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Anexo

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Personajes

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¿Cómo trabajar de forma inclusiva en el aula?

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Sin duda, un niño/a con TEA va a requerir apoyo frecuentemente para gestionar de forma adecuada las diferentes situaciones con las que se va a encontrar en su entorno escolar y con sus compañeros. Es por ello, que una estrategia que puede resultar muy eficaz y beneficiosa para todos es concienciar, desde el principio, al resto de alumnos, de la necesidad de aceptarlo como es, con sus diferencias y peculiaridades, y hacerles ver la gran oportunidad que tienen de ayudarle interactuando y comunicándose con él.

Para facilitar la integración, el tutor puede:

• Promover el contacto directo con sus compañeros, creando oportunidades para que participe en juegos y tareas compartidas y colaborativas. • Permitir que, aunque sea con la ayuda de los compañeros, el alumno con autismo tenga las mismas responsabilidades que el resto de los niños de la clase, por ejemplo, encargado de borrar la pizarra, colgar su mochila, subir las sillas al terminar, etc. • Fomentar las relaciones positivas con el fin de mejorar la percepción y aceptación del niño/a por sus compañeros. • Reforzar positivamente a los alumnos que ayuden al niño/a de algún modo en las tareas. • Reforzar positivamente a los alumnos que inicien interacciones con el niño/a, o le propongan participar en sus juegos. • Para evitar problemas de conducta, sería conveniente tener un panel visual recordatorio de las normas de clase en una zona visible del aula y de fácil acceso. Es conveniente hacerles ver a los niños que el alumno con autismo tiene dificultades para comunicarse y entender cómo se debe actuar y que a veces hace las cosas mal porque aún está aprendiendo, por lo que ellos tienen la suerte de poder guiarle y recordarle cuando lo necesite las normas del aula. Reforzar positivamente a los alumnos que hagan esto, favorecerá la reaparición de este tipo de actitudes.

• Cuando tratemos con conductas problemáticas hemos de actuar impidiendo su refuerzo, interviniendo con conductas alternativas y/o incompatibles.

• Facilitar la creación en el aula de un espacio llamémosle “santuario”, (puede ser por ejemplo, un cojín en una esquina de la clase con un apoyo visual para otorgarle sentido a ese espacio y con algunos objetos que propicien tranquilidad y relajación (juegos de manipulación, bolsas o botellas sensoriales, etc.), para que tanto el niño/a, como todos los alumnos, siempre que lo necesiten, puedan ir allí a relajarse cuando sea necesario, puede resultar un estrategia muy efectiva para evitar problemas de conducta, o al menos, extinguirlos cuando se perciba que van a suceder. • Para favorecer la concienciación del alumnado, existen multitud de recursos de los que disponer. Cómo son los cuentos o cortos que tratan sobre la diversidad. Como, por ejemplo, el cuento el caso de Lorenzo, que ayuda a los niños a valorar la importancia de su apoyo y ayuda en la vida de los niños con dificultades.

• El que el alumno con autismo se sienta querido y comprendido por sus compañeros reducirá drásticamente los posibles problemas de conducta. Una estrategia por adoptar podría ser el nombrar encargados “ayudantes” (variando el alumnado cada poco tiempo) y premiar a estos alumnos con alguna pequeña recompensa como una galleta, reforzando lo bien que lo han hecho ayudándole, y recordándoles la suerte que tiene el niño o niña en cuestión, por tener a unos compañeros tan buenos. Entre las cosas que deben hacer los ayudantes, está el intentar ayudar al niño en sus actividades; decirle a al niño/a con TEA, cuando está haciendo las cosas bien; recordarle las normas cuando sea necesario; ayudarle llevándolo al rincón de la calma cuando lo vean nervioso; incluirlo en sus juegos en el patio. No castigar ni reprender cuando estos alumnos no cumplan con su labor de ayudante, deben entenderlo como un privilegio, una oportunidad, no como una obligación impuesta, por lo que, si no lo hacen, no se les reprochará, pero, por el contrario, se reforzarán claramente las conductas de ayuda. • Es posible que el alumno con autismo presente dificultades o alteraciones sensoriales, (hipersensibilidad al tacto, ansiedad ante los ruidos fuertes, necesidad excesiva de movimiento, etc.), y es importante hacer entender al resto de alumnos la necesidad de respetar las necesidades de su compañero. • Ante situaciones de conflicto sería conveniente verbalizar la información de lo sucedido, tanto desde el punto de vista del alumno con autismo, como del alumno o alumnos implicados en el conflicto, así mismo proceder con el estudiante según las indicaciones que brindan los padres de familia para casos similares.

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