tiene toda la pinta de ser un disco que va a ganar con las escuchas. Entre la ferocidad de “CPR”, “Pillow Talk” o “Catch These Fists” y el pop depurado y soñador de “Pokemon” o “Liquidice” media un pequeño abismo, que ellas se encargan de rellenar a base de matices. No es ningún secreto que las británicas beben sobre todo de las fuentes de los noventa: de Pixies y The Breeders a Nirvana, Pavement o incluso The Lemonheads. Aquí amplían la paleta con la complicidad del productor Dan Carey. Además de endurecerse puntualmente, refinan su sonido hasta meterse en el shoegaze (“Don’t Speak”), e incluso las baladas que nos llevan al otro lado del Atlántico (“Mangetout”). En las letras, sarcasmo anti-brasas, lujuria sin cortapisas, ternura…Lo más meritorio de Wet Leg es que han sido capaces de construir su propio mundo en tiempo récord, un mundo del que apetece formar parte. jc peña
Suede Antidepressants
BMG
POP ROCK / “Antidepressants” coge el testigo de “Autofiction” (22) y, si aquel cabía asumirse como el disco punk de Suede, la presente entrega bien podría catalogarse como el álbum post-punk del grupo. Una especie de continuación lógica que apuesta por sonido realista y directo, en el que el quinteto mantiene su esencia entre capas de entreverada oscuridad, nervio, líneas gruesas, agresividad y, en definitiva, tonalidades con preferencia por el blanco y negro. Una obra más visceral, en la que se mantienen la teatralidad y la épica propias del grupo, pero alejadas del dramatismo más evidente y sin arreglos orquestales. Un álbum que se lanza directo a la yugular, sin preliminares ni adornos y que, de alguna manera, asoma como la cara opuesta (y sombría) de “The Blue Hour” (18), recogiendo al mismo tiempo canciones rabiosas, éxitos instantáneos o preciosos pespuntes propios de discos más reflexivos. raúl julián 8
Yung Beef
El Pluggg 3 OVA 1 La Vendición /Empire
TRAP / Tras pasar un período de desintoxicación y engrandecer su persona artística en el concierto de El Día de la Bestia, la tercera entrega de la aclamada serie “El Pluggg” llega con un Yung Beef renovado de cuerpo y mente, pero conservando un alma siempre anárquica, fogosa y también oscura. Inspirado en Gundam y el OVA japonés y trasladando el punto a un mundo bélico-digital-interplanetario, donde se dirige a las bad bitches, los traidores y los suavones. Yung Beef construye escenarios como si de una maqueta real se tratara y luego se regodea en su destrucción. El álbum está pulsado continuamente por esos efectos de sonido biteros que emulan las notificaciones de una interfaz digital de una nave de combate. Dark-trap, Detroit, dancehall abrasivo-sexual... el padre fundacional del trap hispano disfruta de una destrucción que ya no es interna, sino externa. Una demolición controlada. daniel caballero
Ethel Cain Willoughby Tucker, I’ll Always Love You Daughters Of Cain Records
INDIE FOLK / Hayden Anhedönia (Ethel Cain) lo sabe: el primer amor es y será el primero de todos. Con el tiempo creces más adulto y pruebas con otros corazones, otros perfumes. Finges que un disparo de arco y flecha te ha derribado del cielo y dices: “Lo que siento por ti nunca lo había sentido por nadie”. Pero por dentro, siempre —siempre— vuelves a aquel primer amor. Todos los que vinieron después han sido distintos, pero nunca como ese. Esto es “Willoughby Tucker, I’ll Always Love You”: un “siempre te querré” al primer amor. Un amor perdido, un chico que es más símbolo que carne. La nostalgia del amor convertida en música, en diez canciones de un disco con más luz y menos sangre. Menos vísceras, más caricias, aunque bajo ellas siga latiendo un corazón marcado por esa desgracia del pasado tan y tan pesada que siempre se sentirá como los truenos y las nubes negras que ya van llegando desde el horizonte. “Willoughby Tucker”,
por lo que es, necesitaba de otro sonido que su primer paso “Preacher’s Daughter” (22): ahora hay folk de ventanas abiertas y polvoriento, slowcore fangoso, góspel de motel vacío, música country deshidratada por el calor, pero también ese eco gótico sureño de casas abandonadas (como en “A House In Nebraska”), de plantas silvestres y de iglesias rurales que nunca abandona sus canciones. “Willoughby Tucker” es la adolescencia de Cain atrapada en un triángulo amoroso y un destino trágico. Lo que emociona no es solo su voz —quebrada, templada, íntima— sino su capacidad de mantener un tono de sinceridad radical. Hay un dolor calmado en todo el disco, una aceptación agridulce de la pérdida, claro, esa vuelta al lugar en el que fuimos felices sabiendo que ya no lo seremos, pero decidimos quedarnos igualmente. “Willoughby Tucker, I’ll Always Love You” es un disco que no necesita gritar porque canta para alguien que ya no está. Es una carta que no espera respuesta. Y ese gesto —el de escribir desde la ausencia— es quizás lo más honesto, lo más humano, lo más brutalmente hermoso que ha hecho Anhedönia hasta ahora. Yo, bueno, a mi primer amor, ya sabes muy bien que siempre te querré.
The Tubs Cotton Crown Trouble In Mind Records
INDIE POP / Después de haber avisado con un más que notable primer LP, The Tubs nos regalan lo que, hasta el momento, es el disco indie del año. Al menos, si lo entendemos bajo la concepción con la que entendíamos dicho término en los años ochenta y noventa. Y más en este caso, en el que contamos con un grupo cuyas referencias están ancladas en dicha época gloriosa del indie-rock, con momentos que tanto nos pueden recordar a Sugar (“The Thing Is”) como a Dinosaur Jr. (“Freak Mode”). Eso sí, cuando este cuarteto galés se hace imprescindible es cuando son capaces de mirar de tú a tú al imponente legado de The Smiths. Ahí relucen sobremanera “Narcissist” y “Strange”, dos de los hechizos jangle-pop más sobrecogedores que vamos a sentir en mucho tiempo. Nueve canciones a cada cual más infecciosa, donde la electricidad correosa de las guitarras siempre encuentra el contrapunto en la voz nasal de un Owen ‘O’ Williams. marcos gendre
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Nels Cline Consentrik Quartet
Nels Cline Consentrik Quartet Blue Note/EMI
JAZZ / El superdotado guitarrista de Wilco es, que yo sepa, el único abanderado de la Jazzmaster que la honra con su propósito original. Desde luego, el más ilustre. Grabado en apenas tres días, como en los tiempos de Rudy Van Gelder, el primer disco de su nueva banda y cuarto de su cosecha para Blue Note es un festín doble de jazz progresivo, hard bop y post-bop, paisajes contemplativos y misteriosos y unas gotas de rock alternativo, en el que sus elegantes punteos, arpegios y acordes se convierten en una pieza más del complejo engranaje del cuarteto. Este construye piezas abstractas y misteriosas, pero ancladas a la tierra. Lejos de creerse el centro del mundo, Cline le cede protagonismo a sus compañeros, Chris Lightcap, Ingrid Laubrock y Tom Rainey –contrabajo, saxo tenor y soprano y batería–, que se lucen tanto o más que él en su intrincada química, lo que habla bien de la generosidad de Nels Cline como músico. jc peña
Juaninacka Buenos
RAP / “El secreto de ser longevo es dar el doble teniendo la mitad de ego”, rapea Juaninacka en “Venganza”, la canción que abre “Buenos Tiempos”, un álbum producido por Ciclo bajo el siempre mimado sello de Ruanda Records. Uno de los padres inspiracionales y fundacionales en el desarrollo y desembarco del rap en nuestro idioma tanto en solitario, dejando improntas magistrales en el rap patrio como “Luces de Neón” (06), como en grupo con La Alta Escuela y el clásico “En Pie de Vuelo”, regresa con un trabajo tostado al calor de la música negra con protagonismo del funk y el jazz, con predominio de las atmósferas sonoras sobre la discreción del bombo y la caja que construyen una atalaya de madurez desde donde Juaninacka se muestra satisfecho consigo mismo, aportando además una radiografía humanista y crítica de estos tiempos raros, banales e individualistas.
daniel caballero
POST-PUNK / Cansados de esperar su momento, los chicos de BIG SPECIAL han decidido generar el murmullo por sí mismos publicando por sorpresa su segundo trabajo, “NATIONAL AVERAGE”. Un disco de contrastes y extremos que viaja de la carcajada a la lágrima como señal y prueba de la transición experimentada en las vidas personales de Joe Hicklin y Callum Moloney. Tras el despegue de su carrera el pasado año, tienen a bien reflexionar con autocrítica sobre el éxito y la ambición (“HUG A BASTARD”) mientras abrazan la vulnerabilidad (“THIN HORSES”, junto a Rachel Goswell de Slowdive), sin perder el ingenio ni la sátira con conciencia de clase (“YES BOSS”). También huyen del conformismo y le añaden las dosis de groove y ritmo que le faltaron en su día a su fórmula inicial (“GOD SAVE THE PONY”). Cadencia, chascarrillo y reflexión en un cancionero de punk inteligente que va a más. fran gonzález
METAL / No es casualidad que “Metal Forth” esté plagado de invitados de todo calibre metalero. Como una forma de confirmación de un sonido que ya es un estilo en si mismo, Babymetal se resignifican con estas colaboraciones de lujo y sus momentos de brillo. “from me to u”, junto a Poppy, es un mazazo indiscutible. “RATATATA”, con Electric Callboy, podría parecer una broma, pero de eso nada. Y la deformemente furiosa “Song 3”, junto a Slaughter To Prevail, recuerda a los experimentos de terror metal y manga-anime a los que Fantomas se asomaban en “Suspended Animation” (05). Antes de ese final neurótico-progresivo-power metalero que es “White Flame”, se pueden apreciar el sello de la guitarra de Tom Morello en“METALI!!” y los featurings de Polyphia (“Sunset Kiss”) y Spiritbox (en “My Queen”). Babymetal, el verdadero metal precioso de Extremo Oriente. adriano mazzeo
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Loyle Carner hopefully ! Universal
RAP / La familia siempre ha sido el eje central del recorrido creativo de Loyle Carner. La búsqueda de ese concepto de hogar que ha visto transformarse tantas veces como discos lleva acumulados en su aplaudida carrera. Con “hopefully !” nos entrega las llaves de su reluciente nueva casa para hablarnos sobre paternidad, dependencia emocional, miedos superados y la felicidad en las pequeñas grandes cosas de la vida. Con su cuarto álbum comienza a pensar más en sus hijos que en él mismo, como bien dice en “horcrux”, explicando que su alma ya está dividida en pedazos para siempre. Su personalidad jazzística está cada vez más presente. Esa forma de creación en equipo sin barreras, casi más propia de una jam session abre una nueva vía de desarrollo a las guitarras pidiéndoles que acaricien y respeten la fragilidad de las melodías. Y, por otro lado, sube el nivel de la percusión tirando más hacia el d&b.
álex jerez
1 Rata Negra Hawai
2 Medalla Música Máquina
3 Sen Senra PO2054AZ VOL.III
4 Niños Bravos Grandes Éxitos EP
5 G-5
El que quiera dormir que se compre una colchoneta
6 Juaninacka Buenos Tiempos
7 Rojuu iNUiNUiNU
8 Yung Beef El Pluggg 3 OVA 1
9 Shibuya Bravura y firmamento
10 Black Maracas The Anecdote
1 Wet Leg Moisturizer
2 Deftones private music
3 Ethel Cain Willoughby Tucker, I’ll Always Love You
The Armed The Future Is Here and Everything Needs to Be Destroyed Sargent House
HARDCORE / En este nuevo trabajo, el colectivo de Detroit vuelve a amenazar con sus armas más afiladas; a diferencia del camino mostrado en el excelente y popero “Perfect Saviors” (23), aquí gravitan hacia los vértices más extremos de su propuesta. Podrían oficiar de soundtrack perfecto para la psicosis que hoy domina a la humanidad. Para probarlo, ahí está el inicio del álbum “Well Made Play” en el que la voz grita incriminando a los tontos, mentirosos, paganos y traidores, mientras un saxo hace explotar sus clavijas sobre un math metal a tres mil kilómetros por hora. A riesgo de sonar incoherente, esta música me remite a cómo se ve la vida en las redes sociales: gente exponiendo sus virtudes estéticas, dudosa felicidad y toneladas insostenibles de violencia, tanto personal como institucional. Intentar llegar al núcleo de lo que esta gente expresa en voz (muy) alta, puede hacer que la escucha merezca mucho la pena. adriano mazzeo
4 Wolf Alice The Clearing
5 For Those I Love Carving The Stone
6 The Tubs Cotton Crown
7 Kae Tempest Self Titled
8 Joey Valence & Brae HYPERYOUTH
9 Lorde Virgin
10 Africa Express Africa Express Presents... Bahidorá
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/ Joshua Mainnie renueva los votos de su alter ego con un segundo disco que no se contenta solo con ser una efectiva banda sonora estival. Desde la confianza y la emoción, el productor escocés firma una foto fija que homenajea los momentos, lugares y protagonistas que le han acompañado en el último par de años y que conforman la expresión más auténtica de sí mismo. Desde cortes con retintín nostálgico (“All My Friends”, “Childhood”) hasta una batería de géneros imposibles (góspel, acid house, jazz, ambient, techno minimalista) que terminan encajando con coherencia y pulcritud en la factura. No escatima en sumar dosis de introspección, tan propias y privadas (“The Person You’d Like To Be”, “Machine Noise for a Quiet Daydream”) como extrapolables a la masa (“About To Begin”, “Still Riding”), componiendo así una terapia subida de bpm’s donde personaje y persona se reconcilian para beneficio de todos. fran gonzález
Tyler, The Creator Don’t Tap The Glass Columbia/Sony
RAP / Después del tortuoso viaje interno que pudo suponer “CHROMAKOPIA” (24), no es de extrañar que Tyler se haya dejado encandilar por la posibilidad de adentrarse en la superficialidad hiperactiva de un proyecto como “DON’T TAP THE GLASS”, un experimento estrictamente musical entregado al movimiento muscular. No hay lugar para el melodrama cuando uno está jugando, no hay lugar para la ansiedad existencial cuando uno está creando. Dejando de lado cualquier intención narrativa, Tyler se quita un peso de encima y empieza a levitar como Big Poe, enemigo del “Zelda: Ocarina of Time” que da nombre al primer tema del álbum. Revisitando el “Pass the Courvoisier” de Busta Rhymes —mejor obviemos que es una colaboración con P. Diddy— desde su energía siempre dispuesta a la saturación, Tyler da el pistoletazo de salida de su “Danzad, danzad, malditos” (Sydney Pollack, 69) particular: prohibido dejar de
Alex G Headlights RCA
INDIE POP / Había muchas expectativas, y también recelos, sobre el debut para una multinacional y décimo disco de su carrera, de Alex G, “Headlights” Un disco que suena a Alex G esforzándose por hacer un disco de Alex G, uno en el que se vea que sigue siendo el mismo, que no se ha vendido, y, al final, lo consigue, aunque se nota el esfuerzo. El disco es una carta de amor a su propio sonido, aunque más pulido, más adulto. Se podría decir que es como reencontrarte con un amigo después de varios años y que lleve las mismas pintas pero ya no le queden tan bien, con algún kilo de más, menos pelo y un niño pequeño en brazos. Eso sí, tras hablar con él y tomaros algo, os empezáis a reír y pasáis un buen rato. Puede que la camiseta ya no le quede tan bien y el pantalón esté más ceñido, pero sigue siendo nuestro mismo amigo de siempre y la próxima vez que le necesitemos estará ahí, cero dudas sobre eso. sergio ariza
bailar, prohibido descansar, prohibido pensar demasiado. En este sentido, la primera escucha de “DON’T TAP THE GLASS” nos regala media hora de frenético hedonismo, una inyección de energía sin altibajos. Uno llega a preguntarse, inducido en esta despreocupada fiesta, qué pinta aquí un crítico musical, figura aguafiestas por naturaleza. ¿Tiene sentido sentarse frente a una pantalla de ordenador a defender que “Sugar On My Tongue” es uno de los mejor temas que Tyler haya producido jamás? ¿A alguien le
Raekwon The Emperor’s New Clothes Mass Appeal
RAP / “The Emperor’s New Clothes” es el primer disco en ocho años de Raekwon desde “The Wild” y, en una carrera con muchos altibajos, se trata de uno de los más consistentes. El rapero de Staten Island, con cincuenta y cinco años, demuestra que lo sigue teniendo y, sin alcanzar las cotas de sus dos mejores discos en solitario (las dos partes de “Only Built 4 Cuban Linx...”), sí que podemos estar ante un trabajo que demuestra que la leyenda todavía se mantiene en forma. Una producción muy cuidada que busca actualizar su sonido sin perder los referentes que uno espera de uno de los miembros más queridos de Wu-Tang Clan, su icónico flow intacto y una nómina de colaboradores que se le ajusta como un guante (Ghostface Killah, Nas, Method Man, el colectivo Griselda…). Raekwon no persigue volver a estar de moda, sino solidificar su legado. No es tanto un regreso, como la constatación de que The Chef no se había ido a ninguna parte. sergio ariza
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importa que la violencia de “Stop Playing With Me” y sus desquiciadas metralletas me haya parecido uno de los mejores delivery del californiano? ¿Para qué perder el tiempo argumentando que “Ring Ring Ring” vuelve a demostrar que Tyler también puede jugar a ser un productor delicado y elegante? ¿Tiene sentido escribir sobre “DON’T TAP THE GLASS” si uno no puede bailar mientras escribe? Recordemos: está prohibido quedarse quieto. daniel grandes
Maniática Vitaminas A Kasba Music
PUNK ROCK / Kasba Music sigue con sus reediciones gloriosas de discos míticos en formato vinilo. Y si el año pasado pudimos disfrutar de “El lado oscuro”, ahora le toca el turno a otro de los grandes clásicos de Maniática: “Vitaminas A”, remasterizado para la ocasión. El sonido es hijo de su época: maquetero y chicharrero. Esto no le resta ni un ápice a la calidad de las canciones, lo verdaderamente importante. Siguen sonando frescas, afiladas, pegadizas y vigentes. Maniática plasmaba las inquietudes de una juventud rebelde, crítica y constructiva, con las reivindicaciones al frente (“¿A ti qué más te da?”, “Maldita historia, maldita hostia”, “Números de plástico”, “Sudáfrica”) pero dejando hueco para el humor, la lujuria y la juerga (“Whisky compadre”, “La dura balada de la cerveza”, “El obseso”, “Pepino”…). Toda una generación creció coreando aquellos temas. Acracia-vitamínica es la solución. jesús casañas
Los caminos que puede tomar el flamenco son inimaginables. Inquietos, imaginativos, estos artistas crean con un ojo puesto en el pasado y el otro en el futuro. david pérez marín
1 Niño de Elche “Soleá bailable”
2 Rocío Márquez & Bronquio “Niña de sangre”
3 Israel Fernández “Despierta”
4 Ángeles Toledano “X las niñas”
5 María Terremoto “Miraíta”
6 Lela Soto “Bulerías de mi casa”
7 Romero Martín “Que sí, que no”
8 Perrate & Za! “Seguirilla Midi”
9 Rosario La Tremendita “Serneta”
10 Quentin Gas & Los Zíngaros “Sentencia (con Iñigo Bregel)”
11 Cristian de Moret “Que dice que me quiere”
12 Frente Abierto “Parece que te voy viendo”
For Those I Love Carving The Stone September Recordings
ELECTRÓNICA / El extraordinario debut de David Balfe, un magnífico disco entre Real Lies y Sleaford Mods que pasó demasiado inadvertido para el gran público, estaba íntimamente ligado a la muerte. “For Those I Love” (21) narraba el deceso de uno de sus mejores amigos, el poeta Paul Curran. Una honra durísima, pero enfocada al baile. Como vía de escape, como duelo. Tras años de meditación, en los que el dublinés ni siquiera sabía si volvería a sacar nuevas producciones, el músico ha tenido que hacer un viaje interior que le ha llevado al mismo punto de partida: de nuevo la muerte. Una muerte “hacia afuera”. Aquí no se lamenta por una pérdida personal. Sino colectiva. En “Carving The Stone” se escucha a un Balfe más combativo, menos confesional y más reflexivo. Esto va sobre lo que estamos dejando atrás todos como sociedad. Lo demuestra en el homenaje a su nación, la agridulce “Of The Sorrows” y
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Hotline TNT Raspberry Moon Third Man Records
ROCK / Hotline TNT siempre fue el proyecto en solitario de Will Anderson (ex-Weed), un tipo inquieto y prolífico considerado por los aficionados al género como un genio del shoegaze moderno. Esta vez, sin embargo, siguiendo esa máxima que aconseja rodearse de los mejores para llegar más lejos, entrega su primer disco grabado como banda. Se titula “Raspberry Moon” y está repleto de buenísimas canciones. Siguen sonando a Hotline TNT, pero con un enfoque diferente: algo menos ruidoso y definitivamente más accesible, sin esas impenetrables y algo caóticas murallas de sonido de sus inicios, primando la puntería melódica. El disco arranca con “Was I wrong?”, una canción ascendente rematada con un solo de guitarra digno del maestro J. Mascis, e incluye grandes momentos como las arrebatadoras “Julia’s War”, “Candle” y “Letter to Heaven”, piezas con la efectividad power pop de Teenage Fanclub o The Posies. luis benavides
sobre todo en la espídica “This Is Not The Place I Belong”. La cuestión de clase ya asomaba en su debut, en el que maldecía las expectativas, las identidades inalcanzables, las mentiras a la clase trabajadora de Irlanda tras la crisis de 2008. Aquí la devastación toma una forma más difusa, menos dubstep, menos synth. Todo más enrevesado. Su habitual spoken word, con esa dicción tan característica, llena de barrio, se
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Rojuu iNUiNUiNU StarinA
POP / Rojuu dejó el listón muy alto con “Los sueños de nube” (24). Más que un disco, aquello era una entrega del propio imaginario del chaval. Veinticinco canciones que, hiladas por una trama común, acompañaban a un cómic elaborado íntegramente por él. Lo que trae ahora es, inevitablemente, más sencillo: “iNUiNUiNU” (“perroperroperro” en japonés) suena más borroso, pero también personal y adictivo. En este décimo disco (recordemos que tiene veintidos años…) ha hecho hueco a ese shadowpop tan suyo, pero también al hyperpop, al breakcore, al emo trap, a los sintetizadores ochenteros (“Sabio y viejo perro”) e incluso a una especie de rap desenfadado (“Lucky”). Todo, eso sí, sin una gota de instrumentos orgánicos ni voz limpia de autotune. Y no me extrañaría que desde su propia habitación. Tampoco importa: imaginarse a Roc encerrado en su propio cuarto, rodeado de videojuegos, figuras de anime y dibujos de desamor se hace más fácil así. mara gómez
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mezcla con más vestidos. Sus nuevos temas son desiguales. Pero sale airoso de un terreno tan complicado como la denuncia social. No hay imágenes tan vivas como en ese debut que arrebató el aliento a todo el que lo escuchó, mucha nobleza, poética con las lágrimas todavía frescas. Aún así, es bonito ver que For Those I Love no se ha quedado lamiéndose las heridas. yeray s. iborra
Kae Tempest Self Titled Island/ Universal
RAP / Con su quinto disco, Kae Tempest presenta un viaje de coraje, fuerza y autodescubrimiento. Una búsqueda de identidad en un mundo repleto de ojos críticos contaminados que no paran de juzgar. Desde la calma de su presente, Tempest analiza su proceso de aceptación y el recorrido de un complejo trayecto que le ha obligado a enfrentarse a sus mayores miedos, dejar muchas cosas atrás para dar pasos al frente y tomar grandes decisiones hasta lograr alcanzar su verdadero ser. Genera así un cara a cara con el paso del tiempo con temas como “Know Yourself” o expresando de manera constante su necesidad de ser en la actualidad alguien que su niño del pasado pudiera admirar. Una dualidad que, por otro lado, se plasma en la evolución musical del álbum desarrollándose a veces de una forma más dura y directa entre bases trap, tocando el grime o incluso bajo una perspectiva mucho más electrónica como en “Bless The Bold Future”. álex jerez
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WORLD MUSIC / Tras dos décadas uniendo culturas, el colectivo Africa Express regresa con “Bahidorá”, una veintena de canciones nuevas gestadas en el festival mexicano del mismo nombre como resultado de una residencia creativa compuesta por más de treinta artistas diferentes. Nada en la intención del disco es casual y su contexto importa. Algunas de sus voces se encargan de recordárnoslo, como Luisa Almaguer y su himno transgénero “Hacernos así” o la defensa de la noche segura de Mare Advertencia en “Mi lado”. La fórmula la completan el afrobeat de “Seya”, la introspección de “Soledad”, el kuduro de “Tayhana”, la mezcolanza indie de “Raise a Glass”, el raï acústico de “Dorhan Oullhin (“What The Heart Desires)”) y hasta corridos locales (“El Diablo y la Bruja”). Toda una lección de entendimiento mutuo en medio de un mundo fragmentado, con la música como única y verdadera protagonista. fran gonzález
Miles Davis Kind Of Blue (1959)
De chaval, en mi casa se escuchaba mucho jazz por mi padre y su colección, pero este fue el primer disco de este género que me compré yo por mi cuenta. Si partes de él como tronco y, como si fueran ramas, pasas a otras obras de los músicos que tocan aquí —Evans, Coltrane, Chambers, Adderly, Cobb— y de estas a las ramas de las ramas, acabas conociendo una parte enorme de la historia del mejor jazz.
Blondie Parallel Lines (1978)
Cuando tenía catorce años tenía un póster de Blondie con chupa, corbata y guantes azules eléctricos, un poco a lo The Spirit, sobre el cabecero de mi cama. No todas las canciones que más me gustan de Blondie están en este disco, pero absolutamente todas son hits.
Charles Mingus
The Black Saint and The Sinner Lady (1963)
Mauro Entrialgo es uno de los grandes del cómic humorístico de nuestro país. Ahora acaba de reeditar “Curiosidades del mundo del rock”, originalmente publicado en 2003, de la mano de Diábolo, con lo que no podíamos dejar pasar la oportunidad de preguntarle por los discos de su vida. Y aquí tenemos el resultado.
The Rezillos Can’t Stand The Rezillos (1978)
Energía juvenil imparable. Pepinazos escoceses de la primera canción hasta la última con bajo cantarín en primer plano. Himnos tatareables y bailables en pogo, pero con más referencias a la cultura popular que a la realidad sociopolítica. Quizás por eso se publicó aquí casi a la vez que en Reino Unido, antes que otras punkadas inglesas de la misma hornada.
Ian Dury & The Blockheads Do It Yourself (1979)
Lo compré cuando salió un poco porque Ian Dury era de Stiff y siempre se nos vendía junto a sus compañeros nuevaoleros, pero esa inimitable mezcla de pub rock y disco no era demasiado fácil de escuchar para un adolescente punki. Poco a poco me acabó enganchando y, hoy en día, es uno de los discos que compré antes de cumplir los dieciocho que sigo escuchando enteros. Y qué maravilla el curro gráfico de Barney Bubbles con sus doce portadas distintas.
No es un disco que recomiende para empezar con Mingus sin haber escuchado nada de él antes. Pero, al mismo tiempo, es imprescindible conocerlo para entender su relevancia y magnitud. Como música de fondo no funciona. La densidad de ideas e intensidad dramática de los arreglos, instrumentación, timbres, melodías y armonías no lo hace posible.
Cecilia
Cecilia 2 (1973)
Nunca tuve este disco, pero mis hermanas lo reproducían en bucle en una cinta que les habían grabado. Hace unos meses, antes de leerme el interesantísimo libro que Eduardo Bravo ha escrito sobre él, volví a empezar a escucharlo vía streaming. Me di cuenta de que me sabía todas las canciones de memoria. Para mí Cecilia fue siempre esto. No sabía que este fue mucho menos conocido que los demás. MS
Carla Simón estrena su tercer largometraje, “Romería”, que concursó en el pasado Festival de Cannes y que cierra la trilogía de tintes autobiográficos, tras “Estiu 1993” y “Alcarràs”, con la que obtuvo el Oso de Oro en Berlín por un jurado presidido por M. Night Shyamalan. Sin embargo, esta última entrega nos hace replantear lo que creíamos saber de la cineasta catalana.
CREEMOS que conocemos a Carla. No puede ser de otra manera, ¿no? Ella misma se nos ha contado en sus films. Primero, “Estiu 1993”, en la que Frida, una niña, asume la muerte de sus padres por SIDA. Luego, “Alcarràs”, inmersión en una familia campesina, entorno cercano a la cineasta. Y ahora “Romería”, en la que una joven, Marina, futura cineasta, viaja a Galicia para indagar sobre sus padres, también fallecidos de SIDA cuando ella era pequeña. Parece, pues, la secuela de su debut.
SIN EMBARGO, no es tan sencillo. “Para mí, ‘Romería’ no tiene que ver con ‘Estiu 93’. Este personaje podría ser el mismo porque tiene que ver conmigo, pero por el punto de partida y por cómo está narrado, para mí tiene sentido que tenga otro nombre”, cuenta Simón. Además, revela que ella no hizo el viaje de la cinta. “Con dieciseite años, conocí a dos de mis tíos, pero fui a Madrid porque vivían allí. A Galicia
“Tengo la voluntad de cuestionar el realismo” “
fui bastante más tarde. La película comprime muchos viajes. Fui conociendo a mi familia a medida que tanto ellos como yo estábamos preparados para eso. Un proceso muy largo de casi diez años”. Igualmente, la familia del film, con “personajes muy inventados”, difiere de la real.
SE DIRÍA QUE SUS PRIMERAS OBRAS se han construido en su zona de confort. Pero ¿qué confort hay en rememorar un pasado en el que confluyen dolor, la muerte prematura de los progenitores y el estigma de la enfermedad? “El confort tiene que ver con que es una zona que conozco y a la que tengo acceso. En ‘Romería’ esta familia me ha explicado cosas, que no es lo mismo que aparece”, señala. Y añade: “A nivel personal, siento que toda esta historia la tengo colocada en un lugar que me hace estar tranquila, pero en ‘Romería’ hay una búsqueda que jamás acabará. Entender el pasado, la historia de amor de mis padres. Todavía me encuentro a gente que conoció a mi padre y me explica algo nuevo. Es un proceso que siempre estará vivo”.
CREEMOS QUE CONOCEMOS el cine de Carla, abanderada del realismo y defensora del estilo documental. Lo tenemos claro, ¿no? Pues no. “Tengo la voluntad de cuestionar el realismo”, suelta. Y continúa: “Se me asocia a él porque es lo que he hecho hasta ahora y me siento cómoda, pero eso no quiere decir que no pueda salir de ahí”. En “Romería” abre una vía –ya tanteada en su corto “Carta a mi madre para mi hijo”– en la que la fantasía se acomoda en el relato. “Es una fantasía imaginada. Me pasé toda la promoción de ‘Estiu 1993’ diciendo que, si no tienes recuerdos, te tienes que apropiar de los de los demás. Con el tiempo me he dado cuenta de que, cuando haces eso, las cosas no cuadran porque cada uno interpreta los recuerdos a su manera. Ahí pensé que sí podía generar recuerdos. Para eso está el cine, para crear imágenes que desearías haber tenido. Tiene ese poder evocativo y poético”, confiesa.
A DIFERENCIA de “Alcarràs”, “Romería” cuenta con intérpretes reconocidos como Tristán Ulloa o José Ángel Egido. No así los protagonistas: Llúcia Garcia,
estudiante de filosofía encontrada por la calle (“Venía de unos campamentos con la mochila y le preguntaron si quería hacer el casting”, informa la cineasta) y Mitch, joven rockero de las bandas Análisis y Boston Babies, que encarna al primo de Marina (“Tuve un pálpito con él por Instagram y le hicimos más castings”, señala Simón aludiendo a la estética del intérprete, que conecta con el cine quinqui al que el film se acerca por momentos).
ADEMÁS, FRENTE A LA AUSTERIDAD sonora de su cine, “Romería” se distingue por una música evidente, obra de su hermano, Ernest Pipó. Ambos la pensaron como “la antibandasonora”. “Una cosa muy contundente y marcada, que no subrayara ciertas emociones, sino que aportara algo nuevo. Cada vez que suena,
Marina se siente conectada con su madre”, descubre. Hay también un número musical a partir del “Bailaré sobre tu tumba” de Siniestro Total. “Me apetecía encontrar una concreción poética de la idea generacional: esta historia no es solo la de esta pareja, sino la de toda una generación”, revela. Ese fragmento es, a la vez, “una especie de ensayo” de su próxima película, un musical flamenco, aspecto que ha provocado una pequeña polémica en redes en la que personajes mediáticos catalanes han criticado el carácter español del proyecto. “Me parece absurdo porque el mundo flamenco en Barcelona ha existido y existe. Carmen Amaya era de aquí. El flamenco también es catalán. Me parece importantísimo reivindicar eso. Está bien recordar la cantidad de bailaores y cantaores que han salido de aquí”, responde Simón.
Y AHORA QUÉ. Tras tres obras (semi) autobiográficas, Carla Simón se enfrenta al reto de construir su mundo fílmico sin mirar atrás. “Da vértigo en el sentido de que pueden ser muchas cosas. Pero para mí es positivo: veo un horizonte con muchas posibilidades”, afirma. Simón, que ha sido madre por segunda vez apenas un mes antes de la entrevista, admite tener la sensación de “cierre de ciclo”. “No es casual que haya coincidido el nacimiento del segundo hijo con esta película. Me desengancho de donde vengo, tengo mi propia familia y vienen cosas nuevas”, concluye.
j. picatoste verdejo
solo dos películas, Zach Cregger ya ha demostrado ciertas señas de identidad como autor: una capacidad de sorprender al espectador y hacer girar la historia de unacialmente tramposa; una cierta largas de las habituales en el mainstream norteamericano, que sabe cargar de tensión; la capacidad de jugar con las perspectivas de distintos personajes; y uso inteligente de un humor, el
Todo lo dicho se puede aplicar , que es una obra mucho más expansiva y ambicio, hasta en su generoso metraje. La película se sitúa en una pequeña ciudad del interior de Estados Unidos. Una noche fatídica todos los niños de una clase de primaria –con
Weapons Zach Cregger 8
una única excepción– se levantan de madrugada, salen a la calle y desaparecen en la oscuridad para nunca volver. Por supuesto, un hecho así representa un golpe enorme en una pequeña comunidad, como nos relata Cregger en una narración dividida en media docena de capítulos al modo novelesco, cada uno de los cuales toma el punto de vista de uno de sus protagonistas. Una estructura inspirada, según Cregger, por “Magnolia” de Paul Thomas Anderson. También se puede detectar cierta influencia de algunas novelas de Stephen King en las que una fuerza maligna hace presa de una pequeña ciudad o de “Hereditary” de Ari Aster. Cargada de escenas grotescas y sangrientas, es muy probable que en unos años veamos en “Weapons” un nuevo clásico de terror. josé martínez ros
LA CARRERA DE LOS JÓVENES directores australianos Danny y Michael Philippou (1992) es muy significativa en cuanto a las mutaciones del medio audiovisual. Lo habitual era que los cineastas se iniciaran rodando spots publicitarios o videoclips musicales. Los hermanos Philippou, sin embargo, se dieron a conocer como un dúo de Youtubers bajo el nombre de RackaRacka. En 2022 estrenaron la sorprendente “Háblame” (Talk to Me). La película fue distribuida por la prestigiosa A24 y se convirtió en un modesto éxito global. En su nueva obra, “Devuélvemela” (Bring Her Back), han contado de nuevo con el respaldo de A24, esta vez directamente como productora, y un presupuesto a todas luces más generoso. Después de ver sus dos primeras películas, ya se pueden establecer ciertas señas de iden-
Devuélvemela
tidad en su cine: la predilección por unos protagonistas adolescentes o jóvenes en una situación de vulnerabilidad; unas premisas argumentales que intentan ser originales o, al menos, no abusan de los monstruos y amenazas más manidos del género; y un desarrollo que combina elementos melodramáticos con imágenes muy sangrientas y viscerales. En “Devuélvemela”, los Philippou narran con convicción su historia. También evitan el CGI y confían en la vieja magia del maquillaje y los efectos prácticos para crear varios momentos genuinamente escalofriantes, de los que se quedan clavados en la retina. El clímax es mucho más sombrío y brutal de lo acostumbrado en el cine de género actual, y confirma que a este par de gemelos australianos hay que seguirles la pista. josé martínez ros su apariencia kitsch, ni su malentendido trasfondo frívolo, ni su estrenoes la serie española más emotiva de lo que llevamos de año y un espaldarazo a las horas bajas de su plataforma madre. Un homenaje, vestido de terciopelo y nostalgia, directamente dedicado al outsider soñador medio, donde de paso, recuperamos al Nacho Vigalondo más lúcido. El de Cabezón de la Sal se luce, se recrea y se regala. Atiborra las escenas de elementos con sello propio, se atreve a reinventar a Loly Álvarez como una chica Lynch, a Paco Porras como un John Constantine local, y nos cautiva con cameos de fantasía. Pero más allá del envoltorio, impera el tino de todos sus responsables
Superestar
nuestra historia mediática (que, para bien o para mal, dice mucho del tipo de país que éramos). Puede que el tamarismo te pillara de refilón o decidieras deliberadamente ignorarlo con justo criterio en su día, pero lo que ha hecho Vigalondo aquí trasciende cualquier juicio subjetivo y nos habla en un idioma que todos, apóstatas incluidos, entenderemos. Revisitar cualquier periodo desde el romanticismo es siempre arriesgado, pero nadie puede decirle que no a este delicioso cruce de universos que aplasta el manido concepto actual de “biopic” y empuja a Netflix a salir, por fin, fuera de su zona de confort. Seis episodios, orquestados tanto de forma coral como individualizada, que huelen a redención sin paternalismos y a reconciliación sin prejuicios. fran gonzález
FILMIN ESTRENA “Después de la fiesta”, reputada mini serie neozelandesa dirigida por Peter Solomon en la que las zonas oscuras de una familia rota quedan expuestas sin tapujos ni adornos. Una circunstancia motivada por la acusación lanzada en el transcurso de una fiesta por Penny Wilding –interpretada magistralmente por Robyn Malcolm–, señalando abusos sexuales por parte de su marido Phil MacKenzie –al que da vida un también inconmensurable Robyn Malcolm– sobre un joven. Entre el drama descarnado y el thriller psicológico, las vacilaciones acerca de cada personaje tienen vida propia y van mutando a medida que se suceden los capítulos. Una evolución paralela al carácter de una serie de personajes destinados a desmoronarse y que, pese a su empeño por llevar una vida convencional, rayan al
Después
límite en (casi) todo momento. Su meritorio equilibrio, que evita señalar con determinación a inocentes y culpables, es uno de los baluartes de una serie que refleja con extraordinario realismo un conjunto de personalidades e interrelaciones pormenorizadas delante del espectador, así como su reacción al roce con una sociedad tocada y alejada del que cabría entender como ideal perfecto. Miedos, mentiras, ofuscaciones, pura supervivencia, secretos, convicciones morales, dudas, infidelidades, manipulaciones… y, al fondo del telón, la familia como tótem innegociable. “Después de la fiesta” es, en definitiva, una serie escalofriante dada la cercanía que destila y en la que cada presencia y detalle cuenta, desarrollada con pulso firme y una credibilidad igualmente estremecedora. raúl julián
Conocerlo es amarlo
Victoria Bermejo Efe Eme
En el prólogo de “Conocerlo es amarlo”, el crítico y estudioso de la viñeta Alvaro Pons no solamente elogia lo que fue Cairo o a Victoria Bermejo, sino que nos da la clave del valor de estas páginas, que no es otro que ser una fuente de información sobre unos días clave para el cómic en nuestro país. “Conocerlo es amarlo” recoge entrevistas que la propia autora llevó a cabo entre mayo de 1983 y octubre de 1984 en la sección del mismo nombre en Cairo, una publicación que combinó el cómic de línea clara franco-belga con el underground patrio en una fórmula extraña, pero que funcionaba. Por sus páginas pasan Montesol, Daniel Torres, Sento, Gallardo o el mismísimo Coll. Un ejercicio de (nostálgica) justicia poética. joan s. luna
El caso
David Zimmerman
Arthur Harari y Lucas Harari Astiberri
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Como un storyboard definido magníficamente y pulido hasta el mínimo detalle. Así de cinematográfica es la propuesta de los hermanos Harari para este cómic. No en vano, Arthur es el guionista de filmes como el premiado “Anatomía de una caída” (23). Ambientada en un París contemporáneo y poco turístico, la historia de “El caso David Zimmerman” pone sobre la mesa un interesante debate sobre la identidad, tanto sexual como religiosa. Se trata pues de un thriller apasionante, cuyo ritmo es trepidante en algunos pasajes, que se escuda en una temática propia de la ciencia ficción: el body swap, o el intercambio de cuerpos en lengua castellana. El storyboard ya está listo, ahora solo falta que algún director. jordian fo
Kraftwerk: La máquina humana
Pablo Ferrer Muzikalia
Bien puede decirse que “Kraftwerk: La máquina humana” es el acercamiento más integral en castellano al mito del cuarteto de Düsseldorf. Proyecta una mirada periférica que se expande a lo largo (antecedentes e influencias) y a lo ancho (distintas disciplinas, mirada global). Transmite aquella escéptica mirada que Florian Schneider y Ralf Hütter proponían sobre un legado cultural que se proyectaba al futuro conectando con la herencia de Stockhausen o Fritz Lang para borrar los estragos de la Segunda Guerra Mundial y avistar una propuesta netamente germana, diametralmente diferenciada del omnipresente cedazo del rock anglosajón de la segunda mitad del siglo XX. Desgrana su discografía, sus giras y su influjo. carlos pérez de ziriza
“Encías quemadas”, el extraordinario y monumental debut de Natalia Velarde en novela gráfica, es una descarnada y poética alegoría del duelo por la muerte de un ser querido. El cómic arranca con la colisión de un meteorito que arrasa y transforma el mundo en un paisaje postapocalíptico plagado de criaturas mitológicas. Allí, Piel de Perro, personaje híbrido de mujer y can, deberá cruzar esa tierra baldía para encontrar a El Autor, un ser todopoderoso capaz de reescribir la historia. Se trata de una obra arriesgada, de una lectura exigente y excesiva donde Velarde lleva la experimentación formal, temática y estética hasta el límite, creando una surrealista epopeya en tres cantos con un imaginario único y deslumbrante. laura madrona
Matar al papito. Por qué no te gusta el reguetón (y a tus hijos, sí) Oriol Rosell Libros Cúpula
Después de haber parido el indispensable “Un cortocircuito formidable” (24). Oriol Rosell da en el clavo con un brillante recorrido histórico por las semillas del reggae, del electro, del hip hop y del dancehall como antecedentes necesarios del reggaetón. Firma además un exhaustivo análisis sociológico sobre cómo y por qué hemos llegado hasta aquí, con el cambio en los consumos culturales tras la revolución digital, la quiebra del estado del bienestar, la ausencia de alteridades culturales a las que asirse y –en general– el más que sombrío porvenir que aguarda a la generación que ha hecho propios los lenguajes tan brillantemente descritos a lo largo de estas páginas. Uno de los libros musicales del año en castellano. carlos pérez de ziriza
Las locuritas de Úrsula
Sergi Puyol Apa-Apa
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Lo sé. Sé que decir que te identificas tanto con un cómic –o cualquier obra de arte– que sientes que esas páginas también hablan de ti podría sonar a tópico. Y todos sabemos que si los tópicos existen a la hora de expresarnos es porque también hay verdad tras ellos. En todo caso, lo que es evidente es que el barcelonés Sergi Puyol la ha clavado a la hora de describir esos sentimientos de desorientación y dudas que todos tenemos en algún momento de nuestras vidas –Úrsula ha cumplido cuarenta años, y claro, tiene sus locuritas–. Pocas páginas hay en esta obra con las que uno no empatice o incluso sienta que ha pasado por exactamente ese momento en su propia existencia. Thumbs up. joan s. luna
De Cháchara JF León
JF León, coordinador de la emisora digital Let’s Rock Radio y colaborador regular en medios culturales, firma con “De Cháchara” una deliciosa dosis conversacional y distinguida en la plataforma, siempre susceptible de terminar envuelta en un halo de miscelánea libre. Acompañado por la erudición de sus temporales huéspedes (Ignasi Julià, Maika Makovski, Quique González, Aina LeGardon, Javier Vielba, Fernando Navarro, Noel Turbulencias…), León modera, indaga, celebra anécdotas y contrapone reflexiones con el don de la escucha por delante y el suficiente margen para terminar abarcando otras muchas materias relacionadas. Píldoras sonoras de más de hora y media que palpitan al ritmo de las seis cuerdas y conforman un bello oasis de charla generosa y sin prisa. fran gonzález
Como el propio Galán apunta en la descripción del podcast, tía por la industria musical” quiere pecar de “nostalgia, sino de poner puntos de vista, expe riencia y perspectiva de futuro, en el apasionante negocio disco gráfico”. Para conseguirlo lleva ya editados y compartidos más de doscientos setenta programas por los que han pasado grandes anónimos para los profanos, pero nombres indispensables para entender lo que ha sido y, en con secuencia, es la industria musical de este país. Profesionales con trayectoria que, la mayor parte de las veces, aprendieron a base de golpes y a través de quienes es tuvieron antes que ellos. Justicia poética en formato audio y, sobre todo, un documento de amplio valor para quien quiera descubrir una historia apasionante que merecía escucharse.
CANTERA ROCK · MANDO DIAO · ZAHARA FERMÍN MUGURUZA · ILEGALES · CARLOS ARES FUN LOVIN’ CRIMINALS · LEÓN BENAVENTE · CYCLE
ISEO & DODOSOUND · DERBY MOTORETA’S BURRITO KACHIMBA
TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO · LES GREENE · HIMALAYAS · ROCÍO SAIZ
NIÑOS BRAVOS · PSYCHO-CLOWN · VILLA PIPOL · LAIV · KOLPEZ BLAI · LAGORE
LOS CALLAOS · JELA · LOS INVADERS · TELEPHUNKEN · ARTISTAS DEL GREMIO
GOOD FRANCO · JORGE CALUZ · DIEGO BARBER (MAMBEC) · DYGA · KARDOMILLO US · BELICE · DENIS RODD · CHOCOLATE SEXY · CIEM LANZAROTE Y MÁS POR CONFIRMAR
KARMENTO · LUCAS DE MULDER & MEMBERS OF THE NEW MASTERSOUNDS LE MUR · ELLA LA RABIA · DISTORTION · VIRGINIA DÍAZ DJ · ROCKALEAN
A pesar de que hay enormes diferencias entre ellos, la comparación más evidente que se puede hacer con Marshall Mathers, mejor conocido como Eminem, es con el primer Elvis Presley. A priori suena raro, pero no lo es tanto si pensamos que ambos popularizaron entre la América Blanca y suburbana dos músicas con claras raíces negras.
“Employment” (Polydor, 05), el que fuera arrasador debut de Kaiser Chiefs, cumple veinte años y la banda británica lo celebra con una reedición a cargo de Universal plagada de extras. Contactamos con Simon Rix, bajista de la formación de Leeds, para sacar a la luz un buen número de recuerdos acerca del disco en cuestión.
Comenzaba una nueva edición de Sonorama Ribera, el festival que organiza la asociación Art de Troya en Aranda de Duero, con el objetivo marcado de consolidar la calidad frente a la cantidad, por ello se ha reducido la cantidad de abonos disponibles.
Veinticinco años del “Stankonia” de Outkast Este año se cumple el 25º aniversario del disco más relevante del hip-hop en lo que llevamos de siglo, un planeta musical llamado “Stankonia” por el cual Outkast abrieron el camino a Kanye West, Kendrick Lamar y todo un carrusel de artistas que profundizaron en la idea del hip-hop como el pop del siglo XXI
“Illinois” de Sufjan Stevens: Una superproducción con corazón indie Sufjan Stevens lanzó su obra maestra, “Illinois” (o si hiciéramos caso a la portada “Sufjan Stevens invites you to: Come on feel the Illinoise”), un 4 de julio de 2005, tres días después de cumplir los 30 años, una edad siempre temida por aquellos que se dedican a esto de la música popular como el momento en el que, supuestamente, comenzaban a secarse las ideas.
Ricardo Lezón: “Muchas veces, lo que se llaman fallos son las virtudes de una canción” “Canciones mínimas” es el nuevo epé de Ricardo Lezón, que esta vez firma sus canciones con su propio nombre. Composiciones que apelan al intimismo, la calma y la belleza. Es el sello de un autor que se ha vuelto indispensable en la música nacional. A finales de año publicará disco con su banda, McEnroe.
Travis: “Nunca se me dio bien entender la música como un negocio”
Bandas como Coldplay reconocen que Fran Healy caminó para que muchos otros pudieran correr. Casualidades de la vida, el propio Chris Martin terminaría un cuarto de siglo después colaborando en un disco de Travis, “LA TIMES” (24), el cual los escoceses tuvieron el gusto de presentar en Alicante y Granada.
Mad Cool
La octava edición de Mad Cool, tercera en el Iberdrola Music, destacó por la buena asistencia y los memorables conciertos de Iggy Pop y Nine Inch Nails. En especial, la Iguana, arropada por una banda excelsa, reivindicó su enorme legado con una actuación portentosa que se sobrepuso a los problemas técnicos.
La bola no ha dejado de crecer desde que, el 27 de agosto de 2024, se hiciera oficial el regreso de Oasis. La reverdecida pasión por el grupo de los hermanos Gallagher ha seguido ganando poso, mes tras mes, hasta la definitiva explosión detonada con los primeros conciertos de la gira.
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