SUPLEMENTO ESPECIAL:
Colegio de Médicos-Cirujanos de Puerto Rico
Visión humanitaria desde el
Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico
El pediatra Víctor Manuel Ramos Otero habla de su crianza, sus planes como presidente y comparte lo que aspira para la clase médica de la Isla Por: Karol Joselyn Sepúlveda, Periodista
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¿Recuerda alguna experiencia en particular relacionada a su práctica médica? -Tuve una paciente de 14 años de edad que tiraba los caracoles (práctica de santería). Un día me dijo: “Doctor, usted y yo cumplimos el mismo día, pero yo me voy a morir el día de nuestro cumpleaños”, que era el 24 de mayo. Yo le decía: “No te vas a morir”. El día antes del cumpleaños fui a verla en intensivo, estaba estable. El día del cumpleaños a las 10:00 a.m. comenzó a sangrar y murió a la 1:00 p.m. Son cosas que no tienen explicación.
_l continúa cultivando _la sensibilidad en su _profesión como si tratara de mantenerse al día en su especialización médica. Al pediatra Víctor Manuel Ramos Otero, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, se le humedecen los ojos al recordar la fortaleza de sus pequeños pacientes que han sido vencidos por una enfermedad terminal. Se preocupa, sufre y llora con ellos. Y no puede ser de otra manera para este doctor oriundo del barrio Río Abajo, sector La Trocha en Vega Baja, cuyo hablar sencillo le hace ganar la confianza de los padres que acuden con sus hijos a su encuentro. El galeno comparte con su crianza, su formación y sus preocupaciones. Te invitamos a conocerlo.
¿Cómo fue su niñez? -Fue muy buena (ríe y cierra los ojos). Recuerdo que jugábamos pelota en la entrada del barrio. Nos entreteníamos jugando trompo, gallitos, canicas y pescando en los charcos. Estudié siempre en la escuela pública. Tuve maestros muy buenos que hoy son mis amigos
en Facebook (vuelve a reír). Después fui a high school y de ahí a la Universidad de Puerto Rico. ¿Cuándo supo que quería estudiar medicina? -Mi mamá (Ada Otero González) trabajaba como contable en el Hospital Pavía y luego en la Clínica Nuestra
Señora del Rosario en Vega Baja, donde nací. Los doctores Báez y Blasini eran los mejores amigos de mami y yo siempre dije que quería ser doctor. Siempre estuve rodeado de médicos.
Cultivó una conciencia activista No se confunda con la pasividad que pueda denotar el doctor Ramos, pues desde muy joven comenzó a desarrollar un pensamiento crítico que tuvo su origen en el núcleo familiar con el movimiento del Ejército Popular Boricua conocido como Los Macheteros.