Molinum nº 52 - Octubre 2018

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M

LINUM

REVISTA DIGITAL DE ACEM

OCTUBRE 2018

CANTER AS , PR ESAS Y MOLI N OS Nยบ 52


MOLINUM es un elemento de difusión de ACEM, la Asociación

para la Conservación y Estudio de los Molinos. Con esta revista digital, de carácter divulgativo, científico y cultural,

queremos fomentar nuestra labor de conservación, estudio, protección y difusión del patrimonio formado por los ingenios tradicionales y la cultura y el paisaje que los rodea.

MOLINUM no se identifica necesariamente con las opiniones y comentarios de los respectivos autores.

La reproducción del contenido de la presente revista necesitará el permiso de los autores.

Imagen de portada: Presa Ardiordosa. Igartza (Urteaga, 1997)


EDICIÓN ACEM

Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos.

DIRECCIÓN Y CONSEJO EDITORIAL JUNTA DIRECTIVA ACEM Luis Azurmendi Pérez

Koldo Lizarralde Eberdin Jose Mª Izaga Reyner

Angeles Gómez Carballo

Pedro Jesús Fernandez Ruiz Juan Jose Barrio Diez Julio Molina Font

Gerardo Pérez Calleja

Pablo Zapico Gutierrez DISEÑO GRÁFICO Nico Martín

mmniko@gmail.com DESCARGA DE LA REVISTA www.molinosacem.com CONTACTO revista@molinosacem.com

Depósito Legal: ZA-186/2013 ISSN:2255-5188


I

N

D

EDITORIAL Luis Azurmendi.................................................................................................................................................................. 6

ARTÍCULOS LAS CANTERAS MOLERAS DEL MONTE OIZ (BIZKAIA) Javi Castro........................................................................................................................................................................ 1 2 CICM: CENTRO DE INFORMACIÓN Y CANTERAS MOLINERAS EN TRÁVAGO. LA PIEDRA Y EL HOMBRE Anselmo Jiménez Lázaro............................................................................................................................................ 20 LA CONSTRUCCIÓN DE PRESAS FLUVIALES EN GIPUZKOA A COMIENZOS DE LA EDAD MODERNA. EN TORNO A TRES TIPOLOGÍAS: LA “ARDIORDOSA”, LA PRESA DE “GAILUR-ASTOAK” Y LA DE “NASAS Y BALDOS” Mikel Prieto Gil de San .. ................................................................................................................................................ 26 LAS PRESAS DEL RÍO TAJUÑA EN EL MUNICIPIO DE MORATA DE TAJUÑA. MADRID Diego Martín de Torres................................................................................................................................................ 40


I

C

E

APROVECHAMIENTOS HISTÓRICOS DEL SECTOR SUR DEL ESTUARIO DEL ASÓN (CANTABRIA): MOLINOS Y OTRAS MÁQUINAS DE AGUA Luis Bartolomé Marcos................................................................................................................................................ 48 LA FERRERÍA DE MIRANDAOLA Koldo Lizarralde.............................................................................................................................................................. 56 EL MOLINO DE SAN MIGUEL DE OÑATI Koldo Lizarrade............................................................................................................................................................... 58 NO SE DEMOLERÁ LA PRESA DE REZUMA EN EL RÍO LEIZARAN (NAVARRA) Xabier Cabezón, Javier Belza y Jose Mari Izaga.. . ............................................................................................... 62

NOTICIAS CONGRESO INTERNACIONAL DE MOLINOLOGÍA..................................................................................70 JORNADAS DE ARQUITECTURA Y PAISAJE 2018..................................................................................... 72

MOLINUM Nº52 OCTUBRE 2018



E D I T O R I A L


EDITORIAL Este año de 2018 está celebrándose el año europeo del Patrimonio Cultural. Como consecuencia, además de las numerosas actividades que se vienen realizando, existen aspectos novedosos que provienen de los organismos más

importantes dedicados a la protección del patrimonio natural y cultural, que conviene analizar.

En Davos los días 21 y 22 de Enero, poco antes de comenzar el Foro Económico

Mundial, se reunieron los líderes de las organizaciones europeas y mundiales dedicadas a la cultura y difundieron unas recomendaciones sobre cultura y

patrimonio que dan continuidad a una serie de cartas internacionales a partir de la Carta de Venecia (1964). Posiblemente el alcance político de este aconte-

cimiento ha sido una reacción a la crisis de identidad de la propia UE tanto en el panorama mundial como a nivel interno: “… la tendencia a la pérdida de calidad

tanto en el entorno construido como en los paisajes abiertos en todo Europa, evidenciada en la trivialización de la construcción, el barniz de los valores de di-

seño, incluido un barniz de preocupación para la sostenibilidad, el crecimiento de la expansión urbana sin rostro y el uso irresponsable de la tierra, el deterioro de tejido histórico, y la pérdida de tradiciones e identidades regionales”.

Lo que aquí nos interesa resaltar es que la Declaración de Davos propone, fundamentalmente, para el estudio y tratamiento del patrimonio cultural, una visión holística. Se trata de una interpretación integral del conjunto más que un análisis de las partes independientes.

Esta idea, la de la identidad y calidad del patrimonio cultural junto a una visión

integral parece muy apropiada tratándose del patrimonio del agua como recurso aplicado a la energía y actividades tradicionales del Hombre.

Y los molinos, objeto de estudio y conservación de esta asociación, aún en su sencillez, son un buen ejemplo de ello. Los cursos naturales de las aguas fluviales fueron alterados a través de presas o azudes, conducidos por canalizaciones para irrigar las tierras o mover ruedas hidráulicas que por diversos

mecanismos muelen los granos cereales u otros productos agrícolas, como


aceituna o el arroz, o las sales marinas o el caolín para las fábricas cerámicas y tantos otros productos que alcanzan hasta la industria del hierro en ferrerías, altos hornos, fanderías o fábricas de armas.

Y una visión de conjunto explicará que azudes, canales, anteparas y edificios pertenecen a un mismo criterio integral de utilidad dependiendo si el uso final

son los riegos, la molienda, o mixtos, con servidumbres determinadas en el te-

rritorio que al final describen el perfil de una sociedad que los inventa, hereda

o simplemente reutiliza. Esta continua interacción entre medio natural y obra edificada es el tejido histórico que define nuestros ríos como un patrimonio que hay que conservar. Pretender recuperar el medio natural destruyendo la obra

edificada rompe esa idea de que el conjunto es un nuevo patrimonio producto de la acción del hombre sobre el medio natural.

En este número de Molinum presentamos temas aparentemente independientes, como son las presas o las canteras molinares o algún ejemplo de regadío.

Intentamos que el lector pueda ir componiendo ese mosaico integral a través de este número y de tantos otros títulos que llevamos publicados

Finalmente anunciar el XI Congreso de Molinología, esta vez a celebrar en Palma de Mallorca los días 18, 19 y 20 de Octubre, que organizamos conjuntamente el Consell de Mallorca y la Asociación ACEM y que será un acto de celebración del año Europeo del Patrimonio.

Luis Azurmendi Presidente de ACEM

MOLINUM Nº52 OCTUBRE 2018



A R T Í C U L O S


Javier Castro,

(Dpto. Etnografía de Aranzadi Z.E.)

El monte Oiz es una formación geológica

mayormente de arenisca del Eoceno, que se

eleva hasta los 1.024 metros de altitud. Según la

a

LAS CANTERAS DEL MONTE OIZ (BIZKAIA)

Vista general del monte Oiz

MOLINUM - nº52, Octubre 2018

tradición se ha tenido a este monte como uno

en un trabajo etnográfico publicado sobre los

de donde se hacían las llamadas para asis-

bre, a mil metros de altitud, he encontrado va-

de los cinco montes bocineros de Bizkaia, destir a las reuniones de las Juntas Generales de

Gernika. Desde su cima en días despejados se puede apreciar toda Bizkaia en una panorámica de 360º. Si miramos al norte veremos el mar

Cantábrico y Urdaibai, la reserva de la Biosfera,

si miramos hacia el este llegará nuestra vista

hasta las montañas gipuzcoanas, por el sur veremos desde Udalaitz y Anboto hasta el monte

Gorbeia y si giramos para mirar al oeste llegará la visión hasta la ría de Bilbao y más allá las montañas cántabras.

Muy pocas canteras moleras habían sido

descritas en esta zona, solo teníamos recogidas dos citas, una escueta cita del investigador Sarachaga Sainz (1977) que así lo indicaba

refugios circulares en falsa bóveda: “En la cumrios ejemplares de piedras de molino, trabaja-

das en bruto, sin terminar, y que luego han sido abandonadas, probablemente por tener algún

defecto, pues según me dijo un pastor solían sacar piedras de molino de este monte”, la otra

cita era de Díez Sáiz (1995) en la que indicaba la cantera en el desconocido topónimo de Errotarrizulo en Arbatzegi-Gerrikaitz.

Durante el trabajo de campo se han re-

cogido además algunos escasos testimonios orales que indicaban la existencia de unas pocas muelas situadas en parajes sin determinar.

También hemos recogido noticias de que algunas muelas rotas han sido levantadas del lugar

donde quedaron expuestas y llevadas a fincas


gar trabajada de forma circular, como muela.

Encontrar algunas marcas o tallado en las ro-

cas no es suficiente para certificar una cantera molera, porque es probable que se haya labopor ejemplo piedra de sillería o adoquín.

La cara norteña del Oiz posee una geolo-

gía más complicada que la de la cara sur. Se han localizado muchas más canteras en la ladera que mira hacia el sur (88%) que la que

está orientada al norte (12%) y ello es debido a la inclinación o buzamiento de los estratos geoló-

gicos, que es aproximadamente de un 10 al 20%

hacia la cara meridional, siendo la zona norte más complicada para la extracción de roca,

con laderas de inclinación superior al 50%. El mapa geológico (EVE, 1993) muestra que también el tipo de roca es mejor la de ladera orientada al sur, arenisca del Ypresiense, que la de

la ladera norte que hacia su base tiene rocas algo más antiguas que van perdiendo calidad

de grano con una mayor cantidad de componente margoso, no tan adecuado para la molienda por fricción.

El estudio de estas canteras se ha desa-

particulares, lo cual resulta improcedente por-

rrollado de forma altruista dentro del progra-

ayuda de algunos montañeros y cazadores ha

zona norte de la península ibérica, englobado

que borra los vestigios de la propia cantera. La sido bien recibida, con algunos aciertos. Los datos indiciarios iniciales apuntaban a que la

cantidad de frentes de explotación de cante-

ras moleras existentes en la zona del Oiz era baja, 2 ó 3 lugares posibles.

En la montaña han coexistido durante mu-

cho tiempo diversos oficios y cada cual ha de-

jado una impronta más o menos fijada en el

terreno. Carboneros, pastores y canteros, entre otros, han coexistido durante siglos en el mismo

espacio. El método de la certificación habitual de la cantera consiste en encontrar algún resto físico que pruebe que existió laboreo de ese

oficio en el pasado; lo mejor y más concluyente es localizar una piedra de molino, la roca del lu-

ma ERROTARRI sobre canteras moleras en la dentro del programa francés de investigación

LARHRA:

http://meuliere.ish-lyon.cnrs.fr/

presentation.html, coordinado por el profesor

Alain Belmont, ya citado en otras ocasiones en

Molinum. Al cierre del año 2017 son poco más de 900 las fichas de canteras catalogadas, la mayoría en Europa, siendo que el 39,9% de ellas

están en España y el 43,4% en Francia. Según los

datos verbales recogidos de otros investigadores, son algo más de 120 las canteras catalogadas en la mitad sur peninsular que por una

u otra causa aún no están incluidas en la web

del Atlas Meulières, así que por lo tanto pasan de 1000 las canteras moleras ya inventariadas, lo cual es muy significativo y aporta un corpus bastante importante al conocimiento molero. PÁG

13

ARTÍCU LOS

reado para obtener otro tipo de material, como


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

NUESTRA INVESTIGACIÓN Y LOS RESULTADOS Desde el año 2014 hasta finales de 2017 se

b

Diferentes marcas sobre restos de muelas localizadas en Oiz.

ha procedido a visitar la zona del monte Oiz en 19 ocasiones, abarcando 54 sectores que

ocupan una extensión de unos 10 km2, logran-

do catalogar 25 canteras moleras con un total

de 204 restos de muelas monolíticas dispersos

en un espacio de unas 600 hectáreas: 20 de las canteras han sido localizadas en término municipal de Berriz y otras 5 en término de Munitibar (Arbatzegi-Gerrikaitz), ambos en Bizkaia (Euskadi-País Vasco).

Ha sido necesario contar con la ayuda de

una decena de colaboradores y planificar bien cada zona a explorar para evitar dejar áreas

sin revisar. Algunas de las zonas se han visitado en varias ocasiones, dependiendo del estado de la vegetación. Se han recorrido unos 160 km

andando, atacando al monte Oiz desde todas

sus vertientes gracias a que posee una buena red accesos, sobre todo por su parte meridio-

c

Jose Angel Uberuaga junto a dos muelas de 120cm. Akotza (Berriz).

nal. Además se ha aprovechado para visitar

varios de los monumentos megalíticos que ya estaban descritos en la zona, algunas ermitas

que se encuentran por su ladera y varios interesantes seles pastoriles de origen medieval.

Sabemos que el cantero realizaba su tra-

bajo adaptándolo a la forma de como encontraba la roca, para trabajarla de la manera

más eficaz con mejores resultados y en el menor tiempo posible, despreciando aquellas zo-

nas débiles o los estratos demasiado delgados. Tenemos la suerte de localizar aquellas muelas rotas que una vez desechadas no han sido tapadas por los escombros generados.

Con estos planteamientos cada vez que

hemos visitado cada uno de los 54 posibles sectores de exploración hemos evaluado la

forma de roca, su potencial molero, haciendo


abstracción de cómo se presentaría el lugar

De cada cantera se hace un extenso infor-

ante el cantero y cómo este atacaría el frente

me y una ficha resumida, siendo esta la que se

do al recorrer cada área para localizar algún

sión internacional.

de explotación. De igual forma se ha procedi-

envía a la web del Atlas Meulières para la difu-

resto, se ha preferido incidir por la periferia de

(débris), aunque no se han dejado de visitar

incluso siendo difícil progresar por ellas. Antes de ir a cada zona ha sido necesario preparar

la visita con la ayuda de la cartografía digital,

mediante el visor Lidar (de cartografía derivada) que anula la vegetación y ayuda a ver dislocaciones y resaltes del terreno, así como

caminos antiguos, por ejemplo. No se ha realizado ninguna excavación ni remoción de las

rocas, por ello es posible que nos hayamos dejado de localizar alguna muela. Todas las rutas

han sido grabadas con GPS y después descar-

Localización de las 25 canteras del monte Oiz

tapados por los desechos de roca menuda

e

partes centrales los escasos restos estarían

ARTÍCU LOS

cada explotación, a sabiendas de que en las

gadas en una base de datos para comprobar los circuitos realizados y evitar huecos o zonas

La documentación de mediados del siglo

vacías de exploración. En el monte Oiz hemos

XI indica que ya en la zona de Berriz existió un

mos catalogado 25 canteras moleras de los

que quizás se trate de un documento del año

obtenido un 46,3% de aciertos, puesto que he54 lugares explorados. El método exploratorio

ha sido realimentado con la experiencia acumulada durante 5 años en el cercano macizo

del Gorbeia, a caballo entre Alava y Bizkaia,

donde se ha conseguido un 60,2% de aciertos (106 canteras, de 176 lugares explorados) con la ayuda de otros colaboradores.

molino denominado como “Incomentio”, aun1053 con algunos datos añadidos posteriormente en el siglo XIII (GARCÍA ORODEA, 1997). Todo apunta a que en la comarca alrededor

del monte Oiz ya existía poblamiento antes del siglo X, del que han quedado algunas muestras

en forma de barrios altomedievales situados a media ladera, con ermitas muy antiguas asociadas a ellos. A 3,3 km. en línea recta en direc-

f Jose Angel Uberuaga junto a una muela de 110cm. Losakantereta (Berriz)

d Muela de 120 cm, extraída de la roca matriz. Oiz-4 (Berriz).

ción nordeste de la cima de Oiz está situado el

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MOLINUM - nº52, Octubre 2018

antiguo monasterio de Santa María de Zena-

rruza-Ziortza (Bolibar), cuya tradición popular

“in situ”, que las guarda su descubridor. En otra

siglo X. No hemos conseguido datos documen-

Berriz) se ha localizado una cubeta excavada

atribuye su fundación en la segunda mitad del tales sobre la propiedad de las canteras locali-

zadas pero es de suponer que las controlarían desde la élite social, las familias tales como los Arroita, Berriz, Lariz o los Zaldibar. A finales del siglo XIV la Colegiata de Zenarruza tenía propie-

dades en la zona en forma de seles pastoriles (korta) por lo que no es descabellado pensar que también controlarían alguna de las zonas moleras.

En una cantera situada en la cara norte del

monte Oiz (Errotarrizulo, Munitibar) se han lo-

g

Grupo de amigos asistentes a la excursión del 4-nov-2017. Oiz-2 (Berriz).

calizado diversas herramientas abandonadas

cantera situada en la ladera sur (Potzuzarreta,

en la roca, con aspecto de haber sido utilizada como recipiente para conservar agua, quizás

para conseguir el temple de las herramientas en el mismo lugar del trabajo, pero esta hipó-

tesis la dejamos en el aire porque no tenemos un testimonio que lo pueda confirmar hasta el momento.

El día 4 de noviembre de 2017 se organizó

una visita guiada a la que acudieron 19 personas. Hicimos un recorrido circular de unos

4 kilómetros visitando 8 canteras moleras, así como otros lugares con interés etnográfico.


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17

l Rober Garay y Periko Ugarte junto a una muela de 120 cm. Oiz-2 (Berriz)

m Jose Angel Uberuaga y Txato Etxaniz junto a una muela de 105 cm Oiz-1 (Munitibar)

n Muela de 124 cm en Errotarrizulo (Munitibar)

o Con AlbertoPalomera y una muela de 95 cm, con ojo pasante de 9 cm Ametzorbe (Berriz). Foto R. Garay

Muela de 100 cm. Potzuzarreta (Berriz)

k Muela de 120 cm con marcas de cuñas para el corte de su círculo. Oiz-3 (Berriz)

j

i

ARTÍCU LOS

Muela de 80 cm. Oiz-6 (Berriz)

h Indicando la presencia de dos muelas de 90 cm. Urdelatsa (Berriz) Foto J. A. Uberuaga


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

LAS CANTERAS DE MUNITIBAR Cantera

Altitud

Nº muelas

Muelas con ojo central

Refugio

Camino antiguo

Diámetro (m)

Astoagaburu

790

1

No

No

Si

0,90

Errotarrizulo

430

2

No

No

Si

1,24 – 1,30

Oiz-1

940

45

No

No

Si

1,00 – 1,55

Palosgoikoa

580

1

No

No

Si

0,73

Palosgoikoa-2

755

2

No

No

Si

0,80 – 1,30

LAS CANTERAS DE BERRIZ Cantera

Altitud

Nº muelas

Muelas con ojo central

Refugio

Camino antiguo

Diámetro (m)

Akerkorta

754

5

No

Si

0,80 – 1,20

Akotza

845

14

No

No

No

1,00 – 1,65

Ametzorbe

520

3

Si

Si

Si

0,95 – 1,40

Arriberezi

700

8

No

No

Si

1,10 – 1,20

Arriberezi-2

750

13

No

No

Si

1,20 – 1,60

Arriberezi-3

715

2

No

No

Si

1,10 – 1,20

Axmakurra

862

2

No

No

Si

1,00 – 1,10

Intxorta

975

2

No

No

Si

1,10 – 1,50

Losakantereta

830

2

No

Si

Si

0,70 – 1,10

Oiz-2

952

15

Si

Si

Si

0,85 – 1,60

Oiz-3

660

16

No

No

Si

1,00 – 1,25

Oiz-4

740

21

No

No

Si

1,00 – 1,50

Oiz-5

880

9

No

No

Si

1,00 – 1,30

Oiz-6

910

10

No

No

Si

0,80 – 1,40

Oiz-7

680

6

No

No

Si

1,10 – 1,45

Potzuzarreta

910

8

No

No

Si

1,00 – 1,35

Potzuzarreta-2

889

2

No

No

Si

1,20 – 1,30

Txamukorta

734

4

Si

Si

Si

0,85 – 1,40

Txara

830

5

No

No

No

1,00 – 1,40

Urdelatsa

786

7

No

No

Si

0,70 – 1,15


INFORMANTES Y

A Luis Agirrebeitia, Mirene Bidaguren, Txato Etxaniz, Juan Carlos Etxebeste, Rober Garay, Jaime Monge, Fernando Palazuelos, Alberto Palomera, Rafa Perez Beristain, Román Rodriguez, Jose Angel Uberuaga, Josu Uberuaga y a Periko Ugarte.

Muela de 120cm, en Arriberezi (Berriz)

BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS —— ACEBO BATICON, Nerea, 1998: “Iurreta y Garai: Estudio Histórico-Artístico”. Monografías de pueblos de Bizkaia, Diputación Foral de Bizkaia (DFB), Bilbao. —— CASTRO, Javier, 2018: “Las canteras moleras de Oiz. Una actividad productiva singular (proyecto Errotarri Oiz)”. En prensa, Deba.

p

—— DÍEZ SÁIZ, Alberto, 1995: Molinos de rio en el valle del Gobela (Bizkaia). Zainak nº 13, Eusko Ikaskuntza, Donostia-San Sebastián. Págs. 95145.

—— GARCÍA ORODEA, Felipe Andrés, 1997: “Berriz: Estudio Histórico-Artístico”. Monografías de pueblos de Bizkaia, Diputación Foral de Bizkaia (DFB), Bilbao. —— SARACHAGA SAINZ, José, 1977: “Refugios o construcciones circulares en piedra arenisca de falsa bóveda del monte Oíz (Bérriz-Vizcaya)”, Kobie nº 7, DFB, Bilbao. Pág. 122.

r MMuela de 120 cm, con marcas del uso de cuñas. Oiz-3 (Berriz)

q

MCon una muela de 130 cm. Txamukorta (Berriz). Foto R. Rodriguez

—— EVE, Ente Vasco de la Energía, 1993: Durango 62IV, Mapa geológico del País Vasco.

PÁG

19

ARTÍCU LOS

AGRADECIMIENTOS


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

CICM: CENTRO DE INFORMACIÓN Y CANTERAS MOLINERAS EN TRÉVAGO. LA PIEDRA Y EL HOMBRE Anselmo Jiménez Lázaro, Ayuntamiento de Trévago (Soria)

RESUMEN

Presentación del proyecto de Museo de Canteras Molineras de Trévago; partes del mismo

y explicación de los objetivos pretendidos. Desarrollo del proyecto y fases. Localización de canteras, estudio y base de datos.

Palabras clave: Trévago, CICM, CANTERAS, MUELAS, MUSEO. -

CICM: INFORMATION CENTER MILLING AND QUARRY IN TRÉVAGO. STONE AND MAN Anselmo Jiménez Lázaro, Town Hall Trévago (Soria)

ABSTRACT

Presentation of the projetc Molineras Canteras Museum of Trévago; parts thereof and explanation of

the intended objectives. Project and development phases. Location of quarries, study and database. Key words: Trévago, CICM, QUARRY, MILLING, MUSEUM.

1. ORIGEN DEL PROYECTO Trévago es un municipio situado en el no-

reste de la provincia de Soria entre las comunidades autónomas de Castilla y León, Zaragoza,

Navarra y La Rioja, ubicación excepcional por ser la puerta de entrada en la meseta castellana desde el valle del Río Ebro y tiene como

referente el punto más alto del Sistema Ibérico, el Moncayo. Este paso natural, no solamente

es un hito geográfico, sino que constituye una verdadera puerta de entrada de diferentes pueblos, culturas, arte, innovaciones técnicas,

religiones…, igualmente ha sido tierra de fronteras y por ende, en no pocas ocasiones ha sufrido refriegas militares, otorgando el control y dependencia a diferentes pueblos, celtíberos,

romanos, árabes, judíos…, todo ello ha forjado

la especial riqueza cultural de esta zona, de la

que nos sentimos obligados a mantener, recordar y difundir a la sociedad.


El proyecto de Canteras

Molineras de Trévago nace,

tras la publicación en la re-

vista LA VOZ DE TRÉBAGO que de Trévago, de unos artículos

de Santiago Lázaro Carras-

cosa, en los que se recogen numerosos oficios que lugareños y artesanos desarrollaban en Trévago, así como de

la explicación del sobrenom-

bre atribuido a una familia residente en la localidad. Dicha familia lleva el apodo de -los moleros-; también de

otros artículos de la arqueó-

loga Pilar Pascual Mayoral y Pedro García Ruiz sobre canteras molineras.

El Ayuntamiento y la Aso-

ciación Amigos de Trébago,

recogieron el testigo escrito y tomamos la decisión de

realizar un proyecto basado

en las Canteras Molineras de Trévago.

La preparación, docu-

mentación, y redacción del proyecto ocupó todo el año

2010, y en los últimos días de este año, una vez redactado,

se presentó a la asociación de desarrollo rural de nuestra zona, PROYNERSO, para su

valoración y, en su caso, re-

a

Entrada al centro

conocimiento de subvención para su realización a través

de fondos europeos. El resultado fue la aprobación de la

ayuda, por un importe del 80 por ciento del total, asumiendo el municipio el 20 por ciento restante.

PÁG

21

ARTÍCU LOS

edita la Asociación Amigos


MOLINUM - nº52, Octubre 2018 El fin que busca la realización de este pro-

yecto es múltiple, de un lado, rescatar una

canteras molineras; otro aspecto es la pues-

ta en valor de un antiguo oficio, el de molero y el de cantero; impulsar también otros valo-

res patrimoniales como sus bosques, fauna, micología, senderismo …, y también, dotar a la

infraestructura de turismo rural existente en la localidad de un valor añadido y de calidad

c

municipio con la recuperación de las antiguas

Molino barquiforme

parte importante del acervo patrimonial del

que sostenga y potencie este recurso econó-

naturales de la misma, b) Restauración de las

económica, basada en la agricultura, base de

bajo voluntarios dirigidos por arqueólogos,

mico, para abandonar la mono dependencia

la subsistencia rural. Todo este compendio deberá repercutir favorablemente en la localidad

y en la apreciación por parte de sus vecinos y

visitantes, de mejora en la calidad de vida y de revitalización del municipio.

Para ello, el proyecto de canteras moli-

neras se subdividió en tres bloques principa-

les: a) Creación de una red de senderos en la Sierra del Madero, que mostrase los recursos

canteras molineras, mediante campos de tra-

c) Construcción del Centro de Información y Canteras Molineras en Trévago, en adelante

CICM, que además ha de servir para la realización de otros eventos y actos culturales, acercándolos, al lugar de residencia de sus habitantes.

El edificio que aloja el CICM, es en sí la pri-

mera pieza expositiva, pues en su construcción se ha tenido en cuenta la arquitectura civil tra-

dicional de la zona, habiéndose levantado sus muros, con la técnica denominada -a junta seca.

En su interior se recoge una colección de

molinos que abarca una extensión temporal

de 3500 años, desde molinos celtíberos, hasta

principios del siglo XVIII. Una serie de paneles explican el origen de la molienda, la aparición

de los primeros molinos manuales, así como

su evolución en el tiempo, y otros narran los

b

Herramientas de cantero

pormenores de los oficios de molero y cantero,

técnicas de extracción, partes de una cantera, tallado y tipos de molinos, herramientas, transporte y comercio.

Asimismo, pueden contemplarse algunos

de los elementos encontrados en las excavaciones arqueológicas realizadas en las canteras de Trévago, y otras piezas cedidas por el Museo Numantino de Soria.


Otra parte del proyecto se dedicó a la lo-

relacionados con el museo y que les acredita

calización de canteras molineras en la pro-

para representar al CICM en aquellos lugares

vincia de Soria, en el que la arqueóloga Pilar

por donde vayan.

Pascual, y Sonia Montanell, las catalogaron y estudiaron, con objeto de elaborar una base

de datos que se encuentra a disposición de

mejora de la percepción exterior e interior del

sión, estudios o trabajos.

foráneos. Alto nivel de visitantes al CICM para

aquellas personas interesadas, por su profe-

pueblo, por parte de parroquianos y visitantes

conocer la temática de los canteros, y una gran

Están catalogadas canteras molineras, en

participación en el resto de actividades cultu-

dieciocho localidades de la provincia de Soria,

rales programadas por la dirección del centro.

principalmente en el noreste, aunque también

se han catalogado otras en el norte y sur. Ac-

El Ayuntamiento y la Asociación Amigos de

tualmente está pendiente una nueva campa-

Trévago, en buena coordinación han realiza-

vincia.

un amplio calendario de iniciativas, culturales,

ña de localización de otras canteras en la pro-

do un esfuerzo notable en diseñar y preparar

talleres, conferencias, exposiciones y concier-

Tras más de tres años desde la inaugura-

tos, siempre cuidando la calidad de todas las

ción del CICM, el resultado es más que positi-

actividades, que han aumentado la riqueza

vo en todos los aspectos. Desde el ámbito del

cultural del pueblo. Ha mejorado el nivel y ca-

municipio, este proyecto ha servido para que

lidad de la empresa turística residente, ha au-

los vecinos se hayan implicado personalmen-

mentado el número de visitantes y turistas en

te en la puesta en marcha del mismo, unos di-

la localidad. Remarcar que además ha servido

fundiendo su existencia, otros participando en

a otras localidades cercanas, de acicate para

los campos arqueológicos, otros traduciendo a

emprender sus propias actividades, pero sobre

otros idiomas los textos y libros editados, y en

todo ha nacido un vínculo más fuerte entre ve-

general todos, mayores y pequeños han hecho

cinos, descendientes y simpatizantes de dife-

del CICM un punto de referencia dentro y fuera

rentes lugares con nuestro pueblo, en especial

de Trévago. Toda esta ilusión y trabajo, ha sido

de la población infantil y juvenil que auguran,

recompensada por el ayuntamiento, otorgan-

eso deseo, un mejor futuro para continuidad de

do a muchos de ellos la distinción de -emba-

Trévago como municipio.

jador cultural del CICM- que les reconoce su

Cantera Peña del Mirón_1

Cantera Peña del Mirón_2

d

e

especial participación en algunos aspectos

PÁG

23

ARTÍCU LOS

En cuanto a resultados cabe destacar la


MOLINUM - nº52, Octubre 2018 que quedaban almacenadas, a la espera de

2. CANTERAS MOLINERAS DE TRÉVAGO En el término municipal de Trévago, se ubi-

can dos canteras molineras. Peña El Mirón, y Cerro de las Balcones.

La cantera Peña del Mirón, se sitúa a unos

un encargo de algún molino, de manera que cuando se produjese dicho encargo, el tiempo

de terminación y entrega fuese menor. Pueden

observarse tanto en la zona a) como en la zona b) unos testigos pétreos que delimitan la zona que el molero tenía adjudica para realizar su

trabajo, estos testigos la delimitaban tanto en longitud como en altura.

Sobre este último testigo se cuenta una le-

tres mil quinientos metros de la localidad en

yenda en la localidad, sobre una tribu primitiva

Sierra del Madero. Situadas a 1300 metros de

su capacidad de gobierno y protección de la

dirección sur sudoeste, en la ladera sur de la

altitud, ocupan una superficie de unos 30.000

metros cuadrados y una longitud de unos 500 metros. Los materiales que afloran son un po-

tente estrato de conglomerados con cantos y matriz de cuarzo perteneciente al Jurásico Superior, J32 c- g, hace aproximadamente unos 150 millones de años, inmediatamente debajo

del nivel J32 correspondiente a unas calizas recifales con gran cantidad de restos fósiles.

En esta cantera de la Peña del Mirón, se

realizaron actuaciones arqueológicas en dos puntos elegidos por ser los de mayor probabilidad de visualizar tanto, restos de muelas, herramientas y apreciar en el frente de cantera

las diferentes técnicas de extracción, que ven-

en la que el jefe de la misma y para defender tribu, debió de realizar una prueba de fuerza

para acallar las protestas y dudas que se ha-

bían vertido sobre su persona y poder, que, en ayunas y habiendo tomado solamente una co-

pita de aguardiente, levantó un monolito con la única fuerza de sus brazos y lo colocó vertical-

mente en suelo, lo que le confirmó el respeto

de toda la tribu y de otras tribus aledañas, pero con la mala fortuna, que con el esfuerzo sobre-

humano que este titán realizó, cayó exánime a los pies del monolito. De esta forma el monolito,

o Peña del Mirón quedó como lápida funeraria del bravo jefe convirtiéndose en lugar de peregrinación de toda la región.

La segunda cantera existente en el térmi-

drían determinados por el estado de la masa

no de Trévago, El Cerro de los Balcones se en-

pacta.

a unos 3000 metros en la cima de un cerro a

rocosa, ya sea fragmentada o en masa com-

Igualmente se trabajó en el estudio de la

escombrera de la cantera, donde se pudo recoger innumerables restos de muelas des-

echadas por rotura en el tallado o deficiencias en la homogeneidad de la roca.

Los dos puntos en los que se realizaron

trabajos de estudio y también de adaptación

para su visita organizada a modo de eco mu-

cuentra situada al sur oeste de la localidad, 1300 metros de altitud, que en la actualidad se

encuentra cubierto por un bosque autóctono de robles y quejigos. Sobre esta cantera no se ha realizado ningún trabajo de restauración y

excavación, estando previsto organizar dichas

labores en un futuro próximo de forma que el recorrido arqueo-turístico quede totalmente terminado y completo.

En este caso el material rocoso que forma

seo, se habilitó un recorrido de unión que per-

la cantera del Cerro de los Balcones, también

muelas en diferentes estados de terminación

de material detrítico, ordenado en potentes

mite una visión general de la cantera, y de

jurásico, está formado por unos afloramientos


bancos, a modo de balcones sobre la rasan-

lidad de Mendavia (Navarra), en la orilla norte

mismo material que el de la cantera de Peña

en el año 1766, talló transportó y vendió por 64

del Mirón. En esta cantera pueden apreciarse, mucho material de escombrera, así como

abundantes muelas en distintos estados de manufactura.

3. CANTERAS MOLINERAS DE SORIA Localidades sorianas con canteras moli-

neras:

• Velilla de Medinaceli (3 canteras)

• El Espino, 1 cantera (hoy adscrita a Suellacabras)

• Fuentelárbol, 2 canteras • San Felices, 1 cantera • Trévago, 2 canteras

• Muro -Augustobriga-, 3 canteras (hoy adscrito a Ólvega)

• Calderuela, 1 cantera • Canos, 2 canteras

• Canredondo, 3 canteras • Cortos, 2 canteras

• Portelrubio, 1 cantera

• Urex de Medinaceli, 1 cantera • Valdegeña, 1 cantera

• Valdelagua del Cerro, 1 cantera • Villar del Campo, 2 canteras

• Vilviestre de los Nabos, 1 cantera • Vinuesa, 2 canteras

• Matalebreras, 1 cantera Entre todos ellos suman 30 canteras moli-

del río Ebro, atestigua que el molero de Trévago, ducados, una piedra para el molino comunal

de esa localidad, y que empleó 12 días en ha-

cer el recorrido desde las canteras de Trévago a dicho molino.

En Suellacabras, lugar donde nace el río Al-

hama, existieron tres molinos, el molino de arriba, el molino de enmedio y el molino de abajo.

Queda clara, la necesaria relación entre

molino y cantera, y agradezco sinceramente a

D. José María Izaga la oportunidad de ofrecer-

les a todos ustedes la posibilidad de conocer nuestro pequeño museo y consultar los datos obrantes en el mismo.

BIBLIOGRAFÍA —— Revista. La Voz de Trébago. Revista nº 23 de diciembre de 2005, revista nº 24 de junio de 2006, revista nº 27 de diciembre de 2007, revista nº 29 diciembre de 2008. Depósito Legal: SO – 172 – 1994. Edita: Asociación AMIGOS DE TRÉBAGO, 42113-TRÉBAGO (Soria). Imprime: Ochoa Impresores. —— Documentación del Centro de Información y Canteras Molineras de Trévago. Ayuntamiento de Trévago C/Real, nº 8, 42113 Trévago (Soria) Tel: 676436497//628497497 e-mail: njimenez@buscat.es Web: www.buscat.es/cicm Facebook: www.facebook.com/ canterasmolineras Biblioteca digital: http://issuu.com/proynerso/ docs/canteras/1?e=6577211/14093153

neras, que extraían muelas de diferentes rocas,

conglomerados silíceos, micro conglomerados, areniscas, toba calcárea, caliza, …

Todas estas canteras abastecían a las po-

blaciones en las que se encontraban, bien a viviendas, bien a molinos, unos privados y otros

comunales. No nos consta molinos comunales

en las cercanías de Trévago, pero un documento del Ayuntamiento de la cercana locaPÁG

25

ARTÍCU LOS

te del terreno. Corresponde al nivel J32 c- g, el


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

LA CONSTRUCCIÓN DE PRESAS FLUVIALES EN GIPUZKOA A COMIENZOS DE LA EDAD MODERNA. EN TORNO A TRES TIPOLOGÍAS: LA «ARDIORDOSA», LA PRESA DE «GAILUR-ASTOAK» Y LA DE 1 «NASAS Y BALDOS» Mikel PRIETO GIL DE SAN VICENTE (Dr. en Pedagogía), Iago IRIXOA CORTÉS (Dr. en Historia)

RESUMEN Los espacios fluviales han sido elementos de enorme relevancia en el desarrollo de diversas

actividades económicas. Entre estas las más sobresalientes son las relacionadas con molinos y ferrerías no en vano, en ocasiones ese tipo de infraestructuras llegaron a ser complejas,

espectaculares y alteraron considerablemente las características geofísicas de la zona. Aun así, ese tipo de construcciones tuvieron que adaptarse al medio; es decir, su instalación tuvo en consideración las características de los ríos: cauce, fuerza, lecho, terrenos ribereños, etc.

De esta forma, a lo largo de los siglos y lugares las técnicas empleadas para la edificación de esos ingenios conocieron una evolución y transformaciones. Este hecho tuvo una especial

incidencia en el caso de las presas, hasta el punto de establecerse técnicas y tipologías con nombre propio, además en euskera, desde fechas relativamente tempranas. Desde fines

1

Artículo publicado por la Sociedad de Cienca Aranzadi en 2017


del siglo XV la documentación recoge tres modelos: la ardiordotsa (presa de estructura de

estacadura y maderos en emparrillado para río grande), la de gailur-astoak (presa de madera para río pequeño, armada con cumbreras y tijeras) y la de nasa-baldoak (el azud, pilotes con

en los materiales empleados; no en vano, gracias a esta tipología se constata que el proceso de

sustitución de la madera como material constructivo, en beneficio de la piedra, no fue lineal, y la madera siguió empleándose durante largo tiempo. -

Palabras clave: Gipuzkoa, Edad Moderna, Presas, Ardiordosa, Cumbrera, Tijeras, Nasas, Baldos, Euskera.

1. INTRODUCCIÓN Entre las obras de ingeniería e infraestruc-

de comunicación y de transporte de materia-

significativas en la historia de Gipuzkoa, espe-

Lasarte, especialmente el camino terrestre

turas, las de carácter hidráulico han sido muy cialmente las ferrerías . El desarrollo de estos (1)

ingerios llevó aparejadas obras muy significativas. Para llevar a cabo su construcción necesariamente se tuvo que contar con los condicio-

les utilizados por los dueños de la ferrería de

empleado por bueyes y carros (ARChV. Pleitos Civiles. Lapuerta, Fenecidos, 207-2).

El proceso recoge la descripción de

nantes del medio, y adaptar la infraestructura

las obras, aportando una información tre-

toda una serie de métodos constructivos que

los folios queda constancia sobre las técnicas

a ellos, dando lugar al desarrollo y evolución de

llegó más allá del propio edificio y alcanzó a

todo el entramado necesario para desarrollar sus funciones, incluyendo a las presas.

Un ejemplo muy significativo sobre este

complejo panorama técnico, nos lo aporta la documentación judicial. En 1509, los dueños de la ferrería guipuzcoana de Lasarte, en terminos

del actual municipio de Lasarte-Oria, pleitearon contra los señores del solar de Asteasuain,

sito en jurisdicción de Usurbil, porque estos últimos pretendían hacer nuevas edificaciones y construir una ferrería donde hacía poco

habían levantado los molinos. Al parecer, los planes de los Asteasuain afectaban a las vías

mendamente valiosa. En efecto, a través de constructivas empleadas en las diversas presas; unos procedimientos que hasta el momento han pasado desapercibidos. También

supone un interesante aporte filológico. En él se recogen términos como «nasa», «baldoas» y

«ardiordosa», que según M. Urteaga (Urteaga

1987), hacen referencia a dos tipos diferentes de presa de comienzos del siglo XVI; unos con-

ceptos que, en función de los datos recogidos por la citada autora, corresponderían en cas-

tellano a los términos «estacado» y «presa de gravedad», que ya aparecían citados en la re-

copilación de Turriano, datable en el sigo XVI, y en las de fray Lorenzo de San Nicolás (Lastanosa 1996, San Nicolás 1639).

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27

ARTÍCU LOS

entramado vegetal y relleno de piedra suelta). Un fenómeno que también tuvo consecuencias


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

2. LA «NASA» Y «ARDIORDOSA»: DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS Las investigaciones han mantenido la hi-

pótesis de un cambio de materiales en el mun-

do de la construcción. Al parecer, a medida

detrimento de la madera. Sin embargo, el proceso no fue lineal y el material vegetal siguió

empleándose durante largo tiempo. Y es pre-

cisamente este fenómeno el que nos permite

abordar el estudio de dos tipos de presas de madera: «nasa» y «ardiordosa».

La nasa, lejos de identificarla con el clá-

que nos vamos adentrando en la Edad Moder-

sico instrumental de pesca, definía una es-

gonismo y predominio en la construcción de

discreta. Ignacio Carrión (Carrión Arregui, 2009,

na la piedra fue adquiriendo un mayor protapresas, las técnicas fueron evolucionando en

tructura fluvial de madera bastante simple o 198 y notas 54 y 55) la definía como «empaliza-

da o estructura sólida que se iría rellenando con mayor o

menor cantidad, producien-

do un apresamiento de las aguas, aunque permitiría el

desembalsado de parte del

líquido cuando hiciese falta».

a

La “nasa” (Turriano, 1996)

Estaba construida mediante

la unión de entramados de red vegetales sustentada en

piezas de madera hincadas

en el suelo del río (llamados «baldoas»), pudiendo formar

una o más hileras de un ex-

tremo al otro del río: de esta manera, el pleito citado habla de «presa de baldos y nasas

a la piedra perdida». Era fácil

de construir y barata, pero las avenidas de agua la rasgaban y desbordaban con faci-

lidad, perdiendo mucho de su

b

La “ardiordosa” (Urteaga, 1997)

caudal.

A. Aguirre Sorondo (Agui-

rre Sorondo 1988), recogía

que estas nasas podían tener

una o más hileras, con palos y ramas de mayor o menor aguante y, además, se podían fortalecer con hileras de estacas. Si la nasa

tuviera dos hileras, esto po-


sibilitaría el relleno con piedra del hueco inter-

ba que el sistema de construcción elegido es-

cuyos pequeños agujeros internos por donde

Oria: «por temor a que el río se la lleve, la presa

se filtraba el agua quedarían tapados con el lodo que arrastra el propio río. Esta técnica es la descrita en nuestro pleito de comienzos del

XVI y a tenor de los datos recopilados en otras escrituras, el sistema no sufrió importantes va-

riaciones durante las centurias siguientes (San Nicolás, cap. LXI).

Junto a esas nasas hechas mediante

«baldoas», el citado proceso de 1509 constata la técnica definida en euskera como «ardior-

dosa». En este caso puede presentarse como

una estructura antagónica o contrapuesta a

la nasa. La «ardiordosa» estaba vinculada a una presa grande hecha de madera construida mediante una gran estructura de maderos

(«ordoses» o «ardias» según su posición) y en-

tuvo motivado precisamente por el caudal del

de Aizpurua es baja y hecha de baldos, nasas

y piedra perdida». Otro factor para optar por una u otra técnica era si se contaba o no con

un lecho de río consistente y preferentemente

rocoso para la cimentación. Pero dependiendo de las posibilidades del lugar de emplazamien-

to, a veces se llevaba a cabo una combinación de ambos sistemas constructivos. Así, la presa de la ferrería de Lasarte, «por la una parte tie-

ne cimiento y en la tal parte está hecha la dicha presa de ardiordoses, y en la otra parte,

porque dicen que no hay cimiento, está hecha de baldos y nasas».

2. 1.  SOBRE USO Y EXTENSIÓN DE LA TÉCNICA DE «ARDIORDOSA»

tablada («bioladura»), hábilmente ensambla-

dos y anclados en el suelo del río. Técnica tan dificultosa como cara, la «ardiordosa» conllevaba gran complejidad.

En lo que respecta al Oria en su parte baja,

zona a debate en el proceso entre los Asteasuain y los dueños de Lasarte, se dice que las

nasas se componen de una estacada de pa-

los hincados («baldos») que fijan el entramado vegetal («nasa») y aguantan la piedra apilada

en su contra. En cambio, una obra realizada

«en la manera que dizen de ardiordos» es un

gran edificio de presa de vigas entrecruzadas conforme a unas características que se verán

a continuación. A comienzos del siglo XVI, su

construcción se estimaba en torno a los 500600 florines de oro, una cantidad enorme, que posiblemente equivaldría a reconstruir en madera cinco caseríos quemados.

Así las cosas, cada río según sus caracte-

rísticas aconsejaba elegir una u otra presa, en

primer lugar por su caudal. La del molino de Ai-

zpurua, ubicado al otro lado del río Oria, es un

La aparente novedad que supone el térmi-

no «ardiordosa» nos lleva a preguntarnos por la propia extensión de la técnica. Es decir, si ésta estuvo muy extendida a lo largo de la geografía guipuzcoana o, por el contrario, quedó enmarcada en zonas más concretas. Al ser un

concepto desconocido hasta el momento en el

ámbito de la construcción de presas, lo prime-

ro que hay que hacer es confrontar los datos aportados por el pleito con la propia realidad

arqueológica, es decir, con los vestigios que se

han conservado en otros puntos de la provincia. En este sentido, creemos que las características principales de la presa que el pleito recoge coinciden con la descripción de la presa

de madera de la ferrería de Igartza, sita en la localidad guipuzcoana de Beasain (Urteaga 289-

326)(2). Una coincidencia que veríamos en la semejanza en la altura y grosor de los maderos, y en la entabladura impermeable; en la técnica

de calce y anclaje al lecho del río; y en el hecho de que en ambos casos los cursos fluviales no

buen ejemplo. En el proceso de 1509 se indica-

PÁG

29

ARTÍCU LOS

medio, con resultado más o menos estanco,


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

se usaban para la navegación. Aceptado esto,

17 onzas en cuadro (39,6 cm). De manera que

pectos de la técnica que no aparecen mencio-

se usan maderos mayores que los de Igartza,

el caso de Igartza nos permite abordar seis asnados en el proceso de 1509. De todas formas, conviene advertir que en Igartza sólo tenemos

constatada una intervención, llevada a cabo en 1567, por lo que entre 1535 y 1689, fecha en

que fue abandonada, la parte de la presa que

aunque en las dos reparaciones de las presas en ambos casos las «ardias» o zapatas son

mayores que los «ordoses» o maderos longitudinales.

En segundo lugar, en cuanto a las uniones

hoy en día se encuentra musealizada pudo su-

de los maderos, si en Igartza usan madera, ya

cial.

consta, pero en Plazaola (1710), siendo todavía

frir más cambios con respecto de su forma ini-

En primer lugar, contemplaríamos las me-

didas de los maderos de Igartza en compara-

ción con las presas de las ferrerías de Ollokiegi

en 1628 y de Plazaola en 1710, sitas en el valle de Leitzaran, en jurisdicciones de Elduain y de Berastegi respectivamente, ambas en Gipuzkoa

(respectivamente, AGG-GAO PT 2066, 34 r.º37 v.º y AGG-GAO PT 335, 154 r.º-159 r.º y 227 r.º228 v.º). En Igartza las diferentes longitudes de los maderos son para las zapatas o maderos transversales a la dirección del agua 2,5 m, 4

m, 5 m y 6,5 m, que se unen entre sí hasta al-

canzar un largo de la presa de 22 m; y para los longitudinales al río, 3 m, 3,5 m y 4,5 m. En

ambos casos, el grosor oscila entre 20 y 35 cm. Por su parte, los maderos utilizados en las reparaciones de las ferrerías de Ollokiegi (1628) y

Plazaola (1710) eran bastante mayores. Así, en

Ollokiegi las «ardias» o zapatas eran de 20 co-

dos (11,20 m) y con grosor de 16 onzas en cuadro (37,28 cm); los «ordoses», de 10 codos de largo (5,7 m) y 17 onzas en cuadro (39,6 cm) de gro-

sean pasadores o pivotes, en Ollokiegi (1628) no presa de madera, optaron por el hierro: «con tal que todas la sobredichas piezas, unos con otros, hayan de ser y sean clavados y asegurados con cavillas de yerro». A la hora de emplear estacas para clavar la zapata al suelo

rocoso del río, la madera siguió teniendo protagonismo. En Plazaola, donde acabamos de

ver uniones metálicas en 1710, sabemos que

utilizaron estacas de madera en los cimientos

de las nuevas presas de piedra, tal y como se recoge en 1731 (AGG-GAO PT 2115, 79 r.º-93 v.º ).

Con estas estacas clavaban la zapata al suelo del río, del mismo modo que en Igartza, y ca-

sualmente con el mismo grosor de agujero (14 cm) y de estaca (14 cm en la cabeza). Además

algunos maderos presentan un rebaje de 10-12 cm, para el encaje del madero superior con el inferior. En Ollokiegi (1739) el rebaje era superior al de Igartza, y los maderos del zampeado se

juntaban «unos con otros a modo de media madera», y además se clavaron con hierro.

En tercer lugar, citaríamos las sujeciones

sor. Por su parte en Plazaola cada una de las

de la estructura de la presa: en Igartza se en-

de 22 codos de largo (12,32 m) y grosor de 16 on-

entre sí por una distancia de 22 metros.

zapatas estaban constituidas por dos piezas zas en cuadro (37,28 cm); y el resto de «ardias» que se necesitan, 88 codos más, conforme se

encuentren en el monte. Los que sirven de «or-

doses», de 10 codos de largo (5,6 m) y grosor de

garzaba en dos estribos de piedra separados


metros, y en Ollokiegi todavía más, de 42 metros.

Resulta significativa la fecha en la que cada presa pasa a ser construida en piedra: Igartza

en 1689, Plazaola en 1710 y Ollokiegi en 1739, pero

que quede asegurada mejor la obra», además de romper el empedrado a ambos lados de la presa.

En cuarto lugar, tendríamos las juntas e

la versión de piedra de las dos últimas se erigió

impermeabilidad de la entabladura: en un ex-

de zapata y trasbercero totalmente macizado,

mos la presencia de una carela o borde, de 3,15

sobre una zampeadura de madera, de un nivel

desde donde se levantó la pared de piedra (Ur-

teaga 1987, 325; AGG-GAO PT 335, 154 r.º-228 v.º; y AGG-GAO PT 2123, 29 r.º-46 r.º). A esta estructura de madera se le denomina «conchado de madera» en el libro de Pseudo- Turriano. Pero la

primera cita de la cimentación mediante «ar-

diordoses» la encontramos en Fray Lorenzo de San Nicolas, en el capítulo LXVI, cuando nos

explica cómo cimentar un pozo con maderos de gran tamaño llamados «marranos»: lo pri-

mero que hay que hacer es una estructura de marranos bien asentada, después la pared de piedra seca hasta la superficie y, finalmente,

la pared que deseemos darle al pozo. Cuando

abandonando las de madera se construyen las presas de piedra en Plazaola (1710) y en Ollokiegi

(1739), su cimentación también se hace con es-

tos marranos, y, una vez macizados, sobre ellos se levanta el muro de piedra. Por otra parte es-

taría el anclaje a los laterales del río, en Igartza (Urteaga, 1987, 302): los estribos en ambas márgenes estaban realizados en sillería de are-

nisca y tobas, con tramos de mampuestos de

litología variada. En cambio, en Plazaola no se cita el anclaje a los lados del río: se conoce que tenía roca y tal vez por esa razón su problema

principal no era ése, sino más bien la rotura de dicha roca para la construcción de la acequia.

No ocurrió lo mismo en Ollokiegi. En 1741 los pe-

ritos nombrados no aceptaron el engarce de la

nueva presa realizado y ordenaron al cantero solventar el problema abriendo «los encajes

necesarios en las peñas que hay en ellos para

tremo de la entabladura de Igartza observa-

m de largo y grosor de 15 cm con un rebaje de

4 cm, se supone para encajar la entabladura o mandiado al muro y evitar las filtraciones de agua. Se ha recuperado una sola pieza. Además de este elemento debemos citar el correcto ajuste de todos los tablones y su calafa-

teado. El grosor de los tablones de Igartza va de

12 a 11 cm y su longitud varía mucho según su posición. Dado ese grosor, le denominaríamos

«mandio»; es decir, nos referimos al tipo de ta-

blón de gran resistencia que va en la base de la prensa del lagar de manzana. En otro caso y

si fuese de grosor inferior, de 7 u 8 cm, lo denominaríamos «bioro/biora/biola», o doble tabla,

considerando a la tabla común de un grosor de 3 a 4 cm; en la ferrería de Añarbe, esta doble tabla medía tres pulagadas (6,99 cm) en 1734

(AHPG-GPAH 3/2513, 297 r.º-313 v.º). Por esta razón, en las escrituras a la entabladura se le dice

«bioladura», entablado compuesto por biolas y no por mandios. Tanto el calafateo de entabladura como las carelas están relacionados

con la construcción naval en los astilleros vas-

cos de la época. Tan es así que en el pleito de la presa y ferrería de Olaberriaga, en construcción en 1535, se personaron varios «maestres

carpinteros de edificios de ferrerías y de riberas» entre los 25 testigos, siendo los carpinte-

ros cerca del 25% y los canteros, no obstante, apenas llegaban al 10% (AGG-GAO CO MCI 2). De

igual modo, la mención de las «cabillas» en la edificación de la presa de Olaberriaga evoca

PÁG

31

ARTÍCU LOS

La distancia en Plazaola era mayor, de 36


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

las «piezas cilíndricas de hierro empleadas en

trabados, que se asienta en el suelo del pozo,

clavar las curvas y otros maderos», tal como se

cimientos» (Bails 1802) o «gruesas piezas de

la construcción de determinados barcos para define en el diccionario de la RAE.

En quinto lugar contemplaríamos la ver-

satilidad de los maestros de obra, tanto carpinteros como canteros, a quienes observa-

mos a menudo realizando con sus oficiales y

aprendices más de un cometido. Así como en Ollokiegi (1628) reparan la presa y los canales,

ó de la zanja que brota agua, para afirmar los

madera colocadas horizontalmente sobre y

más especialmente, debajo de la tierra, para apoyar los pies derechos y las tornapuntas

de los apeos. También las dichas piezas fuer-

temente ensambladas que se sientan en el

suelo de una zanja que dá agua, ó de un pozo para afirmar los cimientos» (Toussaint de Sens 1860, vol. III, 457)

(3)

. Pseudo-Turriano cuando se

en Plazaola (1710) también arreglan el puente,

refiere a los marranos utiliza el término «made-

340 r.º-345 r.º), además de poner en marcha la

armazón que da cimento a la presa.

y en la presa de Urto, en 1552 (AGG-GAO PT 33, presa, los canales, las «anteparas» y el puente, construyen el edificio de madera de la ferrería

ros», o «conchado de madera» para señalar el

En cambio, la presa de nasas y baldos la

con toda la maquinaria. Una vez más se obser-

describe perfectamente San Nicolas en el ca-

en manos del maestre capacitado; un maestre

de alcanzan hoy nuestras referencias, los tér-

va que se cuida el diseño de la traza dejándolo

que junto con sus oficiales y aprendices, son los mismos que trabajan tanto en las ferrerías y en los molinos, como en caseríos y en las villas.

Finalmente, en sexto lugar recorreríamos

las referencias históricas anteriores al siglo XV sobre la construcción de azudes, presas, cana-

pítulo LXI de su libro. En resumen, y hasta donminos en euskara referentes a las técnicas

de construcción de presas, tanto la de «nasa» como la «ardiordosa», los encontramos ya en

Roma, aproximadamente tres siglos antes de nuestra Era.

Con los datos disponibles creemos que el

les, puentes y pozos. Primero Vitrubio, después,

tipo de presa «ardiordosa» del pleito de 1509 y

San Nicolas, nos aportan las técnicas y modos

misma cosa. Sin embargo, en lo que respecta

en el siglo XVI, Pseudo-Turriano y más tarde

de construir azudes, presas, canales, puentes y pozos. Así nos hablan de marranos («ardiordosas»), del conchado de madera, de las es-

tacas, del calafateado, de la piedra seca y de

la mampostería. Desconocemos si la traza de «ardiordosa» fue copia de otra previa o tuvo

aspectos de creación propia de aquel maese carpintero de 1535. La primera cita que nos permite identificar la palabra «ardiordosa» con la

de «marranos», la encontramos en San Nicolas

y posteriormente también la encontraremos registradas en otras obras. Benito Bails, por ejemplo, define a los marranos como «con-

junto de maderos fuertemente ensamblados ó

la de Igartza de 1535 eran estructuralmente la a si la traza era de única cuesta o paramento inclinado, deberíamos saber si «ardiordosa»

conllevaba en el pleito una forma concreta o se refería a una técnica que podía dar lugar a

más de un tipo. Así, la presa de gravedad de única cuesta sería una opción, pero también

tendríamos la opción de la presa de doble pa-

ramento inclinado (uno aguas arriba y otro aguas abajo). ¿Tenemos certeza de que en el pleito de comienzos del XVI hablamos siem-

pre de presas de madera como la de Igartza? Es decir, la técnica de construcción de presas

llamada en el pleito «ardiordosa» ¿se refiere so-

lamente a presas de única cuesta? Difícilmente


podríamos responder a esta pregunta ya que en nuestros ríos presas de doble terraplén. De momento, las escrituras claramente nos seña-

“E para la acabar e poner en la

lan obras de un solo forro o entabladura en la

dicha perfeçión, mandaban y man-

indicio alguno que nos llevase a pensar en dos

dichos maestros, en medio d’ella,

presa. En ninguna escritura hemos observado

inclinaciones o cuestas de madera en la misma estructura de la presa.

3. LA PRESA DE«GAILUR-ASTOAK» DE ATXULONDO (1575): UNA TERCERA TIPOLOGÍA DE LA MANO DE LUIS MIGUEL DÍEZ DE SALAZAR

daron desagan la dicha presa los por la parte baja, en quanto están

çinco tijeras llamados galurrabeac,

y por la parte de dentro desagan lo biolado en nuebe codos y medio de

alto abajo; e en la parte donde sean de sacar las çinco tijeras pongan dos tijeras nuebas que sean bue-

nos maderos, que lleguen e pasen

el gallurra de la dicha presa, e de las çinco tijeras que así se an de quitar

Las líneas anteriores han constatado el

empleo de dos técnicas a la hora de construir

las presas. Sin embargo, el tema no pareció circunscribirse en exclusiva a ellas. Recientemen-

te, la consulta bibliográfica nos ha deparado

una nueva sorpresa en relación con el tema.

Entre la ingente cantidad de datos recogidos en su momento por Luis Miguel Díez de Salazar (Díez de Salazar 1997), se mencionaba el exa-

men de la obra de madera de la ferrería de Atxulondo o Arsulondo, sita en la población

guipuzcoana de Zizurkil. La revisión realizada

en 1575 llegó a la conclusión de que los trabajos realizados no se habían hecho conforme a

las condiciones acordadas, si bien estaba bien

hecha y acabada. Como consecuencia de ello, se mandó deshacer en parte la obra y realizar

varias intervenciones. La descripción de lo que se debía hacer nos coloca ante una presa de

madera de características diferentes a la «ar-

los tres d’ellos remediados, así (…) las pongan, que lleguen e pasen el

dicho gallura de la dicha presa en

la arte debida, y demás, sobre los demás maderos llamados «ardis»

pongan vn alto madero llamado

«ardi» para el reparo de las dichas tijeras, y bajo d’ellas; e demás, por

parte de abajo, pongan a la dicha presa seis becoras (?), de quynze codos pasados ençima (?) a la

gallura, e a las dichas tijeras e que desfecho lo biolado, el suelo asta

el çimyento lo (…) e linpien debida-

mente, e así limpiado el [dicho bio] lado lo asienten bien e fijando e si fuera dicho biolado la tabla que fal-

tare ençima [ha]gan aser la medida (…) dando (…) la dicha presa e gallurra” (AGG-GAO PT 1523, 56 r.º-v.º).

diordosa», puesto que detalla la existencia de tijeras bajo el entablado, todo dentro de un entramado en el que no existen maderos solapados y cruzados a la manera «ardiordosa». Básicamente lo que recoge el texto es lo siguiente:

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33

ARTÍCU LOS

desconocemos si se construyeron entonces


c Plano del batán del Cabildo de Segovia (1627) Archivo Histórico Provincial de Segovia, Prot. 1087, folios 44 y siguientes

MOLINUM - nº52, Octubre 2018

3. 1.  CARACTERÍSTICAS DE LA «GAILUR-

tada a día de hoy. El dibujo de la presa del ba-

ASTOAK» FRENTE A LA ARDIORDOSA

de tijeras y de ensamblaje con cola de milano.

tán de Segovia de 1627, nos muestra otro tipo

A falta de tiempo y espacio para analizar

Las líneas anteriores nos enfrentan nueva-

y contrastar los elementos de Atxulondo y del

sa», a intentar desentrañar los pormenores de

madera con entramado de tijera, no quisié-

mente, y al igual que en el caso de la«ardiordoeste nuevo (o más bien, desconocido) tipo de presa. Desgraciadamente carecemos de da-

tos para poder interpretar con certeza cómo era el entramado inferior del entablado. En

nuestra opinión se asemejaría a la mitad de un tejado, pero las tijeras inferiores podrían con-

formarlo de diversas formas y con diferentes técnicas para ensamblar los maderos y fijarse al suelo.

Decimos mitad de un tejado porque en la

escritura se nos habla de un solo entablado o «biolado», pero no podemos negar la posibili-

dad de encontrar una presa de madera de dos vertientes, por el hecho de no estar documen-

Batán del Cabildo de Segovia, ambas de

ramos cerrar este apartado sin reseñar que, mientras Atxulondo frenaba el agua con una

sola vertiente reforzada por detrás con -su-

ponemos apeos denominados «escoras»- , el Batán de Segovía estaba compuesto de dos

vertientes o faldones, y nos muestra una técni-

ca propia al ensamblar sus piezas (tres perfiles

perforados por estacas clavadas en roca, los maderos a cola de milano en su parte superior

y uniones de la cumbreras a media madera, entre otros). A la vista de los matices surgidos

con una sola cata, presuponemos que la rique-

za de variantes en esta tipología de entramado de tijeras debió de ser mucho mayor, opinión que se refuerza con la presa de Ugarte.


3. 2.  UN EJEMPLO CONCRETO: LA PRESA DE UGARTE (AMEZKETA)

A nivel constructivo la simpleza de estruc-

tura y la rapidez de ejecución de la misma nos

llevan a pensar que este tipo de presa de madera pudo ser muy usado en nuestro entorno

ción, y mientras buscábamos otra escritura, la fortuna ha querido que nos encontremos con el diseño de la presa del molino de Ugarte; di-

ción con la presa de Atxulondo de 1575 requiere de mayor investigación y dedicación.

Finalmente, el cálculo del costo de los tra-

seño realizado por el agrimensor Juan Ignacio

bajos a realizar expuesto por el agrimensor

602 v.º). Se trata de la propuesta de reconstruc-

maderamen en tirantes, zapatas, postes, tra-

Garmendia en 1831 (AGG-GAO PT 2178, 599 r.º-

ción de la presa una vez destruida por una gran avenida de aguas: tres dibujos de sección, fachada de la presa y planta.

se recoge en los siguientes seis apartados: el vesaños y rezumas; la mandiadura de tres pulgadas de grueso; el calafateado de la misma

mandiadura; la clavazón y entengas; el des-

monte del cascajo de la presa y de los estribos, y la abertura en peña de cuatro agujeros para

d

Ilustraciones de obras a realizar en la presa del molino de Ugarte (AGG-GAO PT 2178)

asentar las rezumas; y, por último, la construc-

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35

ARTÍCU LOS

Efectivamente, en el proceso de investiga-

desde muchos años antes. Y su posible rela-


MOLINUM - nº52, Octubre 2018 dio que sobre las ferrerías de Goizueta y sus ción de 26 estados cúbicos de mampostería

con inclusión del hormigón que ha de llevar en la compuerta.

De todas las palabras utilizadas por Juan

Ignacio Garmendia en su escritura de 1831,

mandiadura (entabladura de «mandios» o tablones de 8-12 cm de grosor generalmente), rezuma («errezuma», en euskera) y entenga (clavo grande) serían a contemplar en la posible

elaboración de un vocabulario técnico de carpintería del siglo XVI.

4. MÁS ALLÁ DE ASPECTOS TECNOLÓGICOS: UNA INVESTIGACIÓN EN TORNO AL VOCABULARIO DEL CARPINTERO VASCO TARDOMEDIEVAL Y MODERNO Lejos de contribuir únicamente al mundo

constructivo, el trabajo realizado proporciona también un más que interesante aporte filológico; un hecho que puede resumirse en la aparición documental de la «ardiordosa», ausen-

te de los principales diccionarios relativos al

alrededores se comenzó hace ahora unos 40 años, que hoy todavía se encuentra en vías

de elaboración y publicación (Mitxelena et al.).

Este estudio nos ha aportado un dato excepcional al recoger, en la documentación del molino Bekoerrota de Goizueta, la sustitución años después de las palabras «ardia» y «ordosa» por

«hembra» y «macho». Así las palabras «ardia»

y «ordosa» usadas en el arancel del 19 de di-

ciembre de 1727, se sustituyeron en el del 8 de abril de 1794 de la manera siguiente: «Y también el maderamen que necesitará en macheem-

bra es treiscientos y veinte codos de tira para embras, y doscientos y sesenta codos, para machos, de catorce y quince onzas de grueso» (AGN. Procesos, 15610-1 y 15642-5) (4).

En euskera las palabras castellanas en

plural, como por ejemplo «hijos», se expresan mediante la unión de los dos géneros: hijo =

«seme»; hija = «alaba»; hijos = «seme- alabak». Este mismo funcionamiento del lenguaje se

da también en la palabra «ardiordosa» (cas-

tellanizada, en euskera «ahardi-ordotsak»), que literalmente significaría «hembra y macho», pero en castellano, en cambio, «marranos».

Nos llama la atención la primera posición

euskera que hemos podido consultar. Cierta-

de la «hembra», ya que el enlace entre made-

so para nosotros una contribución muy nove-

sido en el orden de «macho y hembra», y así

mente su mención en el proceso de 1509 supudosa al diccionario euskérico, al menos para la

Gipuzkoa del siglo XVI, pues no parecía haberse conservado ni recogido en publicaciones sobre las ferrerías, tema aparentemente trabaja-

do con exhaustividad (Irixoa y Prieto 2015). Con todo, justo es decir que nuestra visión en el artículo, limitada a espacios y períodos cronológi-

cos concretos, era susceptible de ser matizada o, incluso, desestimada.

En este sentido debemos destacar que

durante el proceso de elaboración de este artículo hemos contado con los datos del estu-

ras en carpintería que hemos aprendido ha

usamos los términos «machihembrar» y «machihembrado». Es digno de tener en consideración que este orden explícito del término en

euskera, primero hembra y luego macho, coincide tanto con el orden de abajo arriba de los

maderos en la presa «ahardi- ordotsa» (abajo

la «ardia», luego el «ordos»), como con el nom-

bre castellano antiguo para el madero que va en el fondo de la obra, «marrana». Hoy, en su lugar se usan términos como madero, durmien-

te, conchado de madera o cimbra plana, entre otros.


Como muestra de esa riqueza contextual,

dosa», desde su significado en euskera nos

desconocida pero presente en las escrituras

terpretación de la construcción de la presa: la

dibles para interpretar los intereses y daños,

aporta tres importantes matices para la in-

existencia de dos tipos de grandes maderos

diferentes, su diferente colocación y el orden en que se colocan.

Todo ello no constata sino la importancia y

riqueza de la documentación archivística para ahondar en el conocimiento del euskera de

siglos pasados, y pone en evidencia la nece-

sidad de recurrir a los escritos pretéritos para abordar con mayor eficacia temas vinculados

a la historia de nuestra lengua. Al fin y al cabo, la ardiordosa no es más que la punta del iceberg.

antiguas, citemos dos palabras imprescin-

«matxuras» o perjuicios de los que tratan los pleitos. Por un lado, el «albide», un camino fluvial para chalupas dedicadas al acarreo de

todo tipo de mercancías, que podía ser cor-

tado por la construcción de presas afectando

gravemente a los intereses de los mercaderes,

y que aparece citado en el pleito de 1509. Por el otro, la «errepunpa», es decir, la subida del nivel del agua provocada por la nueva construcción

de una presa que podía por ejemplo inutilizar

los rodetes de un molino de más arriba, provocando un conflicto por los daños causados.

Todo lo dicho hasta aquí es una ínfima par-

Los tres tipos de presas que hemos trata-

te de lo que debe de existir en los diversos fon-

blos en euskera; algunos de ellos ya recogidos

que conservan protocolos notariales y en los

do en este artículo recogen una lista de vocay descritos, otros conocidos pero cuyo significado aún se ignora y, especialmente, toda una

serie de palabras que no parecían haberse re-

cogido hasta el momento. Un diccionario que

abarca a cada uno de los ingenios, sus partes, sus materiales y las técnicas empleadas. Así,

para definir diversos tipos de presas de madera se emplearon «ardiordotsa», «nasa-baldoak» o «gailur- astoak». Para distinguir la tabla por su grosor aproximado, «ohola», «biola»

«mandioa». Para diferenciar dos tipos de machihembrado se utilizaban «urziritua» (para tabla machihembrada), «ardiordotsez» (maderos que se ensamblan superpuestos y cruzados).

Los maderos gruesos eran nombrados según

su función en el entramado de la presa: «gailurra», «a(ha)rdia», «ordotsa», «koloma», «errezuma», «pordoka», «eskora»... La terminología

es muy original también a la hora de describir partes de la presa y canal a la ferrería o molino:

«gailurra», «mandiadura», «kolomadura», «giltza», «gailurrabe(h)ak», «ubidea», «bio(ho)ladura», «anteparak»...

dos documentales, especialmente en aquellos

que se custodian procesos judiciales. No es un trabajo sencillo, pues aunque recientemente se están incorporando al mundo tecnológico

(http://artxiboataria.gipuzkoa.eus/jopac/controladorconopac?usr=null; http://dokuklik.snae.

org/; http://pares.mcu.es/), lo que encontramos en esos recursos informáticos es sólo una mí-

nima parte de la información; tenemos que

ser conscientes de que las descripciones que pueden encontrarse de pleitos y escrituras, son

parciales, no buscan reflejar todos y cada uno de los aspectos incluidos en los documentos,

sino dar una idea general a los usuarios; de la

misma forma, lo que se encuentra en la web no es la totalidad de los fondos, sino una pequeña parte. El trabajo, como toda investigación, requiere necesariamente acudir al archivo, con-

sultar de uno en uno los legajos. No resulta un

trabajo sencillo, pero no cabe duda que, como

muestran las presentes líneas, aspectos muy interesantes de nuestra lengua vasca que per-

manecen ahí, ocultos, son susceptibles de salir a la luz.

PÁG

37

ARTÍCU LOS

En resumidas cuentas, el término «ardior-


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

NOTAS Con todo, no se trata de una cuestión con

una metodología muy clara; al fin y al cabo, los escritos están generalmente redactados por

intermediarios, los notarios o escribanos, por

lo general bilingües. Y además, aunque pendiente de investigación, no en todas las zonas

ni épocas la presencia de palabras en euskera es la misma. Las razones son múltiples, comenzando desde la propia capacidad de los

transmisores u otorgantes de la escritura para desenvolverse en castellano, como el conocimiento de los escribanos para realizar la co-

rrecta traducción al castellano de palabras técnicas en euskera.

Aunque parte de nuestros carpinteros se-

rían a menudo bilingües eso no significaba el conocimiento en ambas lenguas de todos los

términos de su oficio o especialidad. Un ejemplo de esta situación lingüística en los maestres carpinteros nos lo aporta Martin Irigoen, a quien Juan de Orbea en 1559 califica de no bien

«romanzado», pero que aun así, sus capacidades le hacían idóneo para acudir desde Eibar

(Gipuzkoa) a Guadalcanal (Sevilla) a trabajar en las minas de plata:

“Visto lo que V. M. enviaba á

mandar cerca del maestro que deseaba fuese ahí para lo de las minas, yo procuré con Jorge de Urru-

pain para que hobiese uno, y así lo hobo á este llevador, que se llama Martin de Irigoen, que me dicen

que es buen oficial. El no es bien romanzado, que será el mayor trabajo que con él se tendrá; pero en su

vascuence me dicen que es tenido por hombre de buena razon. Por ahí

habrá vascongados que harán relacion con él.” (González 1831: 30)

1. Debemos mostrar nuestro más sincero agradecimiento a José Mari Izaga, tanto por el interés en nuestro esfuerzo como por la ayuda constante que nos ha facilitado en la realización de este artículo, y a Mertxe Urteaga, cuya colaboración y materiales de ARKEOLAN proporcionados han sido fundamentales para la confección de estas líneas. Así mismo, debemos incidir en que la parte dedicada a la ardiordosa y las nasas y baldos puede verse de manera más extensa en el artículo que firman los autores de las presentes líneas, titulado Presas fluviales y terminología en euskera en la Gipuzkoa de comienzos del siglo XVI: la presa de «nasas y baldos» y la «ardiordosa», de próxima aparición el Boletín de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, donde podrán encontrarse mayores referencias documentales. 2. Hay que mencionar que esta presa fue objeto de intervención arqueológica (junto con todo el complejo de Igartza) y que hoy en día se encuentra musealizada, tal y como puede apreciarse en el sitio web del complejo de Igartza (www.igartza.eus). 3. En las excavaciones que tienen grande latitud, se evitan esta especie de accidentes poniendo marranos o maderos horizontalmente enterrados en el fondo de la excavación, sosteniendo las bargas u orillas de la misma por medio de tornapuntas, puntales o maderos inclinados que se apoyan por una parte en los marranos, y por otra en las paredes de la excavación destinadas a recibirlos. Estos apuntalados deben emplearse en más o menos puntos, según la naturaleza de las tierras. 4. En este sentido no queremos finalizar este

trabajo sin agradecer a Antton Mari Mitxelena la claridad de sus explicaciones y los documentos que nos ha facilitado sobre presas y ferrerías de Goizueta. También gracias a él, recientemente tuvimos noticia de la obra de Patziku Perurena (Perurena 2010: 38), donde se adelantaba ya una interpretación de los maderos «ardias» y «ordosas» como una expresión genuinamente vasca para denominar en euskera la técnica del machihembrado. Este autor llegó a conclusiones muy parecidas a las nuestras, aunque con anterioridad y mediante otras vías. Efectivamente, la diferencia estriba en que él lo hizo gracias a la documentación navarra del siglo XVIII, mientras nuestras bases estuvieron en los escritos guipuzcoanos de los siglos XVI-XVII (Irixoa y Prieto 2015; Prieto e Irixoa en prensa) y en la aportación de Jose Antonio Arrue, vecino


REFERENCIAS —— Aguirre Sorondo, A. 1988. Tratado de Molinología (los molinos de Guipúzcoa). San —— Sebastián: Eusko Ikaskuntza. —— Bails, B. 1802. Diccionario de arquitectura civil. Obra póstuma de Don Benito Bails. Madrid: Imprenda de la Viuda de Ibarra. —— Toussaint de Sens, M. 1860. Novísimo Manual Completo de Arquitectura o Guía del arquitecto práctico. Madrid: Imprenta de D. Cipriano López. —— Carrión Arregui, I. M.ª 2009. Arrazubia, solar medieval y empresa preindustrial a orillas del Oria. Itsas Memoria, 6: 191-208.

Juanelo Turriano-Doce Calles-Biblioteca Nacional. —— Matallana, M. 1846. Vocabulario de Arquitectura Civil. Madrid: Imprenta de Don Francisco Rodríguez. —— Mitxelena, A. et al. (inédito) Las ferrerías de Goizueta y sus alrededores: descripción gráfica y vocabulario. —— Perurena, P. 2010. Goizuetan bada gizon bat (Trabukoren kantako misterioak). Irun: Alberdania —— Prieto Gil de San Vicente, M. y I. Irixoa Cortés (en prensa). Presas fluviales y terminología en euskera en la Gipuzkoa de comienzos del siglo XVI: la presa de «nasas y baldos» y la «ardiordosa». —— Urteaga, M. 1987. Arqueología de la producción del hierro en Guipúzcoa. Antecedentes: época medieval y posmedieval, 1987 (tésis doctoral inédita).

—— Díez de Salazar, L. M. 1997. Ferrerías guipuzcoanas. Aspectos socioeconómicos, laborales y fiscales (siglos XIV-XVI). (Edición preparada por M.ª Rosa AYERBE IRIBAR). San Sebastián: Dr. Camino. —— González, T. 1831. Noticia histórica documentada de las célebres minas de Guadalcanal, desde su descubrimiento en el año de 1555, hasta que dejaron de labrarse por cuenta de la Real Hacienda. Tomo II. Madrid: Miguel de Burgos. —— Irijoa Cortés, I. 2016. Estudio de la vida urbana guipuzcoana: los valles del Oria y Urumea en la Baja Edad Media (tesis doctoral inédita). —— Irixoa Cortés, I. y M. Prieto Gil de San Vicente. 2015. Abelbidetik Zaborrera: Erdi Aro eta Aro Berriko euskararen ikerkuntzari buruzko hainbat ohar eta hitz zerrenda bat. BRSBAP, LXVII: 129172. —— Izaga, J. M.ª 2011: El sendero del río Lea. Naturaleza e ingenios. Euskonews 562 (http:// www.euskonews.com /0562zbk/gaia 56201es.) (último acceso el 10-09-2016). —— Lastanosa, P. J. de. 1996. Los Veintiún Libros de los Ingenios y Máquinas de Juanelo Turriano. Transcripción del manuscrito con prólogo de Pedro Laín Entralgo y reflexiones de José Antonio García-Diego. Madrid: Fundación PÁG

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ARTÍCU LOS

de Albiztur. Sirvan estas líneas, por lo tanto, para poner en valor la determinante ayuda que hemos recibido por parte de ese último y del citado Mitxelena.


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

Dentro del término municipal de Morata,

por el cual transcurren las aguas del bajo Ta-

juña en su camino hasta el río Jarama y más adelante el río Tajo, podemos encontrar un sis-

tema de regadío que ha trascendido durante siglos.

Este sistema, diseñado en la Edad Media

por los moradores de la comarca de tradición árabe y construido apoyándose en algunos elementos de la época romana, ha perdurado,

con ciertas modificaciones, hasta el día de hoy. En las “Relaciones de los Pueblos de España” de 1579, el Dr. Mejía, párroco de Morata, relata:

“Y ansi hay fama que el riego

que agora hay en esta villa fue ordenado y hecho como al presente

está por los moros más ha de cuatrocientos años”.

El entramado de acequias de diferentes

niveles que nacen del Tajuña a lo largo de la Vega de Morata, configura la división de las tie-

rras de labor y marcan el paisaje de este valle a los pies de la localidad.

a

Diego Martín torres. Arquitecto

Término municipal de Morata de Tajuña

LAS PRESAS DEL RÍO TAJUÑA EN EL MUNICIPIO DE MORATA DE TAJUÑA

Para posibilitar el riego de algunas zonas

y que el agua fluya por estas acequias, deno-

minadas caces entre los vecinos de Morata,

los creadores de este sistema construyeron un conjunto de pequeñas presas o azudes distribuidos estratégicamente a lo largo del recorrido fluvial del Tajuña.

Dentro del término del municipio pode-

mos encontrar hasta 8 presas diferentes, y una novena presa situada en el ramal que abastece de agua al Molino de la Huerta de Angulo

para su funcionamiento. Estas presas, de este a

oeste, cuentan con la siguiente denominación mostrada en la figura.


ARTÍCU LOS

Localización de las Presas en la Vega de Morata b

1. FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA DE REGADÍO.

A partir del cauce del río Tajuña, como

tud de canales secundarios de menor anchu-

acequias. Estos canales auxiliares se constru-

las diferentes tierras de labor. Así se forma un

se refleja anteriormente, nacen las diferentes yeron aprovechando los desniveles del terreno,

de forma natural o bien a través de la construcción de las presas o azudes.

Estos elementos normalmente eran cons-

ra que permiten la llegada del agua de riego a

sistema de canales que brotan unos de otros

como si fuesen ramas de un árbol cuyo tronco es el río Tajuña.

Las acequias y los diferentes ramales se

truidos con una mampostería de piedra, aun-

separan unos de otros mediante compuertas

ron reformados sustituyendo o reforzando la

de las parcelas de la vega. Aún así, en muchas

que en el pasado siglo la mayoría de ellos fuemampostería con hormigón.

Al contener el agua del río, la presa posi-

bilita que ésta pueda fluir hacia las acequias o caces principales de las cuales brotan multi-

que al abrirse permiten el riego en cada una

zonas se realizan cortes en estas acequias mediante tablas de madera, denominadas “par-

tidores”, para posibilitar el riego y canalizar el

agua hasta la zona de labor que se pretende regar mediante inundación.

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41


2. LAS PRESAS DEL TAJUÑA EN MORATA. 2. 1.  PRESA DEL TARAY. Esta presa situada al este del término mu-

hacia un canal que daba servicio al complejo

calidad. Con una anchura de diez metros y una

quinaria del mismo, alojando diferentes fun-

altura de dos metros aproximadamente, en la actualidad está revestida de hormigón y podemos encontrar a sus laterales los restos de un pequeño puente que unía las orillas del río.

Mecanismo de la compuerta de la Presa de la Aceña en la actualidad.

La Presa del Taray, permite el paso de agua

nicipal de Morata, es la primera que podemos

encontrar en el transcurso del Tajuña por la lo-

c

d Presa del Taray y Complejo del Taray al fondo en la actualidad.

MOLINUM - nº52, Octubre 2018

del Taray y permitía el movimiento de la maciones con el paso del tiempo.


calizaba en esta zona convirtiéndose a principios del siglo XVIII en un Batán de paños. Poste-

riormente este batán pasaría a ser fábrica de

papel a mediados del siglo XIX y años después fábrica de borra.

2. 2.  PRESA DE LA ACEÑA.

ARTÍCU LOS

mayor tamaño e importancia era el que se lo-

Presa de la Aceña en la actualidad

sobre los molinos existentes en Morata, el de

f

Ya en el siglo XVI se encuentran escritos

La segunda presa que encontramos si-

ya que en ella se situó una aceña, molino de

presa de la Aceña, que da nombre al paraje y

siglo XIX, aunque se pueden percibir alguno de

guiendo el curso del Tajuña es la denominada al camino que conduce hasta ella. Tiene una

anchura de veinte metros y una altura de tres metros aproximadamente, repartida en tres plataformas de piedra. Recibe este nombre

rueda vertical de madera, desaparecida en el los huecos donde podría haber estado instalada.

De esta presa también nacen diferentes

reguerones que permiten regar las tierras de

e

Grabado del Batán de Paños del Taray. Principios del siglo XIX.

labor de la zona.

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43


MOLINUM - nº52, Octubre 2018 esta presa el agua se reparte a través del Caz de la Huerta, regando todos los terrenos hasta la acequia del Molino de la Huerta de Angulo.

2. 3.  PRESA DEL RIACHUELO.

Unos metros río abajo encontramos el

“Puente Grande” que permite cruzar el Tajuña

Esta presa situada a la altura de la deno-

a la carretera que tiene como destino el veci-

minada Huerta de los Hoyos, tiene una anchu-

no pueblo de Valdelaguna. Este puente tiene

ra de ocho metros y una altura de dos metros

su origen en uno medieval que fue demolido

aproximadamente. A través de ella se deriva el

alrededor de los años treinta del pasado siglo

agua para el riego de las tierras de labor a gran

debido a su mal estado.

parte de la Vega de Morata a través del caz denominado de los Canales que más adelanfundamentales del término, el Caz “Segundo”.

2. 4.  PRESA DE LA MINA. La cuarta presa que nos encontramos en

el transcurso del Tajuña por Morata es la Pre-

sa de la Mina. Esta presa de aproximadamente doce metros de ancho y dos metros de altu-

g Presa de los Presillos en la actualidad

te proporcionará agua a otra de las acequias

ra da origen a dos caces fundamentales en el regadío de la vega morateña. En la ribera norte del río nace la acequia denominada con el

mismo nombre que la presa, el Caz de la Mina, y en su ribera sur aparece el Caz de Villágueda,

fundamentales en el riego de las tierras de labor situadas al sur del Tajuña a lo largo del término de Morata.

La toponimia de estos caces se remonta al

menos al año 1734. En los ordenamientos de la Villa de Morata de esta fecha aparecía el nombre de estos caces regulando su uso.

2. 5.  PRESA DE LOS PRESILLOS. Esta presa, de quince metros de anchura

y uno y medio de altura aproximadamente, fue durante años uno de los lugares favoritos de los baños estivales de los morateños. Gracias a

i

las Cepas y el de la Cárcel. Estos canales son

Presa del Molino de la Huerta de Angulo en la actualidad

que más adelante se dividirá en dos, el Caz de


2. 6.  PRESA DE LA CEPAS.

2. 7.  PRESA DEL MOLINO DE LA HUERTA DE ANGULO.

el mismo nombre, esta presa restaurada con

hormigón tiene una anchura de veinte metros

Esta presa, aunque situada fuera del cau-

y una altura de dos metros aproximadamen-

ce principal del río Tajuña, es una de las princi-

el agua fluya hacia el canal que conduce las

Con diez metros de anchura y aproximada-

te. La construcción de esta presa permite que

aguas del Tajuña hacia el Molino harinero de la Huerta de Angulo.

pales que encontramos en la vega morateña.

mente tres metros de altura, hace posible el paso del agua a través de las cuatro compuertas del Molino de la Huerta de Angulo. Este cacuentra reforzado por un muro de contención de mampostería para salvar la altura de los terrenos en la zona de la presa.

Desde la Edad Media se encuentra docu-

mentación de los Molinos del Tajuña. En el año

1268 el Arzobispo de Toledo promulgó ordenanzas para la villa de Alcalá y sus aldeas ale-

dañas en las que se reflejan los molinos. Es en el siglo XVI, en las Relaciones Topográficas de los pueblos de España cuando se refieren a los molinos dentro del término de Morata:

“La dicha villa es abundosa de

agua, porque el dicho río en verano lleva cantidad de agua y no van a

moler fuera de la dicha villa, porque

en su término tienen muchos mo-

linos, adonde muelen y vienen de otros muchos pueblos a moler.”

j Molino de la Huerta de Angulo en la actualidad

h Presa del Molino de la Huerta de Angulo en la actualidad

nal, que conduce las aguas del Tajuña, se en-

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45

ARTÍCU LOS

Ubicada en la zona de la Vega que lleva


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

2. 9.  PRESA DE LAS ANCHAS.

Es en el Catastro de Ensenada de media-

dos del siglo XVIII cuando aparecen referencias a este molino:

La última presa que encontramos siguien-

“Un batán de paños propio del

do el curso del Tajuña en Morata es la presa de

también dos molinos harineros el

mino municipal del municipio con Chinchón.

Sr. de esta villa con quatro pilas y

las Anchas, situada justo en el límite del tér-

uno con tres piedras que es del mis-

Este azud, reformado con hormigón, de apro-

mo señor y otro con otros tres de la

ximadamente veinte metros de anchura y dos

capellanía de D. Claudio Sanz.”

de altura, desvía las aguas del río hacia el Caz

de Porras. Este caz más adelante se encuentra

Este último al que se refiere y conocido

con el antes citado Caz de la Cárcel, una de las

como el de la Huerta, era un molino harinero de

ramas del antiguo Caz de Villágueda.

rodezno y de tres piedras. A finales del siglo XIX es adquirido por la familia Jarava y reconstruido por el arquitecto José Urioste y Velada.

En la actualidad y rehabilitado por el Ayun-

tamiento de Morata de Tajuña en el año 2000,

el Molino, con su maquinaria aún en funcionamiento, acoge las labores de Museo de la Mo-

linería recordando la cultura, la forma de vida y la economía de la que se ha nutrido Morata y su vega durante siglos.

meandro del Tajuña, tiene unos veinte metros de anchura y un salto de agua de aproximadamente dos metros. Gracias a este ingenio las

aguas del Bajo Tajuña se desvían hacia el Caz de la Aldea y el Caz Segundo, que como bien habíamos dicho antes recorre la mayor parte

de la vega morateña. Es en esta zona dónde la vega del río alcanza una mayor anchura en su camino hacia el municipio vecino de Chinchón.

k

La Presa del Salido, que se sitúa en un

Presa del Salido en la actualidad

2. 8.  PRESA DEL SALIDO.


3. PROYECTO DE RECUPERACIÓN TAJUÑA EN MORATA. Como podemos ver, estas presas son y

han sido fundamentales a lo largo de la historia del municipio de Morata, ya que permiten la

distribución del agua por la huerta morateña haciendo de la agricultura uno de los pilares de

Por todo ello nace la propuesta de poner

en valor el conjunto de presas a lo largo del término, reivindicando el importante papel del

Tajuña y estos elementos para la historia de Morata, a través de una ruta que conecte cada

una de ellas a lo largo del cauce del río y la vega morateña para su puesta en valor.

Esta ruta pretende generar espacios cer-

la localidad. Además, las presas de la Isla Taray

canos a cada una de las presas, desde el cual

electricidad a finales del siglo XIX y gran parte

miento de las mismas y su enclave en el entor-

y la del Molino hicieron posible la llegada de la del siglo XX.

los visitantes puedan comprender el funcionano del río Tajuña.

BIBLIOGRAFÍA. —— Historia de la Villa de Morata de Tajuña. Jesús Antonio de la Torres Briceño. —— Documentos históricos de Morata de Tajuña. Agustín Miranzo Sánchez-Bravo.

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ARTÍCU LOS

Y RUTA POR LAS PRESAS DEL


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

APROVECHAMIENTOS HISTÓRICOS DEL SECTOR SUR DEL ESTUARIO DEL ASÓN (CANTABRIA): MOLINOS Y OTRAS MÁQUINAS DE AGUA Luis Bartolomé Marcos

RESUMEN

En el contexto de los aprovechamientos extractivos, productivos y de intercambio (y sus

interrelaciones), se describen con especial detalle los dieciséis molinos presentes en la zona. -

HISTORIC USES IN THE SOUTH SECTION OF THE RIVER ASÓN ESTUARY (CANTABRIA, SPAIN): MILLS AND OTHER WATER POWERED ENGINES ABSTRACT

In the context of the extractive, productive and exchange uses (and their relationships), the sixteen mills in the area are described in depth.


En el sector secundario, comenzaré por la

en 1858 y 1885 (tampoco citado por MADOZ). De

tina la comunicación: la molinería (de cereal

de embalse de 53.500 m2. Hoy día está desa-

en nuestro caso) y, dentro de ella, por el úni-

co caso de molino de agua dulce detectado que, si bien no estaba ubicado en el espacio

intermareal, sí entra en el ámbito geográfico elegido. Se trata del molino de Velasco: situa-

ésta última planimetría se saca una superficie parecido, en una zona de marisma casi completamente desecada.

2. DE LAS RÍAS

do sobre el arroyo del Remolino, que desciende por la ladera del monte Candiano, en Carasa;

En 1657 el Concejo dio licencia a Francis-

curso de agua esporádico y de muy bajo cau-

co Garzón de Somarriba, vecino de Carasa,

tividad; más bien gesto feudal. En 1653, en el

no deste dicho lugar, en el sitio de las Rías de

dal, por lo que debió ser de muy baja producpliego de condiciones para la remodelación

de la casa del Pico de Velasco, el propietario ordenaba: “la tierra que ansí sacaren la avían

de echar en un oio questá allí, al lado del molino de Belasco” . No resulta evidente si el hoyo era 1

natural y deseaba nivelarlo o si se trataba de

rellenar la presa y, por tanto, renunciar a su uso; en cualquier caso, no he vuelto a encontrar testimonio sobre él . Los molinos de marea 2

hallados son catorce (en trece paradas) : 3

1. DEL REGATO [DE LA OCINA] En término de Bárcena de Cicero y en el

pago de Sorriba. Con una sola rueda (de las

once que disponían en su jurisdicción en 1752, en cuatro paradas ). No aparece cartografiado 4

1

A.H.C. PRO 1496, fº 58 r.

2

No citado en el Catastro de Ensenada: A.H.C.

HAC. L. 184 y 185.

para “fundar y fabricar un molino en térmi-

Carasa y açer pressa y lo demás necesario”5. Una de las cláusulas del pliego de condiciones

fue “que haga camino real por la parte que

considere más conveniente, respecto de que el que se usa para ir y venir a Rada se ha de

ocupar por la presa”. El camino real de Rada

(trazado coincidente con la actual carretera

CA-268) cruzaba en 1885 un estero, a la altura donde debería haber estado la presa, pero no

hay traza de ella ni del molino6. Si mi propuesta

de ubicación es correcta, habría tenido unos 21.000 m2 de embalse. Rasgos de modernidad ya presentes en aquel proceso fueron el

conflicto entre infraestructuras existentes e inundación por embalses (solucionado por la administración cargando al adjudicatario con

los costes de la rehabilitación y mantenimiento), la financiación privada de obras compen-

satorias y la gratuidad de la licencia en función

no (fuera de mi zona de estudio), más próximas a la desembocadura y, por tanto, con mayor potencial

3

El orden de exposición coincide con los nú-

energético.

meros de la figura. 5

A.H.C. PRO 1191-2.

A.H.P.C. los libros originales de Bárcena de Cicero,

6

El paraje llamado “Las Rías” consta en el Ca-

con las Respuestas Particulares). Las tres paradas

tastro de 1953:la parcela 37 de polígono 13-3 bien pu-

restantes estaban en las canales al norte del térmi-

diera haber sido la del embalse.

4

http://pares.mcu.es (No se conservan en el

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49

ARTÍCU LOS

actividad esencial del congreso al cual se des-


MOLINUM - nยบ52, Octubre 2018


de los beneficios territoriales a la comunidad7. Pero, dado que en tiempos del Catastro de En-

senada no se le cita (mientras que sí aparece las condiciones del contrato fueran inasumibles para el promotor y no se hiciera nunca.

sionamiento y funcionalidad las conocemos

3. DE LA VENERA

miento como “Brazomar”): dos ruedas y 50 días de molienda al año (con las 100 mareas vivas),

El de referencia más antigua que he halla-

do: en junio de 1567 el mayordomo de la Fábrica de la Parroquial de Carasa arrienda la cuarta

parte que le pertenecía a un vecino de la lo-

calidad . No obstante, el edificio inicial debió 8

ser reformado, pues en 1667 los propietarios de

una mitad la vendieron: “molino que nosotros hemos fabricado y tenemos en la mar salada, en el sitio que llaman de la Venera” . Su dimen9

7

para 1752 (cuando denominan su emplaza-

“El cual dicho camino [supuestamente, en

a razón de 4 horas cada marea. La propiedad estaba sumamente repartida (muchos “comporcioneros”), pues el propietario seleccionado

tenía 8 días y un tercio10. Aparece representa-

do en el plano de Tofiño y en el de Coello pero

no después; en función de lo anterior, le estimo una superficie de embalse de unas 2 Has. La presa sirvió luego como dique y se desecó su

interior para ponerlo en cultivo; hoy día no queda ni rastro.

4. DEL CUERVO

la coronación de la presa] ha de ser tan suficiente

Con datos tan sólo a partir de 1752, cuando

que, a mar llena, se a de poder pasar por él sin riesgo alguno, un carro con sus bueyes y de a pie y de a caballo”. El mantenimiento de la nueva traza del camino real sería “por el tiempo que tenga el molino” (se supone que sucesivos propietarios habrían de hacerse cargo así mismo). La obra compensatoria era que “a de hacer otro camino, desde la misma tejera hasta la puerta del molino, para que aya conducción de teja, piedra y otras enbarcaçiones”; es decir, informan de paso de un embarcadero (nº 6 en el plano). Los 100 rs. “que graciosamente tiene ofrecidos” lo fueron para el pago de los peritos que evaluaron el proyecto, pero no le cobraron nada por la ocupación del sitio y la licencia “por ser la obra provechosa a toda la vecindad”. La carta de pago tiene fecha 02/05/1663; o sea que o era un poco mo-

era de la segunda mayor hacendada de Carasa: tenía entonces 6 ruedas y los lindes expresados son “el mar” por los cuatro vientos. La

superficie de embalse medida sobre el plano de 1885 es de tan sólo 6.250 m2 (casi la décima

parte de la del nº 1, que tenía una sola rueda);

el edificio que hoy se conserva (severamente modificado y sin maquinaria alguna), mide 18

x 9 m. en planta, mucho menos que el de San-

ta Olaja (en Arnuero), bien documentado11 , que

tiene 26,8 m. de frente y las mismas seis ruedas. Muy probablemente sufrió los embates

del oleaje y en algún momento y su capacidad de embalse menguó y la reconversión eliminó una parte del primitivo edificio.

roso o la obra tardaría seis años. 8

A.H.C. PRO 1087; fº 207 r.

9

A.H.P.C. PRO 1500; incluía “su casa, rodete,

10

A.H.P.C. HAC, L. 185; fº 298.

11

AZURMENDI y GÓMEZ (2012): 108.

muelas, presa y represa, paredones y todo lo demás”.

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51

ARTÍCU LOS

el anterior, mucho más antiguo) es posible que


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

estado el citado represón. Hoy día todo está

5. DE CARRASCO (DE COSTAMAR O SIMPLEMENTE LA ACEÑA)12

desecado, tanto su vaso de embalse (al que le

calculo unos 31.000 m2) como la marisma que tuvo delante. La desecación se inició después de 190115, tras construirse el ferrocarril.

La primera cita que he hallado es del año

6. DE LA HERRERÍA

1646, donde se le cita junto a las ruinas de otros

precedentes; en una transacción entre conve-

Estuvo situado en la bocana del canal ho-

cinos se cita una finca “cerca del repressón pri-

mónimo de la marisma, en el barrio de Angus-

y su pressa, que están en tierras del Concejo

Ensenada: “dos ruedas de molino, harineras y

mero del molino de Valentín de la Torre Carasa deste lugar, en el monte de Carrasco […] antes de llegar a los molinos derribados” . Extraña13

mente, no se le cita en el Catastro de Ensena-

da, pero aparece toscamente dibujado en el mapa de Tofiño (37 años posterior) y no mucho

mejor representado en el de Coello; en el mapa del Estado Mayor ya no aparece; dado que este mapa es anterior a la construcción del ferro-

carril de Zalla a Solares , no puede atribuirse a 14

éste su desaparición, aunque la vía coincide, grosso modo, con el sitio donde debería haber

tina y a 80 pasos de él, según el Catastro de

marítimas, las quales molerán al año cinquen-

ta días escasamente, por razón de las mareas muertas”. En 1659, era propiedad de D. Francisco

Gil de Rada, vecino de San Pantaleón de Aras; en

este documento se dice que el molino estaba “en el río caudal desta dicha junta” 16, aunque

en realidad, estaba colindante con dicho río (el Asón). Es uno de los pocos representados en el

mapa de J. del Solar; también en los de 1789-

1858, pero en el de 1885 aunque se ve el edificio,

no hay traza de los muros del embalse. Hoy día no queda nada, coincidiendo ostensiblemente

el dique de 1929 con el paramento frontal de 12

Canal de la Aceña es el nombre del princi-

pal estero de la marisma de Carasa, el único que no ha podido ser aislado; siguiendo su eje y en la vaguada que recoge las aguas del cerro del Carrasco

cierre de la presa. Al no disponer de una buena planimetría el cálculo de su superficie de embalse es muy orientativo, calculándolo en unos 16.000 m2

es donde se ubicaba. Tal vez las ruinas citadas en el siglo XVII fuesen las de una antigua aceña, vocablo de origen árabe nada común en esta zona y casi siempre de eje horizontal, aunque también se ha asociado este término con los molinos de agua dulce de una sola rueda: ORTIZ y BRÍGIDO: 74.

mente “pisando las marismas y con la cota necesaria para que la vía no sea invadida por las mareas”.

13

A.H.P.C. PRO 1494-1. En este documento lo de-

Luego incluido en el trayecto Santander-Bilbao:

nominan Molino de Castañeda, así como en el Catastro de Ensenada.

15

En el B.O.P.S. de 09/12/1901 consta la solicitud

para sanear y aprovechar 60.209 m2 de marisma en 14

Proyectado en 1892 y construido en 1893-

el paraje del Rivero de Carasa.

1896: A.G.A. (4) IDD 120: 24/18472 y 26/21509. Según la memoria del proyecto este tramo se trazó literal-

16

A.H.P.C. PRO 1192-1.


7. DE LA GRAZOSA

por lo que sólo él necesitó estar circundado completamente por muros de retención de las

delimitada en su mayor parte por tierra firme y

m2, medible en el plano de 1885. Previamente

muros de cerramiento.

aguas; su superficie de embalse fue de 43.250

había sido representado en 1802 y 1858 . Hoy

dos isletas, por lo que sólo necesitó dos cortos

17

día está arruinado, pero mantiene los muros

y su función es aún “legible” pues mantiene el contacto con el agua salada.

9. DE PINILLA (DE LA PENILLA O DE LA CUESTA DEL MAR O NUEVO DE LOS VIEJOS)

8. DE ANGULO (O DE LA PEÑUCA O DE LOS NUEVOS)

Ya en término de Colindres, como los que

siguen. Puede que fuera uno de los tres que Documentado a partir de 1516; en 1616 cada

una de sus tres ruedas era propiedad de una familia; este hecho se debió a particiones previas, ya que en la escritura inicial era de un solo

propietario . Su dimensionamiento final (ocho 18

ruedas) se debe a las obras de 1757 . Es otro 19

de los dos que había funcionado en Limpias

en tiempos de Madoz. No sólo es localizable en los mapas de 1789, 1802, 1858 y 1885 (ya fuera

de uso en este último año), sino que, como el anterior, se mantiene arruinado y en contacto con el agua en pleamar. Su superficie de em-

balse era la mayor de las conocidas: 79.500 m2,

Madoz cita como funcionando c.1848 en este término municipal, pero al momento no puedo saberlo. Toscamente localizado por Tofiño y

luego por Coello y el Estado Mayor. Por este último mapa sabemos que su superficie de embalse era de 36.500 m2. Hoy día está arruinado

y su balsa ha sido desecada, como las demás de la ribera derecha (excepto el anterior), aunque la marea alta sigue tocando su muro exterior.

10. DEL TAPÓN (O DE LA REDONDA O DE LOS VIEJOS)

El siguiente aguas abajo en la ribera de-

recha. Construido en 1741 por el maestro agua17

Desde el año 1400 hasta el 1846 Limpias y

Colindres pertenecieron al Señorío de Vizcaya, por lo tanto, y en función de los fueros y privilegios fiscales de este, quedaron exentos en la operación de la Única Contribución, es decir, no constan en el Catastro

ñón Fernando-Antonio de la Vega, con dos rue-

das20. Localizado en 1858 y bien cartografiado

en 1885; su superficie de embalse era de sólo 11.250 m2. Hoy día completamente desaparecido y su entorno desecado.

de Ensenada. 18

GONZÁLEZ: 93.

19

ESCALLADA, 151. El promotor fue Francisco

Antonio de Angulo.

20

ESCALLADA: 149. PÁG

53

ARTÍCU LOS

El único insular de todos los existentes,


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

11. DE ARREDONDO (O DE LA

más antiguos de la zona, pues los Velasco están citados como solariegos en Colindres des-

CUESTA DE SAN JUAN)

de el siglo XII. Nadal era el nombre de uno de

Citado, sin fecha pero del siglo XVII , y lo21

calizado en el plano de Coello, pero ya desaparecido en 1885. Al ser así, no se puede dimensionar su embalse.

los barrios costeros de Colindres; el nombre de

Cueto se lo adjudica al mapa de 1885 (probablemente el apellido de un propietario, pues se

trata de una planicie absoluta, sin cueto algu-

no alrededor); por esta fuente cartográfica se puede saber que su superficie de embalse era

12. DEL PICARRILLO

de 21.250 m2, delimitada en tres cuartas partes por isletas. Hoy desaparecido bajo un polígono

Fue el más pequeño de los estudiados

(3.750 m2 de superficie de embalse) y sus circunstancias son las mismas que en el caso an-

industrial.

14 y 15. DE LA MAGDALENA

terior. A pesar de ello, también estaba subdividido: en 1746 se enajena media rueda22 .

13. DE NADAL (O DE CUETO) Listado c.1640 como una de las propieda-

des del Condestable de Castilla (D. Bernardino

Fernández de Velasco y Tovar); en rigor, este sólo era titular de una cuarta parte, siéndolo

del resto D. Pedro de Alvarado, quien además lo

gestionaba directamente, pagando dos duca-

dos anuales al Condestable . Años antes (1614), 23

la viuda de Juan de Puerta Alvarado había

Constituían el único caso de dos edificios

(“casas” en el léxico de la época) con un solo

embalse (lo que hace que el número de molinos y el de paradas de molino no sea el mismo).

Ambos aparecen citados en 161425, cuando se

pagaba de maquila “a cada mar viva, media

fanega de trigo moler”26. Su superficie de embalse (medida sobre el mapa de 1885) era la

segunda mayor de las estudiadas: 66.000 m2, aunque el caudal por edificio se redujese a la mitad. Circunstancias actuales idénticas a las del caso anterior.w

arrendado su parte24 . Puede que sea uno de los

21

GONZÁLEZ: 93.

25

Se ha escrito que este molino ya existía en

1403, pero los autores de esta cita no proporcionan 22

ESCALLADA: 149.

la fuente documental: ORTIZ y BRÍGIDO: 74.

23

A.H.N. (N) Frías: 169-2. El documento dice ex-

26

GONZÁLEZ: 92. Así nombrados por estar jun-

plícitamente que el molino de Nadal estaba “en la

to a la ermita y barrio homónimos: el embrión del

mar salada”.

actual “Colindres de abajo”. El documento reseñado explicita que la rueda arrendada estaba “en la se-

24

GONZÁLEZ: 93.

gunda casa de los dichos molinos”. Se ha escrito que


—— Archivo Histórico Nacional, Sección “Nobleza” [A.H.N. (N)], fondo FRÍAS: 169-2.

—— Plano topográfico de las Fábricas de Anclas…, por Juan Antonio de Vierna (c.179827)

—— Archivo Histórico Provincial de Cantabria (A.H.P.C.), sección “Hacienda. Catastro de Ensenada” (HAC): Libros 184 y 185; sección “Protocolos” (PRO): 1087, 1191, 1494, 1496 y 1500.

—— Plano de la Concha de Laredo y del Puerto y la Ría de Santoña…, por Josef del Solar (1802) —— Plano de la Ría de Santoña y río Asón hasta Herrada (c.1840)

—— Archivo General de la Administración (A.G.A.): (4) IDD 120: 24/18472 y 26/21509.

—— Contornos de Santoña y Limpias, por F. Coello (c.185828)

—— Catastro de la riqueza rústica (1953)

—— Plano topográfico de Santoña y sus alrededores, por el Cuerpo de E.M. (1885)

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:

—— Plano del terreno cruzado por el ferrocarril de Santander a Bilbao, entre Gama y Marrón (1886)

—— AZURMENDI PÉREZ, Luis; GÓMEZ CARBALLO, María de los Ángeles: Molinos de mar en Cantabria. Santander: Asociación Tajamar, 2012.

—— INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL (I.G.N.) —— Actas y cuaderno de campo del reconocimiento de la línea límite entre Limpias y Voto (1925)

—— BARTOLOMÉ MARCOS, Luis (2016): Aprovechamientos históricos del sector sur del estuario del Asón (Cantabria): 1516-1958. En: X Congreso internacional de Molinología. Actas. (Segovia, 20, 21 y 22 de mayo de 2016), págs. 187-200.

—— Trabajos topográficos (“Pañoleta”), municipio de Voto (1928) —— Plano de la Ría de Santoña levantado en 1926 por la Comisión Hidrográfica (1929)

—— ESCALLADA, Luis: Los molinos de Colindres en el siglo XVIII. En: Molinos de mar y estuarios. Santander, Litoral Atlántico / Asociación Tajamar, 2005 —— GONZÁLEZ ECHEGARAY, Carmen: Colindres. Un enclave sobre el mar. Santander, 1990. —— ORTIZ REAL, Javier; BRÍGIDO GABIOLA, Baldomero: Historia de Colindres. Torrelavega, 2000.

27

Datado, con dudas, en 1840 en los catálo-

gos; pero esa fecha se me antoja imposible. Su data sería en torno a 1798, que es cuando la Marina se hizo

FUENTES CARTOGRÁFICAS: —— CENTRO GEOGRÁFICO DEL EJÉRCITO (CEGET), Cartoteca Histórica: —— Plano de la Ría de Santoña…Tofiño (1789-1875)

cargo de la fábrica, ya que el autor trabajaba para ella.

28

Se dio a la imprenta en 1861,ver uno de los

detalles: “Alrededores de Límpias” PÁG

55

ARTÍCU LOS

FUENTES DOCUMENTALES:


LA FERRERÍA DE MIRANDAOLA

a

Koldo Lizarralde

Aspecto exterior

MOLINUM - nº52, Octubre 2018

La Ferrería de Mirandaola es una visita que

Ese día los ferrones estuvieron trabajando

no te puedes perder, además de ser uno de los

durante toda la jornada consumiendo el car-

Gipuzkoa, en ella se ofrece uno de los espectá-

elaborar las libras de hierro requerido y al pro-

elementos patrimoniales más importantes de

culos más especiales en el País Vasco: los fe-

rrones vestidos como en el siglo XVI ponen en marcha la maquinaria y el agua mueve gigantescos fuelles y martillo con el que golpean el

hierro al rojo vivo. Junto a la ferrería se encuentra la Capilla de Mirandaola, donde se conme-

mora el famoso milagro de la Santa Cruz. Para terminar, los ferrones realizarán el delicioso pintxo-ferrón en las brasas de la ferrería.

bón de la jornada y el mineral suficiente para ceder a la extracción de la masa de hierro incandescente para forjarla en el martillo de la

ferrería, se encontraron con la sorpresa de un trozo de hierro en forma de cruz, que única-

mente pesaba unas doce libras. Motivo por el

cual se abrió una información testifical que fue

recogida en un documento que demuestra lo ocurrido en aquella fecha.

La ferrería continuó elaborando hierro y su

Un hecho que ocurrió en la ferrería de Mi-

actividad cesó, como el resto de las ferrerías

to Patrón de la villa. Hasta entonces el Arcángel

hemos conseguido así lo atestiguan: en el

randaola en 1580 hizo que se cambiase el SanSan Miguel era al que se le rendía culto, pero

todo cambio el 3 de mayo de esa fecha por haberse producido un hecho que fue considerado

como milagroso. Ese día los ferrones que trabajaban en esa ferrería debían haber hecho fies-

ta, pero a pesar de la costumbre existente de no trabajar en los días festivos, no lo hicieron y decidieron continuar elaborando hierro. Generalmente en esta ferrería se solía obtener 750

libras de hierro para lo que empleaban 14 cargas de carbón.

de la zona mediado el siglo XIX y los datos que

listado de las siete ferrerías que funcionaban en Legazpia en 1625 se encontraba esta de Mirandaola.

Luego

necesitó

importantes

reparaciones en 1640 y también en 1647 para

poder continuar con su labor de elaborar los tochos de hierro como ferrería mayor que era.

Un año después por medio de un contrato matrimonial se citan la ferrería y el molino.

Ya en 1752 en uno de sus compromisos se

le exige elaborar 800 kilos de tocho de hierro al año. Después fue arrendada en 1804 y 28 años más tarde su propiedad pasó a manos


En consecuencia, las ferrerías de la

mediado el siglo XIX y la de Mirandaola como ha quedado patente, aprovechando la fuerza

motriz de la ferrería la utilizó para el molino. No obstante, se llegó al resurgimiento de esta ferrería gracias al industrial afincado en

Legazpia, Patricio Echeverría Elorza cuando en 1953 solicitó la inscripción en los Registros de aprovechamientos de aguas públicas creado

por el Real decreto de 12 de abril de 1901, del

que disfrutaba con las aguas del río Urola que de Andrés Porcel que estaba domiciliado

en Granada, recayendo su titularidad en el Marquesado de San Millan, cuando el molino

por medio de un incendio se encontraba quemado.

Pasamos de siglo y en el año 1929 José

Ignacio Garballo, vecino de Tolosa en nombre de la Baronesa de Molinet, solicitó la inscripción

en el Registro de aprovechamientos de aguas públicas del río Urola, para que el molino de

Mirandaola sito en la jurisdicción de Legazpia

llegaban al molino Mirandaola, con destino

a la producción de la fuerza motriz para usos industriales. Reconstruyó la ferrería agregando

las pequeñas instalaciones y entre ellas una

pequeña capilla, en la que se conserva el trozo de hierro con forma de cruz, cuya obtención originó la información testifical que se recogió documentalmente

siendo

una

prueba

fehaciente de la antigüedad de esta ferrería y del hecho histórico acaecido el 3 de mayo de 1580.

Parece ser que este hecho motivó el

crease energía, siendo el caudal medio que

cambio de Patrón de la villa y adoptara la

el salto de agua existente de 5,05 metros.

su antigua estructura se ha convertido en un

se quería utilizar de 12 litros por segundo por Este molino permaneció de alta como molino

harinero entre los años 1927 y 1936 a nombre de José Miguel Olavide.

fecha de la Santa Cruz. La ferrería sin conservar

pequeño museo de la actividad ferrona en esta localidad, que en determinadas fechas del año

se acostumbra a ponerla en marcha para que propios y extraños puedan admirar la manera rudimentaria de manejar el hierro. Junto a la ferrería la pequeña capilla, que curiosamente

suele ser el marco ideal, para algunas parejas, ferrería adquieren un especial relieve en las

fechas de Santa Cruz en las que se convierte en el centro espiritual cuando ese trozo de hierro

es trasladado a la parroquia y posteriormente es devuelto en procesión a su natural lugar.

b

Procesos de trabajo

a la hora de casarse. Tanto la capilla como la

PÁG

57

ARTÍCU LOS

comarca de Legazpia cesaron su actividad


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

EL MOLINO DE SAN MIGUEL DE OÑATI

a

La maquinaria del molino

Oficina de Turismo de Oñate


ARTÍCU LOS El molino de San Miguel de Oñati pertene-

privada de los condes. En 1899 dejó de figurar

Miguel, sobre el que sus patronos laicos, los

que había dejado de funcionar, pero seguía

cía al complejo señorial del Monasterio de San Condes de Oñate, poseían el derecho de per-

cepción de diezmos. Estos poseían en el siglo XV, al menos, tres molinos ubicados en el valle, los Olalde (vendido a la familia Lazarraga),

Linazibar y el de San Miguel, estos dos últimos citados documentalmente por primera vez en 1440 y 1432 respectivamente. En el molino de

San Miguel los labradores del señor tenían la obligación de acudir a moler y aquellos que tu-

viesen sus tierras, casas en suelo propiedad del Monasterio. Este derecho señorial suponía una

pesada carga para los campesinos, por lo que

procuraron hacerle frente bien desobedeciendo, bien pleiteando en su contra. En este caso, el

primer pleito contra la obligación de moler en las instalaciones del Conde se remonta a 1482,

reabriéndose sucesivamente en 1583, 1627, 1658

y 1741. La última concordia entre campesinos y

el Conde por este motivo estuvo vigente hasta 1887. Durante estos siglos el derecho de molienda estuvo vinculado al derecho que tenían los

condes de percibir el diezmo, como patronos que eran de la iglesia.

A lo largo del siglo XIX el molino siguió tra-

bajando de forma cada vez más precaria, ya

no de manera señorial, sino como propiedad

en la matrícula industrial, de lo que se deduce

manteniendo su estructura hidráulica, por lo

que podía ser aprovechado para otro tipo de industria. La utilización del agua que fluía por el canal de San Miguel en los años finales del siglo

XVIII y a lo largo del siglo XIX al pasar este por zonas habitadas de casas y huertas, provocando molestias y dificultades, pero también

aprovechamientos. Las monjas de Santa Ana, por ejemplo, usaban las aguas del canal en su

huerta, lo que les reportaba no poco beneficio,

pero también les traía en ocasiones algunos problemas, como la inundación que sufrieron

en 1773 al taponarse el cauce y desbordar las

aguas sobre el edificio del convento. Otro uso curioso de las aguas del molino de san Miguel

fue el servir para alimentar una casa de baños en Lekunbarri. Funcionó a mediados del siglo

XIX, en concreto en 1859 con una instalación de tres bañeras.

En 1905 las monjas del Convento de San-

ta Ana compraron el molino de San Miguel a

Juan Gordoa y Perea, el cual lo había adqui-

rido pocos meses antes al apoderado de la Condesa de Oñate. Entre 1923 y 1926 se hicieron

importantes obras de reforma en el cauce y se instaló una turbina y en 1929 el antiguo mo-

PÁG

59


b

Interior del molino

MOLINUM - nº52, Octubre 2018

lino de San Miguel estaba ya trabajando como

Conviene resaltar como elementos origi-

carpintería-serrería. Inicialmente la sierra fun-

nales la localización y la estructura global del

ca, luego se complementó con la eléctrica. La

macenaba el agua para la molienda, aunque

cionaba exclusivamente con energía hidráuli-

turbina dejó de funcionar con agua en 1960. En 1983 el Ayuntamiento de Oñate adquirió el antiguo molino de San Miguel al convento de las

monjas de Santa Ana y en 1997 fue este derri-

bado para construir un edificio de viviendas, en

cuya planta inferior se mantuvieron los restos arqueológicos que quedaban de la explotación harinera.

El molino museo de san Miguel guarda ele-

mentos originales, ha incorporado piezas de otros lugares, y para completar el conjunto se

han fabricado algunas nuevas siguiendo modelos de diferentes procedencias.

ingenio; la “aldapara”, o deposito donde se alel canal haya desaparecido. Permanece visible, aunque por hallarse partida no se ha podido aprovechar, la última piedra harinera que se utilizó en el molino.

Las piedras que molían maíz y su corres-

pondiente turbina de hierro, así como las destinadas a trigo y también el pescante para cambiar las piedras, provienen de Narvaiza Goikoa de Bergara. La turbina de madera que estaba

estropeada en el mencionado molino ha sido

reconstruida en madera de haya, como réplica de la original.


ARTÍCU LOS Productos a moler, harina y pan c

En cuanto a las tolvas o cajas en forma de

cono invertido, donde se echaba el grano que

caerá a las piedras para convertirse en harina, han sido tomando por modelo las del molino Lastur Goikoa de Lastur en Deba.

Con el fin de que se pueda observar el pro-

ceso completo de la molienda, se ha privado a uno de los juegos de piedras molares de la

correspondiente caja de madera que las cu-

Datos publicados por la Oficina de Turismo de Oñate (/San Juan Nº14-Oñati)

turbinas que, movidas por el agua, activarían

Vistas Guiadas:

miento a la piedra volandera y de ese modo

Telf. 943783453 E-mail : turismo@oinati.org Web: www.oinati.org

bría. Queda asimismo el funcionamiento de las el rodete que y por medio del eje daba moviconvertir el grano en harina.

PÁG

61


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

NO SE DEMOLERÁ LA PRESA DE REZUMA EN EL RÍO LEIZARAN (NAVARRA)

a

presa de arco de la ferrería de Erezuma

Xabier Cabezón, Javier Belza, José María Izaga


la regata Erasote, afluente del río Leizaran, en la vertiente cantábrica de Navarra, se encontra-

ba incluida en un listado provisional de presas a demoler para favorecer la conectividad de las especies a lo largo del citado río.

El Ayuntamiento de Leitza, en cuyo termi-

no se encuentra, solicitó la opinión de Xabier Cabezón, autor de la web www.leitzaran.net y

este la colaboración de los socios de ACEM Javier Belza y Jose Mari Izaga.

Se decidió realizar un informe con docu-

mentación histórica, descripción de la presa y

papel que ya no operaba a mediados del XIX,

actividad precursora de la que hoy constituye la base principal de la economía local. En la actualidad, se mantienen: • La presa de arco escarzano, de 11,60 metros de anchura y 4,60 metros de altura, en

buen estado (excepto una pequeña escotadura) El arco esta apoyado en sendos y

potentes estribos laterales cimentados sobre roca en ambas orillas y está diseñada

según los criterios de forma y dimensiones recomendados por Villareal de Berriz en su libro editado en 1736.

la ferrería, y su valor patrimonial, que se tras-

• Presa y contrafuertes son de sillería, y

varra. A su vista este último ha decidido retirar

do recordarse la importancia de las can-

ladó al Ayuntamiento y este al Gobierno de Nala citada presa del programa de demoliciones.

LA FERRERÍA DE ERREZUMA Es una de las ferrerías con mayor antigüe-

dad de Navarra y probablemente fuera una de las más grandes de la zona, tipo ferrería mayor.

Formaría parte de las 28 ferrerías que la corona poseía en 1388. Ya antes, en 1339, constaba “La Rezuma” como una de las dos ferrerías que

trabajaban en Leitza. En 1398 se tiene la cons-

tancia de su explotación. En 1426 figura en un rol de la Cámara de Comptos. Constaba como

derruida en 1521, ya que en esa fecha se solicitó autorización para reedificarla. En el siglo

XVI producía más de 2000 quintales de hierro

mampostería en algunos puntos, debienteras que tradicionalmente se han explotado en la zona de Erasote y su entorno.

• El canal, de unos 70 metros de longitud, se mantienen en todo su recorrido.

• La antepara o canal y depósito elevado, y el taller adjunto, con los huecos para el

paso de los ejes de la ruedas. Muros peri-

metrales y parcialmente los interiores de elevado grosor y diferentes arcos. El canal

elevado está rematado por un fuerte muro

y con un arco apuntado, su estructura y la trabazón de las piedras indica que es una obra posterior al resto del canal que debió sufrir en su extremo un colapso por fallo

de su cimentación en fecha indetermina-

da. Uno de los arcos, el de mayor altura, es apuntado.

al año. Constaba de casa de habitación pro-

• Edificaciones anejas, horno de calcinar,

dependencias se daba atravesando un puente

lar de medio punto. En las proximidades se

pia, ferrería, molino y presa. El acceso a dichas de piedra de ojo único, que sigue en pie.

Se tiene conocimiento del listado de pro-

piedad, desde 1398 a 1767, en el que figuran 32

puente formado por arco de piedra circuencuentran, actualmente habitadas, dos

construcciones que formaron parte de este conjunto.

referencias . También existen citas documen-

tales respecto al funcionamiento de la ferrería en 1789. Con posterioridad al cese de la activi-

dad, en 1810, se ubicó en el lugar una fábrica de PÁG

63

ARTÍCU LOS

La presa de las ferrería de Rezuma sobre


b

plano de la presa de Erezuma

MOLINUM - nº52, Octubre 2018

Según Juan Garmendia Larrañaga : ”En Rezuma hubo una papele-

ra que desapareció a mediados del

pasado siglo (XIX). Entre la hiedra y

reconstrucción del canal realizada cuando se instaló la fábrica de papel en plena Guerra de la Independencia.

El plano en la figura “b” responde al mode-

los hierbajos que trepan por las pé-

lo de Villareal de Berriz. Con la identificación de

fue esta industria, después de al-

este tipo en Bizkaia, Gipuzkoa, Cantabria y Na-

treas paredes de lo que en tiempo canzar con cierta dificultad su parte más alta, en una placa de piedra

podemos leer todavía: «Esta obra la

esta presa se contabilizan 31 las localizadas de varra.

Pedro Manuel de Ugartemendía, ingenie-

hizo doña Josefa Juanena, bajo la

ro militar y arquitecto destacó como tal en Gi-

Manuel de Ugartemendía y Antonio

Diseñó la reconstrucción de San Sebastián

dirección del arquitecto don Pedro Alberro. Año 1810».(Garmendia 2007)

En la inspección realizada recientemente

se ha identificado la inscripción citada sobre el

frente del arco apuntado que actúa de cierre frontal del canal elevado. Nos confirma que es

puzkoa en las primeras décadas del siglo XIX.

tras su completa destrucción en 1813 durante la Guerra de la Independencia, con una nueva planificación urbana de carácter neoclási-

co transformando una ciudad de planta poco

regular, en una nueva traza en cuadrícula con calles amplias y estableciendo unas ordenanzas que originaron edificaciones de calidad.


ARTÍCU LOS c

planta y sección de la Ferrería de Erezuma, Leitza.

(Dibujos de Xabier Cabezón)

Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico

(1845-1850) respecto a Leitza menciona la fábrica de papel y dos de

hierro señalando:”Industria: 2 fábricas de hierro, una de cobre, una

de papel, 8 fraguas de hachas muy acreditadas en toda Navarra y Guipuzcoa; se hallan como las fábricas en estado muy floreciente 3 molinos harineros”. En el comercio se citaba la “esportación de lanas, ganado, papel, hachas y fierro” y la importación entre otras de “ropas”.

PÁG

65


h

arco bajo la antepara

g arcos 3 y 4 bajo la antepara, posiblemente uno para el eje de la rueda del martillo y el otro para acceso

f arco apuntado final de la antepara o canal elevado de la ferrerĂ­a de Erezuma

e

d

arco apuntado final de la antepara o canal elevado de la ferrerĂ­a.

arco de acceso del taller al espacio de las ruedas verticales.

MOLINUM - nÂş52, Octubre 2018


tamaño y situación alojó las instalaciones del batán. Un canal arranca del extremo derecho

de la presa y continua hacia aguas abajo, con del batán hacia alguna instalación inferior no localizada.

NECESIDAD Y RESULTADOS DE LA DEMOLICIÓN DE LOS AZUDES.

Los azudes de Errezuma y Batán se en-

cuentra en el tramo superior de la regata Era-

sote. Es evidente que en este tipo de cursos de agua existen condicionantes naturales, barreras rocosas aguas abajo que dificultan la franqueabilidad para los peces. Esta situación se

remarca en la zona de Errezuma, donde la pendiente media de la regata es del 7,3% (desciende 10 metros de cota en tan solo 137 metros de

longitud de cauce), y precisamente el motivo

por el que se ubicó el aprovechamiento, dota-

BATÁN En la inspección realizada se ha localizado

la presa del Batán en la misma regata de Era-

sote, unos 500 metros aguas abajo de Rezuma.

“En Leiza existió también un batán. En él, entre otras diversas prendas, se confeccionaban los capisayos que llevaban los pastores”. (Garmendia 2007 )

Es una presa de gravedad, de mampos-

tería, con un frente de 26 metros y dos tramos

rectos de 16 y 10 metros, anchura en coronación de 0,7 m y un salto de 3,90 m. Presenta un frente

aguas abajo ligeramente inclinado y está colmatada por los acarreos del río.

do de un corto canal. Aguas arriba del azud, y a

muy corta distancia, y aun en el caso de elimi-

narse éste, también se encuentran puntos de complicada permeabilidad, lo que cuestiona el interés de la demolición que se había previsto.

Madoz en su Diccionanio dice, a mediados

del siglo XIX, respecto a Leitza y su río “no falta

pesca de anguilas, y las truchas, aunque pequeñas, se crían en abundancia”.

BIBLIOGRAFIA —— GARMENDIA LARRAÑAGA, Juan.- Artesanía vasca.- p. 158 (ed. Eusko Ikaskuntza 2007). Amplia información sobre las ferrerías, presas y molinos del río Leitzaran puede encontrarse en: www. leitzaran.net

A pie de presa en la orilla derecha se apre-

cian los muros de un edificio de planta rec-

tangular de 13,20 x 8 m , posiblemente por su PÁG

67

ARTÍCU LOS

una anchura de 0,7 m sobrepasando el edificio



N O T I C I A S


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

Congreso Internacional de Molinología. El Consejo de Mallorca, en colaboración con ACEM, organiza el XI Congreso In-

ternacional de Molinología, entre el 18 y el 20 de octubre de 2018, con el lema «Memoria, arquitectura, técnica y futuro». Desde la década de 1990, el Consejo

de Mallorca, a través de la Unidad del Patrimonio Histórico Industrial, es líder en el estudio, la protección, la conservación, la restauración y la valoración del patrimonio molinológico y de la ingeniería tradicional de nuestra isla.

Los congresos internacionales de Molinología, que la ACEM promueve desde

hace dos décadas, son el referente estatal en el estudio de los molinos y de los ingenios tradicionales. Las actas de estos congresos ponen de manifiesto los importantes valores históricos, arquitectónicos, técnicos, estéticos, paisajísticos, sociales y simbólicos de estos bienes.

El XI Congreso nace con la voluntad de unir sinergias a nivel internacional, para poner en valor este patrimonio desde una perspectiva multidisciplinaria. Los objetivos del congreso son:

• Analizar el estado de la cuestión de las últimas investigaciones, desde diferentes disciplinas (historiografía, antropología, arqueología, arquitectura, ingeniería, etc.) y enfoques metodológicos.

• Presentar proyectos y casos de buenas prácticas en el ámbito de la conservación, la restauración y la rehabilitación de los elementos arquitectónicos y de la maquinaria.

• Plantear criterios de protección y estrategias de intervención.

• Debatir las perspectivas de futuro de este patrimonio en el marco del turismo rural y cultural.

• Favorecer los intercambios y las redes de colaboración a nivel internacional.

Este encuentro está dirigido a profesionales e investigadores de la arquitectura, la ingeniería, la historia y la historia del arte, la arqueología, la restauración, la

etnografía, la antropología, la geografía y el turismo; pero también a personas interesadas en esta temática y a entidades ligadas al patrimonio molinológico y a la ingeniería tradicional.


La participación puede consistir en la asistencia a las sesiones de trabajo y las

visitas técnicas, así como también en la presentación de comunicaciones o pósters.

NOTICIAS

Comité Científico y Secretaría Técnica ∙∙ Sra. Kika Coll Borràs, directora Insular de Patrimonio del Consell de Mallorca

∙∙ Sra. Aina R. Serrano Espases, coordinadora de la Unidad del Patrimonio Histórico Industrial del Consell de Mallorca

∙∙ Sr. Mario Sanz Elorza, vocal de la ACEM (Asociación para la Conservación y el Estudio de los Molinos)

∙∙ Sra. Esther Carmona Ayuso, representante de la Fundación Juanelo Turriano

∙∙ Dr. Sebastià Serra Busquets, director del Departamento de Ciencias Históricas y Teoría de las Artes de la Universitat de les Illes Balears

∙∙ Sra. Marta Vall-Llosera Ferrán, decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Baleares

∙∙ Sr. Alfredo Arias Berenguer, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales Superiores de Baleares

∙∙ Sra. Maria Antònia Cladera Salvà, representante del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de las Islas Baleares

∙∙ Sr. José M. Torrens Calleja, presidente del Colegio de Geógrafos de Baleares

∙∙ Sra. Joana Mudoy Siquier, vocal (encargada de las relaciones con entidades) de la Asociación de Amigos de los Molinos de Mallorca

∙∙ Sr. Xavier Terrassa García, representante de ARCA (Associación para Retabilización de los Centros Antiguos)

∙∙ Sr. Miquel Àngel Capellà Galmés, vocal de la Sociedad Arqueológica Luliana ∙∙ Sr. Nicolau S. Cañellas Serrano, especialista en ingeniería tradicional ∙∙ Dr. Andreu Ramis Puig-gros, especialista en patrimonio inmaterial

Secretaria técnica Unidad del patrimonio histórico industrial. Servicio de Patrimonio histórico Departamento de Cultura, Patrimonio y Deportes.

Centro Cultural La Misericordia Consell de Mallorca Plaza del Hospital nº4 , 07012 Palma

Información e Inscripción Contacto: molinologia@conselldemallorca.net Tel. 0034 971 219 815

www.conselldemallorca.net/molinologia2018

https://congresmolinologia.conselldemallorca.cat/

PÁG

71


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

Jornadas de Arquitectura y Paisaje: La arquitectura Tradicional Luis Azurmendi. Arquitecto

21, 22 y 23 Junio Santander 2018 Han finalizado las Jornadas de Arquitectura y Paisaje que se vienen reali-

zando anualmente en Cantabria organizadas por la Asociación Tajamar en colaboración con el Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria y las Conse-

jerías de Educación y Cultura y la de Medio Rural del Gobierno de Cantabria. En esta ocasión también ha participado el Instituto de Patrimonio Cultural de España. Dentro del Año Europeo del Patrimonio Cultural el lema de estas Jornadas ha sido: “Arquitectura tradicional. Teoría y práctica para su conservación y restauración”.

En la presentación inicial se llamó la atención de los riesgos que amenazan

los centros históricos de las grandes ciudades: el desbordante flujo de visitan-

tes sobre Barcelona o Madrid está acosando el equilibrio monumental y social de los barrios que los soportan. Un ejemplo paradigmático es Venecia: con el incremento del flujo de turistas (30 millones visitas/año) y la intrusión de los gigantescos cruceros al borde de la ciudad, ha superado los límites que “la serenísima” puede soportar en su delicado equilibrio ambiental y monumental.

La situación ha obligado a limitar el acceso del número de turistas y a cuantio-

sas inversiones medioambientales y de conservación y restauración; Venecia “muere de éxito”. Y eso sucede no solo en las grandes ciudades pues si observamos las tensiones en lugares de nuestras costas o de algunos parajes naturales podemos entender la generalidad del problema.

Fuera de las grandes ciudades en el medio rural, la población abandonó sus

lugares de origen y paradójicamente se produce el efecto contrario a lo des-

crito para las grandes ciudades: el campo se desertiza y la falta de población y de recursos amenaza el mantenimiento de un riquísimo patrimonio cultural y natural.


Este es el marco en el que se desarrollaron estas Jornadas de Arquitectura Tra-

dicional que han tratado de conocer, entre otras cuestiones, cuál es la reacción de las diversas cartas, convenios y recomendaciones de organismos interna-

cionales sobre la protección de los bienes culturales. La Declaración del Foro

NOTICIAS

de Davos (2018) es el último eslabón de una serie de Tratados y Convenios que, desde el concepto único de protección del “monumento”, se incorporan sucesivas ampliaciones conceptuales como el entorno, la historia, el paisaje cultu-

ral, el patrimonio inmaterial, la participación pública para, finalmente, este año con la celebración del Año Europeo del Patrimonio Cultural, proponer una visión

“integral”, holística dicen, para la intervención en el patrimonio cultural como eje del desarrollo económico y social.

Un intento de visión integral es la observación interdisciplinar de una parte del

patrimonio como lo es la arquitectura tradicional1 . Estas Jornadas han permiti-

do acercarnos al patrimonio tradicional desde las ponencias de especialistas en la geografía, la arquitectura, la ingeniería, la antropología o el planeamiento urbanístico, con la seguridad de que el conjunto nos permitirá una visión nueva y diferente de la que cada una de las partes puede ofrecernos.

Desde la geografía hemos conocido aspectos fundamentales de la evolución de los paisajes naturales hacia los paisajes culturales en la cordillera cantábrico-pirenaica. Juan Carlos Codrón lo explicó con fenómenos históricos aparentemente dispares como los cambios de actividades, los incendios forestales

con origen en nuevos usos agrarios o las rutas de la Mesta que han ido modificando la morfología natural del territorio.

Desde un punto de vista antropológico María Roscales abordó el concepto de

“espacio” entendido como un escenario del despliegue de prácticas y dinámicas socioculturales, el lugar “practicado”, identificado y que identifica, el lugar

cargado de sentidos para quienes lo practican y habitan. Abogó por la cultura originada por la actividad y orientar la investigación de los estilos de las vivien-

das como respuesta a un modo establecido de construirlas, que no ha surgido con independencia del clima y el paisaje local. Finalizó con la exposición del estudio del patrimonio inmaterial y las organizaciones usos y costumbres sociales de un lugar de referencia, como es Tresviso, en Cantabria.

El arquitecto José Cabrero explicó la relación de la arquitectura con la noción

de “lugar” a través de los tiempos y con diferentes ejemplos, incluso foráneos, edificados en el valle de Iguña tales como, una ermita mozárabe y unas casas inglesas tipo “cottage”. Utilizó diferentes extrapolaciones como el traslado de

1

Arquitectura tradicional es un término equivalente a “popular” o vernácula pero

que mejora el criterio de espontaneidad asignado a lo popular estableciendo analogías con otros tipos de arquitectura como la defensiva o religiosa. PÁG

73


MOLINUM - nº52, Octubre 2018

la imagen formal de una torre medieval propia del lugar, a la arquitectura de

una ciudad como Madrid. Otro ejemplo fue el tratamiento de nuevos añadidos, resaltando el “principio del segundo hombre” acuñado por E. Bacon, a una obra

como la iglesia de Ronchamp de Corbusier semienterrando los nuevos edificios ocultándolos de la categoría visual del monumento.

En cuanto a herramientas de información territorial del patrimonio cultural, el Colegio de Arquitectos de Cantabria presentó, a través de su coordinadora la

arquitecta Mar Martínez, el diseño de una web interactiva con los diferentes tipos de la arquitectura regional que resultó de sumo interés. El también arqui-

tecto Domingo Lastra matizó la diferente evolución de algunos municipios que incluso en su inapropiada dinámica urbana pueden contener recursos patrimoniales dignos de proteger.

Como ejemplo de las figuras de planeamiento urbanístico de protección mo-

numental fue expuesto por Carlos de Riaño el Plan Especial de Protección de Liérganes que el pasado año fue galardonado con el Premio Nacional de Urbanismo. El conjunto histórico de Liérganes comprende los barrios de Mercadillo, La Costera, la Rañada y la Ciudad Balnearia, con una curiosa estructura urbana, definida por tapias de cierre de fincas y edificaciones levantadas en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX que han protagonizado parte importante del Plan.

El patrimonio industrial tradicional, fue expuesto por Luis Azurmendi que resaltó la permanencia de modelos primigenios en la actualidad, como son las ferrerías y los molinos, sin una adecuada protección. Explicó que este tipo de patri-

monio es, no solo testimonio de la vida cotidiana del trabajo, sino parte de la historia de la tecnología y, por lo tanto, debe de protegerse con medidas equi-

valentes a las del grado monumental. Para su restauración trató de trabajos que están realizando sobre las máquinas y edificios como “la erosión” y los “espacios sonoros”. Finalmente proyectó una pieza cinematográfica experimental.

Desmitificar parte de los mitos de la arquitectura popular de siglos XIX y XX fue una de las intervenciones más llamativas por parte de José Luis García Grinda:

ni todas las arquitecturas “célticas” son prerromanas, ni siquiera celtas, como sucede con las típicas pallozas. Tampoco toda la arquitectura popular de An-

dalucía era blanca, más bien lo contrario, como tampoco los tejados planos o inclinados responden siempre a condiciones climáticas. Es una invitación a la revisión de estereotipos exagerados y, a veces, interesados.

En la última sesión se trató a un mayor acercamiento a la teoría y práctica de la restauración.


El arquitecto Annibal González de Riancho fue desgranando la restauración de

edificios y conjuntos monumentales según las teorías clásicas sobre conservación y restauración. Ejemplarizó las consecuencias de las grandes guerras

que arrasaron gran parte del patrimonio arquitectónico europeo y que sus resNOTICIAS

tauraciones abrieron un cúmulo de falsos historicismos que este autor puso en

cuestión en una exposición muy documentada. Nuestros “monumentos”, nues-

tro patrimonio -manifestó- son los conjuntos de arquitectura rural que forman nuestros paisajes y nuestro trabajo también es rehabilitar pequeños edificios,

que no son grandes monumentos, pero que forman parte de un todo que es nuestra riqueza arquitectónica y paisajística.

Por parte del Instituto del Patrimonio Cultural de España se expuso el Plan Nacional de Arquitectura Tradicional que fue relatado con minuciosidad y precisión

por la etnóloga María Pía Timón. Explicó los ámbitos de desarrollo en los que se incluyen estos bienes y estableció una clasificación. Se identificarán los riesgos y se desarrolló los aspectos metodológicos como los objetivos y los criterios de actuación. Por último, se expusieron los programas y líneas de actuación: pro-

grama de investigación y documentación; programa de protección; programa

de intervención y recuperación de los sistemas tradicionales y, finalmente, el programa de difusión, transmisión y promoción.

Un análisis histórico-crítico cerró este ciclo de las Jornadas con la interven-

ción del arquitecto Antonio González Capitel que fue explicando las teorías de conservación en una hipotética aplicación a la arquitectura tradicional. Niega

la aplicación de la llamada “restauración de estilo” aunque puede actuarse como una “reconstrucción arqueológica”; Expuso lo que llama restauración “analógica”, que consistiría “en reponer lo nuevo con cierta diferencia, clara-

mente distinguible de lo antiguo, pero que no entra en contraste con ello, sino que busca y consigue la armonía final”. Este mismo criterio puede aplicarse a

lo urbanístico y lo paisajístico. No disfracen - terminó diciendo- la casa nueva de una casa vieja de aldea, pero intenten actuar con la naturalidad, el sentido funcional y la elegancia de la arquitectura popular.

Como sesión práctica se realizó una excursión que titulamos arquitectura en

piedra. Se visitaron torres medievales, casas-palacio, iglesias y molinos de los

municipios de Arnuero y Bareyo que han participado también en el patrocinio de estas Jornadas.

Luis Azurmendi Arquitecto y Presidente de la Asociación Tajamar.

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