ASUNTO: La languidez es el estado de ánimo del año: Cómo identificarla y afrontarla CUERPO:
¿Qué es la languidez? El sociólogo Corey Keyes acuñó por primera vez el término languidez como la antítesis del florecimiento. Shemiah Derrick, un consejero profesional licenciado y asesor certificado en abuso de alcohol y drogas, menciona: “La languidez es apatía, una sensación de descanso o de desasosiego o una falta de interés general en la vida o en las cosas que normalmente te alegran”. A diferencia de un trastorno de pánico o depresión, la languidez es una serie de emociones, pero no es una enfermedad mental. Por otra parte, Leela R. Magavi, Doctora psiquiatra especializada en Johns Hopkins para niños, adolescentes y adultos, y directora médica regional en psiquiatría comunitaria, dice: “La languidez engloba sentimientos angustiantes de estancamiento, monotonía y vacío”. Identificando signos de languidez en usted mismo De acuerdo con la investigación de Keyes, en el 2002, cerca de 12.1 % de adultos cumplían con los criterios de languidez. Una persona que entiende perfectamente la languidez es Maia. Ella afirma: “Mentalmente, no me he sentido necesariamente bien o mal, pero definitivamente no me siento tan presente como solía, y esta falta de enfoque puede hacer que cada tarea sea mucho más desgastante que antes”. Cuando la pandemia comenzó, Maia se calmó, dándose el tiempo para relajarse. Luego la escuela inició, el trabajo se aceleró y, de repente, volvió a su rutina habitual, pero con menos energía. “Siento como si estuviera haciendo las cosas en automático”, dice Maia. “Todo se junta cuando estudias, trabajas, comes, y reduces tus interacciones diarias a una pantalla de computadora y silla de escritorio. Tengo la fortaleza para hacer las cosas, pero siento como si el tiempo pasara tan rápido que realmente no puedo disfrutar mi estilo de vida de la forma en la que lo hacía antes”. Luego está Aina, cuya nueva normalidad es alternar entre sentimientos de fatiga y falta de motivación con rápidos estallidos de energía cuando empieza algo nuevo, para volver a sentirse desmotivada poco después. Cuando ella debe hacer algo, no importa que tan rápido sea, Aina se encuentra preguntándose: “¿Por qué necesito hacer esto?” o “¿Qué sentido tiene?”. “Siento como si fuese perezosa o como si inventase excusas, pero es simplemente este estado raro de quietud y este pensamiento constante de saber que no estoy a mi plena capacidad”, indica Aina.