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Conclusión
Conclusión
Hace ya más de 60 años, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), se dijo: «Toda persona tiene derecho a la educación». Ésta, junto a otros Pactos Internacionales, Tratados y la Convención de los Derechos del Niño apuestan para que todas las personas gocen del Derecho a la Educación como derecho fundamental universal. Seguidamente la Convención contra la Discriminación en Educación (1960), fue el punto de partida a nivel mundial para reafirmar la Declaración Universal de Derechos Humanos, expresando que la exclusión en la esfera educativa viola la mencionada Declaración.
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Durante mucho tiempo, la manera en cómo se ha educado a los niños ha sido la misma para todos: mismos contenidos, mismo tiempo de aprendizaje, misma manera de presentar los conceptos, misma manera de comunicar lo aprendido y misma manera de evaluar. Como consecuencia, se ha generado un gran agujero en la educación, pues en todos esos años se ha dejado de lado la diversidad que siempre ha existido dentro de las aulas. Cada niño tiene una manera particular de ser y pensar, es único. Sin embargo, estos errores han llevado a perfeccionar metodologías inclusivas que han logrado llenar esos vacíos. La inclusión implica esencialmente la remoción de barreras existentes de dentro y fuera de los sistemas educativos que le permita darle a cada alumno una oportunidad real de educarse y de aprender. Su objetivo es introducir en la misma aula a individuos con y sin ciertas capacidades físicas o intelectuales, lo cual permite vivir una serie de experiencias. Hablamos de la importancia de la inclusión educativa, metodología que permite personalizar la enseñanza dentro del aula. La inclusión de las personas con discapacidad dentro de las aulas supone, además del beneficio para ellas, un avance para toda la sociedad. Es acercar las aulas a la realidad social, poner en valor la importancia de la diversidad y apostar por el respeto y la igualdad de oportunidades.
“Las personas son igual que las aves, son diferentes en su vuelo, pero iguales en su derecho a volar”
