5 minute read

Recargar la energía

Alma Gaxiola (izq.) y su mamá usando el transporte Piki piki, en la calle Ngong Road, con los choferes Peter y Joseph.

Recargar la energía para seguir en la Misión

Advertisement

Alma Carolina Gaxiola Rocha

Queridos Padrinos y Madrinas de Misioneros de Guadalupe, recién he regresado a nuestra patria luego de estar en la Misión de Kenia, donde los Misioneros Laicos Asociados apoyamos el trabajo de los sacerdotes en la Misión ad gentes. Quiero compartir con ustedes una gran bendición que tuve durante mi tiempo en África y que me ayudó a recargar la energía para seguir en la Misión.

La familia del misionero

La Misión, como todo en la vida, tiene sus retos, pero es más fácil enfrentarlos con fe y con el apoyo de los que te quieren, en particular tu comunidad y tu familia. Seguro se preguntarán: “¿Cómo puede la familia apoyar a un misionero estando tan lejos?”. Esto sucede porque nada puede disminuir ese amor; por lo contrario, con el tiempo, en vez de agotarse, incrementa. Los familiares son uno de los pilares más importantes que sostienen al misionero, ya que, además de los consejos que nos puedan dar, hay algo que nunca dejan de hacer por nosotros, de manera especial las mamás: la oración.

La oración de nuestras madres siempre nos acompaña, estemos donde estemos. Ellas son intercesoras por nosotros ante Dios, nos encomiendan a Él y a la Virgen María para que nos protejan de todo mal.

Mis primeros años en África

Recuerdo que en mi primer año en la Misión fue tan grande la experiencia de Dios a través del choque cultural, espiritual y la carencia en los idiomas, que pude sentir la forma en la que Él me fue moldeando como si yo fuera una pieza de barro en sus manos.

Justo cuando cumplí dos años en África, sin haber regresado a México, tuve la bendición de recibir a mi mamá en Kenia; fue exactamente cuando cumplí 26 años. Mi mamá no habla inglés y nunca había viajado fuera del país ni le interesaba conocer otros lugares, mucho menos otro continente. Cuando ella me dijo: “Hija, quiero y voy a ir a verte”, la alegría de mi corazón fue muy grande únicamente por imaginar que podría abrazar de nuevo a mi mamá y hacerla reír como si estuviéramos en casa.

Siendo su hija, quería consentir a mi mamá y organicé muchas salidas a diferentes lugares hermosos del país: ir a ver elefantes, jirafas, leones, presenciar danzas, etcétera.

Alma Gaxiola y su mamá, durante una visita a la casa de Stevy K olé Osoi, en tierra maasai.

Sin embargo, ella me dijo: “Hija, no importa si no hacemos nada. Sólo vine hasta acá para verte y estar contigo, y eso puede ser en el espacio de una recámara o sentadas en un sillón”.

Yo no me explicaba qué hizo a mi mamá salir de sí misma, trabajar horas extras para juntar dinero e ir a otro país, con el riesgo de un vuelo internacional y el paso por tres naciones distintas antes de llegar a su destino, todo ello sin hablar inglés, ¡si no le importaba ir a ver a los animales salvajes y otras atracciones características de Kenia! Ella únicamente quería verme a mí, a su hija. Sé que todas las madres entienden perfectamente por qué hizo todo aquello mi mamá. Y yo, aunque todavía no soy madre, sé que fue por amor. Además, también me dijo: “Hija, solo llévame a los lugares que visitas día con día, para que, cuando regrese a casa y me cuentes por teléfono lo que haces, pueda imaginarme bien dónde estás”.

Cuando se acercaba el momento de partir me comentó que lo que hacíamos en la Misión era para valientes y me pidió

culminar mi tiempo en Kenia, no pensar en regresar antes, porque ese trabajo no mucha gente quiere hacerlo y yo tenía un compromiso con Dios. Al final me pidió no preocuparme por nada de lo que ocurriera en casa, me dio su bendición y lloramos abrazadas.

El amor recargó mi energía

En total fueron 15 días los que pude llenarme de la risa de mi madre, de sus abrazos y su amor, y recargar mis energías para poder aguantar dos años más sin verla. se asemejara al amor divino, sin duda sería el amor maternal, pues no tiene límites y se da con ternura e intensidad, al extremo.

También pienso en lo maravilloso que fue trabajar en la Misión, y por eso invito a quienes quieran tener estas vivencias a que formen parte de nuestra familia como Misioneros Laicos Asociados. Pueden pedir informes por Whatsapp al número 55 1768 5775, o visitar nuestro sitio web www.misionerosdeguadalupe.org

Al recordar esta experiencia me queda claro que si buscáramos un amor humano que

Nuevo Consejo General mg

Estimados Padrinos y Madrinas, en diciembre del año pasado se llevó a cabo el xi Capítulo General de Misioneros de Guadalupe, donde se eligió el nuevo Consejo General de nuestro Instituto.

El P. Eugenio Zacarías Romo Romo, mg, quien se ha desempeñado como Vicario General y ha sido misionero en Corea, fue nombrado Superior General.

El P. José Gudalupe Camarillo Martínez, mg, que ha colaborado en la atención a bienhechores y ha evangelizado en Perú, fue nombrado primer Consejero y Vicario General.

El P. Juan Francisco Torres Ibarra, mg, fue nombrado segundo Consejero. Anteriormente fue encargado de la pastoral universitaria en la Universidad Intercontinental y colaboró en la Misión de Corea.

El tercer Consejero es el P. Raúl Nava Trujillo, mg, quien ya se ha desempeñado como parte del Consejo y ha colaborado en las Misiones de Brasil, Angola y Kenia.

Como cuarto Consejero General fue nombrado el P. José Guadalupe Martínez Rea, mg, que ha sido misionero en Kenia.

Que Dios bendiga el trabajo de este nuevo Consejo General y le permita a sus integrantes seguir colaborando con entusiasmo en la construcción de su Reino. ¡Agradecemos infinitamente el apoyo que ustedes nos brindan para realizar la Misión que nos ha sido encomendada!

This article is from: