1 minute read

Juana Azurduy

Next Article
Rigoberta Menchú

Rigoberta Menchú

La libertad era su valor sagrado. Juana estaba dispuesta a todo para lograr la independencia de la monarquía española. Su esposo, Manuel Padilla, la acompañaba a las batallas con la misma pasión. Llevaban con ellos a sus cuatro hijos, que crecieron entre armas y heridos. Entre revueltas y derrotas, perdió a los cuatro, pero no claudicó. En el camino conoció a Martín Miguel de Güemes y a Manuel Belgrano, con quien en 1812, fue a pelear al Alto Perú al mando del Ejército del Norte. Juana libró más de 30 combates. Ayudó a crear milicias de aborígenes que le decían “Pachamama”. Líder entre las mujeres, representó a las miles que lucharon anónimamente. Les decían “Las Amazonas”.

Luego de tener a su quinto hijo, en 1816, volvió al combate. Todo salió mal: la hirieron y apresaron. Su esposo trató de rescatarla, pero fue herido y murió. Continuó sola. Fue parte del ejército de Güemes, nuevamente, pero cuando él falleció decidió volver a su tierra.

Advertisement

47

En 1825, Juana regresó a Bolivia ya independizada. La recibieron con honores y el libertador Simón Bolívar le dio una pensión. Se la quitaron en 1857. Nunca pudo recuperar las tierras de sus padres, expropiadas por los realistas. Murió en 1862. Sus restos descansan en Sucre. Es una heroína latinoamericana, fue declarada generala en Argentina y mariscala en Bolivia.

48

This article is from: