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“Una luz que se expande” ESPECIAL NÚMERO 3 ANIVERSARIO DEL FUNDADOR OCTUBRE 2014


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ANIVERSARIO

ESPECIAL NÚMERO Y 3º

DEL

NACIMIENTO DEL FUNDADOR

N.3 OCTUBRE 2014

« ¡Si quieres, puedes ser todo fuego! « ¡Si quieres, puedes ser todo fuego! »

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REFLEXIÓN DE LA SUPERIORA GENERAL FRANCISCA ALOMAR: «Presente de la Congregación»

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05 ENSAYOS MARÍA RIGO: «Referencias evangélicas en los Sermones del Fundador (IV)» ANTONIA BARRILERO: «Don Gabriel Mariano contempla a Francisco: icono para seguir a Jesús» JOSEP AMENGUAL «Gabriel Mariano, fundador»

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EDITA:CONGREGACIÓN DE HERMANAS FRANCISCANAS HIJAS DE LA MISERICORDIA C/ DEL NÉCTAR, 18 28022 MADRID E-MAIL.:MISERICORDIAE@HIJASDELAMISERICORDIA.COM COORDINA: ISABEL Mª PICÓ, PETRA OVEJERO Y Mª JOSÉ FEBRERO DISEÑO DE CUBIERTA: PAULA DALIÀ MARTORELL FOTOGRAFÍA DE CUBIERTA: ANTÒNIA JUAN DEPÓSITO LEGAL 145/1984 COLABORA: ISABEL MARTÍNEZ MORENO

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DOCUMENTOS D. TEODORO ÚBEDA: «Así escribió de él. D. Teodoro Úbeda» PERE LLABRÈS: «Así escribió de él. Franciscanismo y misericordia»

16 EXPERIENCIAS MARITZA MARIANELA RONDO, PRENOVICIA: «Como una luz que se expande»

MARIBEL PERALES ORTEGA, NOVICIA «Ese destello de luz» ÁGUEDA DÍAZ LUNA, JUNIORA «Ese destello de luz»

20 OBITUARIOS DELEGACIÓN DE MALLORCA-MENORCA «María Ramis Ramis, Catalina Moragues Fornés, Margarita Juan Font, Apolonia Martorell Villalonga». DELEGACIÓN DE CASTILLA-ITALIA «María de los Ángeles Serrano»

24 EPÍLOGO Isabel Martínez: «San Francisco y el Fundador. Diálogo de amor»

27 TESTIMONIO GRÁFICO «Espacios de D. Gabriel Mariano» «ES


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REFLEXIÓN

ANIVERSARIO 2 M I L14 NACIMIENTO DEL MIL8 FUNDADOR

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PRESENTE DE LA CONGREGACIÓN POR: FRANCISCA ALOMAR, SUPERIORA GENERAL

¡SI QUIERES, PUEDES SER TODO FUEGO! Estoy convencida de que el espíritu, la fuerza, el fuego que animó la vida del Fundador y de nuestras hermanas en los comienzos de la Congregación no se ha agotado o apagado. Todo lo contrario, creo que nos apremia a vivir con más entusiasmo y con más pasión nuestro presente. Pide que al «calor del primer fuego», en fidelidad creativa al Carisma heredado, demos respuestas nuevas a los tiempos nuevos que nos toca vivir. Nos desafía a ser audaces, valientes, tal y como lo fueron ellos, a dejarnos llevar por el soplo del Espíritu, y a mantener ardiente y con gran ánimo el fuego fundacional. Nos pide que seamos fuego, a fin de transmitir a la generación presente y a las venideras nuestro legado revitalizado y renovado, con nuevos compromisos históricos. Entiendo que todo ello nos pide estar despiertas, atentas a nuestro presente a fin de traducirlo y concretizarlo en nuestro vivir diario, para que no se quede en meras consideraciones. Vivimos un momento de la historia de cambio constante, de grandes avances, grandes cambios culturales, de crisis económica, de mayor pobreza para una inmensa mayoría, concentración de la pobreza en las periferias de las ciudades y también en las periferias del mundo, numerosos países

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e me ha pedido escribir sobre el presente de la Congregación. Por supuesto, no voy a hablar de este, nuestro presente, más que conocido por todas. Más bien, voy a partir de la sabiduría del abad José, y el reto que nos plantea hoy a la Congregación: « ¡Si quieres, puedes ser todo fuego! »

en guerra con las consecuencias de la misma, la ausencia de Dios, y por otra, la entronización del dios dinero, etc. Vivimos insertas en esta historia y no podemos ni debemos estar al margen de esta realidad, aunque tampoco sea nuestro mejor momento como Congregación. El Fundador en su momento histórico, no mejor que el nuestro, supo leer los signos de los tiempos, escuchar el clamor de los pobres y dar la respuesta concreta que la sociedad de su tiempo necesitaba. Ahora es nuestro tiempo; en él nos toca actuar y afrontarlo con madurez, con fe y esperanza, pero también desde el compromiso evangélico valiente. Tenemos posibilidades, si queremos. La pobreza que experimentamos no se va a solucionar encerrándonos en nosotras mismas, en nuestros conventos, en nuestras comodidades e intereses. «¡Si quieres, puedes ser todo fuego!» ¿Queremos?¿Es nuestra vida, de acuerdo al momento que vivimos, una respuesta a los signos de los tiempos? ¿Queremos ser la respuesta audaz y valiente que nos piden nuestros orígenes carismáticos? ¿Estamos dispuestas a socorrer la mayor pobreza? O ¿estamos mejor en la tranquilidad cumplidora del convento? ¿Nos estará faltando valentía y determinación a fin de recrear el Carisma? Necesitamos volver a Jesucristo, ponerlo en el centro de nuestras vidas, escuchar el susurro de su llamada constante. «Quien encuentra el tesoro y la perla, descubre que valen más que todos los otros bienes, por esto lleno de alegría, renuncia a todo lo demás. Es lo que buscaba, lo que esperaba, responde a sus aspiraciones más auténticas. Quien ha conocido a Jesús, quien lo ha encontrado personalmente, permanece fascinado, atraído por tanta bondad, tanta verdad, tanta belleza, y todo en una gran humildad y sencillez» (Cfr. Ángelus Papa Francisco, 27 de Julio de 2014). ¾¾¾

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«CUENTA UN APOTEGMA DE LOS PADRES DEL DESIERTO QUE EL ABAD LOT DIJO UNA VEZ AL ABAD JOSÉ: PADRE, AYUNO UN POCO. ORO Y MEDITO; TRATO DE VIVIR EN PAZ EN LO QUE DE MÍ DEPENDE; PROCURO PURIFICAR MIS PENSAMIENTOS. ¿QUÉ MÁS PUEDO HACER? JOSÉ SE PUSO DE PIE Y EXTENDIÓ SUS MANOS HACIA EL CIELO. SUS DEDOS SE VOLVIERON COMO DIEZ LLAMAS Y DIJO: ¡SI QUIERES, PUEDES SER TODO FUEGO! »

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REFLEXIÓN DE LA SUPERIORA GENERAL ¾¾¾

Por Él, gozosas un día lo vendimos todo. Él nos hará recuperar su misma pasión por Dios y la humanidad, nos hará disponibles para el Reino, nos llenará de audacia, osadía y gozo y nos facilitará uno de los criterios de discernimiento evidentes de la llamada de Dios: nos lanzará y remitirá a los hermanos especialmente a quienes han quedado en la cuneta de la vida, para ser entre ellos testigos de su bondad y misericordia. En la respuesta gozosa y entusiasta a su llamada encontramos la orientación de nuestra vocación de Hijas de la Misericordia, nuestra vida cobra sentido y se vuelve entusiasmante y contagiosa. DISPONIBLES PARA LA MISIÓN «¡Si quieres, puedes ser todo fuego!» Estando disponible para el Reino, al estilo del Fundador. Ésta, es otra llamada que hoy el Espíritu hace a las Hijas de la Misericordia: estar disponibles para la misión. Una misión que desde nuestros orígenes, tiene una opción clara y preferencial por los más empobrecidos, los que han quedado al margen de la vida. «Si yo pudiera y había de hacer una fundación la haría a favor de las pobres aldeas de la isla.» (Escritos, G. Ribas I Pág. 26), exclama el Fundador, en 1849 al tener noticia de la fundación de una casa de caridad en Pollensa, Mallorca. Desde la fundación, incluso antes, Gabriel Marià tiene muy clara su intención de dedicar la Congregación a favor de los más necesitados, de los que padecen la mayor pobreza, los olvidados de la sociedad: «Las Hijas de la Misericordia, estarán siempre atentas a socorrer la mayor miseria.» (Const. F. C. XXIII) «En primer lugar irán con prontitud y alegría a servir, … prefiriendo los pobres a los ricos.» (Const. F. C. XXII) Insiste constantemente que, los destinatarios de nuestra misión son los más desfavorecidos, los olvidados, los que no cuentan para la sociedad, con la finalidad de humanizar su vida, de luchar por la solidaridad y la justicia, enseñándoles a tener una mirada trascendente y contemplativa de la vida. Esta fue la opción que configuró la vida de Jesús y es la que el Fundador quiere para nosotras. Si esto nos falta, nos faltará algo esencial en nuestra forma de seguir a Jesús y en la puesta iseri

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al día de nuestro carisma. Estar en la periferia, en la frontera, es un buen criterio de discernimiento para nosotras. Nuestras primeras Hermanas, ya en los inicios de la Congregación, desde una actitud valiente y profética, supieron estar en la primera fila, allí dónde se corre más riesgo, en la lucha por la humanización, y alguna incluso, dando la propia vida. En la guerra de España con Marruecos (1859-1860) un grupo de Hermanas parten hacia Marruecos para atender a los soldados heridos. En 1865 otro grupo de Hermanas asisten a los afectados por la epidemia del cólera en Palma. Seis años después 1871 un grupo se Hermanas pasa a Palma para asistir a los apestados, una de ellas, sor Luquesia, cayó enferma y murió dando la vida por sus hermanos. En 1868 recién fundada la Congregación el Fundador ya escribe a un obispo del Perú ofreciéndole Hermanas para colaborar en la tarea evangelizadora. El pasado de la Congregación tiene que ser la fuente de inspiración de nuestro compromiso presente. Nuestras Hermanas no se quedaron en la retaguardia, no se resguardaron del peligro, se lanzaron al soplo del Espíritu se hicieron presentes cuándo y dónde se las necesitaba, porque entendieron la vida al estilo de Jesús, como servicio de misericordia y ternura. Sin condiciones ni reservas, sabían que »Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto» (Juan 12: 24). Ellas aceptaron el reto de ser fuego respondiendo a los signos de los tiempos. Y porque se dejaron llevar por el fuego del Espíritu en fidelidad creativa, la Congregación experimentó un gran impulso, fue una fecunda y llena vitalidad, la vitalidad del grano de trigo que cae en tierra y muere. La revitalización de la Congregación se hará posible en el instante en que descubramos este tesoro, y llenas de alegría estemos dispuestas a venderlo todo para conseguirlo, cuando este tesoro ocupe el centro de nuestra vida y gozosas sepamos morir a nuestras seguridades actuales y estemos disponibles para el Reino, en fidelidad creativa y profética, al estilo de Jesús y de Gabriel Marià. Que el Fundador nos guíe y acompañe en este camino de revitalización de la Congregación.


REFERENCIAS EVANGÉLICAS EN LOS SERMONES DEL FUNDADOR (IV)

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ENSAYOS

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POR:MARÍA RIGO, FHM alrededor de Jesús. Esta palabra divina, dejadlo todo y seguidme, fue lo que dio firmeza a cerca de veinte millones de mártires para derramar su sangre en defensa de la fe. Esta palabra divina, dejadlo todo y seguidme, fue lo que llenó los desiertos de innumerables anacoretas que entre las espinas de la penitencia ofrecían al Señor el oloroso incienso de la oración… Esta palabra divina, dejadlo todo y seguidme, fue lo que edificó tantos monasterios que como otras tantas ciudades de refugio, son el asilo más seguro para aquellas almas predilectas que del todo se quieren consagrar a Dios». No es difícil descubrir en estas palabras del Fundador su amor al árbol frondoso que dejó plantado Francisco de Asís y Clara. Y que con la reforma Capuchina, extendió sus frutos al recibir «una Regla de un serafín crucificado que no es más que una cruz». Pero , añade el Fundador, «para participar de los copiosísimos frutos que penden del árbol de la cruz, es menester abrazarme con la cruz. En la cruz se desposó el Hijo de Dios con el género humano y con cada una de las almas; y por esto cuando quiere elevar a una alma al alto grado de perfección, que pide un místico y espiritual desposorio, lo primero que le presenta es la Cruz. Con esta maravillosa economía se combinan y corresponden el Paraíso y el Calvario. Allí pecamos todos en Adán, y aquí fuimos todos regenerados en Jesucristo. Y si todos debemos abrazarnos con la cruz para hacernos conformes con la imagen del Hijo de Dios ¿Cuál deberá ser la vida crucificada de aquellas almas grandes que el Señor tiene destinadas para servir de ejemplo y modelo a los demás?». Termino con esta sencilla invocación, tan propia del fundador: «Amabilísimo Jesús por vuestro amor sacramentado; encended mi corazón, para que saliendo mis palabras llenas de amor vuestro, inflamen el de mis oyentes con vivísimos deseos de vivir con Vos crucificados. Esta gracia os pedimos por vuestra Purísima Madre a quien saludamos con las palabras del Ángel. AVE MARÍA». iseri

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i bien es verdad que la página de nuestra historia, durante esta etapa, está dedicada a las referencias evangélicas en los sermones del Fundador, también es verdad que no perdemos de vista la celebración del bicentenario de su nacimiento, el próximo 3 de noviembre. Precisamente por esto, hoy quiero detenerme en el sermón predicado en el Monasterio de las Religiosas Capuchinas de Palma el día 9 de julio de 1846. Monasterio particularmente querido por D. Gabriel. Pues, de dicha comunidad formaba parte Sor Verónica Gallard del Cañar, hermana de su madre (Sermones { 22 }, vol. I, 175). EGO ESTIGMATA DOMINI JESU IN CORPORE MEO PORTO «Yo llevo en mi cuerpo las insignias de la pasión de Jesús» Este es el título del citado sermón. Y éste es el texto Evangélico: «El que quiera venir en pos de mi, que renuncie a si mismo, que cargue con su cruz de cada día y me siga» (Lc. 9,23). Este texto de Lucas fueron las primeras palabras del sermón. Seguidas por aquella referencia al Joven del Evangelio que preguntó a Jesús qué debía hacer para salvarse ( Mt. 19,21 ). Le fue respondiendo que guardara lo que estaba mandado; pero cuando manifestó deseos de ser perfecto le dijo Jesús que se fuera, que vendiera lo que tenía, y así despojado le siguiese. Consciente el Fundador de que sus palabras iban dirigidas a una comunidad de religiosas, adornadas por el carisma de la penitencia y la pobreza, continúa diciendo : «Es menester, pues, para poner en práctica los consejos evangélicos, para llegar al más alto grado de perfección, abandonar todas las cosas de este mundo, y seguir los pasos de Jesús que todos se dirigen al Calvario. ¿ Pero y habrá almas grandes que, cual otro discípulo amado lo renuncien todo y sigan a Jesús hasta el Calvario?. Sí, la palabra divina es en sí viva y eficaz; y no sólo los preceptos sino también los consejos hallarán eco en el corazón del hombre. En efecto – comenta D. Gabriel – Esta palabra divina, dejadlo todo y seguidme, fue la trompeta convocatoria que reunió a los apóstoles

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ENSAYOS

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D. GABRIEL MARIANO CONTEMPLA A FRANCISCO: ICONO PARA SEGUIR A JESÚS POR: ANTONIA BARRILERO, FHM

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on motivo de la festividad de san Francisco de Asís de este año, quiero dedicar mi artículo a estudiar su figura a la luz de las interpretaciones que hace de él nuestro fundador, cuya personalidad y legado cobran una importancia especial a lo largo de todos sus sermones. Para D. Gabriel, san Francisco es un «santo cuya vida sigue en todo la del Unigénito sobre la tierra». Esta identificación entre ambos le lleva a establecer un paralelismo entre sus biografías y actitudes evangélicas. Jesús es para Francisco modelo para caminar a la luz del Evangelio; la pasión por Él le llevó a tomar «las penitencias por dulzuras y las comodidades por amarguras». Por eso, en virtud de esta identificación, el Fundador presenta a Francisco como «vivísima imagen de Jesucristo». En él despuntan dos virtudes que definen y dan solidez evangélica a su personalidad: la pobreza y la humildad. Virtudes que D. Gabriel Mariano reseña como cualidades esenciales para cumplir la voluntad de Dios. «Os admiráis de la humildad del Hijo de Dios que eligió para lugar de su nacimiento, no un gran palacio, sino un pobre establo. Admirad, pues, también, la divina providencia que dispuso de tal modo las cosas que San Francisco naciera también en un pobre establo a pesar de ser hijo de unos comerciantes muy ricos, a fin de que, quien tenía que vivir en un modo tan semejante a Cristo, se le pareciera también en su nacimiento.» El eje temático Jesucristo/Francisco, y más concretamente la afinidad espiritual, la sitúa el Fundador en el propio nombre con el que fue bautizado san Francisco: «El nombre de Juan que le impusieron en el bautismo fue ya un preludio feliz de que venia para preparar los caminos del Señor, para dar a conocer al Cordero de Dios, para ser una voz poderosa que clamase en el desierto de este mundo, que lo era en efecto en aquel tiempo, por no haber quien reflexionase en su corazón.» Y, en otro pasaje señala cómo «El ángel, que en forma de peregrino le sacó de la pila bautismal, era una prueba determinante de que el cielo tomaba a su cargo la enseñanza y condición de aquel niño que debía llegar a la más alta perfección.»

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La afinidad entre ambos también la sitúa en la escasez de datos sobre su juventud. La de Jesús, al lado de María y San José, en Nazaret. La de Francisco, «que amaba la diversión, que aborrecía el pecado y la disolución y que practicaba algún acto de caridad.» Así, hasta que la guerra entre Perusa y Asís trastocó los planes del joven Francisco «y donde quizá buscó la gloria, encontró desengaños pues cayendo prisionero, empezó a conocer la vanidad de las cosas de este mundo, creciendo, ese conocimiento, cuando estando ya en libertad el Señor le visitó con una grave enfermedad. Todavía no intuía los designios de la Providencia. Un acto de caridad movió a Dios para dárselos a conocer:» Es por esto por lo que D. Gabriel llama a Francisco «amanuense del Espíritu Santo» de cuya vida y pluma salió su Regla que algunos han llamado «el quinto Evangelio». Pero, además, otro calificativo denota la gran relevancia de este santo para la Iglesia en opinión de nuestro Fundador, el de Serafín. Para D. Gabriel fue merecedor de tal apelativo porque «no sólo tenía que amar a Dios con todas las fuerzas de su corazón, sino que tenía que procurar que todo el mundo le amara.» Se intuye aquí, de nuevo, la condición de enviado de Francisco que suscita la atención del Fundador. Y esta misma condición es la que define su misión: «… lo envió al mundo para que fuera una copia de su vida santísima. Para que se verificasen los designios de la divina providencia, era necesario que Francisco viviera siempre imitando a Jesús Crucificado. Por esto en su nacimiento fue marcado con la cruz; cruces le mostraron en su conversión; en el camino encuentra cruz aceptada como voluntad de Dios; cruz es el hábito que eligió; cruz la regla que practicó y una continua crucifixión toda su vida. Considerad, sino, el carácter de Francisco antes de entrar en el camino de la perfección y después: su humildad, su desprendimiento, su abnegación, sus penitencias, sus mortificaciones y veréis en qué modo vive siempre con Jesús Crucificado. Así vivía Francisco, crucificado, clamando desde la cruz, perdón, misericordia y piedad.» Crucificado Francisco no sólo ya en el espíritu sino también en su cuerpo, se le aviva la sed del más padecer, de más amar, de ganar más almas para su Amado.


primero entre los fundadores que acudió a la Silla Apostólica para la confirmación de una Regla que el cielo sancionó con milagros y de viva voz, y a la cual los sumos pontífices llenaron de elogios llamándola un libro de vida, esperanza cierta de salud y la médula del Santo Evangelio.» Unos deseos y una práctica que fueron necesarios «para ser Francisco una viva imagen del Hijo de Dios, sus obras han de ser conformes a las de nuestro Redentor. Por esto le veréis infatigable trepar colinas y surcar los mares para convertir a los infieles y pecadores. Por esto busca siempre la gloria del divino Padre y especialmente dando una Regla a las hijas de Clara e instituyendo la Orden Tercera de Penitencia.» Que Don Gabriel quedó prendado de esa fascinación por Francisco, es obvio, por eso a la hora de elegir donde vincular a nuestra familia religiosa no dudó ni un momento. El mismo lo describe así: «Aunque nuestra Tercera Orden del grande Francisco de Asís no tuviese el incomparable honor de ser verdadero instituto, y el primero de esta clase que plantó Dios en el mundo para que con facilidad pudiesen llegar al más elevado grado de perfección los que no llamó al estado religioso, aun que no fuese su fundador el Santo la más acabada copia del Hijo de Dios humanado y su Regla tan perfecta y excelente, bastaría sólo fijar nuestro ojos en más de cuatrocientos cincuenta terciarios santos, beatos y venerables para conocer cuan conforme es nuestro instituto al modelo de todos los predestinados en Cristo Jesús [...] Oh! y con cuanta razón puede decir Francisco funes ceciderunt mihi in preclaris: los cordones me llenaron de gloria! pues en él se verificó la profecía de Zacarías: una de las dos varas que tomare se llamara cordón y con ella apacentaré mi rebaño. » No puedo, ni mucho menos agotar todas las citas y referencias que D. Gabriel hace sobre san Francisco en sus sermones. Creo que con las elegidas, las Hijas de la Misericordia al clausurar este 200 aniversario de su Nacimiento tenemos un abanico lo suficientemente amplio para poder fijarnos y ahondar en el camino de la identificación con Jesús. Será la mejor manera de recordar a ese hombre que por su fascinación por Francisco de Asís, fue capaz de arriesgarse a vivir desde el abandono y plenamente confiado en las manos de Dios, la identificación con Jesús, misericordia entrañable del Padre.

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Para D. Gabriel «Jesús Crucificado» es el gran misterio para alcanzar la perfección; el icono donde mirar para impregnar de verdadero sentido la vida del seguidor de Cristo, por eso comenta: «es imposible alcanzar un elevado estado de virtud sin abrazarse a la cruz pues, en el camino de la vida espiritual otra cosa no cabe, como dice el célebre reformador del Carmelo, sino la abnegación y la cruz». De donde se deduce que Francisco sea para él modelo de vida y de seguimiento. Así como Francisco dispuso su opción consagrada a la luz de Jesús y su Evangelio; así el Fundador fija su mirada en el «poverello de Asís» para alcanzar la alteridad con Jesús, y nos invita a las Hijas de la Misericordia «a seguir todos los pasos del seráfico patriarca para hallar una vivísima imagen de Jesucristo». Y es que no cabe duda que «en Francisco la cruz es fuente de identificación con el Crucificado y la cruz su único estandarte, hasta poderle llamar el hombre del calvario». Recorrer este camino de identificación con Jesús no fue gratuito para Francisco, sino que tuvo que vivir de acuerdo a la inspiración de Dios. Esa ascesis, ese esfuerzo D. Gabriel lo expresa así: «y si la cruz ayuda mucho a la subida contemplación porque en ella se desposó el Hijo de Dios con nuestras almas ¿Cuál sería la de nuestro santo que desde sus primeros fervores se entró en la espesura del más puro padecer, que trae consigo el más puro entender, y después el más puro gozar?. Aquí es donde conoce Francisco que para levantar el alto edificio de una vida perfecta, es menester primero zanjar profundamente los cimientos de la humildad; y volviéndose a su patria y presentándose en público cubierto de andrajos, compra, a consta de insultos, tan preciosa virtud. Y es tanto lo que adelanta en ella que en breve vino a ser el hombre más humilde digno de que el Señor le confíe el reparar su Iglesia, como se lo había mandado en la ermita de san Damián. Para poner en práctica el vasto plan que la divina providencia ordena con peso, medida y suavidad, y mueve al mismo tiempo en su corazón, vivísimos deseos de practicarla». Por eso D. Gabriel no vacila al reconocer que «La religión de Francisco es la religión del humilde por antonomasia.» Desde esa pequeñez y humildad D. Gabriel reconoce y resalta que «El seráfico Patriarca fue el

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GABRIEL MARIANO, FUNDADOR POR: JOSEP AMENGUAL I BATLE, M..SS.CC

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na fundadora o un fundador no son personas simplemente geniales, o iluminadas. Indudablemente han de sentir una llamada muy fuerte del Espíritu. Pero no basta. Hasta ahí llega un profeta, un místico, un poeta. El fundador ha de ser capaz de discernir, de organizar, de mostrar caminos, y ha de prever el futuro. Siempre desde una actitud de apertura a lo que el Espíritu le vaya indicando. I. P ARA

IR CONSTRUYENDO LA IMAGEN DE UN

Jesucristo, y el servicio que se puede ofrecer al mundo sean auténticos, y no se camuflen con otros objetivos. Entremos más directamente en el proceso que llevo a Gabriel Marià y a su hermana Josepa a fundar la Congregación de las Franciscanas Hijas de la Misericordia. ¿Cómo Dios fue moldeando a Gabriel Marià como fundador? Dios como absoluto

FUNDADOR

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Dejemos bien sentando que un fundador ha de ser una persona que anteponga a todo otro interés la unión con Dios, en el seguimiento de Cristo. Es lo que el concilio Vaticano II considera como la sed de la caridad perfecta (PC 1). Por eso, un fundador es el creador de una espiritualidad. Una segunda opción es la del servicio. Los fundadores de las Franciscanas Hijas de la Misericordia no derivan, al menos principalmente, de la espiritualidad franciscana el modo de servir, las obras, los lugares, etc., dónde han de hacerse presentes. Veremos su inspiración. Su inspiración cercana está en las muchas casas de caridad, existentes entonces. La vida religiosa tiene como forma de vida la comunidad. El decreto conciliar PC, 15, contiene uno de los más bellos y densos pasajes sobre la comunidad. El seguimiento de los pasos de Gabriel Marià nos hace descubrir cómo se preocupó, en lo que estuvo de su parte, por el ideal de vida fraternaPara llegar a fundar ha de preceder un proceso de discernimiento, de modo que el móvil de fe, de unión con Dios, a través de

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La autenticidad de la religión de la familia de los fundadores, se probó hasta con costos económicos. Gabriel Marià, después del bautismo, quedó marcado por la promesa que hizo su padre, al quedar libre de un gran peligro de su salud, cuando rondaba los dos años. El agradecimiento a Dios le rigió toda la vida, puesto que en la curación él sintió una llamada a una vocación específica, en la iglesia: «Desde niño me llamó el Señor a su servicio y por esto viví siempre apartado de este mundano espectáculo y gustosamente ocupado en las cosas de la Iglesia». La radicalidad y totalidad de su entrega a Dios la reiteró cuando fue ordenado de subdiácono. Gabriel Marià extrajo nuevas luces y fuerzas para su entrega a Dios. Lo que muchas veces se lleva con pesantez, como el celibato, para el fundador fue un manantial de gracias. Captamos una gran claridad teológica en la interpretación de su propósito de abrazar la orden franciscana. Con mirada retrospectiva, escribió en 1859: «Consagrado a Dios pensé unirme más estrechamente con él abrazando el estado religioso, profesando la regla del Serafín de Asís».


En la opción por Dios entra un modo específico de seguir a Jesús, que, en el fundador, estuvo empapado de franciscanismo, y tomó unas opciones bien definidas, que él consideraba innatas. Estuvo vinculado con la Tercera Orden seglar, cuando su padre le hizo discernir por largo tiempo su vocación, optó por los estudios en el Estudio de los Franciscanos. La opción no fue indiferente. Dos veces, en Italia, intentó ingresar en la orden franciscana de la rama de observantes, pero, como es sabido, la salud le faltó. Gabriel Marià sacó consecuencias para su vida, que repercutieron en la congregación. Unas son fuertemente simbólicas e indicativas, como la de desclasarse, en el presbiterio mallorquín, cuando dos veces rehusó las vanidades del monseñorado, y lo razonaba de esta manera: «Pues si bien anhelaba un vestido rojo, lo quería de lana y no de seda». De hecho, desde los 15 años había manifestado a su padre que sentía la vocación a la orden franciscana. El padre le impuso 3 años de reflexión. A los 21 años (1837) decidió ir Roma, a lo cual sus padres no pusieron la menor pega, puesto que era mayor de edad. Sin embargo, el golpe era duro y muestra la tenacidad del joven Gabriel Marià, en seguir su vocación que, por supuesto, debía culminar con el ingreso en la comunidad de frailes menores. La opción por Dios, en la vida religiosa y ministerial de Gabriel Maria, se fraguó con mucha oración y con mucho temple humano en labrar la propia conciencia, que en diversas

En definitiva, Gabriel Marià, ante todo mostró que no vivía primeramente para hacer algo, sino para ser de Dios totalmente. Este es el don distintivo de la vida religiosa. Vida religiosa apostólica Quedar polarizado por Dios, según Jesús de Nazaret, tiene unas repercusiones para la humanidad. Es lo que confesamos en el Credo, cuando decimos: «el cual por nosotros, y por nuestra salvación…». Así, el fundador experimentó y diseñó una vida de servicio, que es la vida apostólica, porque imita a los apóstoles. Cuatro son los aspectos fundamentales de esta forma de vida: seguimiento de Jesús, comunidad, pobreza o comunión de bienes, y ministerio. A diferencia de la mayoría del clero diocesano, que no predicaba nunca, Gabriel Mariano optó por la predicación itinerante, y en pueblos pequeños, lo cual le llevó a ‘tocar’ la situación de la mujer, de los niños y ancianos en los pueblos. De ahí hemos de pasar a ver como pudo dejar un legado espiritual muy acrisolado a la Congregación, plasmado en el modo de obrar que propuso a la Congregación. En este punto, no depende estrictamente del franciscanismo. Y él mismo lo da a entender, cuando alude a las numerosas casas de caridad. Antes esta situación, su hermana, Josepa, que escuchó los ideales de Gabriel Marià se dispuso a ser una de las que sirvieran a los pequeños, de los pueblos pequeños. Que una señora de Palma se pusiera voluntariamente al servicio de los payeses mallorquines era inaudito. La opción de los hermanos Gabriel Marià y de Josepa era socialmente revolucionaria. ¾¾¾ iseri

En el seguimiento de Cristo, según el estilo franciscano

ocasiones le pone al borde de la ruptura con sus padres. No obstante, fue suficientemente sagaz para presentar adecuadamente sus proyectos, de forma que pudieran ser al menos asumidos.

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Recojamos un rasgo carismático, de cuño franciscano: la entrega en Gabriel Marià es por María Inmaculada. Por la historia nos consta el gran influjo de María en la vida y en la obra de los fundadores y, no por casualidad, pone el carisma de la congregación bajo la advocación de Madre de Misericordia.

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Este descenso es una de las actitudes que hicieron de los hermanos unos fundadores actuales en todos los tiempos y lugares. A la opción religiosa, le dieron un cauce de servicio evangélico.

de la familia, les dice que era feliz, «pues empiezo a sentir la verdad de que quien lo deja todo por Dios, todo lo halla en Dios», palabras inspiradas en Rm 8,28. El sosiego y la paz

¿Cómo se plasma el carisma de unos fundadores? Hasta aquí hemos recogido buenos propósitos de dos personas, salidos de una entrega absoluta a Dios y a su causa. Pero, con píos deseos no se funda nada. Quedan por hacer las elecciones que han de hacerse, de formas de espiritualidad, de servicio, de organización, de formación y de economía. Hay que discernir. El discernimiento Para que una espiritualidad se convierta en un carisma, es decir, en un don del Espíritu para el mundo, desde la Iglesia, es imprescindible discernir su autenticidad, su utilidad para el bien común. El discernimiento no siempre culmina con el mejor de los aciertos; pero es el método humanamente más adecuado para acertar, sobre todo, cuando van implicadas otras personas, como es el caso de unos fundadores. Los criterios de discernimiento efectivos en los fundadores de las Franciscanas Hijas de la Misericordia La experiencia filial de estar en las manos de Dios

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Si una congregación es para reunir personas de fe, que optan absolutamente por Dios, esta experiencia ha de ser manifiesta en unos fundadores, que han de ser personas hasta humanamente felices. No basta suponérsela. Es lo que leemos, cuando, después de su partida

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No repetiremos los criterios generales de discernimiento, de la espiritualidad ignaciana, a la cual recurrió Gabriel Marià en diversas ocasiones, cuando se retiró a la Misión, en Roma, por ejemplo, para practicar los ejercicios espirituales. También reunió diversas veces a la Presidentas de las primeras comunidades, cuando debían decidir nuevos rumbos para el Instituto. El discernimiento de tres años se lo impuso su padre, antes de decidir su vocación al ministerio. Él esperó meses antes de decidirse por la ordenación del subdiaconado, entonces decisiva. Tres años hizo esperar a Josepa, antes de decidir la fundación de la Congregación. La voz de Dios en la historia También practicó el discernimiento, a partir del fracaso. Retrasó su experiencia en la orden de los observantes, y tuvo que volver a casa, después de dos pruebas en la orden; sus intentos de trabajar en Italia no dieron los resultados apetecidos. En aquellas circunstancias empezó a preguntarse si Dios le daba a entender que su lugar en la Iglesia estaba en su patria, Mallorca. El curso normal de Gabriel Marià hubiera sido alcanzar una parroquia. La constante disponibilidad a cumplir la voluntad de Dios da agilidad a la persona Observemos, en consecuencia, que quien está en las manos de Dios es una persona abierta a Dios. Si Gabriel Marià no hubiera hecho esfuerzos para experimentar el carisma franciscano, no tendríamos la congregación que


Por supuesto, si hubiera sido párroco, en manera alguna hubiera fundado para bajar e ir a los pueblos pequeños, que no eran parroquias, como Pina.

Lo carismático, antes que lo organizativo, no contra la organización A los pocos años de haber fundado la congregación, las insistencias y maniobras de su amigo Fortuny, le hicieron discernir entre el cumplimiento literal de algunos artículos muy importantes, pero no decisivos, de las Constituciones, tocantes a la formación, por ejemplo, y la urgencia de servir a los pobres. Consideramos que la formación es primordial, indiscutible. Si una urgencia pide un calendario diverso, la flexibilidad puede imponerse. No siempre lo más costoso es lo que Dios quiere, ahora y en estas circunstancias Hemos aludido a cómo Gabriel Marià sintió la llamada de Dios a la vida religiosa de carisma franciscano. Sin embargo, los acontecimientos políticos y sociales, eclesiásticos y personales, como la enfermedad, le llevaron a otras posibilidades. Gabriel Marià entendía el mensaje de la vida, como lo plasmó día 21 de diciembre de 1843, al escribir: «como por otra parte sólo deseo

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La voz de los pobres y de los lugares pequeños

Que Gabriel Marià fracasara en la carrera parroquial, le condujo a ser uno de los grandes evangelizadores. Esta elección, cuyo discernimiento maduró rastreando pueblo tras pueblo la geografía de Mallorca, y observando como Jesús, que quedó impresionado ante las multitudes de ovejas sin pastor, le condujo a sentir como su Maestro y desde esa experiencia labró la congregación de las Franciscanas Hijas de la Misericordia.

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conocemos. Si hubiera sido franciscano, no hubiera sido fundador, ya que la orden no regresó a Mallorca hasta muy entrado el siglo XX. Su experiencia como ecónomo (=párroco) de Santa Eulàlia le hizo descubrir las bolsas de pobreza de Palma, que carismáticamente quisieron neutralizar los fundadores. Pero, si Gabriel Marià hubiera obtenido el beneficio de una parroquia, en las segundas oposiciones, que aprobó bien, difícilmente hubiera ideado una congregación que, desde su primera concepción, estuvo organizada para extenderse universalmente. Tal vez hubiera fundado una casa de la caridad. Su apertura no es más que otro nombre de la indiferencia, que lleva a la felicidad, de la que hizo gala Gabriel Marià. Lo escribió a su madre, día 22 de mayo de 1842: «Desde ayer empecé a ser el hombre más feliz del mundo: pues ayer tuve la grande dicha de entregarme a Jesús, de unirme estrechamente con Jesús, tomando el sagrado orden del Subdiaconado, […] soy todo de Jesús y siento en gran manera los efectos del servicio de un tan buen Dios». Nunca Gabriel Marià se rebeló contra la historia, ni fue vencido por los acontecimientos. La carta ya citada lo clarifica de maravilla: «Ésta es la indiferencia con que estoy y vuestra merced, como madre verdaderamente cristiana, debe estar en cuanto a mí, con una indiferencia igual».

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ENSAYOS ¾¾¾ hacer la voluntad de Dios vivo asimismo con mucha alegría, porque quién sabe si quiere el Señor, que le sirva en mi patria». La sociedad liberal necesitaba signos de los creyentes, que estuvieran vinculados a servicios del mundo que despertaba. La igualdad política era puramente nominal, si al pueblo no se le educaba y no se le ofrecían un bien estar en la higiene y en la sanidad. Y esta oferta la hicieron las congregaciones religiosas femeninas, entre las cuales, bien definidamente tenemos a las Franciscanas Hijas de la Misericordia.

El resultado social: un cauce para introducir a la mujer sencilla en los servicios sociales, desde la fe cristiana Lo que inicialmente ensayaron las beguinas, las beatas, las «sor», más numerosas y eficaces, de lo que pensamos, en el siglo XIX, Gabriel Marià Ribas de Pina, y otras fundadoras y fundadores, supieron darle consistencia eclesial, cuando catalizaron estas

fuerzas abnegadas, de espiritualidad sólida, cultivada en la familia, animada por vicarios y frailes exclaustrados. Los fundadores les propusieron unos servicios urgentes sociales, que estaban a su alcance, y las organizaron en comunidades con un régimen casero, pero bien articulado. La fe y la entrega de estas mujeres realizaron milagros. El resultado eclesial: un carisma definido, unos medios adecuados, una organización completa Gabriel Marià y Josepa definieron muy nítidamente lo que querían, cómo pretendían alcanzarlo, en qué lugares primordiales, y con qué personas podían contar. Esos son los requisitos para fundar, si hay una opción por Dios nítida. Las fundaciones que realizaron, muy a menudo, respondían a la demanda de los vicarios in capite de los pueblos, y a la petición de los alcaldes de los municipios, que ya ambientados por el liberalismo, querían la felicidad de los campesinos, pero no disponían de personas preparadas, ni de medios económicos. Las franciscanas de la misericordia, además, ofrecían una espiritualidad y unos servicios a las iglesias, que cambiaron el rostro de las mismas. En consecuencia, la actualización del carisma, en estas experiencias fundacionales encontrará un manantial de espiritualidad muy acrisolada, que dará aliento a la Congregación de Franciscanas Hijas de la Misericordia, en el atrio del siglo XXI.

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MONESTIR DE LA REAL, 23-08-2014

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ASÍ SE ESCRIBIÓ DE ÉL

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vida multiplicaron su fe, su voz y su ejemplo en tantos lugares, lo hicieron † D. T EODORO Ú BEDA , posible. OBISPO DE MALLORCA. Pero, además, y como todos los grandes creyentes de la historia de la salvación, los frutos de la semilla por él Prólogo a Escritos I sembrada trascendieron su vida en (D. Gabriel Mariano Ribas, muchos años. Aún ahora su impulso Palma de Mallorca, 1983) evangélico continúa engendrando nuevos creyentes por la fe y el Dios nuestro Padre, cuando testimonio de sus hijas Franciscanas. Es bueno que vosotras, sus hijas, le amorosamente planeó nuestra salvación, quiso que los creyentes se recordéis, y os empeñéis en el estudio, serio de transmitieran la fe unos a otros, de su vida, de sus hechos y de sus éxitos. Es generación en generación, en el seno vuestro Padre en la fe. Debéis dar gracias a Dios por cuanto ha significado para vuestra vida y la de la Santa Iglesia. Es Él quien da, gratuitamente, la fe; Él de vuestra Congregación. Y cantar por ello las quien la hace crecer en el corazón de quien la alabanzas de nuestro Padre que así os ha acepta; Él quien por la donación de su Espíritu bendecido. Pero yo, Obispo de esta Iglesia de Mallorca nos concede aquella luz y aquella fuerza necesarias para obrar como Jesús; Él quien se en la que floreció su vida y su Obra y que tan nos entrega personalmente en la Eucaristía y privilegiadamente se benefició y se sigue beneficiando de las dos, quiero unirme de todo en los Sacramentos... Pero todo eso no quiere hacerlo solo, sino corazón a vuestra acción de gracias y alabanza mediante la colaboración de aquéllos que ya le a Dios y al reconoci-miento expreso de vuestro recibieron en su corazón como creyentes. La Padre Fundador como uno de los grandes mayor parte de los creyentes transmiten la fe a padres en la fe de nuestro pueblo mallorquín. Y otros pocos creyentes que les rodean mientras quiero animaros, desde el dintel mismo de estas peregrinan en esta tierra. Pero hay algunos que páginas que hoy ven la luz, a continuar llegan a ser verdaderamente, como Abraham, recogiendo con amor y con veneración todos «padres de un pueblo numeroso». Son ellos los datos de su vida y profundizando cada vez mismos grandes creyentes, lúcidamente más en su conocimiento, para vuestro provecho, conscientes de que fueron elegidos y regalados el de quienes os sucedan en vuestra con el don de la fe gratuitamente, decididamente Congregación y aún el de toda nuestra Iglesia fieles al Dios en el que creen y generosamente Mallorquina. Los hijos se suelen parecer a sus padres. empeñados en ser testigos gozosos, y mediadores Los hijos del espíritu pueden acrecer eficaces del don de la fe para otros muchos. El Sacerdote Mallorquín D. Mariano Ribas indefinidamente su parecido con sus padres en de Pina, Fundador de las Hermanas la fe, si cumplen dos condiciones: la voluntad Franciscanas Hijas de la Misericordia, fue, sin de imitarlos y el conocimiento real y profundo la menor duda, uno de estos grandes creyentes, de su figura. Ya sé que tenéis voluntad de imitarle. padres en la fe de innumerables creyentes. Su palabra sembrada a voleo por todos los pueblos Ahora ahondad en la comprensión de su figura de Mallorca, el ejemplo eximio de su vida excepcional de hombre, de creyente, de sencilla, generosa, consumida de celo sacerdote, de fundador... Tocaréis con vuestras apostólico y cuajada de virtudes, las manos las raíces de vuestro carisma y de comunidades de sus hijas que ya durante su vuestra Congregación. Os pareceréis cada vez

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DOCUMENTOS ¾¾¾

más a él y así a Jesucristo de quien fue siervo fiel y gozoso imitador. Y en nuestra Iglesia de Mallorca, y en tantas otras donde vuestra Congregación haced presente su aliento, su semilla evangélica continuará germinando fecundamente en multitud de corazones.

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FRANCISCANISMO Y MISERICORDIA †

MON. PERE-JOAN LLABRÉS MARTORELL

Registro I Religiosas Hijas de la Misericordia (D. Gabriel Mariano Ribas, Palma de Mallorca, 1983)

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Me han pedido una breve nota introductoria a este registro de la Congregación de las Hijas de la Misericordia, Terciarias Franciscanas, que empezó a escribir el Fundador Rvdo. D. Gabriel M. Ribas de Pina [...] [...] este no es un simple registro: lo aprovecha el Fundador para inculcar lo que una «verdadera Hija de la Misericordia» tiene que ser, en todas las tareas, por penosas que sean, que le son encargadas. Don Gabriel Mariano escribe con frecuencia una verdadera exhortación a partir de la circunstancia personal de cada religiosa que toma el hábito franciscano, tanto si persevera y da frutos abundantes de las virtudes que adornan la Congregación, como si, por cualquier motivo, justificado o no tan justificable, sale de ella para vivir nuevamente en el mundo [...] [...] Así mismo este registro nos descubre muchas facetas de la personalidad humana, cristiana y sacerdotal de D. Gabriel Mariano. [...] Todo el opúsculo es un canto enamorado y una llamada vibrante y convencida a la vida religiosa en la Congregación que había nacido en Pina el año 1856. No en vano el Fundador de las Hijas de la misericordia había sentido, desde joven, la vocación de fraile franciscano [...] Sin embargo, como sacerdote de la diócesis de Mallorca, pudo infundir el ideal que guardaba en el fondo de su corazón a las mujeres mallorquinas que formarían la

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"En el surco de la tierra mallorquina, empapada por la lluvias tempranas y tardías...Dios sembró una semilla, que a lo largo de cincuenta y ocho años, arraigó, creció y fructificó una cosecha de obras de Evangelio y de misericordia"

Congregación que fundó juntamente con su hermana Josefa. Podemos decir que este ideal de la vida consagrada a Dios y al bien del prójimo, según el ideal evangélico de las obras de Misericordia, late en cada una de las hojas de este registro primero. [...]He citado ya el gran espíritu franciscano del Rvdo. Gabriel M. Ribas. Este registro primero lo prueba una vez más. La devoción a la Virgen María, en su Inmaculada Concepción y en su advocación de los Ángeles, se manifiesta una y otra vez en el opúsculo que introduzco. La primera «monja blava», la hermana del Fundador, cambia el nombre de Josefa por el de Sor Concepción. Las casas que se van fundando toman nombre de advocaciones franciscanas. La primera casa, cuna de la Congregación, en Pina, es dedicada a la Purísima Concepción. Después los nombres de los conventos y los de las jóvenes que visten el hábito azul del franciscanismo mallorquín son tomados o bien del santoral de la Orden Tercera de Penitencia, o bien de advocaciones franciscanas… Se ve que el Fundador conocía perfectamente el martirologio franciscano para ir escogiendo nombres de santos y beatos terciarios, desde el beato Luquesio, primer terciario, hasta los mártires del Japón, muchos de ellos terciarios franciscanos, beatificados por Pío IX, y a los cuales dedicó la capilla de la Casa de Palma, en la calle del Moral [...]


mejores hijas de la Misericordia que él personalmente admitió, y también mostrar las posibles desviaciones que inconstancias, desviaciones y quimeras extrañas a la vida religiosa, se pueden introducir para echar a perder la buena obra emprendida. «Aprendamos y recemos», es su conclusión ante una desventurada fuga. Tampoco le faltaron persecuciones a la naciente Congregación de parte de un clérigo, del cual silencia el nombre. Para terminar quiero decir que en la lectura de las siguientes páginas se nos muestra la verdadera figura sacerdotal y religiosa del Rvdo. D. Gabriel Mariano Ribas de Pina, un hombre que se entregó totalmente a la Iglesia de Mallorca, que buscó por encima de todo el Reino de Dios que es anunciado y dado a los más pobres; sacerdote de casa rica de Palma, desde su vocación sacerdotal y muy joven aún supo conectar con la gente humilde, imitador constate de Jesús que «siendo rico se hizo pobre» (Cfr.2 Cor. 8,9), y puso al servicio de los pobres una Congregación franciscana, formada normalmente por jóvenes humildes y entregadas que supieron compartir pobreza y sufrimiento, alegría y esperanzas con el Pueblo de Dios en el que estaban integradas, favoreciendo en él la vida cristiana a través de una participación intensa en la vida parroquial, con su plegaria personal y la educación cristiana de la niñez. Don Gabriel Mariano es sin duda uno de los puntales más firmes de la Iglesia mallorquina del siglo pasado. Así se revela plenamente en este primer registro: era un hombre todo de Dios y todo de su pueblo, un hombre que se sintió siempre hijo de Francisco de Asís y que vivió su «profesión» religiosa favoreciendo el que muchas hijas del pueblo mallorquín pudieran vestir el antiguo hábito de los franciscanos de Mallorca, signo de la devoción tan sentida a la Inmaculada Concepción, ceñido con el vínculo de la paz que es el cordón con los tres votos de la consagración virginal.

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Finalmente quiero remarcar que el franciscanismo del Fundador no consistía solo en usar nombres franciscanos, sino que anidaba en lo más profundo de su corazón. En el elogio de las virtudes de las religiosas, resplandecen siempre la humildad y la pobreza, de pura savia franciscana, hasta llamar «mínima Congregación» a la comunidad que había fundado. Abierto a la Iglesia universal, el Rvdo. D. Gabriel quiso arraigara en nuestra tierra la Congregación que había fundado para los más necesitados y desatendidos en cualquiera de los humildes parajes de nuestra payesía. Las comunidades de franciscanas nacían amparadas por la iglesia parroquial de la villa. Así ya, en la iglesia de Pina en 1856, donde reposan los restos de los venerables hermanos fundadores, signo inequívoco de que la Congregación era sembrada en el surco de nuestra Iglesia local…En la comunidad cristiana del pueblo nacía y vivía una verdadera Hija de la Misericordia [...]. No todo fueron rosas en la naciente Congregación. Testigo de ello son estas hojas del primer registro. La falta de perseverancia, la huida del convento con cierto escándalo, la veleidad, el retorno a los encantos del mundo, son registrados también, con juicio ecuánime por el Fundador. Se nota la amargura por la inconstancia, la pena profunda que sentía cuando alguna, después de haber puesto la mano en el arado, volvía la vista atrás. Siempre su compasión de Padre se nota en las que salen por falta de salud [...] Constata, sin embargo, que las descarriadas son pocas; la mayoría perseveran y dan buenos frutos. Por otra parte, siendo un hombre profundamente espiritual como deja traslucir este primer registro, es bastante reticente ante exaltaciones y fenómenos supuestamente extraordinarios. Se muestra un hombre de gran sentido común, poco crédulo. En definitiva él era muy consciente de que, con la escritura de este registro, quería señalar el recto camino de la fundación. Quería presentar una regla viviente, encarnada en las

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EXPERIENCIAS CON

ESTA PREGUNTA, QUISIMOS QUE TRES DE LAS JÓVENES QUE SE HAN SENTIDO CONVOCADAS A VIVIR EL

DON DE LA MISERICORDIA, NOS COMUNIQUEN SU EXPERIENCIA. CADA UNA DE ELLAS HA RESPONDIDO Y EXPRESADO CÓMO LE LLEGÓ ESE DESTELLO DE LA LUZ QUE FUE LA VIDA DE

GABRIEL MARIANO, ESA LUZ QUE TODAVÍA HOY

SIGUE ILUMINANDO.MARITZA MARIANELA, MARIBEL Y ÁGUEDA, TIENEN LA PALABRA. NOSOTRAS LA ACOGEMOS CON APERTURA Y GRATITUD.

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COMO UNA LUZ QUE SE EXPANDE POR: MARITZA MARIANELA RONDO, PRENOVICIA

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l destello de luz, brillante y cálido que llegó y prendió fuerte en mi corazón fue a través del testimonio de vida de una de las hermanas de la congregación FHM….. Soy Maritza Marianela Rondo Torres, natural del Centro Poblado San Alfonso, Provincia Sánchez Carrión – Perú. Nací y crecí ahí en mi pueblo junto a mis padres, mis hermanos y mi abuela paterna. La fe cristiana la fui adquiriendo desde temprana edad por intermedio de mi abuelita, una mujer muy creyente, devota y practicante de la religiosidad popular propia de nuestra cultura. Terminados los estudios secundarios a los 17 años entré a trabajar como promotora de PRONOEI (educación inicial) en un sector alejado del pueblo. Me dediqué de lleno a mis nuevas actividades y responsabilidades. Poco a poco, aparte de la enseñanza a los niños, me fui involucrando y adentrando en el vivir cotidiano de mi Comunidad. Había muchas carencias sobre todo de servicios básicos, se diría que el Sector estaba olvidado por las autoridades, me sentía conmovida y a la vez nacía en mí el deseo de poder hacer algo por ellos, hice lo que estuvo a mi alcance, que no fue mucho por supuesto. Ahora me pregunto ¿Qué habría hecho nuestro fundador en esas circunstancias? - seguro que no habría sido indiferente. Vivía tranquilamente, quizás hasta con cierto conformismo, mi mundo era mi trabajo y mi familia, nada más, algunas veces asistía a

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la celebración de la Palabra que se hace en la Comunidad (no se celebra la eucaristía porque no hay sacerdote). Un domingo resultó siendo extraordinario; una mujer entusiasta y cercana compartía con la gente la palabra de Dios de la manera más sencilla, alegre y clara, quedé impresionada y fascinada, primero porque no conocía un Dios como ella manifestaba y segundo por la forma que tenía de llegar a la gente humilde del campo, a los niños, era admirable. Esta gran mujer es la hna. Santos Cruz, que había ido a visitar a su familia y también a la Comunidad. Este fue el primer destello de luz que tocó mi ser. Conversé con la Hna. me habló de la vocación y la misión, era algo totalmente nuevo para mí pero muy interesante y atrayente. Pasó un tiempo y la lucecita seguía viva en mi interior, fue como un «despertar», comencé a tomar conciencia de la realidad de mi pueblo, de la carencia de personas dispuestas, como la hermana, a dedicarse por completo a la misión, como diría el padre Gabriel, «Inclinar el corazón a los más pobres» pues ahí había y hay pobreza no solo material sino también espiritual.


Me fui acercando un poco más a la iglesia, ayudaba a los catequistas y llegué a formar parte activa de uno de los grupos. Siempre me preguntaba: ¿Podré yo también hacer algo por mis hermanos, así como la hermanita...? ¿Dios querrá algo más de mí?... pasaron dos años de constante discernimiento, hasta que decidí conocer más de cerca la Congregación de las Franciscanas Hijas de la Misericordia. Le manifesté mi deseo a la hna. Santos (la única a quien conocía), que por esos días ya estaba destinada a la Fraternidad de Huamachuco. Después de unos meses entré como aspirante a la Congregación. Lo que voy experimentado durante el tiempo que estoy en esta Familia Religiosa es la certeza de haber encontrado el verdadero sentido de mi vida, de mi vocación, el haber

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descubierto el amor inmenso de Dios, su llamado. Ahora en la etapa que estoy, el pre noviciado, me ha tocado venir a Bolivia, lo cual considero que es una experiencia única, un enriquecimiento enorme el conocer otras realidades. Voy confirmando, cada vez más, a qué estoy llamada, me voy sintiendo cada vez más segura y la pequeña luz recibida va creciendo en mi interior y convirtiéndose en una llama. Lo que en un primer momento me impactó y me atrajo sigue latente y vivo en mí, me siento comprometida con ello, y tengo bien claro que, cuanto voy recibiendo en la formación, en los estudios y en las diversas experiencias que vivo, lo tengo que dar a mis hermanos, ahí donde el padre fundador quiso y quiere que estén presentes sus monjitas.

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ESE DESTELLO DE LUZ POR: MARIBEL PERALES ORTEGA. NOVICIA

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momento en que conocí quién era, cómo vivió y que obra realizó D .Gabriel. Mi primera experiencia pastoral se dio a raíz de mi estancia en el colegio, en el internado de la parroquia –en Incahuasi-. El párroco, Padre Adolfo, hoy Obispo auxiliar de la ciudad de Sucre, junto a otros sacerdotes nos invitaban a participar en el apostolado con las gentes campesinas. Así salíamos a las comunidades cercanas, visitábamos sus casas, compartíamos con ellos lo que tenían, yo disfrutaba mucho de esa actividad. Permanecí integrada en la parroquia, ayudaba en el servicio del altar y también pertenecí al coro parroquial. ¾¾¾ iseri

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ací el 8 de febrero de 1992 en Chuquisaca Bolivia, en una comunidad llamada San Marcos Ingresé en la Congregación en Cochabamba (Bolivia) el 12 de diciembre del 2010, una vez concluida la primera etapa de formación, el Postulantado, comencé el Noviciado en la Ciudad de México el día 19 de mayo del 2013. Nuevamente me encuentro en la casa de formación en Cochabamba (Bolivia) para continuar con mi formación: el segundo año de Noviciado. En este año, que celebramos el 200 aniversario del nacimiento del Padre Fundador, Don Gabriel Mariano Ribas de Pina, siento emoción y una alegría especial al recordar lo que fue su vida y el mensaje que nos dejó. ¿Cómo llego y prendió en mí ese destello de luz? Para responder a esta pregunta, tengo que evocar parte de mi pasado hasta llegar al

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EXPERIENCIAS ¾¾¾

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Esta cercanía y pertenencia a la comunidad parroquial, fue lo que hizo que me diera cuenta de la necesidad que había de hacer algo por los demás, ya que en esas salidas al campo pude ver mucha discriminación, en especial de las mujeres, ellas creían que solo servían para hacer todos los trabajos de la casa y cuidar de los animales. No les dejaban estudiar e incluso, algunas eran maltratadas. Esta vivencia, me afectaba y un día cantando en el coro la canción del profeta, cuya letra decía: «Antes que te formaras dentro del vientre de tu madre, antes que tu nacieras te conocía y te consagre; para ser mi profeta de las naciones yo te escogí, iras donde te envié y lo que te mande proclamaras…» noté que Jesús toco mi corazón porque sentí que debía hacer algo, pero no sabía que. Me hizo pensar mucho y llegue a creer que podría ser religiosa, pero no sabía a quién decírselo y deje pasar el tiempo sin tener ninguna respuesta. Luego, dos años más tarde, nuevamente otra canción que dice: «Joven yo te necesito, sé que es grande tu generosidad, ven a vivir mi aventura compartiendo mi vida y mi amistad, yo necesito tu vida vamos y no tengas miedo, mira que la mies es mucha mira que hay que trabajar». Después de esto me animé a compartir con una maestra, que era amiga mía, la inquietud que sentía. Me dijo que quizás yo podría ser religiosa, su respuesta me dejo un poco pensativa. Ella siguió diciéndome que concia a las Hermanas de Padilla y podía ponerme en relación con ellas. Habló con el sacerdote y las religiosas, pero mientras tanto, a través de una invitación, tuve la oportunidad de visitar a las Religiosas Concepcionistas, pero cuando comprobé que eran de clausura me desanimé, pues recordé que la maestra con la que yo había compartido mi sentir, me había contado de la vida de las Hermanas de Padilla y era muy diferente. Faltando una semana para concluir mi estancia en el colegio, llegaron a mi pueblo dos Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia, la Hna. Raymunda y la Hna. Lourdes, ellas me invitaron a conocer su casa.

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Me informaron sobre quiénes son, cómo viven, qué hacen y al instante recordé las palabras de las canciones antes citadas y algunas citas bíblicas que resonaban en mi interior y sin pensarlo mucho les dije: sí quiero conocer y experimentar lo que me están diciendo. Tres días después y luego de hablar con mi familia, cogí una mochila y un pequeño bolsito y partí hacia Sucre. No sabía muy bien a dónde iba, qué me encontraría, no conocía la casa, solo confié y me puse en las manos de Dios. Y de esa manera llegué a Sucre. Las hermanas me recibieron muy bien, en la terminal de autobuses me estaban esperando, Sor Elena y Lourdes. Después de pasar unos días con ellas me fui a Cochabamba, la casa de formación, durante un año vi y experimenté todo lo que hacían, y me gustó la vida de las Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia, el compartir la misión, oración, vivir solo para Dios entregadas a su causa y haciendo cosas maravillosas. Entonces yo me puse en marcha queriendo hacer la voluntad del Padre Dios sobre mi vida. Llegado a este momento, sí puedo responder que el Carisma de nuestra Congregación, encarnado primero en la vida y misión del Fundador, me llegó como un rayo de luz, como algo muy profundo, apacible pero intenso. Lo que más me llena es esta frase «inclinar el corazón hacia los más necesitados». Hoy sigo descubriendo, cada vez con más claridad, que nuestro padre fundador Don Gabriel Mariano Ribas de Pina, fue muy sabio, lo compruebo en sus escritos, en las Constituciones que nos dio y sobre todo para mí es un santo, como queda de manifiesto en tantos hechos de su vida, dejó todo por seguir la aventura de Jesús a ejemplo de San Francisco de Asís. Es por eso, que el rayo de luz que llegó hasta mí, gracias a su vida misión, me llena de alegría, de ánimo, me ayuda a comprender que todo hay que hacerlo con amor, me transmite vida y fuerza para seguir la misma aventura que él vivió.


QUE FUE COMO UNA BRISA SUAVE EN EL

MOMENTO QUE MÁS

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LO NECESITABA…

ací en la Herradura de Ramos S.L.P. (México) el día 1º de abril de 1976, formo parte de una familia numerosa, soy la octava de doce hermanos. Desde niña fui instruida en la práctica del Santo Rosario, de modo que le tengo una gran devoción a la virgen María. Y en este sentido me siento identificada con D. Gabriel Mariano ya que también él tenía un gran cariño, respeto y admiración a Nuestra Madre del cielo. …Si yo he dejado una madre en extremo buena, he hallado otra infinitamente mejor, y esta es María, cuya protección experimento. (P.F.) Conocí a las Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia, el mismo día que llegaron al pueblo de Salinas de Hidalgo (México) el lugar donde yo trabajaba y vivía con una de mis hermanas. Desde el primer momento me llamó la atención su presencia, quizá porque era la primera vez que participaba de una celebración semejante, donde las estaban presentando. Recuerdo que, de momento no surgió en mí el deseo de conocerlas más, así como su historia. No obstante sentí que algo había prendido en mí, como una pequeña llama quizás, no lo sé; ya había tenido una bonita experiencia cuando conocí a algunas religiosas que anteriormente iban de misión a mi pueblo por Semana Santa. Al transcurrir un tiempo me integré en un grupo de la Familia Franciscana, gracias a la invitación de una persona, a quien recuerdo con mucho cariño y agradecimiento. En los encuentros y tiempos de oración se nos hablaba de la vida de San Francisco de Asís. Sobre todo de la manera como él vivía el evangelio. Me impresionó tanto que nació en mí, un deseo de servir a Dios de una forma más concreta y radical, esto solo podía darse con un cambio sustancial de mi vida, pues en mi familia somos católicos pero no practicantes, tampoco tenemos parientes que sean sacerdotes o religiosos, para que al menos

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por su ejemplo, me sintiera algo atraída a seguir esa vocación. Hoy, confirmo que realmente, los caminos de Dios son impresionantes y a mí me ha llevado por senderos que nunca hubiera imaginado. Algo, que también he podido conocer que sucedió en la historia de Nuestro Padre Fundador, ya que también él , aunque su vocación era muy clara desde niño, nunca pudo realizarla en la manera como él hubiera querido en aquél preciso momento. Y puedo decir que fueron esas vivencias, que acabo de comentar, las que motivaron mi decisión de entrar en la Vida Religiosa, concretamente en esta Congregación. Además he de añadir que me llamaba mucho la atención la forma de actuar de las religiosas, fue algo que me atrajo fuertemente, en ese momento y deseaba vivir ese estilo de vida. Ahora han pasado cinco años, y sigo admirando a muchas Hermanas que con su testimonio de vida, me motivan a seguir con más intensidad la llamada a la vida consagrada. Nuestro Padre Fundador, aparece ante mí como una gran persona, conocer su vida me impresiona y me edifica mucho la manera cómo vivió el evangelio. Sobre todo me conmueve ver cómo evangelizó, ya que no se limitó a que las personas llegaran a dónde él se encontraba para escucharlo, sino que él mismo salía a su encuentro caminando, en busca de aquellas almas más alejadas. Otra cosa que me impacta de él es su modo de vivir la pobreza con tanta radicalidad. El testimonio de vida que me llega de D. Gabriel Mariano, me invita a vivir más atenta a las necesidades de cuantos me rodean, a compartir con ellos, desde la sencillez y la escucha abierta y a anunciar el evangelio a todas las personas, de una manera especial en aquellos lugares a los que no llegan los sacerdotes. iseri

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POR: ÁGUEDA DÍAZ LUNA. JUNIORA

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ESE DESTELLO DE LUZ...

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OBITUARIOS †

SOR MARÍA RAMIS RAMIS PALMA, 26 DE JUNIO DE 2014

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na vida consagrada a Dios para el servicio de los hermanos. Esta ha sido la de Sor María. «Lo que hiciereis a uno de los más pequeños, a mi lo hicisteis» nos dice Jesús. Ahora, acabada la carrera, por la misericordia y fidelidad de Dios habrá escuchado:» Ven, bendita de mi Padre…» Apolonia, -éste era su nombre de pilanació en Llubí (Mallorca) el día 3 de abril del 1923, hija de Gabriel y de Esperanza. El día 5 del mismo mes, dedicado a la Madre de Dios, recibió las aguas bautismales, el don más grande que criatura humana puede recibir: Hija de Dios! Miembro de la Iglesia! El impulso de la gracia, a través de mediaciones que se nos quedan en la niebla, la condujo hacia la vida religiosa que sin duda observaba en la comunidad de Hermanas Franciscanas de su pueblo. Y, decidida como era, cumplidos los dieciocho años, el 18 de octubre de 1941, entró, en Pina, como postulante en donde hizo su profesión religiosa el día 29 de abril de 1943. Hace unos meses cumplió 71 años de vida consagrada. Inquieta, activa, deseosa de prepararse para servir, comenzó su misión desde la calle Moral ayudando en un comedor social de la parroquia de San Miguel, en Palma; después en la Clínica Valdés desde Antillón. Un tiempo de reposo por larga enfermedad y convalecencia la retuvieron en Son Espanyolet y en Cala Ratjada. Después regresó a la ciudad, en plaza Quadrado; allí como en Manacor, en Ariany y en la Cruz Roja dio testimonio de su constante dedicación a los enfermos. Y llegó el año 1961 cuando, con gran alegría atravesó el Atlántico hacia las tierras del Perú, concretamente en Huamachuco y después en Tayabamba ejerciendo de misionera siempre al servicio de los hermanos y hermanas. De regreso a Mallorca fue destinada a María de la Salud pueblecito de subidas y bajadas hasta que fue enviada a la llanura, a Sa Pobla en donde durante más de 17 años tuvo ocasión de conocer a casi todos, de servir a la Parroquia con un buen grupo de colaboradoras, de promover el

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movimiento de «Vida ascendente», de aliviar a muchas personas los dolores de pies, de emplear el coche como instrumento de trabajo acompañando a enfermos, de llevar la comunión a los impedidos y un largo ect. Un intervalo en Inca, en Ariany y en Lloseta y retorno a Sa Pobla. Hasta que, cargada de años y con el zurrón bien lleno de obras de Misericordia, vino aquí, a Virgen de la Esperanza porque su cuerpo ya no podía seguir el ritmo: necesitaba descansar. Vino el día 9 de agosto del 2011, todavía no hace tres años. A pesar de que sus piernas ya no podían llevarla, la aguja y el ganchillo, según sus posibilidades, le mantenían vivo el recuerdo de las misiones desde su ser peculiar animoso y decidido. Los últimos días no han sido fáciles pero, tampoco a ella le han faltado hermanas a su lado, el afecto y la plegaria. Descanse en la paz de Dios con María cuyo Nombre quiso llevar. †

SOR CATALINA MORAGUES FORNÉS PALMA, 19 DE JUNIO DE 2014

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or la gracia y bondad de Dios ya se cumplió el gran deseo de Sor Catalina de irse al cielo. Con anhelo lo pedía en los largos ratos junto al Sagrario: le sabía mal, ser, entre otras Hermanas ancianas y enfermas, una más que, según ella, daba trabajo. Y es que era la mayor de la Congregación y le parecía que ya tocaba a ella ir a gozar del Buen Dios. Su historia empezó hace más de 96 años en Muro (Mallorca) concretamente el 22 de diciembre de 1917. Hija de Antonio y de María, gente piadosa arraigada en la Fe de los antepasados., la presentaron a la Parroquia de San Juan Bautista el día 23, a las puertas de la Navidad, para que fuera bautizada entrando, como pequeña gota de agua limpia, en el torrente transparente de la Iglesia hacia el Mar Infinito de Dios junto con una infinidad de Hermanas y Hermanos.


.. Ambiente cristiano en casa, el acompañamiento de sacerdotes ejemplares y el estar, frecuentemente con las religiosas Franciscanas, pronto demostró su tendencia a inclinarse, bondadosamente, hacia los enfermos y sufrientes. Su vocación iba dibujándose, lentamente en su sensible corazón. De hecho el 19 de abril de 1938 ingresó, como postulante en Pina en donde hizo su profesión como Franciscana Hija de la Misericordia el día 25 de octubre de 1939. Poco tiempo después la siguió su Hermana Sor Francisca, e p d. Servicial, persona de buen trato, amable con todos, probó la dulzura de los niños y la solicitud de ser sacristana. Pero principalmente ejerció como enfermera en dispensarios y en los domicilios de los enfermos en Caimari, en Sa Pobla en dos turnos en dos clínicas, en San Agustín (Palma), en María de la Salud, en Mahón, en Lluc en donde también †

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colaboró en el servicio del santuario de la Virgen, en Ses Salines, en la Cruz Roja, en Llubí, a Son Españolet (Palma), en Es Pil.lari y enVirgen de la Esperanza en 1992 en donde ejerció todavía como portera acabando después sus años rezando y descansando siempre deseosa de amar más al Señor y a la Virgen María. En la mayoría de las Comunidades en que vivió ejerció como superiora: atenta, humana, buena madre. En sus últimos días ha sentido el peso de la subida: la cima se ha hecho difícil de acceder. El acompañamiento espiritual y de servicio de la Comunidad no le ha faltado. Pidamos al Padre de la Misericordia que le conceda la alegría eterna que da el buen Vino que se bebe en el Reino. El Cuerpo y la Sangre de Cristo que precisamente celebrábamos el día del traspaso de Sor Catalina. Descanse en paz

SOR MARGARITA JUAN FONT

CALONGE, 5 DE SEPTIEMBRE DE 2014

la vocación religiosa fue la expresión natural de su sencilla y honda personalidad.. Decidida, ingresó el 20 de Enero de 1953, en Pina. Acabado el tiempo de preparación hizo su profesión religiosa el día 16 de octubre de 1954.. Desde Pina pasó a Moscari en donde cuidaba a los pequeñitos del colegio con dulzura y maternal afecto. La sacristía parroquial, con todo lo que conlleva, le ocupaba también mucho tiempo y dedicación. La misma misión cumplió en Inca, en Sa Pobla, en San Jorge y en Cala Ratjada donde se inició también en la catequesis. Después fue superiora de la Comunidad de Alquería Blanca sin dejar jamás su quehacer que continuó luego en Es Pil.larí. Más tarde, en Santanyí y en la Colonia ejerció de cocinera con mucho gusto y dedicación.. El 15 de abril del 2013 ya cansada y deseosa de dedicarse más a la plegaria, pasó a la Casa de Oración y Descanso de Calonge donde ha ¾¾¾ iseri

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na religiosa franciscana muy buena, con un corazón grande capaz de amar intensamente a Dios Nuestro Señor y a los hermanos y hermanas. Clara, sincera, muy dada a ver todo lo que hay de positivo alrededor y en las personas, amaba la Congregación y oraba por ella con frecuencia: por los superiores para que tuvieran la luz del Espíritu; por las Hermanas para que tuvieran siempre paz; por las vocaciones a fin de que nuestro carisma se extienda más y más… No escatimaba tiempo a la oración diaria, constante ferviente y devota. Trabajadora y servicial estaba siempre dispuesta a hacer un favor a quien lo necesitase. Gentil y amable, daba buen vivir a quienes estaban con ella. Así era Sor Margarita. Nació hace ya más de 86 años en Porreras (Mallorca) el día 18 de abril de 1928 de Jaime y María y al día siguiente fue bautizada. Elegida desde siempre, el Padre la hizo su hija y hermana en el seno de la Iglesia de Jesucristo. Con un corazón tan predispuesto,

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OBITUARIOS ¾¾¾

gozado escuchando la narración de muchas vivencias de nuestro Fundador y de pasar tiempo con Jesús. Últimamente la salud había menguado y el cuidado de las Hermanas hacia ella había aumentado por las necesidades de nuestra Hermana. Hoy ha llegado a la meta, en donde seguramente la Madre de Dios a quien tanto amó le ha salido al encuentro para acompañarla hasta el seno del Amor infinito. †

SOR APOLONIA MARTORELL VILLALONGA PALMA, 21 DE SEPTIEMBRE de 2014

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na mujer de profunda espiritualidad sin ostentación, con una confianza admirable en la presencia amorosa del Padre que hace que todo contribuya al bien de los elegidos y que nos asiste en todas las necesidades que la vida nos depara, segura de que, jamás, Dios nos pide algo sin darnos la gracia para realizarlo. De ahí provenía su paz constante de tal modo que se pudiera acudir a ella ante cualquier duda o necesidad.. Pacífica y pacificadora, siempre serena, austera, muy responsable en su profesión y en todos sus quehaceres. Franciscanamente sencilla sin pretensiones por encima de lo que le correspondía. Como solemos decir, un trozo de pan, era muy buena. En las reuniones comunitarias frecuentemente era consultada por su buen juicio y madurez, ya en su juventud y sus palabras podían ser escuchadas. Solícita en el servicio de los enfermos en todos los años que ejerció de enfermera y atenta procuradora general después. Vino al mundo el 20 de octubre de 1931 en Inca (Mallorca), hija de Rafael y de María. Tan solo tenía unos días cuando recibió el más grande don posible en este mundo: la filiación divina por el Bautismo que la hizo hermana de todos los creyentes.. Su talante, dado a la interiorización fue camino para su respuesta a la llamada del Señor y, de este modo, el día 22 de abril de 1954, ingresó en nuestra Congregación de Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia. En la que profesó el día 24 de octubre de 1955. En seguida fue destinada a Palma (calle Antillón y después a Barcelona para recibir una

buena preparación académica que la capacitó para ejercer como A.T.S en la Cruz Roja de Palma, en una clínica de Madrid, en una residencia de ancianos en Mahon y luego en Cala Ratjada (Mallorca). Luego fue enviada a Mater Misericordiae en donde cuidó a los niños enfermos y, además ejerció de procuradora. La isla hermana la reclamó de nuevo y fue superiora y enfermera en Alayor. Pasados seis años fue destinada de nuevo a Antillón hasta que en el Capítulo General de 1985 fue elegida administradora General y en el próximo, además, Consejera. Estando en casa Madre muchas Hermanas pudieron conocer su paciencia y su bondad, su empeño en el trabajo sin prisa y sin pausa. Pasó después cinco años en Lloseta cogiendo el tren muchos días para seguir colaborando en la administración de la Congregación. Cuando vivía de nuevo en calle Morer tuvo que pasar a El Pil.larí como enferma, dedicándose al descano y a la oración hasta que, cerrado aquel convento vino a Virgen de la Esperanza en el mes de septiembre del 2013. Muchas veces ingresada en la clínica debido a su delicado estado, ha sido fraternalmente atendida por las Hermanas para las que va nuestro agradecimiento. Con la mochila bien llena de obras de misericordia, de sufrimiento paciente y de oración junto al sagrario ha acabado sus días sin que se apagara su gran deseo de vivir. Nuestro Padre Dios le habrá dado la VIDA para siempre. Y que María, nuestra Madre, la haya acompañado a las bodas eternas. Así sea.

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DELEGACIÓN DE MALLORCA-MENORCA

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SOR Mª DE LOS ÁNGELES SERRANO SERRANO

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PALMA, 26 DE JUNIO DE 2014

paranuestra hermana en un taller donde aprender a amar a Dios y a servir a los hermanos. Y eso lo realiza mediante las etapas de Noviciado, 1948 y su primera profesión en 1949. Lista ya para el combate, emitió votos perpetuos el 18 de Marzo de 1955, en nuestra Casa Matriz de Pina, Mallorca. Los lugares en donde ha ejercido su misión se concentran en dos escenarios: • En Mallorca, en las localidades de Palma, Lloret de Vista Alegre y Paguera. • En la Península, en Tembleque, Corral de Almaguer, Santa Cruz de la Zarza, Villamayor de Santiago y Villanueva, donde residía actualmente en la Casa de Oración y Descanso. En todos estos destinos ha destacado por su sencillez y buen hacer, ya que era un mujer de bien. Por su carácter afable, y dulce la Congregación le encomendó la misión de atención a los enfermos, a los niños y en el servicio a las Hermanas de comunidad, en la cocina, para la que tenía unas habilidades especiales. Quiero destacar su capacidad de acogida a los sacerdotes, sobre todo a los jóvenes a los que cuidaba como si fueran sus hijos. Para sor María de los Ángeles la vida le deparó la oportunidad de ser semilla caída en el surco. Recibió el sol, el viento y la lluvia como caricias de Dios para poder germinar y dar fruto. Un fruto que hoy ya está en las manos de Dios, puesto que sor María se ha dado a conocer más por sus obras que por sus palabras. Sor María, como los discípulos en tiempo Pascual, ha recibido la sorprendente visita del Señor. Jesús se le ha hecho presente otorgándole la suave brisa del descanso; un descanso que la conducirá a la Pascua Eterna. Su familia, y la Congregación, damos gracias a Dios por el regalo que nos hizo en ella: haber vivido y haber muerto en silencio. Descanse en Paz. DELEGACIÓN DE CASTILLA-ITALIA

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ueridas Hermanas de Congregación, familiares de sor Mª de los Ángeles y amigos todos. Nos encontramos inmersos en el tiempo Pascual. Y si por algo hemos de destacar este tiempo es por su capacidad de engendrar vida, por ser un tiempo de sorpresas continuas y de apariciones a aquellos que estuvieron con Jesús. Pascua es tiempo de celebrar que Resucitó nuestro Señor y que se fue mostrando a sus discípulos en el itinerario de sus vidas. Pascua es tiempo para sorprendernos por todo aquello que Jesús hace con nosotros y para nosotros. Pascua es tiempo de agradecer: nuestros campos están repletos de fuerza, de vigor y de esperanza para los labradores. Hoy concretamente celebramos la fiesta de san isidro labrador, un hombre que desde su responsabilidad como ciudadano del mundo, supo entregarse al cuidado de la tierra con mucho esfuerzo y amor; pero a la vez tuvo claro que sin la protección de Dios, ese esfuerzo que él hacía no podía tener el fruto deseado. San Isidro agradeció a Dios su vida y colaboró con él. Este tiempo de Pascua, de agradecimiento y de sorpresa, nos sirve hoy para enmarcar la vida de nuestra Hermana Sor Mª de los Angeles, que como la de la mayoría de nosotros ha transcurrido en el anonimato y en el sincero deseo de servir y ayudar a los demás. Nuestra hermana Mª de los Ángeles nació en Puebla de Almoradiel, el 16 de abril de 1930. Sus padres, Leandro y Fidela, la bautizaron en dicha localidad cuatro días después de nacer. A los diecisiete años, ingresó en nuestra Congregación, en Pina. Corría el año 1947. Desde ese momento, Pina se convierte

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EPÍLOGO [

SAN FRANCISCO Y EL FUNDADOR

DIÁLOGO DE AMOR1

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na tenue brisa abriga la campiña de Perugia. Al fondo, coronándola, asoma la espadaña de Santa María de los Ángeles. Por la senda que conduce hacia la Porciúncula transita un hombre a pie. «De estatura baja. Pelo canoso. Ojos pardos. Nariz regular. Barba cerrada. Cara redonda. Color bueno». Camina con la mirada puesta en la Basílica. Allí, en un amén, oficiará misa. Enardecido el corazón y henchida el alma, se estremece al contemplar el mínimo lugar, el hondo misterio, donde habitó Francisco. Tanta es la pasión con la que lo evoca, que el pensamiento le regala su presencia y su palabra. En ese instante escuchamos su diálogo de amor.

Francisco: Tenemos que amar mucho el amor del que nos ha amado mucho. Fundador: Si el amor del que desea desposarse no para hasta entregarse todo á la persona amada: el amor del corazón de nuestro buen Jesús no tuvo descanso hasta entregarnos en un sacramento de amor, su cuerpo, y su alma y toda su divinidad, aun que menester sea para esto, agotar su infinito poder, su eterna sabiduría. Francisco: Ninguna otra cosa, pues, deseemos, ninguna otra queramos, ninguna otra nos agrade y deleite, sino nuestro Creador, y Redentor, y Salvador, solo verdadero Dios, que es bien pleno, todo bien, bien total, verdadero y sumo bien; que es el solo bueno, piadoso, manso, suave y dulce; que es el solo santo, justo, veraz, santo y recto; que es el solo benigno, inocente, puro; de quien, y por quien, y en quien está todo el perdón, toda la gracia, toda la gloria de todos los penitentes y justos, de todos los bienaventurados que gozan juntos en los cielos.

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Fundador: La divina bondad, que es en sí comunicativa, quiso que nuestro último fin fuera el mismo que el de los Ángeles, el mismo que el de los serafines, Y si para eso era necesario que gozáramos de Él eternamente en el cielo, Él confundió los intereses de su gloria con los

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de nuestra salvación. Sí, católicos: si nuestro fin en este mundo es amar y servir a Dios, nuestro fin último es gozar de Él por toda la eternidad en su palacio real. Francisco: Amemos todos con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con toda la fuerza y poder, con todo el entendimiento, con todas las energías, con todo el empeño, con todo el afecto, con todas las entrañas, con todos los deseos y quereres, al Señor Dios, que nos dio y nos da a todos nosotros todo el cuerpo, toda el alma y toda la vida; que nos creó, nos redimió y por sola su misericordia nos salvará; que nos ha hecho y hace todo bien a nosotros, miserables y míseros, pútridos y hediondos, ingratos y malos. Fundador: El hombre fue creado con ese fin de amar y servir a su Dios y Señor. ¿Podía la divina bondad darnos un fin más excelente? ¿Quién hubiera jamás pensado, si el Señor nos hubiera preguntado cual queríamos que fuera nuestro fin en decirle: - Señor, dadnos un alma que sea creada a vuestra imagen y semejanza y capaz de amaros y gozar de Vos? Francisco: El amor de Dios es algo tan sublime, que no se debe nombrar sino raramente, en caso de gran necesidad y con profundo respeto.


Fundador: El que se une con Dios se hace un mismo espíritu con el, no solo por el vínculo del amor, sí que también porque Jesús imprime en

Francisco: Prestemos atención todos los hermanos a lo que dice el Señor: Amad a vuestros enemigos y haced el bien a los que os odian, / pues nuestro Señor Jesucristo, cuyas huellas debemos seguir, llamó amigo al que lo entregaba y se ofreció espontáneamente a los que lo crucificaron. Son, pues amigos nuestros todos los que injustamente nos causan tribulaciones y angustias, sonrojos e injurias, dolores y tormentos, martirio y muerte; y los debemos amar mucho, ya que por lo que nos hacen obtenemos la vida eterna. Fundador: Tener mas que un solo corazón. He aquí un principio de amor al prójimo. Francisco: Dichoso el siervo que ama tanto a su hermano cuando está enfermo y no puede corresponderle como cuando está sano y puede corresponderle Fundador: Don [el amor] que el cielo os envía viviendo cristianamente, cumpliendo aquellos dos preceptos principales de nuestra religión sacrosanta, amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a vosotros mismos.: El que de veras ama a Dios, ama también a su prójimo y le procura todo bienestar temporal y eterno. ¾¾¾ iseri

Francisco: Todos aquellos que aman al Señor con todo el corazón, con toda el alma y la mente y con todas sus fuerzas, y a sus prójimos como a sí mismos; y aborrecen sus cuerpos con sus vicios y pecados; y reciben el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo; y hacen frutos dignos de penitencia; ¡oh, cuán dichosos y benditos son los hombres y mujeres que practican estas cosas y perseveran en ellas! Porque se posará sobre ellos el espíritu del Señor y hará en ellos habitación y morada; y son hijos del Padre celestial, cuyas obras realizan; y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo. Somos esposos cuando el alma fiel se une, por el Espíritu Santo, a nuestro señor Jesucristo. Le somos hermanos cuando cumplimos la voluntad del Padre, que está en los cielos. Madres, cuando lo llevamos en el corazón y en nuestro cuerpo por el amor divino y por una conciencia pura y sincera, y lo damos a luz por obras santas, que deben ser luz para el ejemplo de otros.

su alma su fiel retrato, y configurado de este modo, y como vestido de Jesús, no vive ya vida de carne, sino que su vida está escondida con Cristo en Dios. Pero esta mística unión, este espiritual desposorio, es obra del mas puro amor y por tanto la mas propia y peculiar del sagrado corazón de Jesús. Aquel Dios que quiso ser llamado en las santas escrituras con los dulces nombres de amigo, de rey, de hermano y de padre, quiso tambien ser llamado y tener corazón de esposo.

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Fundador: Hay un bello y perfecto ideal que solo con los ojos del espíritu se descubre, que arrastra nuestro corazón y le obliga a amar. ¿Como es pues que enseñándonos la fe y la razón que no puede haber cosa más grande, más perfecta, y maravillosa que Dios, está nuestro corazón sumido en medio de la más espantosa tibieza?

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EPÍLOGO ¾¾¾ Francisco: Amo a los hermanos cuanto puedo; pero, si siguieran mis huellas, los amaría más y no me desentendería de ellos.Dichoso el siervo que tanto ama y respeta a su hermano cuando está lejos de él como cuando está con él, y no dice detrás de él nada que no pueda decir con caridad delante de él. Fundador: La pureza de intención, y el desprendimiento de nosotros mismos debemos procurar, si queremos atraer hacia nosotros el amable corazón del esposo de las almas. Francisco: Manifieste confiadamente el uno al otro su propia necesidad, para que le encuentre lo necesario y se lo proporcione. Y cada uno ame y nutra a su hermano, como la madre ama y nutre a su hijo, en las cosas para las que Dios le diere gracia. Fundador: No hay en la naturaleza amor más tierno y mas enérgico, mas sólido y mas afectuoso, mas combatido y mas constante, mas lleno de trabajos y mas generoso que el de madre.

pecado que hay en su alma. Y muéstrele su amor con obras. Fundador: El Dios de bondad remunera con larga mano un vaso de agua dado por amor. Francisco: Señor mío Jesucristo, dos gracias te pido me concedas antes de mi muerte: la primera, que yo experimente en vida, en el alma y en el cuerpo, aquel dolor que tú, dulce Jesús, so-portaste en la hora de tu acerbísima pasión; la segunda, que yo experimente en mi corazón, en la medida posible, aquel amor sin medida en que tú, Hijo de Dios, ardías cuando te ofreciste a sufrir tantos padecimientos por nosotros pecadores. Fundador: Glorioso Sto. que por vuestra humildad merecisteis ser sublimado al trono que por su soberbia perdió Lucifer, alcanzad nos esta celestial virtud. Bendecid á vuestros hijos y devotos. Haced que todos vivamos como vos crucificados con Cristo para reinar algún día con el en la eterna gloria. Amen.

Francisco: Amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos. Y si alguno no quiere amarlos como a sí mismo, al menos no les haga el mal, sino el bien. Fundador: El amor que el Eterno Padre tiene al género humano es modelo del amor que a cada uno de nosotros profesa el purísimo Corazón de María. Francisco: Ama de veras a su enemigo el que no se duele de la injuria que se le hace, sino que por el amor de Dios se requema por el El joven Gabriel enfila de nuevo el camino hacia Roma. Con la mirada puesta ahora en la Ciudad Eterna, sus pasos avanzan sobrecogidos, tanto como su corazón, inflamado de encarnar en su tierra y en sus gentes la lección de amor que ha aprendido de Francisco. Lejos de ser vientecillo, la brisa es ya soplo del Espíritu: la Luz que a él guía. La luz que 200 años después se expande, y alumbrando, sigue siendo antorcha de misericordia. 1

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DIÁLOGO ELABORADO CON TEXTOS DE FRANCISCO DE ASÍS Y GABRIEL MARIANO. EDICIÓN: ISABEL MARTÍNEZ MORENO

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ESPACIOS

DE

D. GABRIEL MARIANO

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ESTIMONIO GRÁFICO

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BUENA NOTICIA Y ACTITUDES COMPASIVAS, QUE FUERON Y CONTINÚAN SIENDO HOY LUZ, EN CADA UNO DE LOS LUGARES EN DONDE VIVE, SIRVE Y AMA UNA

HIJA DE LA

MISERICORDIA.

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“Una luz que se expande” ESPECIAL NÚMERO 3 ANIVERSARIO DEL FUNDADOR OCTUBRE 2014


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