Si bien es cierto que en estos tiempos la calidad artística tiene muy mala reputación: que si la mezcla de lo mundano (como el famoso perro de globo); animales ensangrentados y llenos de moscas y gusanos que generan ganancias fuera de serie; performances sin aparente sentido o cantos con sonidos estridentes y escasos de armonía; o que si el llamado “reade-made” sólo sirvió para que aquellos “seudo-artistas” justificaran su falta de talento o preparación y ganaran un espacio privilegiado en el mercado del arte... y todos esos argumentos que de alguna manera han hecho que el mundo del arte sea tan polarizado. Así que encontrar artistas completos, de trabajo constante durante toda su existencia, ya sea de inicio por tradición y herencia familiar, que al paso del tiempo se fue convirtiendo en compromiso por crecer y aprender, motivado por la pasión o el sentimiento, es muy complicado por escaso, sin embargo existe: Liliana Paganini. De nacionalidad italiana, esta extraordinaria y talentosa mujer lo mismo ha incursionado como artista plástica y visual llevando su obra por todo el mundo (Estambul, Atenas, Budapest, Túnez, y ahora México), exponiendo fotografías intervenidas, collage, instalaciones y/o pinturas, ya sea con temas sociales (no violencia contra las mujeres), literarios (novela “El Gato Pardo” de Tomassi de Lampedusa), de homenaje e investigación (a los poetas árabes que ocuparon Sicilia en la Edad Media), o bien dirigiendo cortometrajes (algunos con guiones de su propia autoría) que también llevan un gran fondo y forma artística, social, visual y hasta poética, y que han ganado grandes premios y reconocimientos.
El teatro es otra de sus actividades artísticas. Paganini lo ha ejercido como actriz, como directora y hasta como dramaturga. Clásicos de Shakespeare o bien alguna puesta griega han demostrado ese gran talento y enorme voz. Los mejores escenarios de Roma, Grecia, incluso Brasil o Argentina, han sido suyos.
Mujer fascinante, muy virtuosa y de alma sencilla, Liliana Paganini ha estado en México a partir del 2018, para trabajar en la obra que ha participado en al menos cinco exposiciones, individuales y colectivas, en el país. Trabajo enfocado en la fotografía digital y dedicado a México -país que la ha enamorado-. También participó en el Festival Internacional de Cine de Monterrey, México, con el cortometraje experimental titulado “Body-City”.
Liliana imprime tanto de sí misma en cada uno de sus trabajos que cuando conoces su obra, su trayectoria, su talento y su amor por lo que hace, se convierte en parte de tus más allegados.
Judith Leo Valero. Directora Jud’n Rill
